Amor
Al día siguiente pude despertar a penas, la verdad es que estaba tan cómodo que parecía que estaba “amarrado” en la cama. Aun así no fui capaz de resistirme ante un olor extraño pero delicioso que salía… ¿comida?...Mi estomago sonó reclamando a que lo atendiera.
Me levanté bostezando y sin zapatos me dirigí directamente a la cocina, donde provenía aquel aroma tan hipnotizante; lo que vi no podría compararse con ninguno de los paisajes que alguna vez había presenciado, ChangMin estaba con un delantal blanco, cocinando y sonriendo mientras disfrutaba de su creación, era una sonrisa muy sincera, una sonrisa que hasta el momento pensé que no existía.
Me acerqué para ver que era lo que estaba preparando, y él me miró cambiando su rostro enseguida, era una expresión claramente avergonzada y relajada a la vez.
-¿Sabes cocinar? – Aunque la respuesta era obvia, sentía la necesidad de hablarle, era un sentimiento extraño, y a la vez conocido. ChangMin asintió con la cabeza ante mi pregunta y siguió prestándole a atención a lo que hacía con las manos.
La cocina era de tamaño mediano, lo suficiente para que estuvieran todos los implementos necesarios y una mesa para servirse la comida, las paredes eran de color blanco que combinaban con los muebles del mismo color pero con detalles celestes. Era un lugar perfecto para pensar, ya que las paredes al ser blancas me transmitían una especie de tranquilidad que necesitaba a la hora de digerir.
Me senté en una silla viendo como ChangMin me servía el desayuno y también se servía en su plato, pero al mirarle con una expresión de asombro por tal amabilidad, quiso defender enseguida su posición.
-Es por lo…de anoche – Sonreí levemente, sin embargo me había surgido una duda, ¿era por no decir nada o por lo del abrazo? Claramente si le preguntaba iba a responder la primera, aunque fuese mentira.
Ambos ya estábamos desayunando, como estábamos tan callados, el silencio se volvió casi insoportable en el ambiente, no es que no me gustara, ya que me era esencial a la hora de trabajar, pero en este momento se me hacía especialmente incomodo.
-¿Cómo está papá? – Pregunté de pronto, sintiendo que la mirada de ChangMin se entristecía levemente.
-Está bien, con mucho trabajo – Respondió mirando su plato, y prosiguió – Es entendible, después de todo es muy conocido – Me molestó el tono de admiración que le puso a esas ultimas palabras. Mi padre podría ser muy conocido, exitoso, con mucho dinero, pero como persona era un mal ejemplo. Como si fuera arte de magia, mi medio hermano dijo todo lo contrario.
-Realmente me gustaría ser como él… - Emitió un leve suspiro y siguió comiendo, entendí entonces el por que no nos llevábamos tan bien, y llegué a recordar las palabras que había dicho mi madre por teléfono:
“El es el ejemplo vivo de tu padre”
-Pues te equivocaste de lugar – Me miró con un rostro confundido, y yo sólo sonreí ante mi broma. Lo que había dicho era cierto, pues mi vida era todo lo que papá nunca quiso, y mi forma de ser era más liberal que reservada como la de él; dicen que cuando pasas mucho tiempo con una persona se pegan sus costumbres.
- ¿Serán las mías o las de él las que se mimetizaran más rápido? - pensé
-¿No tienes colegio? – Le pregunté mirando el reloj, y luego me percaté de como ChangMin hacia un gesto de preocupación y se levantaba para irse a la habitación. Fue tan rápido que apenas alcancé a decirle que yo iba a limpiar. Me agradaba su sentido de la responsabilidad, era algo que a veces yo carecía.
Ya había limpiado todo y abandonado la cocina cuando lo vi arreglándose los últimos detalles del uniforme, le quedaba bastante bien, por la actitud que tenía y la altura le daba un leve aire de empresario.
-Te ves bien… - Fue lo primero que pensé y dije sin darme cuenta, pero me divirtió al ver que giró su rostro para ocultar el leve sonrojó que alcancé a notar.
-Me voy – Pronunció mientras se dirigía a la puerta para salir.
-Y no vuelvas – Sonreí dándole un tono de broma a mis palabras, provocando que me dedicara una mirada que nuevamente me había puesto la carne de gallina, pero luego curvó una sonrisa en su boca.
-Lástima, por que si lo haré – Finalizó la conversación con una expresión satisfecha, dejando el departamento. La sensación que sentí fue una repentina soledad, aunque no fuese la primera vez que la sentía, está vez me quitó el ánimo, una repentina y extraña tristeza me invadió, pero conocía la cura perfecta.
Me dirigí al sillón, sentándome y recargándome en el respaldar saqué mi celular, viendo la carpeta de contactos donde tenía muchos nombres de mujeres en el y apenas 3 hombres. Busqué entre los nombres femeninos y saqué un número al azar.
-¿InJoon? – Pregunté al sentir que habían contestado.
-Si, ¿Cómo has estado Chunnie? – Sonreí ampliamente, ya que se notaba la voz interesada y ansiosa a la vez, esto iba a ser más fácil de lo que pensaba.
-Extrañándote – Mi voz tenía un tono afligido y pude escuchar una pequeña risa de felicidad.
-Pues no me has llamado muy seguido que digamos – Inesperadamente mordaz, pero podía contraatacarlo.
-Ya sabes como es el trabajo –
-¿Ya te desocupaste? – Bingo…estaba cediendo.
-Claro, siempre ten en cuenta que te llamaré a ti primero a penas esté libre – Mentí, pero sabía que ella era lo suficientemente ingenua para creerme.
