Para Siempre

Titulo: Para Siempre
Autor: ToMidnight
Pareja: JaeMin
Género: Lemon, Vampiros
Extensión: Oneshot
Advertencia: Incesto
----

La tormentosa noche fría y oscura, cernía sus fauces sobre las calles de Seúl, cubriendo el cielo de gruesas nubes que pronto darían paso a la lluvia. Un joven alto, de tez sumamente pálida y cabello negro, caminaba con paso tranquilo, esquivando a los peatones que prácticamente corrían queriendo refugiarse. Vestía una larga gabardina oscura que le cubría todo el cuerpo, y debajo tan solo llevaba una musculosa y pantalones de jean ajustados; cualquier persona común hubiese sentido frío, pero él…no era una persona común, no era humano.

Kim Jaejoong volteó a ver ambos lados de la calle, antes de cruzar para adentrarse en aquel edificio que conocía tan bien. No estaba seguro de porque había aceptado esa repentina invitación por parte de su hermano, una parte de él presentía que algo malo podría pasar, sin embargo la otra lo extrañaba muchísimo. Hacía casi dos años que no se veían y el no tener noticias de su paradero era algo que le quitó el sueño muchísimas veces, no obstante… ahí estaba, parado delante del departamento con el número dos en la puerta. Tomó aire (que no necesitaba) y tocó el timbre, aguardando a que Changmin saliera a recibirlo.

Los segundos pasaban y empezaba a impacientarse, cuando repentinamente, aquel joven por el que tanto había sufrido y al que tanto amaba, finalmente apareció en el umbral. Estaba seguro de que su corazón aún bombease sangre, se hubiese saltado algunos latidos. Tragó saliva, mirando a aquel alto desconocido de piel apenas tostada, y pequeños pero expresivos ojos café ¿era su imaginación, o estaba más fornido? Tenía puesta una camisa blanca y pantalones color caqui. Se veía tan… sexy.

- ¿C-Changmin? – preguntó bastante impresionado.

- ¿Alguien más te citó a esta hora en este departamento? – la sonrisa ladeada que compuso el menor empezaba a ponerlo nervioso así que simplemente pasó a su lado, entrando en la sala de estar.

El dueño de casa cerró la puerta y lo invitó a sentarse en uno de los cómodos sillones que rodeaban a una mesa pequeña con un portarretratos arriba. Todo estaba impregnado con su esencia, tenía aquel toque de orden y buen gusto que lo caracterizaba.

El aplastante silencio incomodaba al mayor, que comenzó a vagar la miraba alrededor de donde estaba sentado. Aquel retrato le llamó la atención, así que estirándose apenas un poco, lo tomó para observarlo detenidamente. En la foto, se apreciaba a ellos dos, sonrientes, sonriendo con tanto brillo que hasta parecía irradiar una cierta luz, era una imagen realmente hermosa; y hubo un detalle que no pasó de ser percibido por su mente, era el hecho de que ninguno observaba a la cámara, sino que se estaban viendo a los ojos, profundamente. Estaban felices, porque estaban juntos.

- Hace tanto que no nos vemos ¿Y ahora te quedas en silencio? – rió Max, sentándose enfrente de su invitado.

- Te extrañé – murmuró el otro con la mirada puesta en el piso.

- Necesitaba ese tiempo para pensar – aquella respuesta no calmaba la flujo de sentimientos que flotaba en el aire.

- ¿Pensar sobre que? – aunque no fue intencional, había cierto resentimiento en esa voz.

- En nosotros – la simpleza de la respuesta, fue como un balde de agua fría para Youngwoong.

- ¿Te fuiste por qué querías pensar en nosotros? ¿Cuál nosotros? ¡Te olvidaste de mí por dos malditos años Shim Changmin! Así que hazme el favor de decirme sobre que “nosotros” estás hablando – en algún momento, no estaba de seguro de cual, se había levantando del sofá hecho una furia.

Pero tan rápido que apenas tuvo tiempo de reaccionar, tenía al castaño abrazándolo con muchísima fuerza, como si temiera que se esfumara.

