Primer día de lluvia.
Yo solo tenía 17 años, recuerdo que era el día más lluvioso del año hasta ese entonces. Saludé a mi madre como de costumbre y a pesar de sus regaños, me negué a ir a la escuela ese día. Así que me quedé solo en casa.
Mi padre había muerto cuando yo tenía 14 años, haciéndome a mi el hombre de la casa. Siempre supe lo que esto significaba, así que me hice a mi mismo, hace tiempo atrás, la promesa de que nunca descansaría hasta que mi madre y mis hermanas tuvieran una gran vida. Ahora que lo pienso, nunca nos faltó nada. Es cierto que los ingresos disminuyeron desde que mi padre murió, pero aún así vivíamos muy bien, mucho mejor que otras familias. Pero sin embargo, yo no quería que mi madre trabajara en un futuro, así que estudiaba, y mucho. Hubiera sido mucho más fácil dejar la escuela y empezar a trabajar, pero yo siempre intenté ser un buen ejemplo para mis hermanas y ser el padre que perdieron, cuando ellas solo tenían 12 años de edad.
Ese día, particularmente, la lluvia me llamó con ese sonido, así que tomé mi paraguas, tomé mi abrigo, y salí a las abarrotadas calles de Seúl, donde todo sigue su curso sin importar el clima. Yo siempre fui muy soñador, me hacía preguntas sin sentido, cosas que me ponía a pensar detenidamente, fue así como miré al cielo y me pregunté: ¿Dónde está mi papa? ¿Cómo es el cielo?
Y entonces, como si dios lo hubiera querido así, cruzando la calle lo vi, afuera de una librería, protegiéndose de la lluvia y leyendo distraídamente. Su cabello era negro, su piel era blanca y sus labios rojizos y carnosos, sus facciones eran muy finas, como una chica, pero el problema, es que él era un chico…
Lo miraba leer detenidamente, pude darme cuenta de que siempre cubría su boca cuando sonreía, era muy…lindo. Traté de desviar mi mirada e irme de ahí, pero cada vez que lo lograba, mis piernas no respondían y mi mirada volvía hacia él, idiotizado por su belleza.
El tiempo pareció detenerse cuando me miró, las calles parecieron silenciarse en un segundo, la gente, hasta hace un segundo a nuestro alrededor, parecía ya no existir, su mirada parecía llenar vacíos, todo era tan perfecto, que hasta parecía hablar el silencio.
No sé por cuanto tiempo nos miramos, pero se sentía muy bien hacerlo. Sin embargo un movimiento suyo me hiso regresar a la realidad: corrió bajo la lluvia, se subió a un auto negro frente a él y se fue. Todo volvió a la normalidad, pero sólo una pregunta estaba en mi mente ahora, ¿Quién era él?
Crucé la calle y me paré justo donde él había estado hace un minuto, miré hacia la librería y vi a tres chicas hablando emocionadas entre si y mirando hacia donde se había ido el auto, sin duda hablaban de él. Me empezaban a molestar todas esas risitas estúpidas, cuando empezaron a murmurar ¿acaso había vuelto? Miré a mí alrededor buscando señales de él, o el auto color negro, pero no las había, miré a las chicas para seguir la dirección de sus miradas, pero desviaron la vista y comenzaron a reír. ¿Era a mí al que estaban mirando? Esto me hiso sonrojarme y a ellas les causo ternura mi reacción ¿Acaso soy tan apuesto?
Al llegar a casa y por el resto del día, traté de pensar en otra cosa, pero no podía hacerlo, era demasiado confuso para mi él hecho de pensar así en un chico, era difícil para mi pensar en la idea de que un chico me había hecho sentir así. Jamás había pensado en la posibilidad de que yo fuera gay, pensé que eso sería imposible, pero sin embargo, soñé con él esa noche.
Estábamos lado a lado afuera de la librería, callados, tímidos, ni siquiera nos mirábamos, pero ambos extendimos nuestras manos y las cogimos, su mano era muy cálida. Sabía que era un sueño, pues era demasiado perfecto para ser verdad, pero al despertar, juraría que aún podía sentir la tibieza de su mano y eso…me hiso sentir bien.
El día de lluvia había acabado por ahora, el sol salió y su reflejo en los charcos y todo alrededor parecía brillar, todo el instituto no era la excepción, con edificios gigantes y un amplio terreno, el instituto tenía muchísimos estudiantes, pero aún así, ella siempre se las ingeniaba para encontrarme estuviera donde estuviera.
-Jung Yunho!
-ah, buenos días Cómo estas?
-bien, gracias. Oppa, no llegaste ayer, ¿está todo bien?
¿Oppa?
-si, todo esta bien, gracias.
Park Eun Ji, amiga de la infancia, la cual estaba enamorada de mí, desde hace mucho tiempo.
-¡Yunho!
Me llamó desde lejos uno de mis amigos, Song Ji Sung.
-¿Hablo contigo luego?
-claro, no te preocupes.
-salúdame a tu padre.
-claro, adiós.
-adiós.
Siempre era lo mismo, día tras día. Aunque yo no me cansaba de escucharla murmurar con sus amigas de lo guapo que soy, incluso me lo sabía de memoria “Que guapo es, mira como camina, parece tan frío, pero apuesto a que en el fondo de su corazón, es muy dulce y tierno” esto me hiso reír no muchas, muchísimas veces, me burlaba de las mujeres, y jugaba con ellas, ¿por qué? Por que soy un idiota, pero aún así, todos querían ser como yo.
-¿Hasta cuando seguirás así?
Preguntó mi buen amigo, Choi Han Soo.
-así ¿Cómo?.
-Jugando con ella- dijo éste.
-No estoy jugando con ella.
-Te conozco-dijo Kim Seung Ho.
-Ni que fueras tan guapo- dijo Han Soo- yo estoy mejor.
Todos reímos y estaba a punto de contarles sobre las chicas de la librería, cuando me acordé de él, y mi sueño, el más real que he tenido en mucho tiempo. Traté de volver a la conversación pero cuando desperté, ya había cambiado de tema.
-Hay rumores-dijo Ji Sung- de que un nuevo estudiante llega hoy, se acaba de mudar a Seúl, espero que no cause problemas.
-por su bien-sonreí.
El profesor aún no llegaba y los chicos jugábamos mientras las chicas platicaban, me gustaría estar así por siempre, joven, sin preocupaciones, haciendo estupideces.
-Silencio-gritó el profesor.
Mi corazón palpitó rápidamente…no lo podía creer, yo no tenía tanta suerte…no muy a menudo, era él, el chico de la librería ¿Cómo olvidarlo?
Al encontrarse nuestras miradas, todo a nuestro alrededor, de nuevo, pareció desaparecer, y yo, solo podía escuchar su voz…
-Mi nombre es Kim Jaejoong…
De alguna manera, por más estúpido que suene, Kim Jaejoong, parecía el nombre perfecto para la persona perfecta.
-quiero que le den la bienvenida-dijo el profesor- y que lo traten bien. Jaejoong.
Lo llamó, pero su mirada parecía distante, como si él de alguna manera no estuviera ahí
-Puedes sentarte junto a Yunho.
Miré hacia abajo mientras él se acercaba más y más, podía sentir el calor en mis mejillas mientras él se sentaba en la mesa que ahora compartiríamos.
Mi corazón latía rápido, y el tiempo parecía nunca pasar, me torturaba tenerlo cerca, sentía que moriría si no hablaba con él.
Parecía tonto todo el esfuerzo que necesitaba reunir para decir “hola”. Ahora que lo pienso, nada parecía tener sentido cuando él estaba en mi mente. Yo nunca fui afeminado, tal vez cortés, responsable y con buen gusto, pero nunca afeminado, todo lo contrario; pero junto a él, solía pensar las cosas más estúpidas, de las cuales nos reiríamos mis amigos y yo.
“No es gran cosa presentarme-pensé-al fin y al cabo, es solo una persona”. Lo miré, me llené de valor, abrí la boca para hablar y…
-Tú eres el de ayer-dijo.
-Sí.
Dije mientras sentía mi rostro enrojecer, y para mi sorpresa, el suyo también.
-Kim Jaejoong.
-Jung Yunho. Te acabas de mudar aquí ¿cierto?
-Mi madre se casó de nuevo. Pero no me agrada ese hombre, hay algo raro en él…
Yo no comprendía por qué me decía todas estas cosas, si apenas nos conocíamos hace unos minutos.
Solo teníamos unas horas de conocernos esa mañana, pero aún así, ya sabía muchas cosas acerca de él, su padre los abandonó cuando él era muy pequeño, vivió con su abuela y con su madre antes de mudarse a Seúl por el nuevo matrimonio de esta última. En ese tiempo, aprendí que él es muy inapropiado, y decía las cosas sin pensar en el lugar ni el momento.
-¿y tú?-preguntó-¿Cómo esta conformada tu familia?
-bueno, esta mi madre, mis dos hermanas, gemelas, y yo.
-¿y tu padre?
-él…murió hace 3 años.
-lo siento.
-gracias. Bueno, me tengo que ir, te veré mañana supongo.
Al caminar a casa no podía pensar en nada, mi mente estaba completamente en blanco, perpleja al pensar que esto no era un sueño.
El agua caliente relajaba mis músculos, toqué mi cuerpo bajo la ducha… ” ¿Seré yo…lo suficientemente atractivo?” cerré mis ojos y me pregunté a mi mismo qué pasaba sin respuesta alguna de mi mente. Al salir de la ducha me acosté en mi cama boca arriba y miré el techo, me sentía tan culpable y tan confundido por pensar en todas las cosas que quería hacerle…”quisiera tenerlo así aquí” pensé mientras acariciaba el colchón de mi cama. Después de unos momentos reflexioné y abandoné esa fantasía, “¿Qué hago? Ya basta Yunho, ya basta… ¿qué es esto?-pregunté al ver un bulto en mis pantalones-…no puede ser.”
