-¡¡Eres la guardiana, haz algo!!
La ciudad caía pieza por pieza mientras los invasores
arrasaban todo a su paso, ya nada podía salvarlos, nada ni nadie, uno a uno los
protectores iban cayendo, uno a uno, sin poder detener el gran poder que
poseían, habían esperado por mucho tiempo el momento en el que se volvieran más
fuertes, más ágiles para poder invadir la ciudad y llevarse consigo la gran
fuente de poder que mantenía la armonía y el equilibrio en el mundo, la única
cosa invencible en el universo, y ahora que tenía la fuerza podían llevárselo
consigo.
Desde su pequeño jardín en el templo principal lo único que
podía hacer era observar, observar cómo su mundo comenzaba a caer, se sometía
ante la fuerza de los invasores, era la guardiana principal, el contenedor de
ese poder que muchos anhelan y que otros temen, su único deber es protegerlo,
hacer buen uso de él, ser capaz de resistir todo el dolor que llevarlo en su
cuerpo conlleva.
Sin embargo, no es capaz de usarlo para defenderse, ni a
ella ni a nadie, no es capaz de hacer uso de él a su voluntad, y todos lo
saben, pero la desesperación puede más con ellos e intentan incluso que haga
una especie de milagro que pueda salvarlos, aunque en su interior sepan que es
imposible, aún así no se detienen y la obligan a querer usarlo.
-No puedo ayudarles- dice calmada, sin dejar que el temor de
los otros la agobie también a ella.
-¡¡Tú tienes el poder, úsalo!!
Se limita a observar pacientemente sus rostros, no puede
hacer nada, está calmada mientras los muros que rodean su recinto empiezan a
caer uno a uno, piedra por piedra, mas sin embargo no se desespera ni mucho
menos, a comparación de todos los habitantes que han empezado a correr en todas
las direcciones queriendo huir de aquél lugar. Se queda sentada junto al árbol
del centro y observa la entrada al jardín, la puerta ha comenzado a caer
dejando ver las sombras de sus invasores detrás de ella, amenazantes.
-No dejaré que lo tengan- se dice a sí misma.
Mira con amor la única cosa que vale más que su propia vida,
lo único por lo que está dispuesta a luchar realmente, ahí, entre las flores
hechas de cristal, las mariposas juegan a su alrededor con armonía, su hijo,
quien duerme plácidamente ajeno a todo el alboroto que ha comenzado a crearse.
Le sonríe con ternura mientras lo carga en brazos
cuidadosamente, el niño ha comenzado a despertarse un poco, moviendo sus
pequeñas manos de un lado a otro intentando desesperazarse, abre los ojos y la
mira con una sonrisa mientras le estira las manos, queriendo que lo abrace,
ella sonríe y le acaricia las mejillas con amor, las puertas demandan abrirse,
pero aún resisten un poco más el ataque.
-Te amo, ¿lo sabes, verdad?- le dice- no te preocupes, todo
está bien, duerme…..
El niño la mira sin entender, no sabe qué es lo que está
pasando, ni siquiera toma en cuenta todo el ruido que las puertas hacen y se
acomoda para dormir una vez más entre sus brazos, ella mira preocupada la
entrada, no tardará en ceder, más no deja que la angustia la perciba su hijo,
vuelve la mirada hacia él y comienza a cantarle.
“Debajo del gris y
cuadrado cielo todo está lleno con toda clase de deseos.
Pero no pierdo de vista la luz entre ellos, y puedo caminar, mirando hacia delante, porque siempre me muestras que aquí permanece algo de pureza, incluso en una esquina de esta ciudad.
Respirando calmadamente, te miro, veo que te has dormido, tan exhausto.
La Dulzura es un retrato desprotegido pero nadie en el mundo lo sabe a excepción de mi...
Un día, cuando la luz del sol se vertió y el viento sopló gentilmente, como si no fuese nada en especial, sentí como esa sola cosa cambiaba en mi, lenta, segura y firmemente.”
El pequeño se ha dormido por completo, ella le sonríe una vez más y lo
cubre con la manta que hay a su lado, lo acurruca de nuevo entre las flores y
le confía lo que a ella le han confiado, segura de que ambos estarán a salvo.Pero no pierdo de vista la luz entre ellos, y puedo caminar, mirando hacia delante, porque siempre me muestras que aquí permanece algo de pureza, incluso en una esquina de esta ciudad.
