Habían
pasado meses desde que mi chico y yo habíamos empezado a tener una vida en
común los dos solos. Como si de una pareja de recién casados se tratase no
habíamos parado de disfrutar del otro extremadamente hasta saciarnos al fin.
Después de tantos malditos años separados sentíamos que no queríamos
distanciarnos más.
Cómo
así lo habíamos visto lógico nos habíamos ido a vivir a alguna de aquellas
casas en Tailandia que tanto pertenecían al que fuera el culpable de traerme al
mundo. Aquel desgraciado por suerte al haber fallecido había otorgado a mi
madre todas las posesiones y una pensión vitalicia anual de 10 billones de
wones. Y como era de esperar mi madre me cediera gran parte de los bienes que
había heredado ya que al no haberme reconocido jamás como hijo legitimo aún siendo
el hijo de su esposa; todas las propiedades fueron a parar a la única que
seguía con vida en aquel testamento. Pero como bien había dicho mi padre, mi
madre me adoraba, si algo era verdad es que siempre fuera el ojito derecho de
ella al menos alguien sí me apreciaba...
Como
a lo que estaba acostumbrado, podía permitirme el no tener que buscar un
trabajo, ni siquiera preocuparme por las facturas que tanto se dedicaba a leer
Jaejoong cada vez que llegaban con la correspondencia que se me hiciera un poco
difícil el hecho de aceptar que mi querido pelinegro tuviera esa ansia por
buscar algo en lo que trabajar. Parecía que buscaba como fuese una forma de
sustento cuando nos sobraba el dinero y podíamos darnos el lujo de todo. Pero
como era tan él, me dedicaba a mirarlo y le dejaba hacer. Me intrigaba tanto el
ver con que ahínco se ponía a buscar un trabajo que no paraba de contemplarle
mientras lo hacía.
La
noche anterior habíamos hecho el amor como siempre, mil veces, se había
acostumbrado tanto a que fuera tan bueno en la cama que como un ninfómano me
pedía sin parar que le hiciese una guarrada tras otra.
Me
ponía tanto que su mente llegase a ser tan retorcida como la mía que no veía el
momento de ver otro de sus arrebatos.
No me
cansaba de hacérselo por atrás, sobretodo desde que viera aquellos tatuajes que
tenían tanto mi nombre como mi pseudónimo. Aquel paliducho no se imaginaba lo
que mi mente perversa quería hacerle cada vez que me daba libre elección con
él.
Menudo
desgraciado... acabaría quedándome seco de tanto follar y de tanto pensar como
follarmelo, quemaría todas las neuronas que me quedaban por su culpa.
Esa
mañana me había despertado de la cama, estirara mis brazos y los colocara
detrás de mi cabeza viendo como aquel pelinegro desnudo completamente estaba
ocupado con el ordenador buscando trabajo en algún portal de empleo. Se había
puesto a hacer un curso acelerado de Tailandés, ya que le impedía de todas las
maneras posibles y por haber que saliese de casa. Incluso lo había chantajeado
con comprarle dos elefantes de la zona si dejaba la tontería de buscar trabajo,
pero a escondidas se ponía a ello.
Lo
contemplaba con una sonrisa en mis labios, viendo como delicadamente tecleaba
cada una de las teclas con cuidado para que no despertase y le riñese; y
sobretodo para que el tema de los elefantes siguiera adelante.
¿A
veces me preguntaba que gracia le veía a un elefante? ¿La trompa?
Sonreí
con maldad al pensar lo que le gustaba mi trompa y como le había pillado el
gusto a relamerla de la forma más lasciva. Había aprendido bien de mí.
Pasaron
minutos y me cansé de estar esperando en aquella sexy posición, parecía tan
ensimismado con esa página de empleo bebiendo su café que apenas miraba si
estaba despierto o no.
Me
molesté y decidí levantarme sigilosamente como un gato.
Cuando
me puse de pie, fui tranquilamente para ponerme detrás de él y pasar mis manos
por sus hombros y pecho. Fui besándolo por el pelo llegando a las orejas hasta
dar con su boca. Mi mano me ayudó girando su rostro y sosteniéndolo firme para
que no se apartase de mi boca por un segundo.
