Solo por hoy… Te quiero.
—¡Mir, vuelve acá! No leas
mis mensajes.
—Ah… Entonces si te envías
mensajes pervertidos, con el pervertido de YooChun ¿Verdad?
—¡Claro que no! Pero un
celular es privado… ¡No leas!
—¡¡Waa!! Yoochun me acaba de
traumar por lo que me resta de vida. ¿Como haces cosas así Hyung?
¡Definitivamente son tal para cual!
Mir sonrió divertido, una enorme sonrisa en realidad. Observó la
foto de ChangMin en sus manos y fue como si aquellos recuerdos fueran verdaderos.
Como si sentado en la sala de su casa pudiera ver a ChangMin atrás de él
intentando quitarle de las manos el celular.
La sala de su casa era muy amplia, limpia y elegante. Siempre
fue así, pero nunca antes la sintió tan vacía. Levantó la mirada y frente a él
estuvo la imagen difusa de ChangMin recostado en el sillón, leyendo unos
papeles, con aquellos lentes puestos.
Su propia imagen divago también, quitándole los papeles y con un
sonriente ChangMin corriendo tras él. Gritando, diciendo que se las pagaría,
que necesitaba estudiar. Y las cosas siempre terminaban igual, nunca le podía
ganar, siempre era agarrado por ChangMin y atacado por sus inevitables
cosquillas.
Aunque bueno, que ChangMin lo alcanzara siempre era un poco más
divertido.
—Solo hay dos cosas que no
me gusta de que seas tan menor.
—¿A que te refieres, Hyung?
—A que si mi Mir fuera un
poco más grande podrías salir conmigo a una disco.
—Hyung… En primer lugar
hablas como si hubiera diez años de diferencia entre nosotros y no es así.
Además tú ni sales a Disco. ¡Y no digas mi Mir, no soy tuyo!
La risa de ChangMin siempre resultaba refrescante. Siempre era
divertida. Mir adoraba la manera en la que su hermano sacudía sus cabellos y
luego lo abrazaba un poco. Shim ChangMin no era muy expresivo, no era muy
apegado al contacto físico. Pero con él, siempre hacía una gran excepción.
Dejó el portarretrato a un lado y apoyó la cabeza en el
respaldar del mueble, cubrió con el brazo sus ojos. Respiró profundo y trato de
calmar todos esos sentimientos internos que comenzaban a envolverlo. Lo
extrañaba, demasiado. Y no era justo que alguien como él hubiera perdido la
vida.
—¿Qué es lo otro?
—¿Mmh?
—¿Qué es lo otro que no te
gusta de que sea menor a ti?
—Oh, pues… Odio nunca poder
mostrarme débil ante ti, por que supone que siempre deberé ser tu apoyo y
fortaleza. Tu ejemplo a seguir.
Ese sentimiento, ese odioso sentimiento que hiela tu pecho y
crea un nudo en la garganta. Ese sentimiento de impotencia que dice a gritos
que pudiste haber hecho algo aunque no sea verdad, ese sentimiento que se
encarga de reprocharte y decirte que pudiste haber vivido tanto junto a esa
persona.
Ese sentimiento es el que te hace llorar. Es el en que en este
momento ha producido que las lágrimas resbalen por su rostro copiosamente, que
su brazo a pesar de estar ahí también resulte bañado por las lágrimas y que su
labio se ha mordido con fuerza solo para no emitir un sollozo.
Por que intenta tomar el ejemplo de su hermano y ser fuerte…
Pero no puede.
—Hyung… Eres un idiota, yo
te admiro, solo por ser tú. No necesitas mostrarte fuerte e insensible para que
lo siga sintiendo así.
—¿En serio? ¿Recuerdas a
HamHam, nuestro Hámster que murió cuando éramos pequeños?
—Si, nunca lloraste por él
¿Qué pasa con eso?... ¿Hyung?... ¿Estás llorando?
—¡Yo amaba a ese Hámster!
Y la imagen de ChangMin llorando, pegando el rostro a su pecho
hizo que Mir se sintiera desubicado por un momento, entonces lo había abrazado,
y aprovechando que tenía el rostro de ChangMin sobre su pecho, había acariciado
sus cabellos.
ChangMin era ya un adulto en ese entonces, y aún así había
llorado. Mir supuso que no solo lloraba por eso, lloraba también por todas las
cosas que anteriormente no pudo. La muerte de uno de sus tíos. Cuando sus nana
decidió que ya habían crecido y se marchó. Tantas cosas que hicieron a Mir
morder su labio inferior y guardar las lágrimas para otro momento.
Por que era el momento de que él fuera el fuerte, de que él
fuera el apoyo. De que él por primera vez fuera el hermano mayor. Y el Hámster
era solo una excusa para ChangMin. Mir lo recuerda bien. Lo recuerda como si
hubiera sido ayer. Recuerda a su hermano y lo ama. Lo recuerda y lo extraña
tanto…
…Que duele.
...
...
—¿Qué es lo que ves JaeJoong?
La voz suave de YunHo fue rápidamente percibida por sus
sentidos, pero aún así, JaeJoong decidió permanecer en la misma posición, semi
recostado en el sillón y con los ojos cerrados con las imágenes vagando de un
lado a otro en su mente.
