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Privilegios cap 3

Yoochun decidió que haber considerado “tímido” a Changmin había sido el error más absurdo que había cometido en toda su vida como docente (dígase, en los últimos tres días). Porque, claramente, alguien “tímido” no habría pedido comida para un ejército. Pero cuando aquel chico lo había mirado, sus brillantes ojos por sobre el menú de la cafetería, preguntando en un tono que ilusamente había considerado inocente ‘¿Puedo pedir lo que yo quiera?’, Yoochun no tuvo el valor de decirle que no.

Pésima elección, Park Yoochun.

Quizás fue su encandilante rostro juvenil, o quizás fue la culpa que sentía por pensar las cosas que había pensado en su camino de aquella sala a la cafetería. Porque cuando lo había visto caminar a su lado, su alta y esbelta figura moviéndose con una gracia natural, Yoochun tuvo la oportunidad de analizar bien aquella anatomía... Y a Yoochun le había agradado lo que había visto. Y no pudo evitar dejar que sus pensamientos volaran al ver aquellas manos largas y elegantes, y aquellos pies igualmente largos. ‘Ya sabes lo que dice el dicho, Chunnie: Pies grandes, miembro grande’, había pensado, escandalizándose al segundo después. ‘Mierda Yoochun, ¡El chico es TU ALUMNO! ¡No puedes ir por la vida pensando sobre cómo están dotados tus alumnos, imbécil!’.

Y entonces había procedido a sentirse culpable todo el resto del trayecto. Y fue aquella culpa la que, a fin de cuentas, lo había dejado casi sin ni uno en los bolsillo, mientras observaba impresionado al chico en frente suyo, que seguía engullendo todo frente a él como si no hubiese un mañana, su rostro imposiblemente feliz. ¿Desde cuando que no comía este crío? Y, más importante aún, ¿Dónde mierda iba a parar todo aquello? Porque, evidentemente, nada de eso se acumulaba en su cuerpo…

Definitivamente el chico era un hoyo negro.
Un hoyo negro bastante bien parecido.

-¿Profesor?- Habló el menor, limpiándose la boca con una servilleta, mientras reemplazaba el plato vacío en frente de él por uno con un gran club sándwich
-¿Hmm?
- ¿Siempre hace eso de mirar tan fijamente a sus alumnos mientras comen?- Sonrió el menor, una sonrisa burlona adornando sus labios

Mierda.

- ¿Ah? – Yoochun optó por hacerse el desentendido, tratando de no parecer haber sido pillado con las manos en la masa – Supongo que me preguntaba dónde metías tanta comida. Digo, entiendo que seas un adolescente, y que estás creciendo y todo eso, pero yo a tu edad comía como un chico en crecimiento… No como una jauría de perros hambrientos.
Changmin tragó un mordisco de su sándwich con parsimonia antes de contestar
-Eso – Dijo, frunciendo el ceño –Eso es algo bastante rudo para decirle a un alumno, profesor.
-Comer así a expensas del dinero de un profesor es aún más rudo, Shim.
(oh sí, Yoochun había decidido que no lo llamaría por su nombre, sino por su apellido. Después de todo, así es como una relación profesor-alumno debe ser. Cordial frivolidad, o algo así, según había escuchado decir a alguien una vez)
Changmin arqueó una ceja, notando el cambio en la manera en que Yoochun lo había llamado.
-¿Profesor?
-¿Hmmm?
-¿Qué le parece si cambiamos los términos del contrato?
Ahora fue el turno de Yoochun para arquear una ceja -¿Te refieres a tus privilegios?
-Exacto – Asintió el menor, tragando con rapidez otro mordisco de su sándwich – Creo que ya se lo dije, pero de verdad no necesito ventajas académicas… Así que lo que usted tiene para ofrecer no me llama la atención.
Curiosa elección de palabras, notó Yoochun, y por un segundo sintió que hablaban de algo completamente distinto.
-Ve al grano, Shim- Soltó con cierta brusquedad. ¿Quién se creía que era este mocoso como para cambiar las reglas de un juego creado por él?
-Comida – Dijo Changmin con simpleza, tomando un sorbo de su jugo - Sugiero que cambiemos los beneficios con las calificaciones por comida.



