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Arualthings

Blogger - Cap. 10

DÉCIMA PUBLICACIÓN
EL AMOR ES UN POCO DE ARMONÍA, UN POCO DE ALEGRÍA. UN MUCHO DE DOLOR Y UN DEMASIADO DE CELOS E INCOMPRENSIÓN.
04/ABRIL/2010.







La pelea de Heechul y Changmin fue hace algunos días.

El brazo de Changmin no ha sanado por completo, y mi relación con Heechul se ha deteriorado casi por completo. Extrañamente no logré comunicarme con Yoochun en todo el fin de semana.

El mundo giraba en un sentido contrario al que usualmente giraba. De pronto me encontraba junto a Changmin. Yunho que antes no hablaba con nadie y se mantenía alejado de todos, se relacionaba con Junsu, el enemigo de su hermano.

…Heechul no me hablaba.

No importaba lo mucho que pudiera fingir que me daba igual, o que Changmin estuviera tan bien conmigo. Heechul me seguía importando. Y Changmin aún continuaba desviando el tema cada vez que le hablaba de mi hermano menor.

Entre las muchas cosas y lugares a los que podían pertenecer mis pensamientos solo estaba seguro de poder establecerme en uno. En proteger a Heechul de cualquier cosa. No me importaba más.

La vida de él es difícil, pero si no me permitía estar a su lado. Sentía que estaba desprotegido. 

…Tal vez terminar con Changmin sea la solución a todo.







Changmin suspiró.

Con ese deje de paciencia y fastidio por no poder hacer las cosas por sí mismo. Accediendo a abrir la boca mientras yo le extendía la cuchara con un poco de sopa. Si bien su mano derecha estaba bien.

Era placentero ver su rostro sonrojado y sus expresiones de lo mucho que le jodía que lo tratara como un niño pequeño. Probablemente es por que es un año menor a mi, pero Changmin siempre a pesar de la madurez que destila, es como un niño.

—¿Tengo que seguir aguantando esto?
—Déjame terminar de darte la sopa al menos.

Él rodo los ojos, sentado sobre aquella silla en el comedor de su casa. Su padre trabajaba y su madre había aprovechado mi presencia para ir a conversar donde una amiga que vivía dos calles más arriba.

—Dice mi madre que le agradas.

Su comentario me hizo sonreír, partí un pequeño pedazo de papa y volví a levantar la cuchara a su boca. Era algo usual. Por alguna extraña razón lograba simpatizar con los padres de mis amigos con facilidad.

—Tus padres también me agradan.
—Eres uno de los chicos populares. ¿Por qué tienes que ser así?

—¿Así como?
—Así de amable y buena persona.

—Por la misma razón equivocada de pensar que todos los que somos sociables o populares tenemos que ser unos imbéciles.
—¿Cómo Heechul?

Hubo un corto silencio. En realidad no supe muy bien como contestar a eso. Defender a Heechul frente a Changmin seguramente implicaría excusas. Excusas y razones que nadie más debía saber.

—Las cosas no siempre son como parecen, Changmin. Usualmente una persona que es cruel con los demás, ha sufrido mucho.
—¿Heechul ha sufrido? …Por favor.

Él bufó, con una sonrisa en los labios, mirando hacía otro lugar. Yo había entendido ya hace mucho que conversar de Heechul no era una opción. No parecían llevarse bien, y era algo ya obviamente visible. Pero no quería estar en medio y tener que escoger.

—¿Hace mucho que no hablan, verdad?

Su tono cambió, por uno un poco más suave. Esta vez mirándome a los ojos.

—…Supongo que quiere pasar un tiempo a solas.
—Lo que tenemos, está arruinando tu amistad con él. ¿Cierto?
—Más o menos.

Volví a llenar la cuchara y Changmin se negó.

—Ya estoy lleno. Deberías llamarlo.
—No contesta mis llamadas.
—Entonces búscalo.

De repente una pequeña risa salió de mis labios. Dejé el plato sobre la mesa y apoyé la quijada en mis manos. Mirando atentamente a Shim

—Tú y yo estamos saliendo por si se te olvida, Changmin.
—Pero yo sé lo que sientes por Heechul.

—Y yo sé lo que tú sientes por Minho.
—Creo que iré por un poco de helado a la cocina. ¿Quieres?

Tan solo asentí, ya acostumbrado a esos evidentes y abruptos cambios de tema. Changmin se dirigió a la cocina y yo solo saqué mi celular. Presioné el botón de llamar y el primer número que apareció fue el de Heechul.

Pero pasó lo mismo que estos últimos días. Me mandó directo al buzón.

…Heechul tenía apagado el celular.






¿Qué es lo que odiaba de las mañanas?

Que el entrenador se la pasara hablando y hablando acerca de lo importante y concentrado que debo estar con respecto al campeonato de básquetbol, que el año está a punto de terminar. Que la beca deportiva.

La presión de estar en último año me acosaba.

La universidad, la carrera, aprovechar tu talento. Conseguir una beca.

Y tenía ahora sobre mis hombros la preocupación de no saber nada sobre Heechul, por lo menos era lunes y al menos podría comprobar que estaba bien. Ni siquiera con Yoochun había podido hablar. Él lo había llevado a casa después de todo.

