Deadman Walking cap 1

Shim ChangMin

16 de Junio de 2010.

Aún empapado en sudor, Yunho seguía viendo en su mente la cara de aquel chico, que ante otro hombre perdió la vida en tan sólo unos pocos segundos. Aunque estaba de pié su cuerpo temblaba de tal forma por el pánico que tan sólo con un respiro de aire, Yunho podría caer al suelo. Ese “Ayúdame” no hacía más que repetirse en su cabeza. ¿Qué significaba aquello? No tenía ni idea, pero era la primera vez que el miedo podía superar hasta su misma arrogancia. Pocos minutos después a toda prisa, se vistió, cogió su coche, sin ni siquiera haber desayunado y se fue directo a su trabajo.

De aquel sueño creía recordar que se encontraba en una casa antigua, pero no sabía a ciencia cierta en que año se encontraba. Una vez más se preguntó si estaba loco ¿acaso era posible ver en un sueño un asesinato que ocurrió varias décadas atrás y haberle hecho una foto a aquel chico en la época presente? Todo era muy extraño para Yunho, pero su búsqueda no había hecho más que comenzar. A pesar de que apenas tenía pruebas y que quizás en el mejor de los casos, su mente podría estar jugándole una mala pasada, estaba decidido a averiguar que era todo aquello que había soñado la noche atrás.

- Dios… - se dijo así mismo - ¿Quién eres? He visto tanta desolación en tu cara… que ni siquiera puedo mirar atrás para intentar olvidarte y darte de lado.

Y una vez más, volvió a recordar cada pequeño detalle de aquel asesinato.

Después de media hora conduciendo por el centro de Seúl, donde el tráfico como cada mañana era terrible, Yunho llegó a las oficinas de “Korean Dream Times”. A toda prisa, sin apenas saludar a nadie, se dirigió a su despacho, se sentó frente a su ordenador y comenzó a buscar sin saber muy bien a donde quería llegar. Hasta que llegó a la conclusión de que donde tenía que empezar a buscar era donde todo comenzó, en aquella calle del Distrito 53. Abrió el buscador y en él puso: “Asesinato en el Distrito 53”.

Varios fueron los resultados ante aquella búsqueda, pero a pesar de no esperar resultado alguno, ante sus ojos apareció mucha más información de la que esperaba. Un artículo escrito por la misma revista donde él trabajaba.

“Edición 50 – 16 de Junio de 1950”

Terrible asesinato en la casa de los Shim.

Ayer en la casa de los señores Shim, en el Distrito 53 del Centro de Seúl, tuvo lugar el asesinato del hijo menor del señor Juez y su mujer, Shim Changmin. Son pocas las pruebas que se tienen de este terrible asesinato, pero todo apunta a un robo con este final trágico ocurrido durante la celebración de la fiesta de su graduación en la Universidad de Abogados de Seúl. El cuerpo se encontró en el despacho del Señor Shim, envuelto en sangre y con tres disparos, dos en el pecho y uno en la boca del estómago. Mientras todos los invitados, así como la familia, disfrutaban de aquella fiesta el supuesto ladrón, fue en busca de las reliquias de la familia que se encontraban en aquel despacho y lo que presuntamente se deduce, al ser descubierto por el joven Shim Changmin, este no tuvo más remedio que acabar con su vida…
……

El entierro tendrá lugar en la más estricta intimidad en el panteón de la familia Shim el 18 de Junio.

- Shim Changmin… Pero, ¿por qué si se trató de un robo… me pides ayuda?

En su mente se volvió a aparecer la cara de aquel chico. Esta vez con la cara pálida, los ojos entre rojizos, llenos de terror y volviendo a gritar pidiendo ayuda. La ayuda de Yunho. Fue tal la imagen que del mismo escalofrió que este sintió en todo su cuerpo, su mano reaccionó dando un golpe al vaso haciendo que este se cayera rompiéndose y esparciendo todo el agua de su interior por el suelo.

- Mierda… - musitó.