—Es un gran lugar, hay mucha gente, niños, jóvenes. Todos están
muy felices, aun así lo único que yo hago es permanecer sentado, leyendo el
diario.— JaeJoong arrugó un poco el entrecejo. –No sonrío, ni un solo momento.
—¿Estás triste?
—No, más bien… Vacío.— Se remueve un poco incómodo en el diván.
Y decide continuar, con los ojos cerrados y tan solo la voz de YunHo percibido
a sus sentidos. –Hay un muchacho…— JaeJoong aprieta su puños con fuerza. –Es
alto, muy alto. Elegante y luce serio.
—¿Puedes recordar su nombre o solamente llamó tu atención?
—No es la primera vez que lo veo, lo sé. Es como si lo hubiera
estado esperando.
—¿Han quedado de verse?
—No, él pasa de largo. Va leyendo el diario también, tiene un
café en la mano y está muy concentrado en algo.
—Su nombre, JaeJoong. ¿Puedes recordar su nombre?
Kim arrugó el entrecejo, con mucha más fuerza. Desesperándose
por no poder encontrar una respuesta para YunHo.
–No, no lo recuerdo, pero… Siento que se quien es. Es joven,
creo que un poco más joven que yo… Pero no demasiado. Alguien lo llama, saca su
celular y parece feliz, sonríe. Sus ojos brillan… Y yo, siento envidia. Envidia
por que seguramente nunca he sentido aquello.
Podía sentir la mirada de YunHo sobre su cuerpo, con la
grabadora todavía en sus manos. JaeJoong no quería recordar, por que lo poco
que venía descubriendo de él en el pasado lo aterrorizaba, pero se encontraba
en una disyuntiva. Por que al mismo tiempo, que recordara era el trabajo de
YunHo, y no quería decepcionarlo a él.
—¿Lo estás siguiendo? ¿Es eso, estás siguiendo a ese muchacho?
—…No lo sé.— JaeJoong se permitió abrir los ojos, colocando uno
de sus brazos sobre su frente, como si todo de repente hubiera sido muy
cansado. –Paremos por hoy. ¿Si?
YunHo sonríe, tranquila y sobriamente. Presiona un botón de la grabadora
y la deja junto al escritorio. JaeJoong luce exhausto, y él no pretende
presionarlo más allá de lo necesario. Se levanta por un poco de agua y le
ofrece un vaso lleno a JaeJoong.
—¿Mejor?
—En realidad no.
Con el vaso en la mano, JaeJoong decide sentarse y pasar su otra
mano por la cabeza, con los sentimientos todavía rodeándolo, con la confusión
de eventos sin un precedente que aún no pueden ser explicados envolviéndolo.
—Debes tomarlo con calma, JaeJoong. Cuando sientas que te estoy
forzando demasiado, solo dímelo. ¿Bien?
—Si. Pero soy fuerte ¿Sabes? Se que un día gracias a ti podré
recordarlo todo.
JaeJoong le sonrió a YunHo por un momento antes de beber un poco
de agua. YunHo se preguntó en serio si recordar para JaeJoong sería bueno. Al
final y después de todo, aunque JaeJoong no hubiera matado a ChangMin, aún así
el pasado de Kim no era precisamente un jardín de rosas.
—¿Recuerdas que hace un tiempo dijiste que oías la voz de una
mujer llamándote Joongie?
—Si, ¿Por qué?
—¿Sabes de quien se trata?
JaeJoong bebió lo último que quedaba de agua y negó con la
cabeza. –No, pero supongo que ha de ser mi madre. No sé.— YunHo asintió. Eso
era erróneo. Las investigaciones habían arrojado que JaeJoong no tenía familia,
que se había criado prácticamente solo, no había rastros de una familia en la
vida de Kim JaeJoong.
—¿Cómo esta Boa?
—Ella, ahí aprovechando su paso por Corea, saliendo con sus
amigas y todo eso.
—Ya veo…
JaeJoong bajó la mirada y suspiró, inseguro de cómo seguir una
simple conversación con Jung. —¿Seguro que estás bien?
—¿Eh? Si, no te preocupes.
—Si lo deseas puedo ir a dejarte en mi auto hasta tu trabajo.
Kim se levantó de inmediato, con una sonrisa un poco más amplia.
–No es necesario. Trabajo cerca y puedo ir caminando.
—De acuerdo, cualquier cosa me llamas.
Asintió, deseando internamente que YunHo hubiera insistido tan
solo un poco más. Sin embargo cuando YunHo se levantó y lo abrazo por un par de
segundos a modo de despedida, eso cubrió para JaeJoong la falta de insistencia
en el Doctor.
—Nos vemos, YunHo.
—Ve con cuidado Jae.
Un último asentimiento y JaeJoong tomó su bolso, cruzándolo a su
cuerpo y agitando un poco su mano antes de salir y cerrar la puerta. Su corazón
latía apresurado, arrimado contra la puerta, JaeJoong solo cerró los ojos y
suspiro.
