-Shh…tranquilo, estarás bien- le sonreí, el chico me miró con esperanza- Dime…dime quién fue…
Yoochun llegó a mi lado sin decir una palabra, el chico me miró, después a Yoochun y finalmente a Yunho, mantuvo en todo momento su mirada hacia él, había algo en sus ojos cuando lo vio, pero no supe describir lo que era, entonces se desmayó.
“Las personas no son lo que aparentan…será mejor que se cuide, quien menos espera será quien lo traicione…”
Recordé las palabras que me dijo el desconocido, miré a Yunho y una especie de odio comenzó a crecer dentro de mí, había sido él desde el principio, y yo estuve a punto de dejarlo inmune.
-Jaejoong…yo…
Lo ignoré, saqué mi radio y llamé una ambulancia y refuerzos, el chico seguía vivo, pero no por mucho tiempo.
-Jaejoong…
-Cállate, Jung- dije con evidente desprecio.
-Kim, tranquilo, todavía no sabemos qué sucedió- escuché decirme a Yoochun, lo ignoré también, no necesitaba nada más.
En pocos minutos una ambulancia y una manada de policías llegaron a la escena, se llevaron a Yunho, no lo miré ni un momento, me sentía traicionado.
-Jaejoong- Yoochun se acercó a mí, llamándome por primera vez por mi nombre- Yo no creo que Yunho lo haya hecho….- no le respondí, mi cariño hacia Yunho me había cegado- ¿Realmente crees que lo haya hecho?
-Sí.
-Esperaba que fuera mejor persona, creí que lo quería.
-Yo también.
-Jaejoong, yo quiero a Yunho, sé que es inocente….esto no puede ser lo que parece.
-No puede ser otra cosa- dije seriamente caminando lejos de Yoochun.
Pasaron los días, pocos en realidad, el chico estaba en terapia intensiva, en estado de coma, aunque los médicos eran optimistas, armé mi caso lo mejor que pude, conectando los asesinatos con Yunho, como debía ser.
-Jaejoong, el jefe quiere que tomes la declaración del sospechoso- me dijo un oficial.
Asentí, nada me causaría más alegría que encerrarlo, él me había usado, lo sabía, se acercó a mí con el fin de limpiar su nombre, eliminar a sus enemigos y salir victorioso, yo lo dejaría libre, ese había sido el plan. Caminé hasta las celdas con absoluta seriedad, al llegar me encontré con Yoochun hablando con Yunho.
-¿Estás seguro, Yunho?
-Lo siento Yoochun, sé que me has cuidado mejor que nadie, sé que me amas…sé que me crees cuando te digo que soy inocente, pero no es a ti a quien quiero demostrarlo…
-En verdad amas a Kim, ¿cierto?
-Sí, lo amo Yoochun, sé que te duele, te estoy lastimando, pero a ti…no puedo amarte como tú me amas.
-Comprendo.
-Necesito que Jaejoong me crea, quiero que me crea, soy inocente, pero…
-Está bien, Yunho, no tienes que forzarte en decir más- sonrió Yoochun tristemente- Te libero de tu deuda, yo la pagaré…
-No, Yoochun, yo…
-Necesitaba una excusa para mantenerte a mi lado, en verdad te quería conmigo…pero no puede ser así…- Yoochun se levantó sin dejar de ver a Yunho- ¿Qué vas a hacer ahora?
-Poner mi vida en manos de Jaejoong.
-Él no te cree, está tratando de condenarte.
-Lo sé, pero confío en que me crea, sé que como yo, él me quiere, sólo tiene que confiar en mí…
-Puede ser demasiado tarde cuando lo haga, los cargos por los que te acusa sólo condenan a la pena de muerte…
-Entonces, desde donde sea que la gente va cuando muera, sabré que no me amó como yo lo hice…
Yoochun asintió tristemente, mi corazón se encogió. ¿Realmente era inocente? ¿O es que él mismo se había convencido de que lo era?
-No han encontrado el arma homicida, el cuchillo está perdido- sonrió Yoochun levemente.
-Aun así hay pruebas suficientes en mi contra- sonrió Yunho.
