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Crónicas de un Tonto Mejor Amigo cap 2

El tercer amante mi abuelita decía…


Rain se agarró con fuerza de la puerta del auto.

Se apegó un poco más a su asiento y rezó por que el cinturón de seguridad en verdad salvara tantas vidas como lo anunciaba la televisión. Había sido un total error dejar que Boa condujera y no era por reforzar la estereotipada idea de que las mujeres son malas conduciendo.

Si no más bien por que Boa estaba, muy alterada y eso no le convenía.

—¡Eres un idiota! ¿Por qué jamás me puedes escuchar hasta el final?

Rain tragó duro incapaz de formular al menos una palabra en su cabeza, viendo horrorizado como su esposa esquivaba auto tras auto en unos movimientos dignos de cualquier corredor de autos. Oh, Santo Dios incluso hasta sentía que la presión le estaba bajando.

¿Tendría Boa consideración de que estaba pálido y se detendría?

—No puedes desconfiar de mí de esa forma. Soy mujer… Tengo sentimientos.— Un auto se interpuso entre ambos y Boa sacó la cabeza un poco, entonces ocurrió lo más bizarro de todo, la dulce aunque algo alterada voz de Boa, se transformó en un grito horroroso que despelucó la piel de Rain. —¡¡Quítate del medio, imbécil!!

Si, todo eso sentimientos femeninos habían desbocado en aquel estrepitoso grito.

Boa tocó la bocina del auto varias veces con fuerza antes de volver a la velocidad monstruosa con la que conducía. Rain se aferró un poco más al auto, cerró los ojos y empezó a rezar. No quería morir, no tan joven y guapo.






—Esto es increíble no puedo creer que me estés involucrando en algo tan retorcido, yo no hago este tipo de cosas, Yoochun. Me enoja que le hagas esto a Rain. Además de que no me agrada la idea de decirle que tú y yo estamos saliendo eso es todavía más retorcido.

Yoochun entonces levantó la mirada.

Sin morder el pedazo de pizza en sus manos y observando a Yunho comer, aún con el entrecejo arrugado. Las expresiones de Yoochun cambiaron por un momento, por una algo vacía que desestabilizó la notoria felicidad que Park había estado destilando desde hace un buen rato.

—¿Por qué te parece tan bizarro? ¿Acaso te parece tan raro que tú y yo podamos empezar a salir?

Yunho limpió un poco su boca, buscando la mirada de su mejor amigo, que extrañamente aún tenía el pedazo de pizza sin probar en su mano y que lo veía atento a su respuesta.

—Pues claro que es raro, tú y yo somos hombres. Somos amigos desde mucho más tiempo de lo que puedo recordar, por que tú eres un maldito playboy que usa a las mujeres a su antojo y por que yo parezco ser inactivamente sociable en cuanto a las relaciones se refiere. ¿Qué imbécil podría creer tremenda estupidez de que tú y yo estamos saliendo?

—Pues… Rain.

Ambos rieron por un momento, Yoochun sin embargo no lo hizo por demasiado tiempo, relajando un poco más sus expresiones y decidiéndose por darle otra mordida a su pizza. Yunho sin embargo se dedicó a beber un poco de su refresco y suspirar.

Limpiando un poco sus manos y mirando atentamente al hombre sentado frente a él.

—Yoochun, conozco a Boa desde el instituto. Es algo así como mi mejor amiga, la quiero muchísimo y cuando se casó con Rain ella parecía tan enamorada que me sentí verdaderamente feliz por ella. Viajó por unos años con Rain al extranjero, luego volvió y decidí que se conocieran, por que tu eres tan importante para mi como lo es ella.

—Un momento…— Yoochun limpió su boca y arrugó el entrecejo. —¿Estas diciéndome que quieres a Boa igual de lo que me quieres a mi?
—Si, ambos son mis amigos más cercanos.

—¡Pero a mi me conoces desde hace más tiempo!
—¿Por qué estamos teniendo esta absurda conversación?

Yunho pareció alterarse un poco, así que Yoochun optó por cortar por lo sano, y volver a comer un poco de pizza en tanto Yunho retomaba la palabra.

—Como sea lo que trataba de decirte. Es que tanto Boa como tú son muy importantes para mi. Pero no por eso, voy a permitir que le hagas daño. Te conozco, nunca has ido en serio con ninguna mujer y no quiero que le hagas daño. Así que te voy a plantear una pregunta muy puntual. ¿Todo esto va en serio?