Intentando más que nada recuperar las fuerzas y voluntad para
que sus piernas comenzaran a moverse una vez más. Últimamente solo eso venía
pasándole cuando se encontraba junto a YunHo, el corazón se agitaba, la
respiración faltaba y un nudo en la garganta no le permitía expresarse como le
gustaría.
Un último suspiro y JaeJoong decidió continuar camino a su
trabajo, antes de que fuera demasiado tarde o YunHo saliera y lo descubriera
todavía, como un completo idiota intentando recuperar las fuerzas, que perdía
cada vez que estaba demasiado cerca de él.
...
...
—SungMin… Cuando deseas ver mucho a una persona, ¿Que significa
eso?
El muchacho levantó la mirada, dejó el té que bebía y miró al
mayor que jugaba con el tenedor en sus manos y el delicioso pastel de chocolate
que había en su plato. Kim HeeChul rara ves evitaba su mirada, siempre era
exageradamente frontal y sincero.
—¿Por qué la pegunta, Hyung?
HeeChul sonrió, sin dejar de jugar con el tenedor en sus manos,
haciendo pequeñas marcas en el pastel de chocolate, escribiendo la inicial de
su nombre con cuidado, a pesar de que
fuera muy fácil de escribir.
—…No lo sé, de pronto me dieron ganas de ver a alguien.
—¿A quien?
—Alguien a quien acabo de conocer.
Aquello pareció llamar aún más la atención del menor. —¿A quien
has conocido, Chul? Sabes a la perfección que LeeSang te tiene muy bien
vigilado. Ten cuidado, Hyung.
HeeChul sonrió. –Tu tranquilo, Sung. Yo se lo que hago. Es un
muchacho que solo he visto una vez… Pero aún así.
—No lo hagas.— La sonrisa en el rostro de HeeChul se borró ante
la seriedad en las facciones de SungMin. –Olvídate de él, piensa en otra cosa,
o sal del país por un tiempo. Sabes muy bien como es LeeSang lo sabías desde un
principio. Sabías muy bien en lo que te metías. Él jamás te perdonaría que lo
dejaras, y yo no quiero que te haga daño.
—Hablas como si de pronto me encontrara enamorado, SungMin.
—Entonces evita que eso suceda. Es en serio, Hyung.— El menor
tomó de las manos a Kim y lo miró directamente a los ojos. –Puede que solo haya
llamado tu atención, pero si algo más llega a suceder, por favor… Hyung. Se lo
mucho que te gusta hacer lo contrario a lo que te dicen, pero esta vez es
diferente. Es peligroso, LeeSang es peligroso.
—Conozco a LeeSang.— Se soltó del agarre de SungMin y arregló un
poco mejor su cabello. –No necesito que me lo digas, lo conozco desde hace
muchos años, y Siwon… A él solamente lo he visto una vez ya te lo dije. Solo
siento curiosidad por él.
SungMin enarcó una ceja, lo miró por un largo rato y finalmente
suspiró.
—LeeSang está enamorado de ti. Demasiado quizá.
HeeChul volvió a sonreír. —¿Crees que no lo sé?
—Entonces detén este jueguito, antes de que siquiera empiece.
Por ese tal Siwon y por ti mismo.
HeeChul decidió acomodarse sobre su asiento y mirar a través de
la ventana que mostraba a las personas fuera de ese café caminar de un lado a
otro como si nada.
—¿Crees que si lo tratara Siwon se enamoraría de mi?
—Hyung… ¿No se supone que tú no crees en el amor?
—No creo en él.— HeeChul respondió de inmediato, luego suspiró.
–Solo siento curiosidad por él.
Hubo un momento de silencio, SungMin volvió a beber su delicioso
té y HeeChul pareció concentrarse un poco mas en aquellas personas que iban y
venían algunas con prisa, otras que solamente paseaban y en medio de todo eso,
la suave voz de SungMin volvió dejarse
escuchar.
—Si, lo creo.
—¿Disculpa?
—Yo si creo que Siwon se hubiera podido enamorar de ti, por que
eres una maravillosa persona, Hyung. La mejor que he conocido en toda mi vida.
HeeChul se permitió soltar una pequeña carcajada.
—Se nota que no conoces a demasiadas personas, Sung.
—Tal vez, pero aún así. No consideraría a otro como mi hermano
mayor, a nadie más que tú, Hyung.
SungMin sonrió sinceramente, HeeChul se vio azotado por esas
palabras y una hermosa sensación en su interior. Tal vez SungMin tenía razón y
debía evitarse problemas dejando entrar al tal Siwon en su vida.
Además poco importaba, Kim HeeChul después de todo. Nunca ha
creído en el amor.
...
...
—Muy bien… ¡Ahora subamos la red con fuerza!
La voz de MinHo sonó algo presionada, seguramente por la fuerza
que estaba ejerciendo a la hora empezar a jalar de la red. Y su voz algo
elevada debido a sonido producido por el mar era lo único que ChangMin podía
percibir mientras obedecía las ordenes de Choi.
Levantar la red fue más difícil de lo esperado, pesaba y eso se
suponía debía ser bueno. Por que entonces eso significaban muchos peces. Pero
aún así, era difícil. Un último estirón en fuerza y finalmente la red estuvo
sobre el pequeño bote.