Aquel
beso como tanto me gustaba darle, tan profundo y pasional como si me estuviera
comiendo un helado de cucurucho**, relamiendo sus labios con mi lengua. Era
sabroso, su boca todavía tenía el sabor dulce y amargo del café que todavía
estaba humeante en aquella taza de porcelana al lado del ordenador. Era como
una droga, una vez probase sus labios era incapaz de no querer más. Me moría de
ganas de nuevo, quería que sólo me hiciera caso a mí.
-
¿Que haces tan temprano en el ordenador?... vente a cama... que hace frío...
Jaejoong
se reía por su nariz al escucharme decir eso y nerviosamente moviendo el ratón
intentó ocultar la página como pudo mientras intentaba distraerme siendo algo
borde.
-
Frío que frío... si estamos en Tailandia...
Me
miró con la ceja levantada y sin más volví a besarle de la misma manera
apasionada, metiendo mi lengua dentro de su cavidad para saborearlo todo el
doble, notando como la excitación hacía acto de presencia. Seguí besándolo sin
parar hasta notar como ya no se resistía y me dejaba besarle sin agarrar su
mentón.
Empecé
a escuchar sus gemidos a medida que bajaba mi mano por su pecho y abdomen hasta
dar con su miembro ligeramente excitado.
-
Deja de buscar tanto trabajo remunerado y trabaja para mí dándome tu culo en la
cama...-dije después mordiendo su labio- si quieres dinero... yo te pagaré por
tus servicios si quieres.
Esa
última frase hizo que se sintiera ofendido, cosa que hiciera a propósito para
que dejase de pensar en memeces de trabajo y me atendiera. Se revolvió, como
esperaba, y me dio un empujón pegándome después de nuevo para volverme a
separar.
-
¿Acaso soy tu puta?...- dijo enfadado mientras yo sonreía y lo miraba con ojos
melosos- no me mires con esa cara... yo no quiero vivir del dinero de otros y
menos del que me destrozó la vida...
Entendía
su punto de vista, pero por mucho que ahora quisiera no había vuelta atrás. Tan
pronto como supiéramos su nombre real habíamos buscado familia gracias a los
chicos que todavía me siguieran siendo fieles y podían proporcionarme la
información más rápido que volando. Aunque teniendo esa ventaja, no encontramos
a nada ni a nadie que pudiera tener algún tipo de relación con Jaejoong.
Habíamos buscado en varios países, hasta que dimos con un familiar que había
muerto recientemente en los Estados Unidos, lo que hizo que Jaejoong se
sintiera por tiempo deprimido al encontrarse sin nadie vivo perteneciente a su
familia real.
Pero
ahora me tenía a mí y como le había dicho una y mil veces, la familia la
formaríamos él y yo. Empezaríamos de cero, ya que ambos habíamos tenido una
vida prácticamente sin familia, yo todavía poseía una madre que tenía mucho
amor que dar y se moría por conocer al fin a su nuevo hijo adoptado, ya que sin
que él lo supiera y gracias a la ayuda de mi madre habíamos entre ambos
preparado los papeleos para poder casarme con Jaejoong y ser una familia de
verdad.
Más
de una vez habíamos paseado por las calles de Tailandia y visto niñitos que se
encontraban en el borde de la pobreza. Sabía lo que sentía al mirarlos, sentía
lástima y el deseo de tener una familia, compartir un hijo y criarlo entre
ambos como dos papás. Mi poeta era un romántico empedernido y aunque el no se
diera cuenta yo ya había preparado todo para que eses deseos que tanto tenía se
hiciesen realidad.
Le
acaricié el rostro y lo miré poniendo cara de comprensión. Le besé la frente y
le acaricié el rostro de nuevo.
-
Entiendo perfectamente como te sientes Hyung-nim cariño mío de mi alma... pero
piensa que gracias a eso puedo embarazarte y tener así una hija... o hijo...
pero no quiero que tengamos sexo antes de la boda... no quiero que tengas que
ir con bombo... da mala imagen...
Jaejoong
me miró con cara de circunstancia y yo aproveché para tirar de él y abrazarlo a
mí.
-
Pero como me pones con esa cara... mírame más así y terminaré violándote...- le
empecé a hacer cosquillas por todo el costado y como sabía que empezaría a
sonreír y a reír no tardó en rendirse a mis encantos abrazándome con fuerza.
Aproveché
a llevarlo a la cama y lo tumbé subiendo encima de él y ponerme entre sus
piernas. Lo besé apasionadamente mientras empezaba a moverme encima de él.
Estaba tan deseoso como yo y se le notaba al corresponder a cada caricia de mi
cuerpo.
Pero
me paró.
- ¿Y
porqué embarazarme a mí?... Que sea el pasivo no quiere decir que por eso mismo
ya tenga que ser yo la "chica" en la relación.
Lo
miré desinteresado y proseguí, pero fui parado en mi intento de llevármelo al
huerto. Me miró como esperando que le preguntase porqué y así lo hice, entonces
todo dispuesto empezó a dar las razones de porqué él no era el que aparentaba
ser la "chica" en la relación.
-
Para empezar no tengo cuerpo femenino ni aunque quisiera no podría aparentar ser
una. Dos, el hecho de ser el pasivo no me hace ser el que es más femenino entre
los dos ya que tu también recibes... Y tres... el único que tiene culo de tía
eres tú... por lo tanto tu deberías ser la mamá...
Lo
miré con cara de "Que me estás contando" y lo encaré mirándolo
fijamente mientras entrecerraba los ojos.
-
¿Porqué tienes la tendencia de dar las razones al físico?...- me miró con los
ojos abiertos de par en par y luego puso una mueca pensativa- cariño... como te
dije no son las aptitudes... es la actitud... y tu tienes ese instinto de
proteger, de alimentar... ¿Acaso no me has embutido a comidas que aprendiste a
hacer?... te preocupas más que yo de que el otro se alimente bien y esté
bien... yo puedo tener un corazón de oro como bien dices... pero tu tienes el
instinto más desarrollado que yo... ¿Acaso no ves la cara que pones cuando ves
a los niños huérfanos en la calle?
Esa
expresión, fuera la misma que cuando le dijera porqué él era el pasivo. Fuera
demasiado gracioso volver a ver esa cara. No me quería dar la razón pero así lo
era. Era tan transparente a veces que no me hacía ni falta adivinar que estaba
pensando.
Sonreí
y lo besé.
-
Ahora hagamos un hijo..- dije con una voz excitada mientras me posicionaba
entre sus piernas y le hincaba el diente pegándole un bocado en todo el cuello-
me vas a forzar a tener que desvirgarte antes de la boda...
Diciendo
eso con una risotada sentí como Jaejoong me agarraba y me separaba de él
mirándome con unos ojos confusos. Era cierto que no me gustaban los
convencionalismos y que no quería pedírselo de la forma tradicional. Odiaba ser
igual que el resto... por eso mismo lo hacía como un juego.
Lo
miré con los ojos abiertos de par en par viendo como tenía interés. Jaejoong
quería pronunciar palabra y sólo lograba hacer muecas con sus labios y fruncir
si más cabía su ceño.
-
¿Acaso no te quieres casar conmigo?...- decía con cara de corderito degollado.
Causaba
un efecto drástico, pronto vi como su cara negaba y asentía mientras
pronunciaba no y si, confundiéndose de si estaba contestando correctamente.
Pero lo paré cuando mi mano fue a la mesilla y en el cajón encontré aquel
anillo que a escondidas había escogido personalmente para él.
Todavía
encima de él acercara la cajita y la abriera sacando el anillo mientras sonreía
y se lo enseñaba moviéndolo a centímetros de su cara, haciendo que su vista no
le quitara ojo de encima.
- Tu
puedes escoger el país donde casarnos...- sonreí mientras él miraba fijamente
al anillo y se lo acercaba- siempre que aceptes casarte conmigo... ¿Qué me
dices?...- lo miré fijamente a los ojos y aguanté la respiración por unos
segundos- ¿Quieres casarte conmigo?...
Jaejoong
apretó los labios mirando a aquel anillo y luego me miró a los ojos, realmente
le había conmovido, no sabía como contestar, se lo notaba con sólo mirarle a
los ojos.
Entonces
me lancé y agarré suavemente su mano, la mano donde iría el anillo de pedida,
se lo puse y le quedaba perfecto. La seguí agarrando ligeramente, mientras le
acariciaba con mi pulgar el dorso de la misma y lo miré a los ojos sonriendo.
Jaejoong estaba con una sonrisa vergonzosa en el rostro, realmente le
encantaban las cosas románticas y esta fuera especial, mejor que cualquiera más
que meditada y preparada. Sonreí ladeado marcando mis hoyuelos al ver como sus
ojos se humedecían y asentía.
-
Si.. y mil veces sí... claro que quiero casarme contigo...
Su
voz sonaba ahogada de la emoción y sonrió ampliamente mientras cerraba los ojos
abrazándome fuertemente. No paré de besarlo por la cara con dulzura mientras
sentía como decía una y otra vez que sí al tiempo que temblaba de la emoción
bajo mi cuerpo. Me separé un poco para besarle los ojos y acariciarle
posteriormente su nariz con la mía. Respiré su aliento con los ojos cerrados,
los abrí y vi como me sonreía, correspondí a su sonrisa y acerqué mis labios a
los de él para darle el beso al que sería mi marido en poco tiempo. Pero ese
beso fue parado por él cuando empezó a pensar.
Que
maldita manía tenía de pensar tantísimo, de preocuparse por el mínimo detalle
de hacer esto y lo otro. Si no lo conociera tan bien... Pero como estaba
vacunado de tantos años que lo conocía, y como no cambiaba sabía perfectamente
como bloquear sus preguntas incesantes que su cabeza procesaba a toda velocidad
siendo incapaz que ni él mismo le diera tiempo a preguntarlas con la misma
rapidez.
-
Todo está listo... no te preocupes... ¿Vale?... será algo íntimo entre
nosotros, lo he hecho como te gustaría a ti... tengo absolutamente todo- vi
como abría los ojos de par en par preguntándose como fuera que no se había
enterado y sonreí antes siquiera de que me pudiera preguntar- ah... deja de
pensar en como lo hice o como me las apañé... sólo preocúpate en centrarte que
me vas a tener que aguantar toda la vida...- sonreía al decirlo mientras le
daba piquitos dulces sacando mi lengua para rozarla contra sus labios- que ya será bastante difícil de aceptar para
ti...
Eso
que dije le había hecho reír a carcajadas cerrando sus ojos y llevando sus
manos a su rostro para taparse. Sabía que lo conocía demasiado y realmente
lograba hacerlo reír a carcajadas, no sabía lo sumamente precioso que se veía
sonriendo. Aquella manía que tenía tapándose la boca siempre era corregida por
mí cada vez que le apartaba las manos de delante de ella al reír. ¿Porqué tapar
una sonrisa tan bonita como la suya?... No imaginaba lo encantado que estaba de
verlo así de feliz. Me relamía el labio sonriendo y sin más lo ataqué.
-
Sabes que no tendrás conmigo una vida normal que..
Jaejoong
me tapó la boca con otro beso apasionado por su parte y respondió con toda la
picardía a lo que dijera.
-
Claro que sí... no me dejarás dormir, no me dejarás en paz día y noche... por
que eres un obseso sexual que está encandilado de este Hyun-nim por el que
tanto se te caen las babas...- se rió mientras movía las cejas.
Fue
la primera vez que de verdad me hizo abrir la boca sorprendido por su
respuesta. Me sentía orgulloso, de verdad le había enseñado bien.
Lo
miré con una cara de obseso sexual, la cara de lascivia que él mismo me
provocaba y moví mi cadera contra su miembro sacándole un gemido del roce,
provocando en su cara ese rubor que lo hacía verse tan inocente. Si de verdad
viera lo que yo veía a través de mis ojos comprendería porqué me hacía
responder siempre así, era imposible que me despegase de él cuando deseaba
siempre ver sus reacciones, lo hermoso que se veía con sus gestos, la manera en
que expresaba sus sensaciones, era tan transparente que incluso me atravesaban.
Me hacía sentir tanto calor que no podía evitar seguir y no parar. Como un
círculo vicioso donde acabaría comiéndomelo si seguía así, de verdad quería
tragármelo completamente si pudiera.
Gimió
más fuerte cuando le di el primer bocado, su cuerpo reaccionó tan sensualmente
a aquello curvando su espalda y moviendo sus caderas contra las mías, mientras
estiraba su cuello y exhalaba entrecortadamente gemidos sin parar.
Me
centré en su cuello dándole besos y lamiéndolos desde la clavícula hasta su
mentón y seguía respondiendo de la misma manera. Quizás él no era consciente de
cómo de sensualmente se movía, de cómo reaccionaba con cada cosa que le hacía,
era tan adictivo de ver y sentir el roce de su cuerpo que me hacía pegarme a él
como una lapa. Dejaba su cuello y terminaba besándolo en los labios comiéndomelos
como si fuera un helado de cucurucho** sacando mi lengua para rozarlos y
humedecerlos más de lo que los tenía por culpa de tanto beso que le daba.
Sus
manos no paraban de agarrarse a mi espalda mientras embestía mi entrepierna con
la suya, rozando nuestros miembros, haciendo que desease más que nada que
entrase dentro de él. Pero, me gustaba hacerme desear hasta el último minuto,
por lo que hasta que no sentí como me llamaba y me pedía que entrase, diciendo
con sus labios que se lo hiciese, que le llenase de mí y que lo hiciera ya; no
cumplí sus deseos. Entonces le di un último mordisco a su mentón y lo lamí,
bajando así por todo su cuerpo hasta su pecho acariciándole el pezón izquierdo
que tan duro se le ponía con solo un toque. Lo masajeé sintiendo como sus
músculos se tensaban del deseo y bajé al fin mi mano por su costado a su
trasero. Lo agarré fuertemente y mi boca volvió a atender sus labios mientras
mi mano paseaba por su muslo y lo levantaba colocando su pierna encima de mi
cintura.
- Ah..
Junsu...
Escuchando
eso sonreí y me fui metiendo dentro de él. Sentí esa presión todavía contra mi
miembro, aún con todo lo que se lo había hecho, sus paredes se pegaban a mi
pequeño amigo aprisionándolo, era muy estrecho. Pero me encantaba sentir como
me succionaba al interior de él, como entraba a la perfección mientras me
mataba de placer al embestirlo. Fruncía mi ceño abriendo mi boca mientras le
daba la primera embestida con los ojos cerrados. Gemí, y él fue ahora quien
buscaba mi boca para perdernos en aquella locura que había empezado hacía años,
pero sólo hacía un tiempo que éramos completamente libres para dejarla llevar.
Volví
a embestirlo y su cuerpo reaccionó curvando su espalda. Sus piernas ahora se
encontraban entrelazadas con las mías rozándose sin parar y creando fricción.
Me acomodé encima de él con unas ganas que era incapaz de estarme quieto y
hacérselo dulcemente. Mi instinto era demasiado activo, cuando perdía mi cabeza
empezaba a emerger mi instinto más básico devorándole todo y por donde pasase
mi boca. Una mordida a su labio inferior hizo que notase como su miembro
estuviera clavándoseme en el bajo vientre, por lo que decidí llevar una de mis
manos para atenderle a él.
Al
sentir mi mano pronto empezó a ronronear con la boca semiabierta, se estaba
extasiando y esa parte de cuando lo hacíamos era cuando más me gustaba. Ver ese
rostro rojizo mientras se mordía los labios y los relamía incontroladamente era
una maravilla. Apenas podía sacar mi mirada de toda esa belleza que tenía, era
imposible que cerrase mis ojos y concentrarme en sus gemidos, quería ver,
contemplar como hacía eso todo gracias a mis caricias, que solo conseguían
sacar a flote esa parte de él que tanto escondía y que como era lógico me
encantaba.
Siempre
me preguntaba porque era tan obseso sexual, cuando siempre fuera tan recatado
con todo. Era un auténtico cerdo en la cama, sólo quería ver como reaccionaba,
como se movía, como se expresaba. Era tan sumamente claro como el agua al
hacerlo que era como una adicción, jamás me cansaba de verlo así. Aún cuando
estaba cansado, siempre había algo que me ayudaba a recuperar las fuerzas y era
su todo. Como si fuera mi anfetamina, heroína o cualquier otro tipo de droga
que me hiciese volverme eufórico de la cual era incapaz de desintoxicarme.
Sólo
sabía que mi chico de pelo negro era una completa adicción. Y cuando más me
pedía más le daba, siempre atendiéndolo y haciendo las cosas que su cuerpo me
pedía, como si de telepatía se tratase, podía adivinar que cosa le podría gustar
aún sin preguntarle. Y lo que más le gustaba al cerdo de él, aunque no lo
reconociera era verme salpicado de su semen. Su cara lo decía todo cuando me
veía así, le brillaban los ojos de una manera que ni él mismo se podía
imaginar.
Por
él me había vuelto un auténtico guarro...
Seguíamos
dándole que te pego al asunto cuando sentí unas ganas incontrolables de moverme
más rápido para así poder terminar y morderle todo, y sobretodo de chuparle
aquel portento que tenía entre mis manos. Como yo lo llamaba, el polo de
carne...
Gemía
y gemía sin parar embistiéndole ahora con más fuerza y rapidez, devorándole la
boca sin control de si le hacía daño o no. Incluso él me hincara los dientes en
mi cuello fuertemente queriendo como sacar sangre. Pero de repente sentí como
se aferraba a mí, como se tensara, apenas gemía y apenas reaccionaba, lo único
que sentía era como me clavaba las uñas. Entonces abrí los ojos al escuchar
como una voz me llamaba.
Pero
esa voz no era la de él...
Seguía
todavía extasiado cuando noté como más manos tocaban mi espalda y esa voz
estaba más que cerca de mi oído ahora. Era estridente, demasiado chillona y no
paraba de decir "Mi angelito"...
Mi
madre... sin permiso, había entrado al cuarto molestando mientras realizábamos
mi futuro marido y yo el acto sexual de celebración de pedida de mano.
- ¡MI
ANGELITO!... ¡MI VIDA!... ¡CARIÑO MÍOOOO!
Abrí
mis ojos como platos al escuchar como mi madre me agarraba del rostro y me daba
de besos sin parar por la cara. Jaejoong... tenía la cara más roja con los ojos
más abiertos como platos que no había visto en mi vida. Estaba totalmente
avergonzado... y no era para menos.
-
MAMÁ... MAMÁ... ¡JODER QUE ESTOY FOLLANDO!...
Aparté
los besuqueos de mi madre y agarré la sábana tapándonos a ambos hasta una altura
decente donde no se nos viera nada. Incluso yo me puse más rojo que un tomate.
La miré y vi como sonreía mirando a Jaejoong echando chiribitas por los ojos.
Estaba apunto de darle un beso en la mejilla cuando puse mis manos en la cara
de Jae y la miré con una mirada matadora.
-
Pero hijo déjame darle un beso a mi futuro yerno..
Mi
madre forcejeó mientras Jaejoong seguía clavándome las uñas en la espalda, se
había quedado estático del susto y mi madre no veía que por muy emocionada que
estuviese de conocer a Jaejoong no era el momento de presentaciones, y menos
cuando me estaban explotando las pelotas y quería correrme ya.
-
¡JODER!, ¡COJONES!...- la empujé hasta que le aparté de nosotros y la miré con
cara de asesino- ¡YA CONOCERÁS A JAEJOONG CUANDO ESTÉ VESTIDO!... ¡LÁRGATE DE
AQUÍ Y DÉJANOS TERMINAR DE FOLLAR!
Mi
madre replicó de nuevo y yo la mandé echar, los sirvientes vinieron tapándose
la cara y la agarraron fuertemente, ya que la desgraciada no se quería ir de
allí, y cerraron la puerta después... quedando la habitación en total silencio
con el barullo de mi madre detrás de la puerta.
Suspiré
aliviado cuando vi como se cercioraban de que mi madre no entrase de nuevo y
volví mi rostro a la cara de Jaejoong. Seguía en la misma pose con ojos abiertos
como platos y más rojo que un tomate. Aunque en realidad yo me sentía
igualmente avergonzado, su cara era un verdadero poema. No pude evitarlo y me
acerqué dándole un beso. Jaejoong reaccionó sobresaltándose y me puse a reír a
carcajada limpia.
- Eh..
o-oye que yo no me río...- decía tartamudo Jaejoong de repente- ¡Casi se me
para el corazón...!
Pero
no podía evitarlo, le acaricié el rostro y lo volví a besar pero más
pasionalmente, volví a separar mis labios de los suyos escuchándose un
chasquido después.
-
Cuando te dije que no tendrías una vida normal conmigo... me refería a eso
mismo...- Jaejoong me miró con los ojos como platos de nuevo negando con la
cabeza y yo asentí- si... mi madre quiere venir a vivir con nosotros...- le
puse el dedo en la boca para que no dijera nada antes de tiempo- es sólo
temporal... para preparar la boda y los papeles de la adopción...
Jaejoong
no quería poner mala cara pero no pudo evitarlo, su interior gritaba
"¿¡NOO, PORQUÉ!?". Sonreí y le di otro beso mientras reía. Él me pegó
y yo seguí besándolo con la misma intensidad hasta que le bloqueé los brazos y
puse cara de lascivia.
Realmente
aquel subidón de adrenalina al ser pillado me había excitado, y al contrario de
lo que le pasaba a Jaejoong me sentía menos reacio a terminar con lo que
estábamos. No dejé que se negase y pronto lo dominé, centrándolo en lo que
teníamos entre manos. Unas pocas embestidas mas y terminé derramando mi semilla
en su interior. Y ya que se le había bajado todo, fui raudo y veloz a ocuparme
del asunto que estaba a medio revivir haciéndole otra de mis magistrales
mamadas.
Al
final después de terminar y ducharnos ambos, fuimos cogidos de la mano en
albornoz al salón donde mi madre esperaba por nosotros. Ella nos pidió perdón y
muy avergonzadamente saludó a Jaejoong. Yo sonreía, me parecía demasiado
gracioso que nos hubiera pillado de esa manera.
Nos
sentamos con ella en la mesa y nos empezó a pasar los papeles de niños para
adoptar. Veía como Jaejoong se le iba la mirada a una niñita con coletitas de 6
años que era huérfana. No sabía decir si su historial o la cara tan dulce que
tenía fue lo que le llamó la atención. Sólo sabía que por la razón que fuese
Jaejoong quería tener algo suyo, algo verdadero y aunque no lo admitiese, tenía
demasiado amor que dar y yo con él estaba dispuesto a cumplir cada uno de sus
deseos con tan sólo verle feliz.
Me
sonrió al ver como asentía al besarle la mano como signo de haber aceptado su
elección y me besó de la forma más tierna que jamás lo había hecho. En ese
momento sentí una felicidad inmensa que no cabía en mi corazón.
Por
fin las cosas se pusieran en orden, y después de tantísimos años, logramos
conseguir algo de lo que habíamos ansiado durante toda nuestra vida.
Amarnos
hasta el fin de nuestros días como una pareja de locos enamorados
Fin
Nota de la autora:
Bueno hasta aquí llegó la historia de Jae y Junsu. Espero
que os haya gustado mi primer serial y que hayáis disfrutado la lectura tanto
como yo escribiéndolo ^-^ Quiero agradecer el animo y el apoyo que me ayudó a
seguir adelante con este señor fanfic a todo el mundo que lo ha leido^^
Gracias, os estaré siempre agradecida por el interés
**Beso como si te
estuvieras comiendo un helado de cucurucho: Lo llamo yo así, es el tipo de beso
donde acercas los labios con la boca abierta un poco y cuando tocas los otros
le rozas la lengua ligeramente para luego al juntar tus labios, estes resbalan
como si sorbieras un helado, dejando un rastro húmedo de tu propia saliva
humedeciendo los del otro. Es un beso tierno pero muy sexy y pasional^^
jajajajaja a la mela , era jaesu , sabes yo pense que era yunjae , y solo me di cuneta que ra otra pareja hasta que dijo AHHHHHH.....JUNSU ......me quise dar un tiro , waaaaa uke con uke .........pero junsu es el seme , kyaaaaaa primera vez que elo un jaesu ,m me gusto mucho , yo quiero tener una suegra cono la de jae o la mama ....
ResponderEliminarFue increile te felicito des de el principio a fin!!!
ResponderEliminarMuchas gracias por leerlo me alegro que os haya gustado :) espero que los que siga publicando sigan gustando ^^
ResponderEliminarMe he quedado sin palabras con éste serial... Me quedaba leyendo hasta las 3am porque de verdad,cada capítulo te dejaba completamente enganchada... Joder,hasta solté lágrimas en los últimos capítulos,pensé que no se quedarían juntos y habría un final triste... Pero qué hijo de puta era el padre se Su >:c creo que hasta me salieron cañas verdes de tanto putearle a él y a los demás malvados hahaha... Muy bien serial,uno de los mejores que he leído sidnmjfosafmaskdg,kpfkg,asñferdf,oeaf,lñdfgsaefmk <33333
ResponderEliminarbueno con tanto bueno comentariooo voy LEERLOOOO
ResponderEliminarGENIAL ME ENCANTO EN ESTA HISTORIA PASA DE TODO TE FELICITO, NI HABLAR DE LOS LEMON,OH PARECE QUE LOS ESTAS VIENDO MUY BUENO EXCELENTE GRACIAS
ResponderEliminarGENIAL ME ENCANTO EN ESTA HISTORIA PASA DE TODO TE FELICITO, NI HABLAR DE LOS LEMON,OH PARECE QUE LOS ESTAS VIENDO MUY BUENO EXCELENTE GRACIAS
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