Por un momento hubo un corto silencio, Yoochun miró a Yunho a los ojos, esperando que algo más sucediera, pero finalmente Yoochun suspiró, volviendo a tomar otro pedazo de pizza en las manos.

—Si, estoy seguro de lo que estoy haciendo. No hay vuelta atrás.

Yunho suspiró también, arrimándose en el respaldar de su silla y suponiendo que si esto era lo que su amigo quería, entonces a él no le quedaba más que apoyarlo.






Junsu se arrimó por un momento en la escondida estantería y cerró los ojos.

Solo por un momento.

Estaba tan agotado, que últimamente sentía que no rendía igual que antes. Eran apenas las nueve de la mañana, el local acababa de abrir y él ya estaba con ganas de irse a casa a descansar aunque eso fuera lo último que pudiera hacer en realidad.

Un suspiró salió de sus labios ligeramente rojos, ahora que lo recordaba tampoco había desayunado correctamente, cargaba apenas un vaso con leche en el estómago. Su respiración se fue calmando de a poco, tan acompasadamente que logró empezar a dormitarlo en medio del frío proporcionado por el aire acondicionado.

—¿Se puede saber que estás haciendo?

Sus ojos se abrieron inmediatamente, se irguió por impulso y miró de un lado a otro, esperando ver a su jefe. Pero Yunho se encontraba cerca, más bien tenía a un muchacho muy alto y delgado frente a él, un muchacho que tenía una cara de amargado sorprendente.

—Lo siento. Descansaba un momento. ¿Desea que lo ayude con algo?

De repente el ruido llegó hasta sus oídos, la gente entraba y salía del local, unos observando, otros comprando. Junsu empezó a despertarse completamente, sin embargo el muchacho frente a él solo arrugó el entrecejo.

—Son apenas las nueve de la mañana. ¿Qué clase de empleado se siente cansado cuando no tiene ni dos horas desde que empezó su horario de trabajo?
—Bueno y eso ¿A usted que le importa?

Junsu colocó las manos en su propia, mirando con odio al muchachito insolente que se atrevía a hablarle de esa forma, por que si, Junsu podía ser un poco más bajo. Pero era claro que aquel muchacho era más joven. Y eso le daba cierta ventaja.

—¿…Qué? ¿Por qué demonios me estás hablando así?
—Usted viene a comprar algo. ¿No? Pues yo estoy aquí para ayudarlo con su compra. Así que ni usted tiene derecho a juzgarme por si duermo o no, ni yo tendría que decirle nada si no se entrometiera en lo que no le importa.

Por un momento, el ojo derecho del muchacho frente a él pareció temblar, pero antes de que pudiera hablar. Junsu observó a su jefe aparecer de la nada y pasar su brazo por los hombros del menor, con una gran sonrisa en el rostro.

—Min… Que bueno que volviste a visitarme. ¿De que hablan?

Los ojos de Junsu se abrieron con sorpresa, justo en ese momento Changmin sonrió de lado, maliciosamente.

—¿Min? Es que ustedes… ¿Se conocen?

Yunho le sonrió, tan abiertamente como siempre, juntando el cuerpo de Changmin un poco más al suyo, como si se sintiera orgulloso de eso.

—Por supuesto, Changmin es mi hermano menor.

Y entonces el mundo de Junsu empezó a perder orbita.







Changmin cruzó sus piernas educadamente, sentado frente al escritorio de su hermano mientras él terminaba una conversación con algún proveedor. Arregló un poco el cuello de su camisa, y respiró profundo. La puerta de la oficina de Yunho se abrió, con algo de cuidado y con el sonido de la loza chocando levemente.

Entonces Changmin sonrió un poco más.

—Aquí está el café.

La voz de aquel empleado insolente llegó hasta sus oídos. Changmin levantó la mirada, con un poco de altivez y descaro mientras el muchacho lo veía de reojo con algo de temor. Seguramente por que temía, a que el abogara en su contra para que perdiera el trabajo.

—Muchas gracias, Junsu en serio no era necesario que te molestaras.
—No te preocupes, Hyung. Lo hice con mucho gusto.