—¿Me estas escuchando Choi?
—Si, claro que si, entrenador.

Lo pudo notar, el entrenador sabía que no lo escuchaba. Pero al pareció no importarle demasiado. Él cumplía con mantenerme al día con lo de las competencias. Yo solo fingía escuchar. Así estábamos bien.

—¡…Pero entrenador, no puede hacerme esto!

Miré justo detrás de mi entrenador. Junsu caminaba con un par de muletas tras el entrenador de fútbol que escribía y borraba nombres en la pizarra. Armando la nueva formación para los partidos.

—No insistas Kim, no puedo meterte a jugar.
—¡Pero ni siquiera tengo el pie enyesado! Solo esta vendado.

Era obvio, el entrenador Kang se encontraba frustrado. La pérdida de su mejor jugador, estrella y capitán del equipo había echado por los suelos todo un trabajo de año entero. Cerca de las finales.

—Si te meto a jugar apenas estés medio bien sufrirás alguna fractura grave y todo tu talento se irá por el suelo.
—Pero es la final, quiero jugar la final. Es mi último año.

Yoochun siempre había dicho que Junsu no tenía emociones, que era alguien frío y manipulador, que jugaba con los sentimientos de los demás a su antojo. Pero justo en ese momento, Junsu tenía el corazón roto.

Le estaban quitando lo que más amaba. Entonces comprendí que hay muchas formas de romper un corazón, no solo cuando la persona que amas te traición. Tu corazón se puede romper, con el solo hecho de perder algo que realmente amas. Y Junsu en ese momento estaba sufriendo.

—Junsu… Sé como te sientes, pero no puedo arriesgarte. Es lo mejor para ti.
—…Pero es mi final. No es justo.

Él desvió la mirada. Con los ojos tristes y una expresión vacía en el rostro. EL entrenador Kang palmeó su espalda con una mirada conciliadora y tratando de mejorar el ánimo del menor.

—Si ganamos levantaras la copa, Junsu. No le cederé la banda de capitán a nadie más. Por que solo tú la mereces, tú las has sufrido y las ha jugado. Todos son un equipo, pero tú has sido quien más se la merece. Y creo que todos tus compañeros opinarán igual.

Junsu solo asintió. Aún con la cabeza agachada. Mirando nostálgicamente hacía la pizarra que ya no marcaba su nombre.

—¡Te estoy hablando, Choi!

Mi entrenador golpeó mi cabeza. Con fuerza y ya algo exasperado de que no le prestara atención. Yo solo sobé un poco el lugar donde había estado el golpe y él solo se marchó dejándome la advertencia de que me las jugara todas en la final.

—¡Eres un imbécil! ¿Cómo crees que eso?
—¡Heechul fue una ofensa que faltaras a la fiesta del sábado!
—Soy un hombre con ocupaciones, no fastidies.

La voz de Heechul lo hizo girar de inmediato. Por supuesto Heechul se encontraba rodeado por otros estudiantes, con esa sonrisa en el rostro y aparentemente en perfecto estado. Como si nada, siendo el mismo chico popular y perfecto de siempre.

—Bueno, bueno… Como sea. ¿Pero seguro irás a la del próximo sábado verdad?
—Obvio, estamos en exámenes y en dos meses son los finales. Necesito des estresarme.
—¡Genial! Eso será perfecto.

Me acerqué, y por la mirada de todos, supuse que nuestro distanciamiento era ya más que un rumor una noticia asegurada. Por que guardaron silencio y me miraron, a pesar de que Heechul ni siquiera se molestó en levantar el rostro.

—Heechul, ¿tienes tiempo? Quiero hablar contigo un rato.
—Eh… Nosotros nos vamos, hasta luego.

Se marcharon. Y Heechul únicamente me ignoró, giró sobre sus talones y comenzó a caminar hacía uno de los edificios como si nada. Con las manos en los bolsillos y un paso lento. Seguro de que no lo seguiría.

Su rostro incapaz de mostrarme alguna expresión. Me hizo recordar en primer lugar por que me había enamorado de él. Por que quería ver en su rostro al menos una expresión. No importaba si lloraba en mi hombro o reía a carcajadas conmigo.

…Yo solo quería que Heechul tuviera la vida normal que le fue negada.






—¿Ya has hablado con Heechul?

Dejé de escribir lo que el profesor de Investigación hablaba cuando Yoochun garabateando su cuaderno me habló. Lucía levemente apagado, pero aún así me miró, con una expresión algo vacía en el rostro.

—No, al parecer ahora me ignora.
—Habla con él.

Yoochun bajó la mirada; Y lo supe de inmediato.

—¿Volvió a pasar?
—Ese idiota… Cuando vio a Heechul llegar en ese estado el día de la pelea. Se enojo tanto que… ¡Dios! Quise golpearlo. Pero al menos el amenazarlo con los abogados de mi familia lo detuvieron y no le hizo nada.

Yoochun rayó un poco más el cuaderno y finalmente soltó el bolígrafo con una expresión de enojo en el rostro. Tapando sus ojos  y suspirando profundamente.

