Bad intentions parte 1

Soy ChangMin y ahora me encuentro sobre mi cama mirando detenidamente el techo de mi habitación, que es exageradamente blanco. A un lado de mi cama la batería que pocas veces toco por el poco tiempo que logro tener debido a mis estudios en la universidad y a las tantas tareas que debo realizar en casa y el trabajo. Un problema rondaba por mi cabeza y no tenía como solucionarlo, mi celular que a un lado de mi cabeza se encontraba no dejaba de sonar, pero no quería contestar, no cuando sentía tanta cólera por lo pasado hace unos minutos atrás.

Cuando conocí a YooChun nunca pensé que fuese a ocurrir algo entre él y yo. Ok, no siempre me gustaron los chicos, incluso también me gustan las chicas pero con él no tengo nada serio. Se puede decir que solo somos amigos, salimos, no divertimos y si la tensión del momento es muy alta pasa algo extremadamente sexual entre los dos.

Hoy salimos a comprar un regalo por el cumpleaños de su madre. Yo iba con todo el plan de amigos y supongo que él también, pero aun así no íbamos del todo contentos porque la noche anterior yo me había molestado con él. Claro, siempre son cosas estúpidas. Las cosas se solucionaron cuando vino a buscarme, claro claro soy tan pesado que siquiera le dije ‘ok nos vemos en tal parte’ tuvo que venir por mí y yo feliz, pude dormir mas ya que la noche anterior me quedé hasta muy tarde mirando la pantalla del PC.

Salimos de mi casa con toda mi cara de tonto ofendido por la discusión pero todo se solucionó hablando de camino al mall.

Después de dar tantas vueltas por el mall buscando un regalo digno para su madre no pensamos nada mas mejor que comprarle un perfume, lo gracioso igual fue que estuvimos ahí parados frente a la vitrina con la señorita oliendo todos los perfumes y mi nariz terminó tan sensible que ya oler cualquier otra cosa me daban unas tremendas ganas de vomitar. Tantos olores fuertes, suaves, dulces era un lio incluso me pregunto cómo es que las mujeres tienen tanta paciencia para escoger su perfume favorito o es que acaso toman cualquiera que les llame la atención de la vitrina?

Cuando por fin compró el regalo en una linda cajita con una cinta a mí de por sí ya me había entrado el hambre y como siempre, no hago mejor cosa que gastar mi dinero en comida o diversión. Nos dirigimos rapidito al patio de comida y aun no daban las 2 de la tarde cuando es que comúnmente almuerzo, pero también tengo el mal hábito de no tomar desayuno por lo que me aguanto el hambre hasta el almuerzo.

No nos decidíamos nunca en donde comer. Comida chatarra-comida chatarra era en lo único que podía pensar y ya, YooChun decidió por los dos y nos fuimos al Fritz, comimos (por mi parte) lo suficiente para calmar mi hambre. Dos hamburguesas, un vaso gigante de bebida mas las papas fritas y empanadas que fue el agregado por unas cuantas monedas más.

Cuando estoy comiendo odio hablar, porque interrumpen cuando la comida va a mi boca, pero el estar en silencio con él también lo odio, porque siento que una rara atmosfera se creara entre los dos y no hay cosa peor que sentirme incomodo mientras digiero. Y qué mejor que sacar un tema realmente estúpido y de parejas pasadas. Y que peor que sacar justamente los temas sexuales cuando estás comiendo. Y por segunda vez… que peor que te calientes cuando te están contando una experiencia sexual de la vida, y no es que sea de los que se calientan fácilmente pero soy hombre! Mi cuerpo puede reaccionar sin que yo esté consciente de ello. Solo disimulé mientras el felizmente con esa desagradable sonrisa que a veces suele poner cuando se mete en los temas de conversación, me relataba su última relación con una chica que ya siquiera recuerdo el nombre. Lo odio, odio que sea tan explicito cuando me cuenta sus cosas. Yo solo lo miraba y miraba mientras movía sus labios y dejaba salir palabra por palabra que no hacía otra cosa más que despertar mi libido.

Nunca se dio cuenta, bueno, eso creía yo, porque lo más seguro es que estaba rojo de la vergüenza y aunque no sea de piel tan clara se me nota demasiado, sobre todo si mis orejas lo están y la gorra que llevaba no las tapaban para nada, menos mi pelo con el que traté de esconderlas.

Tragaba y tragaba saliva hasta que no di más. Pedí permiso como todo idiota y me fui directo al baño. No piensen que me iba a masturbar en un baño público! Solo quería refrescarme y dejar pasar los minutos que fuesen necesarios pensando en cosas lindas como dinosaurios rosa realmente maracos para ver si así me tranquilizaba. Aunque todo hombre sabe que eso es imposible, pero que mejor que hacerme el idiota y pensar que realmente me tranquilizaría.

Cuando me puse de pie siquiera lo miré, no me atrevía a seguir mirándolo! Si hacer eso solo me hacía recordar las tantas veces que intimamos como amigos que éramos, amigos!!

Mojé, mojé y mojé mi rostro, hasta me quité la gorra para mojarme el pelo. El agua estaba demasiado helada. Me puse a pensar en elefantitos celestes como suelen pintarlos en las animaciones y en enanitos realmente infantiles mientras me miraba al espejo disimuladamente y a los tipos que se lavaban las manos. Increíble, no podía tranquilizarme…

Estaba teniendo un serio problema, me estaba avergonzando más de lo que ya estaba y no, no quería masturbarme para que se me pasara la calentura. No miento, pensé en qué estaría pensando YooChun justamente en ese momento, del por qué me había levantado tan rápidamente mientras él no dejaba de hablar, pero cuando lo vi a través del espejo no tuve que seguir pensando, fue como si mi mente se quedara en blanco y mi boca se abriera como un pez fuera del agua porque por dios, no sabía que decirle. Que tenía tremendas ganas de orinar? Que hacía calor y por eso hasta tenía goteando el pelo?

“Qué te pasa?” fue lo que me preguntó pero demoré en responderle un “nada” desviando la mirada y quise salir del baño aun con mi entrepierna como el demonio, aunque tuviese que disimular que nada me pasaba cuando quién sabe me mirara la entrepierna y se fijara en ello. Pero al parecer se dio cuenta o quizás, ¿su intención era esa?. Que me calentara como un imbécil y no tuviera mejor opción que masturbarme en un baño público solo para quedar en vergüenza?. Me tomó del brazo y me arrastró hasta uno de los cubículos. Genial!! Lo sabía! Maldito desgraciado! Tiró todo el piso y me besó. Esto suena extraño, nunca le cuento a nadie lo que hago con él. Pero me besó con algo de urgencia o es que era yo el que estaba con urgencia porque no dudé en responderle aunque no quisiera hacer nada extraño en un baño público donde la acústica es como las pelotas y hasta el más mínimo quejido se puede escuchar.

Era un martirio estar aun con el pantalón apretándome como suelo usarlos. Cuando sentí su mano, no sé cual porque siquiera me digné a mirar qué demonios hacía con ellas, me dejé llevar porque la urgencia de sentirme libre era mucho más grande que el hambre que a veces suelo tener.

Cuando me di cuenta de su mirada el idiota estaba sonriendo! Solo faltaba que se riera de mi a carcajadas! Me molesté, de verdad me enojé. De lo enojado lo empujé y su espalda sonó tan fuerte cuando chocó con el otro lado de la pared del cubículo que me arrepentí en un segundo. Pero creen que se quejó? Que me maldijo por lo que hice? Claro que no. No hizo más que volver a besarme y yo volverle a responder olvidando justamente en donde demonios estaba exactamente cuándo comenzó a presionarme con su mano en el pantalón donde justo resaltaba el problema.

Mi respiración salió de mi boca más caliente de lo normal. Me sentí por un segundo ahogado al reprimir el aire entrar a mis pulmones y solo podía mantener la boca abierta mientras él daba roces en mi cuello con sus labios como si fueran besos los que dejaba. Sabía que aun tenía esa sonrisa en su rostro.

“Nnnh” No quería, no quería por ningún motivo dejar que aquellas vocales salieran de entre mis húmedos labios cuando YooChun presionó mas fuerte aún. Las sensaciones que se hacían cada vez más intensas me tenían entre la espada y la pared. ¿A quién se le ocurre meterse a un baño público y comenzar a hacer ese tipo de espectáculo? Solo a YooChun y su mente retorcida. “No… no espera” susurré bajo toda esa tención y con esfuerzo para no alzar la voz. Había escuchado claramente esos pasos sobre las baldosas. Las puertas de los baños de los mall nunca se encuentran cerradas.

Luego escuché más pasos y no parecían alejarse, más bien parecían acercarse. Por lo muy casi-asustado que me encontrase no alejé por ningún motivo esas manos que ahora no hacía más que tratan de desabrochar mi pantalón. Los arranques de locura de YooChun pocas veces los veía presente. Y ahora se veía endemoniadamente sexy cuando descendía por mi pecho subiendo mi polera para morderme la piel. Esto no iba a ser tan fácil, sabía que no me complacería por ahora, solo me torturaría hasta que le pidiera más y para eso soy demasiado orgulloso.