Wish - Prólogo

-¡Ya basta JaeJoong!– gritaba molesto ChangMin mientras caminaba hacia la entrada de su casa.

Ya tenía un buen rato discutiendo con el mayor como casi siempre se la pasaban, pero esta vez parecía tratarse de algo serio. JaeJoong caminaba por donde el menor iba mientras sus ojos cada vez más se llenaban de lágrimas. Al parecer se dirigían al estacionamiento de aquel antro.

- ChangMin por favor, solo escúchame. He tratado de controlarme, pero simplemente mis impulsos son más fuertes que mi voluntad – argumentaba el mayor tratando de hacer que su pareja lo escuchara – Por favor ChangMin, no hagamos esto otra vez.

-¿Hagamos? Todo este tiempo que he estado contigo he tratado de ayudarte, de buscar los medios para tu recuperación, te he dado apoyo en todo lo que ha estado a mi alcance, ¡pero parece que el menos interesado eres tú! ¡No te das cuenta que también me dañas a mí! –

Las lágrimas cayeron por las mejillas del mayor. De verdad quería recuperarse, quería dejar esa adicción, pero nadie entendía lo que el sentía.

-Vete a tu casa JaeJoong, yo también necesito irme – pidió el menor acercándose a su coche.

-No me dejes ChangMin, te necesito – lloraba el menor aferrado al cuerpo del más alto.

-Debo ir a ver a MinHo, su hermana enfermo hace unas semanas y el por cuidarla se contagió –

-MinHo…..MinHo ¡siempre MinHo! ¡¿Por qué cada vez que ocurre algo entre nosotros huyes a los brazos de MinHo?! – grito molesto Kim después de apartarse abruptamente del menor – Sabes que ChangMin, haz lo que se te pegue la regalada gana, ya comienzas a demostrarme que es lo que en verdad quieres – dio media vuelta y comenzó a caminar hacia su automóvil.

-¡JaeJoong! – hablo fuerte el menor provocando que el mencionado volteara a verlo - Si de verdad crees que para mí es más importante MinHo, entonces te felicito. ¿Sabes por qué? Porque eso quiere decir que ya comienzas a descubrir cuál es la diferencia entre MinHo y tú.

Esas palabras hirieron, lastimaron el corazón de JaeJoong más de lo que él podía soportar. Permaneció parado en un solo lugar durante algunas segundos, al menos los suficientes para que Shim emprendiera el camino de regreso al antro quien sabe para qué.

Respiro hondo y decidió seguir con su camino al coche. Quito el seguro y se metió para poder llorar a gusto. No podía creer lo que acababa de escuchar. No quería creerlo.

ChangMin lo sabía. Sabía que había ido demasiado lejos, que no debió haber dicho aquellas cosas, que JaeJoong en esos momentos estaba muy débil mentalmente y que ahora más que nunca lo necesitaba. Y quería regresarse para pedirle perdón y para dejarle en claro cuanto lo amaba a él por sobre cualquier persona.

Incluso por sobre de MinHo.

Pero no. Siguió caminando con la creencia que tal vez así JaeJoong abriría los ojos y se daría cuenta del daño que se a provocado el solo.

El sonido del freno repentino de un coche junto con el estrepitoso golpe que se escuchó segundos después fue lo que lo hicieron voltear la mirada. Algo en su pecho se comprimía, algo le decía que debía ir.

Corrio hacia donde se escucho todo y se impacto al ver aquella escena.

-¡JAEJOONG! – grito al ver el coche del mayor estrellado contra un poste de luz.

Se acercó hasta él y trato de abrir la puesta para poderlo sacar.

-JaeJoong, quédate conmigo, no dejes de respirar – le decía mientras trataba de abrirle la camisa para darle mayor facilidad al paso del aire.

El mayor logro abrir un poco los ojos para poder mirarlo. – ChangMin…….. –

-No hables, solo trata de respirar, ahorita llamare una ambulancia –

-ChangMin….. – tomo la parte del cuello de la camisa del menor – ayu….ayúdala…. –

-¿Ayudarla? ¿A quién?

Kim levanto levemente su brazo para poder señalar al frente. Shim no comprendía. ¿Ayudar a quién? Se acercó poco a poco hacia la parte delantera del coche hasta que logro ver el cuerpo de una mujer prensado entre el auto y aquel poste. Se acercó un poco más y pudo ver de quien era aquel cuerpo.

-SooYoung……

Aquella noche, fue la noche más larga de sus vidas. Aquella noche fue la noche más triste de sus vidas. Pero sobre todo, aquella noche fue la que separo sus vidas.

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