With All My Heart cap 4

Sentimientos

Calor, eso era lo que tenía. Calor que nacía desde su vientre hacia todo su cuerpo. Calor que le provocaba ansias y excitación.

Calor que le pedía a gritos a su cuerpo que se toque. Que lo toquen.

Sentía un nudo en su garganta que le impedía gemir, le impedía pedir ayuda para dominar esa sensación de ansias. ¿Pero ansias a qué?

“Tranquilo… yo te voy a ayudar” susurraron en su oreja derecha, y la sensación de electricidad recorrió su cuerpo. Aumentando esas ansias en su cuerpo, en especial en su pene semi erecto.

“Calma… calma” seguían susurrando, pero no lo podía ver. Aunque esa voz, esa voz baja, sensual casi erótica le recordaba a alguien.

No pudo pensar quien, pues sintió como sus pantalones desaparecían junto a sus calzoncillos. Dejando en libertad su pene, que gritaba con ansias ser tocado y acariciado por el dueño de esa voz.

Un gemido salió de entre sus labios, su cuerpo quemaba, su cuerpo exigía. Su cuerpo lo deseaba.

“Lo haré… lo haré por ti… solo por ti” le susurraron, mientras unas fuertes manos tocaban la longitud de su pene. Su pene que ansiaba más, que exigía más.

Sus toques eran suaves, casi delicados causándole ganas de gritar, gritar por más. Gritar por él.

“No seas ansioso… hay que disfrutar…” murmuraron cerca a su oído, mientras la punta de su lengua recorría su mejilla eróticamente

El aire se le quedó en los pulmones, sin saber cuánto tiempo estuvo sin respirar giró la cara para buscar esos labios, esa lengua y recorrer su cavidad. Pero no lo encontró

“Déjame besarte, déjame tenerte” dijo porque a pesar de que su cuerpo ya no estaba pegado al de él, ni sus manos recorriendo su pene, sentía su aroma en el aire

Pero no obtuvo una respuesta verbal, sino una respuesta física. Su cuerpo completamente desnudo sobre su cuerpo. Sus piernas buscando un espacio entre las suyas, buscando una intimidad plena. Y a la vez ambas erecciones rozaban una a la otra en un ligero movimiento erótico.

Mientras esos labios pecadores prácticamente exigían abrir los suyos. Su respuesta no se hizo esperar. Y por fin sus manos podían recorrer ese hermoso cuerpo, para aferrarlo más al suyo.

“Te deseo tanto…” susurraba entre besos mientras sus cuerpos parecían conocerse.

Y por fin pudo abrir los ojos, y por fin pudo mirar esos hermosos ojos llenos de pasión mirarlo tan fijamente mientras sus labios y sus cuerpos entrelazados suplicaban por más.

“YooChunnie….” Prácticamente gimió al por fin verlo

“Oh!... Mi Junsu…. Mi Junsu…”

Y fue como si algo hiciera click en su cerebro. Como si despertara del letargo, ¿Acaso ese era YooChun? Acaso estaba gimiendo por su amigo, ¿acaso estaba gimiendo por un hombre?

Parpadeo los ojos con rapidez, mientras una sensación extraña se apoderada de su corazón. Y recién pudo abrir los ojos, abrirlos de verdad.

Para encontrarse ahí postrado en su cama, con su amigo desnudo al lado de él durmiendo plácidamente. Mientras él con una erección que parecía escaparse de sus pantalones. Había estado soñando con él.

Una ligera sensación de decepción se asomó en su corazón al notar que aquello no era real, sensación que desapareció inmediatamente al sentir la vergüenza y miedo por soñar todo aquello.

Casi saltando de la cama, corrió hacia su baño donde cerrando la puerta con seguro. Vio claramente que su cuerpo aun estaba despierto, y supo que la única manera de calmarlo era masturbándose. Lo sabía y no sería la primera vez en hacerlo pero sus manos. Sus manos que habían tocado tan íntimamente a su amigo eran el recordatorio que aquello estaba mal. Muy mal.