-Te conozco hace menos de una semana- Rió Yoochun, apenas creyendo lo que el chico le había dicho -…pero creo que eres la persona más hambrienta de todo el universo.
-¿Cambiamos entonces?- Sonrió el menor, como si de verdad creyera que su idea era la mejor del universo.
-¡Claro que no! ¡Me dejarías en la ruina!
-Pero…-
-Pero nada – Interrumpió el mayor, entrecerrando los ojos – Podría encontrar a otra persona, una menos irrespetuosa y más interesada en aprender. Fuiste el mejor, Shim, pero eso no te da el derecho a creerte imprescindible.
Lo anterior lo dijo sin real enojo, pero sí un poco impactado por la osadía del menor. De verdad quería saber qué haría o diría aquel chico en frente suyo.
-¡Pero usted y yo sabemos que de todos los candidatos, yo soy el más confiable!- Dijo entonces el menor, su voz con un tono mas bien desesperado, bordeando casi en lo infantil, cosa que definitivamente el mayor no había esperando. Aquello casi, CASI lo hace ceder, pero no, no señor, ningún alumno lograría tener el control sobre él, nunca.
-Tus argumentos no me convencen – suspiró Yoochun, sonriendo, dándole un último sorbo a su café antes de hacer un además de levantarse – Creo que deberíamos dejar esto hasta acá, ¿No crees? Fue interesante hablar contigo y todo, pero creo que no debería perder mi tiempo con alguien que no pretende ayudarme con las revisiones…

Yoochun estaba seguro que aquello había sido un golpe inesperado para el chico, quien lo miraba con ojos bien abiertos, su cara en una mueca que indiscutiblemente revelaba que aquello no había estado dentro de sus planes.

-Lléveme a su casa entonces, profesor.

Yoochun, quien estaba a punto de levantarse de su asiento, se quedó inmóvil.

¿…Qué diablos?

-De todos modos – agregó con rapidez el menor, viendo que tenía en un cien por ciento la atención del hombre en frente suyo – De todos modos no se puede trabajar en la escuela con aquel ruido infernal y todo, y menos aquí en la cafetería, a menos que compremos algo para comer, y eso, como dijo, le saldría una fortuna, y…
-Dime, Shim…- Interrumpió el mayor, su mirada intensa sobre el chico, tratando en vano de no reír - ¿Siempre le pides a hombres que apenas conoces que te lleven a su casa? ¿No te parece un tanto… atrevido?

Yoochun tuvo que morderse la lengua y usar todo su autocontrol para no reírse a carcajadas cuando la piel color canela de Changmin se convirtió en un rojo intenso, su boca abriéndose y cerrándose repetidas veces, luciendo como si acabase de asimilar lo que en verdad había dicho, y más que nada, cómo había sonado aquello que había dicho.

Ah, así que el pequeño Changmin no era tan astuto como él creía.

Yoochun volvió a sentirse el hombre mayor que en realidad era, sin sentir que un estudiante jugaba con su mente. Pero, aún así, no pudo evitar sentir que aquella escena en frente suyo, un alterado Changmin luciendo completa y absolutamente avergonzado, era la cosa más adorable que había visto en toda su vida.



-Acepto.
-¿Eh? – Changmin se veía tan confundido como Yoochun se sentía por dentro. Pero no podía evitarlo… Su curiosidad por ver qué podría suceder, su ‘sentido de la aventura’, por llamarlo de algún modo, había sido más fuerte. No es que la decisión haya tenido nada que ver con la perturbadora atracción que sentía hacia el chico en frente suyo. Oh no, nada tenía que ver con eso…

-Eso. Acepto. Puedes comer de lo que haya en mi refrigerador, si gustas, pero pobre de ti si me lo vacías, Shim, porque entonces…-
-¡No lo haré! – Sonrió Changmin, y Yoochun pudo apreciar la asimetría de sus ojos al reír – No quisiera bailar nada en frente de nadie, enserio…-
-Más te vale, Shim – El mayor trató de sonar amenazador y estricto, como un verdadero profesor debería sonar cuando impone sus reglas, pero falló miserablemente. Es que no podía, no cuando por dentro se estaba riendo por lo ridículamente irreal de la situación, pactando encuentros en su departamento con el chico a quien pocos días atrás se devoraba con la mirada.
-No se arrepentirá, profesor – Sonrió el susodicho con suavidad, volviendo a tener el dominio sobre sí mismo, a la vez que engullía el último pedazo del que había sido su tercer sándwich, lamiéndose un dedo embetunado en salsa con rapidez, aquellos labios y rosada lengua haciendo un eficiente trabajo, y Yoochun podría haber jurado que aquel chico era en realidad el mismísimo demonio, una latente invitación al pecado encubierta por una imagen de inmaculada inocencia que al principio había logrado engañarlo a él también.

‘No, no, Yoochun. Recuerda que ni siquiera es tu tipo, maldita sea.’ Se recordó a sí mismo, tosiendo para ocultar su ofuscación.

