Creo estar Enamorado.
Fue culpa de su celular.
YooChun llevó una mano a su rostro y arrugó el entrecejo, le dolía la cabeza, le pesaba el cuerpo, y de paso tenía frío. No era su mejor día para levantarse tan temprano. Abrió los ojos un poco molesto y se sorprendió así mismo al notar que se encontraba desnudo.
—Pero que…
El cuerpo entero se estremeció y YooChun buscó inmediatamente el cuerpo de ChangMin, de aquel niño que había huido tal cual rata escurridiza. Sonrió levemente al notar el otro lado de la cama vacía y pensó que Shim ChangMin no era más que un cobarde.
El teléfono dejó de sonar y YooChun mentalmente lo agradeció. Se recostó en la cama una vez más y observó la hora, apenas las siete de la mañana ¿Quién en su sano juicio llama a esa hora? Sin embargo el teléfono parecía no querer dejarlo dormir. El timbre del celular volvió a dejarse escuchar y recién en aquella segunda vez. YooChun se percató de algo.
—Ese no es el tono de mi celular.
Se levantó de la cama con algo de cuidado, miró de un lado a otro, buscó entre la ropa regada en el piso y finalmente lo encontró. Justo bajo su cama tintineando constantemente. Agarró el celular con algo de dificultad y su humor empeoro al notar el nombre de la persona que llamaba a Shim a esas horas.
¿Por qué YunHo llama a ChangMin a estas horas?
En realidad lo que le molestaba no era que lo llamara a ChangMin, lo que le molestaba en realidad es que YunHo pudiera ser más cercano a Shim que a él. Por que sencillamente ese niño mimado no podía ser más importante para YunHo que él.
Y se asustó, ese sentimiento de pertenencia hacía YunHo no era bueno.
Apagó el celular y lo arrojó sobre la cama, todo era producto del licor. Tomó una toalla de uno de los cajones, la colocó sobre su cabeza y la agitó. Necesitaba una ducha, despertarse y pensar claramente.
…
…
JunSu miró a la cámara, ladeó su cabeza y separó apenas un poco sus labios.
La imagen sola, derritió a más de uno en el estudio.
La visualización fuera del estudio en el campo abierto no había cambiado pero por optimización de tiempo habían decidido empezar con las primeras sesiones de fotos. El auto lujoso atrás de JunSu brillaba en todo su esplendor. JunSu sabía que tenía tras de él más de medio millón de dólares.
—Perfecto, ahora una imagen menos sensual. Algo más fresco y juvenil.
JunSu dudó un poco, no sabía en que pensar en ese instante. Sus poses después de todo dependían siempre de aquello que pasara por su mente. Y una imagen fresca y juvenil… Pues, por algún motivo no podía visualizar algo.
Hasta que vio a YunHo entrar, hablando por celular, Jung lucía ocupado. Y JunSu recordó, recordó aquella tarde cuando YunHo le hubiera quitado el collar de las manos y bajo la lluvia, ambos se habían divertido.
JunSu sonrió repentinamente, con la mirada en el suelo, únicamente recordando. Con una tímida sonrisa en los labios y el brillo aquel en los ojos. La intensidad de sus emociones fueron tantas que el fotógrafo no había esperado y había empezado a memorizar cada gesto en el muchacho.
—Verdaderamente increíble.
YunHo no notó a quien perteneció ese comentario, así que curioso levantó la mirada hacía donde el fotógrafo apuntaba y no pudo evitar sorprenderse cuando descubrió a JunSu con aquella hermosa sonrisa en sus labios. Cortó la llamada que estaba haciendo y se cruzó de brazos.
Sus movimientos, sus sonrisas. Toda aquella grabación le trajo tantos recuerdos, pero al mismo también empezó a registrar recuerdos únicos. Por que JunSu sonreía de una manera tal que por primera vez YunHo volvió a sentir en mucho tiempo… Como el mundo se encerraba únicamente en él y otra persona más.
Los ojos de Kim lo alcanzaron, YunHo tan solo sonrió, levantó la mano y saludó. Llegó a sentirse incluso complacido cuando JunSu le respondió de la misma forma, con una sonrisa todavía mejor a cualquier otra y en especial cuando a pesar de las demás miradas se acercó a él y lo abrazo.
—Buen día, Hyung.
—Buen día, Su.
Por algún extraño motivo. JunSu se había convertido en ese extraño palpitar en su interior.
…
…
—Mmh… Quiero un Mocca Frapuccino…
Jae se revolvió entra las cómodas sabanas y tal cual niño engreído, restregó el rostro contra la almohada mientras la abrazaba con fuerza; una sonrisa brillante se plagaba en sus facciones, el buen humor iba a ser parte de su día.
Parpadeó un par de veces, la luz entrando por la gran ventana, el sol directo en su rostro, no demasiado fuerte pero si lo suficiente, la suave brisa colándose en el interior de su habitación y el silencio pacífico del lugar.
Pero… JaeJoong entonces se sentó. Esa no era SU habitación.
Miró aterrado de un lugar a otro, con la lentitud abstracta solo por si se encontraba en una película de terror, miró sus manos, ropa. Por lo menos estaba vestido y no desnudo en la casa de quien sabe que pervertido.
—¡Demonios! ¿Con quién me acosté?
Bufó con fuerza, tapó su rostro y lo pensó mejor. No, no se había acostado con nadie, lo dudaba. La ropa estaba en su lugar y aparentemente lo único fuera de lugar en él. Era su cabello. No le dolía nada y por su aliento suponía que tan solo se había pasado de borracho.
Sus pies en el suelo duraron cinco segundos, perdió el equilibrio y más rápido que inmediato su rostro tuvo un encuentro cercano con el Señor piso. El estómago de JaeJoong se revolvió, sintió arcadas. Y la situación no mejoraba.
—Auch… No estoy bien.
Corrió hacía la primera puerta que encontró y por suerte era el baño. Apenas pudo tapar su boca mientras levantaba la tapa del baño y vomitar fue casi inevitable. Desde el instituto que no se emborrachaba así. Bebía, si. Pero no de esa manera tan desorbitada.
Se limpió la boca, mojó su rostro y prometió no volver a beber así. Su rostro se veía horrendo y eso por nada del mundo podía volver a pasar. Curioso de donde se encontraba y con un terrible dolor de cabeza dándole punzadas cada segundo, JaeJoong comenzó a husmear en el lugar.
Su celular comenzó a vibrar y con el entrecejo arrugado, puesto que el dolor de cabeza había aumentado debido al sonido estrepitoso, contesto. Iba a cambiar de tono apenas terminara la llamada.
—¡Imperfecto!— HeeChul no lo saludó, prácticamente le gritó al oído y JaeJoong está seguro de que fue apropósito –Buen día ¿Cómo amaneciste? Supongo que bien, has de estar acostumbrado a beber tal cual borracho perdido y hacer el ridículo ¿Right?
HeeChul hablaba y hablaba. Jae no entendía por que simplemente masajeaba su sien buscando un poco de compasión en el primo de su prometido.
—Mira incestuoso no estoy de ánimos. ¿Qué quieres?
HeeChul rió abiertamente, a JaeJoong se le volvieron a taladrar las neuronas.
—Solo asegurarte de que antes de ir a tu casa, revises el periódico.
La voz animada de HeeChul le hacía suponer que de nada bueno se trataba, aunque lastimosamente JaeJoong no comprendía. No recordaba. Comenzó a recorrer la sala del departamento y con una pequeña sonrisa observó la foto de un alegre YunHo, guiñando un ojo y regalando una fabulosa sonrisa mientras abrazaba un gran peluche. JaeJoong suponía que YunHo tenía siquiera unos trece años en esa foto.
—Estas en todas las páginas de sociales. YunHo se va a enojar~ No le gustan los escándalos.
Entonces como si de un mal chiste se tratara, una mala película, una pesadilla. JaeJoong recordó, soltó la fotografía en sus manos y tapo su boca, el celular por suerte sostenido en su otra mano permaneció ahí. Escuchando la burlona voz de HeeChul. Y recordando todo aquello que no debió haber pronunciado.
¡Oye! No te permito que te refieras así a mi prometido. Solo yo le puedo decir idiota.
¡De todas formas! Lo importante y para lo que he subido aquí es para hacer un anuncio muy importante…
Una vez escuche… Que los besos son el lugar donde se esconde el amor. ¿Tú crees que eso es verdad?
—Oh… ¡Por Dios!
—¿Recordaste?
—Por favor, cállate incestuoso.
—¿Por favor? Ah… ¿Es que si has sabido que esas dos palabras existen?
HeeChul volvió a reír y JaeJoong no estaba seguro de si podría soportarlo por algún rato más. Lo pensó por un segundo y decidió que no. Cortó la llamada y lanzó el celular lo más lejos posible.
¡¿Acaso estaba demente?!
¿En que había estado pensando cuando decidió hacer tremenda estupidez?
Había hecho el ridículo, había forzado a YunHo a hacer el ridículo con él. Había dejado el camino libre para que YooChun se burlara. Para que el niñito ChangMin se sintiera superior, le había abierto el camino al modelito de JunSu y para terminar, besarse con YunHo en estado de casi absoluta ebriedad no era precisamente lo más inteligente que hubiera podido hacer.
Kim recordó la fotografía...
Oh, y por supuesto también, había dañado el marco de la foto en el departamento de Jung.
…
…
Corría por los pasillos de la Universidad, como nunca antes.
Perdió las dos primeras horas y con ellas unas asistencias que necesitaba. Perdía demasiadas cuando acompañaba a Sarah cada vez que el médico iba a chequearla. Y hablando de Sarah, ChangMin volvió a sentirse mal, por que a pesar de que la servidumbre había intentando cubrirlo, finalmente Sarah se había enterado de que no había llegado a dormir.
…Y se había preocupado.
Por suerte su salud no había empeorado, luego de la media hora de viaje hasta su mansión, luego de encontrar las quinientas llamadas perdidas de su chofer preocupado, preocupación que ya no le servía para nada. Por que de haber contestado el celular cuando debía, nada hubiera sucedido.
Mientras viajaba para su casa con su chofer pidiéndole disculpas cada tres minutos. Shim solo había pensado en Sarah, tanta angustia, tanta preocupación, para que la mujer lo recibiera con una sonrisa en el rostro. Diciéndole lo feliz que estaba de que estuviera relacionándose más.
Que le alegraba que alguien como YunHo fuera su amigo, que no se había preocupado precisamente por que había salido con él. Pero que le hubiera gustado que por lo menos llamara para avisar. Y que ese brillo en sus ojos… Era encantador.
¿Cómo contradecir a la mujer?
¿Cómo explicarle que ni siquiera estuvo con YunHo por que este tuvo que llevar a su prometido borracho a quien sabe dónde?
¿Cómo hacerle entender que esa confianza no era justificada?
Por que sencillamente no estuvo jugando cartas toda la noche.
Pero ChangMin no tenía tiempo ni siquiera para pensar en Park. Mucho menos para recordarlo, se había duchado, comido algo rápido, puesto un jean, una polo y con algo de dificultad había tomado un par de cosas y asistido a su clase de Humanismo a las diez. Y ahora cerca de las once, corría hacía donde se suponía Rain tenía su próxima clase.
Por que no había hecho la tremenda investigación por gusto.
La clase con Rain fue a las siete, a él era la primera vez que le faltaba y tenía la leve esperanza de que a pesar de ser uno de los profesores más estrictos por lo menos lo escuchara. El día de hoy probaría que tan ciertas eran las palabras de sus odiosos compañeros y comprobaría si era el favorito o no.
Pero… ¿Qué le diría?
Se detuvo agitado en la puerta, sacudió un poco sus cabellos y se sorprendió al notar que unas chicas que salían de un salón se lo quedaban mirando y luego le sonreían entre tímidas y coquetas ¿Desde cuando pasaba eso?
ChangMin lo dejó pasar. Carraspeó un poco e intentó verse un tanto serio, los nervios lo atraparon una vez más y se agachó por unos segundos. ¿Qué le diría? Y para rematar era el tío del grandísimo idiota de YooChun. Sacudió su cabeza, no tenía tiempo para pensar en Park.
Volvió a erguirse y un poco más seguro de si mismo abrió la puerta.
—Con permiso…
Park YooChun estaba ahí, sentado en el escritorio, precisamente frente a Rain quien desde la silla lo observó con sorpresa mientras bebía un poco de café. ChangMin incluso sintió un escalofrío en el cuerpo.
—Shim, pensé que no vendrías el día de hoy ¿Te ha sucedido algo?
ChangMin se enfocó en Rain, por que Park no era importante, pero esa sonrisita burlona en el rostro de YooChun no ayudaba, aún así no lo iba a dejar que le ganara. Se acercó al profesor y se inclinó brevemente.
—Nada grave. He tenido… Unos inconvenientes. Lo siento mucho profesor.
—No hay problema. Supongo que has venido a entregarme la tarea de hoy.
—Si. ¿No hay inconvenientes?
Rain únicamente sonrió mientras estiraba su brazo hacía él. Por un momento ChangMin se paralizó ¿Cómo no había notado antes esa atrapante sonrisa? Rain movió un poco la cabeza y Shim reaccionó busco en su bolso y le entregó la carpeta.
YooChun desde su lugar únicamente sonreía burlonamente, bebiendo un poco de té. Miró a ChangMin desafiante y amplió un poco más su sonrisa antes de dirigirse a su tío quien ya leía brevemente unos cuantos párrafos del trabajo recién entregado.
—Pensé que no recibías trabajos atrasados.
—Shim es un modelo de estudiante. Sus razones debe haber tenido para no llegar— Rain dejó el trabajo sobre la mesa y se sacó los lentes –A breves rasgos y te puedo decir que este es el mejor trabajo que me han entregado. Muy bien, Shim.
—Gracias.
—¿Sus razones? Ni siquiera has preguntado por sus razones— YooChun seguía tentando la paciencia de ChangMin, sin embargo el muchacho únicamente apretó sus puños con fuerza. Rain entonces ladeó la cabeza y lo miró.
—Shim… ¿Fue algo importante?
ChangMin recordó a Sarah, no podría haberse ido a la Universidad sin antes verificar que la mujer estuviera bien, luego de haber creído que la había preocupado de más. Así que después de todo no le mentiría –Si profesor, fue por algo importante.
Rain sonrió y Yoochun rodó los ojos. Era obvio, Rain confiaba ciegamente en Shim ChangMin.
—Bueno. Con permiso, yo me retiro.
—De acuerdo, la próxima vez avísame con tiempo, Shim. Y puede que te ponga la asistencia sin problema.
—Gracias. Hasta mañana, profesor.
ChangMin hizo una pequeña reverencia y se marchó. YooChun lo observó fijamente y Rain lo notó. Esa mirada en su sobrino la conocía de sobre manera y a pesar de todo no le daba buena espina.
—YooChun no estarás pensando en…
—Yo también me tengo que ir tío, luego hablamos. Es más te invito a almorzar, paso por ti a la una.
Bebió lo último de su té y arrojo el vaso descartable a la basura, tomo sus llaves y salió del salón sin mirar atrás siquiera. Tenía que alcanzar a Shim, las miradas de las muchachas de un lugar a otro, lo complacieron. Ahora que lo pensaba, se había acostado con un hombre, había cumplido su fantasía.
Ahora ya podía volver a su bella costumbre de conquistar mujeres y aquella Universidad parecía ser una buena opción. Divisó a ChangMin en las escaleras y decidió pensar en eso más tarde.
—¡Hey, niño!
Golpeó en la cabeza al menor y este se detuvo, con el entrecejo arrugado y una mirada asesina en los ojos.
—Te recuerdo, Park. Que ya no estamos frente a tu tío y ahora si puedo golpearte si me da la gana.
—¿Quiere decir que frente a él eres un lindo angelito? Se nota que no te conoce.
—¿Vas a decirme algo importante?
YooChun se acercó peligrosamente –Te extrañé muchísimo esta mañana cuando desperté y te habías ido— La sonrisa, el tono de voz y ChangMin supo que estaba jugando, en especial por que varios de sus compañeros que pasaban por ahí se los quedaron mirando.
—¿Que demonios crees que haces?
—Mejoro tu vida social. Además…— YooChun empezó a alzar la voz –No le veo nada de malo a que todo el mundo se entere de que eres muy bueno en la cama.
—¡Imbécil, ya cállate!
YooChun rió.
—Da igual. Encontré esto bajo mi cama y la próxima vez por lo menos deja hecho el desayuno, angelito— YooChun se volvió a acercar demasiado, susurrando las palabras y ChangMin prefirió ignorarlo, quitarle el celular de las manos mientras recordaba que era cierto, luego de la llamada de su chofer había perdido de vista el particular teléfono.
—¿Algo más?
—Si, tienes que pagarme una radio nueva. Estaba borracho pero recuerdo muy bien todo— ChangMin se sorprendió un poco, y por primera vez sintió la vergüenza de la noche pasada, desvió la mirada y lucho por no sonrojarse. No frente a él –Me refiero… Lo de la radio… ¡Me refiero a eso!, Tú… La dañaste después de todo.
Park carraspeó, desvió la mirada también, notando el error en sus palabras. ¿Qué le pasaba ahora? Hace un rato lo molestaba y ahora de repente le entraba el nerviosismo. Por supuesto que no. El era Park YooChun y no tenía por que avergonzarse de absolutamente nada, pero por el momento. Lo mejor era irse.
—Como sea… Ya me tengo que ir, llámame y me avisas cuando tengas el dinero.
—¿Quién dijo que te iba a pagar? ¡Oye!— ChangMin reaccionó tarde, YooChun ya bajaba las escaleras y estaba casi en la planta baja. Su celular comenzó a sonar y Shim solamente lo contestó sin ver de quien se trataba —¿Si?
—Y por favor que sea rápido. No pienso estar mucho tiempo sin música en mi auto.
—¡¿Y cómo demonios quieres que te llame si no tengo tú numero?!
—Acabo de llamarte, pequeño idiota. Y de todas maneras ya te anoté mi número.
—¡¿Con que derecho tu…?! Imbécil y de paso también tienes mi número. ¡Ni creas que te voy a pagar por algo que tú ayudaste a romper!
—Adiós, angelito falso…
—¡Oye…! ¡No me cuelgues!—
Lo odiaba, definitivamente lo odiaba. Cerró el celular y suspiró. Estúpido YooChun, tendría que verlo otra vez cuando le diera lo de la bendita radio. Abrió el celular una vez más y miró en la lista de contactos; ChangMin pudo reaccionar de muchas maneras pero él solamente apretó el celular con fuerza y cerró los ojos. Lo ahorcaría del árbol más alto que encontrara.
¡Reverendo idiota!
¿Cómo se le ocurría grabar tamaña estupidez como nombre de contacto? Es que era como estarlo viendo, con esa gran y estúpida sonrisa en los labios. Era definitivo, lo odiaba.
…
…
—Wow, me has sorprendido gratamente. Sabía que eras bueno, pero no tanto.
JunSu sonrió complacido, comió un poco de su helado e incluso dejó que YunHo continuara alabándolo por su trabajo. Claro como toda persona le gustaba que valoraran su esfuerzo, pero el día de hoy. Que fuera Jung YunHo quien lo hiciera, lo volvía todo especial.
—Gracias, Hyung.
YunHo le sonrió y mordió el helado en sus manos. Hacía frío, si, pero el helado era demasiado delicioso como para dejarlo escapar como si nada. Mir se lo había advertido, si JunSu se resfriaba, tendría que hacerse responsable.
—Ojalá no te resfríes, o sino Mir me mata.
—No te preocupes, suelo comer helado durante el invierno a escondidas de Mir y nunca me he resfriado.
—¿A escondidas?
—Cuida mucho de mí, y no me conviene enfermarme como podrás imaginarte. Dependo mucho de mi imagen— JunSu suspiró. Le agradaba esto, ambos sentados en la soledad de la terraza del edificio, era la primera vez que JunSu se sentía tan tranquilo durante un descanso.
—¿En que piensas?
—En que me agrada mucho esto— Kim miró a YunHo y le sonrió, regresó la mirada hacía los demás edificios y comió un poco más de su helado –YunHo Hyung, en serio ¿Vas a casarte?
—No lo sé…
Sinceramente JunSu esperaba un radical ‘No’.
—Pues… Mis padres creen que ya es hora. Yo no estoy tan seguro, pero tal vez si no estoy enamorado y dudo que JaeJoong lo haga alguna vez, pues no creo que al final de todo sea tan malo que nos casemos.
—¿No has pensado que puedes llegar a enamorarte después de casarte?
—En realidad no quiero hacerlo, pero he decidido dejárselo al destino y la suerte como diría Chul. Solo detendré todo esto si llego a enamorarme de verdad. De otra forma no, me casare con Jae y trataré de seguir descubriendo ese lado bueno en él. No voy a forzar mis sentimientos.
—Solo si llegas a enamorarte…
El sonido perdido en la voz de JunSu sorprendió a YunHo, sacudió los cabellos del muchacho y sonrió —¿Por qué te estoy contando todo esto?— Paso su brazo sobre los hombros de JunSu y miró hacia los mismos edificios que JunSu hace un momento miraba –Creo que te he tomado demasiada confianza.
JunSu ya no miraba los edificios, únicamente observaba el perfil perfecto de Jung, pensaba en lo cómodo que era estar así, siendo abrazado por YunHo y que a pesar de los abrigos gruesos que cargaban debido al frío. El recuerdo solo, bastaría para ser feliz el resto del día.
—Este navidad será muy fría— JunSu decidió mirar hacía al frente, por que YunHo podría darse cuenta y no quería ser tan obvio —¿Te gusta la nieve, Hyung?— YunHo de repente cambió su expresión por una más seria. Levantando la mirada y perdiéndose momentáneamente en sus recuerdos.
YunHo recordó a la perfección. La voz de Hyun Joong, su limpia sonrisa mientras leía el papel en sus manos. Lo alegre de sus palabras. Lo recordó a la perfección, su firma grabada en aquellas líneas, la mano de Joong firmando también. Recordó aquel lugar perdido en la nada, recordó tanto que el corazón se le oprimió.
—¿Hyung?
—¿Qué? Oh, disculpa… Me desconecté por unos segundos.
YunHo sonrió y repentinamente soltó a JunSu, pasando las manos por su rostro. Y apoyando los codos sobre sus rodillas. JunSu lo presentía, YunHo no estaba emocionalmente bien. Colocó una mano sobre el hombro del mayor y le regalo una tranquilizadora sonrisa.
YunHo volvió a sentirse cómodo, le sonrió y sin pensarlo dos veces se recostó en el asiento en que se encontraban, flexionando un poco las piernas. Y colocando la cabeza sobre las piernas de JunSu, quien ya había empezado a acariciar su cabello. Para Jung fue demasiado fácil cerrar los ojos y entregarse a esas caricias.
—A veces… Me recuerdas mucho a alguien.
—¿En serio? ¿Y es una buena persona?
YunHo analizó el calibre de sus siguientes palabras, lo pensó bien y decidió que finalmente Kim JunSu no se le parecía en nada. No por que Joong de un día para otro hubiera dejado de ser como es, por que no le constaba y por que simplemente no tenía derecho para saberlo.
—En realidad es una gran persona, de esas que son inolvidables. Pero sabes ¿Qué? Olvídalo. No se trata de que me recuerdes a alguien o no, tu eres simplemente tu y ya. Kim JunSu por si solo en una magnifica persona también.
Para ese momento a JunSu ya no le importó saber de quien más le estaba hablando. Por que YunHo acababa de ser demasiado increíble para su propio gusto, por que sus palabras lo habían transportado y por que no podía evitar sentirse estúpidamente enamorado.
—Hyung, mira… Está nevando…
YunHo abrió los ojos lentamente. Y observó con tranquilidad como los copos de nieve comenzaban a caer, estaban en invierno, con la navidad demasiado cerca. YunHo lo suponía. La nevada llegaría muy pronto.
Era la primera nevada y ya no estaba muy seguro de que hacer.
Decidió no volver a cerrar los ojos, y observar la primera hermosa nevada en esa mañana, junto a JunSu quien sonreía como un niño en su primera nevada. Por que JunSu lo arrancaba de sus recuerdos y le permitía sonreír. Por que JunSu lograba que Hyun Joong se marchara por unos momentos y YunHo volviera a ser él.
—De pequeño solía salir y jugar con mi hermano durante la primera nevada. Hace tantos años que no presenciaba los primeros copos de nieve caer, siempre estaba viajando o en algún estudio de grabación. Había olvidado lo hermosa que puede llegar a ser la primera nevada.
Las palabras de JunSu calaron hondo en su alma. Por que esos ojos añoraban con tanta fuerza volver a su familia.
—Algún día podré pasar más de un día con ellos— JunSu se mostró nostálgico por un único momento que no duró más de medio minuto. Luego de eso recuperó su sonrisa y miró a YunHo —¿Te gusta la nieve, Hyung?
YunHo lo pensó muy bien. Y luego se permitió suspirar brevemente.
—Si. Me encanta la nieve, a pesar de todo, nunca me ha dejado de gustar.
…
…
—¡JaeJoong, hijo!
La voz de su madre volvió a retumbarle en la cabeza. Se había duchado en el departamento de YunHo y había tomado un taxi directo a su casa. Sin olvidar por supuesto la foto de YunHo para poder comprarle un porta retrato nuevo y así justificar su regreso a aquel lugar.
—Madre por favor, me estalla la cabeza. Hablamos luego.
—¿Has vistos los periódicos? ¿Por qué no nos comentaste que ibas a hacerlo público? Ni siquiera la familia de YunHo lo sabía. Y no se por que pero creo que ni el mismo YunHo lo suponía.
—Hablamos después de que reviva ¿Si?
Su madre suspiró y JaeJoong decidió tomar eso como un si. Subió las escaleras con rapidez y se quito la camisa de inmediato. Necesitaba cambiarse de ropa, observó de lejos el periódico sobre su escritorio y realizó una mueca molesta. De seguro su madre había dejado el periódico ahí.
JaeJoong ni siquiera quería ver o leer lo que había ahí.
Suficiente vergüenza con sus propios recuerdos. Se cambió velozmente y se lanzó sobre su cómoda cama. Un poco más de sueño y estaría listo para enfrentar a YunHo recordó la risa de HeeChul y arrugó el entrecejo. Incestuoso molesto.
Para su buena suerte, la imagen de Siwon vino a su mente, no estaba seguro pero sabía que hay algo reticente y extraño entre esos dos. Tomo el celular en sus manos y sonrió. Haría su mala obra del día.
—¿Aló?
—Siwon que bueno que contestaste enseguida.
—Jae, dime por favor que ese de los periódicos no eres tú.
—Larga historia, luego te la he de contar, ahora te llamaba por algo más importante.
