Parte 2
•◘○•◘○Jaejoong•◘○•◘○
El corazón me latía pausadamente, al ritmo del desconcierto
que tenia en mi interior, las imágenes se revolvían en mi mente, unas
ocasionales y otras borrosas, las únicas que estaban claramente clavadas en mi
cerebro, eran las ultimas, las mas dolorosas, las que quisiera no recordar…
esas permanecían atormentando, mi ya atormentado ser. Aun había cosas que no
entendía, pero por este instante, no quería detenerme a pensar demasiado.
Sentía la horrible
sensación de gritar, llorar, desgarrar mi pecho con mis propias uñas, quitarme
yo mismo el corazón para no sentir nada… pero, no podía, ni siquiera podía
llorar, porque no se si aun era tiempo de que mis lagrimas sirvieran de algo,
incluso mis lagrimas, el no las merece… son muy sucias para derramarlas…
¿Por qué?
Sigo repitiendo una y otra vez esa pregunta, maldiciendo al destino que nos hizo estar en
el mismo espacio, en el mismo lugar, de todas las personas en el mundo ¿Por qué
tenia que ser el?, estaba mucho mejor sin saberlo, no, yo no quería saberlo,
saber esto significaba tener miedo, miedo de que la próxima vez, cuando este
frente a el, en una situación igual a esta, no pueda detenerme… porque yo no
soy capaz de pararme a mi mismo.
El tronco a mi espalda es el único sustento para mi cuerpo,
estoy sangrando, pero, no puedo sentir nada aun, el efecto adormecedor aun no
ha pasado y sigo aferrado a la idea de que esto es un maldito sueño, otra
alucinación de mi atrofiada mente…
Cierro los ojos con fuerza y aprieto los puños, tratando de
evocar su sonrisa, algo que pueda espantar esas horribles imágenes que se
amotinan y me pudren la vida, quiero esa sonrisa, la ultima que recuerdo,
quiero quedarme con ella, también quiero despertar en casa, a su lado, con sus
brazos alrededor de mi cintura, el suave vaivén de su respiración impregnando
mi piel, con la sensación de que me sostiene fuerte, de que estoy a su lado y
me necesita.
Solo eso, solo quiere tener eso y nada mas… ¿soy ambicioso?
No pido mas que estar a su lado… no quiero perderlo… la única muestra de
lucidez en mi cabeza y el único peldaño al que me puedo sostener para caer al
más fiero y profundo abismo.
-Si Jefe… debería
ir al hospital…No, no señor, el esta muerto… seguro fue alguno de los policías,
ahora mismo debe ser carbón… no, no lo sabemos… lo llevaron a urgencias ¿quiere
que hagamos algo?
Escucho una voz, lejana, pero ahí esta, es tan
insignificante y molesta, pero aun así, me altera y me hace levantar los
pesados parpados, para vislumbrar la oscuridad que me rodea. Observo la silueta
oscura frente a mi y mi vista desenfocada se aclara paulatinamente, al tiempo
que acomodo el brazo dormido y trato de ponerme de pie…
-Deberíamos ir
directamente al hospital y acabar con el de una vez por todas ¿no?... Finalmente
tenemos al capitán donde lo queríamos…
Para ese instante, la pesadez y el dolor se alejaron de mi
cuerpo, un subidón de adrenalina suficiente como para levantar pesas alimento
mi miedo, con tanta fuerza que me abalance hacia aquel sujeto, pateando el teléfono
que sostenía tan lejos como pude, haciéndolo reventar con fuerza, y luego de
tenerlo en el piso, le patee la cara con toda mi fuerza, y el no pudo
moverse. Me incorpore y corrí por los
matorrales que me rodeaban, del hangar en el que habíamos estado apenas y
quedaban algunas vigas y restos, lo demás era solo cenizas. No había presencia
de nadie, ni bomberos ni oficiales, aun era territorio seguro.
Al caminar, dejaba rastros de la sangre que aun brotaba de
mi brazo, pero yo no era consciente de nada más que evitar que cualquiera de
esos bastardos pudiera volverle a poner una mano encima a Changmin. Aunque
estaba consiente de cuantos oficiales debían estar custodiándolo justo ahora,
no podía respirar por la inminente preocupación y la necesidad de protegerlo
bajo cualquier circunstancia.
Llegue hasta un conjunto de personas que aun se encontraban
cerca, al verme, se espantaron e inmediatamente dieron un paso hacia atrás, yo
no me inmute, ni siquiera valían mi tiempo como para percatarme de alguno de
ellos. Sabia mi condición, herido y con mi rostro al descubierto, con la
insignia en el brazo contrario haciendo fácil el reconocer de donde venia, pero
en este momento, la misma vida me valía mierda.
Había un auto estacionado a algunos metros de distancia de
donde me encontraba, los efectos de la herida empezaban a sentirse, estaba a
punto de atacarme una infección o algo parecido, pues sentía picazón y el brazo
me ardía. No tuve mas opciones que voltearme hacia los tipos y al tener mi
vista sobre ellos volvieron a retroceder:
-Llaves –emule, con la voz torcida y obscura, sin ánimos de
entablar una animada charla-
Sin esperar, uno de ellos dio un paso hacia adelante y me
tendió el juego de llaves, y yo prácticamente se la arranque de la mano, dando
la vuelta inmediatamente y llegando con rapidez hasta el auto, al entrar a el,
hice rugir el motor y conduje por los callejones vacíos del sur de la ciudad,
aquí no había reglas, ni leyes, este era un territorio sin dueño, en el que
nadie tenia derechos sobre nadie. Conducir con un solo brazo no es exactamente
cómodo ni práctico, más cuando viajas a más de 80 km por hora, pero, estaba
anestesiado y por más que tratara mis pensamientos no coordinaban como
deberían. Todo lo que había sucedido, había tenido un efecto adormecedor que me
hacia pensar como idiota, y por ende, actuar como uno.
Cuando llegue a la carretera principal, y pronto a la
avenida, me vi obligado a bajar la velocidad. Lo menos que necesitaba en este
momento era un policía que me detuviera por exceso de velocidad, y se percatara
del agujero en mi brazo y comenzara a hacer preguntas, menos si se daba cuenta
de que era un auto robado y que no poseía ningún tipo de permiso, en este
momento, solo necesitaba llegar a aquel hospital.
•◘○•◘○•◘○•◘○
Me detuve algunos metros antes de llegar a la entrada del
hospital, estaba agotado y un mareo involuntario me impedia avanzar muy bien,
aun así, con pasos torpes, pude escabullirme sin problemas por el recinto,
estaba claro que la seguridad no era suficiente como para detenerme, y que de algo servía el ser tan silencioso.
Estuve dentro del lugar al poco tiempo, espere escondido
detrás de uno de los anaqueles, mirando a ambos lados y esperando que ningún
guardia estuviera cerca por ese instante o estaría completamente jodido, pues
no tenia fuerzas para correr o defenderme. Hasta que pude verlo a la distancia,
un pelinegro de blanca piel y labios prominentes, ligeramente similares a los
mios, la persona que necesitaba. Hablaba con una de las enfermeras sosteniendo
un expediente, y luego, avanzo hacia mí, sin despegar los ojos de aquella
carpeta, y mucho menos percatarse de que estaba tan cerca.
Cuando estuvo a menos de un metro de mí, lo sostuve por la
espalda y lo arrastre hasta uno de los cuartos de suministros, él luchó
tratando de zafarse y empujarme, pero una vez estuvo dentro del pequeño cuarto
y me observo, pudo quedarse quieto, aunque se encontraba pasmado por mi
presencia:
-J-Jaejoong…
Le sonreí como pude, pegando mi espalda a la pared más
cercana una vez pudo reconocerme, ya no podía sostenerme y el mundo entero daba
vueltas, lance un leve gemido de dolor mientras sentía tus brazos sobre mí,
examinando mi herida con cuidado:
-Ahg… -emule con dolor, al sentir su dedo palmar la herida
de mi brazo-
-Por la puta mierda, Jaejoong ¿Por qué siempre tienes que
aparecer de esta forma? –me hablo, sosteniendo con una de sus manos mi rostro y
luego me apunto los ojos con una luz blanca y molesta que me dejo nublado unos
segundos, tratando de sostenerme con el otro brazo, pues me escurría por la
pared ya sin poder con mi propio cuerpo-
-No puedo revisarte aquí, tenemos que arreglárnoslas para
ir a mi oficina ¿eh? –Me palmeo el rostro para hacerme despertar- No puedes
dejar que nadie te vea, tengo que revisar si te daño algún nervio…
Asentí lentamente cerrando los ojos, percibí sus pasos
lejos de mí y la luz del pasillo iluminar la tenue oscuridad de aquel almacén.
Se detuvo unos segundos en la puerta y poco a poco levante los parpados, al ver
su espalda, y la forma como miraba a ambos lados, me llamaba con los dedos para
que me moviera. Obedecí, y llegue hasta donde se encontraba, él me tomo por la
cintura cuando me puse a su lado, moviéndose rápido hasta alcanzar uno de los
ascensores, que por suerte estaba vacío.
Llegamos al decimo piso en poco tiempo, y antes de bajar,
el miro a ambos lados y luego volvió a sostenerme, sacando un juego de llaves
del bolsillo de su bata, para luego abrir la puerta de su oficina, y meterme
con rapidez a ella, cerrando la puerta detrás de mi con llave; cerrando todas
las persianas mientras me alcanzaba y me ayudaba a recostar en la camilla que
se encontraba dispuesta en el consultorio.
-Tienes fiebre –murmuro, tocando mi frente, para luego
alcanzar un par de tijeras y romper la manga de mi ropa, logrando observar con
claridad la herida- No parece muy grave, y no daño ningún nervio al parecer
–emulo examinando con cuidado el brazo- Pero se infecto, y tengo que sacar la
bala de ahí cuanto antes.
Solo asentí, ya que no podía mantener los ojos abiertos por
mucho que quisiera y me deje ser mientras me inyectaba y acercaba una bandeja
de aluminio donde estaban todos los implementos, desde un estetoscopio hasta un
juego de bisturíes. No vi lo que hizo, solo sentí un tirón en el brazo y
seguidamente escuche el sonido de la bala contra la placa de aluminio, también
el terrible dolor cuando el alcohol hizo contacto con la herida abierta.
-¡Ah! –Contuve un grito mucho mas fuerte mientras buscaba
desinfectar la herida-
-No puedes moverte de aquí ¿entendiste? Te encerrare, y
cuando pase el efecto de los antibióticos podrás irte –Menciono mientras cubría
la herida con gasas y volvía a inyectarme. Luego, divise como limpiaba los
rastros de sangre y se deshacía de las gasas que estaban manchadas de mi
sangre, para luego poner todo en su sitio. Pretendía salir del lugar, pero,
sostuve su brazo con el mio:
-E-Esta aquí… -emule, adormecido completamente- dime… si
el… esta aquí…
-¿De que hablas? –Pregunto, hincándose hacia mi y
acariciando mi pelo con cuidado- ¿Quién
esta aquí?
-C-Chang…min
El me miro con cierta duda en el rostro, para luego
observar en la mesa, los papeles que había cargado consigo, luego de quedarse
suspendido en el aire algunos segundos, volteo la vista hacia mí, mirándome con
terror en su cara:
-¿S-Shim Changmin?
-Asentí, apretando con mucha mas fuerza su brazo- Dime…
¿esta… con… vida?
Se quedo en silencio unos segundos, mientras miraba a todos
lados, parecía alterado, muy alterado, pero pude traerlo de nuevo hacia mí, apretando
su brazo otra vez:
-Y-Yoochun…-le llame con suavidad- dime… algo…
-El es un agente Jaejoong, un agente… No me digas que todo
este tiempo…
-N-No lo sabia –murmure, interrumpiéndolo- Por favor
–rogué, prácticamente cayendo en las redes del sueño, sin dejar de apretar su
brazo-
Las imágenes se dispersaron entonces, dejándome
inconsciente en pocos segundos, aun podía escuchar la voz de Yoochun, algo
lejana y distorsionada, pero, la ultima frase, pude escucharla claramente, e
hizo eco en mi primera fase de sueño, mientras soltaba el agarre de su brazo
paulatinamente… alterando mi interior por completo…
“Esta en coma,
Jaejoong”
•◘○•◘○Yoochun•◘○•◘○
No pude seguir hablando, pues el se había desmayado sosteniendo mi
brazo con poca fuerza, se notaba lo agotado que estaba, y también, la angustia
podía palparse en su rostro. Pero, yo mismo, no podía salir del asombro que me
había producido el saber aquello…
El localizador de mi cadera comenzó a vibrar, avisándome que me
necesitaban en la sala de cuidados intensivos, con cuidado arrope su cuerpo,
apagando las luces del consultorio mientras abría la puerta y luego, cerraba
con llave para dirigirme a aquella sala, unos pisos mas arriba.
Llegue al lugar donde una enfermera me esperaba, avanzamos por uno
de los pasillos y nos desviamos a la derecha, el entero pasillo estaba
custodiado por hombres armados, y el lugar había sido evacuado completamente.
Al llegar a aquella habitación, fui requisado como por decima vez en ese corto
tiempo “¿Cuándo se darían cuenta de que no estaba armado?” me dije mentalmente,
mientras ingresaba a la habitación, donde el estaba, postrado en aquella cama,
con todos aquellos cables conectados a su cuerpo.
-Esta respondiendo rápidamente, al parecer, como esperábamos, la
bala no ha causado ningún daño interno, y que saliera inmediatamente fue una
gran ventaja –menciono la enfermera que me acompañaba, observando los papeles
que tenia en la mano-
-Si sigue respondiendo de la misma forma, tal vez para mañana
podamos traerlo de vuelta –emule, acercándome a los monitores y checando yo
mismo sus signos vitales- Necesito traerte de vuelta –murmure para mi mismo,
observando con cuidado el rostro de mi paciente-
Era joven, tal vez de la edad de Jaejoong o con algunos años
menos, al verlo llegar a urgencias rodeado de oficiales me sorprendí cuando
supe que era el capitán de una organización entera, alguien tan joven, no
parecía tener el carácter para liderar una tropa que se veía tan numerosa. Pero
al ver la preocupación en los ojos de aquellos hombres y el respeto con el que
lo miraban, pude darme cuenta inmediatamente que no era alguien cualquiera.
No puedo negar la curiosidad que sentí al ver su nombre… pensé
“Vaya, se llaman igual” recordando el nombre de la persona de la que mi hermano
tanto hablaba, aquel sujeto al que le estaba tan agradecido, pues yo por mis
propios medios, nunca logre un cambio significativo en la mente de Jaejoong.
Este muchacho, lo había cambiado mucho, le había devuelto las
ganas de seguir adelante, a su lado pensé que mi hermano dejaría atrás todos
sus problemas…
Pero, el destino quizás tenía otra treta mas para hacer desesperar
la poca cordura que quedaba atando la mente de mi hermano… Porque de todas las
personas en el mundo… justo tenia que enamorarse de quien menos debía.
Salí de aquella habitación aun cansado, había tantas cosas que no
entendía. Me echaba la culpa a mi mismo por los males que envergaban a mi
hermano, si tan solo lo hubiera acompañado durante mas tiempo, tal vez pudiera
evitar que el estuviera de esa forma ahora, que se esforzara tanto.
Ahora se esforzaba mas y se hacia mas daño que antes. Antes
simplemente podía evadir toda su realidad sin ningún tipo de remordimiento.
Ahora, tenia miedo, podía sentirlo en sus ojos, tenia miedo de volver a ser
quien era antes de conocer a Changmin.
Y lo peor era que el miedo lo hacia ser mucho mas vulnerable…
•◘○•◘○•◘○•◘○
El pelinegro se movió con rapidez de aquel piso, de regreso a su
oficina, tener a Jaejoong tan cerca, exponiéndose de esa forma, con medio
cuerpo oficial a tan solo unos pisos, lo alteraba. Aun era su hermano, sangre
de su sangre, era su familia… al único que consideraba su familia, al menos, y
por sobre todo, temía que perdiera el control. Era obvio que su lucidez no era
la mejor justo ahora, el débil hilo que mantenía a raya a su hermano estaba
temblando por la condición de Changmin... Tenia que controlarlo a como de lugar
si se daba aquel caso… aunque temía, si aun el ejercía algún tipo de poder
sobre Jaejoong…
Hace años que no existía nada que pudiera con “él”… solo la propia
voluntad de Jaejoong podía controlarlo.
-En verdad necesito traerlo de vuelta –susurro, apretando su puño
ligeramente mientras entraba de regreso al consultorio- o Jaejoong, el, será
capaz de ir a buscarlo hasta el mismo infierno… y no se si sea capaz de
regresar…
Abrió la puerta con rapidez, entrando y volviendo a cerrar con
llave mientras poso la vista en el lugar donde había dejado a su hermano, pero
se dio cuenta que la camilla estaba vacía. Se exalto, encendiendo las luces y
observando la habitación, vagando los ojos con rapidez, tratando de ubicarlo…
Pero… la habitación… Se hallaba completamente vacía…
La desesperación le invadió y trato de acercarse a las ventanas
para checar si no había saltado… era imposible, estaban a más de 10 pisos de
altura, no había ningún tipo de sostén que le permitiera salir de aquel
consultorio, aun así, fue la primera idea que se le cruzo por la cabeza.