Yunho cogió un puñado de papeles y se dispuso a recoger toda el agua que se había derramado por el suelo. De repente el agua se volvió sangre ante sus ojos, todo su alrededor Pase volvió oscuridad y vio como por todo el suelo se esparcía esa sangre, como si un cuerpo estuviera siendo arrastrado por aquel despacho. Envuelto por un pánico indescriptible, vio como aquel camino de sangre se dirigía hacia él, y entonces no pudo evitar caer al suelo. Cerró sus ojos con la esperanza de que todo fuera un sueño y todo aquello desapareciera una vez los volviera a abrir, pero todo fue en vano. Yunho comenzó a gritar preso del pánico, tenía tanto miedo que incluso grandes lágrimas se escapaban de sus ojos, y aquella sangre tenebrosa formó un gran charco a su alrededor, del cual, sin el esperarlo una ráfaga de humo se levantó perfilando el cuerpo de Shim Changmin, dando paso a sus manos que se aferraban a la camisa de Yunho, una vez más, pidiéndole auxilio. Y de nuevo, después de aquel pequeño aliento de desesperanza, todo volvió a su lugar.

- Yunho - gritó una voz desde el exterior del despacho – Yunho ¿estás bien? Voy a entrar.

- Yo… yo – Yunho no podía juntar más palabras, seguía aterrado sentado en aquella esquina de su despacho, con las manos entrelazando sus piernas como si de un niño pequeño se tratara – Shim Changmin… ¿Qué…? ¡¿Qué me estás pidiendo?! – Gritó de repente.

Y entonces, sin mediar palabra, ante los ojos atónitos de KiBum, que no sabía que era lo que le estaba pasando a su amigo. Yunho cogió su coche y se dirigió a aquella calle, todo le parecía una broma pesada que su mente había montado exclusivamente para llenarlo de terror. Pero se equivocaba, por alguna razón del destino, Yunho había sido elegido para desenmascarar todo lo referente al asesinato de Changmin. ¿Cómo iba a hacerlo? Aún no lo sabía, ni siquiera sabía que era lo que estaba buscando exactamente. ¿Cuál iba a ser el final de aquello? No tenía ni idea de que incluso su vida se iba a verse peligrada debido a aquel acontecimiento.

Unos minutos después llegó a aquella calle, bajo de su coche y con tono algo desesperado preguntó a todo el mundo que pasaba a su lado, si alguien conocía a la familia Shim. No obtuvo respuesta de nadie, desesperado siguió andando en busca de aquella casa, pero no lograba encontrarla. Los minutos seguían pasando y Yunho cada vez se desesperaba más y más, era tal su deseo de encontrar respuesta que ni siquiera era consciente de que el tiempo pasaba más rápido de lo que esperaba. De repente un pequeño resquicio de esperanza se abrió ante él, alguien conocía a aquella familia que desde tan solo apenas un día había vuelto su vida del revés.

- ¿La familia Shim? – dijo un señor de mediana edad – Sí, los conozco, pero ya no viven en Seúl. Hará unos años que se mudaron.

- Joder – musitó Yunho - ¿Y que ha sido de su casa?

- Sigue en pie.

- ¿Cómo que sigue en pie? Si esa casa deberá de tener más de 300 años, y aquí no hay ninguna casa así.

- Señor, a veces la vista engaña a nuestro corazón, si busca bien la encontrará.

- ¿Cómo?

Y de repente… aquel hombre, desapareció ante sus ojos. Yunho intentó calmarse, respiro hondo y se concentró para buscar aquello que tanto estaba buscando en ese momento. Miró a su alrededor pero siguió viendo lo mismo. En aquel lugar para nada parecía albergar una casa de los años 50 o quizás de muchas décadas atrás. En sus últimos diez años, Seúl había evolucionado tanto en lo que industrialización se refiere que le era imposible ver algo con claridad. Siguió mirando con calma y de repente sus ojos se quedaron clavados en un lugar. “Centro Histórico Shim Changmin”, su corazón comenzó a palpitar de una forma incontrolable y en ese momento se dio cuenta que ese era el sitio que estaba buscando, donde hace 50 años, aquel chico llamado Shim Changmin, había sido asesinado.

Como si se le fuera la vida cruzó la calle, siendo casi atropellado por dos coches. Su mente y sus ojos tan sólo se centraban en un lugar, aquella casa que ahora parecía haberse modernizado bastante. Llegó a la puerta y sintió como un escalofrío le recorría por toda la espalda. Se quedó allí, de pie, perplejo , intuyendo que algo más le iba a ocurrir en el trascurso de todo aquello, pero le echó algo de valor y se dispuso a entrar a la casa. Lo que más le sorprendió es que parecía tener el mismo aspecto que se había encontrado en su sueño, pero obviamente mucho más reformado. Camino despacio por el pasillo de la entrada mirando casa una de las esquinas de aquella casa, intentando encontrar algo que le fuera familiar. Poco después, un señor mayor con toque misterioso le puso la mano sobre el hombro, lo que hizo que Yunho se sobresaltara.