Respirando calmadamente, te miro, veo que te has dormido, tan exhausto.
La Dulzura es un retrato desprotegido pero nadie en el mundo lo sabe a excepción de mi...
Un día, cuando la luz del sol se vertió y el viento sopló gentilmente, como si no fuese nada en especial, sentí como esa sola cosa cambiaba en mi, lenta, segura y firmemente.”
“Mis lágrimas caían,
pero pensé que no estaba triste para nada, porque tus sentimientos se hundieron
en lo mas profundo de la cicatriz de mi corazón, y la cambiaron por ternura.
Si estas atravesando una gran tristeza, deseo que la compartas conmigo, seré capaz de lo que sea con tal de verte sonreír...”
Si estas atravesando una gran tristeza, deseo que la compartas conmigo, seré capaz de lo que sea con tal de verte sonreír...”
Continúa cantando mientras introduce en él lo que ha
protegido durante muchos años, en cuanto toca su pequeño cuerpo una resplandeciente
luz ilumina el jardín en su totalidad, rompiendo incluso muchos cristales de
los que ahí se encontraban y algunas flores a su alrededor, toda la luz se
concentra en el pequeño y comienza a elevarse hacia el nublado cielo que cubre
la ciudad, ella lo observa alejarse mientras pequeñas lágrimas caen de sus
ojos.
“Mi querido tesoro, mi
querido tesoro...”
Las puertas ceden por fin y miles entran corriendo hacia
ella, no se mueve, cierra los ojos y espera pacientemente…
Los años le han enseñado a ser fuerte, a no confiar en nadie
ni depender de nadie, no tiene hogar ni amigos, nada, la vida ha sido cruel con
él, pero no le afecta, porque sabe que es diferente a todos a su alrededor,
desde que tiene memoria lo ha sabido, aunque no sabe bien el por qué.
De pie en la azotea de ese gran edifico espera pacientemente
por su cazador, desde pequeño se ha acostumbrado a ser la presa, pero no sabe
por qué miles de veces han intentado cazarlo.
“Si no lo sabes, mejor”
Había dicho uno de los cazadores mientras lo tenía
acorralado en un callejón cuando tenía ocho años, no supo muy bien cómo, pero
logro escapar, desde ese día ha investigado sobre él, pero no ha encontrado
nada útil, incluso se ha hecho varios exámenes y pruebas esperando encontrar lo
que tanto buscan en él, pero todo ha salido normal, no posee nada de valor que
otros quieran, y aún así siguen intentando cazarlo.
El viento frío sopla contra su cara y ligeras gotas de
lluvia han comenzado a caer, se escuchan los truenos que anuncian una pequeña
tormenta, cierra los ojos y disfruta de la frescura del ambiente.
-Supongo que tampoco me dirás por qué has venido por mí-
pronuncia sin abrir los ojos.
-Así que me estabas esperando- contesta burlonamente
mientras sale de entre las sombras y camina hacia él sin amenazarle aún.
-Eso no responde lo que te he dicho.
-Posees algo que muchos de nosotros queremos
-Eso lo puedo deducir sin que me lo digas.
-Si te dijera lo que queremos sería más difícil para
nosotros el atraparte
-Eso no lo sabes, es posible que incluso yo mismo se los
entregara para que me dejen en paz de una buena vez- abre los ojos y mira
directamente a su agresor sin miedo alguno.
-Entonces evitemos todo esto y deja que yo mismo lo tome-
dice mientras saca su katana y se acerca a él. Pero es detenido por la katana
en su cuello que hábilmente ha colocado.
-Lo siento, pero no dejaré que tomes lo que sea que estés
buscando sin una explicación.
-Entonces, será a la fuerza…
La pelea se desató, sus movimientos, su porte, su sangre
fría, poseía una actitud que le hacía sentir extraño a él mismo, pero así había
aprendido a ser con el paso de los años, el otro era un buen contrincante,
esquivaba magistralmente sus ataques, parecía leer el siguiente movimiento de
su parte, peor no quería perder tiempo una vez más con aquéllas ridiculeces,
así que en un hábil movimiento su katana hizo un golpe mortal en el
contrincante, ganando una vez más contra su enemigo.
Sin siquiera mirar a su oponente caído guardo de nuevo su
katana bajo su gabardina y emprendió la marcha hacia una nueva ciudad, sin
esperanza de encontrar paz, no importa cuánto la buscara.