Las ventanas estaban perfectamente cerradas, así que, volvió la
vista a la puerta, no había forma de que escapara por ahí, estaba encerrado y
las cerraduras no estaban forzadas. Entonces, su vista se enfoco en la bandeja
metálica donde estaban dispuestos sus implementos en perfecto orden, estaban
intactos… a excepción de uno de ellos, uno de sus bisturís había desaparecido.
-No… -susurro, abriendo los ojos de par en par-
Entonces, sintió un frio escozor en su espalda, y aquel peligroso
filo rozar con la fina piel de su cuello, amenazando punzante su yugular.
Sintió miedo, mucho miedo, al ver en el reflejo de la bandeja la sonrisa
brillante, malvada y oscura que rebordeaba los labios de su atacante…
-Mi pequeño Donsaeng… -susurro a su oído, pegando mucho más el
filo del bisturí a su cuello, dejando que la piel se abriera y algunas gotas de
sangre empaparan la bata del joven doctor-
-Y-Youngwoong –respondió tembloroso el pelinegro, sosteniendo el
brazo de su atacante- ¿Q-Que haces? C-Cálmate…
-¿Qué pasa? Hace tanto tiempo que no nos vemos, ¿ya te quieres
deshacer de mí? ¿Eh? –Respondió con una sonrisa, sujetando por la cintura al
más bajo, pegando la barbilla en su cuello- ¿No me extrañaste?
-Youngwoong… trae a Jaejoong, quiero de vuelta a Jaejoong, dile
que regrese –emulo mas firme Yoochun, sosteniendo el brazo que lo atacaba con
fuerza- Joongie, ven, regresa, ¡Ven Jaejoong!
-¿Jaejoong? –emulo, expandiendo su tétrica sonrisa, alejando el
bisturí del cuello de Yoochun y soltando el agarre, para luego, retroceder
algunos pasos hasta sentarse en el escritorio- El esta… en un dulce viaje por
ahora… -sonrió, jugando con el filoso objeto en sus dedos, pasándolo por su
lengua para limpiar la sangre que quedo en sus bordes- Cada vez se le hace mas
difícil… regresar –sonrió aun mas, llevando el filo a su brazo-
-¡NO! –Grito Yoochun, al verlo a punto de atravesar la herida que
recién había curado- Jaejoong ¡Jaejoong! –Gritaba desesperado- C-Changmin…
Changmin… el esta aquí… Changmin… debes regresar por el, no te pierdas ahora,
no ahora… Jaejoong recuérdalo, Changmin… ¡REGRESA!
-Eso no va a fun…- Intento decir, pero la expresión en su rostro
cambio de repente, la sonrisa se borro, al tiempo que llevaba las manos a su
cabeza y se quejaba, cayendo al piso de rodillas y meciéndose, al tiempo que
Yoochun se acercaba a su lado y lo abrazaba:
-Eso es… eso es… Changmin esta esperándote, esta allá arriba
esperándote hermano, recuerda ¿eh? Vamos, vuelve conmigo…
-ah…m-maldito… ya…
El cuerpo bajo su abrazo cedió lentamente, haciéndose más blando,
mas ligero, los jadeos terminaron y la respiración agitada empezó a regularse.
Yoochun entonces busco el rostro de su hermano, sosteniéndolo en sus palmas
mientras lo encerraba en sus brazos, Jaejoong mantenía los ojos cerrados con
fuerza, y solo los levanto cuando sintió los cálidos brazos de Yoochun rodeando
su cintura:
-¿Yoochun? ¿Qué sucede? –Emulo, completamente confundido,
observando la herida en el cuello de su hermano- ¿Qué sucede Yoochun? –Pregunto
más serio, separándose bruscamente- N-No…
-Cálmate Jaejoong…
-Y-Yo no lo llame ¡Yo no lo llame! ¡¿Por qué volvió?! –Casi grito,
torneando los ojos y volviendo a respirar agitado- El no puede… el no puede…
-¡Jaejoong cálmate! –Grito con fuerza el pelinegro, agarrando por
los hombros al mayor- En este momento estas herido, débil y preocupado, tu mente
esta atrofiada por lo que ha pasado con Changmin, no puedes controlarlo, no
cuando estas así… Solo recupera la cordura si no quieres que vuelva…
Yoochun se levanto y alcanzo algunas gasas, limpiando la herida
superficial de su cuello y deteniendo el sangrado, al tiempo que devolvía los
utensilios a la repisa y la aseguraba con llave, botando después las gasas en
la basura y suspirando largo, al ver a su hermano perdido en su propio mundo:
-Jaejoong –lo llamo, el susodicho levanto la vista y lo observo tenuemente-
¿Porque estabas ahí?... tu… hace muchos meses que dejaste de hacer este tipo de
trabajo…
-Papa… -susurro, desviando la mirada al techo- Papa me llamo,
hasta ahora solo me había usado de guardaespaldas pero… para esta ocasión…
llamo a Youngwoong…
-No puedo creer… que el siga haciéndote esto…
-Eso no me asusta… pero, ahora que se Changmin… -sus ojos se
cerraron con fuerza automáticamente, devolviendo a su mente aquellas imágenes-
Yo no puedo con Youngwoong, Yoochun, tengo miedo que le haga daño a Changmin…
-Jaejoong… tus eres Youngwoong… -le miro Yoochun, poniéndose de
cuclillas hasta alcanzar su rostro- Por mas que trates de separarlo de ti,
sigues siendo tu, así que… el no le hará daño a Changmin… también lo ama…
-Yo no estoy seguro de eso, no se si…
-Debes calmarte, tu controlas a Youngwoong, lo has controlado toda
tu vida, solo ahora, estas alterado y es por ello que crees que no puedes con
el. Por años ha sido así, solo, cálmate…
Jaejoong obedeció, suspirando mientras se recostaba en el hombro
de Yoochun y este, acariciaba suavemente su cabeza, el mayor se acurruco como
pudo, terminado por abrazarlo y hacerlo sentar en el piso a su lado:
-Dime…. Que esta bien… -susurro contra su oído- mi Changmin…
-El estará bien –susurro Yoochun-
-No… quiero verlo…
-Jaejoong, sabes que no puedes…
-Por favor Yoochun, te lo pido…
-Me estas pidiendo algo irrazonable…
-Solo quiero ver su rostro para poder estar en paz.
Yoochun iba a negarse nuevamente, hasta que sintió el vibrar de su
localizador en su cadera una vez mas, era la última revisión de la noche, y se
replanteo aquella idea con detenimiento. Era loco, una completa locura pero...
aun así…
-Prométeme que mantendrás la calma…
Jaejoong levanto el rostro y miro el de su hermano, sonriendo con
sinceridad pura mientras lo volvía a estrechar en sus brazos. Era lo único que
necesitaba, ver su rostro, ver por si mismo que respiraba, que vivía, era el
aliciente que necesitaba para seguir luchando.
•◘○•◘○•◘○•◘○
El pasillo unos pisos mas arriba era tranquilo, ya eran cerca de
las dos de la madrugada y el hospital estaba desolado casi en su totalidad, la
seguridad se había desplegado en los pasillos aledaños a la unidad de cuidados
intensivos y solo habían 3 guardias cerca de la habitación de Changmin. Yoochun
se encamino al lugar, su enfermera de turno se había ido a casa, y como
remplazo había traído a Jaejoong, o aquella era su coartada.
Uso una mascara para cubrir su rostro, y un uniforme de enfermero
que encontró en uno de los anaqueles, encubrió su identidad para que no
alertara a los guardias y le dio una identificación falsa brevemente cubierta
con su chándal.
Jaejoong estaba completamente calmado, sostenía los implementos de
Yoochun y sus papeles, y ambos caminaban a lado y lado con total naturalidad.
El en realidad, estaba acostumbrado a este tipo de cosas, a esconderse a
deslizarse con cuidado por los lugares… y sobre todo, acostumbrado a fingir…
por ello, estaba calmado.
Yoochun lucia mucho más nervioso al respecto, sabia que si
Jaejoong era descubierto, lo atraparían
y buscarían matarlo, no los oficiales, si no los secuaces de su padre. El por
su parte, aun cumplía labores médicas para mantenerse al margen de aquella
organización, y aunque era el encargado de tratar a todos los que salían lastimados
en algún conflicto, el trabajo de Jaejoong era mucho peor…
Después de todo su hermano hacia el trabajo sucio que el se libró
de hacer… y por ello, encubrirlo y ayudarlo, era algo pequeño comparado con lo
que Jaejoong hacia por el… protegerlo…
Su hermano se había enfrentado a su padre cuando había decidido
que no seria parte de la organización y que, en contraste, estudiaría medicina.
Su padre se había negado, diciendo que era una obligación ser parte, porque era
algo heredado no era una decisión. Muy a pesar de eso, Jaejoong siguió
insistiendo en aras de apoyar el sueño que ambos tenían, de que al menos uno de
ellos pudiera llevar una vida normal, alejada de todo ese intrincado sistema.
Finalmente, su padre les dio una carta de ventaja para ambos. Yoochun
estudiaría medicina y se alejaría del nido familiar, si al menos prestaba sus
servicios a la organización, y los encubría en caso de tener que trasladarse a
un hospital o a un lugar diferente de los miles y miles de escondites que
tenían por todo Seúl.
Pero, a cambio de ello, Jaejoong seria un secuas.
Para su padre, su organización era como un gran tablero, confiar
en los demás no era justamente lo suyo, tenia la idea de que solo a través de
sus propios movimientos podría mantenerse a salvo él, y sus negocios. El era el
maestro que movía las fichas y formaba su invencible escudo, y de esa forma,
nada podía pararlo.
Jaejoong era un excelente tirador, su puntería era perfecta, era
como un don que solo el poseía y nadie mas. Por otro lado, decía su padre, su
hermano mayor era algo simplemente maravilloso, el era como un alfil de dos
cabezas, por un lado era inteligente y soberbio, por otra parte… era un
monstruo, sin miedos ni arrepentimientos… y aquello era mucho mejor, que
obligar a un completo nulo con la violencia como el a ser parte de todo aquel
juego.
Jaejoong no quiso jamás eso, se negaba a apuntar un arma contra
alguien, pero, finalmente acepto, por él, por su sueño, acepto aquella
condición, dándole a su padre la peor arma que pudo haberle entregado jamás…
Youngwoong…
Y de esa forma la pesadilla... dio inicio.
•◘○•◘○•◘○•◘○
Los dos hombres que estaban de pie cerca de la puerta se
levantaron, empuñando sus armas al escuchar los pasos aproximarse en su
dirección, para luego relajar el agarre cuando reconocieron el rostro de
Yoochun:
-Ultimo chequeo de la noche –susurro con una sonrisa al acercarse,
levantando los brazos para someterse a la revisión. Jaejoong lo imito,
levantando los brazos, permaneciendo a su espalda, completamente tranquilo ante
la presencia de los guardias-
-Esta bien doctor, ha soportado requisas todo el día –Emulo
somnoliento el tercer guardia, acercándose a los recién llegados. El hombre, en
sus veinte, alto, de piel canela y rostro pequeño se acerco con una leve sonrisa
cansada a los dos recién llegados- Solo revisare a su acompañante –dijo,
acercándose a Jaejoong que continuaba con los brazos levantados-
-Esta bien, oficial Jung –respondió Yoochun, sonriendo al sujeto-
Yunho puso las manos debajo de las axilas de Jaejoong, palpando
cuidadosamente hasta llegar a sus caderas, metiendo las manos en los bolsillos
de su pantalón y bajando hasta sus tobillos. El mayor no se inmuto para nada,
esperando paciente la revisión.
-¿Por qué la mascara? –Pregunto Yunho, observando el objeto que
cubría el rostro de Jaejoong y que Yoochun no tenía-
-Estoy saliendo de un cuadro gripal –respondió al instante- es por
la integridad del paciente –afirmo seguro, bajando los brazos cuando Yunho se
alejo-
Ambos compartieron una gélida mirada durante algunos segundos,
antes de que Yoochun siguiera avanzando. Jaejoong hizo una reverencia al
oficial, entrando a paso lento detrás de Yoochun, hasta que la puerta
finalmente fue cerrada y ellos desaparecieron en el corto pasillo que conectaba
a la unidad de cuidados intensivos.
No fue hasta que entraron a la habitación de Changmin, que ambos
exhalaron profundamente el aire contenido en sus pulmones, y se miraron a los
ojos, asimilando que habían logrado ingresar.
Antes de que se acercaran al cuerpo de Changmin, Yoochun sujeto a
Jaejoong por el brazo y le hizo encarar su rostro. Jaejoong lo hizo, con el
rostro cansado y pálido por toda la sangre que había perdido y la herida aun
palpitante de su brazo.
Alcanzo su rostro, atrapándolo entre sus manos, al tiempo que
removía la mascara y pasaba los dedos lentamente por su mejilla:
-Por favor, mantén la calma Hyung. Ve a casa y no vuelvas a entrar
en este hospital a menos que yo te lo diga. Estas a unos cuantos metros de ser
pillado, y lo menos que quiero es perderte.
-Yoochun…
-Yo te lo devolveré, a Changmin… pero… espera por el y confía en
mi.
El mayor asintió levemente, uniéndose en un abrazo corto pero
fuerte con su hermano, y luego, ambos se dirigieron a un pequeño salón que
tenia varias regaderas, desinfectando sus brazos, y luego, colocaron sobre su
ropa una enorme bata transparente, guantes, un gorro quirúrgico, al igual que
unas bolsas del mismo material impermeable que cubría sus pies e ingresaron a
la habitación, completamente protegidos de pies a cabeza.
Todo estaba tranquilo adentro, salvo por el sonido persistente de
las maquinas que se mantenían conectadas a su cuerpo. Una mascarilla tapaba su
nariz y boca, un electroencefalograma media sus ondas cerebrales, y un
electrocardiograma el movimiento de su corazón, ambos se mostraban
constantemente en los diversos monitores ubicados a lado y lado de su cuerpo.
Varios electrodos cubrían su cabeza su pecho y sus brazos, una intravenosa
estaban anclada en el izquierdo, y el resto de su cuerpo se hallaba estático.
Lo mas notable era la venda que rodeaba por completo su cráneo, lo demás, solo
se apreciaba sus ojos cerrados, con sus largas pestañas tocando la piel debajo
de sus parpados.
Estaba tranquilo, muy tranquilo.
Un hipido se escucho venir de Jaejoong casi al instante que lo
vio, por lo que se apresuro hasta la cama, prensando entre las suyas una de las
manos de Changmin, aunque estaba completamente inmóvil aun se sentía tibia. Las
manos de Changmin nunca perdían el calor, aun ahora… contrario a las suyas que
siempre permanecían frías.
Condujo aquella mano hasta su mejilla y con ella acaricio su
propia piel, sintiendo el calor transmitirse por sus poros, sintiéndose
revitalizado, como si el corazón le volviera a la vida luego de horas de latir
sin movimiento, desubicado y lento.
Observo perdido su rostro, tan apacible, la mascara de oxigeno se
empañaba cuando exhalaba el aire, mostrando el vaivén de oxigeno entrar y salir
por su boca.
Respiraba… Changmin respiraba…
Yoochun se limito a hacer su trabajo mientras permitía a su
hermano desahogarse un poco. Sus signos
vitales eran estables, la lectura de su corazón y las ondas cerebrales también
lo eran. Changmin estaba listo para ponerse de pie según lo que mostraban las
graficas que se movían ante sus ojos, pero, el seguía inmóvil, sin despertar.
Algo le impedia volver a abrir los ojos, aunque todo indicase que
lo peor ya había pasado:
-Hey reno… -murmuro casualmente Jaejoong, aun sosteniendo aquella
mano cerca de su mejilla- ¿Sabes que… has roto tu promesa? –Sus lágrimas
contenidas al final de sus parpados se mecían levemente, deslizándose al final
por su pálida piel – Dijiste que vendrías a casa reno… esta noche… pero no lo
hiciste… y estas aquí…
Esta vez, comenzó a llorar mucho más, apretando aquella mano
inmóvil contra su pecho y entrelazando sus delgados y cálidos dedos contra los
suyos…
Dolía, dolía demasiado verlo con tantos cables conectados a su
cuerpo, no ver su sonrisa, la forma en que sus ojos se hacían irregulares y sus
dientes brillaban por sobre sus labios, no ver sus labios se moviéndose,
emitiendo palabras o que sus brazos se lo envolvieran en un tierno abrazo.
Se sentía tan culpable, de no poder hacer nada por evitar que
estuviera aquí, y a su vez, no tener la forma de regresarlo a la vida, a su
vida, a lo que en verdad era.
-Mírame… soy la persona que amas –susurro quedo, con la voz
quebrada y ronca por las lagrimas que se amontonaban en sus ojos- Soy el que
prometió por siempre hacerte feliz… -sonrió, llevando aquella mano ahora a sus
labios y cerrándolos contra ella, dejando un beso delicado- regresa a mi lado…
no me obligues a ir a buscarte… -apretó aun mas aquella mano contra las suyas-
Hare lo que sea con tal de seguir a tu lado… lo haré Changmin, sabes que lo
haré…
Yoochun miro el reloj sobre la cama de Changmin, habían pasado
cerca de quince minutos, que era el tiempo que le tomaba hacer las revisiones
normalmente, suspiro, tomo a Jaejoong por los hombros y lo alejó del cuerpo de
Changmin, mientras este se deshacía en lagrimas y poco a poco retornaba la mano
al costado de su cuerpo.
El mayor le pidió solo unos segundos más a Yoochun, y se inclino
rápidamente hasta su rostro, dejando un beso muy tenue en su mejilla.
Sintió sus labios cosquillear al tener contacto con la piel canela
de su amante, la sensación no cambiaba por mas que Changmin estuviera
inconsciente.
-Tienes que levantarte de ahí ¿eh?...
Suspiro varias veces y limpio con el dorso de su bata las ultimas
lagrimas que salían de sus ojos, se coloco la mascara protectora de regreso y
tomo los implementos que había traído, dándole una ultima mirada a su novio,
antes de volver a cerrar la puerta y regresar al pasillo al lado de Yoochun.
Los guardias les dieron acceso y finalmente se encaminaron de
regreso a la oficina de Yoochun, antes de salir de aquel piso, se encontraron
de frente con el oficial al mando que había realizado la requisa hace unos
minutos, este sonrió al verlos:
-Me alegro haberlo encontrado a tiempo –emulo, pasando una mano
por su cuello y prensándolo, denotando su cansancio- ¿Cuál es su estado?
–Pregunto serio, borrando cualquier sonrisa de su rostro-
-Estable –sonrió Yoochun- esta avanzando muy rápido, espero que
despierte pronto.
Yunho dejo escapar un profundo respiro de alivio y sonrió
levemente, al tiempo que dirigía la mirada de regreso al enfermero que
acompañaba a Yoochun, su instinto no le mentía, lo había visto, en algún lado,
pero no podía recordar con claridad donde. Tenía la cabeza en todas partes, y no
podía concentrarse por más que tratara. No podía iniciar un interrogatorio
ahora, ni acusarlo de nada, sin siquiera tener claro si lo había visto antes o
no, y estaba demasiado cansado como para hacerlo. “Debe ser algo sin importancia” –pensó, al verse a si mismo incapaz
de recordar. Así que les cedió el paso a ambos hombres y los observo hasta que
se perdieron en el pasillo continuo. Preguntándose el porque esa extraña
sensación al ver los ojos de aquel sujeto.
•◘○•◘○•◘○•◘○
-Ve a casa, y quédate ahí, no vuelvas a acercarte a este hospital
a menos que yo te lo diga ¿entendiste?
-No puedo… -susurro, silenciosas lagrimas rodaban por su mejilla
al tiempo que se quitaba el uniforme que había tomado para infiltrarse- no
puedo alejarme de el…
-Jaejoong, ¿No entiendes la situación? –Suspiro ofuscado- ¿Tienes
idea donde mierda te estas metiendo?
-Lo se... y no me importa –le miro, con total seriedad mientras
terminaba de desvestirse. Yoochun tomo un pequeño maletín de su escritorio,
tendiéndole una camiseta y un par de Jeans, el mayor las tomo sin rechistar y
empezó a vestirse-
-A mi si… y a Changmin también… por favor, te lo suplico, aléjate
de aquí… déjalo en mis manos.
Una vez se cambio por completo, Jaejoong se echo hacia atrás,
apoyando la mitad de su cuerpo en el escrito a su espalda, levantando
ligeramente la barbilla y suspirando, fuerte, con todo el dolor escapando en un
sonido airoso y pesado de su garganta. Volvió la vista al frente, asintiendo a
medida que se acercaba a Yoochun, posando una de sus manos en su hombro,
apretándolo:
-Te lo confío a ti…
Aun con un pesado sentimiento apretándole el pecho, se aparto de
su hermano y camino hacia la puerta, abandonando el consultorio y seguidamente
el hospital. Al frente, las plazas estaban completamente vacías, la oscura
niebla se movía a través del aire, atestando sus fosas de frio aire. Volteo el
rostro levemente, posando la vista en los pisos superiores, en su ventana, sin
poder evitar que las lágrimas saltaran de nuevo a sus mejillas:
-Lo siento… lo siento Changmin…
•◘○•◘○•◘○•
-Sigue… igual de fea –sonrió levemente, bajándose del auto en
dirección a la pequeña casucha- No se como le gusta este lugar…
Era solo una cabaña, la madera que la cubría estaba agrietada y
sucia, tantos años de viento de mar y sol habían desgastado su apariencia. El
sonido de las olas golpear contra las rocas se escuchaba fuerte, como un
rugido, el viento soplaba en todas direcciones y el olor a sal viajaba con el
viento.
Jaejoong se aproximo hasta la puerta, abriéndola sin ningún
problema. Aquella playa estaba alejada, no era verano, no había turistas que
merodearan, no había nada, excepto agua y arena.
El lugar estaba sucio en su interior, lleno de telarañas y polvo,
los cangrejos caminaban por el piso con total libertad. Una de las ventanas
estaba rota, y por ella entraba toda la ráfaga que arrastraba consigo algo de
la arena de la playa. Un sillón, algunas mesas y otros muebles estaban
envueltos con sabanas blancas, evidenciando que nadie había entrado, las cosas
estaban tal y como las habían dejado el verano pasado.
•◘○•◘○•◘○•◘○Flash back•◘○•◘○•◘○•◘○
-Tengo un
sueño sabes… -menciono con la vocecita ronca, acariciando suavemente el pelo de
Jaejoong-
-¿Un sueño?
–Pregunto el mayor, pasando los brazos por su cintura, acomodando su rostro en
su pecho- ¿Cuál es?
-Irme… a
aquel lugar…
-¿Aquel
lugar?
-La pequeña
cabaña abandonada que encontramos… me gusta la vista que tiene del mar, y el
sonido de las olas por las noches…
-hmmm
-Cuando
esas feas pesadillas me atacan, y no puedo abrazarte –susurró, hundiendo la
barbilla en su cabeza, sintiendo el dulce aroma desprender de sus cabellos- voy
a ese lugar… y puedo dormir… es como si el miedo, no me alcanzara, justo como
cuando estoy contigo…
-Si es así…
Viviremos allí –susurro Jaejoong, a punto de quedarse dormido- iremos…
•◘○•◘○•◘○•
Sus ojos pasearon por el módico espacio, sin fijarse en nada en
particular, trayendo los recuerdos de aquellos días en que este lugar estaba
lleno de luz, de sonidos, de risas, de sus voces, se veían tan lejanos y
distantes, pero al evocarlos, sintió, como aquella vez, toda la felicidad que
llego a sentir entonces.
Encendió uno de los lamparones, que parpadeo un poco antes de
encenderse e iluminar un poco la penumbra que se apoderaba de los estrechos
rincones. La sensación no era la misma, ahora sentía frio, mucho frio… solo
porque, quien llenaba cada espacio de su ser con calor, no se encontraba cerca.
Se desplomo de rodillas en el suelo, su rostro fue cubierto por
sus manos, sus dedos se enredaban en sus cabellos, y las lagrimas, amargas
recorrían su camino cuesta debajo de su rostro. Algo por dentro se estaba
desgarrando, a trozos gigantes, haciéndole sentir un dolor tan puro, tan pero
tan fuerte, que la respiración se le cortaba.
No podía cerrar los ojos, cada que lo hacia su imagen viva se
mostraba, repitiéndose en cámara lenta, torturándolo con aquellas escenas que
se esforzaba en reprimir, pero que no se iban sin importar lo que hiciese.
Tenia miedo, ahora era él
el que tenia miedo de que aquellas pesadillas dominaran sus sueños, que Changmin no estuviese ahí para sostenerlo
y decirle que todo iría bien… no, no estaba… y el no podía hacer mas que
esperar con las manos atadas a que regresara.
Regresa…
por favor regresa…. No me dejes solo…
El dolor consumió las
ultimas energías que le quedaban a su cuerpo, se acomodo en el piso, doblando
las piernas contra su pecho para tratar de aplacar un poco del frio incesante
que le calaba los huesos. Ya no sabia como detener la sensación, ya no tenia
mas fuerzas para luchar contra ella, y de esa forma… se quedo dormido con el
sonido de las olas irrumpiendo contra las rocas.
•◘○•◘○•◘○•Yunho•◘○•◘○•◘○•
Ya había amanecido, el sol se colaba densamente por la única
ventana de todo el pasillo. Estaba cansado, los parpados los sentía pesados,
las manos y pies entumecidos por la difícil posición en la que me encontraba,
el ardor ligero en las pequeñas quemaduras que me había echo luego de todo
aquel circo.
A pesar d que estaba a cargo de la vigilancia, mis fuerzas eran muy pocas como para poder hacer algo, no podía con mi propia alma, y la angustia que sentía en mi interior solo aumentaba considerablemente el padecimiento del resto de mi cuerpo.
Toda la seguridad que habíamos desplegado, la estrategia, todos
los esfuerzos se vinieron abajo en cuestión de minutos, había muchas cosas de
las cuales me arrepentía luego de toda aquella experiencia, pero una de las mas
notables, era el echo de que no permanecí a su lado.
Pensé y pensé toda la noche en ello, si tan solo le hubiera
cuidado la espalda como me aseguro que lo haría, tal vez, en este momento,
Changmin no estaría postrado en esa cama sin hacer ningún tipo de movimiento,
tal vez quien estaría allí seria yo, y por el sentimiento que me esta marchitando
el alma, lo hubiera preferido un millón de veces.
¿Por qué no lo detuve? ¿Por qué no fui mas firme y me opuse antes
todos para que estuviera al frente? Aquello hubiera echo una gran diferencia,
pero tiempo para lamentarse era lo que tenia de sobra, y no quería muchas mas
aflicciones además de las que ya mi cuerpo sufría.
-7 a.m… y aun no despiertas…
Me levante del asiento y me dispuse a dar un leve paseo, los
oficiales que cubrirían a los que permanecían desde anoche habían llegado, y
los deje organizarse mientras bajaba a la cafetería por una tasa de café, para
calmar los nervios y despertarme un poco:
-Buenos días –mencionaron a mi espalda, mientras agarraba el
pequeño vaso de papel, me vire solo un poco para encontrarme con la amable
sonrisa del medico que estaba a cargo de Changmin-
-Buenos días –respondí, apenas curvando mis labios e una sonrisa,
estaba tan cansado-
-Debe estar cansado, si se recuesta un rato se sentirá mejor…
-uhmm estoy bien…
El asintió, no queriendo insistir en el tema, y se despidió
haciendo una leve reverencia, antes de caminar hacia el ala contraria del
hospital. Mientras lo veía alejarse, súbitamente me vino a la mente la imagen
de aquel muchacho que lo acompañaba en la última revisión de anoche, y me
apresure hasta alcanzarlo y tomarlo por el hombro:
-¿Sucede algo? –me pregunto, bastante extrañado-
-El asistente… de anoche… ¿lo conoce? –le pregunte, el miro hacia
un lado, al parecer estaba bastante sorprendido por la pregunta, y luego, me
miro, negando con la cabeza- No suelo hacer turnos de noche –insistió- no
conozco a los que trabajan en ese horario… ¿hay algo malo?
-No, no es nada –respondí, dejándolo seguir su camino, se apresuro
mucho mas rápido de lo que iba hace unos minutos, pero no le preste demasiada atención,
estaba mucho mas preocupado por el echo de no poder concentrarme y recordar
donde lo había visto, y solo eso me molestaba, saber que lo conocía, pero no
recordarlo.
Yo no solía olvidar nada…
Las siguientes horas, pensé en ello cuidadosamente, pero no
importa cuanto forzara mi mente en ello, no podía organizar mis recuerdos y
hallarlo, por lo que, me rendí de nuevo, aun con duda, aun con aquella
sensación de que algo no andaba bien, y regrese a vigilar.
Ya avanzada la tarde, el amable doctor venia a hacer su revisión,
me miro por un segundo y me llamo con la mano, expandiendo su sonrisa hasta que
llegue a verlo:
-¿Esta todo bien?
-Usted se ve muy preocupado –dijo colocando una mano sobre mi
hombro- ¿Se sentiría mejor si lo ve por un momento?
Mi expresión debió haberlo dicho todo en ese momento, asentí algo
eufórico mientras lo seguí a través del corto pasillo de aquella unidad y seguí
sus instrucciones al pie de la letra, hasta que pudimos ingresar a la
habitación.
Y lo vi… a mi amigo, mi hermano, en aquella cama, inmóvil… mis
sentidos se removieron por completo, y quise echarme a llorar, pero lo soporte,
acercándome con cuidado, pero manteniéndome siempre a espaldas del doctor y su
asistente:
-Todo esta bien –me hablo luego e varios minutos de cuchicheos
entre el y la asistente- se que se pondrá de pie pronto –me animo, pasando a mi
lado- Puede quedarse unos minutos mientras hago algunos papeleos ¿esta bien?
Asentí de nuevo, prensando su brazo antes de que se fuera y
emitiendo un leve “gracias” a la par de una cansada sonrisa, el asintió,
también sonriendo, y saliendo de la habitación finalmente…
Me quede suspendido en aquel momento, todos los recuerdos de mi
vida al lado de Changmin pasaron por mi mente, la escuela, los amigos, la casa
de sus padres, sus penas, su dolor, todo lo que habíamos compartido juntos se
mostro ante mis ojos como diapositivas. Me abrume, me sentí débil y decaído… y
los miles de “Si tan solo…” dominaron mi interior, llenándome de rencor, hacia
mi, pero por sobre todo, hacia ellos, esas personas sin alma que le quitaron a
su padre y ahora quieren también quitarle su vida…
Jamás los perdonaría, a ninguno de ellos…
-Lo siento tanto amigo –murmure, acercándome hasta lograr alcanzar
su mano- Siento no haberte protegido… como te prometí que lo haría…
-hmmng…
Fue solo por un momento, pensaba mientras movía la cabeza de un
lado a otro, gritando con desesperación por ayuda, alguien tenía que venir,
alguien tenia que escucharme.
-¡ESCUCHENME! ¡ALGUIEN! ¡AHORA! –gritaba con toda las fuerzas que
mi voz daba, presionando el botón de pánico con desesperación-
El despertó… Changmin despertó… por unos segundos, elevando los
parpados hacia mí y sonrió… la primera vez que me permitían verlo, y solo por
un momento él recuperó la conciencia, y me sonrió…
-Jae…joong -Murmuro, con la voz rota, casi en un suspiro sin
aliento, con una sonrisa hermosa, llena de paz en los labios… hasta que un
pitido molesto enturbio su voz, y sus ojos se cerraron, y su boca dejo de
moverse…
Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
-¿C-Changmin?... no… no me hagas estos –insistí, tratando de
moverlo, de hacer algo para que volviera en si… pero fue inútil… el no estaba…
y entonces volví a sentir pánico- ¡CHANGMIN SE ESTA MUERIENDO! ¡AYUDENME!
–grite, con mis ojos inundándose en lagrimas, desesperado, no sabia que hacer,
tenia miedo, mucho miedo… si alguien no venia pronto-
-C-Chang…
En es instante, en el que el pitido se hizo más incesante, y el
monitor frente a mis ojos se veía reducido a una sola línea continua, me sentí
petrificado, como si todo el mundo se hubiera detenido en ese instante. No
sentí los jalones provenientes del personal medico, ni tampoco cuando me
sacaron de la habitación, solo me quede de pie en el umbral del pasillo, con
una lagrima que se escurría de mis ojos y el sentimiento de angustia y sorpresa
por haberlo visto despertar…
No supe que hacer… más que esperar me senté en el piso y aguarde
con calma, mientras los oficiales me observaban preocupados. No quise saber
nada más ni dar explicaciones… hasta que… vino a mi mente…
-Jae…joong… -recorde, la primera palabra, pero habia dicho mas ¿Qué era?-
Me esforcé, puse todo de mi, toda mi concentración para armar las
palabras que sus labios pronunciaron, y finalmente, pude reconocerlas-
“Jae…joong…d-dile a él
q-que… n-no volve-re a c-casa…”
-¿Quién es… Jaejoong? –Murmure bajando un poco la mandíbula
hundiendo la cabeza en mis brazos- ¿Su amante?
•◘○•◘○•◘○•Jaejoong•◘○•◘○•◘○•
El sol ya era brillante cuando me desperté, estaba cubierto de
arena, y el frio se había disipado un poco. Me levante un poco, mi cuerpo
entero dolía, mis extremidades estaban entumecidas, mi cabeza hacia bamboleos
dejándome atontado. Finalmente, me senté, apoyándome en una de las paredes y
observe a través de la ventana el sol radiante, el olor a sal… a playa…
-En verdad funciono –susurre, cerrando los ojos- no tuve
pesadillas…
Aquella había sido una noche incomoda, más sin embargo, había
tenido sueños placenteros, recuerdos, de los dos años que hemos estado juntos.
