KINGDOM TVXQ!

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Blogger - Especial 2

ACCIONES MATAN PASIONES
SEGUNDO ESPECIAL


Yoochun escuchó un auto estacionarse.

Con sus pequeñas piernas corrió hacía la ventana. Se apoyó ligeramente en ella, parándose en las puntas de sus pies para divisar mejor. Desde ahí pudo ver a su padre, bajar del auto rojo como cada día.

Pero esta vez, había algo diferente. En el puesto de copiloto, venía un niño de cabello en punta, con la cabeza gacha y una expresión de tristeza en el rostro. Yoochun no supo quien era ese niño, ni por que su padre lo traía a casa.

Pero se veía tan triste que no le pareció mala idea que lo haya traído. Se harían compañía, él no tenía hermanos y por las expresiones de aquel muchacho, suponía que podía robarle alguna sonrisa para hacerlo sentir mejor.

Su padre le abrió la puerta, el niño solo miró al mayor y suspiró. Bajando del auto, tomando aquella mano que le era ofrecida y caminando hacía la puerta. Yoochun salió de su habitación apresurado, con una sonrisa enorme en los labios.

Bajó las escaleras con avidez. Su madre se encontraba arreglando unas flores y al verlo sonrió.

—Pequeño, ¿por qué tanta efusividad?
—¡Papá llegó! ¡Y me trajo un amigo!

Cabe decir que su madre arrugó el entrecejo, algo confundida tal vez. Pero no tuvo opción a responderle cuando vio a JoonHan entrando por aquella puerta, agarrado de la mano de aquel niño que lucía triste.

—Amor, ¿por qué llegas tan temprano?

Fue un ligero momento, Yoochun notó que el niño que acompañaba a su padre miró sorprendido al mayor y luego a su madre. Pero al parecer solo decidió callar.

—Yunho, por favor espérame en la sala con Yoochun. Hijo por favor llévalo hacía allá.— Yoochun asintió de inmediato. Acercándose al muchacho y sonriendo abiertamente. –Kyona, vamos a la cocina. Quiero hablar contigo.

—Vamos, ¿por qué caminas tan lento?

Yoochun consideró divertido inyectarle al muchacho de la mirada triste un poco de vitalidad. Por eso lo agarró del brazo. Guiándolo hacia la sala de estar. El muchacho solo se sentó, mirando al piso y haciéndolo sentir un poco incómodo ante el silencio.

—Bien, ¿te llamas Yunho, cierto?
—Si.

—Ehm… Pues yo soy Yoochun. ¿Cuántos años tienes?
—Diez.

Yoochun sonrió, sentándose a su lado y mirándolo con entusiasmo.

—¿En serio? ¡Yo también! Podremos ser buenos amigos. Tengo muchos videojuegos y…
—Yoochun…

—¿Si?
—No tengo muchas ganas de hablar en este momento.
—Oh… Ya veo.

Ligeramente Yoochun carraspeo. Juntando las manos sobre sus rodillas y mirándolas con atención. Yunho se dedicó a permanecer callado, y él no entendía como un niño de su edad podía ser tan pasivo.

—¿Quieres un poco de jugo de naranja? Mamá hace uno delicioso.
—Park JoonHan, ¿es tu padre?

El cambio de tema lo tomó por sorpresa, aún así miró a Yunho con sus grandes ojos y asintió.

—Si. Lo es, ¿por qué?
—…Por nada.

Yunho agachó la cabeza, mordiendo su labio inferior y apretando los puños. Yoochun no supo si estaría bien o no poner una mano sobre su hombro.

—¿Estas bien, Yunho?
—¿Están casados?

—¿Eh?
—Tus padres, ellos… ¿Están casados?
—…Pues si.

En ese instante. Yoochun se asustó. Por que Yunho tapó su rostro y empezó a llorar. No supo que hacer, miró de un lado a otro. Pensó en llamar a su padre, pero Yunho en realidad se veía tan mal que no quiso dejarlo solo. Y se acercó.

—Yunho… ¿Qué sucede? Tranquilízate por favor…

Lamentablemente a pesar de que logró abrazarlo; Yunho no se calmó, solo lloró más amargamente con el rostro pegado a su pecho. Sacudiendo un poco su cuerpo y con pasmosos sollozos.

—Lo siento… No debí… Discúlpame.

Con lágrimas aún en su rostro, Yunho se volvió a alejar, limpiando sus lágrimas. Y tratando de desviar la mirada. Yunho no comprendía, pero cuando menos le consolaba ver que empezaba a calmarse.

—No hay problema, Yunho.
—Yo… Acepto ese jugo, por favor.

Yoochun asintió, levantándose de su lugar. Sin importarle demasiado que Yunho no lo hubiera mirado en ese momento. Extrañado como se encontraba. Entró en la cocina, sin ver a sus padres por ningún lado.

Sacó la jarra con cuidado y se subió en uno de los asientos del mesón para poder servir en un vaso el jugo, sin embargo su mirada se deslizó hacía el patio, ahí donde sus padres parecían discutir; Yoochun se asustó una vez más.

Se acercó hacia la puerta, abriéndola un poco y asomando la cabeza ligeramente. Su padre intentó agarrar el brazo de su madre, pero ella solo se sacudió con fuerza. Molesta, como nunca antes la había visto.

—¡¿Cómo te atreviste JoonHan?!
—Kyona por favor, solo te pido un poco de comprensión.

—¡¿Comprensión?! ¡Me engañaste, sabrá Dios con que clase de mujer! Y ahora me traes a su hijo. Supongo que tuyo también.
—¡Por favor Kyona, ella falleció! Yunho está poco más que devastado.

Yoochun tapó su boca, con los ojos empezando a arderle, ¿iba a llorar?

—¿Cuántos años tiene?
—Diez.
—¡¿Diez?! ¡Tiene la misma edad que mi Yoochun! ¿Cómo pudiste hacerme esto?

Kyona solo tapó su rostro, con las lágrimas escurriéndose por su rostro. Yoochun no aguantó ver a su madre a llorar. Subió las escaleras hacía su habitación y se encerró en ella. Hundiéndose en su cama y tapándose con todo el cobertor.