-¿Profesor?- Changmin lucía la misma sonrisa burlona de antes, todo rastro de su rubor esfumado por completo
-¿Hmmm?- Respondió, y un irracional miedo lo invadió. ¿Qué tal si el chico podía leer la mente, y había visto todo lo que acababa de pensar de él? En la tele habían dicho que…
-¿Y a qué se debe esa fijación suya con Hannah Montana?

‘…Deja de ver tanta televisión, Park Yoochun.’ Pensó el mayor, a la vez que reía, relajándose luego se su súbito ataque de paranoia. El chico era un maldito hambriento, pero su atrevimiento era ciertamente refrescante.

Definitivamente le agradaba.

Iba a abrir la boca para responder, cuando de la nada el celular de Changmin comenzó a sonar, una alegre voz de chico canturreando “Contesta Changmiiiiiiiin, soy yoooooo, Junsuuuuuuuu”

-Wow – Rió Yoochun – Curioso ringtone el que tienes…
-Lo siento – Se apresuró a responder Changmin, sacando el celular de su mochila con rapidez, la voz de sea quien fuese Junsu aún sonando fuerte y clara – Olvidé dejarlo en modo silencio. ¿Puedo…?
-Adelante

Sin esperar más instrucciones, Changmin se incorporó rápido, alejándose mientras contestaba con un ‘¡Junsu! ¿Estás en la sala de clases?’, y aunque Changmin se había alejado, el oído de Yoochun era bastante agudo, así que aún a la distancia (que de todos modos, no era demasiada) pudo escuchar su voz hablando. ‘Estoy en la cafetería nueva, la que está cerca de la escuela’, ‘No, aún estoy con él. Es que el ruido…’, luego una pausa exasperada y un ‘Junsu, no es necesario…’ y luego un refunfuño y Changmin estaba caminando de vuelta hacia su mesa.

-Lo siento, ese era mi mejor amigo… - Se disculpó el menor cuando volvió a su asiento – Le había dicho que me encontrara en la sala de clases cuando saliera del club de soccer, así que…-
-No es necesario que me des explicaciones. De todos modos, asumo que pronto el chico estará aquí para despacharte, así que deberíamos apresurar nuestra charla, ¿No crees?
-Claro – Asintió Changmin, sacando algunos mechones de cabello de su rostro – Podría entregarme lo que necesita ser revisado ahora, y el viernes se lo entregaré listo. Es lo mínimo que puedo hacer en respuesta a la amable invitación de hoy.
-Sorpréndeme entonces, Shim – Sonrió en respuesta a la sonrisa que adornaba aquellos labios, decidiendo que sería bueno probar qué tan eficiente era el chico en realidad – Demuéstrame que te mereces mi comida.
-Ah, profesor – Dijo el menor, guardando en su mochila el fajo de papeles que el mayor acababa de pasarle, sus movimientos elegantes y su voz llena de confianza – Le aseguro que no se arrepentirá.

-¡Changmin!- Exclamó un chico desde la entrada de la cafetería, agitando su mano cuando identificó la figura de su amigo entre la multitud. El chico no debía ser del nivel de Changmin, porque no recordaba haberle hecho clases a ese chico. ‘Recordaría ese trasero’ Se dijo a sí mismo el profesor, observando de reojo aquella retaguardia, apenas cubierta por unos shorts deportivos. ‘Demasiado femenino para un trasero de chico’.
-Creo que ya es hora de que te vayas – Sonrió entonces Yoochun, incorporándose, su bolso ya en su mano –Nos vemos el viernes entonces
-El viernes – Sonrió el chico, y Yoochun se encaminó hacia su auto, sin poder evitar reír por lo bajo cuando escuchó la voz de Junsu preguntar ‘¿Es ese tu profesor de inglés, Minnie? ¡Dios, el tipo es GUAPO!’

**********

Al final, tal como Yoochun había esperado, Changmin había demostrado que, de acuerdo a capacidades, Yoochun había hecho la mejor elección al elegirlo a él. No sólo tenía un excelente dominio del inglés, sino que también tenía un ojo crítico impecable, ningún error gramatical u ortográfico pasando inadvertido frente a él.

El chico realmente no había mentido cuando había dicho que no necesitaba de los beneficios de un alumno ayudante.

Aquel viernes, habían pactado que las reuniones serían los lunes y los miércoles, así que Yoochun no tuvo al chico en su casa hasta el lunes siguiente, cuando, a las cinco y media de la tarde en punto, su figura se asomó por la ventana, una leve sonrisa en su rostro. ‘Como un niño a punto de hacer una travesura’, pensó Yoochun, recogiendo sus cosas.

