Abstract. Cap. 6

Violeta

Las semanas pasaron con Junsu acompañando a Yoochun desde la oficina del terapeuta hasta su casa dos veces por semana. Caminaban mano en mano otra vez. Aparentemente Yoochun solo había estado molesto ese día. Aunque no parecía nada molesto acerca del hecho de que se vieran solo dos veces a la semana por media hora.

“¿No quisieras verme mas?” Pregunto Junsu cuando llegaron a la puerta de Yoochun un día “¿No quieres ir al parque conmigo? ¿O por un helado?”

“Madre dice que ya no puedo ir a lugares contigo porque me lleva a lugares donde la gente no me acepta por quien soy”

“¿Memorizaste eso?”

“Si”

“Yoochun, prometo que no te llevaré a ningún lugar donde la gente pueda lastimarte. Solo seremos tu y yo, lo juro”

“A tu madre no le gusta que estés conmigo”

“¿De que hablas Yoochun? No me importa lo que piense ¿okay? Ni siquiera te conoce”

“Debería importarte”

“¿Por qué? ¿Por qué así ya no te podría ver nunca más? Sé que no quieres eso”

“No quiero eso, pero no me gusta cuando la gente dice que no soy normal y cuando me llevas a lugares donde hay gente que dice eso. Sé que no soy normal, soy autista”

“Lo siento… prometo que no dejaré que suceda otra vez”

“No sucederá otra vez porque ya no tengo permitido salir a lugares contigo”

Junsu suspiro y dio un paso atrás. Esto no iba a ninguna parte. Si quería mas tiempo con Yoochun, necesitaba hablar con la madre del muchacho.





“Sabes, cuando Yoochun era pequeño, pensamos que nunca iba a hablar. No dijo sus primeras palabras hasta que tenía tres años. Los doctores y el terapeuta dijeron que teníamos un niño severamente autista. Dijeron que nunca seria normal y que nunca tendría ningún amigo. Tal vez el nunca aprendería un idioma completo. Dijeron que lo cuidáramos cuando creciera porque el índice de suicidio en los adolescentes con autismo es alto. ¿Ves a este Yoochun que tenemos hoy en día? ¿Mi hijo? Él es todo lo que pude haber deseado después de escuchar esas cosas, y no voy a dejar que nadie lo haga menos. Sé que él te importa, Junsu. Y también sé que a él le importas. No obstante, no voy a permitir esto. El no saldrá a ningún lugar contigo por un tiempo y el esta de acuerdo con esta medida.”

La madre de Yoochun era una abogada. Habló bien y se mantuvo firme. Junsu se quedo sin palabras. Había ido a su oficina, planeando hacerla cambiar de parecer, y aquí estaba el, preguntándose si tal vez, ella había tenido la razón todo el tiempo.

“Solo no puedo soportar tener que decirle adiós después de únicamente media hora” Dijo suavemente.

“Puedes pasar tiempo con el en nuestra casa si él quiere”

“En su casa hay problemas matemáticos y un cubo Rubik, y su perro y otro millón de cosas que lo distraen. El apenas me mira cuando estoy allí”

“¿Un cubo Rubik?”





“Madre dice que puedes entrar si quieres y que te debo poner atención porque piensas que no te pongo suficiente atención”

“Me haces que suene tan necesitado”

“Solo tu puedes hacerte sonar necesitado”

Yoochun camino hacia atrás y se dirigió al patio. Junsu lo siguió y se sentaron en el pasto. La mano de Yoochun fue a tomar algo del florero y pareció cambiar de opinión.

“Madre encontró el regalo que me diste” Dijo “No me lo quito porque le dije que me gustaba”

“O…oh. Bien, estoy feliz de que no te lo haya quitado.”

“No jugaré con el hasta que te vallas para así poder ponerte atención ahora”

“Eso es lindo…”

“Tengo una pregunta”

“Pregúntala”

“Estaba leyendo las revistas de madre y decía que si dos hombres están juntos y tienen sexo, deben usar un condón porque de lo contrario pueden contraer enfermedades. ¿Sabias acerca de esto?”

“Si, pero las cosas que nosotros hacemos en realidad no requieren un condón. Solo se necesita cuando hay penetración y si has tenido sexo con otra gente antes”

“Nosotros no hacemos penetración y no hemos tenido sexo con otra gente antes”

“… see”

“¿Te gusta la penetración?”

“¿Sabe tu mama que lees sus revistas?”

“No lo sé. ¿Te gusta la penetración?”

“Si, Yoochun, se siente genial”

“¿Cómo lo sabes si no has tenido sexo con nadie mas?”

“Eh… eh escuchado hablar de ello a mis amigos, y a todos les tuta. A todos les gusta el sexo.”

“Requiere mucho contacto. No me gusta que me toquen”

“Esta bien, me gusta lo que hacemos ahora.”

“La gente dice que los abrazos se sienten bien pero cuando alguien se me acerca siento que no puedo respirar.”

“Este bien, Yoochun.”

“Mi terapeuta dice que lo estoy haciendo bien y que necesito hablar con mas gente y hacer mas amigos. Yo no quiero.”

“Esta bien, me tienes a mi, soy tu amigo, y tu novio. Y si sientes que quieres abrazarme, por favor no dudes en hacerlo. Ni siquiera necesitas preguntar.”

“Okay”

De nuevo se sentía culpable por sus aventuras ocasionales. Había un momento en el cual no sentía culpa, y podía por lo menos reprimir el pensamiento y solo hacer lo que necesitaba después de unas cuantas bebidas.

Yoochun hablando sobre sexo y sobre abrazos lo puso nervioso. No sabía hacia donde iba esto pero Yoochun parecía feliz. El hecho de que se abstuviera de hacer matemáticas de modo que pudiera concentrarse más en Junsu era un progreso impresionante en los términos del terapeuta de Yoochun.

Entonces algo paso, y nadie lo vio venir.





Junsu estaba de pie en el patio de Yoochun sosteniendo un pequeño juguete con el que se suponía que debía jugar el perro. Yoochun odiaba el ruido así que Junsu se lo quito al perro y en su lugar, le dio una pelota de tenis para que jugara.

Yoochun fue adentro a ponerse un abrigo porque se estaba haciendo tarde y se estaba poniendo frio. Junsu no lo escucho regresar.

Solo lo noto cuando sintió unas manos en su estomago y un cuerpo cálido contra su espalda. Solo duró dos segundos.

“Olí roció de la mañana y violetas” dijo Yoochun. “Eso hizo que quisiera abrazarte. Solo una vez”

FIN