Tapó sus oídos con fuerza en cuanto escuchó a su padre pidiéndole que abriera. Y a pesar de que su madre también le pidió que la dejara entrar. En todo ese día, Yoochun no cedió.






—No me quiero quedar aquí… JoonHan.
—¿JoonHan? ¿Por qué no me dices papá?

Yunho desvió la mirada. Sintiendo como su padre terminaba de cerrar los botones de aquella camisa que acababa de ponerle. Parado sobre la cama de aquella pequeña habitación, prefirió no contestarle.

Su padre solo suspiró. Sentándose en la cama y tomándolo por la cintura, para poder sentarlo sobre sus piernas con cuidado.

—Yunho, háblame. ¿Qué sucede?

Sintió la mano de su padre acariciando su cabello. Yunho solo pensó en que aquella caricia era muy similar a la que su madre solía hacerle también. Agarró con fuerza la camisa de su padre y hundió el rostro en aquel pecho. Soltando un par de lágrimas involuntariamente.

—La extraño… Papá… Quiero verla… Mamá dijo que siempre estaría ahí para mí, que nunca me dejaría solo… ¿Por qué me mintió?

JoonHan respiró profundo, encerrando en sus brazos el pequeño cuerpo de su hijo que lloraba copiosamente sobre él. Pasaron varios minutos antes de que Yunho calmara su llanto, y una vez que sucedió lo recostó con cuidado sobre la cama, acostándose a su lado, abrazándolo ligeramente para que no se sintiera solo.

—Esa mujer… La mamá de Yoochun, ¿es tu esposa?
—Si, Yunho. Lo es.

—¿Y mamá? ¿Por qué nunca te casaste con ella? No entiendo lo que sucede papá, pensé que nosotros éramos tu familia.
—Es algo muy difícil de explicar Yunho. Pero ten la seguridad de que amé a tu madre tanto como te amo a ti.

La respuesta no pareció convencer mucho al menor, aún así, cansado como se encontraba no protestó. Solo se abrazó un poco más al mayor. Sintiendo el calor que le trasmitía y cerrando los ojos ante la costosa comodidad que aquel hogar le transmitía.






Varios toques en la puerta, Yunho abrió los ojos.

Su padre ya no estaba, y un poco desconfiado se puso los zapatos como pudo, abrió la puerta, encontrando a Yoochun con un pequeño vaso con jugo de naranja en las manos. Extrañamente tímido.

—Ayer… Olvide tu jugo, lo siento mucho.

Miró el jugo que le era ofrecido y asintió. Tomando el vaso en sus manos, respiró profundo y optó por abrir un poco más la puerta.

—¿Quieres pasar?
—Gracias.

Una vez que ambos estuvieron sentados en la cama. Yunho bebió un poco del jugo, sintiendo curiosamente un poco más de hambre, recordando que hace un par de días que no comía como era debido.

—Entonces, ¿extrañas a tu mamá?
—No creo que esa sea una pregunta adecuada.
—Lo siento.

Yoochun agachó la cabeza entonces. Jugando con sus manos, todavía un poco inseguro de lo que sucedería con su familia. Yunho terminó el jugo. Y lo miró fijamente.

—Si, la extraño. Pero papá dice que tengo que ser un niño fuerte.
—Cuando mi abuelito murió, papá también me dijo lo mismo.

—Eh… Yoochun… ¿Tú mamá me odia?

—¿Qué? ¡NO! Mamá no odia a nadie, hoy ella me dijo que no era tu culpa, que yo tampoco debería odiarte, aunque yo no te odio pero ella solo quería asegurarse de que sus problemas con papá no tienen nada que ver con nosotros y que… ¿Por qué te ríes?

Yunho al parecer no se atrevió a ocultar su risa, mientras se apoyaba en la cama como podía, riendo como al parecer no lo hacía hace mucho. Yoochun solo hizo un pequeño puchero.

—Lo siento, Yoochun. Es que hablas mucho y muy rápido.

Yoochun solo rodó los ojos, cruzándose de brazos y bufando con fingido enojo.

—Niños bajen a comer.

Los dos miraron sorprendido a la puerta recién abierta. Yunho especialmente se levantó, arreglando un poco su cabello. Y cuando la mujer se agachó para estar a su altura en solo se encogió un poco.

—Eres un niño muy lindo, Yunho. Mucho gusto yo soy Kyona, la mamá de Yoochun.

Ciertamente la manera en que la mujer acarició su rostro fue desconcertante por que fue un tacto cálido y confortante que lo hizo sonreír ligeramente. Ella parecía muy amable. Y Yunho decidió hacer las cosas bien y comportarse por los días que durara su estancia en aquel lugar.





Los primeros días, fueron por demás incómodos. La relación entre Kyona y JoonHan parecía enfriarse a simples saludos y despedidas, Yunho comenzaba a pensar que era su culpa, a pesar de que los integrantes de aquella familia negaran aquello.

Yunho veía con aprensión el esfuerzo que hacía su padre por recuperar el cariño de la mujer, por que sencillamente él no podía olvidar el echo de que alguna vez pensó que su madre y JoonHan eran una familia.

Pero relativamente Yoochun era demasiado amable, le gustaba jugar con él, compartir sus juguetes y ciertamente hacía su vida un poco más confortable de lo que había esperado. Y antes de que pudiera darse cuenta ya habían pasado casi tres años.

—¡Yunho no corras!
—¡Lo que pasa es que eres un lento, Yoochun!

Las personas con elegantes ropas se abrían a su paso, de la nada Yunho sintió unas manos que lo agarraban por la cintura y lo levantaban con fuerza.

—Ey, pequeño Yunho. Que sobre esfuerzas a tu debilucho hermano.
—¡Suéltalo tío Rain! ¡Le daré su merecido!

Yoochun movió sus puños graciosamente y Rain desde su lugar solo río divertido mientras Yunho solo se abrazaba a él con fuerza.

—Oh, vamos pequeños. Dejen de pelear.
—¡Él comenzó, tío Rain! ¡Yoochun dijo que yo bailaba feo!
—¡Y él dijo que mi voz era horrible!

Boa acercándose lentamente recogió su vestido de novia y se acercó a donde Rain sostenía a Yunho y rodó los ojos. Divertida con que aquellos niños focalizaran tan bien su boda con aquella energía.

—Tranquilos niños. Ni Yunho baila feo, ni Yoochun canta horrible. ¿De acuerdo? Los dos son muy buenos en lo que hacen. ¿Bien?

Los dos pequeños asintieron y Yunho finalmente tocó el suelo una vez más. Miró a Yoochun y ambos solo desviaron la mirada molestos aún.

—Vamos que el banquete ya está servido.
—¡¡Comida!!

Y como si nada los dos pequeños fueron a sentarse a la mesa que correspondía a su pequeña familia. En la mesa JoonHan y Kyona ya esperaban por los demás. Era muy difícil decir si la cosa entre aquellos dos había mejorado o no, pero cuando menos se sonreían muy de vez en cuando, haciendo todo un poco más soportable.

—El pollo está delicioso. ¿Me pasas un poco de ensalada de Yunho?

La voz de Yoochun lo hizo levantar la mirada, asintió con tranquilidad y cuando estiró su mano, notó que no podía alcanzarla. Vio a Kyona y sonrió.

—Mamá, ¿podrías pasarme la… Ensalada…?

Su voz se ralentizó un momento llamando la atención de todos los presentes, que aparentemente guardaron silencio, esperando por la reacción de la mujer. Obviamente Yunho sintió que había cometido una gran indiscreción al haberla llamado así.

Sin embargo, Kyona le sonrió. Cediéndole el pequeño tazón con ensalada.

—Claro, hijo. Ten.

Yunho asintió, entregándosela a Yoochun y con la mirada nerviosa, muy puesta sobre su presa de pollo en el plato, jugando con el tenedor. Todavía nervioso por que lo acababa de suceder.

Sintió la mano de su padre palmeando su espalda, y Yoochun le sonrió. No sabía que sucedía, pero suponía que aquello empezaba a estar bien. Y lo años que se venían serían mejores.






—Odio mi vida.

Jaejoong bufó con molestia, mientras su madre lo peinaba con cuidado y él solo refunfuñaba entre diente por su mala suerte.

—Oh, vamos hijo. Que es la graduación de tu hermana deberías estar feliz.
—¿Y por eso me tengo que vestir con traje?
—Si, así te ves más lindo.

La mujer estiró su mejilla juguetonamente antes de besar su frente. Y Jaejoong solo hizo un pequeño puchero antes de limpiar su frente y bufar una vez más.

—¡Vamos, ya JaeHa trajo el auto!

Pronto los tacones se dejaron escuchar por todo el lugar, Jaejoong solo tapó sus oídos fastidiado con el molestoso ruido de los tacones, esparciéndose por todo el lugar.

—En serio, ¿tengo que ir?
—Si, Jaejoong. Vamos.

Y antes de que pudiera ofrecer alguna otra excusa favorable, su hermana mayor lo agarró de la mano y empezó a jalar de él para que caminara.






—¿Por qué esa cara, hyung?
—Graduación de mi hermana. Una cosa horrible.

Jaejoong se apoyó en la mesa. Con el rostro un poco cansado y bostezando cada momento como si en realidad todo empezara a sobrepasarlo. Desde su lugar, Changmin solo sonrió levemente.

—Ve el lado positivo, estamos en un nuevo año y eso implica cambios.
—Pues no ha habido demasiados cambios en mi vida.

Fue un pequeño instante. Pero justo ese momento fue el que Changmin dictaminó como la hora de ‘estupidez’ en Jaejoong.

Park Yoochun caminaba con tranquilidad entre las personas que se movían de un lado a otro dentro del comedor. Conversaba con Siwon y reía a ratos. Changmin había notado un cambio que probablemente Jaejoong no detectaba.

—Yoochun… ¿Por qué tiene que ser tan popular?
—De otra forma no sería inalcanzable.

—¿De que hablas?
—Te gustan las cosas difíciles, hyung. Masoquista por naturaleza.

Jaejoong golpeó ligeramente el brazo del menor y Changmin solo sonrió en respuesta mientras Yoochun abandonaba el comedor. Acompañado por sus amigos. Diferente a lo que cualquiera pensaba este año, Park Yoochun lucía extraño.

—¿Qué crees que sea?
—¿El que?

—Su comportamiento, Yoochun ahora no es… Tan amable como antes, como si quisiera marcar la diferencia entre los que son populares y los que no.

Changmin jugó con el bolígrafo en su mano y miró con atención al chico que hacía a su hyung pensar demasiado. Lo observó con atención. En el momento en que sus ojos de repente viajaban hacía la nada como si se perdiera en sus pensamientos y suspiraba.

—Pues, supongo que Yoochun descubrió las maravillas de ser popular. Sacar el beneficio o que se yo. Antes era un buen tipo. Ahora es un bastardo. Supongo que es cosa de la edad.
—Changmin, tenemos casi la misma edad.

—Pero ninguno de los dos se comporta como un bastardo.

Y aquella lógica era innegable. Jaejoong optó por sonreír deliberadamente mientras bebía un poco de gaseosa, desviando cuidadosamente su mirada de vez en cuando hacía Yoochun. Por que él, realmente le gustaba.






Yunho bufó con molestia; Abriendo las puertas del estudio y saliendo de él con molestia. Su padre aún le pedía que se detuviera. Pero para ese instante en lo único que podía pensar era en que crecer era un asco.

La gran diferencia entre cuando tenía diez años y ahora que alcanzaba los quince, era que sabía la verdad de sus padres, y que de una manera u otra era un arrimado en la casa de los Park. Por más que Kyona no se cansara de decirle que lo quería como un hijo.

Subió las escaleras con velocidad, entró a su habitación y cerró la puerta, apoyándose en ella y cerrando los ojos. Ni siquiera llevaba el apellido de su padre. Llevaba el de su madre, con orgullo. Por que ella lo amaba, y ahora empezaba a dudar del de su padre.

—Mira que querer obligarme a cambiarme de apellido, a estas alturas.

Pateó ligeramente el balón que había dentro de su habitación. Rain se había marchado y ni siquiera lo tenía a él para aconsejarlo. Supuso que sus problemas no serían tantos si su padre no se opusiera a que bailara.

Tomó la foto de su madre con cuidado y suspiró.

—Yunho…

Los leves golpes en la puerta y la dulce voz de Kyona le hicieron entender que debía calmarse un poco.

—Adelante.

Ella le sonrió amable; Habían muchas cosas que él no terminaba de entender, como la razón por la cual Kyona no se había divorciado de su padre, como la razón por la cual lo había aceptado en su hogar. Ella era una mujer demasiado buena.

—¿Discutiste con JoonHan?
—Padre no entiende, no quiero cambiarme de apellido, tengo el apellido de mi madre por alguna razón. Si ella no quiso que llevara el apellido Park debió ser por algo.

La mano de Kyona sobre su hombro, con un toque suave y ligero fue reconfortante.

—Te entiendo Yunho. Pero tú trata de entenderlo a él. Eres su hijo, su heredero. Quiere que lleves su apellido.
—Su heredero claro, como no…
—¿Y ese sarcasmo?

Kyona le quitó la foto de las manos. Aquella foto donde su madre vestida de bailarina ponía la mejor de sus sonrisas. Dejó el portarretratos sobre la cama. Y tomó sus manos con cuidado. Yunho lo sabía, debía sincerarse con ella.

—Padre quiere deje de bailar. Escucha, Kyona esto tiene mucho que ver con mi madre así que si no deseas seguir escuchando yo entiendo.
—Quiero escucharte, Yunho. Soy como una madre para ti, ¿no?

Yunho asintió, con una expresión serena en el rostro.

—Él quiere deje de bailar, cuando menos que no lo haga profesionalmente. Y bailar para mí es… ¡Dios, yo amó bailar! No solo es algo que me recuerde a mi madre que era una bailarina profesional, sino por que me encanta, por que es lo que quiero para mi vida… Pero él no entiende.

Apretó las manos de la mujer con fuerza y suspiró.

—No sé cual es su problema. Conoció a mamá en una obra de danza clásica. Eso era lo que mamá siempre me contaba. Se enamoró de ella bailando. Yo… Lo siento no debí mencionar eso.
—Tranquilo Yunho, continúa.

Por un momento respirar profundo fue un poco difícil. Pero Kyona solo palmeó sus manos y le sonrió. Ella en realidad quería entenderlo.

—La situación es que no entiendo cual es la diferencia. Yoochun canta y nunca ha tenido reparo en decir que le encantaría hacerlo profesionalmente. Pero yo no puedo bailar, ¿por qué?

En ese último instante su voz sonó tan desprovista de cariño que Kyona solo acarició el rostro del menor y le sonrió. Pensó por un momento sus palabras y finalmente suspiró.

—Tal vez tu amor por el baile, le recuerda a tu madre. Y eso lo lastima.
—Siguiendo ese punto, ¿tú me odias?

—Yo no te odio, ni a ti ni a tu madre.

Yunho jamás había tocado ese tema con Kyona, y el escucharla solo logró sorprenderse, mientras ella llevaba un mechón de su cabello tras la oreja. Yunho pensó que debía cortar su cabello.

—He hablado con Joonhan de tu madre más veces de las que crees. Hemos sido completamente sinceros, de no serlo nuestra segunda oportunidad hubiera sido imposible. Ella no sabía de nosotros, es decir de Yoochun y de mi.

—¿Padre le mintió?

—Ella creía que por sus negocios él viajaba mucho. No sé que clase de mujer era ella pero por lo que Joonhan me dijo era una mujer honorable, incapaz de meterse con un hombre casado. La amaba a ella y me amaba a mi, fue muy egoísta pero el haber enfrentado a todo por no separarse de ti, lo hace merecedor de una segunda oportunidad, ¿no crees?

—¡No!— Yunho entonces se levantó, caminando por su habitación con el rostro molesto e indignado en ese instante. —¡¿Con que calidad moral se atreve a decirme que deje algo que me apasiona tanto solo por que le recuerda a mi madre?!

—Yunho no lo tomes así.
—Me harté. No voy a hacer lo que él quiera.

—¿Yunho a donde vas?
—Lo siento, Kyona. Pero necesito pensar.

Fue veloz, tomó su chaqueta lo más rápido que pudo y salió de la gran casa a pie, pensando en agarrar el primer taxi que apareciera. Y mientras sus pasos se perdían por las calles aledañas a su hogar, Yunho solo pensaba en lo triste que es crecer.

…Y ver las cosas como son, en aprender lo dura que es la realidad.

Y lo mucho que duele.





Unos días después, Yunho decidió que no podía perdonar a su padre tan fácilmente.

Había engañado a su madre y a Kyona que era como una madre para él también. Había mentido, traicionado, impuesto su presencia a Kyona y Yoochun. Yunho no entendía, no podía seguir en esa casa, por que los amaba pero seguía sintiéndose como un intruso.

Primeramente necesitaba independizarse, tener el dinero suficiente como para mudarse lo más lejano que pudiera, y para eso necesitaba un trabajo. Encontrarlo no fue tan difícil, no eran trabajos de excelente paga, pero cuando menos servían.

Y eso solo enfureció más a su padre.

—¡Maldición, Yunho! ¡Un hijo mío no va a andar mendigando dinero como un vil repartidor o lo que sea que hagas! ¡Si quieres dinero pídelo!
—¡Prefiero ganarme el dinero por mi mismo! ¡¿Qué hay de malo en eso?!

—¡Que mis amigos ven a mi hijo repartiendo comida en una moto! ¡¿Y cómo crees que quedo yo?! ¿Que no te das cuenta que debes tener respeto a nuestro apellido?
—¡¡YO NO SOY PARK!! ¡Mi nombre es Jung Yunho! Yo no tengo por que aparentar nada, ni asistir a tus estúpidas reuniones, y no te voy a pedir nada, me lo voy a ganar. ¡Como debe ser! ¡No quiero depender de ti!

La mano de su padre se levantó, estrellándose con fuerza en su mejilla, sorprendiendo a Kyona que emitió un ligero quejido de dolor antes de bajar las escaleras prontamente y acercarse a él con cuidado.

—¡¿Ves lo que provocas Yunho?! Yo no quería golpearte… Pero, ¡Maldición! Cuando hablas de esa forma suenas igual que ella.
—¿Y a ella también la golpeabas?

La voz llena de resentimiento que salió de los labios de Yunho solo logró sorprender a Joonhan quien miró molesto al menor, mientras su esposa solo lo miraba molesta.

—¡Ya basta los dos! JoonHan estás evocando en Yunho una actitud inadecuada. No es justo para él.
—¡Se está criando igual que ella! ¿No lo ves Kyona? ¡Su actitud solo lo llevara a la muerte! ¡Igual que HeoYee!

Yunho entonces se levantó, mirando con furia a su padre antes de subir las escaleras con fuerza y encerrarse en su habitación. Desde su lugar Joonhan solo bufó con molestia, Kyona esa tarde solo se encerró en el estudio, lejos de todos los problemas que empezaba a aquejar a su familia.






—Jaejoong él es Junsu. Fue mi estudiante por unos días para una clase de química, y por alguna extraña razón quiere ser nuestro amigo, en vez de seguir el rumbo de su naturaleza y ser popular.

Jaejoong observó al muchacho que Changmin le acababa de presentar, Junsu solo rodó los ojos y estiró su mano hacía él con una gran sonrisa en el rostro.

—Mucho gusto, hyung. Espero que seamos buenos amigos.
—Igualmente Junsu, si soportaste a Min, créeme yo soy más fácil de tratar.

En la mesa de comedor, las cosas resultaron un poco más fáciles. Junsu era agradable, divertido y efusivo. Y aunque peleaba mucho con Changmin eso solo volvía las cosas más divertidas.

—Entonces, ¿qué te ha parecido el conservatorio?
—Excelente. Creo que nací para estudiar aquí.

Changmin metió un poco de verduras a su boca. Observando como repentinamente la mirada de Junsu se posaba en alguien en el comedor. Y para cuando él dirigió su mirada hacía allá. Divisó a Jung Yunho sentado en una de las mesas.

—¿Quién es él?

Jaejoong fue el primero en contestar, con una pequeña mueca en el rostro.

—Jung Yunho, uno de los mejores estudiantes de baile. Tengo entendido que ha clasificado para las nacionales otra vez, aunque tiene una reputación que deja mucho que desear. O al menos eso es lo que dicen.

Junsu pareció sorprenderse. Mirando a Jaejoong y Changmin por un momento pensó que Junsu conocía a Yunho. O al menos sabía algo de él.

—Él y Yoochun son los más destacados del conservatorio, y sino fuera por que no comparten apellido diría que son hermanos. Ganan en todo lo que se proponen, siempre los primeros lugares; Solo que Yunho en baile y Yoochun en canto.

Una vez más, Junsu pareció demasiado concentrado en Yunho y la manera tranquila en la que parecía degustar su almuerzo. Extrañamente en ese preciso instante. Changmin notó algo extraño, por que repentinamente la mirada de Yoochun se posó en Junsu.

Fue brevemente, pero aún así, la mirada de Yoochun fue débil en ese instante.






Yoochun se bajó del taxi con una risa tonta en los labios.

Sabía que la idea de la fiesta en la piscina de la casa de Siwon no podía ser buena idea, debió aceptar quedarse en la casa de su amiga, esa rubia que acababa de conocer. Por que seguramente su padre le diría de todo al verlo en ese estado.

Las llaves fueron erróneas por varios intentos. Pero al final de todo, pudo abrir la puerta y lo primero que alcanzó a escuchar fue la voz de Yunho y de su padre, una vez más discutiendo.

—¡Lo que trato de decirte es que me cansé! ¡De todo! Me voy y no hay necesidades de que me recuerdes como un hijo. Y me llevo solo lo más necesario. Nada más.
—¡Yunho detente ahí!

Vio a su hermanastro pasar a su lado, lo suficientemente molesto como para ni siquiera determinarlo mientras salía de la casa. Yoochun vio todo pasar lentamente, los golpes en el rostro de Yunho fueron evidentes.

Pero Yoochun se paralizó por lo que pasaba, Yunho se marchaba. Y él se había quedado paralizado.

Si bien es cierto, su relación se había deteriorada con el tiempo, entre sus problemas con Junsu y los de Yunho con su padre. Se habían llenado de problemas y complejos. Era difícil.

Pero aún así, Yoochun no quería que Yunho se fuera.

Era su hermano… Y no pudo detenerlo.






Las cosas parecían haber tomado su rumbo.

O por lo menos era la manera más fácil de determinarlo. Yunho cuando menos sentía que todo empezaba a tomar forma en su vida y de alguna manera podía decir que estaba un poco más tranquilo con las cosas en su vida.

Por insistencia de Kyona seguía estudiando en el Conservatorio, ella había optado por pagarle los estudios a escondidas de su padre, aunque Yunho sentía que podía estar igual de bien en una escuela pública.

Afortunadamente para él, era lo único con lo que había cedido. Los gastos de su departamento, moto y gastos personales los ocupaba él con su trabajo. Acarició el pelaje de uno de los gatos en su departamento y suspiró.

—Es curioso que teniendo que ahorrar me meto a cuidar a tantos gatos.

Sonrió levemente y se intrigó por un momento al no ver a su favorito rodeando sus piernas o brazos como usualmente lo hacía. Se levantó de su lugar. Y caminó por el departamento, buscando al minino con cuidado.

—¿Lion?

En cuanto vio al pequeño gato sobre la alfombra, estirado en ella algo graciosamente se recostó a su lado y lo movió un poco.

—¿Lion, que sucede?

La temperatura del pequeño gato estaba elevada. Yunho se preocupó de inmediato. Lo tomó entre sus brazos e intentó que mejorara un poco su ánimo pero el pequeño gato solo maullaba débilmente con sus ojos algo entrecerrados.

Asustado, Yunho salió de su departamento y golpeó la puerta de Jaejoong casi sin pensarlo, el muchacho podía exasperarlo la mayor parte del tiempo, pero de alguna manera lograba encontrarle la solución a todo.

—¿Yunho?

Para su suerte, Jaejoong abrió la puerta. Con una pequeña dona en la mano, y aunque sintió la mirada de todas las hermanas de Jaejoong sobre si, Yunho optó por concentrarse en él.

—Jaejoong… Lion tiene algo, esta decaído, creo que tiene fiebre… ¡Ayúdame!

Levantó al pequeño gato en sus manos y Jaejoong dejó la dona sobre un pequeño mesón, observando al gatito con cuidado y analizándolo. Yunho solo lo miró por un instante, y el pequeño Lion pareció reaccionar bien ante el contacto de Jaejoong, sin embargo su estado de ánimo no cambiaba demasiado.






Un poco más tranquilo, Yunho acariciaba al pequeño gato en sus manos.

Lion ahora dormía tranquilo al parecer y unos metros más allá Jaejoong sonreía complacido con la imagen de Yunho y el pequeño gato.

—Es una suerte que pudieras ayudarme Jae.
—Mi hermana también tiene un par de gatos y cada vez que se enferman de esa forma ella les da esta medicina que le recetó el veterinario.

Jaejoong se apoyó en sus manos y sonrió levemente. Yunho parecía verdaderamente aliviado al ver a Lion un poco mejor. Y ser parte de aquello lo llenó de un regocijo inesperado.

—Yunho… ¿Cómo es posible que vivas solo?
—Es la vida que me tocó.

—¿Y tus padres?
—Mamá falleció hace mucho.

Cuando Yunho excluyó por completo a su padre de la conversación, Jaejoong supo que no debía ahondar demasiado en el tema. Se conformó con ver la expresión de paz en el rostro de Jung, y comprender que a veces descubrir a una persona es más interesante de lo que parece.






—¿En que piensas?

La voz de Yoochun mientras conducía el auto, distrajo a Jaejoong.

Lo miró con atención y trató de concentrarse en que estaba con Park Yoochun en un auto, camino a una de las mejores fiestas que podía armarse. La fiesta en la casa de Siwon sería épica según la boca de todos, y sería la primera vez que él iría a una.

—Nada en especial.

Yoochun pareció no creerle demasiado, pero solo sonrió. Y pareció no comentar demasiado por el momento. Jaejoong pensó que debía entonces concentrarse en que viajaba con Yoochun hacía una fiesta.

Donde seguramente se encontraría con medio mundo.

Debía mejorar el ánimo, como fuera.






—¡Yunho maldita sea suéltame!

Era un cúmulo de emociones, todos vertiéndose en su interior, en una especie de espiral sin final que lo bloqueaba casi por completo. Por que mientras Yoochun lo atacaba cual otra presa más de su larga lista, tal y como lo previno Changmin. Yunho no hacía otra cosa más que jalonearlo por todo el lugar.

Sentirse tan estúpido, poseyendo la inteligencia que poseía era aún más doloroso para él. Y en verdad, mientras Yunho lo alejaba de Yoochun, Jaejoong solo quería cerrar los ojos y llorar. Por haber sido tan reverendamente idiota.

—Toma.

Yunho le extendió una pequeña botella con cerveza. Jaejoong lo miró dudoso todavía, con el poco licor que tenía encima y ya sentía que todo le daba vueltas. Tomar más no podía ser bueno.

—Es eso o verte llorar. Y sinceramente, prefiero aguantarte toda la noche hablando incoherencia que llorando.

Fue un breve momento, Jaejoong miró a los ojos a Yunho y supo que podía confiar en él. Y entre los besos de Yoochun que solo buscaban que fuera una aventura más, entre el montón de gente que si se divertía. Jaejoong le quitó la botella de las manos a Yunho y empezó a beber.







—¡Soy un idiota! Fue tal y como lo dijo Min… Él solo me está utilizando.
—Jae… Estoy borracho y verte llorar en este momento… ¡Me da risa!


Yunho explotó en risas en ese instante, Jaejoong soltó la botella en sus manos y rió también. La verdad es que se habían sentado con todo el viento dándoles en la cara y eso solo empeoraba las carcajadas.

Hubo un momento en el que Jaejoong descubrió que lo de Yoochun ya era irrelevante, que Changmin podía irse al carajo con sus conclusiones y posibles ‘Te lo dije’ por que de repente estar con Yunho le parecía demasiado bien.

—Jae… Espera… Creo que debemos tomar agua o café… O algo.

Yunho intentó levantarse, torpemente pero lo intentó. Jaejoong lo hizo también. El problema yacía en que Yunho perdía con facilidad el equilibrio. Y al notar que Jaejoong se encontraba más equilibrado que él. Yunho optó por abrazarlo por la espalda.

—Soy tu responsabilidad ahora. Creo que si permanezco en pie dos segundo me caigo… Solo procura que si caemos no me fracture algo, necesito mi cuerpo para las competencias.

Jaejoong empezó a reír, tapando un poco su boca.

—¡Eso sonó tan en doble sentido!
—¡Calla y camina!

La risa continuó por varios segundos más, hasta que el cuerpo de Jaejoong chocó con la espalda de Siwon quien giró un poco sorprendido. Heechul hizo lo mismo, con una extraña sonrisa en el rostro mientras abrazaba a Choi.

—¿Desean algo?
—¡Sed, tenemos mucha sed!

Jaejoong se encogió un poco ante el grito de Yunho, ya que había hablado muy cerca de su oído, sin contar con la música a todo volumen que empezaba a dejarlo sordo. Heechul solo giró un poco, con una sonrisa aún más amplia en los labios.

—¡Esto les quitará la sed!

Yunho levantó un poco la cabeza, y arrugó el entrecejo. Mirando con inseguridad la botella con tequila que Heechul sostenía.

