Dirty Pleasure's cap 2

El sonido de su pausada respiración llegaba a sus oídos de forma que le molestaba. No estaba sentado tan cerca de él pero aun así lo podía oír. No se molestó en observarlo cuando tomó la taza para beber de ella el café que había servido, el mismo que sirvió pensando que Sang Woo iría a visitarlo para hablar sobre el guión.

Se cruzó de brazos sin poder siquiera disfrutar de su propia taza de café al sentir su presencia.

—¿Tienes leche? —Shim preguntó, dejando que la mirada del moreno recorriera su rostro. Pero las palabras ni siquiera alcanzaron a salir de entre sus labios, cuando Shim se puso de pie en dirección a lo que sería la cocina, como si aquel departamento fuera el suyo.

YunHo revolvió sus cabellos con algo de molestia. Esperaba que se fuera pronto del departamento, pero parecía que pasarían muchos minutos antes de volver a sentir la paz de la soledad. Si ya saber que tendría con él una relación en el drama le causaba un gran dolor de cabeza, peor era tenerlo en su departamento, paseándose como si nada.
Con pesadez se puso de pie para ir tras él, no tenía de otra que aguantarlo hasta que se largara.

—No pensé que fueras tan callado —comentó el más alto. Y es que desde que llegó, YunHo no había pronunciado palabra alguna.

—No lo soy —y eso lo hizo sonreír, sin dejar que YunHo lo viera al darle la espalda mientras vertía la caja de leche sobre un lechero y así calentar el líquido—. ¿Me entregarás las llaves? —cargó su peso en el borde del mueble tras su espalda sin dejar de mirar al otro, que con su pregunta volteó también para mirarlo.

Sus labios se separaron para dejar salir un suspiro acercándose a YunHo, que sin duda alguna su cuerpo se tensó al tenerlo tan cerca, y cuando vio que la mano derecha de Shim se acercaba a su rostro, miró sus ojos que, pasivos e inmutables, parecían también tener la mirada sobre él. Dispuesto estaba a golpearlo, cuando vio que ahora no era solo su mano sino su cuerpo, y más su rostro, los que se acercaban. Pero sus brazos, que cruzados aun estaban sobre su pecho, no se movían. Pedía casi a gritos poder moverse, pero nada, simplemente la mirada del que era unos centímetros más alto que él lo tenía estúpidamente preso.

Y cuando creyó que se atrevería a besarlo, cuando su respiración ya chocaba contra sus labios, sintió como si un barril de agua fría se derramara sobre su cuerpo.

—Tenía razón, es aquí donde guardas las tazas —y más estúpido se sintió por su pensamiento cuando escuchó la loza sonar y él alejarse cuando ya tenía lo que había buscado—. Y dime, ¿qué te hizo querer firmar el contrato? Por lo que decían, pensé que no querrías ser partícipe del drama, solo porque tendrías de amante a alguien de tu mismo sexo.

¡Bingo! El chico tenía razón, y si que la tenía. No era homofóbico –según él —pero no podía estar tan cerca de un homosexual. Pero, ¿cómo decirle que fue traicionado por su propio representante quien firmó por él? Sería algo vergonzoso decirle aquello, y estaba seguro que Shim se reiría en su cara. Antes de articular alguna palabra, cambió su postura, dejando ambos brazos a cada lado de su cuerpo para quitar la tensión de segundos antes. Su garganta carraspeó antes de hablar.
Shim tomó tranquilamente el tarro de café instantáneo, abriéndolo para echarle la cantidad exacta de café a la taza para que fuera un perfecto café con leche.

—Un reto —fue lo primero que se le ocurrió, y ver la sonrisa y esa risa que soltó Shim cuando volteó a mirarlo lo hicieron desear golpear ese rostro.

—¿Un reto? Eso suena a excusa —siguió burlándose solo con su sonrisa antes de tomar otro sorbo de la taza.

—Excusa o no, no deberías de pasearte por mi departamento como fuese tuyo —hastiado ya de él, caminó pasos de vuelta al living para sentarse y encender el televisor, queriendo así ignorarlo y que el chico se largase de una vez.

