Sin alas que protejan: Capitulo 11

Changmin miraba la fotografía que se había tomado con Jaejoong el día que no fueron a clases y salieron de paseo. Sonrió.

~FLASH BACK~

-Oye... Changmin- Habló un sonrojado Jae.
-Dime...-
-Anoche... ¿Te gusto?-
-¿Qué si me... ¡JAE!- Reclamó con notable vergüenza. -¿Porqué me preguntas esas cosas?-
-Jajajaja... es broma, es broma- Rió nerviosamente.

~FIN DE FLASH BACK~

-Jae...- Tomó la fotografía entre sus manos y suspiró. -...Perdóname por ser tan cobarde...-
Miró el reloj, marcaban las 7:21 pm. Pronto llegaría y no quería estar ahí cuando eso pasara. No tenía nada planeado con Jae para ese día, así que iría al lugar de siempre. Tomó una chamarra y salió.
Al llegar se sentó bajo un árbol y se dispuso a leer un buen libro de misterio y suspenso.
-Que buen libro- Escuchó.
-¿Hu?-
-¡Hola!-
-Ha... Hola, Jun- Respondió con una sonrisa.
-¿También te gusta el suspenso?- Preguntó entusiasta.
-Si, de hecho es mi genero favorito-
-El mio también-
-...¿Enserio?...- Un escalofrío recorrió su espalda.
-Si, de hecho tengo mi autor favorito-
-¿Stephen King?- Preguntó ocultando su emoción ya que ese es su autor favorito.
-¿Hu?...No. Mi favorito es alguien más antiguo, se llama Edgar Allan Poe-
-Ha... ya veo- Se desanimó.
Jun le miró seriamente por unos segundos y su curiosidad le hizo preguntar.
-¿Changmin?-
-¿Si?-
-¿Qué te paso? ¿Por qué tienes esos golpes en la cara?-
Changmin le miró dudoso, aunque esas marcas purpura hayan disminuido de tamaño todavía eran notorias.
-Tuve un accidente-
-¿Un accidente?-
-Si... Me caí- Mintió.
-¿Te caíste?- Le miró intrigado y arqueó una ceja.
-Si, pero ya no me preguntes más, por favor-
-...Esta bien-
Hubo un silencio momentáneo, Jun se sentó a un lado de Changmin.
-Oye Changmin. Aquel día en el hospital...-
Changmin le miró.
-¿Que hay con ese día?-
-¿Como es que me diste valentía en esos momentos? ¿Acaso eres una especie de mago o de brujo?-
-Jejeje... Por supuesto que no. Yo no te di valentía, fuiste tu mismo quien se la dio-
-¿Tu crees?-
-No, no lo creo. Lo sé-
El menor sonrió y miró al cielo.
-Creo que lloverá otra vez-
Changmin también alzó la vista y pudo notar un cielo amenazantemente gris.
-Wow...-
-Creo que es mejor que me valla-
-¿Te vas?-
-Si, aparte de que creo que va a llover... me he salido sin el permiso de mis padres y no quiero que se enojen-
Changmin le sonrió.
-Esta bien, pero no hagas eso ¿Que tal si los llegas a asustar con tu ausencia?-
Jun le miró y sonrió.
-Jeje, Ok ya no lo haré pero no me regañes. Nos vemos-
-Nos vemos-
...
Changmin había regresado a su casa y se percató, para su máxima fortuna, que no había nadie. Vio esa la oportunidad perfecta de poder andar libre por su casa.
Encendió el televisor mientras fue a la cocina a prepararse algo para comer.
Era tanto el silencio y el poco ruido que hacia en sus movimientos que sin quererlo escucho atento un reportaje de las noticias.
El dichoso reportaje sonaba así:
“Esta tarde se registro un enfrentamiento entre dos bandos armados con armas de fuego. Las causas se desconocen hasta el momento pero vecinos allegados a los hechos confirmar y dicen estar cien por ciento seguros que el enfrentamiento se debe a problemas con drogas. Hasta el momento no hay ningún detenido. Se espera los protagonistas de estas hazañas sean detenidos y juzgados como marca la ley”.
Changmin salió de la cocina con un plato con ramen y una soda. Se sentó frente al televisor y cambió de canal. Un programa cómico fue lo que necesitó para desatar unas cuantas carcajadas, Min no recordaba la ultima vez que rió tanto pero sin embargo esta era una de las mejores.
De tanto reír terminó acostado en el suelo. “Si alguien en estos momentos me viera pensaría que estoy loco o algo así” pensó. De pronto su mirada se desvió a un librero donde residía la colección de libros de su padre, si algo le tenía que agradecer era que le había inculcado a la lectura, en especial a sus géneros favoritos de terror-suspenso más dichos libros casi no le gustaban por que el autor no era alguien de su agrado.
Se paró del frío suelo ya que algo en aquellos libros llamó su atención, se acercó y tomó con cuidado uno en el que se leía “La narración de Arthur Gordon Pym – Edgar Allan Poe”, Changmin miró el libro sorprendido, los siguientes eran “Cuentos Cortos” y “Poesía Completa”... todos del mismo autor. Apretó con fuerza el libro y su mirada se perdió en la nada. “Es una coincidencia, solo es una coincidencia” pensó.
-¿Changmin?-
Volteó. Era su madre que había acabado de entrar en la casa.
-¿Pasa algo?-
El menor negó con la cabeza. Dejó el libro de nuevo en su lugar y pasó por un lado de aquella mujer sin cruzar palabra. Todavía tenía rencor contra ella.
Ya en su habitación se sentó frente a su escritorio con los brazos reposando sobre el mismo. “No... tiene que ser todo una coincidencia” Pensaba “Yo... no me quiero ilusionar”.
El celular comenzó a sonar, la llamada era de Jaejoong.
-¿Bueno?-
-Hola Min-
-Jae... Hola-
-¿Estas disponible hoy?-
-Si, pero ¿no te parece no ya es un poco tarde?-
-...- El personaje del otro lado de la linea miró el reloj. -Muy cierto, ya casi son las nueve en punto- Suspiró desanimado. -Bueno ya que, nos veremos mañana mi niño-
-Ok, enserió perdón-
-No, no te preocupes-
-Nos vemos- Ya iba a colgar cuando le interrumpió.
-Changmin...-
-¿Si?-
-...Te amo. Te amo muchísimo-
-Yo también te amo-
Colgaron.
A Min se le hacía raro que de un momento a otro su novio le haya dicho “Te amo” de esa manera, es decir, en cualquier caso sería de lo más normal del mundo pero dudaba que fuera normal decirlo tan seriamente y casi sin sentirlo.
Dejó el celular en el escritorio y un relámpago apareció en la ya oscura ciudad, después la lluvia. Se apoyó de nueva cuenta sobre aquel mueble de madera con sus manos sosteniendo su cabeza, observó como la lluvia se deslizaba sobre el vidrio de su ventana y cerró sus ojos, solo escuchaba aquel armonioso sonido acompañado de suaves sonidos que los truenos dejaban a su paso. Pensaba en todo y pensaba en nada. No se dio cuenta cuando se quedó dormido.
...
Era el mismo senderó, el mismo bosque, la misma niebla pero algo faltaba. Changmin estaba parado en aquel camino donde se supone tendría que haber un niño, volteaba de un lado a otro pero no daba con él.
La misma niebla donde aquel niño desaparecía estaba ahí, delante de él y, como si le llamaran desde el otro lado, se adentró en ella. Caminó despacio hasta lograr llegar al otro extremo.
-Este lugar...- Dijo. -Es ese parque-
La niebla se iba desvaneciendo hasta dejar ver una silueta, la silueta de aquel niño. “Allí esta” pensó. Se aproximó lentamente y pudo deducir entonces de quien se trataba.
-¿He?- Se detuvo. Arrugó el entrecejo. -Tu eres...-
...
La alarma comenzó a sonar, se levantó de donde había pasado la noche y la apagó. Se sentó sobre su cama y tallo sus ojos con sus manos. Se quedó pensativo unos segundos y después se alistó para la escuela.
Al llegar tomó asiento en su lugar de siempre a esperar la clase, todavía tenía sueño y se sentía cansado la razón era obvia ya que había dormido en un muy mal estado y aparte todavía soñar con algo tan pesado lo ponían así.
El día trascurrió con nada fuera de lo normal, a la hora del descanso Changmin se encontraba desayunando, los ojos se le cerraban, necesitaba algo que le reanimara de inmediato.
-¿Cansado?- Le preguntaron.
-¿He?- Volteó. -Jae...-
-Hola- Lo tomó de la barbilla y le besó con pasión.
Los que por allí pasaban se les quedaban viendo; algunos con desaprobación, otros como si fuera algo tierno y unos pocos solo por el simple hecho de voltear a ver. Changmin se dio cuenta y su vergüenza se hizo presente poniéndolo sonrojado de la cara. Jaejoong lo vio así y puso una sonrisa burlona.
-¿Qué?-
-Es que nos ven-
-¿Y?-
-Es que no me acostumbro-
-Ha... ahora resulta que te da vergüenza que te bese en publico- Reclamó sin quitar la sonrisa.
-No, no es eso, solo que no me acostumbro-
-Entonces tenemos mucho trabajo por hacer- Jaejoong hizo a Changmin pararse y lo arrincono contra la pared y le besó con más pasión que antes.
A Changmin le parecía que era el beso más rico que Jae le había dado. Le gustaba lo que estaban haciendo que poco a poco se le fue quitando esa pena que decía tener. La separación llegó por la tradicional falta de aire.
-Changmin...-
-¿Si?-
-¿A que hora sales?-
-Tengo una clase ahora y ya-
-Te invito a comer a mi casa. ¿Aceptas?-
-...Ok-
-Perfecto, te espero-
-¿Ya vas a salir?-
Jae asintió.
-Ok-
-Pero por favor, ven-
-Si... ¿No confías en mí?-
-¿Debería de?-
-¡Jae!-
-Jajajaja Es broma, es broma-
-Eres un maldito payaso-
-Jajaja, no te enojes ¿si?- Le volvió a besar.
Changmin le miró y sonrió.
-Ay Jae- Suspiró.
-Te espero, no llegues tarde-
-...No...-
...
Changmin se detuvo frente a la enorme casa de Jae y suspiró. Tocó el timbre.
Una señora de no muy avanzada edad salió y abrió el cancel.
-Pase, Joven-
-Gracias-
Aquella señora le escoltó hasta la casa, esta era la tercera vez que estaba en ese lugar.
-El joven Jaejoong bajara en unos momentos-
-Si, gracias-
-¿Gusta que le prepare algo?-
-¿Ha? No, no. Así esta bien-
La vio alejarse y al minuto y medio apareció Jae.
-¡Changmin!- Exclamó.
-...-
Jaejoong le abrazó.
-Que bueno que viniste- Dijo. -Vamos, la comida espera-
Changmin siguió a Jae al inmenso comedor y se sentaron uno junto al otro. Por la puerta salió una señorita con una bandeja.
-Aquí tienen- Deposito dos platos para cada uno.
-Gracias-
-Gracias-
-Espero que te guste- Dijo Jae.
Changmin dio el primer bocado a su comida y sintió como si estuviera comiendo un trozo de cielo.
-Jae, esto esta demasiado delicioso-
-¿Enrecio me quedó bien?-
-¿Tú lo hiciste?-
El mayor asintió feliz.
-Pues que buena mano tienes para esto-
-Gracias-
Cuando terminaron subieron a la habitación del mayor. Changmin se sentó en la cama y Jae a su lado.
-¿Satisfecho?-
-Mucho-
-¿Quieres ver una película?-
-Es una buena idea-
Los dos había decidido ver una del tipo romántica.
Ya muy avanzada la película, Jaejoong sintió como su amado se recostaba en su pecho hasta quedarse dormido. Se veía tan inocente así que no pudo evitar darle un beso más que apasionado. Beso que el menor correspondió.
El ambiente se puso tenso, sus cuerpos estaban comenzando a sentir esos agradables estímulos y su temperatura comenzó a subir.
La ropa les estorbó y ahora se encontraban bajo las sabanas de la cama haciendo el amor, aquellos besos que los volvían locos, aquellos toques íntimos, aquellas lamidas... todo. El erecto miembro de Jae, en esta ocasión con preservativo, entraba y salia a ritmos calmados y rápidos de la entrada del menor cosa que hacía gemir de placer incontrolable al mismo. La presión del cuerpo del mayor sobre su espalda y sus suaves jadeos cerca de su oreja le excitaban aún más.
El tan esperado orgasmo llegó, uno seguido de otro. Finalmente Jaejoong se recostó sobre Changmin, estaban agotados.
Una hora después se vistieron y se quedaron acostados sobre la cama. Changmin estaba serio, y volteando al lado contrario de Jae.
-¿Changmin? ¿Qué pasa?- Le abrazó por la espalda. -¿Hice algo malo?-
Changmin negó con la cabeza y sin razón aparente un nudo se formó en su garganta.
-Jae... ¿Enserio me amas?-
-Sabes que si, más de lo que te imaginas. ¿Porqué la pregunta?-
-Por ningún motivo en especial-
-¿Te sientes bien?-
Changmin sentía que debía decirle todo de una vez pero algo en él no lo dejaba.
-Si...- Hundió su cabeza en la almohada. -...Abrázame-
-Es lo que hago-
-No. Abrázame más fuerte-
Jaejoong cerró sus ojos y obedeció a Min atrayéndolo más a su pecho. Una, dos, tres horas pasaron, se hacia tarde y Changmin tenía que ir a casa, aunque en realidad no quería.
-Debo irme-
-Ojalá pudieras quedarte para siempre conmigo- El menor le miró con una sonrisa triste en su rostro. -Vamos, te acompaño-
Jae se despidió de Min y este último emprendió el viaje de regreso a casa. Para variar un poco las cosas empezó la lluvia, afortunadamente empezó cuando ya estaba a escasos pasos de llegar a su casa.
Fue otro día afortunado ya que no había nadie, pero esta vez subió directo a su habitación, se duchó y se acostó temprano.





Al día siguiente.
-¡Ahora lárgate de aquí!- Jaejoong y Junsu habían acabado de dar una paliza a un chico en el baño de la escuela.
Jae abrió el grifo del agua de uno de los lavabos y lavo su rostro. Junsu le observó con cara de poco amigos y comenzó a hablar.
-Vaya que te hacia falta una fuerza de voluntad-
-¿De qué hablas?-
-Ese chico- Dijo. -...Changmin...- Soltó con desagrado.
-¿Qué hay con él?- Le miró con intriga.
-Digo... si no fuera por él todavía seguirías metiéndote esa cosa-
Jae se giró y le miró con enfado.
-Ya les había dicho a ti y a Yunho que si conseguía que él me hiciera caso... la dejaría-
-¿Te crees valiente, Jae?- Le reto. -¿Crees que puedes dejarla cuando lo desees?-
-Puedo dejarla... con su ayuda lo voy a lograr-
Junsu hizo un gesto burlesco y suspiró.
-Pobre Changmin... cuando se entere de que solo lo estas utilizando-
Esas palabras ahora si hicieron que la furia de Jae se desatara.
-¡ESO NO ES CIERTO! ¡YO NO LO ESTOY UTILIZANDO!-
-Ay Jae... no nos engañemos, aparte acabas de decir que con su ayuda lo lograras. ¿Y después de que pase qué harás con él? ¿Agradecerle y luego dejarle?-
-No te equivoques Junsu, yo amo a Changmin y por él estoy haciendo este gran esfuerzo-
-No Jae, el que se esta equivocando eres tú, tu mismo te estas engañado. Tú “novio”, como le llamas, no es más que una fuerza de voluntad en la que tu quisiste creer, una falsa fuerza de voluntad- Junsu se aproximó a Jae hasta quedar detrás de su espalda. -Sea como sea, Jaejoong, tú nunca vas a dejar de ser lo que eres...- Apuntó al espejo. -...Un perfecto drogadicto-
-...- Jaejoong no decía nada, solo se quedó viendo su reflejo y el de Junsu, la sangre le hervía.
-Y te puedo asegurar, mi querido Jae, que te mueres por tener esta cosa dentro de tu cuerpo- Junsu sacó una bolsita transparente con un polvo color blanco dentro de ella y la dejó a un lado del lava manos. -Nos vemos- Dio unas palmadas en su hombro y salió.
Jaejoong miró la bolsita y la tomó. Se miró en el espejo y después cerró los ojos, no pudo más. Vació el contenido en el mármol y lo comenzó a aspirar, en ese momento se sintió el peor ser humano del mundo, ya llevaba semanas sin hacer eso y ahora volvió a recaer, quizá Junsu tenía razón; no la podía dejar cuando él quisiera. Se apoyo en el mármol del lava manos y suspiró extasiado, después lentamente abrió los ojos...
-...Changmin...- Jaejoong vio el reflejo de su amado en el espejo, no se dio cuenta cuando entró.
Changmin miró a Jae y después miró aquel polvo blanco sobre el lava manos. En cambio Jae le miraba espantado, se aproximo lentamente hasta el menor.
-Minnie. Por favor déjame explicarte-
Le intentó tocar pero el menor se lo impidió.
-¿Porqué Jae?- A Changmin le formó un nudo en la garganta. A Jae también.
-Minnie, yo...-
-Confié en ti- Le interrumpió. Finas gotas de lágrimas resbalaban por sus mejillas. -Me equivoque- Intento salir pero fue retenido por el mayor.
-No, Changmin, por favor no te vallas- Suplicó Jaejoong empezando a llorar.
-¡Suéltame, Suéltame!-
-¡Por favor, déjame explicarte!-
-¡No hay nada que explicar!-
-¡Por favor!-
Changmin empujó a Jaejoong haciendo que este ultimo perdiera el equilibrio y cayera al suelo dándole la oportunidad de salir de allí. Al momento de que se incorporó y quiso detenerlo no pudo pues Changmin salió a toda prisa de ahí. Jaejoong solo pudo llorar amargamente y lamentarse por se tan débil y volver a ceder ante la droga.
Changmin corrió hasta las jardineras y se escondió en unos arbustos que no estaban a la vista de nadie, ahí lloró ahogadamente.

SIGUIENTE