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Arualthings

Dead love

Título: Dead love
Autor: Akahana_Moriyo (Sakura_Minnie)
Pareja: JaeMin
Género: Lemon, Slash, Vampiros
Extensión: One-shot
Advertencia: Sadomasoquismo, Incesto
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El cuerpo esquelético bajo su cuerpo se arqueaba del sufrimiento, derramando sollozos de dolor puro mientras él aún seguía pegado a su cuello, con la vista fija en el tatami.

— ¿Ya terminaste? —le preguntó el chico de cabellos barbitaheños, ingresando a la habitación—Ya veo que no

— ¿Quieres dejarme solo? —exigió cuando el pelirrojo se sentó en uno de los sillones que había en la pieza jugueteando despreocupado con algo brillante entre sus dedos.

—Sé mejor que nadie que no quieres estar solo Changmin. ¿Por qué te niegas a admitirlo? —le dijo guardando aquel objeto en su bolsillo para luego acercarse lentamente para lamer la hilera de sangre ajena que escurría por sus delgados labios, probando la sangre con una expresión analítica—Es un asco, déjala ahí su sangre es sucia—concluyo para salir de la habitación.

¿Qué diferencia tenía? Era su pregunta, sangre limpia, sucia, la de un rey, la de un mendigo o la de aquella muchacha. No había ninguna diferencia, era sangre lo que le mantenía vivo, solo sangre su medio de existencia sin sentido alguno.

—Vamos, estoy cansado de este lugar—le dijo poniéndose el abrigo que alguna vez le exigió. Junsu era la única persona que estaba a su lado y para él la única que estaría. Era el único vampiro que conocía y en el único en el que llegaría a confiar, aunque este fuera opuesto a él. En el campo nocturno cuando convivían con aquellos humanos, que probablemente al final de la noche morirían. Junsu era una dulzura con ellos, enamorando chicas e incluso chicos endulzando su vida con falsas sonrisas que escondían su actitud fría y caprichosa. Pero para Changmin ya no era una novedad, vivía con ello y gustaba de su compañía aunque no le entendiera y tendiera a tratarle como si fuera su novio, esposo o incluso su hijo

— ¿A dónde vamos?

—Volvemos dirás—la sonrisa en el rostro del pelirrojo se desvaneció fijando su vista en el montón de personas que subiendo al avión que los llevaría a su destino— ¿Acaso no escuchaste cuando dijeron ‘Vuelo 456 con destino a Seúl’?

—No presto atención a eso, por eso tú te encargas de ello o si no por mi causa hubiéramos terminado en algún lugar como Alaska en plena estación de verano—el castaño sonrió de lado, dándole los pases a la azafata que les indicó sus asientos en clase ejecutiva. Todo el viaje Changmin estaba perdido, consumido por la luz humana que aún vivía en él, buscaba a algo a alguien, algún sentimiento olvidado algo que tuvo pero lo perdió al ser convertido.

No lo sabía.

Recordaba que alguna vez amó. No la clase de amor que le tenía a Junsu, refiriéndonos a esa hermandad que sentía por él a diferencia de lo que su hyung solía decir sobre amarlo de manera romántica aunque en lo absoluto el no le creía. Recordaba un rostro que atormentaba su cabeza cuando se disponía a descansar, recordaba que sintió dolor, recibió amor, recibió odio y que aún amaba.
Extrañaba algo que no recordaba, sabía que había sido hace tanto tiempo que era imposible volviera a su memoria si no había algo que realmente lo hiciera recordar, sentía su pecho arder y doler del solo pensar que seguía sintiendo sentimientos humanos que supuestamente a un vampiro no le son relevantes, puros prototipos humanos inexistentes. Los vampiros amaban, lloraban, sentían, sufrían pero eso dependía de la clase de vampiro que fuera y como haya sido convertido.

