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Arualthings

Yo te a…

Título: Yo te a…
Autor: Aono
Parejas: YunJae
Género: Slash, Lemon
Extensión: Oneshot
Advertencia: Sadomasoquismo
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La hinchazón de la cara aun no bajaba, pero al menos las marcas moradas de su garganta y brazos había podido cubrirlos con un poco de maquillaje. Tal vez si se ponía unos lentes de sol lo bastante grandes podría disimular el daño en el rostro, pero también iba a necesitar colocarse una bufanda alrededor de la mandíbula.
Rebusco un poco más en su armario antes de encontrar lo que buscaba anudo la mascada alrededor de su garganta, gracias a dios era un día común de invierno en donde cualquiera se cubría para no tener que soportar el frio crudo de invierno. Termino de arreglarse frente al espejo quebrado el mismo que tenía gotas de sangre estampadas y ya secas entre los cristales.
Un leve suspiro salió de sus labios al observar todo el desastre de la habitación y un escalofrió le recorrió el cuerpo cuando trato de salir del departamento y una voz le hizo parar en seco.

-¿Te vas tan temprano?- el sonido de su voz se escuchaba tan delicado como si no fuera el mismo quien hablara tan calmadamente- Jae te pregunte si sales, serias tan amable de por favor contestarme.

El pánico lo invadió, no era nada común que él le hablase de esa forma tan calmada y tranquila, pareciese que no estuviera escuchando a la misma persona. Sin duda algo ocultaba aquella voz tan melodiosa, pero en sus recuerdos podía hacer memoria de aquel tono tan delicado aunque no sabía en qué tipo de situación lo había escuchado.
Giro con cuidado hacia la persona que se encontraba recargada en el marco de una de las puertas interiores, y después de mucho tiempo pudo ver en sus ojos la razón por la que había soportado todo aquello, la motivación que necesitaba para poder acallar a sus miedos y continuar.

-Tengo un compromiso muy importante- pero de repente, sus ojos cambiaron y la ira se hizo presente en ellos, el miedo retorno tan pronto como se había ido y lo único que pudo hacer antes de que fuera brutalmente arrojado contra un mueble fue tratar de recordar lo que momentos antes había estado presente en la mirada de quien ahora estampaba su puño nuevamente en su rostro… luego todo se volvió borroso.

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En un entierro la gente estaba lo bastante triste como para prestar atención a su alrededor, así que cuando Jaejoong ingreso al salón velatorio se sintió aliviado de que nadie se percatara de su evidente retraso, con disimulo se deslizo hacia una de la habitaciones para hallar ahí a su madre quien desconsoladamente miraba un ataúd negro pero cerrado. El dolor de perder a un hijo siempre destroza la vida de quienes se la entregaron por supuesto su madre no iba a ser la excepción, y al verlo lo único que pudo hacer fue sonreírle con tristeza.
Observo a su madre, la manera en la que contemplaba un ataúd cosa que para él no tenía sentido, puesto que el cuerpo que estaba tendido en el ya no era su hermano sino un estuche totalmente vacío, pero que para ella lo significaba todo. El esfuerzo y la dedicación de años por lograr que esa persona se superara y sobre todo el amor que le había entregado, amor que nunca se le había otorgado a Jaejoong.
Porque si, dentro de su familia siempre había sido considerado la oveja negra, el incompetente y el malagradecido, y el único que había recibido los elogios, los abrazos y la aceptación era su hermano.
Y ahora que la luz de sus ojos ya no estaba vivo se sentían como si lo hubieran perdido todo y tal vez era así ya que Jaejoong no significaba nada para ellos, la prueba de ello era que el inquebrantable Sr. Kim estuviera tan afectado que ni siquiera había podido asistir al entierro.

Un hombre que se vanagloriaba de su exitosas empresas, de su exitoso hijo, y de su vida intachable, estaba totalmente destruido por lo tanto no podía mostrarse débil ante los demás para mantener su hinchado orgullo. Una sonrisa se dibujó en su rostro cuando el pensamiento le cruzo la mente.

-No creo que sea momento para reírse- la voz de su madre estaba al borde del quebranto- ¿Por qué tienes el labio partido?

Mierda, no había notado que se le había partido el labio, para ser sinceros no se dio cuenta de nada después de recibir el segundo golpe y salió tan apresurado que ni siquiera le tiempo a revisar los daños.

-Me tropecé en las escaleras, no es para tanto- trato de tocarse la parte de su labio que recién empezaba a dolerle dándose cuenta que aún estaba sangrando, se limpió con el dorso de su mano- fui descuidado.