-Yunho- Yoochun se hincó frente a él- Si las cosas resultaran diferentes…si Jaejoong no te cree hasta el último momento….pero logras sobrevivir….¿vendrías conmigo?
-¿Qué?
-Si confirmaras que en realidad Jaejoong no te ama como tú a él….¿me darías una oportunidad?
-No creo salir vivo de esto, Yoochun.
-¿Lo harías?- insistió.
-Sí, lo haría Yoochun, me has dado tanto, incluso ahora me das la oportunidad de luchar por la persona que amo, te daría una oportunidad…pero…
-Shh, no digas más, eso es suficiente para mí- las lágrimas abandonaron los ojos de Yoochun- Viviré creyendo que lograste convencer a Jaejoong, que vives feliz…porque lo harás, sé que lo harás….entonces yo seré feliz de que seas feliz…
-Yoochun…
Mis propias lágrimas amenazaban con caer, pero me mantuve firme en mi decisión.
-Si puedo hacer algo para salvarte, no dudes que lo haré, si hay pruebas que digan que tú eres inocente yo haré todo lo que esté en mis manos para salvarte, te salvaré si Jaejoong te abandona….
Yunho le sonrió y estrechó sus manos.
-Adiós, Yoochun…
-Adiós….mi amor…
Yoochun se levantó y se limpió algunas lágrimas, mi expresión se mantuvo seria cuando me vio, fingí llegar apenas.
-Tomaré su declaración- dije firme.
Yoochun no me respondió, sólo me miro y salió, sabía que ya no lo vería otra vez. Me giré hacia Yunho, él me sonrió levemente, no respondí, me acerqué seriamente a él para terminar mi trabajo, el reporte llegaría hoy mismo a la corte, mañana el jurado decidiría.
La corte estaba llena hasta el tope, todos callados durante todo el largo juicio, la última parte, esperábamos el veredicto final, Yunho se giró y me miró, había demasiada tristeza en sus ojos, lo miré, sabía que mi mirada le daba algo parecido al desprecio, no me importó, cuando subí a declarar me convencí más de que era culpable, mi reporte era perfecto, Yunho era el asesino.
El jurado entró de nuevo, Yunho se puso de pie y esperó pacientemente el veredicto, todos contenían la respiración, las primeras palabras antes del final, miradas entre todos, demasiada paciencia, demasiado silencio, demasiado todo.
“Culpable de todos los cargos”
Suspiros de alivio sonaron a mi alrededor, Yunho cerró los ojos derrotado y bajó la cabeza, el guardia se lo llevó, no me dirigió la mirada como esperaba, sabía cuál sería el castigo, Yoochun lo había dicho…pena de muerte.
Creí que al escuchar el veredicto me sentiría mejor, creí que me pondría feliz, pero una molestia seguía carcomiéndome el alma, Yunho me amaba, yo también, pero hacer lo correcto era lo que yo sabía hacer, amarlo no justificaba tres muertes, tres muertes a sangre fría.
-Felicidades, Kim- me dijo mi jefe- Los superiores están discutiendo un posible ascenso- me sonrió.
No visité a Yunho los siguientes días, no quise verlo, sabía que me desmoronaría si lo hacía, la decisión estaba tomada, nada podía hacer, hoy sería el último día que respiraría, el último día de su corta vida, el último día incluso de mi propia vida.
Sabía que estaba haciendo lo correcto, lo sabía, pero no lo aceptaba, amaba a Yunho, y aun así lo había dejado en el matadero, le había dado la espalda, él era culpable, era mi deber entregarlo, él había asesinado a todas esas personas, eran crímenes que no podían quedar impunes.
Yo mismo había enviado y presenciado antes muchas penas de muerte, pero ahora, cobardemente, no podía verle la cara a Yunho, ni él a mí, me juraba por todos los santos que era inocente, pero las pruebas hablan con la verdad, sé que miente, sabe que lo sé, entonces no entiendo por qué se empeña en negar los asesinatos, no sé por qué insiste en su inocencia…no sé por qué tengo esta molestia.
