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Existencias Entrelazadas. Cap. Especial 5



- Te lo prometo Jae, solo tranquilo, no permitiré que nadie nos separe.

Esas palabras resuenan en mi cabeza siempre, solo me puedo aferrar a tu recuerdo, es lo único que me queda para poder sobrevivir, tu recuerdo, tus palabras, tus libros.

Paso cada hora, cada minuto pensando en ti, en los bellos momentos que pasamos juntos, antes te dije que no recordaba de nuestra existencia en la tierra, solo sé que viví en la tierra porque son palabras que te mencione, cosas a las cuales me aferro, tu bella sonrisa, tus pequeños brazos sobre mi cuello, siempre me tenias abrazado, ahora como necesito uno de esos cálidos abrazos que me dabas cada que se te antojaba, paso leyendo tus libros a los cuales ni les ponía atención por parecer ridículos, soñar con algo que jamás será, un momento efímero en nuestras vidas, ahora solo les leo porque lo hacías tu, me recuerdan a ti, aun incluso tienen tu aroma entre sus hojas, me mantengo cautivo en esta habitación que antes fue nuestra.

- ChangMin…

Era de nuevo el, ese ángel o lo que fuera a mí que me importaban las categorías en este lugar que solo me quito a la persona que yo amaba.

- ¿Qué es lo que quieres?

- Aun no puedes salir de aquí.

No era pregunta sin duda era una afirmación, el sabia la respuesta no era necesario que lo confirmara.

- ¿Qué tanto tenía el, que no lo puedes dejar ir?

- Cuantas veces te tengo que explicar lo importante que es en mi existencia.

- Hasta que pueda llegar a comprenderlo Minnie.

- Deja de llamarme así y además para que quieres comprenderlo si ni siquiera puedes llegar a sentir eso, ambos sabemos que el Divino no les deja.

- No nos deja dirás y en todo caso ¿por que tú los sientes?

- No lo sé JunSu

Suspire, él era el único arcángel que se había acercado a mí, más bien fue el único que se acerco a mi aparte de ese malvado ángel que me alejo de mi Jae al cual no quería ni tener cerca.

Era la persona que me acompañaba hasta en mi peor momento, el enojo, la rabia, la ansiedad, el dolor, la tristeza, eran algo comunes en mi desde que me alejaron de mi razón de existir, él era el único que me soportaba aunque no sabría decir bien porque lo hacía.

Al parecer JunSu tenía curiosidad sobre todo lo que me pasaba, no había día en que no viniera a visitarme y ver cómo era que seguía, me preguntaba sobre todo, porque mi desesperación, mi depresión, mi enojo, mi frustración, por que el inmenso dolor que según él se me veía en los ojos y sobre todo como era ese amor que sentía hacia mi Jae, muchas de las ocasiones no sabía que responderle, sabía que no lo hacía para burlarse ni nada de eso, por eso con calma le contestaba, aunque en muchas de las ocasiones no con tanta calma.

Se volvió a ir, tome de nuevo ese libro que tanto leía Jae antes de… detenía el pensamiento ahí no podía soportar recordar ese momento, sé que me atormentaba a mi mismo manteniéndolo en mi mente siempre era lo menos que me merecía al no estar cumpliendo esa promesa que le hice justo el ultimo día.

De nuevo ese tormento se apoderaba de mi era demasiado intenso, mi ser se estremecía del dolor, no soltaba ninguna lagrima solo por que el orgullo que tenia era demasiado grande y no podría mostrarme así antes las personas que me quitaron mi razón de ser.

Me recosté en la cama, en el último lugar donde ambos estuvimos, cierro mis ojos recordando cada detalle, tus suaves labios sobre los míos, tu piel, tu sonrisa, me pierdo en esos recuerdos que aunque dolorosos soy feliz de recordarlos.

No sé cuánto tiempo paso, quizá días, horas, minutos, el tiempo es irrelevante en este lugar, no hace que disminuya mi dolor en todo caso lo aumenta.

Vuelvo a abrir los ojos, esperando que estés a mi lado, la ilusión, el anhelo de tenerte de nuevo entre mis brazos es muy fuerte, cada que abro mis ojos, la ilusión se hace presente, en mi pecho se extiende la nostalgia, la angustia al no saber donde se encuentra esa persona que me hacia feliz de tan solo tenerla a un lado, mi Jae, mi lindo ángel, mi razón de sonreír.

Esa noche cuando nos separaron no supe a donde te llevaron, que tan lejos te llevaron de mi, algo en mi pecho comenzó a crecer, buscarte, encontrarte, volver a estar juntos, todo se volvió un anhelo, un deseo completamente irrefrenable, salí de la habitación casi frenético, tenía que encontrarlo, buscarlo en el cielo, si no estaba aquí, salir, haría lo que fuera por él, por tenerlo a mi lado.

Era extraño salir de esas cuatro paredes, recorría el cielo, demasiadas personas se encontraban en este lugar, era desesperante y sofocante el resonar de las melodías en honor a ese que llamaban Divino, las almas se hacían a un lado cuando yo pasaba entre ellas buscando a mi razón de ser, fui a cada rincón, la tristeza se apoderaba de mí, no podía encontrarle.

El desprecio hacia este sitio aumentaba cada momento, no sabía cómo existir, seguí caminando, recorría y recorría cada parte una y otra vez tratando de encontrarle, entonces un pasaje que no había percatado que se encontraba atrajo mi atención, me acerque, caminaba despacio, frente mío se extendían unas enormes puertas, trate de acercarme, fue lo primero que llamo mi atención en este lugar, me coloque frente a ellas, observándolas detenidamente.

- No puedes estar aquí ChangMin.

Me gire, esa voz, jamás podría olvidar eso tono, todo dentro de mi comenzó a arder, era rabia, enojo, tan solo mirarle me causaba repugnancia.

- ¿Por qué tanto enojo? – dijo SungMin

Me hartaba que me hablara así, con demasiada calma, no sabe acaso lo que hizo, me destrozo la vida, tenía unas ganas de acercármele y acabar con él, estaba a punto de hacerlo pero JunSu tomo mi brazo con algo de fuerza deteniéndome, me gire a verlo, en sus ojos solo había comprensión, era uno de sus defectos, con tan solo mirarle a los ojos me hacía sentir más tranquilo, pero no eso no hacía que mi dolor desapareciera.

No podía distraerme, yo solo quería estar con Jae, fue la razón por la que salí de esas cuatro paredes en las que me encontraba, me aleje de JunSu lo cual hizo que me acercara mas a esa puerta de grandes dimensiones, por primera vez sentí un poco de tranquilidad, un poco de ese dolor desapareció, me gire a la puerta sorprendido, fue mucha la distracción al hacer ese acto que JunSu aprovecho y me alejo de ahí, de nuevo ese dolor regreso pero ahora más intenso, algo me decía que cerca de esa puerta se encontraba mi razón podía sentirle aunque sea un poco su presencia.

Me sentó en un pequeño prado, me rodeaba yo solo me quede ahí, no sabía aun como le haría para pasar esa puerta, por lo que vi, SungMin era el guardián, tendría que enfrentarme a él o distraerlo de alguna forma, aunque debo de admitir que me gusta más la idea de enfrentarme a él y si es posible terminar su existencia.

- ¿Qué es lo que te pasa Minnie? –pregunto JunSu

Lo vi, mostrando cierta duda en mi rostro al respecto de su pregunta, no me sentía seguro de hablar, se daría cuenta de lo que ahora siento y de lo que planeo me conoce demasiado bien como para correr el riesgo de que se entere y me eche a perder mi plan.

- ¿Por qué saliste? – cuestiono.

Me sentía mas relajado y confiado en lo que haría, eso me hizo decir contestarle.

- Me dio curiosidad ver cómo era aquí afuera – respondí.

- ¿y qué te pareció?

- Pues nada del otro mundo.

- ¿solo era eso por lo cual querías salir?

- Si, ¿Por qué lo preguntas?

Al parecer me estaba comportando con demasiada calma y el ahora sospechaba de eso.

- Creí que te disgustaba el lugar y que nunca saldrías a menos que te regresaran a él.

- Solo quiero conseguir tranquilidad Su.

Hable lo más sincero que pude y en cierto punto eso era verdad, solo quería tranquilidad y sé que la tendré cuando este con mi Jae.

- Su –vacile un poco- ¿Qué era esa puerta?

- Solo una puerta.

Lo mire incrédulo, lo cual hizo que JunSu suspirara y contestara un poco resignado, según el yo era uno más de ellos así que aunque no le gustaría me tenía que decir, aunque sinceramente no me sentía un ángel para nada.

- Como te explico Minnie… - dijo JunSu.

- Solo dilo. –comente-

- Esa puerta es la entrada al cielo y por ende la salida, en muy raras ocasiones se utiliza para salir como te imaginaras solo pocos pueden salir, los desterrados, los arcángeles con alguna misión, pero solo dime, ¿Quién quisiera salir de aquí?

Extendió los brazos como si el lugar fuera una majestuosidad, en mi interior solo pude contestar su pregunta con un “yo”, el continuo explicando.

- Veras que solo entran las almas que vienen de la tierra y solo ellos, hay almas, como decirlo… demoniacas que quieren entrar ese es el trabajo de Sun…

Se interrumpió a mitad de su nombre al ver mi rostro, como ocultar la molestia que sentía hacia ese ángel.

- No te pongas así –me miro fijamente- él se encarga de mantener esas puertas celadlas para las almas perdidas, las del eterno sufrimiento.

Eso aunque no quisiera demostrarlo me parecía interesante, el poder enfrentarse con alguien seria sorprendentemente bueno.

- ¿solo el custodia las puertas?

Como poder evitar preguntarle, si eso era atrayente y seria genial si yo fuera uno de esos guardianes, no solo por los posibles enfrentamientos, sino también el control de la entrada al cielo, sobre todo de la salida, tenía que salir y seguir buscando a Jae.

- Si Minnie, solo él, pero si te interesa el trabajo pueden ser dos – sonrió tranquilamente.

- Lo pensare.

Como negarme ante tamaña tentación, sonreí, a lo cual él me miro sorprendido, alce una ceja como respuesta.

Ambos reímos por la situación, era la primera vez desde aquel día que lo hacía, se sentía bien, quizás era porque sentía que pronto vería a mi Jae, me sentía mas tranquilo y dispuesto a todo por mi razón de existir.

- ¿quieres hacerte cargo de la puerta en un turno?

Sonreí, a lo cual el tomo como un sí.

- Me encargare de que te pongan ahí Minnie, pero primero habrá que prepararte, aunque sin duda estas hecho para eso.

No supe a lo que se refería con eso, pero a mí que me importaba mientras que estuviera cerca de la puerta para poder salir.

Pasaron días, sigo pensando que el tiempo es irrelevante pero ahora cambio algo, tengo un propósito, un deseo y lo cumpliré.

La preparación no fue mucha, JunSu me dio algunas tácticas de combate contra demonios, solo había un costo que tenía que soportar, estar con SungMin, lo bueno que solo un poco de tiempo mientras que estos confiaban en mi para poder mantenerme solo ante la puerta, aunque ese ángel no tiene mucha confianza en mi aunque me la haya ganado ante los demás, incluso ante el Divino.

Se sentía bien tener algo que hacer, SungMin se alejaba cada vez mas, JunSu decía que le estaba quitando su lugar, lo cual me causaba risa, ese ángel no podría estar cerca de mí eso es lo que creo por eso se aleja, pero gracias a eso JunSu se pasaba el demás tiempo conmigo, no sé si vigilándome o comprendiendo el cambio de ánimo que poco a poco había tenido según él.

Admito que me sentía mas optimista, que al estar en la puerta casi se me olvida el propósito de esto, por estar metido ante todo lo que debía hacer de preparación y confianza.

Pero como olvidarlo, había llegado el día, tanto tiempo esperando a que llegara el momento y ahora está ante mí, me encontraba solo, delante de mí se abre la puerta enseguida veo el alma que entrara a este llamado cielo, era el primero que recibía solo, yo no daba mucha tranquilidad que digamos y las almas la necesitaban para comprender la situación.

Antes de que se cerrara la puerta, saque las alas, no las había usado en todo lo que tenia aquí, creo que ni siquiera sabía que tenía unas hasta este momento, con la desesperación y el deseo de salir, traspase la puerta, su esencia, su aroma casi era perceptible para mi, mi Jae estaba cerca lo podría asegurar, me distraje al pensar que pronto lo tendría cerca, últimamente cometía muchos errores con la distracción.

JunSu tuvo oportunidad de tomarme con fuerza y meterme de nuevo al cielo no sin antes lastimas mis alas con las puertas, ante tal dolor, mi conciencia casi estaba perdida, sentí un golpe fuerte en la cabeza y de ahí nada más.

Un pequeño rayo de luz me daba en el rostro, despertándome de ese largo sueño, todo estaba confundido, parecía real pero lo sentía como un sueño.

- Minnie… - me hablo JunSu.

- Mhh? – no sabía que responder.

- ¿Estas bien?

Asentí y me levante, me encontraba en un extenso prado.

- Tengo que regresar a la puerta, ¿cierto?

- Min –me miro preocupado.

- ¿Qué pasa?

- Creo que el golpe fue demasiado fuerte, ese demonio sí que te golpeo fuerte.

Me dijo con una sonrisa cálida, yo solo reí.

- Ni me di cuenta por donde llego Su.

Le respondí, realmente no sabía ni que me había atacado, solo sabía que tenía que volver a mi deber y custodiar la puerta para satisfacer el designio de el Divino.

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