— ¿Aún tienes esperanzas de encontrarlo? —Su aguda voz irrumpió en sus pensamientos, obligándolo a mirarlo con curiosidad con respecto a su extraña pregunta—Me refiero al que te convirtió
—Junsu, sabes que también te convirtió a ti
—Lo sé, pero a mi no es a quien le interesa encontrarlo. Viajamos por ello y ahora en tu ciudad de origen piensas buscar a más como nosotros o simplemente hallar a tu creador
—Lo busco porque necesito respuestas
— ¿Respuestas?
—Necesito saber porqué no puedo alejarme de mis recuerdos humanos, porque me duele tanto, necesito saber muchas cosas…
—La razón por la cual no puedes alejarte de tus recuerdos es porque te aferras a ellos, no por culpa del que te convirtió

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Las personas iban y venían en la calle, todos mirándolo por su estatura, por su hermosura, por su pálida piel, sus labios rojos como la sangre, sus ojos felinos o tal vez simplemente el frío y tristeza que emanaba su alma. No lo sabía pero tampoco era que le importara mucho. Es más sus pensamientos solo se concentraban en poder encontrar a alguien que ni siquiera conocía.

Es más ya estaba cansado de vagar por las calles de aquella ciudad donde todo ya le era desconocido, donde alguna vez en el pasado fue amado y amó. Pero no quedaba nada más que voces vacías en su cabeza donde las palabras eran casi inaudibles y huecas, donde no lograba encontrar respuesta alguna a sus preguntas.

—Hola…—le dijo alguien a su oído, sintiendo un aliento gélido en su oído, parecido al suyo. Sus ojos le miraron de reojo, pero la obscuridad no se lo permitía en lo absoluto. Sintió un par de manos posarse en su cintura, acariciando mientras emitía un suspiro excitado en su oído. Changmin cerró los ojos irritado, para después con un movimiento brusco deshacerse del tipo que intentaba seducirlo.
—Aléjate, no te me vuelvas a acercar si es que quieres vivir—amenazó sin voltear a verlo
— ¿Y qué piensas hacer? ¿Matarme? —escuchó una risa desganada y unas manos en su cintura de nuevo

—Si quiero puedo hacerlo—dijo Changmin volteando el rostro, mostrando sus blancos colmillos en una tétrica sonrisa que al otro le hizo sonreír aún más, vislumbrando unos dientes parecidos a los suyos. El castaño abrió sus ojos en señal de sorpresa frente al moreno en frente suyo que soltó una risita divertida.
—No has cambiado nada, bueno siendo lo que eres es imposible que cambies, me alegra haberte encontrado—le dijo tomándole la mano, el castaño estaba confundido, aturdido, no cabía en su cabeza el que aquel tipo lo conociera. Tal vez él…—No es lo que estas pensando, yo no fui el que te convirtió
—Entonces…
—El que te convirtió te esta buscando…

Se sentía mareado, sus ojos tenían dificultad al abrirse y un extraño aroma inundaba todo el lugar, había velas por todos lados en aquella habitación obscura y un montón de cristales esparcidos por el suelo.
Era una escena extraña con aire romántico y destrozado a la vez. Sus ojos se deleitaban con la extraña luz de las velas y sus sentidos se hallaban idiotizados por el aroma de las velas.

—Ah~ Changmin, ¿Dónde te habías ido? Han pasado muchos años desde que tu sangre pasó por mi boca, te he extrañado tanto—Los sentidos del castaño no respondían, menos su cuerpo, era presa del involuntario escalofrío que recorría su espina dorsal. Era incapaz de mover si quiera sus ojos, solo podía sentir una suave lengua bajar desde su oído hasta su clavícula, dejando un rastro frío y húmedo en su piel.
— ¿Quién eres tú? —preguntó con un hilo de voz, entre asustada y vergonzosa por la mano de aquel ser en su abdomen por debajo la ropa
—No te acuerdas de mi Changmin, lo sé, pero yo fui el culpable de que ahora no puedas ver la luz del día. Yo te convertí—sus palabras produjeron un eco en su cabeza, inclinando su cabeza a un costado sintiendo miedo de aquel ser, pero a la vez una extraña sensación de comodidad.