Las 11:00.
En una hora la vida de la única persona que he amado terminará, nunca creí que ese era el destino que realmente me tocaba, conocerlo sólo para sentenciarlo a su muerte, ni siquiera me atreví a estar presente, no puedo verlo morir, mi corazón no me permitirá verlo, perderé para siempre la única luz en mi vida.
Me dejé caer en mi silla, la oficina estaba vacía, todos se habían ido a casa temprano, estaba solo, qué debía hacer, mi corazón me gritaba y suplicaba que lo salvara, que él nunca me mintió, pero la razón era más fuerte.
Quise dormir, quise que todo acabara de una vez, ya no podía soportar estos sentimientos, eran demasiado para mí, ningún ser humano debía sentir esta carga, no era posible que una persona lo soportara, cualquiera se volvería loco de tan sólo imaginar el dolor y culpa que me carcomía el alma.
11:05
Tic tac, tic tac.
Detente, por favor, detente.
Pero sabía que jamás lo haría, el tiempo no para, no podemos volver atrás, las decisiones estaban tomadas, las cartas habían sido echadas, nada podía hacer ahora, sólo esperar la confirmación.
El timbre de mi teléfono me hizo brincar en mi lugar sacándome de mis pensamientos, no conocía el número, pero de todas formas contesté.
-Kim…
-Pareces deprimido…
Una mueca de disgusto se dibujó en mi rostro, era Yoochun, de cierta forma, él también había abandonado a Yunho, lo odiaba por eso, lo odiaba por dejarlo morir sin mover un dedo, lo odiaba porque hacía lo mismo que yo.
-¿Qué quieres?
-¿Realmente crees que Yunho es culpable?
-Por supuesto, las pruebas lo dicen.
-Tsk, muy mal, Jaejoong, demasiado mal.
¬-¿De qué hablas?
-¿Acaso tu madre no te enseñó a ver con el corazón en lugar del cerebro?
-¿Esto va a algún lado? Si no es así, déjame por favor.
-Oh, no, Jaejoong, por supuesto que todo va hacia algún lugar.
-¿Y esto va a….?
Yoochun comenzó a reír al otro lado de la línea, me sacaba de quicio, suficiente tenía con mi pena para que él molestara con tonterías.
-¿Qué pasaría si te dijera que Yunho es inocente?
-¿Cómo?
-Conozco al verdadero culpable, su confesión sería suficiente para liberar a Yunho….
-¡¡Qué dices!!
Me levanté como rayo de mi asiento, si Yoochun decía la verdad Yunho viviría, estaría a salvo, tomé mi chaqueta y salí corriendo hacia prisión, tenía que detenerlos.
-Tic tac, Jaejoong, ¿en verdad crees que llegarás?
Me extrañó mucho que él estuviera tan calmado, se supone que él como yo lo ama.
-Yoochun, necesito al culpable, quiero esa confesión- dije mientras bajaba hacia el estacionamiento.
-No te puedo dar al culpable, pero sí la confesión.
-¿Qué? ¿Vas a protegerlo? ¿Lo elegirás por encima de Yunho?
-¿No escogiste tú un puesto antes que a él?
No dije nada, sabía que era cierto.
-¿Lo ves? Pero no te juzgaré por ello, no. Primero, te diré quién es el culpable…
Se quedó callado unos momentos, me quedé petrificado con la mano en la puerta de mi auto esperando, mi corazón latía a mil, quería ese nombre, quería salvar a Yunho.
-El asesino soy yo….
Casi me caigo cuando lo escuché, es como si lo hubiera sabido todo este tiempo, como si en algún rincón de mi cerebro ya guardaba esa información y ahora la presentaba ante mí.
-¿Q…qué?
-La confesión es esta…pero debo advertirte, que aunque te lo diga todo, no me creerás, pero será toda la verdad, entonces, cuando la analices, sabrás que no miento, pero no podrás hacer nada, nadie te creerá, hasta dentro de unos años.
-¿Qué? ¿Cómo que no te creeré?
-Escucha, no me interrumpas….y procura no chocar mientras conduces….
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