Solo un sueño
-¡AAH!- Gritó Yoochun levantándose de golpe, asustado, se tomó la cabeza con fuerza, paró en seco cuando notó que ahora estaba en su habitación y su madre venia con una vela a ver como estaba-
-Cálmate, cálmate por favor- dijo preocupada la señora cuando se sentó a su lado dejando en la mesita junto a la cama aquella vela consumida a la mitad.
-¿D-donde… estoy? ¿Qué sucedió?- Tartamudeó un poco y tragó saliva; comenzó a revisarse para asegurarse de que estaba completo, de que nada le faltaba, todo parecía en orden pensando que era un sueño, pero unos rasguños en sus rodillas fueron los que lo hicieron volver a entrar en pánico de nuevo. -¿¡Qué me ocurrió!?- gritó mientras su madre lo tomó por los hombros y lo abrazo con fuerza-
-Tranquilízate- dijo –Un anciano te ayudó a venir hasta acá, dice que te encontró cuando salías despavorido del bosque, pero no te preocupes ya todo esta bien- Su madre, estaba intrigada por lo que le había pasado a su hijo, pues incluso había tenido sangre de su oreja, sus ropas estaban desgarradas y cuando lo trajo el señor a sus brazos, estaba mas pálido que un enfermo. No quiso preguntarle nada, no quería hacerlo –Será mejor que descanses… ya estas mas seguro ahora, estás en casa- Le revolvió el cabello y besó su frente con tanta ternura, lo miró por unos momentos para acariciar con sus suaves manos la mejilla de su hijo.
-Gracias…. mamá- Sus palabras lo tranquilizaron, dio un largo suspiro y le sonrío para demostrarle que ya estaba mucho mejor, cuando ella se fue volvió a revisar su cuerpo, notó que aquellos rasguños eran ocasionados por las ramas y rocas que se había encontrado en el camino, vio sus ropas en una silla y notó que estaban levemente desgarradas de las rodillas. -¿Es que acaso… todo fue real?-
Se levantó de la cama y tomó la vela de la mesa para dirigirse al enorme espejo de su habitación, la cual era grande muy amplia, tenía muchas sillas y una enorme cama al igual que un espejo frente a esta, era nuevo su padre lo había comprado. A el le gustaba mucho su aspecto, de hecho era un joven muy bien parecido de cabello largo, que llegaba hasta los hombros, un poco quebrado; su desgracia es que era muy pretencioso y no le gustaba salir con cualquier “mujerzuela”.
Cuando llegó al espejo, acarició su rostro con, la tomó con fuerza, palpando varias veces para ver si no tenía nada, lo cual así era.
-¿Qué habrá sido todo esto… quiéen era o que era eso?- Se decía a si mismo mientras recordaba aquella sensación pero que lo pasó por su cabeza fue aquella voz, ese suave susurro que duró solo unos segundos en su oído, pero una eternidad en el momento de recordarlo. -¿Ayudar…. ayudar a quién?- se preguntó mientras miraba fijamente su reflejo, fue entonces cuando todo se salió de control de nuevo. Al observar detenidamente su imagen, otro ser se reflejaba detrás de él, era un joven de su estatura, de piel blanca con una sonrisa en sus labios, de ojos pequeños y rasgados, mirada tan dulce y tierno pero a la vez llena de dolor. Se inquietó al ver ese sujeto en el espejo y cuando volteó no había nadie.
-¿Pero que….?- La ventana de su cuarto se abrió de golpe dejando entrar un fuerte viento, del susto tiró la vela apangándose por el brusco aire, él maldijo por el inesperado suceso y se acercó a cerrarla. –Estúpida mente mía…estúpida ventana que no puede permanecer cerrada- Cuando colocó el seguro de ella, notó que había una pequeña fisura en esta y poco a poco iba haciéndose mas grande; la tocó con la uña rascando un par de veces hasta que solo se encogió de hombros no dándole importancia, cuando volteó sintió el ambiente un tanto extraño en su habitación, se mareó un poco y la visión se nubló por unos instantes –Debo estar cansado- talló sus ojos y se dirigió a su cómoda cama, se estiró antes de entrar en ella y recargo de golpe su cabeza en la almohada de plumas, se pudo ver una que otra flotando encima y alrededor de él.
-Seguro todo fue mi imaginación- dijo a sí mismo tratando de encontrar una explicación que fuera obvia para un suceso totalmente extraño y espeluznante -¿Pero y si no?- volvió a entrar en pánico, se colocó boca abajo y abrazó con fuerza aquel cojín rezó a todos los dioses y ángeles por el que nada malo le pasara esa noche. Pobre iluso, si al menos supiera alguna oración bien seguramente alguien le hubiera tenido misericordia para bajar del cielo y protegerlo, pero tal vez aquellos a los que les rezó ya sabían que todo estaba predestinado para él.
Esa noche, tardó en conciliar el sueño pues se sugestionaba a sí mismo y trataba de resolver un rompecabezas de las cuales solamente tenía muy pocas piezas y por desgracia las acomodaba muy mal. Cuando por fin pudo dormir, el tuvo un sueño un tanto extraño, pues volvió a visualizar a aquel sujeto que se reflejó por unos insignificantes segundos.
En su sueño se encontraba parado, frente a una enorme carpa con mucha luz en su interior, miró de un lado a otro que estaba en medio del bosque, pues reconoció el famoso lago que los separaba de una ciudad y de otra; la carpa parecía de circo, era enorme de franjas verticales rojas y amarillas, lucía de aspecto temible pues se divisaba dentro muchas sombras espeluznantes, tenía muchos parches y estaba en mal estado. Vio a un joven el cual tardó en identificar y en sus pensamientos recordó aquel que apareció detrás de él en su reflejo. El moreno de cabello corto, usaba un enorme traje de color negro y rojo oscuro, un enorme sombrero con dos puntas abiertas que llegaban a su rodilla, traía una mascara la cual dejaba ver la mitad de su rostro, aquella mascara tenia una lúgubre aspecto pues parecía que la rompieron a golpes para tener ese aspecto y derramado tinta en el orificio del ojo derecho pues se mostraban como lágrimas negras, su atuendo estaba muy entallado dejando ver su delgado cuerpo, este solo tenía una sonrisa en sus labios pero su mirada reflejaba mucho dolor.
Yoochun se acercó al sujeto que estaba parado frente a la entrada de la carpa, él tenía unos papeles los que parecían ser boletos en sus manos. Cuando el arlequín lo miró solo le hizo una reverencia con la cabeza y le entregó uno. Lo tomó y comenzó a leerlo en voz alta.
-“Bienvenidos al espectacular Circo Oriental, contamos con todo tipo de entretenimiento y le aseguramos que se irá con un buen sabor de boca, las mejores exhibiciones y mas reales de este siglo. El mago rompe humanos, Los cuentos de Pierrot, La Bruja Tae Lee, El show de los muñecas y mucho mas…. Solo para adultos” ¿Circo Oriental….? – Dijo algo extrañado mientras fruncía el ceño y levantaba de nuevo la mirada hacia el arlequín, este solo asintió y con una dulce voz habló.
-La función esta por comenzar…- abrió la carpa levemente y lo mas extraño es que por dentro no había luz, todo estaba oscuro y por fuera Yoochun se percató que aun había luz y sombras moviéndose de un lado a otro.
-¿Pero que?- preguntó mientras el bufón solo lo tomaba de la mano, invitándolo a entrar en ese lugar. Su mano, era tan fría como un cubo de hielo, eso asustó mas a nuestro protagonista pues no sabía lo que estaba pasando, su corazón se aceleró un poco al escuchar las risas de payasos dentro del lugar y sentír como la suave brisa helaba sus dedos de los pies los cuales rozaba con aquel verde pasto que se sentía tan real, pues le creaba un poco de comenzó. Volvió a tragar saliva y asintió pues aquel arlequín no dejaba de sonreírle, por un momento sus cabellos se pusieron de punta al ver esa mirada junto con aquella mascara la cual observó que las lágrimas que supuestamente estaban pintadas lentamente bajaban a su desnuda mejilla.
En el cielo, las nubes comenzaron a chocar entre si, creando un fuerte sonido estremeciendo mas al joven mimado, presionó sus dientes con fuerza y de igual intensidad aquel boleto arrugándolo entre su puño, solo asintió varias veces al sentir como de nuevo algo erizaba su piel. Dio un paso hacia delante y caminó de tal manera que sus pasos hacían un pequeño crujido en el pasto, un sonido extraño y mas extraño aun que este estaba mojado, cuando entró no había absolutamente nada.