Porque Yunho sabe que no importa qué tan bien se esconda,
siempre lo encontrarán.
-Mi señor, he
encontrado la forma de capturarlo sin mayor problema- anunció uno de sus
vasallos mientras se acercaba.
-Cualquier cosa, lo que sea, pero dime cuál es tu plan.
-El chico ha estado sólo toda su vida, sin ningún tipo de
ayuda ni nada por el estilo, sin una mano amiga que le ayude….
-Eso lo sé, ve al punto….
-Podemos hacer que confíe y después…..será pan comido.
-Oh….entiendo tu plan, planeas hacer que alguien se acerque
a él con la intención de ser su amigo….y entonces….
-Exacto
-Vaya, algo tan simple no se me había ocurrido
antes….¡¡maravilloso!! Pero ¿a quién mandaremos para la misión?
-Si me lo permite, quisiera ir yo mismo, señor
-¿Tú? Pero eres de uno de mis mejores hombres, sino es que
el mejor, podemos enviar a otro.
-No tenemos oportunidad para el fracaso, señor.
-Aún así, es arriesgado que….
-Si enviamos a otro corremos mucho riesgo de perder la que
podría ser nuestra única oportunidad, no podemos darnos ese lujo.
-Tienes razón……ahhh….está bien, ve tú entonces….
-Gracias señor, tendré éxito en la misión.
-Confío en que lo harás.
Se despidió con una ligera inclinación y salió de la
habitación dispuesto a cumplir lo antes posible con su deber, visitando antes a
las únicas personas que disfruta ver sufrir.
-Buenas- saludó a los que alguna vez fueron los habitantes
de tan magnífica ciudad, encerrados en los calabozos, alejados de cualquier
rayo de luz que pudiera alcanzarlos, ni siquiera una pequeña ráfaga de aire-
¿Por qué tan tristes? Alégrense, traigo buenas noticias- todos lo voltearon a
ver- Aún no hemos podido localizar a su guardiana, es una lástima, pero hemos
encontrado la fuente de poder que se encargó la infeliz de enviar a otro mundo
antes de desaparecer, así que dentro de poco será nuestra ¿no es emocionante?-
dijo sonriendo.
Por supuesto nadie sonreía con él, la decepción se hizo
presente aún más en sus caras.
-Y para evitar que falle, será su servidor quién realice la
misión, y como saben, jamás fallo.
Se burló una vez más de ellos y se acomodó mejor su traje,
listo para partir enseguida…
-Tenemos que ayudarle….- susurra una mujer a otra más joven
que está a su lado.
-No podemos siquiera salir de este agujero ¿cómo hacerlo?
-Podemos salir, lo sabes- replicó.
-Sé que quieres ayudarle porque es tu hijo, pero yo ta…
-Lo he dejado solo por 20 años….¡¡20 años!!.....ya no puedo
verlo sufrir más- sollozó.
-Ahhh….lo sé, pero, ¿cómo piensas hacerlo? La gente aquí
ignora que aún sigues aquí y no creo que de buenas a primeras quieran ayudarte.
-Lo harás tú
-¿Qué? Pero yo….
-Por favor- sollozó aún más la mujer- le he dado una gran
carga sin siquiera una explicación.
La joven la ve llorar y al igual que ella se le parte el
corazón al verla muy triste.
-Está bien…..
Le da un pequeño beso en la mejilla despidiéndose de ella,
logra salir sin dificultades, ha estudiado por años las salidas, corre lo más
que puede por los pasillos intentando que no la vean, pero ya han comenzado a
seguirle, así que sin perder más tiempo hace uso de su poder y comienza a
desaparecer las plumas que la han protegido por años, yendo hacia donde está
él…..
Las gotas de sudor recorren todo su cuerpo, se retuerce
producto de todas las sensaciones que experimenta en él, encuentra en cada una
de esas sensaciones alivio y desesperación, no queriendo que terminen nunca
pero tampoco queriendo que sigan, su corazón late a mil por hora mientras su
cerebro procesa toda la información que está recibiendo a cada segundo.
Las miles de sinapsis que sus neuronas están creando por
toda su espina dorsal le crean escalofríos, jadea intentando jalar todo el aire
que sus pulmones exigen sin poder conseguirlo en momentos.
Recostado en el asiento trasero de su auto no es capaz de
hacer mucho movimiento, tan sólo dejar que su cuerpo reaccione ante la
situación vivida, más gotas de sudor caen por su rostro y los latidos de su
corazón se intensifican más de lo que deberían, una taquicardia como jamás le
había dado.
-Yunho…..
Abre los ojos agitado al escuchar el susurro en su mente,
incorporándose en el acto, aún jadea y suda, mira a su alrededor y se encuentra
en su auto en medio de un callejón, hace frío, poco a poco su corazón se calma
al igual que su respiración, recarga su frente en sus rodillas intentando pasar
el mal sueño, no es la primera vez que lo tiene, desde que era un niño ha sido
el mismo sueño una y otra vez, incluso empieza a experimentarlo antes de quedar
dormido, es una voz que le atrae, que le llama:
“Debajo del gris y
cuadrado cielo todo está lleno con toda clase de deseos.
Pero no pierdo de vista la luz entre ellos, y puedo caminar, mirando hacia delante, porque siempre me muestras que aquí permanece algo de pureza, incluso en una esquina de esta ciudad. Respirando calmadamente, te miro, veo que te has dormido, tan exhausto.”
Pero no pierdo de vista la luz entre ellos, y puedo caminar, mirando hacia delante, porque siempre me muestras que aquí permanece algo de pureza, incluso en una esquina de esta ciudad. Respirando calmadamente, te miro, veo que te has dormido, tan exhausto.”
Es exactamente el momento en el que se queda dormido y su
sueño comienza aún más a alterarlo:
Una magnífica ciudad que se eleva por encima del suelo, con
muros hechos de marfil y brillantes piedras, gente yendo y viniendo felizmente
por todos lados, de pronto, todo se oscurece, truenos y relámpagos azotan la
ciudad, la gente empieza a correr llevándolo en medio de todo el alboroto,
llega a un templo, pero se ha quedado solo, corre buscando refugio de todos los
atacantes de la ciudad.
“Por aquí….”
Escucha que le dicen en un susurro, sigue la voz que ha
comenzado a cantar con una voz dulce, con una magnífica voz que su cerebro y
recuerdos conocen, pero que se niegan a mostrarle.
“La Dulzura es un retrato
desprotegido pero nadie en el mundo lo sabe a excepción de mi...Un día, cuando
la luz del sol se vertió y el viento sopló gentilmente, como si no fuese nada
en especial, sentí como esa sola cosa cambiaba en mi, lenta, segura y
firmemente.
Mis lágrimas caían,
pero pensé que no estaba triste para nada, porque tus sentimientos se hundieron
en lo mas profundo de la cicatriz de mi corazón, y la cambiaron por ternura.”
Continúa caminando mientras la ciudad cae detrás suyo, justo
donde sus pies tocan el suelo, los muros caen incluso sobre él pero ninguno
llega a dañarle en realidad, como si sólo estuvieran esperando para dejarlo
pasar y caer rendidos detrás suyo. A cada paso que da su corazón se aflige
porque de alguna manera se siente seguro en la ciudad, se siente protegido,
como si ahí estuviera la familia que le fue negada, como si estuviera ahí su
pasado, presente y futuro, sabe que no hay nada más en el mundo para él que ese
lugar, pero también sabe que es casi imposible de alcanzar, puede que muera
antes de siquiera conocer el significado de ese sueño, sabe que en realidad
nunca conocerá el significado de su existencia.
“Estas atravesando una
gran tristeza, deseo que la compartas conmigo, seré capaz de lo que sea con tal
de verte sonreír, mi querido tesoro”
Escucha claramente esas palabras en el dulce canto que
inunda la ciudad, en medio de la oscuridad que reina le hacen ver la luz, una
luz cálida que está esperando por él, una luz que puede mostrarle las
respuestas que está buscando, llega al final de su camino, una gran puerta ante
él se eleva, tan sólo un pequeño roce hace que éstas se abran ante él, una gran
luz lo baña cegándolo haciendo que se cubra los ojos, cuando finalmente la luz
es tolerable, su vista se fija en una silueta de una mujer sentada en medio de
la nada, sentada, cantando esa melodía.
Intenta enfocarla bien mientras da un paso hacia ella, el
eco de su pisada la alerta de su llegada haciendo que deje de cantar y voltee
lentamente hacia él, de pronto todo comienza a cerrarse a su alrededor, una
especie de mano invisible comienza a jalarlo hacia el exterior alejándolo de
ella, estira su mano hacia ella en un intento de alcanzarla, sin éxito, lo
único que logra ver es su mirada que le dirige y su nombre en un susurro.
