Titulo: Hide Truth
Autor: Minjoong
Pareja: MinChun
Género: Lemon, slash, Vampiros
Extensión: Oneshot
----
Autor: Minjoong
Pareja: MinChun
Género: Lemon, slash, Vampiros
Extensión: Oneshot
----
Yoochun estaba sentado en el sofá de la sala de estar, disfrutando de uno de sus cigarrillos favoritos de marca y una agradable brisa que se colaba por la ventana entreabierta. Así, mientras mantenía los ojos cerrados y una respiración acompasada, sintió un agradable aroma a vainilla y canela y luego nada de brisa.
-Era de esperarse que Park Yoochun estuviera descansando… -comentó una voz demasiado conocida y con un tinte de sensualidad que el pelinegro ya conocía.
Abrió ojos y se encontró con Changmin sentado en el borde de la ventana, con unos jeans apretados que dejaban a la vista sus largas piernas, que permanecían cruzadas, mientras que sus manos se aferraban al marco del ventanal. Se mordía el labio inferior en silencio y sus ojos chocolates brillaban con ese algo especial que Yoochun aún no lograba entender.
-Por supuesto, la gente se cansa luego de un largo día de trabajo. –dijo Yoochun hundiéndose aún más en el sofá.
Changmin solo sonrió de medio lado y se fijó en el cigarro que se consumía en la mano del pelinegro. Se acercó a pasos lentos hasta él y se agachó hasta quedar a su altura. Yoochun solo le miró y suspiró cuando el aroma del menor llegó a su nariz.
Sintió como el cigarrillo era arrancado de sus dedos y luego vio como era lanzado por la ventana. Changmin cruzó sus brazos sobre sus rodillas y apoyó su mejilla en el antebrazo.
-Me pica la nariz con eso… te dije que no fumaras. –añadió sonando más a una orden que a una súplica.
-¿Y qué demonios te hace pensar que yo dejaré de hacerlo? –Yoochun se acercó al rostro del castaño mirándolo a través de sus oscuras orbes acusatorias, mostrando así el descontento que sentía.
-Que te lo diga yo es bastante, ¿no lo crees? –respondió él en un tono amenazante. Y en un inesperado movimiento, que sorprendió al pelinegro, Changmin se puso de pié y se desabrochó la chaqueta, quitándola de su cuerpo con una lentitud que le estaba crispando los nervios al mayor.
Y cuando los propios dedos del castaño desabrocharon y quitaron su cinturón, Yoochun ya estaba de pie con sus manos sobre la cintura de Changmin, mirándolo sin poder evitar un jadeo.
-Tú no estás cansado –acusó Changmin, mientras sus dedos acariciaban la tela de la camisa del mayor. –No cuando tienes… ciertas habilidades –susurró acariciando con sus labios la comisura de la boca de Yoochun. –No me pongas excusas.
Los ojos de Changmin cambiaron repentinamente cuando un peculiar aroma llegó a su nariz.
Yoochun rió.
Sacó su lengua para lamer los resecos labios del menor, y compartir así un poco de su sangre.
-Que te muerdas la lengua no es jugar limpio… -Pasando sus dientes por el material fino y sedoso de su blanco cuello, Yoochun gimió al sentir la cálida y húmeda lengua de Changmin rozar su piel y luego sus labios presionar hasta sentir su sangre pulsar bajo ellos.
Cuando su espalda repentinamente dio con la pared que tenía atrás, en una mínima fracción de segundo, el pelinegro soltó un quejido de excitación.
Provocar a Changmin era una de las cosas que mejor sabía manejar. Y cuando el suave rumor de sus ropas siendo arrancadas sin ningún cuidado llegó a sus oídos, Yoochun abrió la camisa de su amante, haciendo que todos los botones cayeran al suelo.
Sus bocas se encontraron, frenéticas. La urgencia con la que se besaban lograba enervar sus cuerpos aún más. Cuando uno de los finos dígitos del menor alcanzó su entrada, Yoochun enterró sus uñas en los hombros de Changmin, quejándose de placer.
Las embestidas de las caderas del castaño, aún cubiertas por su ropa, hacían que Yoochun se diera con la parte alta de su espalda en la pared. No podía evitar una sonrisa pícara por la imagen que se presentaba ante sus ojos, su cuerpo siendo acorralado por el menor, ambos deseándose en aquella pared.
Un segundo dígito comenzó a dilatarlo suavemente, y Yoochun encontró su propia voz queriendo escapar de su garganta, para exponer todo el placer que sentía en ese momento.
Alcanzó con su mano el miembro de Changmin, sintiéndolo duro y húmedo, el glande ya había comenzado a gotear. Sin pensarlo, se arrodilló y dejó entrar a su boca parte de su extensión, lubricando con su saliva aquella parte de su cuerpo que quería dentro ya mismo.
Con la misma destreza de Changmin, logró tirar de él hacia el suelo, ambos sobre la alfombra granate del salón.
-Que me dejes abandonado no es limpio… -refutó Yoochun tomando la mano de Changmin y lamiendo sus dedos, un gemido de sus labios salió como respuesta. –Tuve que buscarme a otra… aaaahhhh…
Esos mismos dedos que segundos antes estaban en su boca, le penetraron con fuerza. Su dilatación era más rápida y ansiosa esta vez.
-¿Otra? –preguntó Changmin con una irónica sonrisa en los labios. -¿Otra que no te puede dar esto? –susurró con un empuje de sus dedos más adentro. -¿Hhmmm, Yoochun-ah?
-Bueno… ah… siempre puedo ser yo… el que mande cuando esté con una mujer. –
-Que mal etiquetada tienes tus convicciones, Chunnie. Yo nunca te he dicho que no puedes mandar aquí…
Yoochun empujó a Changmin y logró dejarle abajo, con su pelo revuelto y la respiración agitada.
Besó su torso, llenándose la boca con el sabor de su piel morena y mordiendo y arañando con sus dientes su estómago. En un desesperado movimiento, tomó el miembro del castaño y lo dirigió a su entrada. Las caderas de Changmin se elevaron, empujaron y por fin estuvo dentro.
No esperó ninguna indicación, no cuando los gemidos del mayor resonaron en sus oídos. Sus movimientos eran esmerados, y su gesto de total entrega.
Changmin comenzó a gemir, llenándose la boca con el cuello del pelinegro nuevamente. Sus dientes rasgaron la piel y la sangre dulce y tentadora de Yoochun brotó en su lengua. Cuando terminó de beber y sintió los muslos del mayor tensarse, se sentó y se movió hasta quedar tras suyo. Separó sus piernas lo suficiente para ubicarse entre ellas y seguir con el ritmo que llevaba hasta el momento.
El pelinegro se quejó y encorvó un poco la espalda.
- ¿Duele?- preguntó aquel ser nombrado Changmin que, a pesar de sus 23 años, simulaba un poco de inocencia.
-Aishh, ¿siempre le preguntas a tus victimas si duele? Aaahhhh…
-No es para menos, que te pongas en cuatro no es cosa de todos los días. Aaaah… -las manos del menor acariciaron sus costados, la parte externa de sus mulos, para subir nuevamente a su torso, atrapando entre sus dedos sus pezones.
Empujado por esto, Yoochun llegó rápidamente a su orgasmo, moviendo sus caderas sobre las del menor y estimulando su sexo de la mejor manera que podía en esa posición. Esto provocó que Changmin alcanzara su orgasmo también, viendo como el cuerpo bajo suyo se retorcía.
Changmin aminoró la velocidad, hasta que su cadera dejó de moverse por completo.
Giró a Yoochun y besó su cuerpo y su sudor. Besó también su miembro, limpiándolo con su boca, su semilla se mezcló con su saliva, los dedos de él levantaron su cabeza y se enredaron en su pelo.
Se miraron a los ojos unos segundos y Changmin entendió lo que él exigía en su mirada.
La lengua de Yoochun lamió la extensión de su cuello y parte de su pecho.
Hasta que finalmente hundió sus dientes en su carne. La sangre emergió de la herida recién hecha y escurrió hacia abajo. Yoochun la recolectó toda con su lengua. Siguió bebiendo y sollozando por el placer que sentía.
Hacer el amor con Changmin y luego alimentarse de él no era tan solo placentero.
No tenía que ver con el vampirismo.
Tener esa clase de acercamiento con él, llenaba algo más en su interior. No era la sangre, no era la satisfacción del orgasmo.
Sus labios presionaron su piel hasta que sus parpados comenzaron a ceder.
Changmin acarició su rostro y besó la comisura de sus labios antes de sentir el cuerpo del mayor perder energía.
A la mañana siguiente, Yoochun amaneció sobre su cama, como siempre, arropado solo por las sábanas.
Le parecía que el calor que le proporcionaba el cuerpo del menor había sido solo uno de sus traicioneros sueños.
Pero cuando un olor parecido al pan tostado rozó su olfato, se sentó rápidamente en la cama. Se puso los pantalones del pijama y corrió a la cocina.
-¡Mierda!
Changmin soltaba el pan quemado en el lavaplatos. Mientras a su izquierda la cafetera anunciaba que el líquido estaba listo.
-¿Changmin-ah?
-Oh… hyung.
Ambos quedaron en silencio. Era la primera vez que el menor le llamaba así.
-Lo siento… Yoochun-ah –corrigió un tanto avergonzado y carraspeando para pasar el momento. –Tenía hambre y tú sabes que soy un asco en la cocina. Quemé el pan –añadió tomando el otro pedazo que estaba sobre la tostadora y botándolo al tacho de la basura.
-No… Bueno, eso no importa.
Yoochun acortó los pasos que lo separaban del cuerpo del menor y apoyó su mejilla en su confortable pecho, él iba sin camiseta, por lo que podía sentir la temperatura levemente alta de su pecho contra su rostro.
Luego, como si fuera una costumbre, besó sus labios con parsimonia.
Nunca lo hacía fuera de la cama, pero un impulso mayor lo llevó a hacerlo por primera vez.
Changmin gimió en su boca y Yoochun pasó sus brazos por los fuertes hombros del menor.
-Gracias por quedarte.
Dijo sin ser lo suficiente valiente como para decir las dos simples palabras que resbalaban por su garganta cada vez que veía al menor.
Tal vez en unos días más.
En unos años…
Total, tenían toda una vida por delante, con esos sentimientos esperando por ser descubiertos.
Fin
AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe ah encantado WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!
Amo a esta pareja y mas cuando los dos son salvajes, desenfrenados y apasionados. Me encanta leer a Yoochun como uke jeje Changmin es tan wowow masculino.
Me encanto de verdad y se termino T-T
Felicidades aaaahhhhh
Ojala escribas mas MinChun jejejeje.
En mi tienes una fiel seguidora n_n
waoo maravillos..de veras fue increible como me gusta esta pareja ..de veras espero que escribas mas de estos
ResponderEliminar