—Sin contar con que mi padre encontró a Yunho.
—¿Cómo?
—No lo sé, seguramente contrató a alguien o que se yo…

Justo en este momento, dónde nadie más podía escucharnos o internarse en nuestros problemas. En este pequeño mundo donde los populares no eran perfectos, desee más que nada poder estar con Heechul.

—Tienes suerte por la familia que tienes Siwon. Cuando menos tu padre no es un boxeador frustrado como el de Heechul o el mío.
—Eso no es gracioso, Yoochun.

Él solo torció los gestos. Mirando hacía la pizarra y mordiendo su labio inferior.

—¿Sabes que detesto el talento de Junsu, verdad?
—Por supuesto, por que puede quitarte tu lugar como el mejor. A un paso de graduarnos.

—¿Y sabes la razón por la que quería meter a Junsu en mi cama otra vez, verdad?
—Por que querías en parte vengarte y en parte demostrarte a ti mismo que tu historia con él ya había quedado superada.

Yoochun sintió, volviendo a garabatear su nombre en el cuaderno.

—¿Cómo sabes tanto de mi?
—Por que somos amigos. Es obvio.

—Entonces sabes que en el fondo…
—…Aún quieres que se arrepienta, y lo extrañas. En el fondo solo quieres sacarte la máscara que tienes. Y poder gritar al menos una vez lo que sientes en verdad.

Yoochun volvió a asentir. Con un corto suspiro antes de mirarme a la cara.

—Voy a escribir una canción para él, la última. Mi carta de despedida para Kim Junsu. Pero esta vez voy a ser sincero y voy a decir lo que siento justo ahora. Para comenzar una vez más, sinceramente, sin máscaras. Y poder arrancarlo de mi vida de una vez por todas.

Yoochun regresó a garabatear. El profesor había continuado hablando pero, yo ya había perdido el ritmo de la clase. Yoochun lucía determinado, como nunca antes. Quise preguntarle, si lograba superar a Junsu. Que me dijera el secreto.

Para olvidar a Heechul y dejar que al menos me dejara regresar como su amigo.






Para el almuerzo pensaba en demasiadas cosas.

Era lunes, y ya para el sábado debíamos tener lista la canción. Yoochun deseaba presentarla en la feria de cultura del Conservatorio. Frente a todo el mundo, había que trabajar mucho en la música y el resto.

—Es extraño… Yunho hyung no vino a clases.
—Escuché que Jaejoong le decía a Yoochun que había estado enfermo el fin de semana.

—Mmh… Hablando de Jaejoong, ¿qué se traen esos dos?
—¿Yoochun y Jaejoong?— Changmin solo asintió. –Pues la verdad, no tengo la menor idea.

Y como si Yoochun buscara calmar nuestras dudas y las del todo el mundo. Ingresó al comedor, con la misma actitud sobresaliente de siempre. Acercándose a Jaejoong que permanecía en una de las mesas lejanas, tomándolo por el brazo y caminando junto a él hacía donde nosotros nos encontrábamos.

Changmin me miró confundido, pero yo entendía tanto o menos que él. Yoochun se sentó a mi lado y Jaejoong junto a él. Susurraron un par de palabras y yo aproveché para acercarme a Yoochun y jalarlo hacía mi. Para que solo él me escuchara.

—¿Qué estas haciendo?
—Lo mismo que tú, seguir adelante.

Los ojos de Yoochun me sorprendieron. No ocultaba nada. Yoochun estaba siendo sincero.

—Tú solo quieres herir a Junsu.
—¿Cómo voy a herir a alguien que no siente nada por mí?

Tenía razón. Yoochun tenía toda la razón. Se soltó con cuidado. Acercándole a Jaejoong una botella con agua y sonriendo al menos un poco. Jaejoong se veía incómodo, pero aún así sonrió. Asintiendo y suspirando.

Luego Yoochun se inclinó un poco hacía él. Y Jaejoong cerró los ojos, entonces ocurrió. Yoochun se acercó un poco más, y besó los labios de Jaejoong. El comedor se llenó de murmullos. Ya era oficial. Yoochun y Jaejoong estaban saliendo.

…Y probablemente la noticia se regaría más pronto que la mía con Changmin.







Una vez más la contestadora fue lo único que escuché al llamar a Heechul.

—¡Maldición!

Bufé con molestia, lanzando el inalámbrico sobre la cama. Y pensando seriamente en lo que Changmin me había dicho sobre que si Heechul no me contestaba, entonces lo buscara.

—Hermano… Ya está la cena.

Minho se asomó a mi habitación con una pequeña sonrisa en el rostro y yo asentí, bajando junto a él hasta el comedor. El olor delicioso de la comida me sorprendió. Nuestros padres habían salido al cumpleaños de un tío. Y por tanto estábamos solos en la casa.

—¿Cómo así no ha venido Joonghyun en mucho tiempo?
Minho bajó la mirada. –Nos estamos dando un tiempo.

Comenzó a servir la comida en mi plato, con la misma mirada que Yoochun cargaba esa mañana. Empecé a pensar que era una epidemia de corazones rotos.

—¿Y tú estas bien?
—Se hace el intento.

Sonreí, Minho en este momento tenía mejores cosas en las que pensar. Como su competencia, sus estudios, los exámenes. Probablemente se preocuparía de su relación después.

—¿Tú cocinaste o compraste comida?
—Yo cocine.

El orgullo sonó entre las palabras de Minho. Mientras comíamos en un corto silencio.

—El viernes en la mañana saldré de viaje, este año las nacionales no se celebraran en Seúl.
—¿Entonces no te quedarás para la feria cultural?
—Lo dudo. La competencia es el viernes, y partimos el sábado en la mañana de regreso.

—Supongo que no podré verte en la competencia de baile.
—No, pero ganaré te lo aseguro.
—Eso espero mocoso.

Él me sonrió y yo solo bebí un poco de agua. Minho estaba extraño últimamente. Pensativo e ido. Saliendo de la casa cada vez que Changmin venía. Comenzaba a tener mis suposiciones de por que él y Joonghyun se habían dado un tiempo.






Hacía frío y el vaho que salía de mi boca era evidente.

Era ya jueves y seguía sin saber de Heechul, Ajusté un poco mejor el abrigo a mi cuerpo. Con la capucha sobre mi cabeza solo para ver si el frío no era tan intenso como en ese instante. La casa grande de Heechul estuvo frente a mí. No tenía sentido ni siquiera volver a llamar.

—¡¿Por qué tienes que ser tan insoportable?!
—¡Ya déjame en paz!

Eran los gritos de Heechul y su desagradable padrastro una vez más. Yo nunca había tenido la menor duda de que ese hombre odiaba a Heechul. Probablemente desde que lo conoció, cuando Heechul apenas tenía trece años.

—¡Tienes que tenerme respeto niñato!
—¡El respeto se lo gana, no se lo exige!

Discutían una vez más. Casi no lo pensé, trepé por las rejas y me lancé directo hacía el césped que había en la entrada de su casa. Desde ahí, se podía ver el gran ventanal. El tipo ese sujetaba a Heechul por el brazo, sacudiéndolo violentamente. Tenía que ir hasta él inmediatamente.

—¡¡Ya suéltame!!
—¡No entiendo como tu madre te soporta! ¡Es por eso que tu padre los abandonó, eres un inútil que cree que cantando y bailando llegará a algún lado!

—¡¡No te metas con mi familia, GRANDÍSIMO IMBÉCIL!!

Para cuando llegué a la puerta apenas pude ver como Heechul empujaba al tipo ese y salía corriendo. Comencé a golpear la puerta con fuerza y Heechul se sorprendió al verme, mirando hacía atrás asustado.

—¿Qué haces aquí?
—Estaba preocupado… ¿Estás bien?

Heechul miró una vez más hacía atrás, su padrastro empezaba a levantarse. –Vámonos.

Me jaló del brazo y empezamos a correr, lejos, muy lejos de ese infierno en el que se había convertido el que alguna vez fue el hogar de mi mejor amigo.






Heechul dejó que el aire caliente se posara sobre sus manos.

Nos habíamos sentado en un pequeño puesto de comida a varias cuadras, muy lejos de su casa. Heechul incluso lucía un poco más tranquilo. Con un abrigo similar al mío. Con la capucha tapando sus cabellos castaños.

Justo en este momento él se veía tan real, tan normal. Tan lejos de la imagen perfecta que proyectaba en el conservatorio. Cuando la muchacha que nos atendió trajo los platos de Kimchi, Heechul sonrió.

—Es obvio, me necesitas. Sino solo comerías una vez al día.
Heechul sonrió, tomando la cuchara para empezar a comer. –La hora de comer en mi casa es un desastre, sabes que no soporto a ese hombre.

—Tu madre debería dejarlo, no te trata bien incluso creo que te odia sin razón. A ella debería importarle más su hijo que ese sujeto.
—Pues la vida no es de color de rosa, Siwon. Me tocó esta vida y listo. No va venir alguien a rescatarme y hacerme olvidar mi pasado.

Justo en ese momento desee únicamente poder ser ese alguien.

Cuando Heechul abrió la puerta y me miró. Sus ojos me vieron repletos de alivio, de esperanza, por eso cuando agarró mi mano y empezó a correr. Ambos lo sentimos, las cosas entre los dos habían vuelto a tomar forma.

Por lo menos ya no me alejaba como antes.

—¿No piensas comer?
—No tengo mucha hambre.

Heechul solo me miró por un rato y luego siguió comiendo su plato de Kimchi, con el silencio de la noche y de los pocos clientes que apenas susurraban sus palabras. Un suspiro salió de mis labios.

—Chul… ¿Cuándo dejarás de comportarte así?
—¿A que te refieres?

—A continuar viviendo con lo que te tocó, ¿Por qué no haces algo por cambiarlo?
—Por que ya lo intenté y mamá no me creyó. ¿Qué quieres que haga?

—¡Cualquier cosa! Ese tipo hace tu vida miserable, y toda esa rabia, esa frustración es impotencia interna que tienes acumulada la encierras en una burbuja de perfección y popularidad que revienta con los que no piensan igual que tú. Y eso está mal.

Heechul bufó, dejando de comer y tratando de respirar profundo para no decir algo que seguramente terminaría por herirme. Lo conozco tan bien, como conozco a Yoochun.