Caminaba por un parque cercano a mi casa, trataba de despejar mi mente y pensar en cualquier otra cosa para que no se repitiera el incidente de hace rato en mi cama, cuando mi celular cayó junto a un arbusto, me puse de rodillas palpando la superficie hasta que lo encontré, pero antes de ponerme de pié, mis ojos pudieron ver más allá de toda esa oscuridad, lo que parecía ser un claro. No era muy grande, pero era secreto…o al menos eso pensé. La luz de la luna lo hacía lucir hermoso y el reflejo de las estrellas en sus ojos lo hacía brillar…
-¿Kim Jaejoong?
-¿Jung Yunho?-preguntó al mirarme- ¿Qué haces aquí?
-vivo a 10 minutos de aquí, ¿Tú que haces aquí? ¿También vives por aquí?
-no, en realidad no sé muy bien donde estoy, he estado caminando sin rumbo después de la escuela. Estaba apunto de dirigirme a casa, pero me encontré con este lugar y tuve que detenerme a mirar las estrellas…
-¿te importa si te acompaño?
-no, adelante-dijo cortésmente.
Me acosté a su lado con las manos en la nuca y miré hacia arriba, dios si esa era una noche hermosa ¿Cierto, amor?
Descansábamos sobre el césped fresco, disfrutando nada más que de nuestra compañía y del silencio, hasta que él lo rompió.
-¿Alguna vez cuando eras niño, pediste un deseo a una estrella?
-si…sólo una vez.
*-es cierto…-dijo la pequeña Park EunJi- se hace realidad.
-no creo en esas cosas, es tonto.
-no es tonto, inténtalo.
-está bien.
Así que cerré los ojos y lo hice, sin pensar que pedía por algo que era imposible de cumplir.*
-Y tu deseo, ¿se hiso realidad?
-no…
-¿Qué pediste?
-pedí que mi padre se quedara siempre conmigo ¿sabes? Algunas veces me pregunto donde está él…
Jaejoong apoyó su codo en el suelo y se acostó de lado, ahora en vez de mirar el cielo me miraba a mí. Tocó mi pecho sobre mi chaqueta con su dedo índice y mis ojos se abrieron más de lo normal, todo mi cuerpo se estremeció y mi corazón, hasta hace un minuto tranquilo, ahora estaba apunto de saltar de mi pecho…y él podía sentirlo…
-…aquí.
¿Acaso me estaba consolando? Me avergüenzo un poco de decir esto, pero no deja de ser verdad el hecho de que sentí ganas de llorar en ese momento. Era la primera vez que sentía que a alguien le importaba….
Cerré los ojos y traté de calmarme, cuando los abrí de nuevo, al ver el cielo, me pregunté “¿Cómo se sentirá…”
-¿Cómo se sentirá tocar el cielo?
Lo miré fijamente algo sorprendido y él sonrió, de seguro me veía idiota.
-yo estaba pensando exactamente lo mismo.
Dije mientras extendía mi mano al cielo, acariciando nada más que el aire.
-Tal vez algún día lo sepamos.
-¿enserio?
Preguntó haciendo lo mismo con su mano.
-¿Cómo se sentirá vivir en el cielo?
-yo creo…-dijo mientras bajábamos nuestras manos- que se siente…libre…
-sin nadie que te diga qué hacer…
-sin nadie que te diga qué esta bien…
-o qué está mal….
Nos mirábamos. Él estaba tan cerca…
-me gustaría vivir así…
-Te prometo que algún día lo haremos…-dije.
-Y tú ¿por qué me prometes cosas? Apenas nos conocemos.
-Es cierto, lo siento.
-…aún así…me gusta.
Reí y volví a mirar el cielo. El mundo es enorme, y comparado con el universo yo era solo un insignificante chico de 17 años. Hay millones de personas en el universo, millones de lugares a donde ir, pero yo no hubiera deseado haber estado en otro lugar que no fuera ése, ni con otra persona que no hubiera sido ésa.
Hace dos días, yo no conocía a esta persona…pero sin embargo, ya era importante para mi…no importa cuanto lo pensara, o cuanto luchara por que no fuese así.
Tenía la sensación de conocer a Jaejoong de toda mi vida aunque ese no fuera el caso. Tenía la sensación de estar feliz. Pero sobre todo, por la inocencia de mis diecisiete años, deseé ser amigo de Jaejoong por siempre, para así poder quedarme a su lado.
Kyyyyyyyyyaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!! ^o^
ResponderEliminarohh oy la primera>!!!!
Ohh esta historia en verdad pinta interesante....
Espero que no tardes en actualizar.....
U_U además lo del prologo me dejo con un amargo sabor... o.o Porque se separa? Que es lo que pasa para que se alejen... Tiene algo que ver el padrastro de Jae????.....
Kyosuke sigue el fic... esta muy bueno....
OOOOOOOOOOOOOOOO ME ENCANTO, ESPERO EL SIGUIENTE :D
ResponderEliminaromgsun esta demasiado me encanta lindo, aqui veo a yunho serio pero como siempre timido ante jaejoong *_* i like it ♥
ResponderEliminarme encanto el primer cap , que tierno es yunho en decir todas esas palabras
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