-¿Vamos?
-Vamos…

En menos de cinco minutos, ambos ya estaban dentro del auto, saliendo de los terrenos de la escuela. Y Yoochun notó que, aunque ninguno lo había dicho en voz alta, ambos habían sido sumamente cuidadosos de que nadie los viera subir al auto juntos, los dos mirando de reojo a sus alrededores antes de introducirse en el audi negro de Yoochun

‘Comprensible. No me gustaría tener que lidiar con comentarios molestos…’ Pensó, mientras aceleraba, aunque no pudo sacudirse la molesta sensación de que estaba haciendo algo que definitivamente no debería estar haciendo. ‘A la mierda, es sólo revisar unos informes con un mocoso superdotado…’

-Bonito auto – Comentó el menor, mirando por la ventana
-Gracias, Shim – Asintió el mayor -¿Quieres escuchar algo de música?
-Claro – Sonrió el aludido – Me gustaría saber qué clase de música escucha mi profesor.

‘¡Le interesas, Chunnie! De seguro quiere algo contigo…’ una parte de su yo interno gritó triunfal, y Yoochun tuvo el buen juicio de ignorarlo.

-La verdad escucho de todo un poco – Habló Yoochun, encendiendo la radio -En la variedad está el gusto, dicen, pero creo que mi corazón siempre estará con el rock psicodélico… Ya sabes…-

-¡Dios mío!- De pronto el rostro de Changmin adoptó una sonrisa tan amplia y radiante que Yoochun temió que la cara se le iba a partir en dos -¿The Doors? ¿Jimmy Hendrix? ¿Los Beatles?

-¡Wow!- Yoochun no pudo evitar reír ante el entusiasmo del joven – No tienes cara de escuchar ese tipo de música…

-¡Por supuesto que la escucho!- Alegó el menor, al tiempo que Light my fire comenzaba a sonar por los parlantes
-¿Te la sabes?- Desafió el mayor al chico, subiéndole el volumen a la música
-Como el himno de Corea – Y ahí estaba, la sonrisa de “chico listo” que a Yoochun tanto le alteraba y cautivaba a la vez

Mientras ambos cantaban al unísono (you know that it would be untrue, you know that I would be a liar), Yoochun se preguntó si realmente este era el chico callado y sereno de aquel primer día de clases, aquella presencia distante en una esquina del salón, o aquel chico que lo desafiaba con la mirada y lo tentaba con sus palabras.

-Eres el chico más raro que conozco, Shim – Rió una vez dentro de su departamento, el menor curioseando por sus estanterías llenas de libros, revistas, música y dvds, sus dedos curiosos tocándolo todo.

-¿No cumplo con sus expectativas, profesor?- Preguntó ausente Changmin, abriendo una revista y hojeándola con lentitud

-No… – Respondió Yoochun, sacando los papeles que debían ser revisados esa tarde – No, creo que las has superado…-

-Entonces todo bien, ¿No?- Sonrió con simpleza, captando la indirecta de Yoochun y sentándose en frente suyo, sacando un estuche de lentes del bolsillo de su mochila – Ahora, si me lo permite, voy a concentrarme en estos papeles.

Y aunque Yoochun quería seguir investigando, aunque quería seguir resolviendo el puzzle que en realidad era este Shim Changmin, decidió que ya habría tiempo para eso. Por ahora, se dedicaría a hacer la cena.

-No sabía que usabas lentes, Shim – Llamó desde la cocina, sacando algunos vegetales del refrigerador
-Oh, sí…- asintió el aludido, concentrado en su tarea – Los uso cuando tengo que leer o escribir mucho.
-¿Y cómo es que nunca te he visto con ellos en clases?
-¿Alguna vez me ha visto leyendo o escribiendo en clases, profesor?- Yoochun hubiese apostado sus dos riñones a que aquella famosa sonrisa insufrible estaba plantada en el rostro de Changmin en aquel momento
-Eres un engreído, Shim – Bufó Yoochun – Pero es una lástima, ¿Sabes? Esos lentes se te ven bastante bien…


Yoochun pudo jurar que del living pudo escuchar una risa y un murmullo que sonó muy parecido a “fetichista”.