Claro está, el bote se sacudió bastante, MinHo se dejó caer
sobre el bote de espaldas, con el sol en el rostro y ChangMin solamente cayó
sentado, con la respiración agitada y una sonrisa tan o más amplia que la de
MinHo en el rostro.
—Vaya… Parece que me vas a traer mucha suerte, ChangMin.
—¿Por qué lo dices?
—Hace mucho que no pescaba tanto como hoy.
Shim secó el sudor en su frente con el dorso de su mano y sonrió
complacido con aquellas palabras, por fin sentía que en realidad estaba
aportando en algo a esa casi indiscriminada amabilidad que tenía MinHo con él,
casi desde que lo encontró medio muerto en la playa.
—¿Cómo haces esto tú solo casi todos los días?
—Bueno, es un buen ejercicio.— MinHo sonrió antes sus propias
palabras mientras empezaba a desatar la red, para separar los pescados de lo
que no servía.
—Hablo en serio, yo me he cansado mucho y eso que hemos
trabajado los dos juntos. No quiero ni imaginarme como le haces tu solo.
—Bueno dejémoslo en que de ahora en adelante gracias a ti, el
trabajo me será menos pesado.
ChangMin observó a MinHo semi agachado empezar a separar los
pescados, una sonrisa cubrió sus labios. Esa mención de un futuro juntos por
algún motivo le gustó. Empezó a quitarse la faja en la cintura y MinHo de
inmediato lo miró.
—No lo hagas.
—Pero es incómodo.
—Se supone que la faja es para que luego no te duela la espalda.
—Pero ya terminamos con el trabajo pesado.
—De acuerdo, pero luego en la noche te va a doler mucho la cintura
al estar tanto tiempo agachado.
MinHo pareció seguir concentrado en lo suyo, ChangMin hizo un
pequeño puchero con los labios, pero decidió obedecer, volvió a colocársela y
se agachó junto a MinHo para ayudarlo, a pesar del devastador sol y calor que
había.
—Así me gusta, que me obedezcas.
—Cállate.
ChangMin agarró por la cola a uno de los pescados y golpeó
directamente la frente del menor haciendo que este cayera sentado casi de
inmediato. —¡Oye, eso dolió!
—Ese era el objetivo.
Cuando Shim miró la marca roja en la frente de Choi fue
imposible que una carcajada sonora no saliera de sus labios, MinHo, solamente
acariciaba su frente, y aunque ChangMin no paró de reír, para MinHo aquello
había sido reconfortante.
...
...
Sentado una vez más en su pequeño cubículo al cual con
dificultad podía llamar oficina, JunSu volvió a suspirar, mirando el lápiz en
su mano y moviéndolo de vez en cuando, con sus recuerdos divagando de vez en
vez en su último cliente.
Cierto era que Park YooChun en un principio resultó
insoportable, pero de alguna manera tenía su excusa, lo había lastimado con
algo que al parecer y desde la perspectiva de YooChun era importante para él.
Y JunSu había decidido perdonarlo y comenzar desde cero. Habían
caminado por las calles de París, él había escuchado sus palabras, las
historias que se contaban entre sus calles o monumento, YooChun había dejado de
comportarse como un idiota. Y JunSu había aprendido a sentirse cómodo a su
lado.
Al punto de sentirse mal, por sus palabras y el infructuoso ‘Por
favor, vete’ que los labios de Park habían pronunciado. Si bien se había
equivocado y se había dejado llevar por su mal sana curiosidad, en un punto de
toda esa situación.
…JunSu no se arrepentía.
YooChun hablaba tanto de ChangMin que JunSu incluso ya sentía
que necesitaba un rostro para identificar a aquel que era dueño de los
pensamientos, alma, razón y corazón de Park YooChun, por que si se sentaba a
esperar a que YooChun un día tan solo le mostrara algo de él, entonces primero
se descongelarían por completos los polos del mundo.
Shim ChangMin… Finalmente no había resultado como lo imaginaba,
sino mucho mejor. Por lo que había escuchado de YooChun era un muchacho
inteligente, fino, elegante, muy relajado en sus expresiones, sin complicaciones
de más.
Pero JunSu jamás imagino que fuera tan alto, con aquel porte de
modelo internacional que dejaba entrever a JunSu que YooChun no solo admiraba
en el muchacho su forma de ser sino también su belleza, casi hasta el punto de
venerarlo.
Aunque tampoco dudaba que aquello no fuera un sentimiento mutuo.
YooChun después de todo, es también muy apuesto, capaz de llamar la atención de
cualquiera. A JunSu le había llamado mucho la atención una foto en particular.
ChangMin usaba un abrigo negro con rayas azules tenía el cabello
algo alborotado, estaba de perfil, con los ojos mirando al piso y una hermosa
sonrisa en los labios, detrás de él YooChun lo abrazaba con fuerza,
aparentemente susurrando algo a su oído.
La foto lo había hecho suspirar.
Por que de pronto, JunSu había envidiado a ChangMin, había
deseado ese abrazo y ese sentimiento de amor que se respiraba en el aire. De
pronto JunSu deseó ser Shim ChangMin aunque fuera tan solo por un par de
minutos.