Dulces recuerdos.
Me levante del todo luego de mantenerme pensando varios minutos,
me sentí levemente mareado, no había comido nada desde hace dos días, pero lo
cierto es que no tenía hambre. Tome la maleta que había traído conmigo y
desempaque, algo de ropa, mis lentillas, y el pequeño botecito de tinte de
cabello instantáneo… mi viejo amigo…
Me encerré en el baño, obvie el espejo entonces, y empecé a
aplicar el producto en mi cabello, era hora de regresar a ser Jaejoong
–murmure- apoyando la espalda en la pared y cubriendo mis ojos con el
antebrazo.
Espere el tiempo necesario para que mi cabello cambiara de color,
me bañe cambie mi ropa y me puse las lentillas… solo hasta entonces pude verme
al espejo, solo hasta entonces pude notar mi demacrado estado, solo hasta
entonces pude ver el vacío en mis ojos.
Suspire, empacando la ropa de Yoochun en la pequeña maleta y
preparándome para regresar a Seúl y poder ver a Changmin, no importa que tipo
de excusa tuviera que inventar, yo definitivamente lo vería y me quedaría a su
lado.
Salí de la casucha, e ingrese a mi auto cuando estuve listo,
quedándome suspendido en el asiento por unos minutos, mirando el oleaje sin
ninguna atención, luego gire mi cabeza hacia el asiento contrario, observando
algo que no me pertenecía, eran dos cosas, un viejo libro cuya portada estaba
agrietada y desgarrada y un celular sobre el mostrador de mi auto:
-¿Qué es…esto? –Tome el libro sin saber que pensar, pero justo en
ese momento el teléfono empezó a vibrar, y aun un poco desubicado, lo conteste-
-Fue
difícil encontrarte luego de que destruiste mi teléfono –escuche aquella voz, y me paralice por completo, quedándome
tieso y ligeramente alterado-
-P-Papa…
-Ha sido
difícil, han cogido a uno de los míos, y matado a dos de mis peones, y sobre
todo, mi propio hijo asesino a uno de mis mejores tiradores ¿Qué tan feliz crees
que estoy?
-E-Eso…
-Ese
oficial, ha sido la piedra en mi zapato desde que me deshice del anterior, no
se porque mierda lo mataste, pero no me detendré a pensarlo. Tienen a Byung
soo, esa maldita rata cobarde hablara de inmediato. Así que tienes dos tareas
que hacer…
-Por favor no… ya no… ya no quiero hacer esto…
-Te
liberare luego de esto –emulo, riendo suavemente- si completas esta tarea,
podrás seguir con tu doble vida, y no te seguiré molestando…
-¿E-En verdad?
-En verdad…
después de todo soy un buen padre, libere a Yoochun, puedo liberarte, aunque
sea una pena… así que… cumple con tu ultima tarea –murmuro- en unas semanas
trasladaran a Byung soo a la cárcel de máxima seguridad, deshazte de el
entonces…
-Bien…
-Y además,
una vez acabes con el, te daré la otra tarea, conserva el libro hasta entonces…
Le di una mirada fugaz al libro, volviendo la vista al frente,
cerrando los ojos y contestando un “Bien”
antes de que el cortara la llamada sin ningún aviso…
Sentí un ligero alivio, salí del auto por un momento, siendo el
olor del agua salada y la brisa alborotándome el cabello… Sonreí, como un niño,
de nuevo, luego de toda esta pesadilla, finalmente seria libre… finalmente…
dedicaría el resto de mi vida a pagar mis pecados… y le otorgaría el resto de
mi libertad a Changmin…
Entonces, el sonido del teléfono, me distrajo, y lo tome, era el
mio, por lo que no me preocupe demasiado… pero por sobre todo, el numero que me
llamaba, era el de Changmin…
Me apresure a contestar con el corazón en la boca, apenas podía
hablar, mi voz no salía… ¿en verdad era Changmin?
-¿E-Eres
Jaejoong? –Pregunto alguien en la otra línea-
-Soy yo –conteste sin dar esperas, alterado, muy alterado; pero
luego de aquella respuesta, un breve silencio se apodero del otro lado de la
línea-
-Deberías
venir –respondieron finalmente- el… no esta bien…
-¿C-Changmin? ¿Q-Que quieres decir con no esta bien?
-Él…
-hablo, con la voz rota, estaba esforzándose por no llorar- ha estado luchando
por horas, acaba de sufrir un paro cardiorrespiratorio… no se… no se si el
podrá…
En ese instante, mi mundo entero colapsó, el teléfono se resbalo
de mis manos y quedo en la arena, ni siquiera me moleste en recogerlo. Me
apresure hacia el auto y una vez dentro pise el acelerador sin contemplación alguna,
salí de aquella playa hecho un completo loco. No estaba al tanto de la
velocidad, ni de los semáforos, ni de las personas, ni del resto de vehículos
que transitaban la carretera, yo solo quería llegar, quería estar con el…
-No te atrevas Shim Changmin –murmuraba, acelerando mucho mas mi
auto, sin miedo a absolutamente nada- no te atrevas a irte sin mi…
No te atrevas a dejarme solo…
•◘○•◘○•◘○•Jaejoong•◘○•◘○•◘○•
Al llegar al hospital no tenia claro hacia donde dirigirme,
mi mente estaba abarrotada de pensamientos hacia Changmin, ni siquiera podía
recordar mi nombre. Tenía las lágrimas al borde de mis ojos, rodaban por mis
mejillas con naturalidad, ni siquiera quería limpiarlas, a pesar de que solo
pocas personas en este mundo me han visto llorar, ahora no me importa que todos
a mí alrededor se dieran cuenta lo destrozado que me encontraba.
Finalmente pude acceder a las salas de cuidados intensivos
luego e dar algunas vueltas, pero lo primero que me encontré al tratar de
transitar el pasillo fue dos enormes guardias que me retuvieron al instante. Me
sentía agobiado, y por más desesperado, no tenía tiempo para lidiar con más
cosas:
-¡Suéltenme! ¡Déjenme pasar! –grite, abalanzándome a uno de
los hombres, era mucho mas alto de lo que yo era, y no tardo en bloquearme por
completo-
-A esta zona solo se accede bajo supervisión del cuerpo
medico, no puede pasar.
-¡Hay alguien haya adentro que se esta muriendo! ¡Me
importa una mierda, déjenme pasar!
-¡Por favor, cálmese!
Mas oficiales llegaron al cabo de unos segundos alertados
por el escandalo, repitiendo que me calmara mientras buscaban acercarse,
repetían que era un hospital, que no podía gritar… pero, ¿Qué querían que
hiciera? Esperar felizmente a que alguien viniera a autorizarme ¡No podía! Por
cada segundo que tardaba de pie en ese lugar, el podía estar…
Mi paciencia reboso el límite, con los ojos empapados mire
con profunda oscuridad a uno de los guardias que aun sostenía mi brazo, y sin
esperar mas, levante mi propio brazo contra el, empujándolo a un lado, usando
gran parte de mi fuerza, me crujieron los huesos, pero logre hacerlo a un lado.
Fue entonces cuando los demás se me vinieron encima, pero, en ese instante no
me sentía yo mismo, la desesperación me llevo a romper el frágil hilo de mi cordura, y mi sensatez
abandono mi cuerpo de una vez por todas.
Levante mi pierna y con una patada aleje al segundo se me
acercaba, derribando con mi propio peso al que pretendía atacarme por la
espalda, y golpeando el rostro del cuarto contra la pared de concreto, hasta
que todos estuvieron en el piso. Jadee unos segundos, sintiendo el temblor
de mis brazos, la adrenalina a flor de
piel, pero mordí mi labio y me contuve, siguiendo mi camino.
La alarma de emergencia comenzó a sonar, en medio de aquel
hospital, un ruido espantoso se apodero de los pasillos, varios pacientes y
médicos se asomaban por las puertas para tratar de averiguar que pasaba, y
sabia que no iban a tardar demasiado en ponerse de pie y venir tras de mi,
pero, no tenia miedo de nada, no, no cuando estaba a punto de perderlo todo.
Con toda la energía que aun me quedaba corrí hasta el
pasillo de cuidados intensivos, recordé que era el mismo por el que habíamos
transitado la noche anterior, al parecer, de alguna forma estaba concentrándome
y alejando aquellos pensamientos dispersos que me alejaban de la realidad; así
que me apresure, resbalándome con el piso pulido y blanco y recuperando el
equilibrio al instante.
Había unas cuentas enfermeras de pie a la puerta por la que
había ingresado con Yoochun, no quería detenerme a preguntar, no quería
escuchar por bocas de otros una mala o buena noticia, sea lo que fuese, quería
verlo con mis propios ojos, solo de esa forma lo creería. Así que, simplemente
las esquive con el brazo, ellas dieron un pequeño brinco antes de dejarme el
camino libre, llamando a seguridad al mismo tiempo.
Cuando por fin atravesé el pequeño pasillo que daba a la
habitación de Changmin, solo escuche un silencio profuso y fantasmal, me
apresure hacia la habitación, abriendo la puerta con fuerza observando desde el
umbral la camilla de hospital vacía. Mis ojos se abrieron mientras camine hasta
el lugar, encontrando una camilla completamente tendida, ya no había aparatos
alrededor de ella, no había absolutamente nada… y aquello solo podía significar
una cosa.
Gemí a lo alto mientras mis lágrimas terminaron de escapar
esta vez con mucha mas fuerza, una persona mayor entro a la habitación en ese
instante, sorprendiéndose por encontrarme allí, y me tomo por el hombro
volteándome ligeramente a su dirección. Le mire con el rostro pasmoso
completamente húmedo por las lagrimas, y la fuerza de mi cuerpo se retrajo.
Solo lo sostuve por los hombros y susurre lo más fuerte que mi voz me daba:
-¿Donde esta? –pregunte, con aquel horrible pesar
inundándome el interior- ¡¿Dónde ESTA?! ¡¡¡¡DIGAME DONDE ESTA!!! –apreté sus
hombros zarandeándolo con fuerza mientras perdía la voz, debido a la presión
sobre mis cuerdas vocales.
A los pocos segundos dos hombres de seguridad irrumpieron
en la habitación, me sujetaron por los brazos y esta vez, no opuse ninguna
resistencia, el medico al que había gritado antes se encontraba pasmado sin
saber que decir, y fue entonces que Yoochun hizo presencia:
-Es mi hermano, por favor suéltenlo… -emulo Yoochun,
sosteniendo mi rostro inmediatamente llego hasta a mi - ¿Qué esta haciendo?
¿Qué estas haciendo Jaejoong? –Susurro contra mi odio abrazándome con fuerza-
-Changmin… mi Changmin… -dije rápidamente, abrazándolo
contra mí, jadeando sin poder respirar- ¿Dónde esta, Yoochun? ¿Dónde esta
Changmin?
-Jaejoong… Changmin ya no esta aquí, ya no esta –me abrazo
con más fuerza, acariciando mí cabeza- Tranquilo, tranquilo, respira…
Apreté con fuerza su bata, pegándome a el sin dejar de
llorar, dolía demasiado, al punto de atravesarme el pecho como una navaja
ardiente, no creía ser capaz de soportarlo:
-No puede ser… -emule, abriendo la boca para poder
respirar, atragantándome con mi propia saliva- el no… no… no puede estar
muerto…
Yoochun me sostuvo con fuerza cuando amenace con
desmayarme, aquella afirmación me había dejado sin fuerza, sentí el cuerpo bajar de temperatura de una
forma rápida, sintiendo un escozor frio llegarme desde la cabeza hasta los
pies, mis piernas se doblaron y caí de rodillas al piso, sintiendo el aire
escapárseme de los pulmones:
-Un bajón de tensión –emulo Yoochun tomando mi pulso,
mientras sostenía mi rostro y observaba mis pupilas, frunciendo el ceño- estoy
seguro que nos has comido nada, estas loco Jaejoong…
Mi hermano se puso de cuclillas y tomo mi rostro lastimero
entre sus manos, limpiando con los pulgares las lagrimas que aun se escapaban,
mi mirada estaba desenfocada, y mi cuerpo comenzó a temblar, esforzándome por
respirar correctamente, sin poder lograrlo, la imagen de Changmin me taladraba
el cerebro, no podía creer que nunca mas volvería a verlo:
-Escúchame ¡hey! –Me llamo la atención ya que mis ojos
viajaban alrededor- Fue una lucha, tardamos horas en estabilizarlo y por varios
minutos creímos que lo perderíamos, pero, gracias al cielo, el no ha muerto…
contrario a eso… despertó… no se encuentra aquí por que lo trasladamos de
habitación. Pero, esta vivo Jaejoong, esta vivo y te esta esperando…
Por aquel instante no pude escuchar su voz, estaba
demasiado distraído con mi propio pesar como para procesar correctamente sus
palabras. Mis ojos seguían llenos de lágrimas, sin poder soportarlo, mi cuerpo
desvaneció, y con rapidez Yoochun me sostuvo, sacudiendo mi cara con una
bofetada, que finalmente me trajo al mundo real, al menos parcialmente:
-Quizá deberíamos
revisar a profundidad, esta muy pálido, podría ser anemia… -emulo el hombre
mayor, que hasta aquel entonces no había dicho una palabra-
-No, mi hermano no
sufre de anemia –Aseguro Yoochun, sosteniéndome por la cintura y haciéndome
apoyar la cabeza en su hombro- Acaba de
tener un colapso nervioso… Lo se… -suspiro, acariciando mi mejilla con
suavidad- le ha pasado antes…
En mi viaje entre la inconciencia y al lucidez, solo podía
sentir la suave caricia de Yoochun en mi, y mis ojos se cerraron a voluntad aun
cuando mi mente seguía parcialmente conectada al mundo exterior. Escuchaba aun
su voz, sus susurros, repetía la misma frase una y otra vez para que pudiera
calmarme… y lo logro, pues al cabo de unos minutos me rendí completamente a un
profundo sueño al son de la última lágrima que rodo por mi rostro:
“Changmin sigue
con vida… y te esta esperando”
•◘○•◘○•◘○•Yunho•◘○•◘○•◘○•
-Maldito infeliz –emule entrando a la habitación, el aun se
encontraba recostado, pero esta vez sentado mirando hacia la ventana y luego,
volteo hacia mi para regalarme una tenue sonrisa opacada solo por la palidez de
su rostro- No tienes idea las mierdas que te hare pasar por hacerme esto… me
las cobrare, cada hora…
-Es un gusto volver a verte también –sonrió mas, esta vez
riendo por lo bajo mientras se acomodaba en la camilla, y en ese instante me
acerque, sentándome en la pequeña banca a un lado de su cama.
Por unos minutos me quede en silencio, solo observándolo.
Estaba exactamente igual, salvo por la palidez de su piel y la resequedad
aumentada de sus labios, además de la venda que cubría por completo su cabeza,
y las pequeñas quemaduras en sus brazos. Suspire por lo bajo apoyando mí frente
contra el barandal de la camilla y con mis manos sostuve mi rostro suspirando y
suspirando más, aun sin poder creerlo:
-Yunho-ah –me llamo, tenia la voz apagada, algo ronca, pero
seguía siendo firme y demandante, era mi capitán, no, en ese instante, era mi
mejor amigo el que me hablaba y frotaba mi espalda tratando de calmarme.
Pero, simplemente no podía, estuve reprimiéndome todo el
tiempo, cada hora mientras médicos y enfermeras entraban y salían de
habitación, mientras corrían y me evadían para no darme respuestas, pero en sus
rostros estaban pintados los dejes de la preocupación, de que algo andaba muy
mal; fue una tortura demasiado prolongada y de alguna forma debía soltarlo
todo.
Después de todo, soy un ser humano…
El lo entendió, detuvo el movimiento en mi espalda y se
mantuvo en silencio mientras yo continuaba mi silencioso lamento, y luego de
algunos minutos, pude secar mi rostro con rapidez y erguir mi torso, mirándolo
desafiante y molesto, volviendo a mi expresión anterior. Pero el, solo sonrió y
poso su mano sobre la mía, como un gesto de agradecimiento mudo hacia mi.
-Jamás pensé que volvería –susurro, desviando la mirada
hacia la ventana casi al instante- Pero… supongo que algo me trajo de vuelta
–esta vez, una sonrisa mucho mas clara se dibujo en su rostro-
-¿A-Algo? –Pregunte, aun sin poder asimilar bien que estaba
despierto y me hablaba- ¿Cómo que?
-No se explicarlo… -suspiro, llevando ambas manos a su
pecho y apretándolo- al principio solo eran pesadillas, horribles, de las
escenas de guerra, de los compañeros que hemos perdido… de mi padre. Tal vez
las mas horribles pesadillas que halla tenido nunca y lo peor de todo es que
esta vez no podía despertar.
En ese momento se detuvo, apretó las manos y bajo la
mirada, cerrando levemente los ojos. Entendí que tal vez aquellas horribles
imágenes se estuvieran en su mente ahora, y que hacia lo posible por
reprimirlas. Así que me acerque hasta el y sostuve sus manos un poco, para
trasmitirle un poco de tranquilidad y aquello pareció funcionar, al menos por
el momento.
Sonrió para tranquilizarme, y continúo hablando…
-En medio de todo aquello… sentí que seria mejor si moría…
era demasiado espantoso para asimilarlo como un sueño y demasiado real para
despertar.
-Changmin, ya paso, despertaste… estas de vuelta… -le
afirme, tratando de hacerlo entrar en la realidad-
Changmin me miro, sus ojos mostraban cierto de deje de
felicidad, de esperanza, algo que rara vez había visto en el. Era cierto
sentimiento de orgullo que parecía hacerle vivir de nuevo, en sus ojos:
-Lo escuche quejándose –murmuro, soltando una carcajada que
salió sin mucha fuerza y cubrió una pequeña lágrima que corrió por su mejilla-
me reclamaba por no volver a casa, y me exigía que me levantara. Él, se abrió
paso en medio de todos esos espectros y me recogió del suelo, dándome
bofetadas, solo para quejarse con un puchero por no volver a casa… por dejarle
la cena servida en la mesa… p-porque lo odia -el volvió a reír, reía y lloraba
al mismo tiempo, a la vista de los demás podría estar sufriendo un delirio,
pero, yo lo comprendía y sostuve su mano con mas fuerza, incitándolo a
continuar- Sabes, el no… no tiene ni la mas remota idea de cuantas veces me ha
salvado… y esta vez, solo volví… por su voz… podía escucharla repetirse en mi
cabeza, llevarse toda aquella oscuridad… y darme fuerzas… él…
Respiro hondo para poder calmarse, movió su mano hasta su
rostro y limpio las lagrimas, suspirando antes de volver a mirarme, y yo
sonreí, apretando mucho mas su mano entre las mías.
Porque yo lo entendía… el miedo que sentía y al mismo tiempo
las ganas de querer volver… era miedo y felicidad mezclándose en su pecho como
un solo sentimiento…
Un inexplicable sentimiento…
-¡Changmin!
•◘○•◘○•◘○•Jaejoong•◘○•◘○•◘○•
Cuando desperté, estaba de regreso en la oficina de
Yoochun, estaba mareado y algo desenfocado, y rodé la vista por todo el lugar
para poder dar con mi hermano, pero pronto me percate de que el no se
encontraba ahí.
Me levante con cuidado, percatándome de que tenía una
intravenosa en mi brazo derecho, el contenido de la bolsa estaba por algo más
de la mitad, y no tarde en quitármela sin ningún cuidado.
-¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? –indague para mi
mismo, sin hacer desaparecer el mareo y el mal sabor de boca que tenia. Mantuve
la vista en mis pies algunos segundos, ¿Por qué me sentía tan aliviado? Como si
un enorme bloque de concreto hubiese sido removido de mi espalda:
-Algo más de hora y media –respondió una voz a mi espalda,
y me gire un poco para averiguar que se trataba de mi hermano, entrando con
tranquilidad y frunciendo el ceño cuando encontró la aguja colgando de la bolsa
de suero –Pudiste hacerte daño con eso –murmuro, observándome de cerca,
checando mis signo vitales mientras volvía a alejarse- ¿Qué sucede?
-Dime que es verdad… que no lo soñé –emule con la voz rota,
volviendo a llorar sin poder controlarlo, solo hasta ahora me doy cuenta cuan
susceptible soy a las lagrimas- Por favor… -rogué con la mirada-
-Supongo que, lo averiguaras aun si no te llevo con el –me
respondió, sonriendo levemente mientras sostenía mi rostro- Te llevare a su
lado… así no tendrás dudas.
Al escuchar aquello, mis ojos saltaron y me puse de pie en
un segundo, tambaleándome casi al instante pues el mareo seguía afectándome.
Yoochun me dio un golpe leve en la frente con los nudillos, diciéndome que aun
estaba débil por no haber comido y que no hiciera movimientos bruscos. Yo solo
asentí, sintiendo el corazón el la boca del estomago mientras el refunfuñaba y
abandonábamos la oficina.
Caminamos por algunos pisos, el ambiente de aquellos pasillos
eran muy diferentes a los de cuidados intensivos. Aquí había personas de un
lado para otro, pacientes en sillas de ruedas o caminando con las intravenosas,
familiares, enfermeras, doctores, el ambiente era mucho más enérgico.
Me mantuve a espaldas de Yoochun, siguiendo sus pasos algo
desesperado, con muchas ganas de gritarle que se apresurara y me mostrara la
habitación de una vez, y el, pareció predecir mis energías a su espalda, pues
una vez entramos a los pasillos que conectaban con las habitaciones, acelero
mucho mas el paso.
-Es aquí –dijo, señalándome con la mano el pomo de la
habitación, y entonces mi corazón volvió a latir azorado.
Tenia un enorme nudo formándose en mi garganta, y la cabeza
me daba vueltas sin razón aparente, ¿Era todo esto cierto? ¿Podría verlo? Tenía
miedo de estar en una pesadilla, en la que no importa cuanto me esforzara por
abrir la puerta, esta no cedería, y repentinamente mi respiración volvió a
fallar, devolviendo la mirada asustada hacia Yoochun:
-Entra –fue lo único que dijo, abriéndome la puerta el
mismo y solo entonces, me apresure, entrando de una vez, casi tropezando al
llegar y prácticamente cayendo hacia atrás cuando divise su delgada figura
algunos metros mas allá, en la camilla.
Estaba sosteniendo una conversación con alguien mas, el
oficial que había estado custodiando su habitación cuando me cole la noche
anterior, pero, no me fije en ello demasiado, lo estaba viendo, mover sus
labios, respirar, parpadear y aquello era lo único que necesitaba para recuperar
el aliento, para volver a la vida, luego de estar muerto desde que lo vi caer
al piso producto de aquel disparo:
-¡Changmin! –grite, mi voz salió totalmente quebrada y sin
aire, pero fue lo suficientemente fuerte como para que el la notara, y volteara
a verme en ese mismo instante. Gracias al cielo, el aun puede reconocerme.
Sus hermosos y enormes ojos marrones me estaban mirando…
Mi vista se nublo por culpa de las malditas lágrimas que
continuaban saliendo, toda la tensión que mantuve en mi interior se estaba
desbordando justo en el momento menos indicado. Mis pies se movieron por si
solos y acortaron la distancia de nuestros cuerpos, estaba corriendo, y no era
consiente de lo que estaba haciendo y entonces, me olvide que él seguía en este
hospital y que estaba herido. Con urgencia, necesitaba con demasiada urgencia
ser estrechado por sus brazos, sentir el calor de su piel y escuchar el latido
de su corazón, solo para cerciorarme con mis sentidos de que esto no era un
maldito sueño.
Me lance sobre la camilla apoyando todo mi peso en su
pecho, colando mis brazos alrededor de su cuello, y estrechándolo en mis
brazos, respire una bocanada de aire antes de soltarme a llorar como un niño
pequeño, mientras poco a poco sentía su mano sobre mi espalda, y sus dedos
incrustarse en mis cabellos, lo que provoco mucho mas llanto, porque era
tranquilidad, finalmente estaba en paz y en sus brazos.
-Por dios ¿Estas bien? -pregunto Yoochun, acercándose hasta
nosotros- Eso fue irresponsable, pudiste hacerle daño.
Por su tono de voz, Yoochun parecía enojado, pero en aquel
momento no me importaba, ya no escuchaba a Yoochun, ni era consiente de el
oficial que se encontraba a unos cuantos centímetros de mi. Solo quería sentir
el abrazo de Changmin, sus fuertes brazos que me acurrucaron y sus labios fríos
y secos que se pegaron a mi mejilla con cuidado, esto era suficiente para
hacerme perder la noción del mundo exterior, de nuevo regresábamos a ser solo
nosotros dos en nuestro pequeño mundo.
De nuevo, solo el y yo…
Aun cuando lo tenía en mis brazos, seguía demasiado
afectado, no podía controlar los hipidos molestos producto de mis sollozos,
aquellos que solo me llevaban a abrazar a Changmin con mucha mas fuerza,
buscando afirmar con mi tacto lo que mi mente aun no asimilaba.
Pasaron algunos minutos, y los dos seguíamos unidos en un
confortante abrazo, finalmente los sollozos se habían detenido, siento
remplazados por tenues sonrisas y caricias apenas perceptibles. Desentrelacé
mis brazos de su cuello y me aleje con lentitud, sentándome en el borde de la
camilla. Seguramente mis ojos estaban hinchados, seguramente estaba hecho un
desastre, pero solo atine a suspirar con fuerza y a llevar mi mano hasta la
mejilla de Changmin, y el respondió a mi caricia apoyando su cabeza en esta, y
sonriendo mientras se acomodaba y me pedía que volviera abrazarlo. Yo accedí,
recostando mi cabeza en su pecho, y sintiéndome adormecer cuando sus manos se
mecían suavemente entre mis cabellos.
Solo hasta entonces note el silencio en la habitación, solo
hasta entonces supe que Yoochun y el oficial habían salido, quien sabe desde
hace cuanto.
-¿Cómo supiste… que estaba aquí? –me pregunto Changmin con
cierto ronquido en su voz, se escuchaba cansado-
Estuve en pánico algunos segundos, era imposible que le
dijera la verdad, pero no podía pensar claramente que mencionarle, hasta que
recordé le llamada del oficial y me sentí aliviado de tener una coartada:
-Un oficial me llamo… me dijo que habías sufrido un paro
cardio respiratorio y que… no sabia si sobrevivirías –dije con calma,
acariciando su pecho con suavidad- Estaba espantado…
-Siento haberte asustado –me respondió, pasando ahora a
acomodar algunos mechones de cabello detrás de mi oreja- Pero, aun me cuesta
creer si quiera… que estoy aquí…
Pude sentir el temor de sus palabras trasmitirse a su
cuerpo, un leve temblor se apodero de sus manos, y lo note, aunque el las alejo
inmediatamente.
Volví a incorporarme y le mire por unos segundos, podía
saber cuan intranquilo estaba, así que me acerque levemente hasta acortar aun
más nuestra distancia y quedar a centímetros de su rostro:
-Estas aquí amor –susurre suavemente, atrapando entre mis
dedos su labio inferior- Estas conmigo…
No resistí las ganas de demostrarle con mi propio cuerpo la
realidad, más bien, que yo era una realidad. Incline mi cabeza hasta su
dirección y deposite un beso suave en ellos, apenas tocando mis labios con los
suyos y pretendí alejarme inmediatamente, solo hasta que sentí el movimiento de
sus propios labios y su mano depositarse en mi cintura con algo de reserva.
Nuestros labios chocaron en un ritmo un poco mas rápido, no
hambriento, más bien confortante, sintiendo el calor de nuestros cuerpos y
nuestras respiraciones mezcladas, repartiendo caricias dispersas en nuestros brazos
y algunas mas leves en nuestros pechos. Justo entonces me moví hacia adelante,
buscando profundizar un poco más el beso, pero, la puerta se abrió entonces, y
ambos nos separamos bruscamente:
-¿Qué es lo que se supone están haciendo? –Aquella era la
inconfundible voz de mi hermano, ambos nos miramos y sonreímos, agachando la
cabeza al tiempo, mientras el susodicho se acercaba a la camilla-
-Debes salir –se dirigió a mi, poniendo una mano en mi
hombro- Chequeo –aclaro- luego continúan su fiesta privada…
Changmin rio levemente ante aquel comentario, y yo solo
atine a sonreír y asentir, dándole una ultima mirada a mi amante mientras salía
de la habitación, teniendo en claro que no era un sueño que se esfumaría si
abría los ojos.
•◘○•◘○•◘○•
Al salir, al primero que me encontré fue al oficial, mi
reacción instantánea fue esquivar su mirada y pasar a un lado, pero, no podía
ignorarlo, solo por el echo de que eso me haría ver mucho mas sospechoso. Pero,
fue el quien se acerco hacia mí con una sonrisa, y me tendió la mano, la cual
acepte desconfiado:
-Perdona por ponerte en un apuro –emulo, fue lo único que
falto para comprobar que el era la voz que me había llamado- Pero me llegue
asustar… No supe que más hacer aparte de eso.
Lo mire por un segundo y luego asentí acercándome a la
banca que estaba cerca de la puerta, justo frente en la que el se encontraba
sentado hace unos segundos, al verme, el me imito, y ambos quedamos frente a
frente:
-Entre a verlo, sabes –murmuro, bajando la mirada y jugando
con sus dedos- solo quería saber que estaba vivo, con mis propios ojos –sonrió,
pasando su mano por su frente y echando su cabello hacia atrás- Justo entonces
tuvo el ataque… creí volverme loco…
En ese instante su mirada se ensombreció, y pude entender a
que se refería, yo de estar en la misma situación, hubiera reaccionado igual.
-Conforme pasaba el tiempo me preocupe, y te llame porque…
-suspiro, mirándome directamente ahora- El dijo tu nombre, y me pidió que te
avisara que no volvería a casa…
Mis ojos se abrieron mientras lo escuchaba recitar aquellas
palabras, completamente asombrado de que, incluso en ese momento, en el que
estaba en ese estado, Changmin pensaba en mi, el estaba pensando en mi todo el
tiempo. No pude evitar las lágrimas que me inundaron los ojos, llevando mi mano
a mi rostro para cubrirlas inmediatamente:
-Por cierto soy –me distrajo el, al ver mi estado de
estupefacción- Soy Jung Yunho… -sonrió, y yo volví a sorprenderme-
-¿Tu eres Yunho? –pregunte, algo obvio, y el me sonrió de
nuevo-
-¿Haz oído hablar de mi?
-¡Por supuesto! –Casi grite- ¡Todo el tiempo, Changmin
habla mucho de ti!
-Pues, es lo mismo en mi caso, pude reconocerte
inmediatamente entraste a la habitación.
Nos miramos por unos segundos antes de sonreír al tiempo,
reconociendo en Changmin alguien demasiado practico y obvio, pero también,
sabiendo cuan importante era esta persona para el, su mejor amigo, Jung Yunho…
y solo entonces, pude olvidar que durante mucho tiempo, yo
pude haber puesto las vidas de ambos en peligro.
•◘○•◘○•◘○•
Luego de dos días Changmin abandono el hospital, su
condición mejoro notablemente y ambos regresamos a casa después de mucho
tiempo. La primera noche que estuvimos juntos, solo conversamos durante largo
rato aquellos planes que habíamos echo juntos y que deberíamos continuar. Este
Changmin que había tenido una experiencia tan cercana a la muerte deseaba con
desesperación no dejar cabos sueltos en su vida, pero, a partir de ahora, yo
solo quería que se preocupara por si mismo.
Con el pasar de los días, observándolo mantenerse en calma
en casa, me plantee como objetivo el proteger esa tranquilidad. Por primera vez
en muchos años, no me sentía maldecido por pertenecer por lazos consanguíneos a
las sombras negras, por primera vez, estar al tanto de todos los movimientos me
servía de algo. A partir de ahora, desde el otro lado del espectro, podría
proteger a Changmin del peligro, porque, conmigo al frente, conociendo el lugar
al que pertenecía, jamás, nunca nadie jamás volvería a tocarle un solo cabello.
•◘○•◘○•◘○•
Pasaron cerca de dos meses antes que Changmin volviera a
salir de casa, era obvio que el no me revelaría sus actividades. Hasta el
momento, aun cuando estuvo en el hospital y al borde la muerte, ningún
familiar, ni siquiera su madre pudo visitarlo o se percato de su estadía y
cercanía con la muerte siquiera. Que yo estuviera ahí, fue un gran desliz por
parte de Yunho, quien se encargo inteligentemente de cubrir con excusas el
porque de la herida, sin poner en riesgo la seguridad de su organización,
ignorando claro, que yo sabia de antemano lo que había sucedido.
Durante ese tiempo, el traslado de Byung Soo se había
retrasado. Por ello, estuve en contacto con mi padre para que me mantuviera al
tanto de los movimientos, él, aunque severamente extrañado por mi cambio de
actitud, acepto darme gustoso todas las instrucciones, mas aun cuando decline
su oferta de salir de la organización.
Estaba claro que yo no saldría de allí, a menos que
Changmin dejara la NDI, y eso, al ver su disposición de volver al trabajo… no
iba a suceder.
-¡Alíen! ¡Esta listo…! -grito Changmin desde la cocina, hoy
era su día para cocinar. Habíamos echo aquel acuerdo casi al principio de vivir
Juntos, nos dividiríamos las tareas de la casa, eso incluía la cocina… Esta claro
que por nuestras vidas, poco cumplíamos aquel acuerdo, y que al final, quien
hacia todo una vez llegaba a casa era yo. Eso había cambiado las últimas
semanas…
Aun sin menospreciar los titánicos esfuerzos que tenia para
cumplir sus tareas, la cocina, realmente no era yo suyo y por su sentido común,
podía presentir que el platillo de hoy seria:
-Rammen –sonreí, resoplando por lo bajo mientras me
acercaba a la mesa y observaba los tazones pululando un vaho blanco y que el
servía cuidadosamente a lado y lado –Mmm Lindo- Sonreí, no refiriéndome a los
platillos, si no al varonil mandolín de tranformers que se había comprado para
el, del que se había enamorado sin razón, pues ni siquiera había visto o le
gustaba la película. El me sonrió de vuelta, quitándose el mandolín y
sentándose a la mesa.
Me senté a su lado, observando el pálido platillo de fideos
y verduras mal cortadas frente a mis ojos, suspirando mientras tomaba los
palillos y tomaba el primer bocado y lo llevaba a mi boca. Al probarlo, ni
siquiera podía describir con palabras el sabor que tenía, no era especialmente
desagradable, de hecho, sabía bien dado su aspecto, y por sus ojos expectantes
mirándome con atención, no podía darle a pensar algo negativo.
-ah! Ah! –me detuvo, luego que trague todo- No te atrevas a
decir nada hasta que yo lo pruebe, puedes decir que sabe bien aunque sea una
mierda solo por verme feliz –me miro serio, tomando sus palillos y
aventurándose a probar su propia creación-
Se quedo algunos segundos en silencio luego de que lo había
tragado, miro al piso y se levanto la mesa, tomando el teléfono y marcando sin
decirme una palabra, solo mientras esperaba el tono me miro y me hablo:
-¿De pimientos, verdad?
Azote una carcajada instantánea al escuchar su pregunta,
infiriendo que prefería ordenar pizza que terminar lo que el mismo había echo.
Sin poder aguantar mas, me levante de la mesa, llegando hasta donde se
encontraba de pie sosteniendo el teléfono y lo abracé de frente mientras
descolgaba la llamada, depositando un beso en sus labios, para luego repartir
muchos mas por el resto de su cara, estaba de puntas, colgado a su cuello
mientras observaba su rostro serio, lo que hacia que se viera mucho mas
encantador:
-Sabe a mierda –emulo, yo asentí sin poder negarlo- Ni
siquiera quería tragarlo…
-Puedo arreglarlo… -sonreí, y él me tomo de la cintura
acercándome un poco mas a su cuerpo-
-¿Puedes? ¿En verdad?
Asentí, rozando la punta de mi nariz con la suya, volviendo
a besar sus labios…
-Cambiemos las reglas, tú cocinas y yo lavo los platos.
Volví a reír a carcajadas mientras asentía, dejándome
arrastrar por sus brazos, dimos vueltas por la cocina intencionalmente,
mientras hacíamos una pobre imitación de un baile de salón, murmurando entre
risas adjetivos para describir el experimento culinario de Changmin.
Cuando dejamos de reírnos, entramos a la cocina para
arreglar el platillo, el me ayudo como pudo, quedándose mas de espectador que
de cocinero, finalmente cenamos dos horas mas tarde, y nos recostamos en el
sofá a ver alguna película que encontráramos en la tele. Hicimos zapping hasta
que encontramos una película coreana, bastante popular llamada “The host” a
ambos nos gustaban las películas de terror, aunque Changmin detestaba las que
incluyeran fantasmas, podía soportar una lagartija de 100 metros.
Estuvimos pendientes del film los primeros diez minutos,
luego de eso, las caricias nos hacían olvidarnos de que estábamos viendo, ni
Changmin ni yo podíamos concentrarnos en la trama. Escuchábamos gritos venir de
las multitudes, pero de una forma u otra, habíamos terminado besándonos, yo
solo atine a estirar el brazo, tomar el mando y apagar el televisor, sin dejar
de probar el delicado sabor de los besos de mi amante.
Era como si el tiempo no transcurriera, porque al lado de Changmin,
en sus brazos, olvidaba mi pasado, mi presente y mi futuro, y solo me
concentraba en su tacto.
•◘○•◘○•◘○•Yunho•◘○•◘○•◘○•
Dos meses y algo mas había transcurrido desde nuestra
última misión, muy a pesar de la obvia emboscada de la que fuimos victimas,
logramos capturar a uno de los cabecillas de una organización de bajo rango al
servicio de las sombras negras. Estábamos obteniendo posiciones. Durante dos
meses de interrogaciones, habíamos conseguido nombres, contactos y vestigios de
las principales cabezas que podrían estar detrás de todo aquel intrincado
sistema, pero, para nuestro infortunio, el resto del trabajo debíamos dejárselo
a la policía y el servicio secreto de la nación, pues, nuestro criminal tenía
varias órdenes de extradición a otros
países de Asia por varios crímenes y no podíamos quedárnoslo.
Estaba decepcionado por no poder sacar mas provecho de la
información que el podría brindarnos, pero a pesar de lo que podíamos dejar de
saber por pasarlo a otras manos, aun estábamos bastante lejos de nuestro
objetivo, y si queríamos alcanzarlo teníamos que atrapar a un pez mucho mas
grande.
Changmin regreso a la base luego de eso, muy a pesar de las
reservas que teníamos respecto a ponerlo al frente una vez mas, para Changmin
eso significaba una ofensa, era el dirigente de nuestra organización por
decisión de todos y no podíamos menguar su esfuerzo. Por lo que se enfoco en
demostrarnos que podía manejarlo, y luego de algunas negociaciones accedimos a
incluirlo en el traslado de Bull, que seguramente estaría en la mira de las
sombras negras desde que lo atrapamos.
Por mi parte, llevaba otra pequeña batalla interna, una
duda, que parecía carcomer mi cerebro desde hace mucho. Y que conectaba dos
líneas que en verdad, no podía creer tuvieran algún enlace.
Mientras Changmin continuaba en el hospital, me entere por
parte de los miembros de seguridad, que un hombre había burlado la seguridad e
irrumpido en la sala de cuidados intensivos el día en el que Changmin despertó.
Alterado por aquello, me propuse a investigar y obtuve acceso a las cámaras de
seguridad del hospital, descubriendo que el causante del alboroto había sido
Jaejoong, quien es amante de Changmin.
Durante ese tiempo no me preocupe en lo absoluto de aquel
descubrimiento, a pesar de quedar sorprendido por sus habilidades de pelea mano
a mano, le reste importancia por el hecho de que había sido un momento de
desesperación. Pero, luego de abandonar el hospital, y de pensar detenidamente
en ello en estas semanas, pude indagar en varios aspectos.
El primero de ellos, era el porque Jaejoong sabia
exactamente en que sala y mas sorprendente aun, en que habitación se encontraba
Changmin internado, ya que, la sala estaba conformada por mas de 50
habitaciones, que el entrara a su habitación directamente, sin dudas o
titubeos, era sorprendente.
Lastimosamente no hay cámaras en las habitaciones, si las
hubiera, podría comprobar aquella teoría que me estaba invadiendo la cabeza.
Mi enlace estaba dirigido al asistente que había entrado en
la habitación de Changmin junto al doctor Park unas noches antes. Desde primera
instancia aquel sujeto me parecía sospechoso, ¿En que lugar lo había visto
antes? me pregunte por mucho tiempo, pero, aquel extraño sujeto que, no importa
cuanto buscara no aparecía en los registros de personal o ningún turno del
hospital, parecía habérselo tragado la tierra luego de esa noche. El entro a la
habitación de Changmin, y algo me hacia sospechar que entre el y Jaejoong había
algún tipo de conexión.
Pero claro, aquellas conjeturas eran solo eso, afirmaciones
sin argumentos que de ningún modo podía discutir con mi capitán, a menos de que
estuviera completamente seguro de ello.
Y la gran interrogante frente al rostro de aquel sujeto, no
hacia más que acrecentar mi curiosidad.
•◘○•◘○•◘○•Jaejoong•◘○•◘○•◘○•
Aquella mañana me desperté con el cuerpo helado, sentía
escalofríos luego de haber tenido pesadillas toda la noche, me encontraba
sentado en la cama con los brazos de Changmin anclados a mi cintura. No pasaban
las 6:00 am, y desde las 4:00 había estado en es misma posición, observándolo
dormir mientras seguía recordando las pesadillas.
Desde el incidente, Changmin había dejado de despertar en
medio de la noche por culpa de un mal sueño, ahora era yo quien había heredado
esa condición.
Todo había empeorado desde la última semana, luego de
recibir un correo en casa, un paquete, con un comunicador e instrucciones por
parte de mi padre. Al recibirlo me paralicé, ya que de no haber estado en mis
manos, probablemente Changmin lo hubiese visto y todo se habría arruinado.
Lo que el paquete contenía era un comunicador y una pequeña
nota que me avisaba que debía prepararme para acabar con Byun soo, luego de
meses de vacilaciones y postergaciones finalmente se haría el traslado. Aunque,
me parecía imposible que el sujeto no haya soltado la sopa desde hace mucho, mi
padre insistía en que era un ajuste de cuentas, y que no pensaba dejarlo vivo
bajo ninguna circunstancia.
Al principio, estaba reacio a participar a pesar de mi
anterior insistencia, pero, luego de notar los últimos movimientos de Changmin,
algo me decía que el seria parte del traslado, el parecía reacio a quedarse sin
participar por mucho mas tiempo, y si eso sucedía, aunque existiese una mínima
posibilidad, no pretendía dejárselo en manos de nadie mas.
Y ese día era hoy, por primera vez estaría frente a
Changmin como su enemigo, reconociéndole…
y eso me asustaba…:
-¿Estas… despierto? –Murmuro con la voz ronca, arrastrando
todo su cuerpo por la cama hasta llegar a abrazarme con sus piernas-
-mmm –respondí, acostándome y abrazándolo, dejando su cabeza
descansar en mi pecho- ¿Dormiste bien?
-Como nunca…
Esta vez, su voz salió como un susurro, y luego, se quedo
en silencio por varios minutos, hasta que finalmente escuche su respiración
pausada, e intuí que volvió a quedarse dormido.
Lo abracé con fuerza mientras aquella terrible sensación
volvía a invadirme, rodando por mis poros hasta hacerme sollozar, y una
terrible punzada me invadió el pecho. Con rapidez, regule mi respiración
impidiendo la salida del llanto, mis nervios estaban colapsando y no podía
controlarme, así que deshice el abrazo, deslizándome por la cama y me levante,
apresurándome a la cocina donde alcance el refrigerador para intentar tomar un
vaso de agua. Alcance el vaso de la alacena sin preocuparme por el temblor
progresivo que se expandía por mi cuerpo, hasta que finalmente deje caer el
vaso al suelo, y este se desintegro contra el piso, resonando en toda la casa.
Me incline de inmediato y recogí los trozos aun sin dejar
de temblar, y finalmente una de las astillas de vidrio se incrusto en mi palma,
causándome un profundo y doloroso corte.
-¿Qué paso? –escuche su voz tras mi espalda, había corrido
apresurado cuando el sonido del vaso haciéndose añicos lo sorprendió, y se
agacho hasta mi, terminando de recoger los fragmentos de vidrio que aun yacían
en el piso.
Mi cabeza se hundió en mis rodillas mientras sostenía el
trozo de vidrio en mi palma, Changmin se levanto y tiro lo que había recogido a
la basura, volviendo a agacharse ante mi, y tomando mi barbilla para levantar
mi rostro…
-¿Qué- Alíen, ¿P-Por qué lloras? –Su rostro palideció ante
mis ojos, se movió más rápido para acercarse a mí, y yo parpadee antes de
levantar la mano y mostrarle la herida sangrante de mi palma.
-Duele…
Changmin entorno los ojos, y abrió la boca para tratar de
decir algo, pero al final contuvo sus palabras y se levanto, acercándose hasta
el mesón y tomando las tijeras de cocina, rasgando su camiseta y abriendo la
llave del agua, mojando el trozo de tela con ella, para luego volver a
acuclillarse y limpiar con aquel trozo improvisando de gasa el charco de sangre
en mi mano, no sin antes retirar el trozo incrustado de vidrio:
-¿Estarás feliz ahora no? –Sonrió, limpiando con dedicación
al herida de mi mano- La camiseta que odias se ira…
Solo hasta entonces me fije que vestía la horrible camiseta
que tanto odiaba, y aquel pequeño acto de su parte me arranco otro sollozo. El
frunció el entrecejo, creyendo que había sido su culpa o que me había
lastimado, pero lo cierto, es que lo que me molestaba estaba lejos de ese
insignificante corte.
Era miedo… tenia mucho miedo…
Cuando la sangre dejo de brotar, mis lágrimas también se detuvieron, Changmin
me miro preocupado e inmediatamente me sentí culpable, por lo que me moví hasta
alcanzarlo y me acurruque en su pecho, y el inmediatamente me recibió en un
abrazo:
-Jaejoong… ¿Estas en tus días? –se rio, y yo sonreí de
vuelta, golpeándolo en el pecho hasta que cayó de espaldas.
Luego de aquello, ambos nos levantamos del piso, y Changmin
chasqueo los dedos, corriendo hasta la habitación y volviendo luego de un
minuto con una sonrisa estampada en el rostro, acercándose hasta mí y tomando
mi mano herida, y luego, colocando una colorida bandita de corazones sobre
ella.
-…Changmin-ah –una mueca extraña se formo en mi rostro,
observando el trozo de papel con atención- Esto es tan gay… -Esta vez el
arranco a carcajearse mientras observaba mi desfiguración, moviendo las manos
al aire y sosteniendo su estomago hasta llorar de la risa-
-S-Son tuyas, tu me las compraste ¿l-lo olvidaste?
Abrí la boca para replicar, pero me percate de que tenía
razón, y corrí hasta la habitación, encontrando con facilidad la caja de
banditas sobre la cama, tome una y corrí de regreso a la cocina, donde me lancé
hasta donde el estaba y forcejeamos hasta que pude colocarle la cursi banda en
la mano:
-¡¿Por qué me la pones?!
-¡La tendrás hasta que yo tenga la mía!
-¡Yo no tengo una herida!
-No importa, es una apuesta
-Y-Yo no quiero apostar… -negó, amenazando con arrancarse
la bandita-
-eh eh… ¡Te la quitas y no hay PS3, ni comida… ni sexo!
-ah ah… ¡Que el sexo no se apuesta! –Me miro, refunfuñando,
mientras levantaba la mano en señal de promesa- Esta bien, no me la quitare…
ahora sellemos el trato…
Rápidamente acorto nuestras distancias, tomando abrazándome
mientras frotaba sus labios contra los míos, para entonces, las lágrimas se
habían secado y el miedo se disipo, dejándome solo una momentánea tranquilidad,
que duró exactamente lo que tardo en sonar su teléfono, algunos segundos
después.
Y entonces el miedo volvió.
•◘○•◘○•◘○•
Mientras empacaba sus cosas tranquilidad, yo continuaba
mirándolo fijamente, suspire algunas veces antes de que se dirigiera a la
puerta principal, y corrí a su encuentro abrazándolo por la espalda:
-¿Qué…? –Se volteo hasta apartarme- Solo voy a salir un par
de horas…
-La ultima vez que dijiste algo parecido te encontré en un
hospital… -murmure bajo, volviendo a abrazarlo - Ten cuidado…
-Vale…
El asintió dejando un beso en mi frente, luego se volvió,
colocándose los zapatos, y dejándome una sonrisa antes de salir de la casa.
Y el teléfono en mi bolsillo sonó.
•◘○•◘○•◘○•Yunho•◘○•◘○•◘○•
Era mucho mas temprano de lo común, pero luego de varias
negociaciones con la división de extradiciones, acordamos un punto de encuentro
abierto, con solo una docena de hombres por cada lado, cerca del centro de
movilización de migraciones. Changmin estaba con nosotros y coordinaba con los
superiores todo lo concerniente a la tarea. Muy a pesar del bajo riesgo que tenia
esta misión en particular, no dejaba de existir la incertidumbre luego de lo
ocurrido meses atrás.
Sin embargo, aquello no detuvo la determinación de mi
capitán, que, como siempre se mostraba seguro.
Había muchas preguntas que quería hacerle, muchas cosas que
deseaba contarle, pero, al mismo tiempo, temía el tipo de reacción que
sucedería a la revelación de mis sospechas, pues conocía de antemano los
sentimientos que estaban en juego por culpa de una especulación.
Por lo que guarde silencio…
-Supongo que debemos tomar este desvío, es mas fácil
despistarlos si movemos la hora y el lugar exacto de encuentro. Necesito tres
hombres protegiendo el frente, Yunho y yo moveremos el objetivo el resto de los
hombres debe mantener un circulo de protección alrededor del perímetro. No se
permiten errores.
-¡Si, capitán!
Luego de algunos datos de reconocimiento, estábamos listos
para partir, por lo que preparamos nuestros uniformes y armas. Estábamos en el
salón de tiro por aquel momento, mientras limpiaba, me distraje un instante al
ver la palma de Changmin, había un extraño papel de colores pegado a ella, y a
medida que me acercaba, se hacia mucho más llamativo, era algo que
definitivamente desentonaba con el resto de su uniforme:
-¿Qué es eso? –Pregunte, hasta sostener su mano- ¿Estas
herido?
-¿Eh? –Observo el punto que yo observaba, y opto por
esconder su mano detrás de su espalda- ah, ¿la viste? –sonrió incomodo- es una
tontería de Jaejoong… me obliga a usarla mientras el la tenga que usar, el
tiene una igual… –río, y lo siguiente que hizo fue relatarme de forma rápida lo
que había pasado en la mañana. No supe que responder, así que solo nos reímos
mientras se quitaba la banda y la guardaba en su bolsillo – Me la pondré de
nuevo antes de llegar a casa…
Sonreímos al mismo tiempo, mientras nos dirigíamos al auto,
partiendo hasta el punto de encuentro, dos horas antes de lo pactado, haciendo
un aviso de ultimo minuto, a los agentes de extradiciones y explicándole las
razones por las cuales nos adelantábamos.
Nos mantuvimos en silencio, no éramos tantos hombres como
la ultima vez, y aquello hacia acrecentar la tensión entre nosotros. Entre
nosotros se encontraba el objetivo, era un hombre de mediana edad, que tenia
una larga lista de crímenes sobre sus hombros. Nos miraba cada tanto, y por su
rostro podía pintarse el nervio que sentía de ser entregado, de alguna forma el
apostaba, que seria eliminado antes de ser dado en extradición.
Llegamos al punto de encuentro a tiempo, nos desplegamos
siguiendo las órdenes que ya se nos habían dado, moviéndonos tan sigilosa y
rápidamente como pudiéramos.
Caminamos algunos metros por entre los edificios de la zona
de migraciones, había centinelas en tres azoteas aledañas, los hombres que nos
rodeaban, más el cuerpo policial que vigilaba
al perímetro completo, todo parecía estar marchando como debía.
Pudimos observar a la lejanía a los hombres de seguridad de
extradición que se desplegaban, esperando por el objetivo. Aceleramos el paso,
agudizando los sentidos al máximo mientras nos acercamos cada vez más al punto
de entrega.
-¡EMBOSCADA! –Se escucho un grito por parte de nuestros
hombres, y volteamos al tiempo, viendo a uno de los oficiales yacía tendido en
el piso- ¡Francotirador! –Gritaron de nuevo, y al tiempo nos colocamos frente
al objetivo, levantando las armas hacia lo alto de los edificios-
-¡Maldición! –Se quejo Changmin- ¡Alerten a los centinelas!
Estábamos a ciegas, apretujados entre nosotros tratando de
cubrir al objetivo, pero luego de algunos segundos de total silencio, pudimos
escuchar el golpear de las balas contra el pavimento, y nuestros hombres caer
heridos al piso.
Uno por uno.
Los de extradición se percataron del hecho, y se
movilizaron rápido para tratar de ubicar de donde provenían los disparos, pero,
por desgracia, el objetivo entro en pánico al ver todo el alboroto y los hombre
caer, e intento huir de nosotros, siendo alcanzado inmediatamente por un
proyectil, luego de haber dejado nuestra defensa.
Changmin salió corriendo inmediatamente, asegurando que
había visto algo sobre el edificio de migraciones, y yo me acerque hasta el
cuerpo de Bull, tratando de percatarme de sus signos vitales… pero, era muy
tarde… estaba muerto.
Los de extradición llegaron entonces, luego de que el fuego
se detuvo, y les deje el resto del trabajo mientras corría para tratar de
alcanzar a Changmin, bajo ninguna circunstancia podía dejarle aventurarse solo
de nuevo.
Me aproximé hasta el ascensor principal, pero luego de
intentar varias veces este no se encendía, así que me moví lo mas rápido que
pude hasta las escaleras, subiendo los
escalones lo mas rápido que mis piernas podían darme, mientras llegaba al
séptimo piso, aproximadamente, alguien paso a mi lado a empujones y corrió
escaleras abajo, y no tuve que dar demasiadas vueltas para notar que era un
sospechoso.
Corrí tras de el, saltando los barandales, y pude
alcanzarlo mientras estábamos en el tercer nivel, tomándolo por la espalda y
pegándolo a la pared, apuntando mí arma contra su cabeza:
-¡Un solo movimiento, y estas muerto! –Emule, quitando el
seguro del arma mientras el sospechoso perdía movimiento. Al observarlo
introduje mis manos en mi chaleco, tratando de sacar las esposas e
inmovilizarlo, pero solo basto un parpadeo, para que el se volteara, y pateara
mi arma que choco contra el barandal y cayo varios pisos mas abajo, el por su
parte me empujó hacia la baranda de la escalera, y me tomo por el cuello, hasta
que pude sentir la mitad de mi cuerpo suspendida en el vacío.
El aire empezó a faltarme al poco tiempo, justo al que sus
dedos se encarnaban con fuerza contra mi tráquea, pero luego, se quedo
paralizado en una aprensión dudosa, y repentinamente deshizo el agarre, echando
su cuerpo hacia atrás.
Tosí con fuerza mientras recuperaba el aliento, y el sujeto
emprendió la huida de inmediato, alcanzando algunos escalones hasta que varios
impactos contra el piso le hicieron detener bruscamente.
-¡No te muevas! –escuche el azorado grito de Changmin
mientras corría escalones abajo y disparaba al tiempo, yo aun estaba azotado
por el dolor de la asfixia, y no pude moverme demasiado.
El sujeto se movió aun con la amenaza de los disparos, y
para cuando Changmin pudo encontrarme, el había desaparecido
-¿Estas bien? –se acerco hasta mi, y tanteo mi rostro, y yo
asentí, levantándome, aun manteniendo la mano sobre mi cuello.
Changmin se convenció de que estaba bien y corrió de nuevo
hacia la dirección del francotirador, yo lo seguí con mucha mas calma,
deduciendo que el probablemente ya no se encontrara cerca del edificio. Era un
tipo rápido, y con el caos que debía haber por la muerte del delincuente,
probablemente se había escabullido.
Mientras sostenía la mano en mi cuello, sentí algo extraño
en el, rasgue con mis uñas hasta poder levantar algo, como un trozo de cinta
pegado a mi nuez de adán, lo removí hasta que se quedo en mis dedos, y lo que
vi me dejo congelado.
“Es una tontería
de Jaejoong… me obliga a usarla mientras el la tenga que usar, el tiene una
igual…”
•◘○•◘○•◘○•Jaejoong•◘○•◘○•◘○•
Era medio día, y estaba de pie sobre la azotea mientras
fumaba un cigarrillo, me había decidido a hacer esto por mi mismo, mas sin
embargo, había tomado la apariencia de Youngwoong para pasar desapercibido.
Había muchos pensamientos en mi cabeza mientras alistaba el caballete donde
colocaría el rifle, el principal de ellos, era cuan efectiva seria mi puntería
en tal estado como el que me encontraba.
Los centinelas se habían posicionado hace varias horas ya,
pero, previendo tal cosa me había encargado de desviarlos desde el principio,
evitando que llegaran al destino y que ejercieran vigilancia. El punto de
encuentro estaba bajos mis pies, y solo basto esperar para que ellos hicieran
presencia en el lugar.
Llegaron, y pude ver su circulo de seguridad desplegarse en
unos segundos, observando desde la mira a Byung soo que se mantenía, para mi
desgracia, entre Changmin y Yunho.
Tenia que hacer algo para desvanecer la defensa, así que
aprovechando la ausencia de los centinelas apunte hacia algunos oficiales para
poder dispersarlos, pero una vez el primero cayó herido, la defensa alrededor
de Byung soo se fortaleció, y no tuve más opción que disparar a sus bloques, y
quitarlos del camino uno por uno.
Cuando hubo suficiente caos, y antes que el equipo de
extradición reaccionara, Byung soo hizo el resto del trabajo por mi, y se movió
como una rata asustada, alejándose de Changmin y Yunho, y corriendo hacia el
punto de entrega, pero no llego demasiado lejos.
Cuando finalmente cumplí mi trabajo, me dispuse a recoger
todo y me apresure a desaparecer, dando por hecho que les tomaría un rato
averiguar de donde venían los disparos.
Pero, me confié demasiado, y lo próximo que sentí, fue el
estupor de un profuso escalofrió, y el sonido de una pistola siendo apuntaba
contra mi nuca.
-No te muevas… o morirás…
Cerré los ojos con fuerza y apreté el puño hasta recordar
la herida de mi palma, reconociendo al instante la voz de quien me hablaba.
Estaba detrás mio, tan cerca, y yo solo podía entrar en pánico porque me
descubriera, ni siquiera tenia miedo de que me matara… solo…
-¿Quién eres? –me pregunto, sentí la presión en el
ambiente, pero, arriesgando todo en ese instante, me moví sobre mis pies y pude
empujarlo hacia el suelo, haciendo que dejara caer el arma a varios metros de
allí, y forcejeamos en el suelo por un instante, hasta pude levantarme y
emprender la huida, mientras el se levantaba del suelo… disparando contra mi una
y otra vez hasta que pude alcanzar la salida y huir por las escaleras.
Changmin me alcanzaba, por lo que opte por tirarme al vacío
sin cuidado, y pude tomarle algunos pisos de ventaja, estaba tan apresurado que
no pude divisar la silueta de alguien, y solo pude saberlo al sentir el golpe
de su choque, pero, no me importaba, solo sabia que tenia que huir, rápido, muy
rápido.
Estaba cerca de lograrlo, pero alguien me tomo por la
espalda y me hizo golpear contra la pared, ¿era Changmin? Lo pensé, y me veía
muerto, cuando sentí nuevamente la pistola contra mi cabeza, y distensioné mi
cuerpo, al reconocer que no se trataba de Changmin.
El se movió un poco para tratar de alcanzar las esposas,
peor en ese instante fui mucho mas rápido y arremetí contra el pateando el
arma, enviándola varios pisos mas abajo, y con la cabeza cegada por la
adrenalina del momento, me abalance sobre el empujándolo contra el barandal, y
sosteniéndolo por el cuello mientras apretaba, no buscando matarlo, solo que se
desmayara y pudiera dejarme el camino libre.
Pero entonces, me percate de que se trataba de Yunho… y mis
manos dejaron de ejercer presión por si solas.
Me aparte de inmediato mientras el respiraba con fuerza y
caía al suelo, pero de inmediato me di cuenta de que debía salir de ahí, y
continúe corriendo hasta que sentí el sonido de los disparos nuevamente a mi
espalda.
-¡No te muevas! –fue el grito de Changmin, antes de empezar
a saltar barandas y seguir disparando, pero, a pesar de la amenaza pude
escabullirme de la lluvia de disparos y llegue hasta el primer nivel, donde me
desvié por el edificio, llegando hasta la parte frontal, deshaciéndome de mis
ropas en el camino, y cubriendo mi pelo con una gorra mientras salía y me
escabullía entre la gente, hasta confundirme y desaparecer completamente.
Camine y camine, manzanas y manzanas, hasta que la
debilidad de mis piernas me hizo detenerme, y mi cuerpo entero se envolvió en
un temblor, que se me subía hasta la cabeza, y todo a mí alrededor parpadeaba y
se distorsionaba.
-Casa… -murmure,
afirmándome contra un árbol y dejándome caer al piso sin poder moverme mas- debo volver a casa…
•◘○•◘○•◘○•Yunho•◘○•◘○•◘○•
Estuvimos en silencio de regreso al cuartel luego de todo
aquel desastre. 8 de nuestros 12 hombres fueron enviados al hospital, peor
ninguno de ellos tenia heridas graves, y serian devueltos a casa a más tardar
en la noche. Tanto Changmin como yo nos encontrábamos agotados, pero el, se
veía especialmente molesto por lo sucedido.
Estuvimos cerca…
Mientras andábamos por la carretera, no podía dejar de
pensar en lo que tenía entre mis manos, y no podía dejar de crear enlaces cada
vez más convincentes de lo que estaba pasando, y ahora más que nunca tenía
ganas de revelarle a Changmin mis sospechas.
Pero estaba seguro de que el no iba a creerme.
Pasamos un par de horas mas recibiendo regaños por parte de
los superiores, habían burlado nuestra seguridad como si se tratase de un juego
de niños, de hecho, nos habían utilizado de una forma sutil para que le
colocáramos al objetivo en sus manos. Y ahora no teníamos nada.
Finalmente, cambiamos nuestros uniformes con la idea de ir
a casa y descansar, y empezar las investigaciones nuevamente para poder
movernos sobre el enemigo.
Cuando todos se hubieron marchado a casa, incluso Changmin,
me dispuse a revisar por mi mismo las cintas de seguridad que los edificios
aledaños al de migraciones, estaba convencido de que aquellas me servician para
enlazar mis conjeturas, así que revise todas y cada una, en cada ángulo y
dirección esperando encontrarlo.
Y finalmente lo hallé.
No era un video demasiado claro, pero me permitía observar
los movimientos del francotirador, acerqué el cuadro hasta su máximo y abrí los
ojos sorprendido cuando se revelo ante mis ojos, el perfil de su rostro, sus
rasgos, eran inconfundibles a pesar de la interrumpida visión… ahora, no
existían dudas…
El tirador del hangar, el asistente del doctor, el
francotirador y Jaejoong… eran la misma persona. Todo este tiempo… Changmin
convivía con su propio enemigo.
•◘○•◘○•◘○•Jaejoong•◘○•◘○•◘○•
Cuando desperté, estaba en casa… pero no en mi actual
hogar, estaba en casa de mi padre, tendido sobre mi cama, y la sensación de
volver a este lugar me causaba escalofríos. Había vivido los peores momentos de
mi vida aquí, y ahora, se repetían en mi cabeza mientras paseaba los ojos por
la penumbra de la habitación.
Me senté en la cama y me dispuse a levantarme, estaba
adormitado, demasiado para ser normal, y prácticamente me arrastraba en mis
propios pies para poder caminar, la casa estaba vacía, o al menos, mis pasos
eran los únicos que resonaban en el oscuro espacio. Me arrastre con ayuda de
las paredes, hasta poder dilucidar una luz que provenía del estudio.
Entré sintiéndome cegado por la penetrante luz, y tratando
de acostumbrarme rápido a ella, hasta que pude distinguir los espacios y camine
con duda hasta acercarme al escritorio, observando algunos papeles que se
encontraban desordenados sobre la superficie de manera.
Moví con la mano los papeles si cuidado, hasta que apareció
una imagen oculta entre ellos, y luego otra, hasta que removí todas las hojas y
encontré un gran paquete de fotos esparcidas, y las mire completamente
contrariado… al percatarme que eran fotos de Changmin… conmigo…
Algunas eran más antiguas que otras, pero eran nuestras, de
nuestras salidas, la visita a la casa de sus padres, fotos desde el balcón de
nuestro apartamento. Me apresure a tomar los papeles sobre la mesa y leí
algunos, todos, absolutamente todos eran datos, obituarios de las actividades de
Changmin, sus movimientos, salidas, una lista de sus contactos, habían incluso
detalles sobre su infancia, su familia, y entonces me quede completamente
pasmado sin entender que sucedía.
Mi respiración se acelero, y a pesar del pobre movimiento
de mi cuerpo logre salir del estudio, topándome de inmediato con algunos
hombres que protegían a mi padre, ellos se miraron y luego intentaron
agarrarme, pero los embestí, corriendo hasta la puerta principal y escapando
por el jardín, corriendo por la calle, descalzo, y desorientado.
Camine varias calles antes de que un auto se estacionara a
mi lado, me puse alerta de inmediato cuando el conductor bajo la ventanilla, y
pude ver la cabeza de mi hermano asomarse por ella.
-¡Sube, vienen por ti!
Obedecí de inmediato, subiéndome al auto y el acelero de
inmediato, perdiéndonos en medio de las transitadas calles de la ciudad.
Yoochun lucia nervioso, pero aun así, tenía los suficientes cabales como para
conducir bien, hasta que pudimos estacionar en un hotel de paso. Me baje al
instante del auto cuando el lo hizo, y lo seguí por los pasillos del edificio
hasta encontrarnos con una habitación, donde introdujo una llave y ambos
ingresamos al lugar:
-¿Cómo supiste que estaba allí?
-¡No me preguntes cosas como esa! ¡¿Qué mierda importa
Jaejoong?! ¿Sabes en lo que estas metido? –Me grito- ¿Lo sabes?
-¿De que hablas Yoochun?
-El oficial que estaba al lado de Changmin el día del
incidente me contacto en el hospital, me interrogo por horas, queriendo saber
que conexión tenia contigo –menciono temblando- El esta buscándote, el te ha
cogido Jaejoong…
-Hace cuanto… -pregunte, dudoso- ¿Hace cuanto te contacto?
-Ha dos días…
-¿He pasado dos días en esa casa? ¿Por qué?
-Porque es lo mejor… –murmuro, levantándose- Porque estas a
punto de hacer estupideces, ¡¿No ves al riesgo que te expones al seguir al lado
de Changmin?!
-Changmin –susurre, mirando en todas direcciones- No, no no
no ¡No!
-¡¿De que estas hablando?!
-¡Es una trampa! –Grite- ¡Lo ha estado planeando todo este tiempo,
a través de mi, el quiere llegar a Changmin a través de mi!
Yoochun se sorprendió ante mi afirmación, y abrió los ojos
llevando una de sus manos a su cabeza, y luego camino alrededor hasta volver a
encontrarse con mi mirada:
-Hoy sucedía algo, él me juro que iba a protegerte de que
te entregaras a la policía por culpa de Changmin, me dijo que por eso te trajo
a casa, me pidió que te tuviera sedado para que no intentaras escapar. Y yo le
creí ¡Le creí!
-Eso no importa ahora, dime…. Dime ¿Dónde está?... no
importa que, debo detenerlo.
-No lo se, Jaejoong, no lo se, solo se que hoy hubo mucho
movimiento en casa.
-¡Maldición! –Grite con impotencia- No puedo, no puedo
hacer esto solo…
-Jaejoong, cálmate, solo cálmate…
-Tengo que contactarlo… -susurre, virándome hacia mi
hermano y pidiéndole el teléfono-
-¿Qué vas a hacer?
-… No puedo hacer esto solo… -volví a susurrar- Aunque me
pudra en la cárcel no puedo permitir que maten a Changmin.
•◘○•◘○•◘○•
•◘○•◘○•◘○•
Solo bastaron algunos minutos para que luego de aquella llamada,
todo un cuadrante te policías rodeara el hotel en el que se encontraba
Jaejoong, por su petición, Yoochun se había ido, y ahora solo aguardaba a que
vinieran a arrestarlo. Al cabo de poco, Yunho escoltado con un par de hombres
entró a la habitación y lo tomaron preso sacándolo del hotel y llevándolo
directo a las instalaciones de la NDI.
No hubo tiempo para confesiones, al momento en el que la mirada de
Yunho y la suya se encontraron, el le rogo que hiciera algo para ayudar a
Changmin, y Yunho de alguna forma confiaba en esa afirmación.
Respondiendo a sus sospechas, Yunho le informo de que hacia
algunas horas, se había generado una entrega de mercancías que había sido
informada por una de las fuentes de la organización, hacia aquel lugar se había
dirigido Changmin, quien haría un intercambio con el mismo líder de los sombras
negras, y aquel era el momento idóneo para atraparlo.
Changmin se haba infiltrado como remplazo de un comerciante taiwanés
que había sido arrestado semanas antes, y pretendía hacer el intercambio de
mercancías y luego ordenaría un allanamiento en el lugar para finalmente
desmantelar la matriz de todos los negocios y crímenes de esa organización.
Pero, en medio de aquello, Jaejoong aseguro que era una trampa,
desde el comerciante hasta la transacción, habían sido planeados para matar a
Changmin, corroborando ante Yunho que había un traidor entre sus hombres, y que
en este momento, la vida de Changmin pendía de un hilo.
Yunho sospechaba de Jaejoong, temía que creer en su palabra lo
condenaría, pero el podía saber, de alguna forma podía saber que el no le
mentiría, no en algo que pusiera en peligro la vida de su capitán.
Y confió en el, a cambio, Jaejoong le daría toda la información
que el necesitara referente a las sombras negras, entregaría una a una todas
las cabezas, incluso la de su propio padre.
•◘○•◘○•◘○•
Por aquella ocasión, Yunho trabajo mano a mano con Jaejoong, sin
dar mas esperas, se dirigieron hasta el lugar donde se suponía se daría el
intercambio comercial, no esperaron señales, y una cuadrilla reforzada con
hombres del servicio nacional de seguridad entro al sitio. El intercambio de
fuego fue inevitable, y las balas se
apresuraban como lluvia entre bando y bando.
Yunho y Jaejoong se abrieron paso entre las oficinas, había mucho
menos movimiento y mucha menos seguridad. Jaejoong sabia que su padre no
pondría tan poco cuidado en algo que pusiera en peligro su pellejo, y la
sospecha se acrecentó, cuando entraron en la oficina y no encontraron a nadie.
-¿Q-Que?... –excalmo Yunho, sin poder creerlo- No hay nada
-Los alertaron –murmuro Jaejoong- eso quiere decir que… -el
respiro fuerte, mirando a Yunho con terror- Volara este lugar con nosotros
adentro… ¡Es una maldita trampa!
Yunho tembló ante aquella posibilidad, y de inmediato alerto a sus
hombres a través del comunicador para que abandonaran el edificio, mientras
ellos corrían.
Jaejoong sabia que no podía abandonar tan rápido el lugar, así que
se dirigieron a la azotea con rapidez, mientras subían, se fueron topando con
toda la seguridad que no tenían antes, y las armas fueron necesarias en esta
ocasión. Aun sin aliento, Jaejoong pudo derribar a los secuaces en algunos
minutos, mientras Yunho se adelantaba y finalmente lograron salir a la azotea,
donde pudieron encontrar lo que estaban buscando:
-¡Changmin! –grito Yunho, y de inmediato el susodicho reacciono,
golpeando a uno de los hombres que lo custodiaba mientras le quitaba su arma, y
disparaba contra los demás que se vinieron encima, y otra balacera se hizo
presente.
Los hombres se dispersaron al Tiempo que Changmin logro ocultarse
y finalmente Yunho pudo alcanzarlo, Jaejoong se mantenía mas atrás, mientras
escuchaba los impactos:
-Es una trampa, toda esta mierda –emulo Yunho, cargando su arma
con rapidez, y entregándole otra a Changmin
-Lo se, cuando empezaron a moverse lo sospeche –respondió,
respirando agitado luego del reciente encuentro- pero, le he visto la cara, se
la he visto y no escapara.
Jaejoong se movió de entre los contenedores que lo ocultaban,
llegando hasta donde los dos oficiales se encontraban. Se quito el chaleco de
seguridad que le habían dado y aprovechando el estado de parálisis de su
amante, se lo coloco, mientras se aseguraba de cargar su arma:
-El jefe nunca ha puesto un pie en este lugar, el estar en un
lugar seguro, observándonos, y listo para hacernos mierda ante la primera
señal.
A pesar del sonido de las balas, y del inminente peligro, ambos se
quedaron mirando, Jaejoong tratando de pedirle perdón aun cuando no pudiese
decirlo, y Changmin, preguntándose porque había alguien frente a el que lucia
exactamente igual a su amante.
-¿Qué debemos hacer ahora? –Hablo Yunho, rompiendo el silencio y
haciéndolos volver a la realidad-
-Tienen que salir de aquí –emulo Jaejoong- sacando de su bolsillo
un teléfono el cual entrego a Yunho, y luego se puso de pie- El te dará su
ubicación exacta, solo hay a un lugar en el que puede esconderse, y además de
mi, solo hay una persona que puede saberlo. Si no lo atrapan ahora, no lo harán
nunca.
Justo al término de sus palabras, Jaejoong empuño la pistola y
observo a Changmin, que lo miró por algunos segundos, perdido y distante, hasta
que finalmente desvió su mirada al suelo, y una lagrima silenciosa rodo por su
mejilla.
-Váyanse- Concluyo Jaejoong, saliendo de su escondite y empezando
a disparar, despejando el camino para que ambos pudiesen huir.
Yunho tuvo que empujar a Changmin para que pudiera andar, este
tardo un poco en componerse, pero, después de todo, era su Capitán, y sin mirar
atrás ni una sola vez, siguieron su camino. Dejando atrás a Jaejoong.
•◘○•◘○•◘○•
Yunho siguió las instrucciones de Jaejoong y pronto tuvieron una
ubicación, rápidamente se desplegaron hasta una vieja mansión a las afueras de
Seúl, y luego de una tendida balacera, pudieron capturas a tres cabecillas de
la organización, entre ellos el jefe y creador de todo el sistema, que, al
verse completamente rodeado, no opuso ninguna resistencia.
A pesar del odio, y el rencor que sentía Changmin hacia aquel
hombre, el tuvo la compostura para proceder según los mandatos de la ley,
después de todo, los crímenes que se le imputaban eran tan grandes, que no
saldría de la cárcel nunca.
Finalmente, sintió el peso de su corazón aligerarse, pues, su
padre y todos los oficiales que habían
muerto en medio de esta guerra, ahora podían descansar en paz…
Luego de todo aquello, y del circo mediático que formo la prensa,
Jaejoong se entrego por voluntad propia y fue procesado como el resto de
formantes de la banda, sin embargo, hubo muchos cargos que se le retiraron al
ser colaborador no solo para desmantelar esa, si no muchas otras mas
organizaciones de menor escala que ahora se sentirían libres luego de la
destrucción de sus opresores.
Finalmente, luego de algunos meses de deliberación Jaejoong fue
condenado a 10 años de prisión, que podían ser negociados si continuaba
colaborando con la justicia, y por ende, su pena se redujo a 7 años.
•◘○•◘○•◘○•
Durante ese tiempo, Jaejoong se dedico enteramente a la pintura
una vez mas, en poco tiempo se dedico a enseñar a otros presos, la mayoría de
ellos con cargos menores que fueron dejando la cárcel, algunos retornaban esta
vez con mas cargos y otros no volvían jamás.
Desde aquel día, Yunho estuvo visitándolo constantemente, cabe
decir que, desde aquella noche, Changmin no volvió a acercársele, y de esa
forma, el único contacto que tenia del mundo exterior, además de su hermano,
era el amable oficial.
Muchas veces, Yunho le compartía historias acerca de como vivía
Changmin, de esa forma supo que luego de aquel operativo decidió retirarse de
la organización y prefirió hacer trabajos de comisaria. Que había comprado una
mascota, y que ahora pasaba la mayor parte del tiempo en casa de su madre. En
algunas ocasiones el le traía fotografías, todas eran fotos secretas, de
Changmin haciendo a los deberes, paseando a la pequeña perrita, corriendo o
pasando el tiempo con su familia. Era bastante doloroso saber que esta era la
única forma que tenia para comunicarse, pero, sentía que esto era lo que
merecía.
Jaejoong, como era de esperarse, tomaba las fotos como
inspiración, y en aquel tiempo hizo una enorme cantidad de pinturas sobre
Changmin, cuando las terminaba, Yunho se las pedía y le prometía que las
guardaría todas hasta que el fuera libre. El se las daba pues, de una forma u
otra se dañaría si continuaban en aquel lugar.
Y así el tiempo transcurrió, bajo los recuerdos que eran traídos a
través del lienzo, y las facciones que retocaba cada año gracias a las fotos
que Yunho le daba, se sentía cerca de Changmin.
Aunque para el, fuese una realidad que, el no quería volverlo a
ver nunca mas.
•◘○•◘○•◘○•7 años después •◘○•◘○•◘○•
Cuando sus pies tocaron el pavimento de la calle, aun le parecía
imposible, sin embargo, se sintió agradecido de que su hora de salido hubiese
sido adelantada, y no hubiese nadie para recogerlo. Luego de tanto tiempo,
quería despejarse de todo aquello que había vivido por este tiempo. Lo menos
que deseaba era empañar la vida de Yoochun y su hermosa esposa, o la de Yunho,
que de alguna forma insistía en que fuera con el.
Pero, el simplemente no deseaba estar con nadie, mas que consigo
mismo.
Llego hasta la estación donde tomo un autobús y se subió a el,
hundiéndose en el asiento, y observando el camino moverse y cambiar, y el sol
cambiar de posición en el horizonte. Estaba tranquilo, de estar en este lugar,
lejos del mundo que lo rodeaba y señalaba.
Cuando la tarde cayó completamente, ya se percibía el olor salino
del agua de mar en sus fosas nasales, por lo que parpadeo y se deleito con la
vista de las olas en el horizonte.
El autobús se detuvo, y allí estaba, sin nada más que su ropa
puesta, camino por la arena a pies descalzos, inundándose que la dulce y
nostálgica sensación que este lugar le producía.
Camino y camino una larga distancia sin sentirse cansado en
absoluto. Visiono a la lejanía la silueta de la pequeña cabaña, y sus pies se
movieron con mucho mas animo.
Se acerco hasta el lugar, lucia diferente de como estaba hace
siete años, ahora estaba barnizada, la madera rota estaba reparada, las
ventanas también, parecía como si los lugareños se hubieran dado el trabajo de
no dejar perder la bonita cabaña, y solo deseaba que si alguien la ocupaba, le
dejase contemplarla al menos un momento.
Cuando introdujo la llave en el cerrojo este cedió, así que la
puerta se abrió y le reveló el interior del lugar… Ya no había polvo o telas de
arañas, o bichos y cangrejos merodeando por el piso, o arena entrando por algún
lado. Todo estaba limpio, y ordenado, como si alguien la estuviera habitando
justo ahora.
Jaejoong dio una vista rápida al lugar, comprendiendo de que no
podía quedarse si alguien mas estaba aquí, pero, algo singular en las paredes
capto su atención.
Encendió las luces y el lugar se ilumino por completo, la tenue
figura anaranjada que había visto a contra luz ahora se visionaba mas claramente.
Pudo observar completamente sorprendido como la pared estaba completamente
llena de sus pinturas.
En cada espacio estaba colgado un cuadro, ordenados
cronológicamente desde el primero que hizo hasta el último, hace menos de un
mes. Tenía la sensación de estar soñando, pues, estas eran las pinturas que
Yunho se había llevado, en los que estaban entre tantos, todos y cada uno de
los retratos que hizo de Changmin.
No pudo evitar sentirse acongojado por ello ¿Seria posible que
Yunho supiera incluso de la existencia de este lugar? Y una lagrima rodo sin
miramientos por su mejilla al recordar que el jamás lo había mencionado, que
además de él…. Solo… solo Changmin sabia el lugar exacto en el que se
encontraba esta cabaña.
Aquella posibilidad hizo que su corazón se arrebatara, y sus
lagrimas se abarrotaron en su cara sin poder controlarlas, tan conmovido por lo
que veía, tan abrumado por lo que sentía, como si el tiempo jamás hubiese
pasado, amaba y recordaba a Changmin de la misma forma que lo hacia desde que
lo conoció.
El sonido del oleaje golpeando contra las rocas, y la tranquilidad
del atardecer desapareciendo sobre al horizonte le daban conforte, observaba
las pinturas con cierta devoción, pues cada una de ellas tenia contenidas sus
sentimientos.
El viaje a sus propios recuerdos le impidió escuchar el sonido de
la puerta abrirse, solo se percató dela presencia de alguien mas, cuando pudo
sentir el roce de una pequeña bolita de pelos blanca que lo miraba y mecía la
cola exaltada. La perrita salto y ladro,
caminando a su alrededor mientras lo sacaba de su ensimismamiento, y luego,
corrió regreso a los pies de su amo, que aguardaba en la puerta de la cabaña.
Jaejoong se quedó petrificado, conteniendo el aliento mientras
percibía aquella silueta tan conocida frente a sus ojos, como algún producto de
su imaginación, tal como había sucedido tantas veces atrás, parpadeo un par de
veces y bajó la mirada, presionando sus ojos solo para saber si era real… si
era el …
¿Es el? ¿Lo
es? ¿Esta vez es real?
El tiempo se congelo completamente cuando escucho los pasos
acercarse, y sintió la calidez de su cuerpo tan cerca de la suya. Ni siquiera
el más grande de los milagros podía igualarse, al momento en que Changmin tomo
su barbilla y levanto su mirada para enfrentarla con al propia, limpiando con
sus pulgares las lágrimas que caían de sus ojos, sonriendo mientras acariciaba su mejilla.
Absolutamente nada, podría ser más perfecto que el roce de sus labios sobre los
suyos, temblorosos y fríos, y mucho menos, al sonido de su voz siendo escuchado
tan cerca de sus oídos luego de tantos años…
Escuchando aquello que siempre anhelo escuchar, y algo que jamás
lograría ser superado por nada ni nadie…
“Bienvenido a casa… mi Alíen”
FIN
oooooooooooooooooooo esto es realmente hermoso *-* te quedo demasiado bueno, me encanto y yo que pernsaba q el reno no se quedaria con jae, pero ya vez que el amor prevaleció entre estos hermosos ufff jue hermosisimo XD algo de mpreg(no queri na XD)walksdjalsdk pobre de joongie en la carcel 7 años? que malvados esos policias ¬¬ walksdj yo lo uviece encontrado inocente de todos los cargos :D bueno eso adiosin
ResponderEliminarGENIAL TU FIC!!! ME ENCANTOOOOO *3*
ResponderEliminarQué bien contada la historia, me reeeee-encantó! en primera persona y luego al final se quedan juntos, hay de todo en este fic, realmente extraordinario. Gracias por compartirlo! Marinsher.
ResponderEliminarTienes más fics? me gustaría leer más de tus historias, dónde puedo encontrarlos? Marinsher.
ResponderEliminarT________T fue hermoso!!! en verdad pensaba que min iba a morir , pero no me esperaba ese final tan bello , ame como escribes c:
ResponderEliminarRealmente hermoso. Ame tu fic.
ResponderEliminarQue linda historia
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