Pero aun así lo hizo, aun así se masturbó y no pudo evitar pensar en su amigo, no pudo evitar recordar su textura, su forma, su longitud y su aroma. No pudo evitar recordar su sueño y esas carias imaginarias que muy dentro de él ansiaba que fueran realidad.





-¡¿Qué?! – grito Eunhyuk mientras se levantaba de su asiento ligeramente exaltado.

-Tal y como has escuchado, vamos a venir a Japón – contestó su padre sin si quiera mirarlo. Muy ocupado en sus asuntos

-Pero, ¡Qué demonios!

-Cuidado con tu lengua niño

-Pero me parece tan injusto, acabamos de llegar ¿Por qué irnos tan rápido?

-Porque me han ofrecido algo mejor Hyukjae, además no nos íbamos a quedar en ese pueblito toda la vida – dijo con mirada fría y severa, mientras su hijo tenía las mejillas sonrojadas del enojo -, y no, no me digas nada. Es una decisión tomada esta va a ser tu última semana ahí.

Eunhyuk se levantó de la silla y musito irónicamente – como digas papá- y con paso seguro se marcho de la oficina.

En ese momento aun seguían en Japón, tenían una casa en Tokio ya más tarde estarían de regreso en Corea, para su última semana.

No le faltaban ganas de revelarse, de tomar sus maletas y alejarse de una vez de su padre pero ¿Después qué?. Su padre era un hombre de poder y si él huía estaba más que seguro que lo encontrarían, igual que a Junsu. Ambos estaban marcados por el mismo destino. Y eso realmente le dolía, él quería ser libre. Dedicarse a la danza y viajar por el mundo, lastimosamente su sueño estaba frustrado. Y ahora alejarse de Junsu y YooChun le dolía, ya que realmente había encontrado en ellos verdaderos amigos.



YooChun abrió los ojos lentamente tardó unos segundos reconocer donde se encontraba. Pero no reconocer ese cuarto sería tonto, ya que no era la primera vez que dormía en ese lugar. Movió ligeramente su cabeza y supo que estaba solo.

¿Y ahora qué? Se preguntó aun echado en la cama ¿Decirle la verdad a Junsu o fingir dolor de cabeza?

Porque la verdad es que él no estaba borracho, que a las justas había tomado un par de vasos de cerveza y recordaba perfectamente que habían hecho. A decir verdad recordaba perfectamente que le había pedido a Junsu hacerle.

De repente la puerta del baño se abrió y un Junsu con el cabello húmedo y mejillas sonrojadas salió.

-Junsu – murmuró sin dejar de mirarlo y sintiendo algo despertar dentro de su cuerpo. Y YooChun estaba más que seguro que no solo era excitación.

Junsu prácticamente había saltado de su sitio y lo había mirado algunos segundos para inmediatamente desviar su mirada.

-YooChun – murmuró mientras pasaba su lengua sobre sus labios y un ligero movimiento de sus dedos que confirmaban a YooChun que Junsu estaba nervioso

Un minuto de silencio se hizo presente mientras el mayor no dejaba de mirarlo intensamente pero aun así sin saber que decir.

-Junsu… yo….

-Voy a preparar el desayuno, mis padres no tardan en llegar anda ve y báñate yo… yo estaré abajo- lo dijo velozmente y nerviosamente sin si quiera mirarlo caminando directo hacia la puerta de salida

YooChun saltó de la cama y corrió hacia él. Tomándole del brazo dijo – Junsu, tenemos que hablar

-Lo sé – dijo pero sin si quiera voltear a verlo -, pero… pero primero ponte algo de ropa

Las mejillas de YooChun se sonrojaron al darse cuenta que estaba desnudo y rápidamente soltó el brazo del menor, que al recibir libertad prácticamente salió del lugar corriendo.

YooChun suspiró con rabia, ¿Y ahora qué?



-Cariño, YooChun acaba de llamar dice que dentro de un rato ya está llegando – musito Mr. Park mientras se sentaba al borde de la cama de su esposa

-Genial, ya con él en casa por fin podremos partir el pastel y quiero ver su rostro cuando vea que le hemos comprado – dijo con una sonrisa de par en par

-Yoona ya te dije que ese regalo no le podemos dar, no es de nosotros. Es un regalo de Siwon y Donghae y honestamente es muy caro no puedo recibirlo y…

-Y nada, yo ya acepte el regalo, Siwon quería dárselo él mismo pero ya sabes que YooChun tendría muchas preguntas de quienes son ellos

-Lo sé pero de todas maneras, regarle un carro es simplemente demasiado, solo tiene 16 años. Ya hablé con Donghae y honestamente no me parece normal aceptarlo y él me ha dado la razón

Yoona lo miró divertidamente mientras negaba con la cabeza – por lo que yo sé ustedes ya no se han vuelto a hablar después de eso.

Yoohwan giró su cabeza pero no lo negó. Cuando el día anterior Donghae había llegado con el carro, gracias a Dios YooChun ya había salido con su novia.

-Pero yo quiero regalárselo, bueno Siwon y yo – contestó Donghae ante la negativa de Park

-Entiéndeme, regalarle algo así es demasiado ¿De dónde piensas que va a pensar que saqué el dinero? O Peor si ustedes se lo dan ¿Qué rayos va a pensar? Dos desconocidos regalándole un fabuloso carro.

- Creo que ya es hora de que YooChun nos conozca, ser un par de desconocidos ya no es suficiente al menos no para mí – dijo con mirada seria. Yoohwan sintió como su corazón aumentaba de velocidad. No, aun no estaba preparado para decirle la verdad a su hijo

-Pues es lo único que tengo para darte Donghae, es lo único – musitó sin siquiera mirarlo. Sentía que si se lo decía en su cara no sería capaz de decirle esas cosas

-Es lo único que tienes para darme a mí, solo a mí. Pero si yo fuera Junho todo sería diferente ¿no?, a él si le aceptas todo el dinero del mundo, incluso él paga para que tu hijo estudie en ese colegio. Él paga por todo y no te quejas. Él paga y tú sonríes, él paga y tú… - la frase no concluyó porque YooHwan le había tirado un puñetazo en la cara.

La mano de YooHwan le temblaba, no sabía que era capaz de hacer algo sí y mucho menos a Donghae pero esas palabras le dolían, y sobre todo le dolían porque eran verdad.

Donghae alzó la mirada y por fin YooHwan pudo notar esos ojos llenos de dolor. Él también estaba herido por su rechazo

-YooHwan – musitó – para mí ya no es suficiente, esto que “tenemos” ya no es suficiente.

Sin decir nada más se marchó, llevándose el carro que había traído. Y una sensación extraña se acentó en la boca del estomago junto con el miedo de ser esa la última vez de volverlo a ver.

Más tarde había llegado Siwon con el mismo auto, esta vez Yoona si lo había aceptado y YooHwan no había tenido fuerza de decir ni una sola palabra.



Junsu miraba nerviosamente las escaleras había pasado más de media hora y YooChun no aparecía. Había intentado preparar algo para desayunar pero Junsu no sabía siquiera freír huevos. Toda su vida lleno de empleados lo habían acostumbrado de tener todo listo y si no había empleados siempre podía salir a tomar desayuno. Pero en esos momentos pensar en la comida era lo último que realmente pasaba por su cabeza

-Junsu – de repente dijeron tan suavemente que Junsu sintió como su piel se erizaba

-Intenté hacer algo pe… pero no pude será mejor que tomes desayuno en tu casa yo…

-Ya es casi hora de almuerzo, que coma hoy no me interesa. Lo único que me interesa es hablar contigo por lo de ayer, aclarar algunas cosas

-Yo… este…. – Junsu ni siquiera giraba su cabeza para mirarlo simplemente parpadeó los ojos velozmente mientras sentía su palpitar aumentar

El sonido de un auto estacionarse llamó la atención a los dos. Y Junsu sintió por fin algo de tranquilidad. Sus padres habían llegado, pero lo que él no vio fue la sonrisa ligera que YooChun había dado, esa sonrisa de que algo tenía en mente.

-Junsu ¡hijo!- Exclamó su padre al ingresar con un bolso de mano – YooChun, ¡Feliz Cumpleaños! -Dijo al mirarlo – Sé que con un día de atraso pero ¿Qué tal la has pasado?

YooChun sonrió a su padre y extendió la mano – Muy bien, gracias señor.

-Me contaron que ibas a salir con tu novia, ¿Acabas de llegar?

-Ayer salí con mi novia – contestó con aquella seguridad que lo caracteriza, mientras Junsu sentía como el termino novia le molestaba más de lo normal – pero al final vine acá para estar con Junsu

-¿En serio? ¡Que bueno! Nos preocupaba que Junsu se quedara solo en casa, intentamos persuadirlo para que nos acompañará a Seul pero ya sabes lo terco que puede ser a veces

-Lo sé señor, lo sé - al decir eso una sonrisa se dibujó en su rostro mientras las mejillas del menor se tornaban cada vez mas rojas – Justo estaba hablando con él para que me acompañe a mi casa para el almuerzo. Como ayer salí con mi novia no tuve tiempo para pasarla con mis padres y ahora voy a estar con ellos ¿Quisiera saber si Junsu podría ir con nosotros?

Junsu abrió los ojos de par en par sorprendido ¿En qué momento se le había ideado aquello a YooChun?

-Claro, no hay ningún problema. Aunque eso depende de Junsu

-Él ya ha aceptado – se adelantó en responder YooChun

-Perfecto – respondió Mr. Kim – Por cierto Junsu, dice Taeyeon que la llames y que te espera el otro fin de semana. Ya sabes hijo debes de llamarla

-Eh… si papá – dijo Junsu que captó como el ceño de YooChun se había fruncido al escuchar aquel nombre

-Ya no sé qué hacer contigo, debes de ser mas despierto con las chicas así como YooChun, ya ni sé que numero de novia es – dijo riéndose, sin percatarse las miradas extrañas que YooChun y Junsu compartían.



Donghae se encontraba dentro de su auto a una cuadra de la casa de los Park. Se había prometido a sí mismo no regresar pero a veces uno no dictaba al corazón. Si fuera así él se hubiera casado con la mujer con las que sus padres habían previsto el matrimonio. Pero no, él era diferente. Primero a él le gustaban los hombres y aunque al principio fue difícil ser aceptado nunca nada es imposible, sobre todo si las personas que realmente te importan son las que están a tu lado. Después lo difícil fue enamorarse, sobre todo de quien se había enamorado.

A pesar que había tenido algunas relaciones con algunos hombres jamás había sentido lo que sintió cuando conoció a YooHwan.

Todo empezó hace 5 años cuando su primo Siwon le había confesado que salía con una mujer casada. Él había intentado por todos los medios que su primo se alejara de esa mujer al fin y al cabo el estar casada y con un hijo no era bueno para Siwon. Incluso se había reunido con Yoona amenazándole con contarle todo a su esposo si no dejaba a Siwon, ella solo se había reído en su cara y se había marchado.

Pero no fue la única vez que se había reunido con Yoona, incluso a veces estaba Siwon en esas reuniones donde él siempre hacía hincapié sobre el matrimonio. Fue en una de esas veces que ambos estaban reunidos que apareció YooHwan.

Venia vestido de traje, Donghae notó la mirada seria y esas mejillas que no iban acorde con la seriedad que quería brindar. Él había visto hombres guapos incluso mucho más guapos que YooHwan pero había algo en él que le llamó la atención desde que ingresó al local, algo que lo marcaría para siempre.

Cuando Yoona lo presentó como su esposo. Donghae quería que la tierra se abriera, porque sabía perfectamente que cuando a él le gustaba alguien desde el principio las miradas que le mandaban eran mandadas de mucha carga sexual y erótica.

Sabiendo el nombre de él averiguó donde trabaja, que cosas hacía si practicaba algún deporte si le gustaba la música. Sabía que estaba mal, sobre todo porque él pensaba que Park era heterosexual. Al principio se dijo a si mismo que lo hacía porque quería saber si era verdadera competencia contra su primo.

Y usando su agencia lo conoció, se volvió su cliente y los sentimientos que ya nacían crecieron mucho más. Se maldijo así mismo pero Donghae no era tonto, había notado como a veces sus mejillas se sonrojaban por algún comentario de él o incluso se ponía nervioso ante su persona.

No sabía si contarle sobre sus dudas a Siwon, tenía miedo de aumentar las esperanzas de su primo menor ante una mujer casada. Pero en esos momentos incluso él mismo era un poco egoísta. Fue ahí que se enteró de la verdad, se enteró que YooHwan si era homosexual y que el matrimonio con Yoona solo era para encubrir una verdad y que el solo intentar concebir a su hijo fue una de las experiencias más traumáticas para ambos y por eso solo habían tenido solo un hijo. Que para ellos es un milagro.

Entonces fue ahí donde Donghae supo que tenía que hacer su movimiento. Sin esperar muchos días fue a la oficina de YooHwan donde lo encaró y con la puerta cerrada con llave compartieron su primer beso.

Lastimosamente alguien los interrumpió, Donghae se sentó cómodamente mientras Yoohwan abría la puerta, e ingresò un hombre alto y masculino que respondía con el nombre de Junho

Junho, era Kim Junho. Donghae sabía que ese era el nombre del jefe y mejor amigo de YooHwan, pero lo que no esperaba era que ese mismo hombre era el que lograba no solo mejillas sonrojadas y manos nerviosas en YooHwan sino también lograba esa mirada tan tierna y casi amorosa en sus ojos.

Fue en ese momento que su odio por Junho comenzó.

Entonces ahora ahí sentado en su auto, ver el auto de Junho estacionarse frente a la puerta de los Park lo enojo. De este bajaron YooChun y el hijo de Kim que a diferencia de otras ocasiones estaban demasiado serio entre ambos.

La puerta se abrió y YooHwan salió casi corriendo de su casa, YooChun y el niño Kim ingresaron a la casa despidiéndose de Mr. Kim. Y Donghae vio claramente como YooHwan seguía igual que siempre, mejillas sonrojadas y manos nerviosas. Agradeció estar un poco lejos para no ver su mirada enamoradiza, fue ahí donde notó como sus manos le dolían, tenía el volante del auto fuertemente agarrado. Sin esperar arrancó su automóvil, y supo claramente que ya no podía seguir así. Que cinco años viviendo en la sombra de Junho y a escondidas del mundo ya no eran suficientes para él.




El almuerzo había estado delicioso, pero lo que venía después de eso era lo que no le dejaba digerir bien la comida a Junsu.

Habían subido a la recamara de YooChun quien automáticamente había cerrado la puerta con pestillo, algo que nunca antes había hecho

-Es para que no te escapes – dijo al notar como su mirada estaba fija en la puerta.

Cómodamente se había sentado en la cama, pareciera que a YooChun aquello no le afectara. En cambio Junsu sentía que su mundo se movía lentamente, sentía que en cualquier momento se convertía en un manojo de nervios.

-YooChun yo…

-Déjame hablar a mi primero – interrumpió YooChun – Quiero ser yo quien te diga lo que pasó ayer

Junsu se mordió el labio inferior y desvió su mirada. ¿Qué más podía hacer? A las finales YooChun estaba borracho y él era el único sano ayer, el único que podía pensar “bien”

-Ayer yo te pedí que… que me tocaras – dijo nerviosamente, al parecer la seguridad de YooChun lo estaba abandonando

-Tu… Tú estabas borracho, YooChun quizá no te acuerdas bien… pero

-Estaba algo pasado de copas pero no completamente ebrio, Junsu, era consciente de lo que te pedía así que no creas que solo tú eres el responsable – contestó firmemente pero Junsu seguía sin verlo directamente a los ojos - ¿Quiero saber qué opinas de todo esto Junsu? De verdad quiero saber

-No sé que opinar – Dijo Junsu caminado de un lado a otro – en serio no sé qué pensar, no lo sé. Todo fue tan rápido que no sé

-Yo sé que a mí me gustó Junsu, ¿y a ti? – soltó YooChun

Junsu al escuchar esas palabras se quedó quieto y por primera vez miró a los ojos de YooChun, para encontrarse con que su amigo no le estaba mintiendo. Su corazón se le aceleró y algo dentro de él se movió, algo inexplicable, algo que le gritaba decir la verdad.