—Escucha Siwon, si vienes a hablarme de tu noviecito…
—No es sobre él, es en general. No puedes continuar así.

—…Siwon tú no entiendes, tú tienes una maravillosa familia. Sin mi madre yo no tengo a quien más recurrir, y tampoco quiero dejarla sola con ese sujeto.
—¡Es ella quien no quiere dejarlo! …Si ese tipo algún día se excede y te golpea demás. ¡¿Qué demonios vas a hacer?!

En ese justo momento él agachó la cabeza. Odiaba verlo así, tan solo y desamparado, como el niño de doce años que conocí, tanto tiempo atrás. Me había equivocado en hablar demás, por que al parecer Heechul había perdido el apetito.

—¿Por qué te molesta que esté con Changmin?

Solo quería una respuesta, una sola. Pero Heechul solo me miró, y yo supe que esa respuesta no llegaría.

—Es que es demasiado bueno, ¿sabes? Sé que de permanecer juntos. Te enamoraras de él, y te olvidarás de mí. Él no es como yo, él tiene una buena familia igual que tú. Tú por fin te alejarías de estos problemas y angustias que yo arrastro y preferirás pasar todo tu tiempo con él.

Heechul apretó sus puños, mordiendo su labio inferior y viendo su plato a medio comer.

—Y yo ya no podré llamarte o acudir a ti por que pondrás en un punto de comparación nuestra amistad y tú relación con Changmin. Y sentirás que solo soy una carga… Él te dará la paz, tranquilidad y felicidad que yo no puedo darte ni siquiera como amigo. Por que en este momento mi vida es un desastre.

Sus ojos estaban a punto de derramar lágrimas, su mirada viajo de un lado a otro. De los clientes a su plato y hacía la calle. No me miró y tuve que sostener su mano para que no soltara lágrimas, para que al menos recordara que yo seguía ahí.

—Si tú me lo pides, lo mío con Changmin se acaba.

Sin embargo Heechul solo se soltó de mi mano y volvió a comer, o al menos a mover la cuchara dentro del tazón de Kimchi.

—No lo hagas, él es mejor para ti. ¿No me estás escuchando?
—¡Pero tú me necesitas!

—¡Exacto! Tú sientes que debes estar conmigo, para protegerme, para ayudarme. Pero no por que quieres. Eres demasiada buena persona Siwon. Y eso estará en tu contra siempre. Por que no sé por que maldita razón sientes que debes protegerme. Debes madurar, y aprender que lo que te toca debes acomodarlo a tu favor y punto. Sobrevivir es la única opción.

Heechul soltó una vez más la cuchara, pasando una mano por su frente, no sabiendo que términos usar. Mirándome directo a los ojos y acercándose a mi rostro.

—Además, no pretendas dejar a Changmin. Por que yo no quiero una relación contigo, no quiero una relación con nadie. Sería muy injusto para ti.
—Entonces no me alejes, quiero estar ahí para ti, me importa muy poco si es solo como un amigo. Yo quiero estar ahí para ti, cuando me necesites, cuando no me necesites.

La crueldad entonces abandonó sus palabras, su rostro serio y determinado cambió. Las lágrimas volvieron a su rostro y en esta ocasión, no pudo evitarlas. Las secó brevemente con el dorso de su mano, evitando mirarme una vez más.

—¿Por qué? ¿Por qué no puedo tener más personas como tu o como Yoochun a mi lado? Yo no soy una mala persona… ¿Por qué ese tipo tiene que tratarme de esa forma? …¿Por qué mamá lo permite?

Entonces tapó su rostro, con las lágrimas fluyendo. Estaba tan familiarizado con la parte débil de Heechul que nadie más conocía, que supe que lo único que lograba confortarlo era un abrazo. Por eso me moví hasta él. Para que mis brazos cubrieran al menos un poco sus heridas.

—Odio que me insulte, que me grite, que me golpee… No quiero vivir así, no quiero.

Maldición… Su voz resquebrajada me hizo sentir como un inútil, por no poder hacer nada más por él. Lo abracé. Todavía un poco más fuerte y él solo se quejó, con un lamento involuntario cerca de mi rostro.

—¿Te duele la espalda?
—Un poco es que…

No me iba a mentir, no podía. Por eso únicamente me miró. Lo hice girar y levanté su buzo. Los morados en su espalda eran evidentes. Eso no era producto de la pelea con Changmin. Él lo sabía, por eso no me mentía.

—Se acabó, Heechul. Esto se acabó.
—Siwon, ¿Qué vas a hacer?

Dejé dinero sobre la mesa y tomé a Heechul de la mano. Detuve un taxi que nos llevara hasta su casa cuanto antes. En todo el camino Heechul no paraba de quejarse, de preguntar lo que haría. Que me detuviera.

Cuando llegamos a su casa y su madre nos abrió la puerta. Visiblemente preocupada por la hora y que su hijo no estuviera en casa. Yo solo la saludé brevemente y me acerqué al tipo que Heechul tenía por padrastro y lo empujé hasta que su espalda dio contra la pared.

—Escúchame bien maldito, esto es lo que va a pasar. Me voy a llevar a Heechul de este infierno y tú ni en un millón de años de te le vas siquiera a acercar a menos diez metros de distancia. Por que mi familia tiene mucho dinero y no te vamos a mandar a la cárcel, te voy a mandar al primer país más infrahumano que exista y voy a hacer que vivas ahí la peor de las miserias hasta que ruegues por que te maten.

El hombre solo abrió los ojos violentamente, arrugando el entrecejo. Atrás, la madre de Heechul solo se quejaba sin saber lo que ocurría, aunque en el fondo los sabía bien.

—¿Y crees que le temo a un muchacho de dieciocho años?
—Ponme a prueba y sabrás de lo que soy capaz, idiota.

Fue tan solo un empujón más, agarré a Heechul de la mano. Subiendo las escaleras directo a su habitación. Lejos, el sujeto ese solo gritaba que llamaría a la policía, la señora en cambio permaneció callada.

—Siwon, ¿Qué estas haciendo?
—Te llevo conmigo.

—Pero soy menor de edad, me pueden regresar.
—Tú confía en mí.

Guardar sus pertenencias fue mucho más fácil de lo que parecía. Solo tomó lo más importante dentro de una maleta y un pequeño bolso. Las cosas del conservatorio, y unos cuantos recuerdos. No tomó nada más.

Bajando las escaleras. El tipo vociferaba al teléfono y la mamá de Heechul solo tapaba su rostro con las manos. A punto de llorar.

—Sé que no permitirá que la policía vaya por Heechul a mi casa. Usted lo prefiere a él, entonces quédese con él, pero no deje que Heechul se siga hundiendo en esta miseria.
—Váyanse rápido, yo hablaré con la policía.

Apreté la mano de Heechul con fuerza. Su rostro solo reflejaba incredulidad. Y yo imaginaba que debía estar destrozado por dentro, que su madre continuara prefiriendo a ese sujeto lo debe estar matando lentamente.

Cuando salimos de la casa, y el aire frío nos golpeó con en la cara. Heechul solo apretó con más fuerza mi mano. En el taxi de regreso a mi casa. Heechul sollozo en mi hombro sin parar hasta que estuvimos relativamente cerca.

Heechul tenía el corazón roto una vez más.






Antes de que pudiera sacar las llaves. La puerta se abrió.

—¿Dónde estabas? Te cubrí con nuestros padres diciendo que te habías acostado temprano… ¿Heechul está bien?

Minho olvidó todo el regaño que me tenía preparado por salirme de la casa tan tarde en la noche, y miró con preocupación el rostro decaído de Heechul. Pero él solo asintió y Minho rápidamente nos ayudó con la maleta.

—Hermano, ¿qué está sucediendo?
—Luego te explico, Min. Lleva la maleta de Chul al cuarto de huéspedes.

Heechul me miró, yo le sonreí. Respiré profundo y subimos las escaleras hasta la habitación de mis padres. Ellos amaban a Heechul y sabían mas o menos los problemas que tenía.

No dudaba que lo dejaran quedarse, pero aún así él apretó su mano un poco más. Y cuando abrí la puerta y mis padres me miraron extrañados. Supe que sería una larga charla. Pero cuando mi madre abrazó a Heechul y lo abrigó entre sus brazos brindándole un poco de te.

Supe que en verdad no me había equivocado, no sería tan difícil.






Era viernes, temprano en la mañana, era el día de la presentación de Yoochun, tenía que recoger a Changmin, y había convencido a Heechul de que fuera a clases. Primero para que se distrajera, y segundo por que cantar junto a Yoochun y a mi en la feria lo ayudaría a desahogarse.

Pero cuando Changmin subió al auto y miró a Heechul junto a mí. Es obvio que se molestó. El chofer arrancó. Heechul miraba por la ventana y Changmin me miró directamente, yo solo le pedí que se calmara.

Pero eso al parecer, solo logró enojarlo más.






—¡Me tiene sin cuidado las razones por las que eres amigo de Siwon, no me puedes hablar de esa forma!
—¡Pues a mi me da igual la razón por la cual tú y él están saliendo! ¡Eres un perdedor así que no me hables!

Bajé del auto una vez estuvimos en el conservatorio, la pelea había iniciado unas cuadras atrás. Y estaba cansándome, la madurez de Changmin se había quedado en el mismo lugar que la de Heechul.

—¡De acuerdo, basta! Hablaré con los dos luego, ahora pórtense como gente. Y vamos Heechul que tenemos que hablar con Yoochun sobre lo de la canción.
—No me jales.

Agarré su brazo a pesar de que eso pareció molestarle. Changmin no dijo una sola palabra más. Hablaría luego con él. Sé que entendería mis razones.






Ya para las diez de la mañana el lugar estaba repleto de gente, chicos del conservatorio, particulares, chicos de otros institutos y conservatorios. Heechul había llegado frente a Yoochun disculpándose por haberse prácticamente desaparecido.

Y ambos se habían quedado practicando la canción.

Yoochun se sentía victorioso. Había logrado que su presentación fuera antes que la de Junsu, la dichosa práctica de baile no podía ser, tenía el pie todavía un poco lastimado. Y por tanto cantar había sido su última opción.

No estoy absolutamente seguro de si el plan de Yoochun es dar punto final a lo que siente por Junsu o sencillamente humillarlo una vez más. Opacarlo con su voz y todo lo demás, pero mientras tanto llevo estas botellas con agua hacía donde estamos practicando, solo por que tenía la esperanza de encontrarme con Changmin y aclarar las cosas.

—¡No te he visto casi una semana! ¿Al menos podríamos terminar la conversación de la vez pasada?

Esa, sin duda. Era la voz de Jaejoong, cuando giré un poco la cabeza. Lo vi cerca de los postes del escenario agarrando a Yunho por el brazo y evitando que continuara alejándose de él.

—¿Cuál es tu maldito problema Jaejoong? ¿Qué es lo que quiere oír? Ya estás saliendo con quien desde siempre te ha gustado. ¿Por qué te encanta complicarte la vida?
—¡¿Por qué no me dijiste que Yoochun y tú eran hermanos?!

—¿Eso hubieran cambiado las cosas? ¿Hubieras dejado de salir con él por que es mi hermano? Por supuesto que no, la única razón que impediría que salieras con Yoochun es que… Sintieras algo por mí, pero no es así. Entonces deja de empeorar la situación, por favor.

Yunho se soltó, alejándose con paso rápido. Jaejoong se quedó ahí, susurrando vagamente unas palabras que Yunho ya no escuchó.

—…¿Y qué, si finalmente quien me gusta eres tú?

Lo primero que pensé fue: ‘Pobre, Yoochun’ por eso decidí avanzar. Para que Jaejoong no notara mi presencia. Pero luego pensé que Jaejoong estaba en su derecho de sentirse confundido. No era un secreto para nadie que desde siempre le gustó Yoochun.

Y que de pronto apareciera Yunho, el hermano de Yoochun y lo cambiara todo. Aún así. Si de algo estaba seguro es que Yoochun no amaba a Jaejoong, al menos no, de esa manera. Varios metros más allá vi a Junsu detener el camino de Yunho.

Vi que lo abrazó, lo vi preocupado por Yunho.

¿Junsu… Apreciaba a Yunho de verdad?






—Listo muchachos, prepárense que en unos segundos salen.

Yoochun asintió, con una sonrisa en el rostro.

Heechul ajustó su violín y yo solo jugué con los palillos de la batería en mis manos. Yoochun lucía nervioso como nunca antes.

—¿Estas seguro de que quieres cantar esa canción?
—Es mi adiós definitivo.

—Junsu no lo entenderá así, ¿lo sabes, verdad?
—Lo sé, y creo que es mejor así.

Yoochun solo arreglo su chaleco negro, abotonándolo por completo y cuando la banda anterior a nosotros terminó su interpretación. Supimos que nuestro turno había llegado. Yoochun respiró profundo, apretando sus manos y dibujando una sonrisa amplia en su rostro.

Fuera la gente empezó a alabarnos. No habíamos anunciado que participaríamos. ¿Por qué había tanta gente apoyando, entonces? Nos colocamos en nuestros lugares y Yoochun estuvo frente al micrófono respirando hondamente por última vez.

Ubiqué los ojos de Changmin de entre el público, un poco a lo lejos, sentado en una silla junto a Jaejoong. Junsu en cambio estaba junto a Yunho. Unos metros más alejados. Junsu parecía sorprendido.

Heechul dio inicio con leves notas, apenas percibidos. Y Yoochun cerró los ojos.


Así que, ahora puedo decir que me siento seguro
Pero eso no me hace sentir mejor
Porque ahora está fuera de mi vida
Y nunca más quiere volver a verme


Lentamente el público fue guardando silencio. La voz de Yoochun logró endulzar al mundo entero. Con su voz plasmada de dolor y sensualidad al mismo tiempo. Con su rostro reflejado en cada palabra. Con un dolor que nadie sabía, pero que tampoco podía ser fingido.


¿Qué puedo hacer para solucionar este problema?
Porque, te necesito… Más de lo que el cielo de la noche necesita a la luna
Hey ~ Tengo que enfrentar el hecho de ya no está aquí,
Así que estoy por comenzar mi lamento, ¿Puedes escuchar mi grito?
Dios, cuanto lo necesito.
Tiene que tomar su lugar en mi vida



Desde esta perspectiva, la manera en Junsu miró a Yoochun me hizo recordar mucho al Yoochun que un día llegó emocionado diciéndome que había encontrado a la persona que había robado su corazón definitivamente.

Por que aunque Yoochun se dedicó solo a cantar, y plasmar sus emociones guardadas en cada tono de su voz. Yoochun nunca miró a Junsu. No miró a nadie en especial. Yoochun solo se sumergió en sus recuerdos, en lo mucho que había llegado a amar a alguien que solo lo lastimó.

…Y en lo mucho que probablemente Junsu no merecía las siguientes líneas.


Te amo y eso significa que esto no puede ser
Me encanta que esto es el principio de un todo.
Te amo, este no es el final.
Me encanta que esto es solo el principio.



Fue un breve instante. Jaejoong deslizó su mirada hacía Yunho y Yunho lo hizo también. Sus ojos se encontraron sincronizadamente. Y aunque estuvieron así por un breve momento. Yunho solo regreso su mirada al escenario.

Y a Jaejoong pareció no sorprenderle aquello.


Todo lo que quería era decir: 'Te quiero'
Pero era demasiado inseguro.
Pero si el destino te trae de vuelta
Lo diré: 'Te amo'


Heechul lucia concentrado en lo que hacía, en acompañar a Yoochun de vez en cuando haciendo post voice. Su rostro lucía un poco más relajado. Y por alguna razón recordé sus lágrimas.

Lo mucho que desee poder sacarlo de aquí, incluso de este país. Para que ni por error recordara o volviera a encontrarse con ese sujeto. Quería con tantas fuerzas un futuro para Heechul, y ya para instante no me importaba si era lejos de mí.

Esto es realmente mi culpa
Porque cuando te fuiste ese día
Mis lágrimas luchaban por salir
Dios, estoy por comenzar una vez más.
¿Escuchas mi llanto?


Changmin de pronto bajó la mirada.

Estoy seguro que no fue por mí, no fue por la canción. Sus pensamientos volaron lejos de aquí. Y es que, aunque Changmin no lo aceptara y me desviara el tema cada que le nombraba Minho le importaba.

Y el grado de importancia podía medirlo por cada vez que lo veía salir de mi casa cada que él llegaba. Y por que desde hace mucho que ni siquiera hablaban. Changmin había marcado distancia y Minho lo había aceptado.

De pronto la voz de Yoochun pareció fundirse. Yoochun se aferró al micrófono. Con su voz un poco apagada y temí por que se desmoronara frente a todos. Pero antes de que Yoochun terminara su canción, Junsu se levantó, Yunho lo siguió.

…Y las últimas frases de Yoochun salieron en un tono triste y desamparado.


Realmente te necesito, Por favor regresa...
…Aunque sea solo por hoy.


Los aplausos llegaron, pero Yoochun no volvió a sonreír. Junsu no había querido escuchar su canción hasta el final. Junsu no había escuchado la última suplica lastimera de Yoochun.







—¡Esto me tiene harto! Soy un imbécil.
—¿Yoochun te quieres calmar?
—¡¿Lo viste?! ¡Parecía que mi canción incluso hasta lo fastidio!

Heechul negó, intentando que Yoochun se calmara un poco. Logre interponerme entre ambos, pero la voz de Yunho y Junsu discutiendo nos hicieron girar. Ahí estaba Junsu, siendo detenido por Yunho, pidiéndole que se calmara.

—Junsu estás exagerando. De todas formas solo necesitas salir a cantar y la profesora te pondrá tu nota. No puedes bajar tu promedio.
—¡Yoochun lo hizo apropósito, se presento antes que mi para que no hubiera punto de comparación! ¡¡Para humillarme!! ¡Él solo quiere vengarse de mí!

Yunho lo agarró por el brazo pero Junsu se soltó.

—¡Junsu basta! ¡¿Escuchaste siquiera la letra de esa canción?! ¿Por donde decía que quería vengarse de ti? ¿Vengarse de que?
—¡¡De todo lo que le hice!!

Junsu pasó una mano por su rostro, exasperado, molesto. Estaba a punto de explotar. De que su máscara se le cayera, e instintivamente Yoochun dio un paso hacía adelante. Era el momento que Yoochun había esperado.

…Junsu iba mostrarse como era.

—¿Qué le hiciste a Yoochun?
—¡Lo utilicé de acuerdo! ¡Lo utilicé mezquinamente! Yo… Usé su amor para lastimar a mi hermano. Por que a Junho le gustaba Yoochun.

Yunho entonces se paralizó. Pareció perder la brújula del mundo y como giraba. Fue como si por su mente pasaran demasiadas ideas y creerle le resultara incluso hasta imposible, a pesar de que el mismo Junsu estaba confesando.

—…¿Me estás hablando enserio? Pero tú…
—Yo soy una horrible persona, hyung.

Junsu bajó la mirada y Yoochun entonces dio media vuelta y se marchó. Heechul solo suspiró. Por que Yunho permaneció callado. Aún si poder creer aquello y Yoochun necesitaba este momento a solas.






Esa noche Minho llegó con el premio del primer lugar en las manos.

Con una deslumbrante sonrisa en el rostro. Saltando sobre mí y abrazándome con fuerza. Lleno de un entusiasmo que distaba mucho del ambiente tenso que todos habíamos vivido ese día en la feria.

Conseguimos el primer lugar, y un viaje a no sé donde. Yo ni siquiera sabía que el primer lugar ganaría algo. Pero luego de eso Minho quiso hablar seriamente y decirme la verdad, decirme por que había decidido cortar definitivamente cualquier tipo de relación amorosa con Joonghyun esa mañana.  

Mi hermano menor fue sincero, con dificultad, me miró a los ojos y me confesó: Que se había enamorado de Changmin, que no se interpondría entre nosotros, pero que era justo que lo supiera. 

Justo en este momento no estoy muy seguro de cuan bueno o malo puede ser esto para mi propia confusión.






Publicado por: Siw409
Estado: Tired.
Escuchando: 101. (Tiziano Ferro)

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