Yunho, que mantenía tapado con su mano la bocina del teléfono le sonrió un poco y Junsu asintió. Mirando una última vez a Changmin, suspirando y decidiendo que le hablaría al menos en vos baja.

—¿Vas a hacer que me despidan?

Changmin por un momento se sorprendió, ante la confianza con la que el tal Junsu le hablaba, pasó una mano por su cabello y prefirió mirar a su hermano anotando algo en su agenda, contestándole secamente como si en realidad no le importara.

—Debería, pero empleados como tu me tienen sin cuidado.

Junsu colocó una deslumbrante sonrisa en sus labios, una tan hermosa que de haberla visto, seguramente Changmin se hubiera sorprendido de que un chico en verdad pudiera verse tan lindo. Luego de eso, Junsu hizo un pequeño asentimiento y se alejó. Como si la energía positiva hubiera vuelto a su cuerpo.

Changmin tomó la taza que reposaba en la pequeña charola sobre el escritorio de Yunho y aspiró con gusto el delicioso aroma del café. Cerrando los ojos y regodeándose de lo mucho que aquello le gustaba.

—Disculpa la interrupción, pero se acerca la época de invierno y necesito esos productos en venta.
—No te preocupes, Hyung. En realidad he venido a pedirte un pequeño favor.
—Claro, tú dirás. ¿En que te puedo ayudar?

Changmin volvió a respirar hondo. YunHo bebió un poco de ese café recién preparado. No es que no confiara en su hermano mayor, pero sencillamente para Changmin era muy difícil tener que pedir algún tipo de favor.

—¿Podrías darme empleo?

Las expresiones de Yunho por un momento se estancaron, pero luego cambiaron por una de asombro que levemente incomodo a Changmin.

—¿Estás seguro?
—Si, Hyung. Quiero un empleo. Necesito empezar a independizarme un poco.
—Pues no creo que haya problema. Cuenta con eso.

Changmin tuvo que sonreír, así de amplio como a su hermano le gustaba que lo hiciera, Yunho le correspondió a la sonrisa, en verdad Changmin se sentía agradecido, por que sabía que siempre podía contar con él. Sin embargo la puerta se volvió a abrir, esta vez bruscamente.

—¡Yunho, tienes que acompañarme a un lugar!

Changmin cerró los ojos, la intempestiva voz de Yoochun a veces lograba rebasar el límite de su paciencia.

—Si, hola Yoochun. Para mi también es un gusto verte.
—Oh, mocoso has estado aquí.

Y el hermoso momento que había vivido con su hermano mayor se había derrumbado ante sus ojos. Yoochun se apoyó en el escritorio de Yunho y fijó sus ojos en él.

—¿Qué sucede Yoochun?
—Es sobre lo que pasó ayer, vamos en el camino te explico.
—Pero…

Changmin suspiró, y sintiendo la mirada de su hermano sonrió.

—Está bien, Hyung. De todas formas yo ya me tengo que ir.
—Gracias, Min. Y ven mañana a primera hora. Tendré todo listo para que ocupes tu lugar.

Yunho recogió rápidamente su abrigo, agarrando como podía su billetera y celular. Changmin solo lo observó salir de la oficina entre susurros con su mejor amigo. Suspiró levemente y supuso que en verdad sería algo importante para que hayan tenido que salir así de apresurados.

Se levantó, acostumbrado a hacer siempre lo mismo, acomodar su ropa, verificar que se encontrara perfectamente bien y luego de eso, con una expresión relajada en el rostro abandonó la oficina de su hermana. Bajó las escaleras distraídamente, el lugar parecía un lugar ideal.

Los empleados lucían a gusto con su trabajo, y todo estaba tan bien estructurado que Yunho podía tomarse la libertad de marcharse y dejar encargado al gerente mientras él realizaba sus asuntos. Sonrió levemente, pensando en que buen trabajo le podía dar su hermano.

—¡Hey! Disculpa…

Junsu llegó hasta él, corriendo y con una enorme sonrisa en el rostro. Changmin solo arrugó un poco el entrecejo. ¿Por qué ese niño tenía que sonreír tanto? Sin embargo Junsu no pareció notar su molestia, solo se acercó un poco más y estiró los brazos, extendiéndole una pequeña barra de chocolate.

—Es en agradecimiento por no inculparme con Yunho, este trabajo es muy importante para mí.

Changmin desvió un poco la mirada, escondiendo las manos en aquellos bolsillos de su pantalón.

—En realidad, así te hubiera acusado. Yunho no te hubiera echado, al parecer te ha tomado cariño, así que en realidad hubiera sido gastar palabras por gusto y yo no desperdicio mis palabras de esa forma.
—Eh… Si, bueno. ¡De todas formas muchas gracias!

Si bien, Junsu no entendió mucho de aquella parolata por parte del menor, Junsu hizo lo que sabía hacer mejor, colocó la mejor de sus sonrisas y extendió un poco más el chocolate. Changmin no se movió, Junsu abdujo que debía ser muy tímido, así que optó por agarrar por el brazo al muchacho y depositar en su mano la barra de chocolate.

—Es un dulce muy especial, espero que lo disfrutes.

Changmin alejó un poco la cabeza, sorprendido de que aquel muchacho hubiera tenido la osadía de agarrarlo por la mano y dejar ahí su estúpido regalo. Luego Junsu sonrió y se marchó, retomando sus actividades laborales. Dejando a un estupefacto Changmin con el chocolate en las manos.

Mirando aquel dulce como si fuera veneno y no pudiera ni siquiera moverse.

—Curiosamente… A mi no me gusta el chocolate.

Dos minutos después, Changmin lo echó a la basura. Él no recibía regalos de extraños, y esta, no iba a ser la primera vez.






Yunho tenía aún esa mueca extraña en el rostro.

Yoochun estacionó el auto, se quitó el cinturón de seguridad y miró a su amigo. Tuvo que tapar un poco su boca y aún así no pudo esconder la sonrisa en su rostro.

—Por favor Yunho, parece que estuvieras en el baño.

La mirada molesta por parte de Jung, y Yoochun de inmediato recibió un golpe en la cabeza. Yunho se cruzó de brazos, arrugando el entrecejo. Y con un bufido resonando de su boca.

—No me voy a bajar de este auto.
—Yunho, dijiste que me apoyarías.
—¡No en esto!

Yoochun suspiró. Miró a su amigo con un poco de comprensión, y puso una de sus manos en el hombro de él.

—Yunho, por favor… Eres mi mejor amigo, probablemente el único. Aunque no sé por que si soy tan encantador. Pero eres el único en el que puedo confiar.
—Primeramente Yoochun, soy tú único y mejor amigo por que probablemente a todos los demás les has quitado a la novia.

—Si, es que a ti te respeto mucho.
—Como sea… Esto no, YooChun.

A Park no le quedó más que apoyarse en el respaldar de su auto y suspirar, el leve silencio que se armó dentro del auto, sin que ninguno de los dos se moviera fue muy incomodo, Yunho lo sintió así y cuando vio de reojo a Yoochun mirando el techo del auto.

No pudo evitar recordar por que eran tan amigos, sus años casi eternos de amistad. Y todo lo que habían hecho él uno por el otro. Lo mucho que Yoochun lo había apoyado, lo mucho que finalmente se apreciaba. En ese momento, Yunho se rindió.

—Está bien, pero que esta tontería no se nos salga de las manos. ¡Y no alucines demasiado con alguna historia distorsionada! ¡¡Y yo soy quien lleva las riendas en esta relación!!

Yoochun giró, mirando de inmediato a su amigo y abrazándolo con fuerza y una gran sonrisa en los labios.

—¡Yunho te amo! Eres el mejor amigo del mundo. ¡Lo juro! Y está bien, prometo que vamos a actuar muy cautelosamente y que no vamos a inventar ninguna historia rara… Y con respecto a lo último, luego hablamos. Además no creo que Rain quiera saber mucho sobre nuestra vida sexual.

—¡Demonios, Yoochun! NO tenemos ninguna vida sexual.
—No en la vida real, pero ante Rain si.

Yunho rodó los ojos, bajándose del auto cuanto antes por que o si no terminaría por golpear a Yoochun y entonces todo su estúpido plan se iría al carajo. Yoochun se bajó también, caminando a su lado, con una gran sonrisa en los labios.

—Escucha, KaeLin uno de los amores de mi abuelita decía…
—Espera, tu abuelo no se llamaba KaeLin.

—Por supuesto que no, KaeLin era el tercer amante de mi abuelita.
—Oh, por… ¡No sé por que te estoy escuchando siquiera!