-A… a mi también me gustó – dijo por fin y sintió como sus mejillas aumentaban de color, pero no desvió la mirada. Necesitaba eso, necesitaba la seguridad que YooChun le transmitía con solo mirarle

-Junsu-ah – murmuró YooChun que sin dejar de mirarlo se levantó de la cama para pararse frente a él – yo… - y por primera vez desvió la mirada – qui… quisiera experimentar contigo, yo…

-¿Experimentar?

-Si, experimentar cosas como la de ayer, cosas nuevas – dijo YooChun esta vez regresando su mirada a él – mira Junsu, yo te quiero, eres mi mejor amigo y no sé, pero tengo la necesidad de hacer esas cosas contigo, creo que es porque eres el único al que le tengo tanta confianza… yo…

- Yo no sé nada de esas cosas, YooChun, tu eres mucho mas experto con chicas, yo…

-No soy más experto, sé algunas cosas pero… podríamos aprender juntos simplemente para satisfacer la curiosidad ¿Qué dices Junsu? ¿Aceptas?

Junsu sentía que aquello estaba mal, realmente mal. Ambos eran hombres pero YooChun le había dicho que solo experimentarían, aprenderían uno del otro para el futuro, para la próxima chica de ambos.

Su cabeza le seguía gritando que estaba mal pero sus labios soltaron un “acepto”

Los ojos de YooChun se abrieron de par en par y prácticamente lo tiró a la cama mientras lo abrazaba con fuerza.

Entonces fue ahí, cuando estuvo en la cama entre los brazos de YooChun, que quizá no todo estaba tan mal. No cuando YooChun se reía con locura causándole mayor risa a él. Dejando de lado el nerviosismo anterior y la atmosfera de incomodidad

-Junsu- ah – de repente murmuró YooChun

-Mmmm – dijo aun entre los brazos de su amigo

-¿Tú crees que sea muy pronto para darte un beso? – Junsu levantó su mirada a los ojos de YooChun quien con sonreía de lado – no, no lo creo – se respondió así mismo. Dándole un beso ligero en los labios

Casi de un salto YooChun se levantó y eufórico dijo – vamos que quiero probar mi nuevo carro. ¡Maldición! Ni si quiera pensaba que iba a tener un carro antes que tu Junsu, te apuesto a que soy mejor conductor que tu

-Pero si siempre pierdes en video juegos, manejas fatal

-Eso es virtual, cariño, en la vida real soy un as – dijo mientras bajaban las escaleras de la cama

-Lo dudo, lo que pasa es que esa gran frente tuya no te deja pensar bien, el sol te da muy fuerte ahí

-Mi frente demuestra inteligencia, no como tú que tu trasero solo demuestra lo bueno que eres en la cama

Siempre se habían jugado así, pero de repente ese comentario ya no sonaba igual que antes. Las mejillas de Junsu se tiñeron en un carmesí mientras YooChun desviaba la mirada en otro lugar.


-¿Pasa algo? – preguntaron de repente, ambos voltearon para ver a Mr. Park que con el ceño fruncido miraba el nerviosismo de su hijo y las mejillas de Junsu

-Nada papá, vamos a ir a probar el carro – dijo YooChun quien salió disparado por la puerta seguido por un tímido Junsu

-¡Que probar ni que ocho cuartos! Aun ni siquiera sacas la licencia – musitó caminando tras de ellos.

Aunque muy dentro de él, sabía que algo había pasado con ese par. Y aquello le preocupaba a horrores.