“Yunho….”
Ese es el momento exacto en que se despierta, agitado,
cansado, confundido, perdido en sus propios pensamientos sin ninguna
posibilidad de respuesta alguna. De nuevo le sucede hoy, sin siquiera una
pequeña posibilidad de acercarse, pero hoy ha sido diferente, por vez primera,
ha escuchado su nombre salir de sus labios, por vez primera desea oírlo una vez
más de ella.
Mira su reloj de pulsera, las 3:00 am en punto, se talla los
ojos un poco y se acomoda en el asiento del conductor, se despabila una vez más
y enciende el motor listo para continuar su camino, a donde quiera que vaya, no
le interesa, mientras maneja miles de luces pasan frente a él, no ve ni
siquiera el camino, lo único que resuena en su cabeza una y otra vez es su
nombre dicho por esa mujer, es en lo único que puede pensar ahora.
Maneja sin cuidado por la ciudad, deteniéndose en un bar de
segunda para comer algo y emborracharse un poco con tal de olvidar, aunque sea
por un instante esa mirada y esa voz que lo confortan, no le gusta esa
sensación, nunca ha dependido de nadie y nunca se ha interesado en cualquier
otra forma de vida, sin embargo esta le hace ser un completo adicto a ella, sin
siquiera saber si existe en realidad o es sólo producto de su imaginación, sea
cual sea la razón quiere conocerla, buscar por el mundo entero si es necesario
hasta llegar hacia ella, porque en ella encuentra la tranquilidad que ha
buscado por años.
Pide una bebida cualquiera y un plato que en realidad no se
le apetece, lo sabe, lo único que busca es distraerse, sentado en la barra
escucha las tontas conversaciones de todos los borrachos que ahí se encuentran,
cosas incoherentes entre ellos, al menos sabe que su vida no es tan patética
como la de todos esos sujetos, come sin disfrutar de su comida.
De repente una pelea se ha desatado en una de las mesas del
rincón por un supuesto tramposo en el juego con la baraja, golpes van y vienen
de un lado a otro, el dueño del bar intenta calmarlos sin éxito, sillas vuelan
pasando sobre su cabeza pero no se mueve ni un centímetro, incluso está ajeno a
todo lo que sucede, pues su mirada se posa en uno de los rincones del local, en
una figura de un joven sentado ahí, mirándolo mientras sonríe un poco, no gira
la cabeza, simplemente sigue comiendo sin dejar de mirarlo, como si no supiera
de su existencia, pero ya lo ha visto.
Saca de su pantalón un billete y lo deja sobre la barra,
coge su chaqueta y sale del bar caminando pacientemente con las manos en sus
bolsillos…..lo sabía, ha comenzado a seguirle, lleva una gabardina que le llega
a los talones, un suéter con cuello de tortuga y un sombrero un poco llamativo
pero que hace juego perfecto con su atuendo y su porte, pero no le intimida en
lo absoluto, da vuelta en una esquina y entra en lo que parece ser una bodega
abandonada, iluminada apenas por la luz de los faros de la calle, se detiene en
medio de la bodega.
-¿Cuánto tiempo llevas siguiéndome?
-No lo suficiente- le responde con una voz demasiado ronca,
pero agradable.
-Supongo que vienes a lo mismo
-Supones bien
Yunho gira sobre sus pasos, ahora puede verlo bien gracias a
la luz que entra al lugar, es diferente a los otros, incluso su sola presencia
es imponente, pero no lo suficiente como para asustarlo, él también gira la
cabeza un poco analizándolo también, dejando ver su verdadera naturaleza.
-No eres como los otros, ¿cuál es tu nombre?- pregunta Yunho
sin despegarle la mirada ni una sola vez.
-Así es, no lo soy, así que es mejor que te rindas.
-Tu nombre- repite Yunho.
- Choi Seung Hyun
-El verdadero- exige Yunho
-Top, pero no te servirá de nada saberlo
-Puedo hacer muchas cosas con tu nombre Top, cosas que ni
siquiera te imaginas- sonríe Yunho, sujetando disimuladamente su katana bajo su
chaqueta.
-¿Cómo qué?- desafía Top con la misma confianza que Yunho
-Sólo cosas- responde sin dudar.
Top ríe ante su comentario, reconoce que el chico tiene
mucho valor y confianza, será un oponente difícil, pero no imposible de vencer,
después de todo, aún es un crío.
-¿No quieres evitarte el sufrimiento?- pregunta
-Nunca me ha gustado rendirme
-Era de suponerse- responde Top mientras ataca primero.
Por supuesto Yunho sabe defenderse muy bien, la pelea está
casi a la par, su katana deja salir pequeñas chispas a cada golpe que casi le
da, pero Top es un mejor luchador que él, más rápido, más ágil, con mejores
reflejos, mejor en todo, lo que hace que se le dificulte seguirle el ritmo,
estando a punto de recibir golpes certeros y mortales de su parte.
Top sonríe mientras ataca una y otra vez sin darle tiempo
siquiera de respirar, por fin, un golpe logra darle a Yunho mandándolo volar
hasta el otro lado.
-Demonios….-susurra Yunho, pues el golpe en verdad le duele
y no ha sido capaz de evitarlo, sabe que otro golpe de esos puede incluso
inmovilizarlo por completo, intenta levantarse pero ha sido demasiada la fuerza
que le es imposible levantarse a la primera.
-Eres muy débil, no me explico cómo no han podido contigo-
dice Top mientras se va acercando a él autosuficiente.
-Y yo no me explico cómo no te han mandado a ti antes-
bromea Yunho mientras se pone de pie recargándose en su katana.
-Tienes sentido del humor, me agrada eso en una presa
moribunda
-No me has vencido
-Como si ya lo hubiera hecho- sonríe Top mientras levanta
una mano listo para dar un nuevo golpe.
Yunho se sostiene como puede, nunca antes un golpe le había
hecho quedar en tal estado, así que una parte de él teme no poder ganar esta
batalla, pero sostiene su katana con la misma confianza que al principio. Top
está a punto de dar el golpe cuando es golpeado con una gran fuerza y habilidad
que lo alejan lo suficiente de Yunho, dejándolo un poco aturdido y con una
pequeña herida en el labio, se levanta y gira de nuevo hacia Yunho.
Yunho por su parte está igual o más sorprendido que Top,
apenas le dio tiempo de levantar su katana para dar el golpe cuando ya Top se
encontraba tirado en el suelo.
-Es suficiente…..
Gira y ve a otro chico parado enfrente de él como queriendo
protegerlo, imponente también. Top analiza por unos momentos la situación, se
acomoda la gabardina y recoge su sombrero del suelo.
-Supongo que esta vez te dejaré ir Yunho- dice sonriendo-
los dos contra mí sería algo peligroso, pero ten por seguro que volveré.
Da un salto impresionante mientras sale de ahí, Yunho ni
siquiera se molesta en mirar cuando se va ya que su mirada está enfocada en el
chico que le ha ayudado sin que se lo pida, parado frente a él viendo la huída
de Top.
Se incorpora bien sin dejar de
sujetar su katana.
-Nadie pidió tu ayuda- reclama.
-Parecías necesitarla- responde
con su voz aterciopelada y una sonrisa en su rostro- He venido a ayudarte.
-No, gracias, lárgate- le dice
mientras guarda su katana, ya que sabe que, al menos en ese momento, no la
necesitará.
-Pero él volverá, incluso con
alguien peor y….
-Ese es mi problema- responde cortante
Yunho
-Por favor, he viajado mucho para
encontrarte y…..
-Vete- lo interrumpe Yunho
mientras camina hacia la salida
-¿A dónde?
-De dónde quiera que hayas
venido, vete
-Pero no tengo a donde ir, no
tengo amigos ni familia ni nada
-Eso no es de mi incumbencia
-Por favor Yunho…..- Yunho se
detiene y voltea desafiante hacia el chico-….él…..él ha dicho que te llamas
Yunho…..- se explica tartamudeando ante la actitud de Yunho.
-Piérdete….
-Pero…..
-¡¡Que te largues!!- Explota
Yunho logrando asustar al chico que se queda quieto en su lugar.
Yunho se sube molesto a su auto y
arranca a gran velocidad, está un poco herido, pero ese no es el motivo de su
molestia, sino la innecesaria interrupción de ese chico, nadie le pidió que
ayudara ni nada, lo ha dejado en ridículo, aunque mientras más lo pensaba más
lógica le encontraba al asunto, había podido golpear a Top porque estaba
distraído, era eso, ya que si no Top hubiera hecho con él lo que quisiera.
Tampoco deja de darle vueltas en
el asunto el hecho de que Top sea muy diferente a todos los que han intentado
cazarle antes, es muchísimo mejor, alguien en verdad temible y respetable, lo
que le hacía preguntarse cuántos más como él habrá, si su triste intento de
cazarlo en el pasado era sólo para probarlo, para saber qué tan fuerte era y
después soltar a los peces gordos contra él.
Nieve….
Ha empezado a hacer nieve en la
ciudad, el frío comienza a imponerse en el ambiente, las calles se vuelven un
poco resbaladizas y le cuesta un poco de trabajo ver por el parabrisas debido a
la gran cantidad de nieve que ha comenzado a caer, decide que es momento de
estacionar el auto y dormir otro poco hasta que salga el sol, que no es mucho
tiempo pero el suficiente para reponerse, busca un callejón en donde no puedan
molestarle, da vueltas una y otra vez.
Pasa frente a la parada que está
cerca de un parque y puede ver que el mismo chico que antes le ayudara baja del
autobús, ¿acaso lo está siguiendo? No le interesa, aparca el auto en una de las
esquinas cerca del parque y se acomoda para dormir otro rato, pero no puede, la
silueta del chico sentado en la parada tratando de cubrirse del frío lo atraen
una y otra vez, solo, con la nieve cayéndole encima, sin protección alguna,
desde su asiento puede ver que tiembla, intenta calentarse las manos sin
resultado.
Lo mira fijamente una y otra vez,
teniendo una lucha interna sobre qué hacer o no, por fin, después de mucho
meditarlo toma una decisión.
-No me gusta deberle nada a
nadie….-dice antes de salir de su auto con una de sus chaquetas.
Camina directamente hacia el
muchacho que aún no ha notado su presencia, concentrado en únicamente en entrar
un poco en calor, ni siquiera lo nota cuando está justo frente a él hasta que
Yunho le ofrece sin mirarlo siquiera la chaqueta.
-¿Sabes pelear pero no defenderte
del clima?- pregunta Yunho aún sin dirigirle la mirada, con la chaqueta aún en
sus manos.
-Supongo que no-responde el chico
sin atreverse aún a tomar la chaqueta.
-Tómala- dice Yunho
El chico duda un momento, pero la
toma y se cobija con ella.
-Gracias
-No lo hice porque en verdad
quiera, sólo no quiero deberte nada
-De todas formas gracias-
responde el chico con una sonrisa.
Yunho lo ve, su mirada seria no
ha cambiado ni un poco, en realidad no le importa, todo es por sus principios.
-Deberías buscar un lugar donde
quedarte, de lo contrario lo pasarás mal- dice dándose la vuelta y comenzando a
caminar hacia su auto cuando escucha un rugido proveniente del chico, hambre,
eso es lo que tiene, pero sigue caminando, en realidad ya ha cumplido con
salvarlo del frío.
Camina un poco más pero aún no se
ha alejado lo suficiente por lo que vuelve a escuchar el rugido, quiere voltear
y gritarle que se vaya a casa, pero recuerda que le ha dicho que no tiene,
suspira enojado.
-¿¡Piensas quedarte ahí todo el
día!?- le pregunta volteando a verlo.
-¿Eh?- el chico lo mira
confundido.
-¿¡Qué si te vas a quedar ahí!?-
repite su pregunta y con un movimiento le indica que puede seguirlo, al menos
esa vez.
El chico sonríe aún más y se
levanta al instante corriendo hacia él, Yunho no espera a que llegue a su lado,
simplemente sigue caminando hacia su auto gruñendo, nunca le ha gustado la
compañía de nadie, nadie en lo absoluto, llegan a su auto y Yunho le indica que
está abierto del otro lado así que puede subir, Yunho hace lo mismo e intenta
acomodarse de nuevo.
-¿Vives aquí?- pregunta el chico
al ver un poco de ropa en el asiento trasero y uno que otro traste.
-Si no te gusta puedes bajarte-
dice Yunho acomodándose mejor y cerrando los ojos.
-No, está bien……es lindo- dice el
chico un poco tímido, “Al menos no moriré de frío, no creí que afectara tanto”
piensa mientras termina de analizar la “casa” de Yunho, “al menos es limpio”
piensa, porque, a pesar de todo le gusta la limpieza y el orden.