—Tienes razón, pero pronto me verás muy seguido por aquí, así que no será tan diferente —lo siguió, quedándose de pie detrás del moreno para observar también el televisor aunque no llamaba para nada su atención.

Algo familiar le resultó una pequeña caja delgada al lado del televisor pantalla plana. Sin tener ni el más mínimo respeto al quedarse de pie frente a la pantalla tapándole la visión al moreno se giró. Mostrando esa agraciada sonrisa.

—Así que tenías unas de mis películas. De verdad pensaba que no te gustaban las cosas de este género —abrió la delgada caja y el DVD no se encontraba ahí.

—No son mías —se excusó—. Sang Woo me las pasó pero no las he visto.

—¿De verdad? Entonces… ¿por qué no está el DVD? —dejó la caja abierta, expuesta a los ojos de YunHo, que al parecer ya no tenía que excusa dar.

—No…

—¡Woh! Y también tienes la primera que grabé —tomó la otra caja y la abrió sacando el DVD para ponerlo en el blue ray, encontrándose con la otra película que lo hizo sonreír.

—¡Hey deja eso! —le ordenó el moreno al darse cuenta de sus intenciones.

—No seas pesado. Si ya viste la otra, no te molestará ver esta, ¿verdad? —se sentó al lado del moreno y le dio Play al video.

Pero no, definitivamente eso no quedaría así. Él no quería ver la película así que no la verían. Le arrebató al chico el control de entre las manos y éste forcejeaba casi sobre YunHo para tenerlo de vuelta, peor poco duró esa posición.

Una melodía conocida interrumpió a YunHo en el momento que pretendía detener el video, observando como el más alto sacaba un aparato negro de su bolsillo izquierdo, contestando inmediatamente. Pero antes de eso, YunHo no se dio cuenta de que Shim había fruncido el entrecejo y no pretendía contestar, pero pensó que debía hacerlo.

—Solo me entretuve en el camino —dijo, mirando detenidamente a YunHo con una sonrisa que le molestó al mayor —. Uhm. Si, ya me voy.

Por lo corto que fue la llamada y la forma en que Shim había contestado, YunHo dedujo que quizás sería su novio, porque novia no tenía por donde. Entonces… ¿qué demonios seguía haciendo ahí en su departamento si solo tenía que darle el guion y marcharse?

—Aquí está el guión —de su bolso sacó unos papeles dejándolos sobre la mesa de centro—. Ya me voy. Lástima que no pudimos ver juntos la película. Aún así me gustaría escuchar tu opinión, así que ve la película y me lo comentas cuando nos volvamos a ver —YunHo no estaba dispuesto a ver dicha película. Detuvo el video pero la imagen que mostraba la pantalla no le agrado para nada, era mucho para él, así que lo mejor fue apagarlo.

—No veré nada. Si ya te vas hazlo luego, deja bien cerrado antes —dijo, tirándose una vez más sobre el sofá, masajeando su sien con sus dedos.

—Claro —respondió Shim. Y cuando YunHo escuchó sus pasos acercarse, corrió la mano de su rostro y lo que vio fue el rostro del chico demasiado cerca del suyo.
El sonoro beso en su mejilla fue el detonante para que perdiera la paciencia, tomando del brazo del menor y sacándolo casi a patadas del departamento. Shim en ningún momento dejó de sonreír, por muy fuerte que fuese el agarre en su brazo que hasta quizá dejaría su piel de un tono morado después.
—¡Bye, bye! —escuchó que gritaban desde afuera y, para cuando recordó el juego de llaves, el chico ya no estaba en el pasillo. Justo el ascensor se había cerrado con un sonriente Changmin despidiéndose con mano alzada.

—Maldición —carraspeó, volviendo a su departamento para fijarse en el guión, el cual tenía una pequeña nota firmada por Shim Changmin.

“Nuestras escenas son las más ardientes. Espero que no te excites tanto y cometas una locura frente a todos.”

Con desesperación rompió el papel en miles de pedacitos sin siquiera dejar que uno cayese de su mano para tirarlos todos a la basura.


Al siguiente día, el actor homosexual no se presentó en el estudio. Fue una conmoción su ausencia, pero su manager había llamado avisando que el chico estaba enfermo, siquiera él mismo se había presentado para dar anuncio de aquella noticia y ponerse al tanto de las cosas por parte de Shim Changmin, cosa que no todos creyeron, sobre todo YunHo.



Después de que las puertas del ascensor se cerraran Changmin volvió a sacar el celular de su bolso marcando un número que sabía ya de memoria.

—Joong Ki, ¿en dónde estás? —caminó con prisa para tomar un taxi para que lo llevase a su departamento.





—¿YunHo? ¿Ya te entregaron el guion? —Sang Woo no evitó esa risita que puso casi en estado de histeria al actor.

—¿¡Por qué demonios enviaste a ese imbécil!? ¿¡Y por qué demonios le diste las llaves!? —gritaba YunHo con el aparato en el oído, mientras hacía gestos al aire. Sang Woo no dejaba de reír.

—Vamos YunHo, no te molestes. Verás a Changmin muchas veces. Hasta creo que no será la única vez que vaya a tu departamento y sin tener las llaves —canturreó, caminando por su propio departamento—. Además, estaba muy ocupado, no podía ir.

—Agradece que sea tan blando contigo. Te lo dejaré pasar, pero no quiero que vuelva a suceder. Por muchas cosas estúpidas que pasen por tu cabeza, no lo vuelvas a enviar acá. Y que te devuelva las llaves, no quiero que les use.

Sang Woo, luego de responder afirmativamente, colgó, tirándose a la cama. Estaba exhausto después de la reunión tan poco amistosa que había tenido.





La molesta luz de la tarde causaba una gran molestia a sus ojos, que acostumbrados estaban a la oscuridad luego de haber dormido profundamente. Ya eran las 2 de la tarde y él aun permanecía en la cama. Aún después de dormir por unas 10 horas, todavía se sentía agotado.

—Ya es tarde —comentó el hombre que se paseaba por la habitación, corriendo el ventanal para que entrara aire fresco a la habitación. Estando en el decimo piso era una dicha el aire que soplaba a esa altura.

El chico se removió entre las sabanas que poco ocultaban su cuerpo desnudo. Trató de incorporarse para mirar al hombre que se había sentado a su lado.

—Son más de las 2 de la tarde y aún estas durmiendo —al escuchar la hora mencionada se terminó de incorporar, despabilando el sueño que aun sentía.

—Demonios, ¿por qué no me despertaste antes? La reunión…

—Llamé avisando que estabas enfermo. No es como si se fueran a enojar por tu ausencia —sonrió.

—Me duele el cuerpo —se quejó volviendo a recostarse—. ¿Acaso estabas en abstinencia? Nunca lo habíamos hecho tantas veces. Ahora por tu culpa estoy así —volvió a quejarse—. Merezco un masaje —sonrió, mirándolo y moviendo sus cejas para que el otro aceptara.

El mayor no se rehusó, indicándole con un gesto que se volteara, comenzando a deslizar sus dedos por la espalda y hombros de Changmin.
El masaje y los precisos toques en su piel no fueron impedimento para que volvieran hacerlo como dos conejitos.

****
Había cosas del menor que desconocía. A pesar de que aquella relación que tenía no era nada formal ni sentimental, le agradaba estar con él. El esconder en un secreto que… se revolcaba con Shim Changmin y lo hacían como dos conejitos en plena faena de celo era algo que nunca revelarían ni hablarían del tema. A pesar de que eso lo tenía más que claro, le molestaba de igual forma ver las escenas pasionales que Changmin actuaba con otros chicos. Cómo gemían y pedían más de él, mientras Changmin no fingía el gozo que sentía cuando los tomaba fuertemente y los penetraba una y otra vez. Verlo cerrar los ojos concentrándose en el placer y hundirse mas y mas en é. Aunque no lo demostraba, o eso pensaba, era posesivo cuando se trataba del menor. Aún así no decía ni hacía nada.
La noche pasada, luego de entrar al departamento de Changmin y al no encontrarlo ahí, decidió esperar, pensando mientras donde se encontraría. Changmin nunca, desde que comenzó su carrera como actor de pornografía gay, nunca había tenido una pareja fija. Si quería sexo, para eso lo tenía a él.