—¿Algo más importante que tú?— Siwon rió brevemente, y JaeJoong rodó los ojos, algo le decía que su primo estaba ocupado, pero no importaba –Haber Kim JaeJoong sorpréndeme.
—¿Sabías que un amigo tuyo está a punto de tomar un avió para irse muy, muy lejos de aquí?
—¿Un amigo? ¿Quién?
JaeJoong sonrió.
…
…
El aeropuerto era inmenso.
Siwon intentó acaparar con la mirada todos los lugares posibles y a pesar de eso sabía que era inútil. Corrió abriéndose paso entre las demás personas hacía la muchacha de cabello castaño envuelta en su impecable uniforme y todavía un poco agitado habló en un perfecto inglés a pesar de no ser necesario.
—Buenos días. Los vuelos para Inglaterra de las doce del día.
—Pues solo es uno, faltan ya unos minutos para embarcar. En la puerta 512, ¿Es usted pasajero? Por que todavía está a tiempo si se apresura.
—Muchas gracias.
No se molestó en decir algo más salió corriendo en la dirección que creyó indicada, andaba tal y cual estaba cuando habló con JaeJoong, con un pantalón y un buzo que escasamente lo cubrían del frío. Se detuvo por unos segundos para tomar aire y volvió a correr.
Para cuando llego a donde deseaba el lugar estaba demasiado lleno de personas y todavía le faltaba por bajar las escaleras necesarias. Divisó a YunHo abrazando a HeeChul, ambos acompañados por un muchacho que a pesar las gafas y la boina si no se equivocaba era Kim JunSu.
Intentó abrirse paso entre la gente y observó con desesperación como HeeChul les regalaba una última sonrisa antes de empezar a adentrarse a la zona exclusiva para pasajeros. Se vio en la penosa obligación de abrirse paso a la fuerza, intentando llegar como fuera. No sabía que le iba a decir. No sabía por que quería detenerlo.
…Ni siquiera sabía, si propio corazón ya lo había perdonado.
Solamente quería tenerlo enfrente una última vez.
—¡Chul! ¡Detente!
—¡Auch! Tenga cuidado.
—Lo siento…
La mujer frente a él arrugó el entrecejo y Siwon de inmediato le pasó la maleta que le había hecho caer debido al empujón, le sonrió como pudo y siguió corriendo a pesar del ‘Alocado muchacho’ que le envío la mujer.
Pero para cuando levantó la mirada, HeeChul ya no estaba, se quedó ahí mismo. A varios metros de llegar todavía. Dudaba que Chul lo hubiera podido escuchar, entre tanto ruido era casi imposible. Pensó en que la nevada podía atrasar el vuelo. Pero de todas formas HeeChul ya estaba adentro.
Y de todas formas la nevada no era tan intensa.
YunHo se quedó junto a JunSu un rato más. Conversando, absortos en ellos mismos y Siwon únicamente apretó los puños ¿En que había estado pensando al salir de esa manera de su departamento? Giró tranquilamente y caminó de regreso a la salida. No tenía nada que hacer ahí.
Por que Siwon todavía recordaba aquella imagen de tantos años atrás, por que aún lo tenía en su mente y por que aún a pesar de todo si lo pensaba mejor no lo podía perdonar. Por que aún en su mente estaban aquellas palabras de HeeChul que marcaron su despedida de Corea por tantos años.
me encanta !!! quiero leer masss ja
ResponderEliminar*0*
ResponderEliminarDios! porqué no lo alcanzó!! T-T
Sospecho que lloraré cuando este fic acabe
D:
Muy lindo *---*
Tiene de todo! *0*
ahh que emocionante
ResponderEliminardios, quiero la conti!!
Please... please ;_;
ResponderEliminarActualiza pronto... Estoy uper prendida con la historia...
Ohhh por Dios ya quiero saber como se daran las cosas entre Jae y Yunnie cuando este cara a cara >///<
Será capaz Jae de sincerarse con Yunnie??? o.O'
Please, por todos los dioses actualiza ^o^