- ¡Ah! – grito - ¿Quién…?

- ¿Quién? Mejor debería yo de preguntar quién es usted. Este centro tan sólo está abierto al público con cita previa.

- Yo… - Yunho pensó una respuesta rápida que le ayudara a investigar un poco más la casa – Yo soy Jung Yunho, escritor y periodista de la revista Dream Times Korea, tengo entendido que en esta casa ocurrió un asesinato hace 50 años.

- Ahá, así es señor. Pero eso fue hace muchos años, ¿Por qué es de su interés ahora?

- Verá – Yunho se inventó una pequeña mentira para convencer al hombre – Estamos recopilando los artículos más importantes que nuestra revista ha lanzado desde su debut, y uno de esos caso fue el asesinato del joven Shim Changmin y la revista me ha mandado a investigar para ver si es posible actualizar los datos un poco más.

- Entiendo… bueno, yo soy quien vigila este sitio pero debido al interés que veo que la revista ha puesto en esto, le dejaré echar un vistazo por ahí. Todo está tal y como estaba hará 50 años, por eso le pido que trate todo con sumo cuidado.

- No se preocupe, ni siquiera se dará cuenta de que estoy aquí. Muchas gracias.


Una vez el hombre se marchó, Yunho siguió buscando por la casa aquella habitación que había visto en su sueño. El toque antiguo pero a la vez modernista que la casa tenía, le llamo mucho la atención, ya que en aquella época no era un estilo que se llevara mucho. Quizás por eso, esta era una de las casas más famosas en el Centro de Seúl por aquella época. Con mucha tranquilidad, Yunho observo cada uno de los sitios de la casa, suavemente rozaba cada rincón de la pared, y con sus ojos marrones oscuros observaba aquella casa como si estuviera buscando un tesoro. De repente su corazón le volvió a dar un palpito, Yunho se encontraba frente aquella puerta donde en su sueño había visto como mataban a Shim Changmin, poco a poco levantó su mano para abrirla despacio. Con miedo, como si esperara encontrarse con algo tenebroso empujó la puerta para descubrir lo que yacía en su interior. Todo estaba exactamente igual que lo recordaba, a pesar de que en su sueño tan sólo vio aquel asesinato; pero sin saber cómo, cada uno de los rincones de esa casa se le habían quedado grabados en su mente. Avanzó poco a poco, dando pasos con sigilo, mientras miraba a su alrededor y de repente un fuerte dolor de cabeza, llegado de la nada, se introdujo en toda su mente. Todo se volvió a tornar oscuro, como cuando pasó en su despacho y ahora, como si de un recuerdo se tratara, todo lo que vio en su sueño se volvió realidad. Pero ahora era diferente, no es como si lo estuviera viendo, era como si lo estuviera viviendo.

- Estás aquí, llevo un rato buscándote.

- ¿Para qué Changmin?

- ¿Cómo que para qué? Porque quería estar contigo un rato. Esta fiesta es algo aburrida, creo que no debería de haber celebrado mi graduación, tan sólo… - el chico se le quedo mirando como si quisiera decirle algo importante.

- Ni por un momento te imagines cosas que jamás pasaran.

- No sabes que iba a decir.

- Si lo sé, tú quieres que nos vayamos juntos, que vivamos juntos como una pareja y eso jamás va a pasar.

- Pero…

- Pero nada Changmin, hazte a la idea de una vez.

Y entonces, de nuevo, otra vez, Yunho vio como Changmin era asesinado, pero ahora, ahora lo sentía en sus propias manos. Con sus ojos vio las lágrimas de aquel chico al ser rechazado para siempre, vio como esas duras palabras que ahora provenían de su boca hacían que se estremeciera y quisiera morir y como si lo estuviera haciendo de verdad, vio como saco su pistola y sin reparo lanzó tres disparos para acabar con la vida del chico.

- Maldita sea Changmin – se dijo así mismo - Al final has conseguido que te mate.

Como si fuera un chico sin ningún sentimiento, cogió el cuerpo de Changmin y lo arrastró hacía la ventana que había en aquella habitación. Después, hizo que todo pareciera un robo que había salido mal. Le vino bien conocer donde estaban las cosas más valiosas de la familia, cogió varias de ellas, se las guardó en los bolsillos y allí dejo el cuerpo de Changmin, aún con los ojos abiertos, murmurando mientras sufría un dolor inconfundible y poco a poco, su luz y su respiración se apagaban para dejar en el suelo tan sólo su cuerpo. Y de nuevo la oscuridad se volvió luz. Yunho estaba con una mano apoyada en la pared, mientras que con la otra se tocaba su garganta, ahora, al igual que toda su cara, inundada de lágrimas. Acababa de vivir en sus propias carnes aquello, como si el mismo hubiera asesinado a Changmin. Esa casa, esa habitación, contenía algo extraño que le atraía cada vez de manera más terrorífica.

