“De Lobo y de Hombre”
Concédeme un deseo, mi amo
Préstame atención
He sido un sirviente fiel, cordial, amable
He renunciado a lo que me pertenece
Renunciado a mi ambición…
[Wold and Raven, Sonata Arctica]
Aparecieron a los pies del enorme lago. Junsu frunció el ceño, se encontraban bastante lejos de la tribu de ojos plateados, y estaba consciente de las activas persecuciones contra los híbridos que estaba sucediendo a diario. Si quería llegar rápido tendría que utilizar su velocidad de híbrido…
“Hyukkie” Junsu le susurró. Hyukjae se volteó para mirarlo, su rostro completamente perplejo al observar la tierra a su alrededor, con millones de interrogantes revoloteando en su interior. Cuando su mirada se posó sobre su rostro, Hyukjae abrió los ojos de par en par al observar la tonalidad plateada de sus ojos.
“Wow, wow…espera, ¿Qué diablos le pasó a tus ojos?“ Hyukjae le pregunto de súbito, arqueándole una ceja.
“Ah, cierto…olvidé mencionártelo” Junsu mordió su labio inferior ante la mirada inquisitiva de Hyukjae.
“Yo no soy simplemente un vampiro. He unido mi sangre a la de un licántropo, y me he transformado en híbrido. Los ojos plateados son el signo que los distingue; al ser híbrido se mezclan las habilidades. Yo puedo sacar garras idénticas a las de un lobo, y caminar a la luz del día. Los híbridos somos el doble de rápidos, nuestra velocidad es abismalmente más rápida que la de un vampiro u hombre lobo normal”
“Oh” dijo, apenas asimilando toda la corriente de información acerca de mezclas, garras, velocidad y todo lo Junsu había dicho.
“Si, bueno…sé que debes tener un millón de preguntas que hacerme, y con gusto te las responderé todas una vez que hayamos llegado a la tribu. Actualmente estamos en una situación crítica y hay una persecución masiva contra híbridos por lo que no es seguro que nos andemos paseando por los terrenos. Para llegar más rápido tendré que cargarte”
“¿Cargarme?” Hyukjae arqueó ambas cejas, pero Junsu no le dio tiempo para protestas. Se puso de espaldas a él, inclinándose levemente y haciéndole un gesto con la cabeza.
“Sube” le dijo, pero Hyukjae aún tenía una expresión defensiva.
“No me hagas tener que obligarte…” la leve advertencia de Junsu lo hizo lanzar un bufido. Finalmente, Hyukjae dejó sus protestas y se acercó a Junsu, tomando impulso y rodeando los brazos por su cuello, trepando a su espalda. Junsu lo levantó, sus manos sobre su espalda apoyando su peso. Cuando tuvo a Hyukjae asegurado a su cuerpo se puso en marcha; ojos plateados centellando al comenzar a correr por las tierras, rápidamente ganando velocidad hasta que sus pies prácticamente no tocaban el suelo, el viento a su alrededor impulsándolo mientras se abría paso por el bosque. Hyukjae lanzó un suspiro de asombro al percatarse de lo rápido que iba, prácticamente sentía que el aire le cortaba la piel. Junsu se movía con precisión, serpenteando arboles en rumbo fijo mientras Hyukjae tan sólo podía contemplar su alrededor perplejo, incapaz de predecir el rumbo que estaban tomando y tan sólo disfrutando de la sensación.
Junsu llegó a la ribera del río que guardaba la entrada a la tribu prácticamente exhausto. Jamás había recorrido tanta distancia con una carga, el peso del cuerpo de Hyukjae lo había desgastado aún más. Se detuvo, dándole unas palmadas en su espalda para que bajara. Hyukjae se bajó de su cuerpo, estirando sus músculos y mirando a su alrededor con expresión curiosa. El paisaje se había vuelto más hostil en vegetación, un gran cambio considerando el apacible lago.
Súbitamente, un temblor remeció la tierra y se abrió una enorme grieta en la tierra a orillas del lado. Hyukjae observó, pasmado, que la grieta poseía unos escalones que conducían hacia el fondo de la tierra…
“Vamos” Junsu le dijo, jalando de su brazo.
“Debes estar bromeando…” Hyukjae murmuró, y Junsu negó con la cabeza.
“La tribu está bajo tierra. Apúrate, que la grieta no puede ser vista por curiosos” Junsu le insistió y Hyukjae suspiró, derrotado, dejándose conducir por él y comenzando a descender por las escaleras detrás suyo. La grieta se cerró tan rápido como había aparecido, dejándolos engullidos en la oscuridad pero el camino instantáneamente fue iluminado por antorchas de un fuego color magenta, y realmente a estas alturas a Hyukjae ya no lo sorprendía nada. Descendieron hasta al fondo, donde la tierra se abría para revelar una especie de pueblo inserto en las entrañas subterráneas.
“Bienvenido a la tribu de ojos plateados” Junsu le susurró al conducirlo hacia afuera, divertido ante la expresión perpleja de su rostro. Hyukjae realmente no podía creer que estuviera viendo un pueblo bajo las entrañas de la tierra; iluminado por aquel fuego magenta y con vida propia…
Junsu lo guío por medio del pueblo; Hyukjae pudo percatarse de que la gente reconocía a Junsu y lo saludaba al pasar, pero se sintió vulnerable al sentirse escudriñado por un centenar de ojos plateados que lo miraban con desconfianza.
“Todos me están mirando…” musitó, mordiendo su labio inferior con nerviosismo. Junsu lanzó una risita, dándole unas palmadas en el hombro.
“Es porque eres un vampiro, aquí sales de lo común” le dijo, caminando hasta la madriguera de Hina. Hyukjae se quedó un rato mirando los tribales que adornaban la piedra, ladeando un poco la cabeza.
“Ven” Junsu lo jaló del brazo hacia dentro de la cueva. “Sakurazuka Hina es la líder de aquí y tengo que informarle de mi viaje”
Hyukjae lo siguió en silencio. Volvió a sorprenderse al encontrase el lugar perfectamente amoblado y un olor a incienso inundar sus sentidos. Había una mujer de largos cabellos plateados sentada en un futón con pieles. A sus pies, un niño pequeño jugaba con unas figuras de madera. Ella volteó el rostro a mirarlos y Hyukjae prácticamente suspiró de asombro al observar sus vibrantes ojos magenta.
“Junsu” Hina bajó la cabeza en señal de saludo, gesto que fue imitado por él. “Veo que traes compañía” le dijo al percatarse de la presencia de Hyukjae a su lado.
“Hina, él es Lee Hyukjae un viejo amigo. Es una larga historia, y bueno…” Junsu mordió su labio inferior. Hina tan sólo lo miraba con una expresión divertida en el rostro.
“Esperaba que pudiera quedarse aquí con nosotros” suspiró, pasando una mano por sus mechones y Hina le sonrió. Se levantó del futón, acercándose a ellos y Hyukjae se sorprendió cuando ella lo abrazó.
“Eres bienvenido” le susurró al soltarlo. Hyukjae esbozó una tímida sonrisa, aun inseguro de qué decir.
“Le diré a Dakho que habilite una nueva madriguera, aquí estarás a salvo”
“Gracias” murmuró ante la expresión cálida de ella, su hospitalidad sorprendiéndolo.
“¿Yunho ha regresado, Hina?” Junsu le preguntó y observó la expresión de su rostro tornarse más seria. Hina miró al vampiro que Junsu había creado, un mal presentimiento recorriéndola de pies a cabeza. Hyukjae emanaba la fuerza de Junsu hasta por los poros y Yunho…podría reaccionar mal al percibirlo como una amenaza. Esto no era nada bueno.
“Regresó hace algunas horas. Estaba bastante desgastado por el viaje así que se fue directo a su madriguera, pero su misión fue un éxito. Ha vencido al líder del sur en combate, tomando su posición para independizar al sur del yugo de Changmin. Descansará mañana y luego partirá rumbo al norte”
“Será mejor que vaya a verlo” Junsu murmuró, tomando a Hyukjae del brazo, pero antes de que Hina pudiese detenerlos se habían marchado. Hina frunció el ceño, rara vez sus presentimientos eran erróneos. Se acercó hasta Chungho, tomándolo entre sus brazos para dejarlo sobre la cama, cubriéndolo con las pieles.
“Volveré pronto, cariño” le susurró, revolviendo sus cabellos. “Omma debe ir a calmar una tormenta…”
xXx
“¿Yunho es tu pareja?” Hyukjae le preguntó al salir de la cueva y Junsu asintió.
“Él es el licántropo con el que uní mi sangre. Lo conocí cuando era un esclavo de uno de los vampiros que tiene poder aquí. Estamos juntos hace meses”
“¿Y ser híbrido es una especie de pecado o algo?”
“Algo así” Junsu se encogió de hombros. “Es considerado como alta traición a la sangre. Ya habrá tiempo para contarte todo lo que he tenido que pasar para llegar hasta aquí, y también para entrenarte. Hay mucho que debes aprender”
“Si, amo” Hyukjae le dijo y ambos rieron, Junsu le dándole una palmada en el hombro y Hyukjae le sonrió. Caminaron un tramo hasta llegar a una madriguera que estaba al fondo. Junsu se sorprendió al observar que habían pintado tribales con henna sobre la piedra. Supuso que la gente debió haberlo hecho en reconocimiento y sonrió.
“Aquí es donde vivimos” le dijo y Hyukjae asintió. “Yunho es muy amable, estoy seguro que se llevaran de maravilla” Junsu le sonrió, tratando de transmitirle algo de optimismo, aunque realmente no estaba seguro de la reacción de Yunho al ver a Hyukjae, tan sólo esperaba poder contarle toda la situación y que él lo entendiera.
“Si tú lo dices” Hyukjae se encogió de hombros. Junsu parecía decidido a que él conociera al tal Yunho, lo menos que podía hacer era mostrarse amable.
La madriguera también estaba amoblada con muebles tallados en madera. Hyukjae abrió los ojos de par en par al percatarse de la enorme bola de pelos blanca que estaba recostada sobre la cama. Jamás había visto a un lobo de semejante tamaño…prácticamente sobresalía de la cama, su forma maciza y pelaje resplandeciente sumergido entre las pieles. Miró de reojo a Junsu, y observó su sonrisa incrementar al divisar al lobo durmiente.
“Yunho” Junsu le susurró y el lobo alzó la cabeza. Sus dorados ojos se posaron en Junsu, pero luego de pronto comenzó a gruñir. El lobo se sentó en sus cuartos traseros en la cama, saltando de abrupto al suelo en su dirección y transformándose en el aire, aterrizando de rodillas y alzándose al frente suyo como una verdadera torre. Hyukjae estaba completamente atónito cuando la transformación del lobo en un haz de luz reveló a un hombre de cabellos castaños y piel canela, espalda ancha y brazos fornidos de torso descubierto, y los ojos disparejos…uno oscuro y el otro plateado, voraces.
“Junsu” murmuró y Junsu pudo percibir su perturbación. Sus ojos estaban clavados en la figura de Hyukjae, prácticamente atravesándolo con la mirada.
“Yunho, quiero que conozcas a Lee Hyukjae” Junsu se adelantó, avanzando un paso hacia su figura antes de que Yunhu pudiese hablarle.
“Es un viejo amigo de la escuela y—”
“Puedo olerte en él” Yunho lo interrumpió, voz ronca y raspada, y Junsu abrió los ojos de par en par.
“Tú esencia chorrea de su cuerpo hasta por sus poros” Yunho avanzó hasta Hyukjae pero Junsu lo detuvo, poniendo una mano sobre su pecho y reteniéndolo.
“Yunho, escúchame” Junsu le dijo, mirándolo con ojos suplicantes. Yunho apretó el brazo que tenía frente del pecho, perforándolo con la mirada.
“¿Es tu vampiro, no es así?” masculló, y Junsu prácticamente pudo escucharlo rechinar los dientes. Asintió y lo escuchó gruñir bajo, retirando abruptamente la mano que Junsu había posado y empujándolo hacia atrás en una abrupta pérdida de control.
“¡¿Cómo pudiste convertirlo?!” bramó, la rabia tomando posesión de su cuerpo y levantando el puño con intención de golpearlo, pero abruptamente fue detenido por el brazo de Hyukjae que se aferró al suyo con fuerza.
“¡Déjalo en paz!” Hyukjae lo amenazó; ojos perfilados en rojo al verlo con intención de lastimar a su creador.
“¡Hyukjae, no!” Junsu exclamó, horrorizado ante la escena, y Yunho lanzó una brusca carcajada.
“Ah, veo que tiene coraje” Yunho le dijo; su lobo interno removiéndose dentro, gruñendo por el control. Sus ojos se encendieron y de un segundo a otro una llamarada negra emanó desde su brazo. Hyukjae retiró violentamente la mano, gritando al sentir la quemadura impregnada sobre su piel.
“¿Pero qué clase de monstruo eres?” Hyukjae le espetó al observar el fuego que había nacido desde su propia piel como si fuese su propia sangre, impactado al observar que las llamas no le quemaban y parecía manipularlas a su antojo…
“Él que va a matarte” masculló, abalanzándose contra él pero siendo impedido por el cuerpo de Junsu que se puso al frente, ojos centellando al encararlo.
“¡Ya basta, Yunho! ¡No permitiré que lo lastimes!” Junsu exclamó, cubriendo a Hyukjae con su cuerpo.
“¿C-Cómo…pudiste?” la voz de Yunho sonó totalmente trastornada. Junsu lo observó bajar la cabeza, sus largos mechones castaños cubriendo su rostro, casi como si estuviera asimilando todo. De pronto, su oscura energía comenzó a irradiar desde su cuerpo y Junsu sintió temor al sentir que la racionalidad de Yunho lentamente se acallaba.
“Yunho, yo no tuve otra alternativa. Hyukjae iba a morir si yo—”
“¡CALLATE!” bramó y su energía se transformó en vibrantes llamas negras que envolvieron todo su cuerpo. Junsu gritó al sentir el nacimiento de las llamas acercarse a sus ropajes, llegando a quemar piel con la fuerza e inmediatamente retrocedió, perplejo ante su trastorno.
“Tú no eres parte de nosotros, no eres nuestra Sangre” era la primera vez que Junsu escuchaba la voz de la bestia hablando por Yunho. Era una voz escalofriante…gutural y raspada, mitad fiera y mitad humana, fuera de sí.
“No puedes domesticar a una cobra, si tiene colmillos te morderá” Yunho levantó el rostro para mirarlo, ambos ojos completamente oscurecidos en el despertar de su bestia; sus llamas negras fluyendo a su alrededor en todo su esplendor. Junsu gritó al sentir la marca sobre su hombro quemando, encogiéndose al sentir que prácticamente le drenaban la fuerza.
“¡Junsu!” Hyukjae se horrorizó al verlo, llevando las manos a sus hombros e intentando contenerlo. Los ojos de Yunho se encendieron y las llamas fueron directo hacia ambos cuerpos, pero en ese mismo instante una energía color magenta los escudó y las llamas rebotaron en ellas. Hyukjae volteó el rostro para mirar a Hina parada en la entrada, sus ojos magenta brillando y la energía naciendo desde sus manos.
“Yunho, tienes que detenerte” Hina le dijo, avanzando hacia ellos. Yunho gruñó e incrementó la fuerza de sus llamas que comenzaron a engullir la energía magenta. Hina jadeó al sentir que las llamas sobrepasaban su energía y supo que sería tan sólo cuestión de segundos antes de que Yunho los incinerara.
“H-Hina… ¿Q-Qué me está o-cu…rriendo?” Junsu cayó al suelo, la marca quemando y sus fuerzas abandonándolo con aterradora velocidad. Sentía prácticamente que le estaban arrebatando la vida, la sensación haciendo arder su piel.
“Yunho está repudiando la marca sobre tu cuerpo, su lobo interno ha tomado el control. Tengo que detenerlo antes de que sea demasiado tarde” Hina le dijo. Las llamas de Yunho se envolvieron alrededor del círculo de energía con aún más fuerza; la bestia gruñendo por venganza. Hina utilizó sus últimas reservas de energía para tele transportar a Hyukjae y a Junsu a su madriguera, jadeando al caer al suelo al haber utilizado toda su fuerza.
“N-No” Yunho murmuró, perplejo, las llamas aún emanando de su cuerpo mientras trataba de asimilar la desaparición. Hina temió por su propia vida al estar completamente indefensa y recurrió a su último recurso para hacerlo salir del trastorno.
“Recuerda quién eres…” le susurró, voz apenas audible. “No la escuches Yunho, no escuches a la bestia. Tú la controlas”
‘Mátalos…Mátalos…Mátalos…’ era el único sonido que hacia eco en su mente. Yunho sacudió la cabeza; la bestia era abrumante y lo consumía por completo. Sentía tantas emociones dándole vueltas y contrayendo su corazón. Traición, rabia, tristeza, decepción… ¿Cómo había podido hacerlo? mezclar su sangre con la de un mortal así como así después de todo lo que Yunho le había dado, después de todo lo que le había costado completar el condenado ritual, y aún con todas sus dificultades transformarse en híbrido. Yunho podía sentir toda la esencia de Junsu emanando con fuerza desde dentro del vampiro; Junsu lo había creado, le había dado su sangre, sin ni siquiera tomar en cuenta el vínculo formado. Odiaba la situación, odiaba saber de la existencia de ese vampiro. Quería repudiar a Junsu, quería arrebatarlo para siempre de su corazón y de su ser…y fue en ese entonces que la bestia acudió a su llamado. Después de todo…la bestia siempre había acudido a su llamado; Yunho era una sola persona con la bestia, aquella bestia hecha de fuego que había domado y que lo hacia ser excepcional. La bestia rugía, le exigía que cobrara venganza…oh si, era lo que ambos querían…
‘Recuerda quién eres’…Esa voz… ¿De dónde provenía? ¿Acaso alguien le estaba hablando? La bestia gruñó, las llamas vibrándole con fuerza en la piel al exigirle la sangre del vampiro, pero Yunho la silenció. Quería escuchar esa voz.
‘No la escuches Yunho, no escuches a la bestia. Tú la controlas’…Era cierto, la bestia estaba a su disposición y entonces… ¿Por qué ahora lo había controlado?
La bestia se removió violentamente dentro al sentirse silenciada, lanzando dentelladas y gruñendo, pero Yunho volvió a domarla con su fuerza de voluntad, encadenándola a su merced y controlando su fuerza.
Hina observó cómo lentamente las llamas del cuerpo de Yunho comenzaban a desaparecer y su ojo izquierdo volvía al tono plateado de siempre, jadeando erráticamente en la contención.
“Mierda…” masculló al salir del trance, observando las cenizas de la antigua alfombra y luego abriendo los ojos de par en par al ver la figura de Hina en el suelo. Recordó a Junsu, y al tal Hyukjae…y la cólera volvió a su cuerpo en un abrupto estruendo, la bestia interna gruñéndole dentro y sacudiendo las cadenas.