-¿Quieres que nos juntemos hoy? –
-A mi departamento, ven…te espero – Colgué y sonreí mientras guardaba el aparato en mi bolsillo, iba a ser un día ocupado así que fui a ducharme.
Tocaron la puerta luego de una hora y media, fue el tiempo suficiente para arreglarme y atenderla de una forma elegante. InJoon entró al departamento, mirando alrededor, percatándose que el desorden era algo característico en mí.
-Puedes sentarte – Le dije caballerosamente, mientras la guiaba al sillón, ella sonrió de forma inocente y se sentó entrecruzando las piernas, no pude evitar mirarle de forma coqueta. Llevaba una polera sin mangas de color rosado, con una mini falda negra con detalles del mismo color de la polera, pero lo que más me agradaba de ella, además de sus elecciones de ropa, era su cabello, largo y brillante, liso con leves ondas en las puntas y de color castaño claro. La primera vez que le vi fue en un día soleado, perfecto para mi primera exposición. Ese día estaba de muy buen ánimo al ver que la gente entraba y le agradaba mis piezas de arte, pero a las afueras de mi edificio, me percaté de una figura femenina ocultando su cara con su precioso cabello.
-Mi reputación de caballero se arruinará si no voy – pensé.
Al llegar, le saludé cortésmente, y pude notar la pena que reflejaba en sus ojos color turquesa. “Perfecto”, fue lo primero que se cruzo en mi mente, era un día para celebrar y una mujer indefensa era muy fácil de seducir.
Cuando le propuse salir, me miró con un rostro de asombro y al final aceptó. Todo iba bien según yo, pero ella de alguna forma se puso más “cargante”, yo nunca le di indicios de querer algo más formal, sin embargo parecía que ella no se percataba de eso; mi libertad era lo que más apreciaba en mi vida y fue la razón del por que quise dejar de contactarme con ella. ¿Cruel? Quizás, pero sigue aquí, sentada en mi sillón, creyendo cosas que no son.
-¿Quieres algo para tomar? – Ofrecí mientras me dirigía a una puerta de color cobre, ella respondió lo usual, un vino blanco. Tomé la botella que había sacado de la pequeña habitación, al mirarla me acordé de los ojos de ChangMin, eran tan profundos que perderías la noción del tiempo mientras le mirabas.
-¿Qué tanto divagas? – Un suave susurró escuchó mi oreja izquierda, y unas manos apoyadas en mis hombros queriendo mi atención. Le miré sonriéndole y no le respondí.
Conversamos con gran desenvoltura mientras tomábamos tranquilamente del
Trago, uno de sus puntos a favor era que se podía conversar fácilmente con ella.
El ambiente empezó volverse más íntimo mientras pasaba el tiempo, por lo que empecé a acercarme más, haciendo leves caricias en sus piernas y dándole tonos más graves a las palabras que usaba. InJoon se dio cuenta de mis flirteos y deseó seguirme el cuento, con tal oportunidad le besé suavemente los labios, acariciándole el fino cabello. Al sentir unas manos sobre mi nuca, apegándome más a ella, hizo que comenzará a jugar con los bordes de su polera, rozándole levemente sus pechos. Nos separamos para respirar y nos sonreímos mutuamente.
Hubiésemos llegado a más, ya que estaba a punto de recostarla en el sillón y sacarle la parte superior de su ropa, sin embargo la inoportuna llegada de ChangMin acabó todo.
-Ya…llegué – Su mirada un tanto sorprendida nos puso algo nerviosos. InJoon se separó, arreglándose y sentándose femeninamente, yo al contrario, sólo me levante para saludarle.
-Lo siento por interrumpir – Sonreí al ver que su mirada se desvió y sus mejillas denotaban vergüenza, tal vez nunca había visto una escena así. Aunque había sentido una leve ira por haberme interrumpido, el sólo verle de esa forma era suficiente para “perdonarle”. Ahora que él vive aquí, significa que tendría que usar los hoteles más seguido.
-¿Quién es YooChunnie? – ChangMin enarcó una ceja al escuchar el claro tono posesivo que le puso InJoon a su pregunta.
-Mi hermano – Respondí mirándolo a él, mientras el recién nombrado se fue directamente a la pieza luego de haber saludado a la chica.
-¿Desde cuando vives con alguien? –
-¿Acaso importa? – Me acerqué dándole un pequeño y fugaz beso en los labios, ella simplemente me sonrió.
-Será mejor que nos veamos mañana… - Mencione, viendo la clara decepción en sus ojos, pero asintió con la cabeza y nos despedimos con un beso.
Me dirigí a la habitación para aclararle las cosas a ChangMin, aunque no tuviese por que hacerlo, simplemente necesitaba decírselo.
-¿Es tu novia? – Me miró mientras se sentaba en la cama.
-¿Por qué la pregunta? –
-Se estaban besando – Me acusó con la mirada. No sabía si la palabra “ingenuo” era la correcta en esta situación, pero me pareció bastante dulce el ver que pensaba que dos personas tenían que ser pareja para besarse.
-No es mi novia – Aclaré y me sentí algo aliviado al ver que su mirada ya no intentaba ver a través de mí.
-Pero parecía que ella te quisiera mucho – Muy observador, eso supondría algunos problemas.
-Si, creo que le estoy dando ideas equivocadas – Solté de pronto, esta fue la primera conversación sin sarcasmos ni bromas de por medio.
-Papá dice que el amor es para idiotas – Me sonrió y no pude evitar devolvérsela.
-En eso quizás tenga razón –
YOOCHUN me da pena no se porque....u_u siento que esta triste ... suena tonto verdad pero cuando lo leo me hace sentir asi ... triste
ResponderEliminaresta intersantísimo sigue....XD