Deseó ver esa brillante y hermosa sincera sonrisa en los labios
de YooChun aunque fuera una solo vez. Entonces decidió dejar el egoísmo de lado
y deseo que ChangMin pudiera estar con vida, tan solo para poder ver a YooChun
sonreír una vez más así. Para poder saber como era cuando no cargaba sobre su espalda
con esa nostalgia.
Para saber como era el verdadero Park YooChun.
—JunSu, JunSu… ¿Qué te pasa?— Se agachó y apoyó la barbilla
sobre el escritorio, soltando el lápiz y colocando las manos sobre su cabeza.
–Deja de pensar en él. Es obvio que él sigue amando a ChangMin.
Y con ese último susurro, JunSu decidió cerrar los ojos un
momento más.
...
...
YunHo estiró un poco su cuerpo.
Las puertas de entrada se abrieron ante el sensor que indicaba
su presencia y decidió estirar también sus brazos hacía adelante, un sonriente
JaeJoong lo recibió, con un pequeño sombrero y una bufanda en el cuello,
aparentemente esperando por él desde hace mucho.
—JaeJoong… ¿Cómo así por aquí?
—Bueno, cerramos temprano, así que decidí esperar a que
terminaras.
—Pude haber tenido turno nocturno.
En un instante, JaeJoong se mostró levemente nervioso, rascó su
nuca y rió nervioso mientras desviaba la mirada. –Bueno, solo te iba a esperar
diez minutos más. Si no salías…
—¿Entrarías a buscarme?
—…Tal vez.
YunHo sonrió, se acercó a JaeJoong levantó un poco su sombrero y
agitó sus cabellos. –Préstame el sombrero, me queda mejor a mí.
—¿Es esa una extraña forma de decir que te gusta mi cabello?
—…Tal vez.
JaeJoong sonrió ante aquello y comenzó a caminar junto a YunHo
estuvo a punto de proponerle que fueran a cenar y que en esta ocasión el
pagaría, cuando el celular de Jung sonó.
—¿Si?... Oh, pues pensaba salir un rato con JaeJoong ¿Por?...
Deja tus bromas de mal gusto, Boa.— JaeJoong miró a YunHo intrigado por que
había alcanzado a escuchar la risa de la mujer. –Mmh… Deja preguntarle.
—¿Qué sucede?
—Boa dice que ha preparado la cena y que ha hecho suficiente. En
realidad…— YunHo suspiró. –Estoy casi seguro de que me iba a pedir que te
llamara por que casualmente cocinó para tres. ¿Qué dices?
JaeJoong sonrió, muy complacido con la invitación. –Me
encantaría ir.
—De acuerdo, pero si se pone insoportable con eso del YunJae,
solo ignórala.
—¿YunJae?
—Una mezcla disparatada que se inventó con nuestros nombres.
YunHo permaneció hablando con Boa un rato más, advirtiéndole por
supuesto que se comportara con sus comentarios indiscretos. JaeJoong se alegró
por eso, por que de ese modo, YunHo no había podido notar el pequeño matiz rosa
en sus mejillas.
...
...
Oh, HeeChul adoraba salir a bailar en la noche.
Y si era sin la supervisión de SungMin mucho mejor. Por que el
menor era de vez en cuando demasiado consiente y no lo dejaba divertirse.
¡Demonios, que todavía era joven! Merecía divertirse. Escuchó la música a todo
volumen y como la gente enloquecía.
Con los ojos cerrados HeeChul únicamente bailaba, moviendo su
cuerpo y con demasiado alcohol en su cuerpo como para ser consciente de sus
acciones en esa noche. No era el lugar adecuado, no estaba en condiciones, pero
su parte racional había sido eliminada gracias a los grados de alcohol en la
sangre.
Un fuerte golpe fue lo único que escucho, la gente comenzó a
correr. HeeChul no entendía lo que sucedía.
...
...
—Tenemos el reporte de que hay una venta indiscriminada de
estupefacientes, mucho cuidado con todos los que encuentren. Es una discoteca
para niños ricos así que lo que menos quiero son problemas. Pero sea quien sea,
todos van directo a la cárcel si se le comprueba uso o venta de drogas ¿De
acuerdo?
Rain habló con mucha seguridad mientras terminaba de ponerse el
chaleco anti balas y agarraba una de las armas dispuesto a empezar la redada.
Siwon había decidido quedarse fuera, y una vez vio a sus compañeros entrar a la
fuerza a la discoteca y los gritos se dejaron escuchar, supuso que las carreras
empezarían.
Pronto los policías empezaban a sacar uno por uno a varios
jóvenes que alegaban inocencia, pero sus sentidos se bloquearon cuando vio a
uno de sus compañeros jalando a HeeChul de uno de los brazos y subirlo a una
patrulla vacía.
—¡Que me sueltes, no sabes con quien te estás metiendo!
—Por favor, joven tranquilícese.
—¡No me tranquilizó nada. SUÉLTAME!
—Lang ¿Qué sucede?— Siwon puso una mano sobre el hombro del más
joven, observando como HeeChul con el entrecejo arrugado, y los brazos cruzados
permanecía sentado dentro de la patrulla.
—Opuso demasiado resistencia a la hora de la prueba y…
Siwon abrió la puerta, agarró por el rostro a HeeChul y usó sus
manos para abrir un poco más sus parpados. Kim pareció reconocerlo por que
estuvo a punto de gritarle, pero desistió de hacerlo.
—No está drogado, mira sus pupilas.
—Está bien, encárguese de él jefe. Yo iré dentro. Hay demasiada
gente ahí.
—De acuerdo.
El muchacho se alejó y Siwon dio un suspiro antes de volver a
cerrar la puerta del carro y sentarse en al asiento del conductor. —¡Siwon!
¿Qué haces aquí?— HeeChul no estaba muy consciente de lo que hacía quizá por
eso lo abrazó desde atrás con fuerza. —¿A dónde me vas a llevar?
—A tu casa ¿No es obvio?
Encendió el auto y lo puso en marcha, una parte de él gritaba
que el hecho de que HeeChul lo siguiera abrazando no podía ser bueno, pero por
otro era mejor así, por que de estar en sus cinco sentidos, entonces HeeChul le
preguntaría como es que sabía la dirección de su casa.
…Y él no sabría como responder.
...
...
—No entiendo… ¿Cómo puedes tener tanta energía?
ChangMin se quejó, varios metros más atrás de MinHo quien corría
por la playa como un niño pequeño, con una gran sonrisa en el rostro. Era ya de
noche y el mar a pesar de verse oscuro se veía demasiado bien.
—Pues… Fue un buen día, y aún me queda mucha juventud.
—¿Insinúas que soy viejo?
—Quien sabe… Te comportas como tal.
La cara indignada de ChangMin valió la pena, por que de repente
lo tuvo persiguiendo, por toda la playa hasta que lo agarró y lo tumbó contra
la arena, las manos de ChangMin buscaron sus costillas.
Y la risa fresca de MinHo se dejó escuchar con fuerza, ChangMin
se sintió orgulloso de ello y continuó con las cosquillas, por que de algún
modo sentía esa pequeña acción como propia, y se divertía cuando MinHo reía
así.
—Ya, ya… Me retracto… ¡Me retracto!
ChangMin lo molestó un rato más, pero luego decidió parar. –Esta
bien, te perdono.— La risa de MinHo quedó en una sonrisa, ChangMin de pronto se
dio cuenta de que el menor lo observaba detenidamente y esa constante mirada
por parte de Choi logró incomodarlo un poco.
Se levantó con cuidado, ofreciéndole una mano a MinHo para que
se levantara también y luego limpió un poco su ropa de la arena. Sin embargo
MinHo volvió a mirarlo, con aquellos ojos repletos de algo que ChangMin
prefería creer era una equivocación suya.
—ChangMin…
Y Shim temió lo mejor, su instinto se lo decía, rascó nervioso
su nuca y decidió girar. Sabía lo que se venía, no sabía como. Pero lo
sospechaba. —¿Ya viste la hora? Es tarde, será mejor que vayamos regresando.
Pero MinHo no estaba dispuesto a dejarlo ir tan fácilmente, por
que lo tomó del brazo y lo hizo girar, volviendo a clavar esos ojos esta vez un
poco tímidos sobre los suyo. ChangMin sintió un nudo en la garganta. Eso no
estaba bien.
—Lo sabes ¿Verdad?
—Yo… No sé a que te refieres.
Y era mejor negarlo todo, MinHo sin embargo no pensaba igual.
—Me gustas, ChangMin… Mucho en realidad. Más de lo que me
gustaría admitir.
¿Lo sabía? Por supuesto que lo sabía, lo venía sospechando. No
era algo seguro, pero la duda ya estaba asentada en su interior y MinHo acababa
de confirmarlo. MinHo había sido demasiado amable después de todo. Y sus ojos,
sus ojos cuando lo miraban decían más que mil palabras. Así que si, ChangMin ya
lo venía sospechando.
Sin embargo calló, por que no tenía palabras a las que recurrir,
por que no sabía que decir. Por que el viento de la noche sacudió los cabellos
de ambos, y en medio de la playa, frente al mar. Shim ChangMin no supo que
decir y mucho menos que sentir en un momento así.
…Por que justo ahora, no sabía, si tenía experiencia o no en
este tipo de situaciones.
...
...
JunSu no es que adorara de pronto salir demasiado.
Pero esa noche necesitaba distraerse un poco, había salido y
conducido poco, había recordado también la exposición de Hyun Joong y había
tomado la decisión de ir, se había puesto un traje formal y había salido de su
departamento.
Recorrió el lugar con calma, esperando encontrarse en algún
momento con su amigo, no tenía apuro y sabía que de un modo u otro Joong
estaría ocupado, con una copa con champagne en la mano, JunSu se distrajo entre
los múltiples cuadros que había.
—¿JunSu?
Cuando la mano de Hyun Joong estuvo sobre su hombro, él giro de
inmediato con una sonrisa en el rostro y observando lo elegantemente vestido
que iba el más alto y cuando lo vio junto a Park YooChun la sonrisa pareció
desaparecer de repente.
Joong lo abrazó fraternalmente. –Pensé que ya no vendrías.