- ¿Por qué, por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste? ¡Prometiste que estarías conmigo para siempre! – algunas lágrimas escaparon de los preciosos ojos negros mientras golpeaba el pecho de Min aunque sabía que aquello no le dolería. Pero si lo hicieron las palabras.

- ¿Crees que no me dolió… insinúas que solo me fui por capricho? Nunca quise separarme de ti, ni siquiera por un instante, pero debía hacerlo, por favor Boo… entiéndeme.

- ¡No me llames así! ¿¡No querías hacerlo!? Pero lo hiciste… ¿Por qué me dejaste? – su voz se vio reducida a un murmullo apenas audible.

- ¿No lo entiendes? ¡Te amo! Te amo más que a nadie Kim Jaejoong… Aunque yo fui quien te convirtió, a pesar de que aprendimos tanta cosas juntos y nos crió el mismo padre, no puedo verte como un hermano… porque tú eres mi única razón de existir y yo… yo no quería que me mires con desprecio, pero no puedo evitarlo, no puedo evitar adorarte con cada fibra de mi ser Hyung - Aunque Changmin tenía varios años como vampiro había sido transformado a sus diecisiete y Jaejoong fue transformado cuando tenía diecinueve años humanos, siendo un par de primaveras mayor.

Nuevamente el silencio hizo su presencia. Hero tan solo estaba ahí, en los brazos del menor, mudo y buscando la verdad en la mirada que se dirigieron antes de que sus labios se fundieran en un pequeño beso, apenas un ronce entre ambos labios. Los rosados e inexpertos del pelinegro, junto a los pequeños y abrazadores de su hermano.

- Minnie-ah, tú… tú, eres… eres mi hermano, eso está mal – se habían separado apenas unos centímetros.

- Lo sé, pero no puedo evitarlo, no quiero tener que volver a alejarme de ti… y sé que tú tampoco, sino no hubieses venido aquí hoy.

Otra vez, volvieron a unirse, pero esta vez sus lenguas se entrelazaban en una batalla constante por dominio. Jae pasó sus brazos alrededor del cuello de Choikang, acariciándole el pelo en tanto las manos de él le recorrían la espalda ávidamente, con profunda necesidad. Era indispensable, casi tanto como el aire para los humanos, ellos necesitaban del otro, de su cercanía y de aquellos besos por los que tanto tuvieron que aguardar.

Sin separarse ni un instante, fueron dando torpes pasos hasta la habitación. La ropa caía al suelo, dejándoles más piel por recorrer, por besar y llenar de atención. Al tropezar con la cama, cayeron sobre esta, el castaño sobre su hyung que ya había perdido la noción del tiempo minutos atrás. Sonriendo con suficiencia, Shim se elevó un momento, dedicándose a apreciar el bello cuerpo que yacía ahí, invitándolo a probar cada centímetro.

- Recuperemos el tiempo perdido Boo – susurró con voz ronca contra su oído, para luego bajar con sus manos por la cadera del mayor que se retorcía de placer, hasta su cinturón, pareciendo que solo iba a quitarlo, sin embargo lo utilizó para apresarle los brazos por encima de la cabeza.

Jaejoong totalmente a su merced le miraba con una mezcla de deseo y sumisión que no lograba más que seguir encendiéndolo a puntos inimaginables. Primero, empezó recorriendo con la lengua su cuello, su clavícula; mordiendo, succionando y deleitándose con los gemidos medio ahogados que llenaban la habitación. Siguió bajando hasta sus pectorales, donde le dio especial atención a los sensibles pezones rosados que lo invitaban a torturar a aquel ángel que continuaba inundándole los oídos son sus gritos celestiales.

- Vamos a hacerlo… aún más interesante – la sonrisa lasciva que le dedicó, le provocó un estremecimiento y también fue lo último que pudo ver antes de que le vendara los ojos con un pañuelo.

- Minnie-ah – se quejó aunque los reclamos fueron acallados a besos, mientras las suaves manos de su compañero, se deshacían de sus pantalones, dejándolo tan solo en bóxers.