Agudizó el paso, con uno mucho más rápido y tapando sus oídos ante la sarta de estupideces que salían de la boca de Park, pero obviamente Yoochun volvió a estar a su lado demasiado pronto.

—Yunho espera, KaeLin siempre decía que hay tomarse las cosas como vienen, afrontarlas y cargar con las consecuencias. ¿Por qué no puedes apoyarme?... ¡Tienes que ayudarme!

—No tengo, tú quieres que es diferente, Mira Yoochun, mi abuelo que si estaba casado con mi abuelita, quienes no tenían amantes, o al menos eso quiero creer por que no me interesa saber lo contrario, por que sino termino tan o más traumado que tu. Siempre decía que una mentira te lleva a otra, y que al final terminas envuelto entre tantas mentiras que al final no sabes que es verdad y que no. Hasta el punto de que terminas creyéndote tus propias mentiras.

—¿Y que tiene eso de malo?

Yunho entrecerró los ojos. Sin embargo Yoochun solo estiró un poco el brazo, sin haberse dado cuenta, ya habían llegado hasta la puerta y dentro sonaba el suave timbre de la residencia que habitaban Rain y Boa. Prontamente su hermosa amiga estuvo abriéndoles la puerta.

Con una preocupada sonrisa en el rostro.






Era un tanto incomodo…

Ok, olviden esa ultima frase. En realidad era MUY incomodo.

Lo único que se podía escuchar dentro de aquel comedor era el sonido casi muerto de los cubiertos sonando contra la cara loza que componía a los platos de regalo de bodas que Boa había recibido hace un par de años. Boa miraba a Yoochun de vez en cuando, preocupada y un poco nerviosa.

Rain sin embargo a la cabeza del comedor solo comía un poco y miraba a sus dos invitados, ambos sentados en los laterales de la mesa, frente a frente. De vez en cuando miraba a su esposa, sentada frente a él. Todo definitivamente muy extraño.

En especial por que Rain notaba que a pesar de estar él uno frente al otro, Yoochun y Yunho parecían no compenetrarse mutuamente, no como generalmente lo hacían las parejas. Incluso hasta parecía que podía contar con los dedos de una mano las veces que habían compartido una mirada, y le sobrarían dedos incluso.

Yunho tomó un poco de agua. Soñando que se ahoga con ella y que Yoochun corría a auxiliarlo y como el inútil que era no podía hacer algo, y Rain en cambio lo intentaba, pero lo hacía con demasiada fuerza. Y Boa llamaba a la ambulancia, y luego despertaba en una habitación de hospital. Saliendo de aquel incomodo almuerzo.

El luego fingiría amnesia. Y todo pasaría como si nada, y él volvería a su patosa y aburrida vida.

Pero eso sencillamente no pasó. Rain dejó los cubiertos un momento sobre la mesa, y los miró con atención tanto a él como a Yoochun. Y el peligro se olió en el ambiente.

—Hay algo extraño en ustedes, con su relación más específicamente. Es decir, yo los veo igual que siempre como si nada. Como los grandes amigos que son, sin besos, abrazos o siquiera alguna mirada… Nada.

Boa entonces deslizó su mirada de Yoochun hacía Yunho, de Yoochun hacía Yunho, pero ninguno pareció reaccionar a tiempo. Hasta que claro, Yoochun tosió levemente, limpiando un poco su boca y con una media sonrisa en los labios.

—Bueno, es que pensamos que podría serte algo incomodo.
—¿Incomodo? ¿Por qué? Es decir, Yunho es el mejor amigo de Boa, y Yoochun el mejor amigo de Yunho. Yo supongo que nosotros somos algo así como más que conocidos, pero menos que amigos.

Una sonrisa maliciosa, Yunho sintió su estomago revolverse. ¿Ser más cariñoso con Yoochun? Eso definitivamente rebasaba los límites. Buscó con la mirada a Yoochun y él solo le devolvió una sonrisa. Un gran suspiro, parecido a uno de alivio, que Yunho identifico como fingido.

—Bueno es un verdadero alivio. Aunque Yunho no es muy dado a las demostraciones de cariño publico. Pero gracias por brindarnos tu apoyo.

Oh por favor… Yunho todavía no entendía como Yoochun podía ser tan falso. Por lo menos le agrava saber que a él jamás le mentía. Por que Yunho sabía cuando le mentía, así que realmente a Yoochun no le quedaba de otra.

Rain levantó su copa, a modo de aprobación con aquella respuesta. Yoochun imitó el gesto y el color pareció volver al rostro de Boa. Yunho solo volvió a su mundo utópico, ahí donde estaba en una habitación de hospital fingiendo que no conocía a nadie y comenzando una nueva vida en algún país extranjero.

Tal vez en Checoslovaquia, o algo así, ahí donde Yoochun no lo alcanzara.






—Oh, vamos. Ni que fuera tan difícil.

Yunho miraba el cielo de esa tarde, tan brillante y hermoso como cada día, apoyado en el barandal de aquel balcón. Respiró profundo y giró para ver a su mejor amigo.

—Cállate Yoochun, estoy levemente relajado.
—Yunho ¿Es que no lo entiendes? Rain está sospechando. Ya está pensando con la cabeza fría y es obvio que nos está analizando constantemente. Ese comentario durante el almuerzo, no fue solo un comentario.

Sacudió su cabeza, anticipándose a lo que saldría de aquella boca, pero Yoochun lo agarró por las mejillas deteniendo aquel movimiento infructuoso. Sus ojos se encontraron, y entonces Yunho entrecerró los ojos, golpeando la frente aún adolorida de su amigo.

—¡No hagas estas cosas que se ven extrañas a distancia!
—¿Por que? ¡Eso convencería a Rain!

La voz de Yoochun salió como la de un niño pequeño. Y Yunho se cruzó de brazos.

—He dicho que no, Yoochun.
—Pero Yunho, solo te pido un beso. Uno solo que convenza a Rain.

—¡¿Un beso?! ¡¿Solo un beso?! ¡¿Has perdido la cabeza?! ¡¡NO voy a besarte!!
—¡¡Yunho por favor…!!

Se negó constantemente, moviendo la cabeza impetuosamente. Y entonces comenzó a ver como Rain y Boa se acercaban hacía ellos, sostenían entre sus manos copas con vino. Pero venían hablando, más bien parecía que discutiendo. Yunho supuso que ellos tenían mucho que ver. Regreso en ese momento a Yoochun.

—Solo uno, no es demasiado pedir… Por favor.

Una vez más hacía Boa y Rain, ella lucía algo molesta y él parecía acusarla de algo. Yoochun seguía en post de petición abducida por sus estúpidos ojos suplicantes. Boa, Rain, Yoochun… Boa, Rain, Yoochun…. Boa, Rain, YooChun, un gato.

¿Un gato? ¿Desde cuando Boa y Rain tenían un gato?

Miró al gato por varios segundos, y decidió que era lindo, con eso ojos verdes y su pelaje naranja. Oh~

—¡Yunho!

Y en ese preciso instante ocurrió, entre la pelea de Boa y Rain, la presión que Yoochun ejercía sobre él, el lindo gato maullando. Yunho cometió el error cuatro mil de ese mes. Impulsivamente, en contra de sus principios, de sus sentidos y de su propia consciencia que no sabía lo que hacía.

Yunho agarró por la cintura a Yoochun, junto sus cuerpos algo bruscamente, por que sus estómagos chocaron y el aliento de Yoochun estuvo sobre sus labios. No lo pensó demasiado, estaba presionado, alterado, bloqueado. Junto sus labios a aquellos gruesos y algo sonrosados de Yoochun.

Y si bien los ojos de Yoochun se abrieron con sorpresa en un inicio, luego de unos segundos los cerró con calma. Colocando suavemente las manos en las agarraderas del pantalón de Yunho, solo para que su amigo no se alterara demasiado con el contacto y se alejara.

Yoochun prefirió omitir el hecho que desde un inicio el se refería a un simple abrazo y un beso bien disimulado en la mejilla.

Por que sencillamente este beso, era más convincente

2 Comentarios:

  1. Anónimo11/09/2011

    Genial continualo pronto quiero ver como termina esto esta muy entretenido <3

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  2. AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!!!!!!!!
    XD XD XD XD Me encanta este fic jijijiji pobre Yunho tan presionado por Yoochun.
    Y ese arranque por la presion wow me dejo asi O.O!
    Quiero mas fiiiiiiiiccc...
    Jeje n_n

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