-Siempre lo eres-le reprocho- ahora que tu hermano no está espero que empieces a madurar y tratar de ser un poco más como él. Tus acciones ya le causaron un dolor de cabeza a tu hermano en el pasado y tu padre no está en condiciones para pasarlos ahora.

Otra sonrisa irónica se formó en la boca de Jaejoong, su padre nunca estaba para pasar nada por él lo sabía muy bien. Trato de comportarse como lo deseaban como el hermano afligido quien había perdido al ejemplo de su vida, manteniendo una mirada triste y desolada, pero por dentro… por dentro no lamentaba para nada aquella muerte.
Es más se sentía aliviado por aquello, por no tener que soportar ni un día más al infeliz de su medio hermano, porque era bien sabido que la aberración de sus padres hacia él se debía a que era justamente el resultado de una borrachera de su madre durante una de las tantas discusiones con su esposo, en verdad el Sr. Kim lo había perdido todo, a su única descendencia.
Así que cuando el ataúd era sellado bajo seis metros de tierra no pudo sentirse más aliviado, de que los abusos que recibía por parte de este hayan terminado, las noches de tortura, las violaciones y sobre todo el dolor. E imploro por todo por lo que no creía que su alma se pudriera en el infierno.

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Ya era muy tarde cuando regreso al departamento y por lo visto no había nadie en su interior, dedujo que él ya se había ido. Aquello lo reconforto, se dirigió a su habitación tirando sus cosas mientras caminaba, se encerró y dejo que el dolor lo consumiera, pero en silencio ahogando sus quejidos con su propia mano.
Cargando con sus propios demonios y rogando para que por fin esa noche fuera la última en que lo atormentarían, sin darse cuenta se quedó dormido sin percatarse de que un par de ojos lo observaban desde la puerta todo el tiempo. Los mismos que se acercaron después para depositar un dulce beso en su frente y cubrirlo con las mantas.

Despertó con el sonido de la alarma que no paraba de resonar por todo el departamento, en semejante desorden había desaparecido el maldito despertador. Tropezó con la mesilla de la sala antes de que el sonido cesara por completo, había estado debajo de la mesilla y la pregunta estúpida se formuló en su cabeza: ¿Cómo llego aquí desde la habitación?
Pero lo único que en estos momentos quería era no recordar, solo iba conseguir deprimirse más y el dolor de cabeza ya le había empezado.

Perdió como media mañana en tratar de arrinconar el departamento y arreglar los destrozos del baño y la recamara, pero nada podía hacer con el espejo del baño, tendría que salir a comprar uno nuevo. Estaba por salir pero se lo impidió el sonido del teléfono, corrió apresurado hacia el aparato Tal vez sea él, pensó justo cuando descolgaba.

-¿Hola?- pregunto agitado por la emoción.

-¡Jaejoong¡ me alegro que estés en casa- se pateó mentalmente al ver lo evidente, no, no era él sino Changmin ¿Por qué le gustaba hacerse falsas ilusiones? – me preguntaba si estabas de ánimos para ver una película, es que acabo de rentar una muy buena según las críticas y pensé que te gustaría distraerte un rato.

No presto atención a la mayor parte de lo que dijo, pero ver al pequeño sería una buena idea, necesitaba limpiar sus pensamientos y Changmin siempre lograba que lo hiciera.

-Claro, me parece una buena idea, pasa por casa, te esperare- la emoción al otro lado de la línea era evidente, no espero respuesta y colgó.

No fue una sorpresa que escasos minutos después el timbre de la puerta sonara, y en la puerta estuviera Min con un montón de películas en sus manos acompañadas de una sonrisa de oreja a oreja.
Y sonrió, no con ironía, no por cortesía, no porque se lo mandaran, sonrió porque después de mucho tiempo se sintió humano. Changmin lo observo, por unos segundos la sonrisa abandono su rostro pero retorno inmediatamente, lo hizo pasar y ambos se sentaron frente el televisor viendo como aparecían los previos de las películas.

Para Changmin Jae como le gustaba llamarlo pero nunca lo hacía frente a él, lo era todo, y a la vez no era nada. Se había enamorado desde el primer día que lo conoció por todo su ser, su personalidad, su apariencia, y todo había bastado siempre contar de permanecer al lado del mayor, pero para el pequeño Min últimamente la cercanía no era suficiente.