*********




Yoochun tragó saliva, sintiendo como el corazón se le subía a la garganta, mientras aquel par de largas, largas piernas se ubicaban a ambos lados de sus caderas, y Changmin acortaba la distancia entre ellos, a la vez que bajaba con una lentitud dolorosa, casi malvada, rozando su pelvis descubierta contra su torso, su estómago, y Yoochun temió olvidar como respirar, olvidar su nombre, olvidarlo TODO, cuando aquellas caderas estrechas cayeron sobre las suyas, su miembro erecto haciendo contacto con el del menor, a la vez que un par de brazos le abrazaron el cuello.

-Ya sabes lo que tienes que hacer – le dijo, su aliento caliente contra su cuello, a la vez que comenzaba a mover sus caderas con un ritmo lento y sensual, ejerciendo presión sobre su erección, arrancándole un indigno gemido de placer.

-Tch – Rió el menor, sus labios rozándole el lóbulo de su oreja, y sus uñas recorriendo toda su espalda con lentitud – Profesor, es usted quien debería estar haciéndome gemir, ¿No cree?

-Eres un pervertido – Rió también Yoochun, posando una mano sobre la firme carne de sus nalgas y apretando, haciendo que el menor diese un respingo de sorpresa –Pero está bien…Después de todo, entre pervertidos nos entendemos, ¿verdad?

La única respuesta que obtuvo fue unas caderas abalanzándose hambrientas sobre su pelvis, y luego el gemido más sexual que haya escuchado en toda su vida, la cabeza de Changmin hacia atrás en una mueca de absoluto y puro abandono, todo su cuerpo perleado por una fina capa de sudor.

-Dios, profesor, estás tan duro…- Habló entre gemidos Changmin, moviéndose con urgencia sobre su miembro, perdiéndose en la sensación de sus cuerpos calientes chocando -Te necesito dentro de mí, ahora…

Y Yoochun quería obedecer, quería obedecerle a esa voz agonizantemente tentadora que lo incitaba al pecado, pero su despertador no encontró mejor momento para sonar, sacándolo de su sexy, sexy sueño y dejándolo despierto, erecto, y de un pésimo humor.

Otra vez.
Otra uta vez lo mismo.

Hace casi cuatro meses que Changmin venía a su casa, dos veces por semanas, a revisar y corregir diversos documentos, desde ensayos hasta exámenes. Eso, en teoría, porque en realidad casi siempre se quedaban horas hablando de los más diversos temas, discutiendo sobre cosas como qué fue lo que en realidad mató a Jim Morrison, por qué no admitieron a Hitler en la escuela de artes, o cuál era el mejor nombre para nombrar a un perro.

Eso, hace casi cuatro meses.

Hace casi tres meses que los sueños comenzaron, dejando a Yoochun con la amarga sensación de que estaba pasando por la pubertad por segunda vez. Y era horrible, de veras, porque cada vez que Changmin le sonreía y lo miraba a través de sus largas pestañas, sentía que quizás él sabía, que aquel odioso había encontrado el modo de leerlo como a un libro, y que lo sabía todo.

Se sentía como un mocoso hormonal e inseguro, y qué mierda, si ni siquiera cuando tenía quince había sido así.

Yoochun necesitaba (CON URGENCIA) acostarse con alguien.

Alguien que no fuese Changmin, un chico de 16 años de su clase de inglés.

Y deberían dejar de verse en su departamento, también. Debería conseguir un nuevo ayudante, inventar cualquier excusa, o qué diablos, debería hacer él mismo su trabajo.

Oh, Yoochun sabía que debería hacer todas esas cosas. Y sin embargo, ni siquiera había intentado a ir a algún bar con sus amigos, o contactar a alguien de su lista de gente “para esos propósitos” (aunque la lista ya debía estar obsoleta… Después de todo, era de su época de universitario) a encontrar alguien con quien pasar la noche.

‘Ya se te va a pasar, Chunnie’ se repetía casi como un rito todos los días. ‘Ya te vas a desencantar del mocoso’.

Lo cómico era que una parte de su ser no quería desencantarse jamás de aquel chico.

5 Comentarios:

  1. Anónimo7/06/2009

    Ohhh, estaba esperando la continuación... y ahora muero de nuevo por el siguiente capítulo TwT

    gracias por subirlo!

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  2. Anónimo7/07/2009

    esta genial me tuiene enganchada es que soy adicta a este blog y a dbsk

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  3. Miyu-chan7/07/2009

    Al fin la actualizacion xB!!!! La esperaba con ansias y va mejorando *¬*!...
    Ya quiero ller el proximo capitulo :Q__
    Ambos son tan sexys xD

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  4. nadie escapa de la garras de changmin
    una vez de hechiza con esos ojos

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  5. waa te comprendemos chunnie, esos son los efectos que causa changmin y son pocos xD

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o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD