KINGDOM TVXQ!

CLOSE 2U
Arualthings

Utopía cap 3

Color, Melody and Harmony


Si tan solo, por un segundo, fuera capaz de convertir todas las lágrimas del mundo en sonrisas
Podría continuar amando, podría continuar caminando. Creyendo profundamente...
...Que un día, estos sentimientos alcanzaran a alguien.









Particularmente el frío no es algo que moleste a Junsu.


Sin embargo esa noche, mientras mira el oscuro cielo de Seúl, no puede evitar suspirar lentamente en tanto cierra mejor la bata a su cuerpo y el vaho que ha salido de sus labios se ve reflejado en la gran ventana.


Su reflejo le parece incluso, hasta un punto hermoso en el que cuando menos no está tan solo. La extraña melancolía que lo recorre por un momento es hasta inverosímil. Por que su madre un día le dijo, que cuando sientes melancolía, y la luna ha desaparecido de tus ojos, es por que días difíciles están por llegar.


Junsu no es del tipo enigmático, pero esta noche lo ha recordado, como si de pronto la voz de su madre fuera claramente audible y su cuerpo entero se sintiera confortado con su presencia, como cuando era un pequeño niño y todo parecía hasta fácil.


—Oppa… ¿Nos lees un cuento?


La pequeña Kihan abrazando a su osito de peluche, ha agarrado su bata y lo ha mirado con esos grandes y hermosos ojos. A Junsu no le queda más que sonreír y tomar a la niña entre sus brazos, respirando profundo y peinándola un poco.


—Por supuesto pequeña, ¿Ricitos de oro, esta bien?
—¡Por supuesto!
—Entonces vamos.


La niña asiente con una gran sonrisa, dentro del pabellón de niños con cáncer hay unos cuantos padres de familia, tomando las manos de sus hijos, sonriéndoles, haciéndoles conversa. Alejándolos un poco de su realidad.


Junsu siempre ha pensado que su trabajo es difícil, y que la vida a veces es injusta.


Por que está rodeado de unos hermosos angelitos, que un día no muy lejano explayaran sus alas y se marcharan. Le ha costado tanto no llorar frente a ellos. Y cada cierto tiempo maldice a su empatía, pero aún así no ha pedido un cambio de pabellón.


—¡Miren todos! El doctor Junsu Oppa nos va a leer un cuento.


Por que estos angelitos lo llenan de vida y esperanza, por que dentro de este pabellón hay un mundo que el resto desconoce. Junsu trabaja en un mundo perfecto, donde todos son amables, dulces y hermosas personas sonrientes. Con un corazón tan valioso, que hacen llenar a Junsu de una gran armonía.


—¿En serio? ¡Hyung, eres lo máximo!
—¡Por favor que no sea cenicienta otra vez!
—Oppa, muchas gracias.


Los niños se reúnen a su alrededor y Junsu toma asiento en una pequeña silla junto a la niña sentada ahora en sus piernas. Abre el cuento con una sonrisa en el rostro y el pecho rebosante de paz y tranquilidad.


—Esta bien, pero vamos a prestar atención y luego a dormir por que no es bueno que se desvelen. ¿De acuerdo?
—¡Si!


Todos lo observan sonrientes, expectantes y con sus manitas juntas, emocionados por escuchar su voz una vez más.


—Bien, era hace una vez una hermosa niña de cabellos tan rubios como el oro.
—¿Cómo el que antes tenía Romina?
—Si, como el de Romina.

—Oh~


—Tenía unos ojos azules, tan bellos como la más hermosa joya que se puedan imaginar. Todos la llamaban ricitos de oro. Por que su cabello era tan suave y ondulado, que al caminar causaba cierta gracia en los demás…







Yunho se sintió terriblemente avergonzado, cuando desde su lugar observó a un recién duchado Changmin moverse de un lado a otro en la cocina mientras preparaba un poco de té. Si bien la ropa de Changmin le quedaba a la perfección, era incómodo molestar al menor de esa forma.


Observó sus propias manos sobre la mesa y suspiró, su cabello aún goteaba un poco y la ducha que había tenido que darse debido a la lluvia, había sido refrescante. Movió un poco sus labios con la firme decisión de marcharse cuanto antes y dejar de incordiar a Shim.


