"Más vale lo malo
conocido que lo bueno por conocer"
Refranero español.
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Una tarde cualquiera, de cierto
día de otoño me encontraba delante de mi portátil. Yo, un especializado,
digamos friki, de los ordenadores estaba realizando un meticuloso pero
trabajoso examen de unas placas base que tenía en mi mesa todas ordenadas por
diferentes razones; dimensión, capacidad y dificultad en el montaje. Me
entusiasmaba, no, me apasionaba de manera inimaginable toda aquella parafernalia
que tenía situada en mi mesa de estudio donde la música de fondo de mi otra
pasión sonaba de manera repetida en el reproductor. Mi novio, un cantante de un
grupo Rock había creado su primera maqueta "Better known good to know that
evil" con su grupo "Hell YES!".
Movía mi cabeza al sonido de la
música al mismo tiempo que fundía el metal mientras le preparaba su regalo de
cumpleaños, en pocos meses cumpliría los 22 años y yo como estudiante de
segundo año de carrera de informática, le estaba haciendo lo que mejor sabía,
prepararle el mejor ordenador que le durase más tiempo que cualquiera que
pudiera comprar, con el añadido de que se lo hacía con "love" como a
él tanto le gustaba decir.
Sonreía mientras escuchaba la
maqueta al completo, aunque a mi parecer le faltaba un poco de originalidad a
las letras, sabía que el esfuerzo y el empeño darían sus frutos.
Pero fue en mi ensimismamiento
que mi padre, viudo desde hacía 10 años entró por mi puerta todo contento,
tenía algo que anunciarme. Se había vuelto a enamorar.
En realidad me alegré, mi padre,
ya mayor, con 60 años había conocido a una buena mujer en el Bingo, el cual le
encantaba frecuentar.
Yo era su único hijo ya que
cuando consiguieron concebirme mis padres ya rondaban los 40 y tantos. Los años
de trabajo en el quiosco familiar que todavía llevaba; y en el cual había
estado ayudándole desde hacía unos años, los habían mantenido tan ocupados que
no se acordaran de tener familia, así yo, Shim Changmin nació del fruto de unos
"maduritos" cuando decidieron que era momento de tener alguien a
quien legar todo aquello.
Me encantaba ver como todavía a
su edad sentía las ganas de vivir la juventud que por tanto esfuerzo y
dedicación habían hecho que tuviera que aplazarla; y ahora después de haberme
criado sentía la necesidad de sentirse joven de nuevo. Kim SooHee era el nombre
de la mujer que tanto había atrapado el corazón de mi padre. Al parecer era
algo más mayor que él, uno o dos años, realmente no sabría decir, pero era bien
sabido que estaba, al igual que mi padre, enamorada perdida de él.
Pasaron los meses y su relación
se hizo más fuerte. Se prometieron y decidieron casarse, pero no antes sin mi
aprobación y la del supuesto hijo que tenía la señora.
Aquella noche, un 24 de
Diciembre sería nuestra primera cena familiar y enlace matrimonial. Con
nuestras mejores galas mi padre y yo fuimos en mi coche a la dirección de aquel
restaurante que ambos habían escogido para realizar la ceremonia el día de
Noche Buena. Conocería al que sería mi hermanastro justo en el momento que
nuestros padres se darían el si quiero.
En realidad estaba muy
entusiasmado al saber que aquel chico, que era unos dos años mayor que yo,
sería mi Hyung. Solamente pensar que podría tener algo que siempre había
ansiado era lo que más ilusión me hacía. Tener alguien con quien compartir
cosas que siempre quise y no pude al encontrarme solo en aquella casa.
Llegamos a aquel restaurante en
el coche que mi padre me había regalado y dejándolo en la entrada, fuimos
directos al interior de aquel lugar. Sería una boda sencilla y sin mucha
familia más que los novios y los testigos, vamos, mi futuro hermanastro y yo.
Como si se tratara de Las Vegas,
el restaurante preparó un lugar solamente para la pareja y nosotros.
Yo ya me encontraba dentro
esperando con mi padre y los anillos, pensando e imaginando como sería el hijo
de aquella señora. Acomodaba mis gafas y mi padre se dio cuenta de mi
nerviosismo; era una manía que tenía cuando los nervios me comían por dentro y
empezaba a hacer muecas con la nariz y los ojos. Una mala costumbre que no se
me había sacado.
Entonces sonó la música que
anunciaba la llegada de la que sería mi futura madrastra y allí le vi, al que
sería mi Hyung. Me quedé impresionado por el porte de ambos, jamás hubiera pensado
que eran tan elegantes. Pero demasiado elegantes.
La ropa que llevaba SooHee y las
ropas de mi hermanastro del cual todavía no sabía el nombre se veían caras,
mucho más caras de lo que esperaba encontrarme e incluso parecía como que me
veía insignificante frente a la forma de andar y esa manera tan galante que
tenían al acercarse al altar.
El chico era más bajo que yo,
con piel mucho más clara, tenía la cara algo chupada y era muy delgado, diría
que demasiado. Tenía el pelo teñido de un rubio platino y lo traía con una
cresta.
Me toqué el pelo que tenía
sintiendo que aquel corte no era, en comparación con el de él, nada sofisticado
y bajé mi cabeza al sentirme tan abrumado por tanta belleza y elegancia.
SooHee y mi padre subieron los
dos peldaños hacia el altar y sonrientes se miraron ambos a los ojos deseando
que al fin su enlace se terminara y fueran oficialmente una pareja.
Mi hermanastro, o todavía no
hermanastro en ese momento, se quedó abajo conmigo mientras miraba al frente
con la cabeza erguida y apretando los labios con una sonrisa pequeña mientras
atendía cada momento de aquel enlace que nos haría familia finalmente.
Ese instante que tanto deseaba
el tener una familia, y sobretodo el tener un hermano, un Hyung al que adorar;
si en ese preciso momento hubiera sabido que tendría que soportar por él, mi
hermanastro Kim Junsu, después; no habría sido tan inocente y me habría
preparado para lo inminente.
conti conti conti conti
ResponderEliminarese junsu parece malo y me gusta la idea de eso