- ¿Estas ansioso Hyung? – la pregunta burlona le hizo sonrojar.

Pero no tuvo tiempo de pensar porque Choikang volvió al ataque, jugando con el elástico de su ropa interior mientras se deshacía en besos por todo su plano abdomen, bajando más, cada vez más…y por fin le quitó la molesta prenda, revelando aquella erección que evidentemente necesitaba atención. Primero la recorrió con los labios, prestando atención a los sensuales jadeos de Jae y hubiese seguido con la misma lentitud, pero tenía que reconocer que también estaba ansioso, así que la atrapó con su boca, degustando toda la extensión y succionando como si se le fuese la vida en ello. Las caderas del otro se movían, introduciéndolo más en su boca y siguió un rato, tan solo se detuvo cuando sintió el sabor del liquido pre seminal, dado que no quería que terminara ahora.

- Boo – ahora volvía a susurrarle al oído, pero el tono de voz era diferente, demostraba muchísimo amor, escondía detrás algo de temor, pero sobre todo era suplicante – Quiero hacértelo… quiero hacer el amor contigo.

- Minnie, suéltame – pidió, y así lo hizo el menor, quitándole también el pañuelo.

Changmin temía que se arrepintiera, que ahora decidiese dejar lo sucedido hasta ahí y olvidarlo, el pensamiento le dolía, pero no fue así. Jaejoong le tomó la mano, llevándose tres dedos a la boca y humectándolos con su saliva, dándole su permiso para lo que seguía, regalándole también uno de los espectáculos más sensuales de su vida.

Con muchísimo cuidado y sin dejar de mirarlo con todo ese afecto que profesaba, introdujo primero uno, luego otro y finalmente los tres dígitos en su interior, haciendo movimientos circulares para prepararlo. En un momento apreció como el cuerpo del otro se tensó probablemente por la incomodidad, pero estaban tan perdidos el uno en el otro, que no importaba.

- Te dolerá un poco mi Boo…

- Lo sé – Hero buscó sus labios, comenzando un beso suave y lento, mientras sentía la punta del miembro rozar su entrada.

El otro se introdujo de una sola vez en el, arrancándole un pequeño grito de dolor y aguardó a que se acostumbrase a aquella intromisión. Dos pequeñas lágrimas rodaron por las mejillas del mayor, las cuales fueron secadas con cortos besos de mariposa, extremadamente dulces que le calmaban el alma.

No pasó mucho hasta que finalmente, Jae comenzara a mover las caderas, indicando que ya estaba bien. El vaivén comenzó, con las embestidas que lo hacían tocar el cielo con las manos cada vez que se adentraban más profundo en su ser. Se devoraban a besos sin pudor alguno, llevados totalmente por la pasión, sin prestar atención a lo que los rodeaba. El pelinegro le mordió fuertemente el labio a su amante, quien con un gemido ahogado, dio una estocada aún más fuerte, haciéndole creer por un momento que iba a desfallecer ante tanto placer.

Tras algunas embestidas más, sumado a la deliciosa fricción que creaba el abdomen de su dongsaeng contra su miembro, no faltaba mucho para que se viniese, por eso justo un segundo antes de llegar al orgasmo, se acercó al oído de este, susurrándole quedamente.

- Te amo Minnie…

Su semilla se disperso entre su cuerpo y el del otro, mientras que Changmin se vino en su interior, apenas unos segundos después.

- También te amo Boo – musitó el más alto, exhausto, para luego robarle cortos besos repetidos que terminaron en otro más largo, pero pausado, cargado de amor.

Salió de su interior con cuidado, recostándose en la cama a su lado y abrazándolo de forma protectora. Jaejoong apoyaba la cabeza sobre su pecho y sonreía algo adormecido (porque los vampiros si dormían a diferencia de lo que creían algunos).

- Minnie…

- ¿Mhm?

- ¿Me amarás para siempre?

- Para siempre Boo.

Las cosas finalmente volvían a estar como debía haber sido desde un principio. Ellos dos juntos… para siempre.

Fin