- sé que quieres la Fuente Arkhaika y que necesitas el emblema de la raza híbrida y su sangre para entrar en Gizeh… - extendió el pergamino que llevaba en sus manos… - domina esto y tendrás acceso a criaturas malignas que te obedecerán, podrás sembrar caos, dominar el mundo y ni el Gen de Dragón podrá enfrentarte… - Yoo Hwan esperaba en verdad que su plan funcionara, por ello se mostraba temerario, libre de toda emoción, su mente vacía de todo sentimiento por los suyos…
- interesante, debo admitir… - Michael se paró ante el adolescente, pero no tomó el pergamino que se le extendía… - pero he aprendido a no confiar en nadie, ni siquiera en el vasallo más fiel… - Tulkas se movió incómodo a su lado, sintiendo un dolor a la altura del corazón… - la traición va de la mano con la cautela, así que, vamos a entrar juntos… - se hizo a un lado e hizo una reverencia… - tú por delante…
Yoo Hwan esperaba aquello, y de hecho estaba en su plan. Caminó por la llamada Calzada de los Muertos en la ancestral ciudad de Teotihuacan, yendo directo hacia la Pirámide del Sol, la peculiar arquitectura ocultaba en lo profundo de sus entrañas una Cámara donde se encuentra el Velo de la Muerte.
Tulkas encendió las antorchas dispuestas a la altura de medio muro alrededor de la Cámara, iluminando la habitación en cuyo centro se encuentra la tarima de piedra sobre la que reposa el arco de piedra antigua resquebrajada por el pasar del tiempo, y donde el velo de la muerte pende inmóvil.
- increíble, por siglos nadie logró interpretar la correcta ubicación del Velo, siempre que intentaban entrar en cualquier Cámara de las diversas pirámides del mundo, éstas se negaban a abrirse. Me sorprende tu ingenio, Yoo Hwan… - el ojiazul caminó con prudencia en torno al velo, admirando con sigilo las inscripciones de escritura itálica en los bordes de la pilastra, los muros cincelados con figuras de bestias y otros jeroglíficos cuyo significado eran un misterio… - también lograste traducir el hechizo que lo activa?
- solo tienes que leerlo… - el adolescente extendió por segunda ocasión el pergamino. Pero nuevamente Michael no lo tomó.
- léelo tú mismo… - ordenó con tono mordaz, no despegando sus ojos de los del chico, sabía que intentaba leer su mente, pero nada encontraría en ella. Tulkas miraba minuciosamente el velo, demasiado tranquilo para no temerle.
- “Con letras muertas y vestigios del pasado, Él llegará investido en su magnificencia a proclamar como propio lo que oculto está en el hermano gemelo de la doncella fiel, visto solo por ojos místicos a través del espejo universal estaré el reflejo del encanto”…
Tras cada una de estas palabras cambios comenzaron a producirse sobre la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna, un rayo de polvos dorados emergió de la luna y otro de brillos plateados del sol, encontrándose al medio de la calzada de los muertos y de cuya fusión resultó un líquido de color turquesa que se absorvió en el suelo para brotar en una línea circular en torno a la pilastra del velo.
- “despierta lo abominable y libera sobre el mundo sus peores entrañas, nacidas de la Naturaleza pero corrompidas por la ambición <.Avaritia fidem, probitatem, caeteres artes subverit.>… -
El velo comenzó a ondear suavemente. Aullidos y murmullos arrojados comenzaron a provenir desde el interior de éste, una última frase debía ser pronunciada para que las puertas de aquella dimensión se abrieran y la prisión en que criaturas infernales han permanecido por siglos caerá.
Pero Yoo Hwan no tenía pensado terminar el hechizo, lanzó una onda de energía que consumió el fuego de la cámara casi en su totalidad, dejando apenas luz para distinguir la silueta de Michael y Tulkas, hechicero que se movía entre las sombras pero que en cada eclipse lunar se ve sometido a la voluntad de la luz, atado a ésta por mínima que sea. El menor Park se movió tan rápido como pudo, necesitaba un solo ataque preciso para lanzarlos a ambos al interior del velo, ya que con el hechizo hasta ese punto nadie puede salir, pero si entrar.
Concentró toda su energía mágica en una ráfaga que lanzó contra los magos, pero solo escuchó una carcajada burlona salir de la garganta de Michael. Que con solo levantar la mano se cubrió con un escudo telepático en donde rebotó su ataque.
- me crees tan estúpido y débil para caer en tu trampa, sólo eres un chico ingenuo… - lanzó una onda telepática que retumbó en la Cámara e hizo que Yoo Hwan se estrellara de espaldas contra un muro, arrancándole un gemido de dolor… - ahora tu hermano no deber tardar en llegar, y a cambio de tu vida y la de tus padres no podrá negarse a servirme… - el menor Park sintió las manos ásperas de Tulkas levantarlo tomándolo por el cuello, presionando su garganta, cortándole la respiración.
Se había equivocado… había hecho justo lo que Michael quería…
Cuatro fuentes de polvos de distintos colores aparecieron en la cámara.
- Yoo Hwan… - el pelinegro ni siquiera pensó, simplemente movió su mano apuntando hacia Tulkas, y al girarla hacia un lado, el hechicero fue expulsado lejos de su hermano.
- no tan rápido, Park Yoochun… - el ojiazul atrajo al menor Park con su poder telequinético, antes de que el pelinegro hubiera podido dar siquiera un paso más. Tulkas poniéndose en pie como si nada hubiera pasado.
- Michael Fox… - murmuró con rencor el pelinegro.
Minnie se había acercado directamente a la pilastra, iluminando con una antorcha las inscripciones, buscando el último indicio sobre la ubicación de la Fuente Arkhaika y su relación con Nemetos Nertomárus y el propio velo… y por ende, la raza híbrida.
Junsu, Jae y Yunho a lado de Yoochun, los cuatro frente a Michael y Tulkas, listos para atacar o defenderse. El líquido alrededor de la pilastra levantándose con finos hilos que se movían como tentáculos en torno al velo.
- adolescentes con coraje y determinación… - Michael tenía a Yoo Hwan levitando a su lado, asfixiándolo con su poder telepático lentamente.
- deja a mi hermano, ahora!... – ordenó el pelinegro, la sangre hirviendo, sus ojos marcados por una sombra que al pelirrojo le recordó lo penetrante de la de aquel dragón en el lago.
- claro… como quieras… - sonriendo con sorna, el ojiazul hizo levitar a Hwan cerca, muy cerca del velo… - en verdad deseas que lo suelte…
- no!!... – porque de hacerlo, su hermano entraría en el velo… - qué es lo que quieres?... – cuestionó, a pesar de saber la respuesta…
- a ti… - respondió con simpleza, sin apartar a un Yoo Hwan…
- no… Yoochun… no lo hagas… - habló su hermano con dificultad, sintiendo cómo el oxigeno entraba menos a sus pulmones…
- de acuerdo… -
- Chunnie… - murmuró con temor el pelirrojo, mirando a su novio de reojo, no bajando la guardia…
- Yoochun… - habían pronunciado a la vez Jae y Yunho…
- lo tengo… - soltó de pronto el menor. Atrayendo la atención de Michael.
Los cuatro chicos aprovecharon ese instante de distracción y atacaron. El más ágil era Yunho, así que se movió con impresionante velocidad y saltando sobre Yoo Hwan alcanzó a evitar que cayera en el velo cuando Michael lo soltara al verse flanqueado por tres distintos hechizos. Pero era más experimentado y peligroso, y no estaba solo, acompañado por Tulkas, atacaron al unísono a Yoochun lanzándolo contra un muro, causando un terrible golpe que casi lo dejó inconsciente. Y Junsu enardeció por ello y explotó su ira en una lluvia de fuego que se cernió sobre los magos oscuros, los hilos levantados en el hierática se movieron ahora buscando tomar a todo aquello que respirara en la habitación.
Era una defensa del velo, una última memoria del poder de los Arkhaikos que Yunho viera en aquella visión retrospectiva, hilos de agua sagrada que defendían la quimera del velo de la muerte ahora profanado pero no concluido. Hilos mortíferos que se liberaron atacando a todos los presentes, Michael y Tulkas evadían aquello con relativa facilidad, Jae y Junsu también esquivaban a tiempo cada embestida, pero Yunho, Yoo Hwan, Yoochun y Minnie estaban teniendo algunos problemas al respecto, los hermanos Park porque se encontraban debilitados, el moreno por ser mago clase 3 y el menor porque parecía ser el blanco principal de tal acometida.
- debe ser porque descifraste las inscripciones… - el pelioscuro trataba de mantenerse cerca de Yunho, para protegerlo dado que los hechizos que su novio usa no tiene poder suficiente para contrarrestar los hilos de hierática.
- hay que irnos… - el pelirrojo ya estaba a lado del pelinegro, ayudándolo a mantenerse en pie, pero Yoo Hwan y Minnie estaban más alejados, prácticamente acorralados contra uno de los muros al lado contrario.
- tráelo… - Tulkas obedeció el mandato de Michael, levitando se acercó hasta el YooSu, atacó al pelirrojo para que se separaran.
Y obtuvo éxito, puesto que ambos chicos terminaron saltando a lados opuestos al esquivar el ataque del encapuchado y a la vez burlar los hilos… o al menor haberlo intentado, Junsu fue sujetado por brazos y piernas y jalado hacia el velo. Yoochun vio con temor a su novio siendo llevado hacia aquel manto oscuro y sin dudarlo se levantó lanzando ráfagas al por mayor emanando desde sus manos, mismas que cortaban cada hilo que se acercaba a él. El pelirrojo se movía tratando de librarse, pero los amarres absorbían parte de su magia con cada intento. Michael observó con detenimiento el actuar de esos dos en particular.
- amor… es la cosa más absurda… pero una excelente aliada… - los hilos seguían chocando contra una barrera telepática, pero él mismo sentía cómo poco a poco era debilitada… pero quería esperar un poco más, ver de lo que era capaz Yoochun…
El pelinegro lanzó ráfagas hacia los hilos que tenían apresado a Junsu, justo cuando estaba a poco menos de medio metro del velo. El pelirrojo suspiró con alivio y al disponerse a bajar de la tarima de piedra, una onda viniendo desde Michael lo impulsó hacia atrás. Pero no cayó en el velo…
Porque Yoochun lo había tomado de la mano y había tirado de él lanzándolo hacia delante, sus miradas se cruzaron unos instantes… antes de que nuevos hilos enredaran al pelinegro y lo empujaran dentro.
- Chunnie… - murmuró con los ojos abiertos de par en par por temor, mientras caía al suelo y veía cómo su novio desaparecía dentro del velo.
- Junsu… - había sido lo último que murmurara el pelinegro, con la mano estirada como pretendiendo tomar la de su novio, pero todo desapareció de su vista cuando entró en el mundo dentro del velo de la muerte.
Podría ser que el tiempo se haya detenido, que su corazón se hubiera congelado, que todo sea un sueño, una terrible pesadilla. Pero el grito lastimero que salió como un lamento desde su garganta le hice saber al pelirrojo que era la cruenta realidad.
- Chunnie!!...
Todos se habían quedado impresionados por la desaparición del pelinegro tras el velo, pero se estremecieron como si la muerte hubiera rondado entre ellos cuando escucharon el grito desgarrador de Junsu. Y los hilos de hierática parecieron calmarse con su lamento, porque volvieron a formar el círculo en torno a la pilastra, sin moverse, tranquilos, como el propio velo.
Yoo Hwan estaba en shock, había ocasionado la muerte de su hermano?
Junsu no dejaba de gritar, había incluso intentado subir a la pilastra y entrar en el velo, vaya a saber dios con qué intenciones claras. Solo quería estar con Yoochun. Pero Jae lo había alcanzado a abrazar por la espalda y alejarlo, pero se removía insistentemente entre sus brazos tratando de liberarse, sin parar de gritar el nombre de su novio, llorando con gruesas lágrimas que resbalando por sus mejillas marcaban el dolor albergado en su alma. Podía sentir el tatuaje en su espalda arder y era como una brasa que quemaba su corazón.
Michael maldijo por lo bajo, eso no estaba en sus planes, perder al mejor postor por el Gen de Dragón. Vio a Yoo Hwan salir de su asombro y buscar el pergamino del hechizo por todas partes, hasta localizarlo en el suelo a unos metros de él. Se acercó y lo tomó con temblorosas manos. Era cuestión de proferir el último verso del hechizo y las puertas del velo se abrirían y su hermano volvería… junto con las criaturas infernales… pero eso no importaba… no… solo traer a Yoochun de regreso.
Pronunció aquella última frase… pero nada pasó…
- es imposible… - escucharon al menor hablar… Junsu aún luchando contra Jae, considerablemente más débil… - una vez que un alma pura ha caído dentro, el velo no abrirá las puertas de esa otra dimensión… -
- de qué estás hablando?... – cuestionó el moreno, Yoo Hwan arrugó el pergamino entre sus manos, sintiendo una punzada en el corazón… había matado a su hermano… el pelirrojo miró con rencor a Minnie.
- de lo que está inscrito en la pilastra… - pero no pudo seguir hablando, Junsu se había zafado de brazos de su hermano y directo hacia él había ido, tomándolo por el cuello…
- te equivocas, Chunnie volverá… él no puede… él volverá… - sus lágrimas marcando nuevamente esos surcos en sus mejillas, el dolor marcado en sus ojos, sintiendo cómo su rencor volvía a sucumbir ante la pesadumbre… Minnie bajó la mirada. No se había equivocado, el hecho de que no pasara nada cuando Yoo Hwan pronunciara la última frase lo demostraba.
- lo siento… - murmuró. Y Michael sintió que entonces nada tenía que hacer ahí. Aunque aún tenía la sensación de que algo faltaba, ni siquiera se molestó en atacarlos, en deshacerse de ellos… presentía… que los necesitaba con vida y unidos… y despareció junto con Tulkas.
- debemos irnos… - el moreno se acercó a Jae, tomando su mano, sabía que esto era muy difícil para Junsu y Yoo Hwan principalmente. Pero… nada ganaban con quedarse, o si?
- Junsu… - el pelioscuro caminó cauteloso hasta él… - hermano, vamos… -
- No!!... – pero el pelirrojo se negó rotundamente, alejándose de su hermano, caminando como bestia enjaulada, retrocediendo con enajenado mirar, sintiendo el dolor de la pérdida del amor de su vida llevándolo a la locura.
- Junsu ah… - el moreno también trataba de acercarse, de conseguir tomarlo entre sus brazos y protegerlo, aunque sabe ahora nada podría aliviar ni mitigar el dolor de su cuñado.
…………………….
- cómo está?... – preguntó el castaño, llegando a la Mansión Kim al siguiente día. Se había enterado por Minnie de lo acontecido… y le dolía que el pelirrojo sufriera.
- duerme… es mejor mantenerlo sedado, es un golpe muy fuerte para él… - el pelioscuro tomaba una taza de té para tranquilizar sus propios nervios. En casa también estaba Yoo Hwan, a quien también mantenían sedado la mayor parte del tiempo, porque cuando despertaba siempre intentaba hacerse daño, culpándose insistentemente de la pérdida de Yoochun.
- quisiera haber podido ayudar, tal vez si hubiera estado ahí…
- no… tenía que pasar… - cortó el pelioscuro. Su novio viniendo de la habitación de Yoo Hwan…
- se ha tranquilizado, duerme profundamente… - el moreno se sentó a lado de su novio, entrelazando su mano con la de él.
- tus padres lo saben ya?...
- no… no he encontrado el momento ni la forma de hablar con ellos, soy el mayor, ni siquiera debería haber permitido que todo esto pasara…
- no fue tu culpa, JaeBoo… - trató de tranquilizarlo su novio. Ha visto la tensión a la que se ha visto sometido con todo esto. No sabe si en cualquier momento su Boo también colapsará…
……………………..
Escuchaba en sus sueños que su nombre era repetido una y otra vez como un llamado que hacía que el corazón se le agitara y la ansiedad recorriera cada palmo de su ser. Era una voz conocida, pero igual triste y lejana… y a su mente solo llegaba un nombre también, susurrado con dolor entre sus labios…
- Chunnie… - el pelirrojo se movía en su cama con doseles entre sueños… tenía una sensación que se concentraba en su espalda, pero no era precisamente que el tatuaje, ahora apenas visible, le ardiera… era algo diferente, algo que divergía desde dos puntos en sus omoplatos… - Chunnie… - Junsu despertó sobresaltado, la frente y el pecho cubiertos de sudor, la respiración acelerada… pero una idea clara en sus pensamientos. Bajó aprisa hacia la estancia, donde su hermano, Yunho y Kenryu le miraron con sorpresa… no se supone que despertara aún… - lo escuché… él me llama, puedo hacerlo volver… -
- Junsu… - el pelioscuro suspiró, sabía que en cualquier momento esa fase llegaría, podía notar una alegría brillando en los ojos de su hermano… pero era imposible… estaría ya en los límites de la locura? Cómo diría aquello a sus padres?...
- no, Jae, no me mires así, no he enloquecido, es verdad, Chunnie me llama, puedo sentirlo, debemos volver a la pirámide… -
- Junsu ah… - el propio castaño sintió su corazón acongojarse al observar al pelirrojo en aquél estado…
- no me miren así, carajo, les estoy diciendo la verdad, no es como si les estuviera hablando de algo imposible, somos magos… - argumentaba en un intento desesperado por ser comprendido… -
- creo que tiene razón… - el menor se apareció ahí con un escrito en la mano… - había unas inscripciones en al medio del arco, no las había comprendido hasta ahora… - Minnie dejó el papel sobre la mesa, era su perfecta caligrafía… -
“El velo de la Muerte se convirtió en la entrada sin retorno hacia una dimensión donde la magnificencia y el pandemónium se combinan. Todo ser que caiga cautivo pasará la eternidad en un mundo donde no necesitarán comer pero padecerán hambre, sentirán sed más no requerirán el líquido vital, querrán dormir pero Morfeo jamás los visitará, vivirán cada segundo en una interminable perpetuidad… y solo podrán ser liberados por Donus Magicus Arkhaikos”
Leyeron todos sobre el papel, siguiendo la voz del menor.
- técnicamente todo mago clase 5 viene a ser un arkhaiko, porque dominan los poderes más antiguos, la telequinesis, la telepatía, la orbitación, el control sobre los elementos… todos a la vez, pudiendo tener un poder casi ilimitado… Yoochun es uno de ellos, así que es muy probable que por el pacto que hiciste con él desde hace meses sus poderes y los tuyos se hayan fusionado como lo hicieron sus almas, de manera que él puede comunicarse contigo a través de los llamados sueños telepáticos… - explicaba el menor sin despegar su vista del pelirrojo… - la cosa es… si puedes sustentar una proyección astral y entrar en el velo de la muerte para traerlo…
- claro que puedo… - soltó sin pensar, decidido a todo, seguro de poder hacerlo…
Jae abrió la boca listo para refutar, pero… tenía que apoyarlo, creer en él, después de todo Junsu siempre ha sido así, arrebatado pero seguro. Así que prefirió guardarse ese otro comentario pesimista que se perdió en sus pensamientos.
- no irás sin antes practicarlo… - fue su manera de apoyarlo.
……………………….
Dos días después.
Jae, Yunho, Minnie, Kenryu, Yoo Hwan y Junsu estaban al frente de la Tarima del Velo, donde éste ondeaba apenas ligeramente, la hierática pasiva formando un venero alrededor de la pilastra.
Jae sintió un frío recorrer su espina dorsal y un vacío acudir a su estómago… la ansiedad de la expectativa… Junsu seguía escuchando, ahora con más ímpetu, su nombre en voz del pelinegro, y su corazón se emocionaba por ello. Pero debía concentrarse.
Se colocó a un par de metros del velo en posición de flor de loto, relajó su cuerpo y abrió su mente, era momento de probarse a sí mismo qué tan poderoso es. Cerró los ojos y unos instantes después una nueva figura apareció delante suyo desprendiéndose de su propio cuerpo… su proyección astral, él mismo, vestido completamente de blanco, sus pelirrojos mechones más brillantes y todo su cuerpo emanando un brillo tenue como si todo su ser resplandeciera con tonos escarlata. Con paso firme comenzó a avanzar hacia el velo, lentamente acercó una de sus manos sin llegar a tocarlo. Los otros cinco conteniendo prácticamente el aliento.
De espalda de su proyección, a la altura de sus omoplatos comenzaron a nacer un par de llamas… literalmente… pronto los demás observaron como esas llamas se transformaban en alas… alas de fuego con una gran longitud, bellas a la vista, iluminando la cámara con su luz, llenándola de calidez. Justo entonces las alas se extendieron por completo, agitándose graciosamente un par de veces en tanto sus pies descalzos se despegaban del suelo y de un solo impulso entraba en el velo sacudiéndolo ligeramente.
El Junsu real permanecía sentado concentrado como en una profunda meditación. Su respirar parsimonioso, sus ojos cerrados. Los minutos pasaron y los chicos comenzaron a impacientarse y a temer, aún cuando el pelirrojo tenía sus signos vitales estables.
De pronto, una sacudida violenta en el velo arrojó a los dos. Uno de ellos brillaba con debilidad, el otro emanaba un extraño vapor negruzco.
- no se acerquen… - escucharon al Junsu de la proyección hablar cuando los cinco hicieron el amago de ayudarlos… - aún no ha terminado… - se puso de pie con un poco de dificultad, entonces se dieron cuenta de que sus alas parecían estar apagándose y que el vapor que emanaba de Yoochun parecía estar conectado al velo por miles de hilos que se confundían con la forma de un manto vaporoso.
Una vez de pie, la proyección astral se consumió y el Junsu real volvió a la conciencia, se le veía agotado y tenía la respiración un poco alterada. Se acercó a su novio y levantando su mano apuntó hacia él… - curtare illuminati… - un haz de luz dorada salió de la punta de sus dedos y los hilos comenzaron a romperse, volviendo entonces al velo, y los que habían estado prendados al pelinegro se desvanecían hasta evaporarse. Junsu redirigió su mirada al velo y exclamó… - sigilum perpetuus… - un haz plateado emanó de la palma de sus manos y chocó contra el velo… miles de hebras se formaron y entretejieron en el velo que ahora adquiría un matiz plateado…. – ahora ya nadie puede entrar o salir del velo… - murmuró antes de desvanecerse por el cansancio.
Inmediatamente ambos fueron llevados a la Mansión Kim, porque es de todas las casas de magos la más segura, y Jae se sentía aliviado de saberlos de vuelta, aunque aún tenía explicaciones que dar a sus padres.
Yoochun fue dejado en la habitación que suele ocupar cuando está ahí, y Junsu naturalmente estaba en la suya, descansaban en sueños, pero se les veía sonreír, como si supieran que estaban juntos de nuevo.
- Boo, también deberías descansar, estos días casi no dormiste… - el moreno le acariciaba el cabello, sentados en un sofá de la estancia. Minnie había vuelto a su casa, aún trabajaba en algunas traducciones. Kenryu igual se había ido, y Yoo Hwan estaba con su hermano esperando a que despertara.
- estoy bien, no quiero dormir antes de que despierten… - dejó que su novio lo acercara a su pecho, donde se recargó y escuchó el latir tranquilo del moreno… - me relajo mejor estando aquí contigo….
- de acuerdo… - aceptó con una sonrisa, volviendo a acariciar sus cabellos oscuros. Seguro de que eso terminaría por arrullarlo, necesitaba descansar… - Te Amo Boo…
En la habitación de Junsu, éste despertó, y se encontraba solo, pero no le importó, supuso que todos estarían cansados, así que salió de su cama con el corazón latiéndole a mil por hora y fue directo hacia la recámara que su novio ocupa, sabía que estaría ahí, simplemente lo sabía. Abrió la puerta con cuidado y sintió su corazón calmarse cuando lo vio conversando con Yoo Hwan.
- Junsu… - pronunció con una radiante sonrisa al verlo, no tenía ni un minuto que acababa de despertar y estaba respondiendo apenas a su hermano sobre cómo se sentía…
- Chunnie!!... – el pelirrojo se lanzó a sus brazos, realmente emocionado de tenerlo a su lado, de poder abrazarlo, de sentir su calor, de ver su sonrisa, de escuchar su voz…
- mi delfín… - el pelinegro lo estrechó con fuerza, oliendo su aroma, sintiendo su respiración… y su humedo llanto mojar su hombro…
- no vuelvas a irte sin mí… - dijo entre sollozos, aferrándose al cuerpo de su novio.
Yoo Hwan supo que en ese momento estaba de más, ya tendría tiempo después de hablar con su hermano, sabía que ahora esos dos necesitaban su espacio. Después de todo… así es el amor. Y salió sin ser notado por el YooSu que ahora se besaba con ternura.
- no quiero que me dejes nunca… - volvió a hablar el pelirrojo, su novio besando sus lágrimas… - aún si mueres, quiero morir contigo, Chunnie…
- jamás permitiré que eso suceda… - el ratón enmarcó el rostro de su novio y le miró directo a los ojos… - el día que tengamos que morir, será por la edad, te prometo que nunca, nunca permitiré que ningún poder mágico te arranque de mi otra vez, porque no importa dónde esté, sin ti no tiene sentido… -
- Te Amo, Chunnie… - sonriendo, besó otra vez los labios de su ratón, sintiendo sensaciones diferentes al acoplarse en una danza suave y tierna, más allá de la primera vez que probó su boca, era… algo inexplicable, simplemente difícil de describir, porque había experimentando la sensación avasalladora de perderlo.
- y yo a ti, delfín… - y sus manos comenzaron a acariciar la espalda de su novio, sintiendo la necesidad de saberlo suyo.
Y Junsu deseaba lo mismo, por eso se entregó en nuevas caricias a su novio, olvidando por completo que no están solos en casa. Le sacó la camisa a Yoochun con dulzura, acariciando la piel expuesta bajo sus dedos, demarcando después cada músculo en ese cuerpo, memorizando cada centímetro de su textura. El pelinegro le miraba con las mejillas sonrojadas, igual que las de su novio, le inspiraba un amor que jamás imaginó siquiera, revestido de ternura, de deseo, de alegría, de una y mil cosas más.
Junsu volvió a sus labios, saboreando lentamente el roce de sus lenguas, sintiendo la humedad de su beso alimentar la pasión latente en sus cuerpos. El pelinegro le sacó la playera y deslizó su boca por su cuello, probando como aquella vez en que se entregaran por vez primera, sintiendo su corazón saltar en su pecho con más emoción cada que escuchaba un suave gemido escapando de la garganta del pelirrojo.
Se abrazaron otra vez, sintiendo un corrientazo eléctrico cuando sus pechos desnudos se encontraron, besándose con más urgencia, con más pasión, sus manos acariciando la espalda del otro sugestivamente.
- Chunnie… quiero sentirte… - susurró el pelirrojo en el oído de su ratón, mordiendo suavemente su lóbulo, perdiéndose en su cuello donde comenzó a lamer.
Sintió que era recostado sobre la cama, y el cuerpo de Yoochun se posicionaba sobre el suyo, sin dejar de besar aquí y allá. Disfrutándose lentamente, con toda la ternura de la que eran capaces en medio de ese fuego apasionado que los consumía hasta que se desnudaron por completo.
El ratón llevó sus dedos a la boca del delfín, éste respondió chupándolos y lamiéndolos con el rostro colorado, gimiendo de ves en cuando porque el pelinegro no dejaba de atender su erección acariciándola furtivamente, sonriéndole lascivamente. Después llevó uno de sus dedos a la entrada del pelirrojo, sería la primera vez que le haría el amor, y se sentía ansioso de poder sentirse dentro ya. Comenzó a hacer círculos, veía en la expresión de Junsu el inevitable dolor de la intromisión, se mordía el labio inferior para evitar cualquier gemido de incomodidad. Más tarde un segundo dedo se movía en su interior, la sensación de dolor comenzando a mezclarse con ligeros destellos de placer. El tercer dedo se agregó… y no mucho después estaba listo para que su novio lo penetrara. Y se lo hizo saber con una sola mirada.
Yoochun apartó sus dedos, se acomodó entre las piernas del delfín y colocó su erecto miembro en su entrada, bajó hasta la boca de su novio y lo besó con pasión mientras se adentraba en él, sintiendo cómo gemía entre el beso y se movía incómodo bajo su cuerpo. Se quedó quieto cuando llegó al fondo, esperando a que se acostumbrara, besando su rostro, hablándole al oído, acariciando su erección para darle un placer que lo distrajera del dolor. El pelirrojo movió sus caderas contra él para indicarle que estaba listo, y comenzó a embestirlo con suavidad, gimiendo por lo bajo cada que las estrechas paredes apresaban por completo su erección, sintiendo su calidez recorrerlo en cada estocada.
Y volvía a sus labios para saborear de ese manjar que era la boca de Junsu, y se apegó a su cuerpo cuando el ritmo se aceleró incentivado por los gemidos roncos del pelirrojo, quien se abrazó a su espalda, sus rostros uno frente al otro, mirándose con los ojos entreabiertos, excitados al tope, besándose cada tanto, el pelirrojo le marcó el cuello cuando las embestidas se hicieron más profundas y placenteras.
Estaban cerca del orgasmo, cuando de los omoplatos del pelirrojo volvieron a emerger las alas de fuego extendiéndose a los lados, haciendo que se levantara un poco en tanto el ratón seguía embistiéndolo, era algo peculiar y maravilloso, era como hacer el amor con un ángel de fuego, SU ángel de fuego. Y las alas se desplegaron para plegarse alrededor de ellos, dejándolos en una especie de capullo, en donde sus gemidos eran lo único que se escuchaba, sus nombres pronunciados con frenesí, sus besos candentes más intermitentes, el calor concentrándose en el bajo vientre de ambos, la estocada culmen, la explosión de su encuentro en la semilla de ambos liberada, Yoochun derramándose en el interior de su delfín, éste corriéndose en sus torsos.
El ratón le besó otra vez, más calmado, mientras sentía como las alas de su novio se desplegaban una vez más y el pelirrojo se dejaba caer sobre la almohada, respirando laboriosamente, con el rostro colorado, una sonrisa de satisfacción en su boca y sus manos acariciando el cabello del ratón, apoyado en sus manos, viéndolo de frente ligeramente sobre su cuerpo, agotado también, pero sobre todo, feliz de saberlo suyo, como él le pertenece a su delfín.
- eres un ángel de fuego… - murmuró…
- que cosas dices, Chunnie… - sus alas desaparecieron, tal vez por su vergüenza, ni siquiera sabía que eso podía hacerlo, ni siquiera se había dado plenamente cuenta de que aparecieron…
- te amo, Junsu ah… - y se besaron otra vez…
……………………..
Corría por la colina cuesta arriba, como todas las mañanas de fin de semana, con el fresco viento acariciando sus mejillas y moviendo su castaño cabello. Todo lo que había pasado lo llevó a reflexionar y a darse cuenta de que era egoísta de su parte no seguir adelante solo porque sus sentimientos no eran correspondidos. Así que retomó su rutina, y ahora ejercitaba para espabilar cualquier mal recuerdo.
- alto!... – escuchó una voz familiar ordenarle desde algunos metros a su izquierda. El chico paró y volteó para encontrarse con aquélla persona apuntándole directamente con arco y flecha… su corazón parecía ser el blanco de aquel tiro…
buenisimo
ResponderEliminarhace tiempo que esperaba que lo actualizaras
quede de piedra en este capo
pense que yoochun murio casi me da un infarto
esta super bueno
espero que lo continues pronto
ya que tu fico es adictivo
amoooooooooo el yoosu
KIAAAAA!!!! AMIA continualo amo tu fic ...!!!!...es el primer fic q leo q mis xicos tengan poderes..y me encanta ...ahhhh casi muero cuando pense q yoochun habia muerto ..un poco mas y lloro ..pero el lindo de Su lo salvo..como lo quiero...y si me encanto el lemon del yoosu más este ...es q me gusta chunnie de seme..es tan sexy asi..(tienen un pañuelo ..derrame nasal aproximándose..xd!!!)..bueno continualo ..no me dejes con las ganas ...
ResponderEliminarBye amia...VIVA EL YUNJAE Y EL YOOSU!!!!
lo ame sigue adelante ^^
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