-Hay una manta en el asiento de
atrás y comida- dice Yunho mientras se voltea hacia la ventana, a punto de
dormir.
-Gracias- responde mientras se
cubre con una manta y encuentra un poco de comida que comienza a comer- ¿Vas a
dormir?
-¿No es obvio?- responde mala
gana.
El chico sólo asiente y se queda
callado un momento mientras termina de comer.
-Jaejoong- dice después de un
rato pues la respiración de Yunho le indican que no se ha dormido todavía- Kim
Jaejoong
-No me interesa
-Supuse que al menos debería
presentarme- responde mientras se acomoda también para dormir sin despegarle la
vista de encima.
Sabe que quedándose a su lado corre un gran peligro, pero no
se irá.
“Yunho….”
Abre los ojos nuevamente agitado, los rayos del sol golpean
su rostro ligeramente, ha dejado de nevar pero una gruesa capa de nieve cubre
el suelo, por lo que será imposible mover el auto, además de que sistema debe
estar congelado, lo mejor será encenderlo y esperar a que se caliente un poco y
que la nieve se derrita.
Se estira en su asiento y se acomoda de frente al volante,
de repente una respiración a su lado le hace girar la mirada un poco
confundido, tomando una de sus pistolas de debajo del asiento, pero la suelta
en cuanto ve a Jaejoong profundamente dormido, ahora lo recuerda, lo dejo
dormir ahí.
Enciende el auto para que el motor pueda calentarse y
trabajar sin ningún problema, el ruido hace que Jaejoong se despierte también,
abriendo apenas los ojos volteando a ver a Yunho.
-Me iré hoy a otra ciudad, así que en cuanto estés listo
puedes irte- dice Yunho.
-Este…yo…..¿puedo acompañarte?
-No me gusta que me estorben
-No lo haré, te lo juro
-Me gusta ir solo
-Por favor, yo puedo ayudarte y….
-No necesito la ayuda de nadie
-Todos en algún momento la necesitamos…..
-No me incluyas en ese “todos”
Parece que la discusión ha terminado por fin ya que ninguno
de los dos dice nada en un buen rato, Yunho sonríe un poco creyendo que por fin
ya lo dejara en paz.
-También me persiguen a mí….-dice después de un rato
Jaejoong con la mirada en el suelo
-¿Qué?- pregunta Yunho sin creerlo del todo.
-Desde que era un niño me han perseguido, mataron a toda mi
familia sólo para llevarme, me he quedado sólo en el mundo, considere rendirme
una vez y entregarme, pero cuando uno de ellos estaba por atraparme llegó otro
diciendo “Yunho está en Seúl”, al instante los dos me dejaron ahí y vinieron
por ti, desde ese momento sentí curiosidad por saber quién eras, saber si eras
de ellos o te seguían igual que a mí, cuando supe que eras como yo quise
conocerte, quise creer que al menos tendría un amigo, alguien con quien
compartir mis sentimientos, alguien con….
-Tsk, cursilerías- interrumpe Yunho
Jaejoong se queda callado preguntándose si Yunho alguna vez
le dará una oportunidad.
-Hasta luego entonces- dice un poco triste mientras se quita
la manta y la chaqueta, listo para bajar del auto.
-Iré por gasolina, mas te vale que cuando vuelva el auto
esté limpio- lo detiene Yunho con esas palabras mientras baja del auto.
Jaejoong se queda en su lugar preguntándose si eso puede
tomarlo como señal de que sí puede quedarse, eso ha querido decir Yunho, sonríe
un poco mientras lo ve alejarse, por lo menos le ha dicho indirectamente que
puede quedarse, y ese es un gran paso.
-¿No pudiste con Yunho?
-Lo siento señor, pero apareció una persona que no tenía
contemplada, él….
-Lo sé Top, ese Jaejoong está con él….
-Pero señor, eso frustrará nuestro plan de….
-No te preocupes, una variable no afecta mucho
-Pero señor, al menos debieron informarme que….-se queja Top
-Nada, tú limítate a atrapar a Yunho, nada más, del resto me
encargo yo ¿entendido?
chucha ...Jaejoong es uno de los malos....waaaaaaaaaa bebo ---------me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.......los que lean este fic , comenten solo leen y no agradecen el trabajo de la autora......muchas gracias por este trabajo , ire por el siguiente.
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