Don’t cry my lover cap 13

-¡Hyung!- Saltó a sus brazos al mismo tiempo que se cerraba la puerta, llamando la atención del mayor.
- Changm—

No pudo continuar, el más alto ya estaba sobre él, besándolo dulcemente el los labios. Sin embargo se separó segundos después, al sentir que su Hyung no le estaba respondiendo.

- ¿Pasa algo…?- Preguntó el menor, su rostro preocupado y aún así hermoso. Jaejoong lo miró a los ojos y respiró hondo.
- Changmin, tenemos que hablar…- Le dijo zafándose del abrazo.

Y entonces, el castaño se quedó helado, sus ojos abiertos con sorpresa, sus labios entreabiertos. No es que lo hubiese experimentado antes, tampoco es que lo hubiese visto en esas dramáticas novelas de media tarde. Algo en el ambiente, algo en su corazón le decía que todo estaba mal. No quería entrar en pánico, no quería pensar más, no quería hablar…Pero ¿qué podía hacer? El moreno frente a el lo miraba con tanta seriedad. Tragó saliva he intento alejar todo de su mente, pensando otras opciones no tan dolorosas que pudiesen haber llevado a su a hablarle de tan forma. Quizás Junsu estaba peor de lo que pensaban, quizás estaba rindiendo mal en la escuela por tener que ayudarle con sus exámenes y su padrastro lo regañó…Si, eso era. Quizás no quería más que pedirle que detuvieran sus pequeñas clasecitas.

- Sabes, estos últimos días he estado pensado…- Comenzó el más bajo, sus ojos dejando de a poco los castaños orbes de su dongsaeng. Le era imposible mirarle a los ojos, lo quebraría por dentro.- Estoy cansado Changmin.
- ¿D—De qué?- Preguntó en un hilo de voz, el nerviosismo más que evidente, buscando la mirada de Jaejoong desesperadamente.- ¿Has dormido mal? ¿No te sientes bien….?- Intentó acercarse, abrazarle, pero Jaejoong lo alejaba- ¿Es por mi cul—?
- Si, es tu culpa. Y también la mía.- Lo cortó, sintió su voz temblar un poco, mas se mantuvo firme.- Creo que esto no está funcionando Changmin. Me refiero a lo nuestro.
- ¿Lo nuestro…? T—Te refieres a…- No pudo terminar. Sus ojos cargados de saladas lágrimas miraban con incredulidad al moreno.
- Si Minnie… No puedo con esto, la verdad es que ya no es divertido, ya no me gusta, y—yo ya no te—

No puedo seguir porque el castaño en un rápido movimiento se lanzó sobre él, logrando juntar sus labios con los del mayor en un profundo beso y de alguna forma logró introducir su lengua en la boca del mayor, y pudo sentir ese exquisito sabor otra vez – menta-. Changmin jamás pensó que tal acción podía llegar a ser tan dolorosa. Aún sentía la suavidad de los labios de Jaejoong, aún sentía su corazón acelerado, aún sentía mariposas en el estómago al colocar sus manos sobre el pecho del mayor, y aún podía sentir ese nerviosismo a medida que recostaba al moreno sobre la cama, pero… Dolía.

Jaejoong estaba pasmado, sus labios respondiendo a los del castaño casi por inercia. No quería soltarle, no quería hacerle a un lado. Pero si no lo hacía ahora, luego sería demasiado tarde.

-Changmin, por favor…- Soltó el mayor casi sin aire, al mismo tiempo que empujaba al castaño- No hagas esto más difícil para ti.-
- ¿Para mi? ¿Y que hay de ti, Hyung? Y—Yo pensé…Yo creí que tú…- Tartamudeaba a medida que el moreno se sentaba sobre la cama, obligándolo a hacerse a un lado.
- Pequeño eres demasiado inocente.- Lo cortó, su voz sonando tan fría, tan genuina que hasta el mismo Jaejoong quedó sorprendido- ¿Creíste que te amaba? ¿Qué estaríamos juntos por siempre?

<<.No digas nada Hyung, por favor…No lo digas….>>

- Ya tienes 16 años, ya sabes que esto no es cosa de niños, no hay tal cosa como el ‘y vivieron felices para siempre’, eso sólo pasa en las películas. Yo ya me aburrí de esto, no puedo seguir engañándome a mi mismo, ni a ti tampoco.
- Estás mintiendo, tú no eres así.- Dijo destrozado, llorando sin poder detenerse-
- No Changmin, estoy siendo sincero.- Mintió a duras penas.- Yo ya no te amo.

<<.¿Por qué?.>>




La señora Kim tomaba su café en la sala, la chimenea prendida lograba a penas quitarle el frío que sentía. Aquella conversación que había tenido hace apenas un rato con Jaejoong aún rondaba su mente y la atormentaba. ¿Cómo se abría enterado su hijo? Ya había llamado a la madre de Yoona, y ella prometió no habérselo dicho a su hija. Las ideas se le agotaban. Por alguna extraña razón, no podía dejar de pensar que algo se le escapó allá en casa de su amiga, que algo estaba fuera de lugar. Ya saben, como cuando cuentas un secreto que no debiste – o cuando cuentas algo importante a la persona equivocada.- ¿Quizás Jaejoong estaba en casa de Junsu para cuando eso sucedió? Imposible, fue en horario de clases.

Fue entonces, a penas sus labios probaron un poco de café, cuando oyó un fuerte portazo.

-¿Qué fue eso?- Preguntó un tanto alterada, venía del segundo piso.- ¿Niños, pasó algo…?- Alzó la voz, dejó su taza sobre la mesa y se levantó a ver que sucedía. Caminó hasta llegar frente a las escaleras, por donde venía bajando su hijo- ¿Jaejoong?
- Mamá…- Soltó al toparse con la mujer ya casi en el primer piso. No quiso mirarla a los ojos, no quiso hablarle, así que optó por evadirla y seguir su camino.
- ¿Qué está pasando? Escuché un portazo…- Le hablaba al joven, pero el se empeñaba en ignorarla. Su vista se posó entonces en una mochila cargada de cosas que traía su hijo en la espalda.- ¿Y esa mochila? ¿A dónde piensas ir con eso?
- Me iré a casa de Yunho má, vuelvo en unos días.- Respondió cortante.
- ¿Y se puede saber con el permiso de qui—?
- Me da igual si me dan o no permiso. Me voy.

Fue lo último que escuchó decir a su hijo antes de que saliera cerrando la puerta principal con fuerza. El moreno sin duda estaba enojado. Con su madre por haberle ocultado una verdad tan importante, con su vida por ser tan injusta, consigo mismo por haberle hecho tanto daño a Changmin. Aún le era un misterio el como había logrado contener las lágrimas al ver el rostro destrozado del menor, y como había logrado pronunciar tan frías palabras sin titubear. Necesitaba urgentemente esconderse donde nadie pudiese verle – en otras palabras, ir a la casa de su mejor amigo y desahogarse.- y llorar, gritar, golpear una almohada hasta hacerla reventar.

- ¿Oppa?- La dulce voz de su prima lo hizo despertar y situarse en el planeta tierra.
- Y—Yoona-Casi pegó un grito al notar lo cerca que estaban sus rostros.-
- ¿En dónde tienes la cabeza, tontito?- Lo empujó despacito haciendo una mueca. - ¿Y qué haces tan tarde aquí afuera? - Se alejó un poco de su primo, sólo para notar una mochila colgando de su hombro.- ¿A dónde te vas? –

No hubo respuesta. La morena presintió que algo andaba mal en el momento que vio aquella mochila, era obvio que allí adentro tría una muda de ropa para varios días, y Changmin no estaba con él. Ese era el punto clave de sus sospechas. En la tarde el moreno estaba muy ansioso por volver a casa para poder pasar un buen rato con el pequeño, y ahora resulta que se estaba yendo de casa por varios días, dejando a su novio solo.

-¿Jaejoong, me vas a responder…?- Le preguntó, pero el joven sólo permaneció en silencio.- Mírame cuando te hablo.

El moreno dio un paso hacia atrás y agachó la cabeza para poder ocultar sus ojos, sabía que si su mirada se topaba con la de su prima todo acabaría allí. Yoona tenía esa extraña facilidad para leer sus expresiones, siempre sabía lo que pasaba por su mente con sólo mirar su rostro. La chica entonces se acercó al joven –que estaba tan nervioso que no atinaba a nada más que retroceder un paso por cada uno que diera la muchacha, incapaz de actuar como lo hizo hace unos instantes con el castaño.- Estaba perdiendo la paciencia y la preocupación que sentía estaba llegando a niveles extremos. ¿Qué demonios estaba ocultando?

-¡Jaejoong!- Ambos se sorprendieron al escuchar el grito de una mujer, segundos más tarde, la figura de la señora Kim se distinguía saliendo de la puerta, su rostro angustiado.- ¡Hijo, por favor…!
-¿Tía?....- Soltó Yoona.
- Maldición.- Maldijo el moreno por lo bajo, aprovechando la distracción para darse media vuelta y salir corriendo.
- N—No, ¡Jaejoong, espera!- Gritó la morena dándose cuenta de lo sucedido, pero ya era demasiado tarde.- Se fue…- Suspiró derrotada, para después girarse hasta quedar de frente con su tía.- ¿Qué pasó?- Le preguntó a la mayor.

La señora Kim fijó su mirada en piso, avergonzada, sintiendo como la más joven la miraba intensamente. ¿Qué debía hacer? No podía confesarle todo lo que estaba sucediendo, pero tampoco podía decirle que no pasaba nada – la morena era joven, pero no tonta.- Por otro lado, Yoona estaba más que preocupada, su primo acababa de irse con un bolso quizás a donde, su tía tenía los ojos hinchados y su voz quebrada… ¿Se habían peleado? Lo extraño del caso es que la relación entre Jaejoong y su madre siempre fue muy buena.

- Tía…- Dijo más calmada Yoona, optando por dejar el tema allí, y esperar a que la mujer lo confesara por voluntad propia.- Hace mucho frío, vamos a dentro. ¿si?
- Oh, si…Lo siento, mi niña.- Le dijo, levantando su rostro para fingir una sonrisa y luego caminar hacia la entrada de su casa.- Pasa, pasa…- Le hizo señas con las manos indicándole que entrara.
-Con su permiso tía…- Entró a la casa en silencio, y esperó que la mayor cerrara la puerta de entrada.
- ¿Te parece si pasamos a la sala de estar?- Le preguntó a su sobrina, quien se limitó aceptar la invitación haciendo un silencioso gesto con la cabeza.

Caminaron hasta la sala de estar. Era una gran habitación decorada con colores pastel y muchos cuadros pintados por la mismísima dueña de casa. Las cortinas estaban cerradas y la única luz que alumbraba era una gran lámpara de cristal que colgaba en el centro del lugar. Sin decirse una sola palabra, y sintiendo la tensión entre ambas, se dirigieron a los sillones ubicados en el centro de la habitación y se sentaron frente a frente.

- Ah, Yoona- Suspiró la mujer, cerrando sus ojos, agotada.- Lamento tanto que hayas tenido que presenciar una escena así. ¿Qué te trae por aquí a estas horas? Hace poco hablé con tu madre y no me dijo que vendrías-
- Fue una cosa de último minuto, salí tarde del trabajo. Sólo venía a dejarle un recado del jefe a Jaejoong, pero no tuve la oportunidad ya que… Bueno, no me dirigió la palabra si quiera.- Suspiró, y decidió indagar un poco más acerca de este evento- ¿Por casualidad, se peleó con el Sr.Shim otra vez?- Preguntó de forma muy respetuosa.

Hubo un breve silencio. La mayor apretó los puños, arrugando un poco su falda color pastel. Una triste expresión pintaba su rostro.

- Lo lamento si mi pregunta la incomodó tía.- Se disculpó Yoona al instante.-
- No, está bien, comprendo que estés preocupada por tu primo, y de cierto modo me alegra, quiero decir que se llevan bastante bien ¿no?- Sonrió con amargura.- Jaejoong no se ha peleado con mi esposo, se ha enfadado conmigo.
-Oh…- Soltó la morena en voz baja, sorprendida. Jaejoong muy rara vez se enojaba de esa manera con su madre, la quería demasiado como para hacerlo.
- Hay veces que uno piensa que está haciendo lo correcto, que está protegiendo aquello que más quiere… -Comenzó, arrepentimiento brotando en cada palabra.- Y a final de cuentas resulta que todo termina mal. Desearía poder haberlo hecho de otra forma, Yoona, nunca en mi vida me había sentido tan vacía, y tan culpable.
- Tía…- La menor se acercó a la Sra.Kim, y si decir nada la abrazó con fuerza.- No sé muy bien lo que pasó, y tampoco pretendo que me lo cuente, pero creo que en el fondo, Jaejoong oppa sabe que usted no tenía malas intenciones. Ya volverá, sólo hay que dejarlo ser…-
- Ay, hija mía, si supier—

PAFF

El ruido sordo de algo cayendo fuertemente al suelo resonó por toda la casa, advirtiendo a ambas mujeres sobre la presencia de un tercero.

- Eso vino de la pieza de los chicos.- Dijo la dueña de casa.- Quizás Changminnie se cayó o algo así.- Comentó preocupada, iba a levantarse, pero Yoona la detuvo.
- No se preocupe, yo iré a verle, de todos modos tengo que hablar con él sobre un cambio en los turnos de mañana.- Le sonrió- Cualquier cosa le avisaré, pero por ahora sería mejor que descanse. ¿Si?-
-Muchas gracias, eres un ángel.
- No hay de qué, sólo quiero que sepa que la estimo mucho tía.

Se despidió rápidamente y subió las escaleras en el menor tiempo posible. Cuando estuvo frente a la puerta de la habitación de los chicos, se detuvo. Sollozos, escuchó sollozos provenientes del otro lado de la puerta. Era Changmin, de eso no cabía ni la menor duda, la pregunta era: ¿Por qué? Decidió abrir la puerta con cuidado. Lo primero que divisó fueron un monto de cuadernos desparramados, y una lámpara en el piso, la ampolleta rota y un grueso libro de algebra sobre aquello. Luego, sus ojos viajaron hacia el borde de la cama…

Su corazón se detuvo por unos instantes.

El castaño estaba sentado en piso, su espalda apoyada en el borde la cama, y sus brazos abrazando con fuerza sus rodillas. Su corbata estaba olvidada unos metros a su izquierda, su camisa abierta. Sus mejillas estaban mojadas, y de sus ojos rojos no dejaban de brotar saladas gotas de agua.

-¡Changminnie!- Gritó aterrorizada ante las escena.- Dios mío.- Corrió rápidamente hacia el menor, cerrando de golpe la puerta tras ella, advirtiendo así al menor de su presencia.
- ¿N—Noona?- Dijo a penas en un hilo de voz, girando su cabeza en dirección a la chica.
- Changmin, ¿qu—qué te pasó?- Preguntó sentándose frente al castaño.- ¿Por qué…?
- Noona…Y—Yo…- Intentó el pequeño, mas el hipo no lo dejaba articular bien las palabras.- Yo…No quiero seguir…Viviendo…- Las lágrimas caían más y más rápido, como cascadas.- No puedo…Debería, debería terminar con esto de una … de una buena vez..- Dijo mirando sus muñecas, marcas de pasadas heridas aún eran visibles.
- ¿Pero qué cosas dices?- Lo cortó, y lo tomó por las mejillas.- Mírame a los ojos.-

Le pidió imperativamente, elevando un tanto su voz. El pequeño sin embargo evito la mirada de la mayor.- Shim Changmin, mírame a los ojos.-
- Yoona…- Murmuró un tanto asustado, sin embargo hizo caso a la petición, encontrándose con un par de orbes castaños que lo miraban con suma preocupación.
- No quiero oirte decir eso nunca jamás. ¿Me oyes? Nunca jamás vuelva si quiera a insinuar suicidio.

<<.Eso…Me recuerda a mi Hyung….>> Pensó mientras miraba a la morena. Su piel blanca, sus lindas y rosadas mejillas, poco a poco su vista fue perdiéndose es recuerdos…


-Hyung…- Fue lo primero que salio de los finos labios de Changmin cuando diviso el rostro del rubio.- ¿No…No estoy muerto?- Preguntó intentando incorporarse.- Arg…Me duelen las muñecas…
-¡Claro que no estás muerto, estúpido!- Soltó sin pensarlo- Cortarte las venas no te va a matar tan fácil, menos conmigo cerca.-Dijo, y se sentó en la cama para ayudar al pequeño a sentarse también.
- Jaejoong hyung…- Pronunció otra vez, su voz quebrándose de dolor, encima estaba mareado.- Estás…Estás llorando….
- Yo… ¡Pues claro que sí!
- Lo siento…Yo estaba deprimido, mis notas no son buenas, mi hermana estaba de cumpleaños hoy y yo no la pude salvar….Y además yo…No quería ser una molestia, mi vida es inútil y sólo se causarte problemas y hacer que te den castig—
-¡Cállate estúpido!- le dijo tomándolo con los hombros, sin embargo teniendo un poco de cuidado de no dañarlo ni zarandearlo mucho.- ¿No piensas en ti mismo alguna maldita vez?
- Yo…-
- Me preocupaste… ¿Crees que fue muy lindo encontrarte medio muerto en el baño?
- Pero tu me dijis—
- Al diablo lo que dije. No lo decía en serio, sólo estaba enojado… Nunca más vuelvas a hacer algo tan tonto como intentar suicidarte ¿Vale?-


- Noona, yo…Lo siento tanto…- Rompió a llorar y se lanzó a los brazos de la chica, quien respondió de inmediato, un tanto sorprendida por el repentino cambio.- Soy un tonto…Yo le prometí, a mi Hyun—Hyung, que no haría nada como…ashhh, soy un desastre- Sonrió con amargura, sin dejar de llorar.- Necesito hablar con alguien…
- Ya sabes que yo estoy aquí para ti Changminnie.- Le dijo acariciando su cabello de forma maternal.
- ¿Neh…?- Preguntó entre sollozos- ¿Puedo…Llorar un momento…así?- Se sonrojó un tanto ante su interrogante, si no le gustasen los hombres se sentiría muy incómodo, con su rostro apoyado en el pecho de la joven, la situación era bastante comprometedora.
- Llora todo lo que quieras, no tienes porqué contarme todo de una sola vez, cuando te sientas listo dime ¿de acuerdo?

El más joven asintió, siguió derramando lágrimas por un buen rato, mojando por completo la camisa de Yoona, quien por su parte sólo se limitaba a acariciar el la espalda de su dongsaeng. De cierta forma se sentía un tanto mejor, al menos lo suficiente como para poder hablar ya más tranquilo. Dicen algunos que es mejor no hablar cuando se está sufriendo, pero el es de la idea de desahogarse y llorar como las chicas de los doramas que tanto le gustaban a su hermana.

- ¿Ya te sientes mejor?- Preguntó ella al ver que el chico levantaba su rostro y se alejaba un tanto de su cuerpo. El joven asintió levemente- Ven, sentémonos en la cama mejor.-Le dijo y ambos se ubicaron en el borde del mueble.- ¿Quieres que hablemos, o lo dejamos para otra ocasión?
- No…Ahora esta bien…-Respondió. Y tomó aire…- B—Bueno, lo que pasó fue que…- Su voz temblaba y las lágrimas brotaban sin control.- Jaejoong Hyung terminó conmigo.
- ¿ QUÉ?- La muchacha casi saltó de la impresión.

Aquello no podía ser verdad. Hacía menos de dos horas el moreno le hablaba entusiasmado de lo mucho que amaba a Changmin. ¿En qué momento se había desencantado? ¿Qué habría pasado?

- Es cierto, el me dijo que estaba a—aburrido de mi, que nunca me amo…que…que…-No pudo seguir.
- Changminnie lo siento tanto..
- Noona, de veras no entiendo nada, hace poco estábamos tan bien, tan felices…-

Era un domingo por la tarde. Habían decidido dejar el estudio de lado para ir a perderse a la sombra de un gran árbol ubicado en ese pequeño parque a sólo unas cuadras de su casa. Jaejoong miraba el horizonte, su espalda apoyada en el gruso tronco del árbol, mientras que el su pecho descasaba la cabeza de su pequeño Changmin, sus brazos rodeando posesivamente la cintura del menor.

-Me gustaría que todos los días fuesen así- Suspiró el castaño – Está tan tranquilo, y lejos de esa horrible casa.- Un puchero adornó su bello rostro.
-Sí…- Soltó el mayor-¡Oh, mira! Se está poniendo el sol- Comentó, su dedo índice apuntando hacia su izquierda. Ambos jóvenes se giraron para poder apreciar dicho suceso.

Frente a sus ojos se encontraba una pequeña laguna, rodeada por árboles y flores de muchos colores. El sol iluminaba las copas de los árboles y bañaba el cielo de un hermoso amarillo crepúsculo, un paisaje digno de ser plasmado en tela y colgado en el Louvre. Changmin no sabía realmente si existían si quiera palabras para poder describir aquella escena, se sentía lleno, completo, pleno, y junto a Jaejoong, era como el paraíso.

-Estoy tan feliz de estar aquí contigo, Changminnie…-Dijo el moreno, acercando aún más al pequeño hacia su cuerpo, escondiendo su rostro en el cuello del chico, respirando esa exquisita fragancia que le había dejado su shampoo. Mango. –Me gusta como hueles.
-Hyung, me haces cosquillas- Rió sonrojado- Pero gracias por el cumplido.
- ¿Estás usando el que yo te regalé?- Sonrió
- Sí, me gusta mucho. Gracias Jae Hyung.-
- Ya basta, no me digas ‘Hyung’, por favor, me haces sentir como esos viejos pervertidos que abusan de niños menores de edad.-
- Pero, tú si eres un adulto pervertido y yo si soy un menor de edad- Bromeó el menor.- Pero “You can not rape the willing”*-
- ¿Y se supone que debo entender eso?- Dijo haciendo un puchero, su voz sonando falsamente ofendida.
- No puedes abusar de aquel que lo desea… ¿no crees? Sería tonto si la víctima lo disfrutase, no sería violación, Hyung.
- Eso fue tan… ¿mata pasiones?- Se burló Jaejoong.- Neh, Minnie- Comentó luego de unos minutos de silencio- Ya se puso el sol. Este momento es perfecto.
-Lo sé, pero para mi, cada momento que estoy contigo es perfecto Jaejoong.- Le sonrió, al mismo tiempo que se giraba para quedar entre las piernas del moreno, manos en su pecho y rostros a sólo respiro de distancia.-
- Changmin…

Se miraron a los ojos, perdiéndose el uno en el otro. Jaejoong tomó el rostro del castaño entre sus manos, acariciando sus tibias y rosadas mejillas con sus dedos. El pequeño sonrió y cerró sus ojos, disfrutando la caricia, esperando a que los suaves y rosados labios del moreno se posaran sobre los suyos en un tierno beso. Lentamente Jaejoong posó sus manos alrededor del cuello del joven, y las manos de este último se aferraban con fuerza a su camisa, sus cuerpos cada vez más juntos, el beso cada vez más profundo.

Changmin abrió su boca tras recibir una suave mordida en su labio inferior, dando paso para que la tibia lengua de Jaejoong explorase su boca. Poco a poco, paso a paso, el mayor fue recostando a su pareja en el césped, no perdiéndose sin embargo la suavidad, la ternura y la inocencia del acto.

-Jae..- Soltó en un suspiro cuando sus bocas separaron (mas sólo unos milímetros para poder tomar aire)
- Minnie- Dijo, sus miradas conectadas, mejillas rosados, labios rozándose.- Te amo.
- Prométeme que estaremos juntos por siempre.
- Lo prometo…


La habitación estaba bajo un silencio sepulcral, lo único que perturbaba la paz eran los sollozos que Changmin inútilmente intentaba acallar.
-El me lo prometió…- Su voz temblaba, su corazón dolía con cada palabra, cada recuerdo…- Me dijo esas cosas tan lindas, me pidió que le creyese, y yo lo hice Noona, lo hice…Le creí…Y me duele, me duele tanto…


<<.Jaejoong ¿Por qué?.>>

Continuará….♥