Sus ojos no se enfocaban bien, se sentía confundido y asustado. Lo había buscado por tanto tiempo y ahora que lo encontraba no era capaz de hacer las preguntas que tanto habían rondado por su cabeza, incluso ya las había olvidado.

—Changmin ah~ Olvidaste tus dudas, inclusive quien eres ¿Estás nervioso? —Dijo besando su mandíbula—Sigues siendo tan delicado. Como te he extrañado, pero entiéndeme criatura, lo nuestro siempre fue impedido, por donde lo percibieras. Aún ahora es prohibido…pero a los de nuestra especie ya no les afecta ni lo prohibido ni lo autorizado por las leyes humanas. Así que hágase de nuestro destino lo que siempre debió ser—concluyó volviendo besar su quijada mientras sus manos dejaban su trabajo.

— ¿Quién eres? —volvió a preguntar, moviéndose para dar la vuelta, pero en el momento en que logro dar vuelta sus ojos fueron recibidos por un pedazo de tela obscura que le impidió la vista. Intentó quitársela pero con habilidad aquel ser le detuvo, tomando sus manos para atarlas a su espalda inmovilizándolo. Como acto reflejo comenzó a patalear, sin ser capaz de decir palabra alguna por razones que el mismo desconocía.

—No seas impaciente pequeño…todo a su tiempo—susurró en su oído con cierto tono tétrico en su voz. A pesar de que tenía una voz dulce y calma. El castaño recordaba que había escuchado esa voz antes. Era una de aquellas voces que le decían cosas raras en sus delirios…aquellas voces que no le dejaban pensar y se avecinaban a su cabeza cada vez que mordía el cuello de alguien. Junto a aquellas imágenes borrosas.

El sabía que conocía a esa persona, pero no solo como el que lo convirtió, más bien, como algo que tuvo mucha más relevancia. Eso explicaría el dolor en el pecho que lo atacó en el momento en que mencionó que lo suyo era prohibido. Pero aún no entendía por completo el porqué de sus palabras.
¿Lo suyo? ¿Tuvieron algo?

—No te preguntes esas cosas ahora, no lo recuerdas porque ha pasado demasiado tiempo. Lo sé. Pero sé que tu corazón que aún sigue siendo humano lo siente, todavía estoy ahí. No me has podido olvidar por completo y nunca lo harás. Ahora que si puedo estar a tu lado
—No…No te comprendo—susurró intentando inútilmente deshacerse de las cuerdas que parecían de seda en sus muñecas
—Solo te voy a decir algo con lo que deberás atar cabos. Y como eres tan inteligente sé que lo lograras…Hermanito—La cabeza del menor dio vueltas con aquella palabra.

“Hermanito”
¿A qué se refería con ello? ¿Él era su hermano? ¿Prohibido? ¿Lo nuestro? ¿Estar en su corazón?
Acaso él era su hermano y se había…

—Así como lo piensas…te enamoraste de mi. Y aunque no te lo haya dicho mientras todavía vivías yo también te amaba. Es más todavía sigo sintiendo eso por ti, aunque me negué a aceptar cualquier sentimiento humano cuando me convirtieron, tú nunca te fuiste ni de mis pensamientos y mucho menos de mi corazón
— ¿Hyung? —susurró el menor derramando unas cuantas lágrimas, recordando una imagen extraña que jamás se le había aparecido en su cabeza desde que había muerto. Él lo conocía, el lo había convertido.
Era su hermano. Lo amó…o lo amaba ya no estaba seguro.

—Dicen que los vampiros no lloramos, ni sentimos, Changmin ah~ ¿Por qué somos tan diferentes? ¿Por qué tú eres la causa de que no sea un vampiro normal? —Preguntó besando su cabeza, deslizando el abrigo que cubría a Changmin atascándose en su antebrazo debido a la cuerda que impedía su paso— ¿Por qué tengo que amarte?
—N-No quiero…—susurró apenas cuando sintió las manos de aquel personaje pasearse por su pecho, desabotonando su camisa en el proceso
— ¿Por qué no? No hacemos nada malo, puede que sea un tabú pero no es nada malo mientras ese sentimiento todavía importándole ni en lo más mínimo que fuera a sucederle ya—Changminnie no me odies, pero yo ya no puedo soportar más
— ¿Soportar más? No me digas que te abstuviste de habite en nuestros corazones aún vivos
—Yo…
—Mejor calla y déjame a mí ¿Quieres? —Changmin ya no contestó, solo sintió aquellas manos volver a deslizarse por su cuello y pecho, sacando un suspiro de sus labios. Sentía el líquido frío aún correr libremente por sus pálidas mejillas, tortuosamente imaginando que le iban a hacer—Aunque no me creas es verdad, mi querido Changminnie te eh deseado, amado secretamente durante toda mi existencia a tu lado
—Cállate, me quitaste la vida, me privaste de continuar mi vida de manera normal eso no te lo puedo perdonar. Simplemente no puedo—dijo fríamente el castaño sintiendo que las caricias aumentaban. El otro simplemente sonreía lascivamente
—No me callaré y no necesito tu perdón. Tú tampoco eres un santo, gracias a mí en parte pero no me interesa que pienses de lo que haga de ahora en adelante—dijo tomando una cuerda atando sus manos tras su espalda más fuerte que con la tela de seda con la que ya estaba atado—Además. ¿Quién dijo que te privé de vivir? —Changmin se quedó estático, de un momento a otro todo su monólogo planeado en diez segundos se había ido al demonio, no entendía de que estaba hablando. Según el coherente razonamiento de Changmin él estaba en lo correcto.

Aunque no recordaba mucho pues de ello hace ya muchos años tal vez dos o tres décadas desde que lo convirtió, pero si le privó de vivir, de continuar una vida normal, cumplir diecinueve años, tener una novia—o novio—enamorarse, vivir.

— ¡Maldito te…! —su reclamo se vio callado por sus labios, unos fríos labios que no podían darle la paz que él necesitaba pero aún así calmaban su dolor proveniente de su aún corazón humano que rogaba poder sentir aquello que jamás había sentido durante su tiempo como No muerto.
—Di que me odias, di que no me quieres ver más. Di lo que se te pegue la gana decir pero ten en cuenta que ignoraré todo lo que se te ocurra decir. Que aún así haré tu cuerpo y tu alma míos.
—Yo…—antes de que Changmin llegara a decir algo un súbito pensamiento cruzó su cabeza.

Junsu.
Sentía su presencia muy cerca, fue cuando volvió a sentir aquellos labios callándolo. Pero su preocupación aumentaba, sus ojos se movían de un lado para otro solo encontrándose con la tela que los cubrían

—D-Deja ir…alguien vendrá…—susurró comenzando a temblar, no entendía el porque de su miedo, era Junsu, mayor que él aunque más inmaduro.

La persona que nunca se alejó de él, que siempre lo escuchó, aunque nunca lo comprendió no lo dejó solo y eso significaba mucho para Changmin. Si había alguien a quien realmente le debía la vida antes que a aquel que decía ser su hermano y su creador ese era Junsu.

— ¡Deja de pensar en él! —una bofetada por parte del otro lo hizo volver a la realidad, la presencia de Junsu seguía cerca y si había alguien que podía lograr sacarlo de esta—aunque realmente no tenía muchas ganas de salir de esta—ese era Junsu, aunque tal vez, solo tal vez el no querer estar con esta persona era por Junsu y sus extraños acertijos con respecto a lo que siente por él.

— ¡Junsu! —logró gritar para luego escuchar como la puerta se abría de golpe, chocando con la pared al ser abierta tan fuerte. El mayor soltó una carcajada al verlo
—Junsu…Junsu…Junsu, tantas décadas sin vernos ¿Cómo has estado?
— ¿Quién eres tú?
—Tu amigo Junsu, sé que no quieres rebuscar en tu memoria aquello que fue tu pasado pero búscame en tu memoria te aseguro que me recordarás fácilmente—Junsu frunció el seño negando suavemente con la cabeza pero ahí estaba él si lo recordaba.

Aquel chico había sido el que lo salvó de morir o mejor dicho lo convirtió en No muerto una noche en la que había sido mal herido y no tenía esperanzas de vivir.
Él lo había sacado de las garras del olvido y la muerte eterna dándole una nueva oportunidad de vivir de una manera diferente.

—Junsu, ahora que lo recordaste. ¿Estas tan enojado conmigo? –preguntó en tono sombrío sobresaltando al pelirrojo que lo observó. Era una escena extraña.

Había velas, vino, una bolsa de sangre, muchos cristales en el suelo y Changmin, su Changmin hincado sobre la cama con un pañuelo cubriéndole los ojos y sus manos atadas con un pañuelo de seda azul y una cuerda gruesa.

—No… ¿Pero que quieres con él?
—Junsu ah~ Aún tan despistado. Yo te conté todo lo que siento por él pero no te dije su nombre sabes quien es. Después de que te convertí te dije todo de él. Sabes que quiero con él—Junsu negó con la cabeza. Había intentado protegerlo de eso, de que alguien lo deseara tanto hasta tal extremo, pero su misión había llegado hasta ahí.
—Changmin ah~ —el nombrado movió su cabeza enérgicamente intentando en vano deshacerse de la tela que cubría su vista, solo consiguiendo un pequeño mareo—Sé que tu también lo deseas- Ojalá nos volvamos a ver, mi lindo dongsaen
— ¿Junsu? —cuando Changmin pudo abrir la boca el pelirrojo había desaparecido. Lo había dejado a la merced de aquel tipo que ni siquiera recordaba conocer, pero no tenía miedo y simplemente una sonrisa tétrica se asomó a sus labios seguida de un beso por parte de su hermano más caricias sobre su pecho y una mano atrayendo su cabeza hacía el rostro del otro, profundizando el beso al cual respondía igual o más apasionado.
—Changmin ah~

La ropa desapareció en instantes aún cuando la camisa del castaño estaba atascada en sus antebrazos. El otro besaba su cuello con pasión sacando gemidos de sus labios, quemando de frío su piel. Sin esperárselo sus piernas fueron levantadas hasta chocar con la hombría del otro soltando un gemido fuerte, el otro tenía una sonrisa plasmada en su pálido rostro, mientras se dedicaba a morder sus pezones hasta hacerlo gritar.

La habitación ahora estaba a obscuras, iluminada únicamente por una pequeña vela en una esquina de la habitación, mostrando sensualmente el sudor de sus pieles, el brillo de los felinos ojos del moreno, el pequeño hilo de saliva que salía de la boca de Changmin que jadeaba a cada movimiento de su amante.

— ¡Hyung! —soltó Changmin al sentir la mano de su amante tomar su miembro sin pudor alguno, comenzando a dar lamidas esporádicas sobre él, disfrutando de la manera en la que sus labios se movían, mordiéndose para evitar gritar más fuerte de lo que ya hacía.
—Dime Changmin… ¿Te gusta? —Susurró en su oído mientras sus manos arañaban su pecho y lo hacían gemir más— ¿Te gusta el dolor? —Volvió a preguntar empujándolo, haciéndolo chocar fuertemente contra la pared, pero en lugar de quejarse gimió más alto, haciendo al otro sonreír ampliamente, sintiéndose feliz de provocarle placer con dolor, aunque eso fuera extraño.
—Quieres callarte…—susurró casi inaudible mientras su cabeza iba hacia adelante mordiendo el hombro del moreno que también gimió—Te toca sufrir a ti—dijo en su oído para luego morderlo como él había echo antes cuando lanzó la primera pregunta. El mayor gimió alto y fuerte, apropósito para poder ver la sonrisa de satisfacción del menor que continuó un camino de besos, lamidas y mordidas por su cuello y hombros.

—A mí si me gusta… tortúrame Changmin—dijo jalando su cabello en lo que el otro mordía fuertemente su pecho— ¿O yo debería torturarte más? —dijo sonriendo mientras alejaba al menor y lo recostaba en la cama, para besar y morder su pecho con ahínco mientras su mano volvía a atender su miembro que necesitaba atención aunque el suyo también pero a diferencia de Changmin, él si podía controlarse. Aunque lo de controlarse fuera a causarle risa a los demás y a si mismo.
— ¿Vas a torturarme? Tortúrame mucho… hazme sentir—dijo sensualmente consiguiendo que una mano lo agarrara fuerte mente del cabello en lo que hacía fricción con sus miembros. Ambos gritaron de placer— ¿Eso es tortura? —provocó sabiendo que conseguiría con sus palabras
—Ya veras que es dolor de verdad. Lo bueno es que en cuanto al dolor referente con placer si podemos sentir…—rió para sí, después acariciando el rostro del castaño que parecía impaciente ya.

Un solo movimiento de los brazos del mayor logró que lo pusiera boca abajo y sin esperar mucho el moreno metió toda su hombría en su interior

— ¡¡Maldición!! —exclamó Changmin sintiendo como si lo partieran en dos en un solo instante. Respiraba irregularmente, apretando su ojos con fuerza, sintiendo todo su interior arder.
—Dijiste que querías tortura, ahí la tienes—susurró en su oído una vos colmada de excitación, que respiraba trabajosamente mientras arañaba y acariciaba a la vez su pecho haciéndolo gemir de nuevo— ¿Quieres más? —no esperó la respuesta, simplemente comenzó a embestirlo con fuerza, haciéndole olvidar toda clase de dolor y de pensamientos que maldecían al maldito que casi lo parte.
— Ah~—ambos comenzaron a gemir fuertemente, el movimiento de las caderas era rápido, casi frenético. Estaban fuera de sí.

El mayor sentía que ya no era un No muerto. Sintió que en el momento que estuvo por completo dentro de él su cuerpo se calentaba y podía volver a sentir todo aquello que como un No muerto no se podía sentir.
Podía sentir el placer mucho más fuerte que cualquier humano, disfrutando con todos sus sentidos de la estrechez de su hermanito que gemía sin control mientras el sacaba y metía su masculinidad de su cuerpo.
Por su parte el castaño sentía que ya no estaba en su cuerpo, todas aquellas preocupaciones que atacaban su cabeza día con día sobre su existencia como No muerto se había desaparecido por completo cuando el placer llenó por enteró su cuerpo, mezclado con el dolor que disfrutaba masoquistamente sentir. Podía jurar que tocaba el cielo o el infierno cuando su amante arremetía más fuerte con su cuerpo chocando con aquel punto de placer.

Ambos estaban complementándose encontrándose a si mismos en aquel acto que para los faltos de conocimiento era la demostración más pura de amor. Podía que ambos pensaran en ese momento que solo estaban teniendo simple sexo con uno de su especie; al contrarío de lo que en realidad sucedía pues ambos estaban entregándose a un amor que decían ya no sentir, un amor que perduró aún con su muerte.

— ¡¡Jaejoong!! —fue el grito del menor, cuando el orgasmo llegó a su cuerpo, derramando su semilla en la mano del mayor que estaba complaciéndolo. El moreno sonreía de manera extraña, casi humana al escuchar por fin su nombre salir de sus labios, en muestra de que no se había olvidado de él

—Min…Min… Min…—jadeaba el mayor, sin dejar de arremeter con su cuerpo disfrutando de la contracción y dilatación de las paredes del menor que solo se dejaba llevar por su primer orgasmo— ¡¡Changmin!! —fue su grito en la última estocada, derramándose por completo en él.

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La noche comenzaba a paso lento, las luces artificiales de la ciudad les sonreían en lo que ellos parados sobre el techo de una casa observaban tranquilamente la ciudad.

—¿Y Jaejoong?
—Violando a su hermanito
—Me lo imaginaba, ya me estaba hartando de sus gemidos de gata en celo cuando se encerraba a pensar en él
—Laméntate tú, lo bueno es que yo no tuve que aguantar a un Changmin gimiendo el nombre de Jaejoong, pero si su obsesión con encontrarlo

—Que extraño que casi sin quererlo los hayamos ayudado a reencontrarse
— ¿Y ahora que haremos Junsu?
—Dejar que vivan su tabú Yoochun, ya acabó nuestra misión con ellos
—Tienes razón—un extraño brillo acudió a los ojos de Yoochun mientras miraba a Junsu, alejándose en silencio con él tomado de la mano

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—Dijiste mi nombre
— ¿Eh…?
—Antes de ayer dijiste que yo te dije mi nombre, pero tú lo dijiste antes de que yo hablara
—Ya lo sé, solo quería que te sintieras mal…
—Idiota—el mayor propinó un golpe en el pecho del menor, que solo rió antes el acto
— ¿Acaso quieres violarme otra vez?
—Para que más me voy a dignar a hacerte sentir dolor mi pequeño masoquista—la sonrisa en el rostro de ambos lo dijo todo.


Había misterios escondidos en aquellas paredes de aquel edificio que daba miedo a muchos, escondidos cuerpo sin sangre ni vida, muchos seres que buscaban simplemente saciar su sed con sangre humana. Y seres como Jaejoong y Changmin que se habían encontrado, almas que no eran como los demás No muertos, almas que todavía eran mitad seres sin vida y mitad humanas, compartiendo un sentimiento de amor expresado de una manera extraña. Dolor.

まずは右まで。
THE END

9 Comentarios:

  1. woouu me gusto muchisisisismo ojala hubiera sido serial :(

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  2. Jeje, muy bueno...muy bueno y no lo digo solo por que sea fan de esta pareja sino por que tanto la trama como las escenas de "aquí y allá" son realmente "apasionantes" por así decirlo. Buen trabajo. El final esta cómico.

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  3. realmente genial,
    la historia realmente me encanto,
    felicidades a la autora.

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  4. xochiquetzal8/11/2011

    El principio me gustó, daba una gran impresión de misterio, pero después sentí que todo pasó muy rápido, creí que duraría más el suspenso.

    Me gustó la idea de que su amor perdurara más allá de la muerte, y luego con incesto... demasiado para mí.

    Sólo no entendí lo último, ¿mazuwamigimade? ¿qué querías escribir?

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  5. Chisihiro8/12/2011

    Mazu wa migimade es una despedida en japones, utilizada al final de un texto :3

    O eso creo =.=

    El fic me encanto >.< quiero que continue...has una secuela, te lo ordenoooo ok, no...esta muy bueno ^^

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  6. Anónimo8/13/2011

    lo estaba espeRANDOOO CON TODO MI CORAZONN!!!!

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  7. Minna mon8/14/2011

    Está interesante, pero hubo algunas palabras o formas de redactar que no entendí. También como que no están muy claras algunas acciones, como: ¿en qué momento se fue Yoochun (supongo que si era él el primero que llegó con minnie ¿no?)y llegó Jae... el cambio de comportamiento en Changmin fue muy repentino, en un momento pedía ayuda y un segundo después ya devoraba a Jae; seguía con la tela en los ojos mientras tenían relaciones, o en que momento se la quitó?
    En cuanto a la historia, es bueno tu fic, me gustan tus ideas, lo del incesto me gustó jojojo, y hablas de un amor que va más allá de la vida misma, muy romantico tu planteamiento ^^ guasta gusta. Sólo hay que pulir la narración :)

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  8. Anónimo8/14/2011

    me encantooo!!!!
    lo ame:D
    gracias por escribir !!!

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