Miraba y miraba el reloj. Odiaba tener que esperar y ver que las manecillas de su reloj pulsera solo habían avanzado unos míseros 5 minutos, lo desesperaba. Hasta que no pudo evitarlo y lo llamó. Siquiera sonó más de dos veces y el chico contestó, por lo que escuchaba claramente Changmin estaba en algún hogar de un tercero. Trató de tranquilizarse, le preguntó en donde se encontraba recibiendo como respuesta palabras que no le parecieron para nada, y su tono de voz fue más grave al preguntarle si se iría pronto a su departamento, disimulando que ya se encontraba ahí esperándolo.

Al colgar casi descarga su ira contra su celular cuando pretendía tirarlo contra la pared, pero no, no podía hacer eso. Se tiró sobre el sofá a esperarlo, pero la espera sería demasiado y qué mejor que ver una de las tantas películas que habían en la repisa, para alejar la idea de que Changmin había ido a revolcarse con alguien más, mientras él muy ocupado había estado en una reunión. Buscó algo nuevo entre la colección del chico que no era precisamente películas Disney.
En aquella repisa solo se encontraba una que otra película de ciencia ficción, las propias del actor, conciertos, discos musicales y… eso era nuevo. Y el personaje de la tapa era muy conocido. ¿Cómo no molestarse con algo como lo que tenía entre las manos? ¿Qué hacía Changmin con un video pornográfico hétero? Donde el actor de la portada era precisamente el chico con el que actuaria en el dichoso drama, que no hacía más que ponerlo de mal humor luego de saber más o menos que tipos de escenas grabarían. La chica que saldría no era para nada una molestia. Sabia de ante mano que ChangMin no optaba por las chicas, por muy necesitado de sexo que se encontrase.

El sonido y el vibrar de su celular lo volvieron a la realidad de su fantasía en que YunHo tomaba de forma agresiva al menor mientras poseía su cuerpo en penetraciones abruptas. Changmin lo llamaba, y tampoco esperó a que sonara más de dos veces para contestar.

Tampoco hablaron mucho, solo se sentó a esperar a que llegase, y la verdad es que no tuvo que esperar mucho para ello escuchando el tintineo de las llaves y la puerta abrirse y cerrarse. Vio al chico ingresar al departamento, tirando al sofá el bolso que llevaba. Tampoco esperó mucho para devorar los labios algo secos de Changmin, mientras lo abrazaba de manera posesiva. Pero ChangMin nunca tomaba en cuenta aquello, correspondiéndole inmediatamente al sentir la lengua de Joong Ki querer indagar su boca. Sintiendo las impacientes manos del mayor querer arrebatar su ropa de una vez.

Cabe mencionar que Joong Ki descargó toda su frustración en el cuerpo de ChangMin haciéndolo incontables veces -luego de que su mente se fuera a la mierda con tanto gozo- por todo el departamento. Escuchando los tan estimulantes gemidos del menor y la sarta de palabrerías que le decía para que se lo hiciera más y más fuerte. Eso le encantaba de ChangMin, que era tal y como era sólo con él, sólo en su presencia. Sólo a él le decía esa larga lista de palabrerías cuando se le subía la calentura a la cabeza.
****



YunHo revisaba el guión más profundamente, contento de que las escenas de él y ChangMin no salieran aún, por lo menos en lo que era el primer capítulo. Sólo tendría algunas apariciones con la actriz que haría el papel de su esposa, y era ella quien saldría en algo atrevido con el homosexual. Por ahora no grabarían hasta mañana.




—Que aburrido —comentó ChangMin cuando entre sus manos tenía el guion leyéndolo por tercera vez. Joong Ki lo miró algo quisquilloso—. No hay escenas buenas, solo apareceré con esa chica —Joong ki frunció el entrecejo. La obvia importancia que desbordaban los poros de ChangMin por YunHo era algo de lo que no quería darse cuenta.

—Me sorprendió que quisieras participar en esto cuando en realidad no tendrías sexo con Jung ni con esa chica.
Changmin, sobre el sofá, se encogió de hombros prestándole muy poca importancia a eso y subió las piernas para cruzarlas.

—Si quiero sexo puedo obtenerlo de otra forma —si no fuera porque Joong ki lo conocía demasiado bien no se daría cuenta que aquello lo dijo teniendo algo en mente.

—¿Te interesa? —ChangMin de inmediato depositó su mirada sobre la del mayor.

—Te refieres a su cuerpo, ¿verdad? —sonrió—. ¿Te has fijado en su representante? Sang Woo —el puño de Joong Ki se cerró queriendo por instantes golpearlo.

Obsesión era lo único que podía sentir. El poseer al menor le había causado tanta obsesión que para cuando quiso alejarse ya era demasiado tarde. Su cuerpo le causaba tanta satisfacción que cualquier otro cuerpo no le podía causar. Esa piel morena que mostraba cuando no abotonaba los tres primero botones de sus camisas. Esos marcados músculos en sus brazos cuando eran días calurosos y usaba poleras sin mangas, o esos pectorales cuando salía de la ducha con una toalla amarrada a su cintura.

Era tanto lo que divagaba por su mente, que hasta ChangMin al verlo concentrado en alguna tontera de su mente se puso de pie para ir por algo de beber a la nevera. Joong ki no quiso hablar nada mas aquella tarde, en poco tiempo se había marchado queriendo alejar los celos en los que solía hundirse.


Unas delgadas y lindas piernas se dirigían con pasos moderados al ascensor. Los blancos dedos de la chica presionaron el botón del piso al cual deseaba dirigirse. Esperó con algo de impaciencia a que llegase al noveno piso, mirando el reloj pulsera bastante costoso que se situaba en su muñeca izquierda. Jugaba con sus dedos, haciendo un sonido cuando sus uñas tocaban la carpeta entre sus manos. Su cabello era hermosamente castaño, con ligeras ondas, dándole realmente un toque femenino y fino a su rostro. Sus labios delineados perfectamente para esa sonrisa.

Las puertas del ascensor se abrieron. Sus pasos impacientes se dirigieron a la gran oficina de aquel piso.

—Hola Hye Ri —saludó a la secretaria, la cual devolvió el saludo con una sonrisa en los labios.

Abrió lentamente la puerta de aquella oficina inspeccionando el interior. No parecía haber nadie dentro, eso era lo que pensaba. Caminó desganada hasta el escritorio y dejo la carpeta de su informe –que ni siquiera debía entregar hoy- sobre él, junto con muchas carpetas mas.

—¿A qué se debe esta visita? —la chica dio un brinco por el repentino abrazo que recibió a sus espaldas.

—¿Es que acaso no puedo venir a ver a mi jefe? —preguntó ella, girándose para ver la sonrisa sobre esos labios que miraba como si desesperase por besarlos.

—Mmm…. Siendo su jefe algo así es realmente extraño. Yo diría que desea algo mas, señorita Da Jee —afirmó el hombre de vestimenta formal, demasiado elegante para ojos de cualquier mujer. Inclinándose hacia adelante para dejar a la mujer sentada sobre su escritorio, quien sonrió y lo abrazó del cuello para acercarlo a su rostro.

—CORTEN! —el director de acercó a la pareja.

—Jee Yeong no debes abrazarlo del cuello —comenzó a recordarle.

YunHo los observaba atentamente con el guión sobrando en una de sus manos. La escena le había resultado patética pues él debería de ser el que estuvieses ahí. El chico, el tal Shim ChangMin no tenía los dotes que el poseía para escenas como esa cuando se trataba de mujeres. Pero luego le tocaría a él, aunque no fuese nada parecido. Ahí le demostraría cómo un verdadero hombre debería de actuar teniendo a una mujer como Jee Yeong.