—Si, se me hizo un poco tarde.
—No hay problema.— Hyun Joong sonrió y luego puso una mano sobre
el hombro de YooChun. –Te presento a Park YooChun era pareja de un gran amigo
que falleció hace poco y ha venido a conocer París por un tiempo.
YooChun miró directamente a JunSu, y él solamente se sintió un
poco incómodo, por que no supo como identificar esa mirada. –Si, ya nos
conocíamos.
—Oh, ¿En serio?
La conversación por un momento fue solo entre YooChun y Hyun
Joong. JunSu prefirió que fuera así. –Es mi guía turístico.
—Ya veo, que pequeño es el mundo ¿No?
Joong sonrió y cuando una hermosa joven castaña se acercó
pidiéndole una corta entrevista, el hombre tan solo asintió. –¿Me disculpan un
momento? Vuelvo en seguida.— Hyun Joong se marchó dejando la copa sobre una
pequeña mesa y el silencio reinó por largo rato.
Finalmente YooChun decidió beber lo poco que le quedaba de
bebida en su copa y luego de eso suspiró, apoyándose en la pequeña mesa y con
la voz un poco evasiva, JunSu únicamente levantó la mirada para verlo.
—…Lo siento, lamento haberte tratado así en mi habitación.
—No, no.— JunSu agitó un poco sus manos. Las cosas no debían ser
así. Él es el que tendría que disculparse, no YooChun. –Yo tampoco hice las
cosas bien, no debí entrometerme en lo tuyo.
—Si, pero aún así…
—Yo entiendo.— YooChun repentinamente lo miró, directo al
rostro. –Entiendo lo que ChangMin representa para ti, es como algo sagrado, sus
recuerdos, lo que vivieron juntos, cada uno de esos momentos quieres
atesorarlos y no es justo que yo haya abusado de tu confianza.
YooChun entonces sonrió. –De acuerdo, ya que hemos dados
nuestras respectivas disculpas, disculpémonos mutuamente también. ¿Te parece?
JunSu sonrió. –Me parece.
JunSu levantó un poco su copa y YooChun tomó una nueva para
poder chocarlas levemente. Bebieron el fresco champagne que había en sus copas
y YooChun pareció un poco más en paz después de aquello.
Kim observó con atención el rostro del mayor, no estaba seguro
si hacer las paces era bueno o no. Por que volvía a estar en contacto con él, y
JunSu a estas alturas no estaba seguro de si eso era bueno o no para su trémulo
corazón…
…Por que Park YooChun, seguía irremediablemente enamorado de
Shim ChangMin.
...
...
—¡Ten cuidado! Ese sillón es muy caro…— HeeChul rió un poco
cuando vio a Siwon chocarse contra él, Choi decidió seguir buscando la luz
mientras sostenía con una mano de la cintura a Kim y él solamente pasaba un
brazo por encima de su hombro. –LeeSang lo compró para mí en Venecia… Él piensa
en mí todo el tiempo.
Sinceramente a Siwon se le revolvió un poco el estómago ante la
mención del hombre y la sola idea de que pudiera tener a disposición a alguien
como HeeChul tan solo con estirar la mano. Lo único que aminoro aquello fue que
las palabras de Kim no habían salido llenas de orgullo, sino más bien con algo
de amargura.
Finalmente encontró el interruptor que encendía la luz, Siwon se
deslumbró ante el amplio y elegante departamento ante sus ojos. Definitivamente
tenía que ser el favorito del mafioso ese para tener todo lo que tiene.
—¿Es maravilloso cierto?
—¿Disculpa?
—El departamento.— Aclaró HeeChul con la voz un poco apagada.
—¿Te gusta, cierto?
—Pues si… Es muy bello.
—Pues te lo cambio, cambiaría todo lo que tengo, quien soy o en
quien me he convertido desde que lo conocí a los dieciséis, cambiaría mis
lujos, mis tarjetas, mi dinero. Todo, absolutamente todo… Por mi libertad.
Y era obvio, HeeChul le estaba diciendo todo aquello que
guardaba tras su máscara de perfección, frialdad y belleza. En el fondo HeeChul
era como todos, un niño al cual le habían robado la oportunidad de vivir su
juventud, y que ahora que quería, ya no podía escapar.
Se guió como pudo hasta donde supuso sería la habitación de
HeeChul, era extraño, el olor a licor que expedía el muchacho llegaba a su
nariz, pero aún así la fragancia de su perfume era aún más envolvente. Lo
recostó en la cama con cuidado. La comodidad pareció acariciar a Kim puesto que
cerró los ojos y suspiró con mucha tranquilidad.
—¿Cómo puedes lucir tan apacible? ¿Es que acaso LeeSang en
verdad te ama tanto como para permitir que nada ni nadie te lastime?
Miró el rostro de HeeChul, su susurro seguramente no fue
escuchado por nadie más que por él mismo. Quiso acariciar su rostro, pero no se
vio capaz de hacerlo, finalmente suspiró decidido a salir de ahí cuanto antes.
—Siwon…— Había girado su cuerpo hacía él. Con una sonrisa igual
de apacible que las expresiones en su rostro. —¿Tu puedes? ¿Tu si puedes?
—¿El que?
—¿Tu si puedes regalarme mi libertad?
El corazón de Siwon se achicó, quería decirle que si, que
lucharía hasta que pudiera ser feliz, hasta que LeeSang lo dejara en paz, pero
sus palabras de nada servirían por que HeeChul no lo recordaría.
—Mejor duerme, HeeChul.
—Siwon…
—¿Mmh?
Se dedicó a arropar el cuerpo de HeeChul con cuidado, sin notar
el momento en que HeeChul hubiera tomado sus mejillas y hubiera juntados sus
labios, en un contacto algo tímido, muy diferente al que hubiera esperado de
alguien como HeeChul, apenas fue un discreto roce de sus labios.
—No he parado de pensar en ti un solo momento desde que te
conocí.
Y luego de eso, HeeChul volvió a acurrucarse y dormir. Siwon
llevó una mano a sus labios y luego miró a Kim, su expresión llena de paz y
tranquilidad. Un ‘también’ estuvo a punto de bailar en sus labios.
Pero Siwon prefirió una vez más callar, salir de ahí. Y conducir
directo a su departamento. Necesitaba dormir.
...
...
—Cuídense mucho~
Boa permaneció arrimada en resquicio de la puerta mientras
agitaba su mano en señal de despedida, la cena había estado deliciosa, YunHo la
miraba con profundo resentimiento. No se había comportado, no había cumplido su
promesa. Los había molestado hasta más no poder.
JaeJoong ingresó al ascensor junto a YunHo, satisfecho con la
comida y sonriendo de vez en cuando, cada que recordaba las palabras de Boa
intentando avergonzar a su hermano contándole alguna experiencia de la niñez.
JaeJoong pensó que sería lindo poder recuperar ese tipo de vivencias.
<< La verdad es que se ven muy bien juntos. No sé… Es difícil de explicar, solo se ven bien y punto. >>
Mordió su labio inferior y miró a YunHo de reojo, Jung mantenía
una de sus manos en uno de los bolsillos de su pantalón. Y la voz de Boa seguía
resonando con fuerza en su cabeza, deseando muy en el fondo que fuera
real.
<< Es como si fuera el destino, en esta vida o
en cualquier otra, destinados a estar juntos, una vez leí algo así en un libro.
El amor eterno. ¿Será posible? >>
YunHo de pronto lo miró. —¿Todo bien?
—Si, no te preocupes.— Y él solamente sonrió.
—Disculpa a Boa, a veces no sabe de que hablar y dice puras
tonterías.— JaeJoong indudablemente rió.
<< Es que Jae es tan lindo, siento como ganas de
abrazarlo cada vez que lo veo, y sus ojos… ¡Sus ojos! Es como si pidieran un
abrazo cada segundo. Y como tu querido hermanito tienes esos tremendos brazos y
das unos abrazos de osos, tan cálidos, tan como tú… Indudablemente, ¡Es el
destino! ¡Están hechos el uno para el otro! No me cabe la menor duda. >>
JaeJoong se removió incómodo, YunHo había dicho que lo llevaría
hasta su casa, pero eso a él ya le había parecido demasiado, así que únicamente
había accedido a que lo acompañara a coger taxi.
—Bueno, disculpa una vez más lo de mi hermana.
—Ya te dije que no te preocupes. Además Boa me cae muy bien.
—Eso es lo raro, después de que nos molestó toda la noche y te
sigue cayendo bien. Eres demasiada buena persona, JaeJoong. Corrige eso en ti.
YunHo lo señalo y lo miró con fingida seriedad. JaeJoong rió, le
encantaba que YunHo fuera capaz de provocar eso en él. YunHo de repente estiró
su brazo llamando a un taxi. Jaejoong suspiró, hubiera sido mejor si el taxi
hubiera demorado un poco más en aparecer.
—Bueno, cuídate mucho.
Sin explicación alguna YunHo lo agarró por el cuello y besó su frente
con delicadeza, con una que JaeJoong hasta el día de hoy no conocía. –Mmh…
Adiós.— Sonrió con algo de dificultad, el nerviosismo podía en más en él.
Mientras cerraba la puerta y daba la dirección al taxista
escuchó a lo lejos como YunHo hablaba por teléfono seguramente con Boa. –Si ya
lo deje embarcado en el taxi, si me va a llamar apenas llegue. Si, no entiendo
como pero a pesar de todo aún le agradas.
Sonrió mientras el auto se iba alejando y él solamente veía la
espalda de YunHo empezar a entrar al edificio, dio un suspiro y decidió mirar
hacía adelante.
<< Quizá puede que aún tu estés en tu fase de
negación, YunHo. Pero puedo verlo en los ojos de JaeJoong. Tu le gustas… ¡Le
gustas mucho! >>
La risa de Boa al contrario de lo que hubiera esperado no lo
había puesto nervioso, mirar a YunHo a la cara por el contrario, si.
—Si fuera verdad… Si todo lo que dijo Boa fuera verdad, ¿Qué me
dirías YunHo?
Y en medio de la noche JaeJoong cerró los ojos esperando pronto
llegar a casa y descansar.
no hay conti D:
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