—Ya está, bebe un poco.


Changmin depositó la taza frente a él y se sentó con suavidad en el asiento contiguo. Yunho sonrió levemente y asintió, bebiendo un poco del te recién preparado, y cuando su cuerpo recibió el calor, un suspiro volvió a salir de sus labios.


—Yo… Soy muy inexperto en esto de apoyar a los demás. En realidad soy un completo inútil, pero quiero que sepas, que si necesitas algo. Puedes contar conmigo, puede que no sea tu mejor opción, pero si vuelves a necesitar un abrazo, por favor no dudes en buscarme.


Y aunque resultara imposible, justo en ese momento Changmin parecía avergonzado, Yunho pensó que era inconcebible, por que era él quien estaba invadiendo el espacio de Changmin, era él quien estaba abusando de su amistad y confianza. Changmin no tenía por que avergonzarse.


Pero Changmin solo había desviado un poco la mirada, directo hacía la ventana llena de unas gotas de lluvia que eran la única prueba de que esa noche había llovido por un par de minutos.


—¿Recuerdas cuando hablamos de mi padrastro?
—Si… ¿Sucede algo con él?
—No, solo que aquella vez, nunca te mencioné a mi papá biológico.


Changmin posó entonces sus ojos en el mayor, en la manera en que miraba el té en sus manos y la manera en que no plasmaba alguna sonrisa a pesar de todo.


—Esta tarde fue a visitarme al lugar donde Jaejoong y yo vivimos, justo unos minutos después de que Jae saliera a comprar unas cosas. Él apareció Changmin. Apareció como si nada hubiera pasado, como si nunca nos hubiera dejado y tuviera todo el derecho de regresar y pedirme disculpas, como si tuviera el derecho de tocarme e intentar abrazarme.


Las fuerzas de Yunho se derrumbaron, por que aunque el agarre que mantenía en la pequeña taza era fuerte, sus lágrimas lo delataban. Por las gotas caían constantemente sin tener la oportunidad de detenerse.


…Y el corazón de Changmin se comprimió.


—No lo quiero en mi vida, por que él nos abandonó y nos hizo sufrir… Por que me dolió el corazón cuando lo vi, por que quise gritarle y reclamarle, él nos hizo mucho daño… Yo no puedo simplemente perdonar que se haya ido con otra mujer y se haya olvidado completamente de mí. ¡Hubiera podido armar una nueva familia sin olvidarnos! ¡Pero no era justo que me olvidara! ¡No era justo!


Yunho tapó su rostro con una mano, Changmin se levantó casi sin pensarlo, se arrodilló frente a él y quitó la mano con la que tapaba su rostro, secó con sus pulgares las lágrimas que habían, pero Yunho solo mordía su labio inferior con dificultad, respirando entrecortadamente y con las lágrimas aún saliendo de sus ojos.


Changmin lo supo, Yunho no dejaría de llorar en un buen tiempo.


Por eso lo abrazo, para que sus sollozos fueran opacados por su oído, para que las lágrimas reposaran sobre su hombro y Yunho no se sintiera tan solo una vez más. Por que Changmin aprovechó que no lo veía, y un par de lágrimas se escaparon de su rostro también.


…¿Por que sentía el alma pesada de repente?







Jaejoong recorrió una vez más el parque y bufó cansado cuando no volvió a encontrar rastro alguno de Yunho por ningún lugar.


Desde que la lluvia había cesado y Yunho simplemente no daba señales de vida, comprendió que la preocupación era justificada y si su amigo no aparecía o le llegaba a pasar algo grave, no quería ni imaginar lo que la madre de Yunho le haría.


Pero esencialmente la ausencia de su mejor amigo, lo tenía angustiado. Bebió un poco de agua y decidió continuar buscándolo solo un rato más. Y si no lo encontraba, entonces regresaría a casa a esperar por él.


Y si amanecía en su ausencia, entonces llamaría a la policía.


Por que Jaejoong se preocupaba, se preocupaba mucho por él.








Nos conocimos antes de nacer, así que mantén la fe
Apaga la luz y soñemos con un nuevo día brillante
La libertad, es como el ave que acaba de abrir sus alas





Parpadeó una vez y el olor a comida inundó sus fosas nasales.