De repente, una luz blanca apareció en el centro y un payaso viejo, pues tenía muchas arrugas en todo su rostro el cual estaba pintado de blanco, tenía enormes colmillos amarillos, mirada diabólica de ojos color rojo con pupila en forma de aguja como los gatos; observó de forma retadora al Joven Yoochun haciendo que toda la sangre se le subiera a la cabeza, los nervios lo comieran por dentro y su cuerpo temblaba solo con ver a ese asqueroso y repulsivo ser, quería cerrar los ojos pero algo lo detenía, comenzó a carcajearse de tal manera que estremecía sus oídos, apretó con fuerza sus dientes y sus puños, quiso moverse pero no pudo hacerlo, quería gritar pero no podía… el se sintió asfixiado.
-¿Qu....quien eres?- cuando por fin pudo articular palabra, el payaso detuvo su risa en seco y lo miró con odio, su mirada demostraba que quería descuartizarlo, matarlo, hacerlo sufrir de una y mil maneras y eso a Yoochun le daba mas que pánico, su estomago se revolvía, sus cabellos se pusieron de punta, sus pupilas se dilataban del horror ante ese espeluznante engendro y de nuevo volvió a sonreír.
-Tu anfitrión- El diabólico ser, volvió a sonreí de una manera indescriptiblemente terrorífica, de sus colmillos amarillentos escurría su saliva de una forma grotesca, sus labios mal pintados de sangre al igual que sus manos, su vestido era un traje color blanco manchado del mismo liquido de su boca y su cabello eran unos pocos cabellos pintados de amarillo, en forma de picos arriba de sus orejas, eran pocos pero parecían como púas, tan finas y picudas. Después de hablar el “anfitrión” comenzó a despedazarse, pedazos de su piel se caían como si fuesen arena, el sonido de la carne al caer al piso era tan sonoro como la risa con la que recibió al joven que moría del miedo, el cual no ocultaba su castañeo o su forma de temblar.
La luz blanca se apagó cuando el último pedazo de carne la cual se volvía putrefacta cayó, quedó todo en silencio y Yoochun solo escuchaba su respiración agitada, sentía las gotas de sudor caer sobre los dedos de sus pies, jadeaba por el miedo… su piel estaba erizada y en su nuca sentía como alguien jadeaba, rezaba para que ese no fuese el payaso. Cuando se aclaró todo, se mostraron unas escenas muy rápidas.
Un joven de aspecto noble, de cabello corto y peinado extraño de castaño claro besando al moreno Pierrot. De nuevo, otra escena pero mas provocadora y otra, otra e infinidad de escenas de esos dos hasta que… lo peor.
-¡MUERETE!- Se escuchó un grito cuando masacraban cruelmente al Pierrot indefenso el cual solo gritó un nombre. “Yunho”
La escena mas brutal que pudo haber visto en toda su vida, con un hacha le había cortado gran parte de la espalda, tajadas completas, después le cortó la nuca sin desprenderle la cabeza por completo, sus brazo izquierdo lo cortó por completo, un hombre de dudosa apariencia comenzó a destrozarle el rostro con el hacha y brutalmente su abdomen y parte de la entrepierna. El joven espectador no dejaba de llorar y de gritar que se detuvieran, sus lágrimas se desbordaban como si fuese el mismo a quien estuvieran masacrando.
-¡NO! ¡DETENTE, NO LO MATES, NO LO MATES!- su respiración no dejaba que siguiera articulando mas palabras, se sentía miserable, impotente al ver que ese mismo arlequín que lo había recibido con un boleto, con esa dulce sonrisa lo habían matado de tal forma inhumana, tan cruel. Se sujetó la cabeza y cayó de rodillas gritando, implorando que se detuviera, que despertara de aquel horrible sueño.
Cuando por fin lo hizo, estaba sudando, sus manos estaban bien clavadas en el colchón, de hecho se quedó impregnada la humedad en las cobijas, se encontraba boca arriba mirando el techo blanco con ornamentos de color dorado, agitado y asustado por lo visto, volvió a tocar su rostro, tapó su boca con una mano y comenzó a llorar.
“Ahora lo entiendo”- pensó- “Ahora entiendo… por que me dijo eso… pero ¿¡Cómo!?... ¿Cómo lo ayudaré?”- tragó saliva muchas veces pensando en que hacer, estaba desesperado… minutos después tomó una muy dura decisión. Investigaría todo sobre aquel Circo Oriental.
Esta genial!!!
ResponderEliminarNo ma...me he quedado con la boca avierta.
Espero ansiosa la continuación.
Escribes muy bien, me ha fascinado la historia...Wow...
ohhhhhhhhhhh asi se habla yoochun ayudalo a el pobre junsu esta muerto y yunho que tuvo que ver con el esta bn padre hasta yo me meti en la historia que miedito lo del payaso uhhhhh que feo continualo plissssss saludos ^_^
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