El Tren - Cap. 6

La alarma del teléfono sonó a las 5:20, Changmin se despertó casi ahogado con un brazo de Junsu alrededor de su cuerpo y las piernas de ambos entrelazadas, ya se sabía enterado de esa costumbre que tenía el rubio para dormir. Su primer pensamiento fue despertar a su ángel y bañarse juntos, tras reflexionar se dio cuenta de que si empezaban no saldrían a tiempo además debían comer algo, su estómago lo iba a matar. Mientras se bañaba recordaba lo delirante que había sido la noche anterior. El sexo, la danza, y luego hacer el amor. Esto último por lo que pudo entender era el origen de su dolor, estaba tan satisfecho de haberse bebido esas lágrimas, de haber logrado que Junsu le dejara aliviarlo un poco, nunca había cultivado sentimientos por nadie, pero ahora estaba seguro de que lucharía por esto que había hallado.

Salió fresco y perfumado y fue a preparar el desayuno que le urgía, Junsu ya estaba despierto y con una sonrisa y un beso lo dejó volver a la cocina.

El desayuno estuvo listo justo al momento en el que Junsu salía de su ducha.

- Que tal has dormido???

- Maravillosamente…………………….esta noche ha sido genial, de veras muchas gracias…………

- Para nada gracias a ti……………Quién era esa persona, la que te enseñó que en la cama solo se hace el amor…………..

Junsu casi escupe el arroz que tenía en la boca.

- Eres persistente…………..

- Me has dejado hacerte el amor, quiero saber………..

- Ella…………….ella se llamaba Emily……………

- Era una mujer…………

- Sí, pensaste que siempre fui gay…………..

- Sí………….no…………no sé….. Y bien

- Esta noche no puedo venir, solo iré a tomar café, tengo el ensayo final, mañana es la gran noche…………..espera…-corrió a su maleta que estaba en la sala y trajo un sobre- es la entrada para la función de las 8, me prometiste que irías.

- Si piensas que con esto vas a escapar (mientras agarraba el sobre) estas equivocado, esta tarde en el café me contarás todo con pelos y señales. Ya te he visto bailar. Además te lo había prometido antes, iré a la función.

- Por qué te empeñas, olvídate de eso……..no te incumbe………….

- Ya te obligaré…………

- Tú no me cuentas nada…………………

- Si lo he hecho, mi vida no es tan interesante como la tuya…………..

- Mejor come, ya no tenemos mucho tiempo……

Salieron apurados a la estación, entraron al tren con las justas, riéndose, empujando sin perdonar a nadie, llegaron a su sitio y se dedicaron a mirarse sin hablar, intentando analizar sus pensamientos a través de sus expresiones.

Se sonreían, y jugaban a no mirarse, los ojos de Changmin le hacían infinidad de preguntas, que se quedarían sin respuesta. En la oscuridad, el más alto bajó sus manos y acarició el trasero de Junsu, mientras lo atraía para sobarse como lo hacían ya como de costumbre, sí, en realidad eso era algo fácil, a lo que te acostumbrarías sin hacer mucho esfuerzo.

A la hora de la parada de Junsu, este ya estaba listo, se marchó sonriéndole de una forma en la que nunca lo había hecho, ahora que lo pensaba, Junsu sonreía casi todo el tiempo en estos días. Quiso pensar que él mismo era el motivo, solo para aumentar su ego. Sonrió de su infantil suposición y se bajó en la parada de siempre.

A la tarde una vez más en el café “El ángel”, se reunieron en su mesa acostumbrada. Sin esperar pregunta alguna, Changmin comenzó a hablar sobre sus padres. Su madre era modista para una tienda elegante, su padre también era ingeniero civil como se lo había contado antes, tenía dos hermanas menores que estaban casadas ya. Tenía un par de sobrinos gemelos de pocos meses hijos de su hermana menor. Siempre había querido ser fotógrafo paisajista, sin embargo en algún momento de su adolescencia su padre lo había “convencido” de que su destino era la ingeniería civil.

- Todo lo que me has contado, es muy interesante, y te agradezco, sin embargo a cuenta de qué viene todo esto……

- Estoy contándote mi vida para que no te quejes de que no te cuento nada y ahora no tengas excusas para no contarme la tuya……………..

- Hoy no follaremos, no habrá historia………..

Changmin miró a Junsu con sus profundos ojos color chocolate, la mirada era intensa y examinativa, en un momento la emoción reflejaba una orden, el rostro que la enmarcaba estaba muy serio.

- Ya que te pones así………………ella, ella era mi esposa……………………..

- Has estado casado????

- Casado como lo dicta la ley de los hombres, o de Dios no, pero estuve casado con ella, vivimos 4 años juntos, teníamos nuestra propia ley, eso era lo que importaba.

- Cómo empezó todo……………….??

Desde que era un niño Junsu había amado el baile, la danza se había convertido en su pasión, así que formó parte del equipo de danza de su escuela primaria, de la escuela media y de la secundaria. Con él cómo el capitán del equipo siempre obtuvieron los primeros puestos en las competencias. Por todos sus logros, había recibido una beca en reconocimiento a su esfuerzo. La misma que era para estudiar en la Escuela de Arte Contemporáneo de California, en Estados Unidos.

- Cuando llegué fue horrible, allá la gente es muy racista, mi inglés no era  bueno……..está bien, era fatal. No tuve un buen comienzo.

Entonces la conoció, llegó una semana más tarde que él, cuando las clases ya habían empezado. Emily (cómo él le decía porque su nombre se escribía Emilia, en español, como decía ella) era el sol, su sonrisa brillaba como el sol, era extranjera como él, venía de un país de América del Sur, y tampoco hablaba bien el inglés. Se solidarizaron uno con el otro instantáneamente, eran los aislados de la clase. Se compenetraron de manera en la que jamás soñaron que pudiera ser posible. Ella era alguien para proteger y él quería dar su vida por ella.

Cuando ellos empezaron a trabajar en equipo, solo los dos porque los demás no les habían permitido participar, mostraron que eran muy hábiles. Con el tiempo se convirtieron en los primeros de la clase.  Eran el equipo perfecto, una pareja completamente acoplada, sus movimientos simétricos, armónicos y elegantes, eran la envidia del resto.

Junsu no le contó todas las burlas y abusos que sufrieron, todas las veces en las que tuvo que defenderla de tantas cosas horribles, de bromas sin sentido y humillantes, nunca supo qué diablos tenía esa gente en la cabeza. Le contó que los padres de ella eran muy pobres y que tenía que trabajar para mandarles algo, el dinero de la beca era suficiente solo para mantenerla a ella.

No era hermosa, dentro de ninguno de los estándares conocidos, ni los de Corea, ni de los E.E.U.U, dígase no tenía la belleza etérea y delicada de las coreanas, ni la belleza sensual de las americanas, era hermosa en su propia magnitud, era como la tierra, su belleza era absolutamente fresca y natural, él la amaba muchísimo. Eran literalmente los polos opuestos del imán y por eso se atraían con magnetismo poderoso, ella siempre decía que era porque venía de lugares que estaban cada uno al otro lado del mundo para el otro.

A los dos meses de conocerse empezaron a vivir juntos, en el departamento que le pagaban sus padres a Junsu, y así vivieron por el resto de la carrera. Ella no dejó de trabajar y él a pesar de no necesitar dinero trabajaba también. Era muy buena para ahorrar, todo estaba muy bien administrado y lograban guardar dinero para de vez en cuando salir a pasear fuera de California. Cuando los padres de Junsu iban a visitarlo hacían malabares para esconder las cosas de Emily en el departamento y nunca fueron descubiertos, ella se iba a dormir en casa de una tía que vivía unos barrios más al norte. Por eso cuando le preguntaban Junsu siempre decía que ella era su esposa, porque eso es lo que ella representó en su vida en ese tiempo.

- Es casi las 7 pm, tengo que marcharme……………

- Aun no terminas tu relato…………

- Te lo diré luego……………………..

- Que te vaya muy bien, esfuérzate, nos vemos mañana en la noche………..

Junsu se acercó a Changmin y lo abrazó, esta nueva sensación de confianza en esta persona lo hacía sentir ganas de vivir de nuevo. Changmin devolvió el abrazó, se separaron y tuvo que salir corriendo.

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