Con el codo apoyado en el mueble, Yunho se levantó con dificultad, no tenía la menor idea de en que momento había conciliado el sueño pero se sentía incluso hasta un poco revitalizado luego de tanto llorar.


El vacío en su pecho era incluso hasta menor y moviendo un poco la cabeza, descubrió a Changmin limpiando un poco sus manos mientras veía atentamente las ollas de la cocina. Yunho ni siquiera sabía que el menor cocinaba.


—Que bueno que despertaste. ¿Deseas cenar un poco?


Cuando Changmin giró, con una sonrisa en el rostro y dejando el pequeño trapo en el mesón. Yunho por un momento se descubrió reviviendo en esa escena cuantas veces le fuera necesario, solo para que su mente no lo olvidara jamás.


—Ya te he molestado demasiado no creo que…
—Ya cociné, así que negarte, sería molestarme de verdad.
—Esta bien, supongo que un poco.


Changmin en esta ocasión sonrió complacido, giró para poder tener a la mano los platos y empezar a servir. Yunho optó por levantarse y ayudarlo un poco cuando menos, pero cuando se acercó a la cocina, Changmin inmediatamente le pidió que solo esperara, que él se encargaría de todo.


…Y Yunho accedió.


Probablemente por que observar a Changmin le resultaba alucinante, por que en su departamento, mientras más lo observaba Yunho sentía que el lugar era tan parecido al menor, tan tranquilo, sobrio y elegante.

Que al instante, mientras observaba con atención el lugar un nombre corrió por su mente, por que esta escena de algún modo le era conocida, y pronto la imagen de Jaejoong estuvo clara, tanto que se tuvo que levantar de su lugar apresuradamente y con ello, llamó la atención del menor.


—¿Sucede algo?
—¿Podrías prestarme un teléfono? Es que me he desaparecido todo el día y seguramente he preocupado a Jaejoong, es muy sobre protector.


La sonrisa de Changmin bailó insegura en sus labios, pero aún así señaló hacía la pequeña mesita central.


—Está ahí, puedes hablar sin problemas.
—Muchas gracias.


Ni siquiera tardó dos segundos en llegar hasta el inalámbrico y marcar el número de su departamento, el teléfono lo hiso esperar un par de segundos cuando de inmediato, tal y como esperaba, la voz angustiada de Jaejoong le contestó.


¿Diga? ¿Yunho eres tú?
—Si, Jae. Lo siento mucho, he sido un desconsiderado. Discúlpame por no llamar antes.
¿Pero donde estás? ¿Por qué te has desaparecido así?


—Solo tuve unos problemas yo te los cuento cuando llegue a casa. ¿Si? Y no te preocupes que estoy con un amigo. En una hora regreso al departamento.
De acuerdo, ten mucho cuidado.


—Igualmente, descansa Jae. Y perdón por hacerte desvelar.
Solo vuelve con bien, Yun. Adiós.
—Adiós, Jae.


Un corto suspiro se le escapó de los labios cuando finalmente terminó con la llamada. Dejó el teléfono sobre la mesa y sonrió un poco. Le agradaba saber que era tan importante para alguien más a parte de su madre, que Jaejoong era como su bálsamo con los problemas.


Junto al teléfono descubrió una pequeña foto. Changmin se encontraba en el centro, siendo abrazado por dos muchachos más. Uno de ellos tenía el cabello corto y un poco castaño, mientras que el otro tenía el cabello un poco más largo y negro, los tres sonreían y Yunho volvió a sentirse un poco mejor.


—¿Hablaste con Jaejoong?
—Si, muchas gracias por prestarme la llamada.
—No te preocupes.


—Ellos…
—Oh, son Junsu y Yoochun. Mis amigos desde la universidad. Los tres vivimos aquí, pero Chun salió de viaje por unos días y Junsu se encuentra haciendo guardia en el hospital.


—¿Es doctor?
—Todavía no. Pero ya está haciendo las prácticas.
—Wow… Debe ser una persona muy admirable.


Changmin sonrió ante el comentario y caminó de regreso a la mesa con Yunho siguiéndole los pasos.


—¿Admiras a los doctores?
—Mucho, de niño siempre quise ser doctor, pero las circunstancias no se dieron.
—Pero todavía puedes intentarlo.


Yunho no pareció interesado en continuar con la conversación por que bebió un poco de agua y empezó a comer un poco, con la mirada perdida en la comida y Changmin respiró profundo, lamentando haber tocado un tema no muy agradable para el mayor.


—Tal vez… Tal vez algún día lo intente.


Aunque las palabras de Yunho lo tomaron por sorpresa, cuando vislumbro una sonrisa en aquellos labios, para Changmin fue casi inevitable no sonreír también.


—¿Alguna vez te conté de cuando tenía ocho años y mi madre me metió en una competencia de canto?
—¿Tú cantas Changmin?


—Ese fue precisamente la razón por la que hasta un tomate me lanzaron.


Yunho dejó escapar una risa y Changmin pensó, que esa vergonzosa historia que a su madre tanto le gustaba contar y que él prefería ignorar que alguna vez pasó. Por primera vez lo hacía sentir realmente bien.








Gracias, te lo diré siempre. Por que solo tú me has regalado este sentimiento
Mi vida es maravillosa por ti, para siempre, por siempre. Y apenas acabo de darme cuenta




Unos días después las cosas habían vuelto a la normalidad.


Jaejoong recogía un par de cosas que se encontraban en el suelo del departamento, y siendo lunes hoy no había que ir a trabajar, era como su auto impuesto día libre. Puesto que los fines de semana era cuando más gente había.


Así que Jaejoong se regocijaba de su día libre, sentándose en el mueble y encendiendo el televisor, con un poco de papas fritas en una bandeja y un poco de soda a su lado. Si, esa era una buena forma de pasar su único día libre a la semana.


La puerta de la habitación de Yunho se abrió, Jaejoong sabía que salía de su habitación por que su puerta tenía un pequeño desperfecto que la hacía sonar ruidosamente cada vez que se la movía y era incluso hasta gracioso que Yunho no se diera cuenta de que adivinaba por ese simple hecho cada vez que él salía.


—Nos vemos en la tarde, Jae.


Sin embargo esas palabras si lo tomaron por sorpresa, por que Yunho guardaba la billetera en su pantalón y parecía muy concentrado en la hora y en apurarse en salir. Jaejoong asintió y lo vio salir con una sonrisa en los labios.

Últimamente Yunho salía mucho con Changmin y Jaejoong empezaba a sentirse solo con el pasar de los días. Suspiró inadecuadamente, con un poco de tristeza en la sonrisa que apareció en sus labios, pero decidió mejor cambiar de cana y buscar una buena película que lo distrajera en lo terminaba la tarde.







Yunho caminó lo más rápido hasta el café que Changmin le había indicado.


El bus lo había dejado unas cuantas cuadras atrás. Tanto que le había tocado apresurar el paso, pero cuando lo vio en aquella mesa, escribiendo un par de cosas en las notas que él le había regalado. Sonrió.


—Perdón por la tardanza.
—No te preocupes. Pedí una torta mojada para ambos. ¿No te importa, cierto?
—Claro que no, me encanta. Gracias.


Si habían cosas que Yunho había empezado a notar en Changmin, es que usualmente el menor solía estar muy ocupado, probablemente en su novela. Pero así como había aprendido aquello, también había aprendido que en esos momentos era mejor dejarlo trabajar.


Por ello, se acomodó un poco mejor en su asiento y sonrió levemente mientras lo observaba escribir concentrado, arrugando el entrecejo de vez en cuando. Fue en ese momento cuando lo notó, en el exacto momento en que su corazón dio un salto y sus ojos se abrieron por la sorpresa.


Había dejado de sentir solo admiración por él. Por que las sonrisas en su rostro no eran fingidas y Yunho casi podía asegurar, que si no cuidaba bien a su corazón, esa reciente atracción que acababa de sentir, fácilmente se podía convertir en amor.


¿Pero sería eso tan peligroso acaso?


—Listo, disculpa solo quería anotar un par de cosas.
—Es tu trabajo, no hay problema.
—Hablé con Junsu ayer, le comenté lo mucho que te gusta la medicina, así que pensé que sería bueno que trabajaras cerca de algo que te gusta y descubrieras si es tu lugar o no.


El corazón de Yunho latió emocionado.


—¿De que hablas exactamente?
—Le pedí a Junsu que te consiguiera un trabajo en el hospital, tal vez así podrías aclararte y ver si deseas seguir una carrera de medicina o no. Será una buena experiencia para ti.


La sonrisa que salió de sus labios pareció conformar a Changmin, pero en ese momento Yunho solo sentía ganas de abrazarlo y venerarlo por el resto de lo que le quedara de vida, pero justo en ese momento se conformó con sonreír y nada más.


—Changmin… Esto es increíble. Demasiado increíble, de verdad.
—No te preocupes. Es algo que quiero hacer por un buen amigo.
—Eres asombroso. Gracias.


La orden llegó a la mesa y Changmin pareció desconcentrarse con eso. Pero Yunho no podía hacerlo, por que en su mente solo revoloteaba constantemente la idea de muchos cambios en su vida. En su cabeza solo paseaban ideas de un mañana mejor.

De comprarle una hermosa casa a su madre, de más adelante conseguirle un buen trabajo a Jaejoong también, de darse un poco de tiempo para estudiar. De invitar a Changmin algún buen lugar. Yunho estaba lleno de sueños y expectativas en ese momento.

Su corazón latía frenéticamente y su sonrisa entonces no pudo ser más grande.


—Algún día, te contaré sobre la vez en que gané un premio de literatura y mi madre llegó tarde y de paso con zapatos cambiados por el apuro, eso sin contar con que mi padre llegó con una leva y un pantalón de distinto color… ¿Yunho?


Changmin se movió un poco para poder mirar al mayor quien se mantenía con la cabeza agachada y los puños apretados con fuerza. Se cambió de asiento y se colocó a su lado, buscando por cualquier medio observar su rostro que en este momento soltaba un par de lágrimas discretamente.


—¿Estas llorando?
—¿No es obvio?


Pasó un brazo por los hombros de Yunho y sonrió afectuosamente por aquel gesto en Jung y sobre todo por que el pecho burbujeaba inconstante ante ese pequeño contacto provocado por el mismo.


—Para ser el mayor de los dos, eres bastante lindo, Hyung.
—Estoy feliz ¿De acuerdo? No te metas con mi felicidad, niño.


Yunho pudo no demostrarlo en ese momento, pero luego de esa semana pesada de dolor, esta pequeña e insignificante alegría para muchos, era en verdad algo parecido a un milagro para él. Aún más cuando escuchó de los labios de Changmin ese sincero ‘Hyung’

Por que para él era importante escuchar aquello, por que estaba acostumbrado a ser el menor entre Jaejoong y él, pero además por que sentir ese respeto y admiración por parte de alguien más, era reconfortante. Y ese pequeño abrazo, era un delicado aliciente para ser feliz.


Por que para muchos esas cosas pequeñas podían ser simplemente una tontería más. Pero para otros, como él, las tonterías pequeñas podían significar un mundo desconocido y gratificante.


Por que las cosas más bellas, estaban repletas de cosas pequeñas.








Yoochun estaba exhausto.


Con el trabajo sobrepasándolo y extrañando a sus amigos hoy más que nunca. Permaneció un rato más en esa fría habitación de hotel, recostado en la cama y con la mirada fija en el techo de aquella habitación.


Afuera nevaba y la vista probablemente era de las más hermosas que podía encontrar. Pero sinceramente Yoochun estaba cansado de viajar y solo quería regresar, a su hogar formado por la ausencia de una familia que jamás lo extraño.


Esa noche se sentía más solo que nunca, pero aún así no levantó el teléfono para llamar.


Por que tenía que aprender a convivir con ello y no molestar a sus amigos cada vez que su calendario interno le recordará que un día como hoy, con el cabello alborotado y poca ropa dentro de una maleta, abandonó el lugar al que alguna vez llamó hogar.










Si en este momento, alguien, en algún lugar…
Esta triste, pasando la noche solo sin poder dormir.
Hasta que la luz ilumine ese corazón, seguiremos aquí, entrelazando plegarias
...Como las melodías y armonías enamoradas

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario \(*O*)/ ♥ ♥
o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD