Derribando Barreras cap 1

DESCUBRIENDO.

La brisa de aquella mañana gris…
Todavía recuerdo aquellos bellos momentos
Mirando al cielo con una inmensa tristeza,
Me pregunto: ¿esto es lo que quiero?,
Si mi destino es sufrir
Tu amor…

Ese día había amanecido peor que el anterior, nublado y con lluvia, ni una esperanza de que por lo menos un rayito de sol se asomara por entre las nubes y diera a aquella ventana, la cual observaba al ser golpeada por las gotas de lluvia desde hacia unos diez minutos cuando la alarma de su despertador sonó indicándole que tenia que levantarse para ir a trabajar; perdido en sus pensamientos se sobresalto al volver a escuchar sonar la alarma indicándole que ya se había retrasado cinco minutos más, se levantó pesadamente de aquella cómoda posición en su tibia cama, maldiciendo por lo bajo cuando se dirigía al baño.

-¡maldición!...por qué tenia que amanecer así y lo peor es que tengo que trabajar y llegar temprano si no quiero perder este empleo… además presiento que hoy será un mal día para mi.

Después de ducharse y arreglarse decentemente, se dirigió a la cocina donde desayunó un poco ya que tenía prisa, así que tomó las llaves de su departamento y un paraguas, pues sabia que seguiría lloviendo en toda la tarde y se dirigió a la salida con rumbo al elevador que lo llevaría a la calle más desértica que podría verse debido al clima. Al salir del elevador y fuera del edificio abrió el paraguas y se maldijo de nueva cuenta por tener que ir caminando al trabajo y no tener en que transportarse, solo rogaba no ensuciarse demasiado y con esos pensamientos se internó bajo la lluvia tomando rumbo a su trabajo que se encontraba a unas diez cuadras de su departamento.

EN OTRA PARTE DE COREA…

-¡que suerte tengo!... justo hoy que llegaba de mi viaje y que le dije a papá que no era necesario que viniera a traerme al aeropuerto, que mejor fuera a trabajar… se pone así el clima y para acabar me tuve que venír caminando sin ninguna protección por no encontrar un taxi, solo espero no enfermarme… y yo que presentía que hoy seria un mal día para mi… no hice caso-se quejaba.

Mientras caminaba jalando su equipaje y seguía hablándose a si mismo de su suerte, sin fijarse por donde iba caminado no se dio cuenta de nada de lo que ocurría a su alrededor hasta que:

-¡oh! perdóneme… no fue mi intención solo que venía distraído y no lo vi-decía lo más rápido que podía haciendo una reverencia sin levantar la vista.
- ¡oh!... no se preocupe, la culpa fue mía por venír pensando en cosas sin sentido- respondía haciendo también una reverencia sin fijarse en la otra persona.
- en todo caso los dos tenemos la culpa- dijo alzando la mirada y sonriendo para ver a la persona con la que se topó por accidente, pero en ese instante su sonrisa se fue y se quedó pasmado en su lugar al ver a aquel personaje tan delgado, moreno, de cabello color castaño a la altura de los hombros, orbes color café y ese pequeño lunar al ras de la boca que te invita a querer tocarlo.
-entonces no se diga más ninguno tuvo la culpa-decía aquel personaje al escuchar aquellas palabras provenientes de la persona al frente, alzando la mirada y al igual que el otro quedando pasmado al verle, una persona tan delgada, de tez blanca, cabello a la altura de los hombros color negro, orbes negras como la noche y esos labios tan llamativos como las fresas, que juraría que era una mujer pero por su voz de hace apenas unos instantes se daba cuenta que era un hombre igual que él, hombre pero hermoso al fin.

Solo los dos reaccionaron cuando un carro pasaba al lado de ellos por la avenida y los empapaba salpicándolos de agua.

-entonces… discúlpeme-haciendo de nueva cuenta una reverencia- pero tengo que seguir mi camino debo llegar a casa antes de que llueva más fuerte si no quiero enfermarme.
-ah!… pero que descortés de mi parte… permítame ayudarle a levantar su equipaje-hablando y levantando aquel equipaje que hubiera caído con el golpe.
-gracias-decía recibiendo el mango de la maleta de parte del otro
-creo que es lo correcto que le acompañe y le lleve a un lugar donde pueda refugiarse de la lluvia, después de estar parados aquí-decía cubriéndose a ambos con el paraguas.
-oh!...no es necesario, no quiero causar ninguna molestia además vivo solo a unas tres cuadras de aquí y por lo que veo usted se dirigía a su trabajo si no me equivoco y ya lo retrasé por mi distracción…
-no es ninguna molestia y no se preocupe todavía tengo tiempo suficiente para llegar al trabajo además si no lo ayudo me voy a estar lamentando si le pasa algo grave-tomándolo del hombro casi por instinto e instándole a caminar sabe a donde.
-esta bien, gracias-decía caminando apenado junto con la otra persona al sentirle colocar su mano en su hombro provocando una sensación un poco rara en él, indicándole el rumbo que los llevara a su casa.

Una vez en la puerta de su departamento…
-aquí es… le agradezco por ayudarme-sonriendo aun apenado ¿pero por qué? haciendo una rápida reverencia.
-no es nada…bueno yo lo dejo tengo que irme ya o mi jefe se enojará si llego tarde-decía sonriendo de la manera que el otro lo hubiera hecho dirigiéndose rápidamente a la salida del edificio.
-otra vez gracias y espero que no le haya causado problemas en su trabajo por mi culpa-decía entrando a su departamento una vez que vio alejarse a aquel hombre de su campo visual y que este le repitiera que no habría problemas.

Una vez en su departamento…

-¡hijo!… ¿eres tu?-decía la mujer abrasando a su hijo por primera vez después de dos años de no verle y tenerlo cerca- pero mira como estás por qué no permitiste que tu padre fuera a traerte del aeropuerto-decía su mamá muy afligida.

-no mamá prefería que papá fuera a trabajar y que no tuviera problemas, además no pensé que el día se pondría así… pero ya vez y no te preocupes, una persona muy amable me ayudó a llegar aquí… y en seguida me cambio de ropa-decía muy feliz regresándole el abrazo a su madre y feliz de estar de nuevo en su hogar el cual extrañaba tanto después de irse a estados unidos a cumplir uno de sus más anhelados sueños.

-esta bien hijo…cuando tu padre regrese se pondrá muy feliz de verte de nuevo, mientras cámbiate que te preparo algo calientito de comer para que no te me enfermes de gripa-decía su mamá dirigiéndose a la cocina mientras veía como su hijo desaparecía por el pasillo que dirigía a la puerta de su aún habitación, que permaneciera igual desde que se fuera.

EN UN EDIFICIO CERCANO…

Una persona se debatía entre un sinfín de argumentos…
-tan distraído soy que ni tan siquiera me presenté o le pregunté su nombre-se lamentaba-pero no es hora de lamentaciones ya pasó y ya no hay vuelta atrás ahora a lo que me corresponde-decía aquel joven tomando de su escritorio una carpeta y dirigiéndose por un pasillo hacia otra puerta cercana abriéndola:
-buenos días-decía entrando.

-buenos días… te parecen buenos… ¿Qué hora de llegar es esta?-decía la otra persona que se encontraba dentro de aquel cuarto.

-perdóneme señor Lee pero es que de camino para acá me surgió un problema y…-estaba a punto de explicarle lo sucedido pero…

-esta bien no tienes que explicarme, debió ser serio para que te retrasaras… pero olvidemos eso, como mi mejor empleado que eres te disculpo, ahora recuerda que mañana tienes que ir a casa de la señora Chang Ho que habló ayer, para ver que tan serio es su caso y como podremos ayudarla-explicaba su jefe.

-no se preocupe señor Lee yo mañana iré lo mas temprano posible y una vez que haya hablado con ella me comunicare con usted y le explicare la situación… ahora si no me necesita me retiro para preparar las cosas del otro caso pendiente-decía haciendo una reverencia y saliendo por la puerta.

-esta bien cuento contigo en esto, solo quiero que me mantengas al tanto de todo, hasta luego-decía su jefe viéndolo salir.

-lo sé-repetía cerrando la puerta tras de si.


De regreso al departamento…

-hijo tú comida está lista-decía la señora acomodando la mesa al mismo tiempo que llamaba por tercera vez a su hijo.

-ya voy mamá-decía saliendo de su habitación con dirección a la cocina, específicamente la mesa donde se sentó a comer, cuando el ruido de una puerta siendo abierta llamó su atención.
-hijo!!… ya llegaste, yo pensé que tu vuelo se había retrasado por el clima…pero cuanto tiempo sin verte, mira como has crecido!!-decía aquel hombre dándole un abraso a su hijo.
-no es para tanto papá sigo siendo el mismo-decía devolviendo el abrazo.

-todavía recuerdo el día que te fuiste a estados unidos…tu madre lloraba a mares por dejar ir a su pequeño bebe-hablaba su papá viendo de reojo a su esposa.
-no es para tanto hombre-se defendía ella.

-como no si hasta tú no quisiste que yo entrara a su habitación porque querías que estuviera igual para cuando regresara-decía en un tono juguetón.

-no es momento de discutir, apenas regresé…pero les agradezco a los dos que hayan aceptado mi decisión y hayan hecho todo eso por mi…por eso los quiero-dando un abrazo a ambos padres.

Y así después de comer y platicar con ellos de cómo le había ido en América y cómo a sus padres en su ausencia, decidió que debía ir a su habitación a descansar de lo agotador que había sido el viaje, el accidente de ese día sonrojándose un poco al recordar lo sucedido, recordando en ese momento que su padre tenía razón en decir que su habitación seguía intacta desde que se había ido a estados unidos, aun con ese peluche de fantasma que le regalaran en su infancia sus padres, colocado sobre la almohada de su cama, recostándose en esta y dejándose vencer por el sueño, pero ya mañana se encargaría de buscar un empleo para ayudar con los gastos de la casa, no es que se lo fuera a dejar todo a sus progenitores y menos ahora que se había esforzado por ser lo que era gracias a ellos.

Y así sin más el día finalizó sin más contratiempos para ambas personas que el destino había osado topar ese día.

Continuara….