- ¿Pero que me está pasando? – dijo entre lágrimas - ¿Por qué estoy ahora sufriendo este tormento…?

- “Por qué tú serás quien pondrá fin a esta historia…” – dijo una voz que estremeció completamente a Yunho.

- ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí? – dijo lanzando un grito al aire.

De repente, como si de una tormenta se tratara, una fuerte brisa de aire, golpeó a Yunho, estampándolo contra la pared y haciéndole caer de espaldas. Llorando de forma desesperada, una ola de golpes seguían haciendo que su cuerpo quedara como si alguien le estuviera dando una paliza, pero allí, no había nadie. ¿Se estaría volviendo loco? ¿Acaso en su vida había hecho algo tan malo como para que fuera castigado de esa manera? Quien sabe, el caso es que en esos momentos se arrepentía como de nada en toda su vida, de no haber dejado que su arrogancia le pudiera a la hora de aceptar aquel trabajo. Y con la misma rapidez con la que todo había empezado, volvió a terminar, dejando a Yunho exhausto en el suelo, empapado en lágrimas, sin apenas poder respirar, maldiciendo todo aquello que lo rodeaba.
Después de aquello, el primer impulso que tuvo, fue el de salir corriendo de aquella casa, pero había algo allí que se lo impedía, quería saber, quería averiguar por qué Changmin había sido asesinado, había algo en su interior que hacía que su corazón latiera susurrándole el nombre de ese chico, como si lo conociera de toda la vida, como si fuera su hermano, su amigo o algo más grande, su propio amante. Y después de aquello, sin ni siquiera pensarlo, se dijo así mismo que iba a resolver todo aquello.

- Changmin… Changmin, no sé qué te pasó – comenzó a decir – pero te prometo que haré que puedas ir al lugar donde quieras ir con toda la paz del mundo.

- “Jung Yunho – dijo un pensamiento – ni te imaginas lo que vas a sufrir, paz, dices que me vas a dar paz, ¿Cómo te atreves a decir eso cuando fue tu sangre quien me arrebató la vida? Vas a sufrir, no solo dolor, vas a sufrir todos los pecados existentes en el universo, te lo prometo Jung Yunho, te lo prometo”.

Ya en su casa, Yunho llamó a su mejor amigo y también compañero en “Korean Dream Times” para contarle todo aquello que le había ocurrido en apenas dos días. Por supuesto, no le contó exactamente todo aquello ya que sabía que aunque fuera su mejor amigo, lo tomaría por loco.

- KiBum, necesito tu ayuda en esto.

- Pero, no entiendo porque quieres resolver un asesinato que ocurrió hace cincuenta años.

- Tan sólo – Yunho se inventó una excusa para convencer a su amigo – Es un asunto familiar de un amigo, me lo ha pedido como favor personal y tú eres más especialista que yo con respecto a esas cosas, si tuviera a otra persona sabes que se lo pediría.

- Lo sé, tan sólo tenías que pedírmelo hombre, parece como si se te fuera a ir la vida en averiguar esto.

- Bueno… quien sabe…

Sin saber por qué, Yunho pronunció unas palabras que en ninguno de los momentos de su vida había pensado en pronunciar. Después de tomar un café con su amigo, y darle algunos datos de lo que quería que le buscara, Yunho decidió irse a descansar un poco. Fregó lo poco que habían ensuciado y se dirigió al aseo. Mientras se desnudaba, de nuevo un fuerte dolor de cabeza le inundó completamente, se miró al espejo pero para su sorpresa no se reconoció, o al menos, su alma no parecía ser la que siempre había sido. Ante él estaba la imagen de su cara, pero en vez de tener su aspecto, aquella persona tenía una sonrisa malévola, esa persona levantó sus manos, ante la atónita mirada de Yunho y le hicieron lanzar un gritó cuando vio que estaban cubiertas de sangre. De repente como si de un fantasma se tratara esa cara se desfiguró completamente y se dirigió a Yunho dejándolo casi moribundo en aquel baño de su casa.

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