Amar a Jae se había vuelto tan doloroso, más aun cuando empezó a frecuentar al tal Jung Yunho. Todo el mundo sabía que el tipo por más refinado que pareciera era un maldito pervertido. Se sabia de sus andanzas por los barrios bajos y las atrocidades que cometía con sus parejas sexuales. No, él no quería que su Jae se relacionara con ese sujeto, pero nada había estado a su alcance para poder alejarlo.
Con el tiempo descubrió que debía haberse esforzado mas por separarlo del peli castaño, en cuanto empezaron a aparecer los evidentes golpes y marcas por todo su cuerpo quiso partirle la cara a Jung, pero por una razón que el mismo Changmin desconocía el mayor le protegía y callaba.
Era por ello que amarlo se había vuelto tan doloroso, porque a pesar de estar a su lado no podía protegerlo, cuidarlo y darle lo que en realidad se merecía. Cada vez que miraba a Jae la impotencia lo consumía quemándose por dentro hasta volverse cenizas.

-¿Por qué sigues dejando que te golpee?- pregunto el menor cuando ya iban por la mitad de la película, Jaejoong pretendió fingir no escuchar- y esta vez no vas a decirme que te caíste o que te tropezaste con un mueble porque ya no me la trago, esas marcas en el cuello y en el rostro no son por una caída mucho menos la partidura del labio- había olvidado cubrirse las marcas, pero ya no tenía importancia.

-¿No crees que la chica solo lo usa por su dinero?- se refirió a la película tratando de que por una buena vez cambie de tema.

-¿Entonces para que te usa Yunho? ¿Para juguete sexual?- inquirió ahora un muy molesto Min- no tolero que te hagas esto Jaejoong.

Cuanta verdad hablaba, porque si de algo estaba seguro el mayor era que Yunho lo usaba solo para eso: como su juguete de distracción, entonces que significaba Yunho para él. Tenía miedo preguntárselo a sí mismo.

-Creí que la última vez dejamos en claro que lo que yo haga con mi vida es mi problema- ahora él estaba molesto- no lo vamos a repetir.

Dicho esto salió hacia su habitación y se encerró hasta que Changmin se decidiera a irse, pero su corazón estaba inquieto, seguro no podría dormir también esta noche.

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El sonido de la música a todo volumen lo estaba atontando un poco y nada ayudaba que se estuviera tomando su sexto vaso de licor, las palabras de Min habían perforado su cerebro así que para poder tener un poco de sosiego se metió en el primer bar que encontró. No fue una buena idea pero era mejor que quedarse en casa solo y desmoronándose.
Pero el alcohol solo había logrado regresar a su memoria pasajes de su vida que odia admitir que ocurrieron, eso era lo peor. Así que siguió leñando su copa hasta que por fin se le fuera el conocimiento.

Cuando Jung Yunho, heredero de una de las más importantes familias de Corea, ingreso por las puertas de aquel bar fue abordado por varias mujeres como también hombres que clamaron su atención con mucha insistencia. Acostumbrado a ser siempre el centro de atención el cual era su estilo de vida paso de largo ante todas esas personas que según su pensamiento eran inferiores a su clase y educación.
Se dirigió a su mesa reservada y privada que utilizaba cuando asistía a este antro en especial y se acomodó con todo el porte y la elegancia que poseía. En este lugar la música no atontaba tanto y se permitía cierta privacidad al margen de toda la bola de gente que se movía entre la cantina y la pista de baile.

Se encontraba con un par de amigos que ya estaban empezando a llenar la mesa de toda clase de bebidas, tres de ellos tenían a su lado a mujeres con poca ropa y muy provocativas. Pero para Yunho ninguna le parecía atractiva o por lo menos deseable.
La verdad era que desde hace algún tiempo ninguna persona le parece o le atrae como hombre, no desde que a empezado “eso” con Jaejoong. Cada vez que lo ha intentado se ha humillado al no poder demostrar su virilidad, no cabe en su cabeza como es que ya no reacciona de la misma manera como antes. Lo último que quiere aceptar es que se deba a Jaejoong.

-Creo que ya encontré con que voy a jugar esta noche- dijo Heechul, sonriendo mientras se concentraba en alguien cerca de la barra.

Por su parte el moreno también sonrió, sabiendo las intenciones de uno de sus mejores amigos. Sintiendo pena y lastima por la persona en la que los ojos lujuriosos de su amigo ahora están posados.

-¿Algo interesante que sea digno de cazar?-señalo con burla mientras seguía la dirección de la mirada su Heechul. Con la muchedumbre en medio no pudo distinguir de quien hablaba asi que inquirió- ¿Quién es?

-El muchacho sentado a un extremo de la barra- señalo.

Y en cuanto lo vio, reconoció de inmediato aquella piel de porcelana, el tono castaño del pelo y la hermosura de las facciones Jaejoong. Viera donde lo viera siempre podría reconocerlo, a sus ojos y a los de los demás era inconfundible, no le extraño que Heechul se haya percatado de su existencia entre tanta gente y en un lugar tan abierto.

Instantes después comprendió de lo delicado de la situación, de la mirada de le dirigía su amigo y del hecho de que le molestaba en sobre manera que lo mirara de esa forma, es mas no quería ni que lo mirara que nadie lo hiciera.

Debatiéndose entre si debía agarrarlo y sacarlo de ahí o fingir indiferencia, se levantó bruscamente sin dar explicaciones a nadie y se dirigió a donde se encontraba el peli castaño. La furia de verlo deseado por otro no lo dejaba pensar con claridad, cuando lo tuvo a su alcance lo volteo y se plantó frente a él, cuando observo su rostro se dio cuenta de que estaba totalmente embriagado.

-¡Yunho!- grito en cuanto lo reconoció, jamás durante el tiempo en el que lo conocía lo había visto mareado estaba totalmente sorprendido-Justo estaba pensando en ti- agrego totalmente fuera de si- y … he decidido que eres un completo imbécil¡¡¡¡¡¡¡¡

Se tambaleo de un lado a otro murmurando cosas sin sentido, la ira de Yunho había desaparecido en cuanto lo vio en ese tétrico estado.

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¿Por qué está actuando de esta manera? Se preguntó Yunho mientras los labios de Jaejoong se perdían en su garganta y parte de su clavícula. Gimió cuando sintió como sus dientes se adentraban en su hombro con fuerza. Las manos del mayor también estaban inquietas bajando por su pecho y apartando la camisa de su cuerpo.
Y es que después de que lo haya sacado a rastras del bar y llevarlo a su casa Jaejoong se le había abalanzado provocativamente, empezado a dar inicio a lo que para el prometía una buena sesión de sexo, pero la insistencia que demostraba era fuera de lo común, tal vez se debía al alcohol, pero Jae ya había reaccionado desde hace un rato y se había dado cuenta que lo único que necesitaba era complacer a Yunho fuera como su juguete o no.

Yunho rasguño sus brazos con intensidad mientras se dedicaba a morder sus labios de una manera ruda haciéndolos sangrar nuevamente, muy en el fondo a Jae le excitaba que lo tratase como a él le dé la gana, incluso un día había alcanzado el orgasmo mientras Yunho lo golpeaba, pero este jamás se había enterado.

Por otro lado también le fascinaba escuchar los gritos del menor cuando desgarraba con sus dientes pedazos de piel de su pecho y abdomen. Estaba podrido por fuera y por dentro y lo único que tenía para aferrarse era la persona que lo estaba ahora penetrando de una manera bastante ruda. Tal como la excitación había llegado entre gemidos también se fue cuando ambos mancharon la alfombra de la sala, no romántico pero si lo habían hecho en la sala.

Yunho cayó sobre Jaejoong respirando agitadamente, y por su parte el peli castaño se abrazó a su espalda cosa que nunca hacían ambos después de copular, pero esta vez era diferente esta vez el mayor sabía que era lo que veía en sus ojos , aquello que le hacía sentir un miedo por perderlo, lo que veía era a sí mismo, con más cualidades que defectos pero al fin y al cabo él.
Lo supo desde el día en que sin su presencia se sentía intranquilo y solo lo esperaba a él, desde que sus golpes para el eran caricias. Desde que se desmoronaba cuando no estaba a su lado.

-Yunho..

-Mmmm?

-¿Qué soy para ti?

-¿A qué te refieres?

Y en solo esa simple frase que dijo Jaejoong lo comprendió, en vez de responder con burlas o insultos, él había dudado, y en esa duda comprendió de que significaba algo para él. Eso bastaba…
Yunho se apoyó sobre sus hombros para poder ver a Jaejoong, y en su mente se reprochaba por ser tan cobarde como para no decirle lo que en realidad sentía.

-Nada- dijo Jaejoong mientras por primera vez le sonreía, él le devolvió la sonrisa con toda su alma.

Ambos se sentían completos con una paz que no lograban obtener en su soledad, ambos habían descubierto lo que realidad estaban jugando y eso a su manera bastaba.

-¿Jae?- la voz le tembló-¿Qué me dirías si te digo que cuando estas a mi lado me siento raro?

-Yo me siento igual.

Pero al final de cuentas ambos jamás aceptarían lo que acababan de descubrir.

Fin


PD: perdonen a una pobre chica que a dado todo su esfuerzo por tratar de darle sentido a las locuras de su imaginación sin poder lograrlo.

2 Comentarios:

  1. Wauu la verdad no me imagino ami porbre Jae siendo golpeado por Yunnie U_U...

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  2. Anónimo8/15/2011

    Pobrecito de mi baby minnie ama a jae pero no es correspondido :´(

    y pobrecito de jae tambien no puedo imagina lo yunho golpeandolo

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