—Mmh… No estoy seguro.
—Vamos, diviértanse… Para eso son las fiestas.

Finalmente Jaejoong la tomó. Suspiró levemente y decidió, ¿qué cosa peor le podía pasar?






—¡Tequila, tequila, tequila!
—¡Hazlo Yunho!

Jaejoong se retorció un poco sobre la mesa cuando sintió la lengua de Yunho recorriendo con sensualidad su estómago, una pequeña risa fue la evidencia de las cosquillas que sintió y apenas levantó la mirada, lo primero que observó fue a Jung bebiendo velozmente el contenido del pequeño shot en sus manos.

La mueca en el rostro de Yunho al beber el fuerte licor lo hizo sonreír, se sentó como pudo en la mesa y cruzó los brazos alrededor del cuello de él. A Yunho pareció no incomodarle y por tanto Jaejoong optó por hablarle al oído.

—Eso fue muy sexy~
—Tu estómago es sexy, Jae.

En el momento en que ambos estallaron en risas, mientras las personas a su alrededor aplaudían y vitoreaban por la hazaña. Jaejoong dio un pequeño salto para bajar de la mesa, apoyándose un poco en Yunho, aún con la camisa abierta.

—¡¿Sabes?! ¡Esta es la mejor fiesta en la que he estado!
—¿Por qué lamí tu estómago?
—¡También!

Jaejoong rió abiertamente, divertido con el hecho de que todo a su alrededor empezaba a dar vueltas pero extrañamente ahora, le era más fácil poder mantenerse en pie. Yunho solo movió un poco su cabeza cuando la canción cambió y el resto comenzó a saltar y cantar.

—Yunho… Acompáñame.
—¿Eh? ¿Dónde?

Yunho sintió como Jaejoong lo jalaba con fuerza subiendo las escaleras. Y dudaba en serio que pudiera saber hacía donde se dirigía, pero prefirió no decir algo mientras se abrían paso entre las parejas que prácticamente estaban acostadas sobre las escaleras.

—Jae, estas son las habitaciones.
—¿Crees que no lo sé?

Las manos de Jaejoong fueron repentinamente más hábiles por que con movieron con facilidad a Yunho contra la puerta que encontraron y cuando Jaejoong miró a los ojos a Yunho, hubo un corto momento para ambos en los que un algo sucedió.

—¿Sabes que me gustan mucho tus labios, Jae?
—¿En serio? ¿Por qué no los pruebas entonces? Por que saben mejor de lo que se ven.

Y justo en ese momento Jaejoong perdió cualquier tipo de inhibición que pudiera estar reservando por que agarró a Yunho por la quijada y se acercó hasta él, acortando la poca distancia que había.

Juntándose a su cuerpo como si fuera ínfimamente necesario. Besándolo de una manera que ni él mismo sabía que podía, y cuando las manos de Yunho tocaron su espalda robándole el aire cuando acercó más sus cuerpos Jaejoong no se molestó en quejarse.

A cambio de eso, en verdad movió la perilla del cuarto detrás de él y logró abrir la puerta haciéndolos a ambos retroceder torpemente. Jaejoong cerró la puerta con un pequeño empujón en su pie. Sin soltar los labios de Yunho aún.

Prontamente y con una habilidad que Jaejoong desconocía, Yunho empezó a desbotonar su propia camisa, abriéndola sin inhibición alguna. Jaejoong solo gimió levemente cuando sintió las manos de Yunho ahora sobre su estómago, recorriendo con sensualidad hasta llegar a su espalda.

Fue en ese momento cuando Jaejoong aprovechó para intentar hacer lo mismo también, pasando con algo de desconfianza las manos por aquel cuerpo y cuando las piernas de Jaejoong tocaron la cama fue incluso mucho más fácil dejarse caer.

Su cuerpo se arqueó un poco cuando Yunho en vez de buscar su boca besó su cuello. El pequeño vaho que salió de sus labios mientras Yunho besaba su cuello fue excitante, por que repentinamente también sintió un peso extraño en el estómago.

—Espera… No creo que debamos hacer esto.

Fue de la nada, Yunho solo se levantó un poco. Sentándose sobre la cama, a una prudente distancia del cuerpo de Jaejoong y él sencillamente no entendió lo que pasaba.

—¿Eh? ¿Qué sucede?

Jaejoong entonces se sentó también, mirando la camisa abierta de Yunho y al mismo tiempo también deslizando su mirada hasta aquel cuello. Yunho comenzó a dar algunas explicaciones sobre que estaban muy ebrios como para ser conscientes de lo que hacían.

Pero justo en ese momento Jaejoong solo podía pensar en si podía hacer sentir a Yunho de la misma forma besando su cuello. Por que a él le encantó la forma en que Yunho lo besó, Jaejoong quiso experimentarlo también.

—…Y seguramente mañana no vamos a arrepentir y yo no… ¡Jaejoong espera!

Kim se sentó sobre las caderas de Yunho, atacando directamente hacía su cuello, y por el pequeño jadeo que salió de esos labios, y la forma en que se retorció bajó su cuerpo. Jaejoong comprendió que lo estaba haciendo bien.

—Jaejoong… Esto no está bien, detente.
—Ya cállate, Yunho.

Mordió entonces ese cuello, apenas haciendo fuerza. Lo suficientemente débil como para que no quedara señal alguna, pero aún así Yunho gimió. Aunque todavía no parecía tan participativo como antes.

—Jae… No suelo hacer este tipo de cosas… En serio, detente JaeJoong.

Cuando Jaejoong se cansó de escuchar excusas y aún más por que Yunho en verdad no parecía querer alejarlo regresó a su boca. Besando sus labios y entonces volvió a sentir las manos de Yunho sobre su cadera.

En un pequeño vaivén de movimientos que empezó a ser demasiado sensual. El punto en que alguno de los dos necesitó del aire, no fue tan importante. Por que Yunho se alejó en el momento adecuado, mirando a Jaejoong directamente a los ojos.

—¿Por qué demonios tienes que besar tan bien?

Jaejoong sonrió; Sintiendo entonces como Yunho empezaba a recostarlo sobre la cama aún besando sus labios. Jaejoong aprovechó para poder empujar la camisa lejos del cuerpo de Yunho y poder despojarlo de ella.

En aquel momento Yunho al parecer optó por empezar a desabrochar el pantalón de Jaejoong. Y cuando sintió un leve rose en su pelvis Jaejoong gimió, la sonrisa en los labios de Yunho fue amplia antes de besar su cuello una vez más.

—¡Espera!

Jaejoong alejó a Yunho con fuerza. Sorprendiéndolo un poco y por supuesto marcando una fuerte distancia. Kim se levantó con velocidad de la cama, corriendo hacía el baño y encerrándose en él.

Yunho solo se movió un poco. Llevando una mano a su cabeza. Sin comprender lo que había sucedido, pero cuando empezó a escuchar las arcadas por parte de Jaejoong rió bajito. Había tomado demasiado.

—Creo que ya entendí.

Se volvió a acostar sobre la cama; Abrazando a la almohada y esperando por Jaejoong.

Para cuando Kim salió luego de haber lavado un poco su boca, y aún tambaleando en su caminar. Jaejoong intentó respirar hondo, pero en cuanto vio a Yunho dormido profundamente solo sonrió.

—Supongo que… Es lo mejor.

Se lanzó sobre la cama, justo a un lado de Yunho y suspiró. La música abajo sonaba todavía a todo volumen, pero por un momento, estar junto a Yunho en aquella cama, fue verdaderamente cálido y reconfortante.






Tuvo una mueca en su rostro.

El sol le daba en la cara, la pequeña capa de sudor en su frente era fastidiosa. Sin contar con que le dolía el cuerpo y la cabeza. Pero esa mano sobre su estómago fue algo cómodo, sin contar con el calor que ese cuerpo le brindaba y que en este momento no apreciaba.

Vio el rostro dormitado de Jaejoong, a su lado. Con una pequeña sonrisa en el rostro y aparentemente empezando a levantarse. Yunho llevó una mano a su cabeza, en serio le dolía.


—Oh, demonios… ¿Qué me pasa contigo Jaejoong?

Se quejó levemente, recordando que al mismo tiempo que Jaejoong empezaba a clavarse en su interior de una manera extraña, Junsu lo hacía con la misma fuerza. Internando a Yunho en una confusión muy inadecuada. En especial, por que los dos eran amigos.

Jaejoong se comenzó a mover, llevando una mano a su rostro y pasándola descuidadamente con una mueca de fastidio en el rostro. Seguramente la resaca empezaba a atacarlo.

—¡Maldición, mi madre me va a matar!

Se sentó bruscamente, gimiendo de dolor ante el brusco movimiento y sosteniendo su cabeza con fuerza. Miró a Yunho a su lado y suspiró. Genial… Las cosas no mejoraban. Y todo aún le daba vueltas.

—Shh… Jae. Vivimos juntos, le dices que te quedaste en mi casa y listo.
—¿Seguro?

—Ajá… Ahora deja de gritar.
—¡Yunho levántate, son las seis de la mañana! ¡Tenemos clase!

Y contrario a lo que Yunho deseaba. Jaejoong empezó a arreglar su ropa como pudo, lo único malo es que Jaejoong, pensaba jalarlo a rastras con él.






—Jae, creo que no se me ha pasado lo ebrio. Todo me da vueltas todavía.
—Yo no recuerdo ni la mitad de lo que pasó ayer. Y no paro de reírme, estamos igual.

Jaejoong comenzó a reír una vez más, y Yunho no puedo evitar hacer lo mismo también, mientras buscaba las llaves de su departamento; Subir las escaleras había sido más difícil de lo que parecía.

La puerta del departamento de Jaejoong se empezó a abrir e inmediatamente Jaejoong empezó a palmear la espalda de Yunho hablando en voz baja.

—Rápido Yunho, rápido… Abre la puerta…

Cuando Yunho terminó de abrirla, Jaejoong logró empujarlo lo suficientemente rápido como para que al abrirse la puerta de su departamento los dos ya pudieran estar dentro. Sin que sus hermanas o su madre lo vieran.

Entre los empujones y las risas leves luego de cerrar la puerta. Jaejoong perdió el equilibrio. Haciéndolo caer sobre el cuerpo de Yunho, quien apenas se quejó ante el golpe. Cuando Jaejoong levantó la cabeza un poco y vio los labios de Yunho sonrió.

—Oye, Yunho…
—¿Si?
—También me gustan tus labios.

Cuando Jaejoong se agachó un poco. Rozó los labios de Yunho, y entonces el beso llegó. Fue suave y lento, muy diferente a los de la noche anterior. Sin embargo en esta ocasión cuando el beso terminó, Jaejoong recostó la cabeza en el pecho de Yunho de y cerró los ojos.

…Solo por un breve momento.






Ocho y veinte de la mañana. Yunho abrió los ojos.

Pasó una mano por su rostro y entonces recordó brevemente que supuestamente Jaejoong debería estar sobre su cuerpo, pero cuando miró su departamento supuso que Jaejoong de debió haber ido a su departamento para cambiarse velozmente.

Las clases empezaban a las nueve. Yunho se levantó como pudo, dispuesto a ducharse cuanto antes y poder ir a clases. Con una sonrisa tonta en los labios. Aunque aún no pudiera recordar con facilidad todo lo que ocurrió la noche anterior.

Sin embargo le extraño notar que la camisa que llevaba no era la suya.

—Oh, si… Jaejoong y la fiesta.

Sacudió un poco su cabeza y sonrió ampliamente. Con los gatos maullando por el hambre y la idea curiosa de que probablemente Jaejoong moriría de la vergüenza por no mirarlo a la cara.

El alcohol, como siempre. Mostrando las mejores inhibiciones de la gente.

Y Jaejoong le había resultado demasiado interesante.


1 Comentarios:

  1. buuu solo aqui se quedo me gusta demasiado esta historia cada q la leo me tiene emocionada , luego lloro y mi corazon hace CRUSH! con los revoltijos de sentimientos y culpas entre yoochun y Junsu ..............

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