“Tengo que salir de aquí” musitó de súbito, transformándose a su forma de lobo y echando a correr sin decir más. Hina se sentó en el suelo, tratando de recuperarse luego de haber agotado sus reservas de energía. Aún no se sentía con fuerzas para pararse, y las imágenes del ataque de Yunho la hacían sentir escalofríos. El lobo interno que Yunho llevaba dentro poseía una fuerza aterradora, sin duda Yunho era la promesa de Akela, pero el problema recaía en cuando Yunho perdía el control de ella. Hina estaba segura de que si no hubiese llegado a tiempo Yunho habría repudiado a Junsu y los habría matado a ambos; sus energías eran tan potentes….sin duda su poder era un arma de doble filo.
“¡Hina!” la voz de Dakho la sacó de sus pensamientos. Él llegó hasta su figura, agachándose para quedar a su nivel y poder mirarla a los ojos.
“¿Me puedes explicar qué diablos ha pasado? Junsu está en nuestra madriguera con heridas serias de quemaduras, y tiene a un vampiro a su lado pegado a él como verdadera sanguijuela” Dakho miró a su alrededor y vio las cenizas, arqueándole una ceja.
“¿Dónde está Yunho? No me digas que él ha provocado todo esto…”
“Yunho perdió el control de su lobo interno” Hina le dijo, su voz apenas audible. “Quiso repudiar a Junsu y quemarlos a ambos al enterarse de que él ha convertido a un mortal en vampiro. Llegué a tiempo para impedirlo, pero contrarrestar su fuerza me ha debilitado. Se ha ido ahora, a recuperar el control supongo”
“Estás prácticamente transparente” Dakho le dijo al observar la excesiva palidez de su piel y el opaco color magenta de sus ojos. Hina rodeó los brazos alrededor de su cuello, suspirando cuando Dakho la alzó en un sólo movimiento.
“Su fuerza me ha drenado, necesito descansar amor” le susurró, descansando la cabeza sobre su hombro, lanzando un suspiro.
Caminaron de vuelta a la madriguera en silencio. Cuando llegaron Junsu se encontraba en el futón, su aspecto lucía completamente deteriorado y Hina pudo observar sus ropajes chamuscados en algunos sectores, revelando marcas rojizas y quemaduras en carne viva sobre su nívea piel. Hyukjae estaba sentado a su lado; la cabeza de Junsu descansaba sobre su hombro, pequeños jadeos erráticos escapándose de sus labios.
Dakho dejó a Hina sobre la cama y se sentó a su lado, entrelazando sus dedos. Hina le hizo una seña a Junsu con la mano. Con algo de dificultad Junsu se incorporó, caminando hasta la cama hasta llegar donde su figura.
“¿Y-Yunho?” preguntó, pero Hina negó con la cabeza.
“Se ha ido. Pude transmitirle algo de sentido que lo hizo domar a su bestia pero está inestable, creo que necesita asimilar todo antes de volver. Siente mucha rabia, y es de allí donde proviene la fuerza de los licántropos. La ira, la frustración…son combustibles para liberar a la bestia”
“Es mi culpa” Junsu ahogó un sollozo, llevando una mano a su boca para contenerlo.
“Y-Yo…traté de explicarle pero no quiso escucharme y ahora—”
“Shhh” Hina lo silenció, negando con la cabeza. “Hiciste lo correcto en traer a Hyukjae contigo. Ser creador es muy importante e implica una responsabilidad muy grande. Yunho tendrá que entenderlo” su expresión se tornó seria y los ojos de Junsu se llenaron de sangrientas lágrimas.
“Su lobo interno no me quiere…yo lo escuché decirlo. Dijo algo de que yo no era su sangre y quiso repudiarme” murmuró, una sola lágrima de sangre rodando por su rostro.
“Y lo habría logrado si tú no hubieses llegado. Ahora no podrá mirarme del mismo modo” su rostro comenzó a teñirse de sangre mientras las lágrimas se resbalaban por sus mejillas.
“No, no” Hina acercó su mano hasta la de Junsu, rozándola suavemente. Estaba más que claro que el lobo interno de Yunho no aceptaba a Junsu porque clamaba a su Sangre, y el peligro que conllevaba aquello era que utilizaría cualquier brecha para tomar el control y hacer cumplir su voluntad, pero ahora no era el momento para hacerle saber que el vínculo podría correr peligro…sobre todo con la presencia de Hyukjae alterando el balance.
“Cuando la bestia está en control los lobos actúan de manera irracional. Yunho no estaba pensando, su mente estaba nublada por la ira. Él te ama, dale tiempo”
Junsu suspiró, limpiando sus lágrimas con el dorso de la mano y asintiendo. Toda su vida se había vuelto un verdadero caos con la llegada de Hyukjae y la pérdida de control de Yunho. Su sólo recuerdo con las llamas emanando de su cuerpo y la mirada oscurecida en el poder lo hacía estremecer. Quería gritarle que lo amaba y que tan sólo había transformado a Hyukjae al haberse excedido con él al beber de su sangre…pero en el estado en que Yunho se encontraba eso tan sólo provocaría su rabia y sacaría a flote la bestia de su interior. No tenía otra alternativa, debía esperar por su regreso…
“Ve a descansar, Junsu” Hina le susurró, mirando de reojo a Hyukjae que tenía la mirada perdida. “Puedes descansar en la madriguera de Hyukjae si no quieres volver al desastre que es tu actual lugar” Hina mordió su labio inferior al recordar las llamas incinerando la alfombra y lo observó asentir.
“Hyukkie” susurró, su voz desgastada. Hyukjae se paró del asiento y se acercó hasta su figura, poniendo sus manos alrededor de sus hombros.
“Los llevaré” Dakho les dijo, levantándose de la cama y haciéndoles un gesto con la cabeza para que los siguieran. Junsu y Hyukjae caminaron en silencio y Hina los observó desaparecer de su cueva con ojos tristes. Esto definitivamente no estaba en los planes, y realmente Hina ya no estaba segura del transcurso de las cosas. Todo recaía ahora en Yunho…y en su decisión, pero confiaba en que el tiempo a solas lo hiciera ordenar su cabeza…
-o-
Koiko: ¡San Lunes mis estimados lectores! Y como siempre, nuevo e impactante capítulo de su historia favorita C:
¡CHAN CHAN! Quedó la crema o no…yo lo dije, yo dije que iba a quedar la grande aunque era bastante obvio, con un vampiro nuevo alterando el ya inestable vínculo…no podía terminar bien.
Fue un capitulo bastante intenso, lo sé…por ende el próximo será un poco más corto y sabremos de Yunho y de Jaejoong :B sí, no me he olvidado de él…ninguno de mis personajes es olvidado, tan sólo están agazapados…esperando su oportunidad jeje e.e
Nos vamos acercando ya a lo bueno, oh si…ya es tan sólo cuestión de capítulos. Sé que algunos comentarios van a ir directo contra el lobo interno de Yunho (que resulta que soy yo la única que lo consiente y lo quiere xd) pero vuelvo a recalcar…esto altera el ya inestable lazo y los lobos de por si son territoriales…resultado: Yunho en su modo bestia. Pero no se preocupen, ya el próximo capítulo sabremos a dónde escapó Yunho y qué es lo que hará…oh si e.e
Nuevamente, gracias por todos sus comentarios, su amor y su respaldo <.3 Es por ustedes que sigo a pesar de estar llena de quehaceres! Los amo <.3
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario \(*O*)/ ♥ ♥
o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD