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Arualthings

Memorias Prohibidas.Capitulo 7


Es naturaleza humana.
—¡¿En que demonios estabas pensando?!


Siwon se contrajo ante el grito de su superior, agachó la cabeza y apretó los puños disimuladamente, el hombre de cabello blanco lo miraba con decepción y rudeza, arrugando el entrecejo. Estaba muy molesto.


—Lo sabes. Por supuesto que lo sabes. Eres el mejor dentro de todos los oficiales. NO TE PUEDES INVOLUCRAR.— El hombre posó sus manos sobre el escritorio. –No puedes relacionarte con personas cercanas al caso, mucho menos con sospechosos como Kim HeeChul.

—Yo…

—¡No hay excusas!— Siwon se estremeció por un momento. —…Y lo sabes, no hay excusas que sirvan, te involucraste con Kim y marcaste tu carta de suicidio. Eres un gran profesional, pero esta vez no te puedo ayudar.


La mirada de Choi en este momento se levantó con velocidad.


—¿De que está hablando?
—Mis superiores han tomado una decisión. Involucrarse íntimamente con personas cercanas al caso, enamorarse o mantener una relación. Como mejor quieras llamarlo está prohibido.


El corazón de Siwon se aceleró. Su pulso incluso estuvo más acelerado de lo normal, se levantó de su asiento, sintiendo que perdía todo por lo que había luchado durante tantos años. Todo por un solo minuto, un solo beso, un solo suspiro de Kim HeeChul.


—No pueden hacerme eso, fue un error pero… Yo…
—Estás despedido, Siwon. A menos que abandones el caso y cortes cualquier relación con Kim.— Entonces Siwon se paralizó. ¿Dejar a HeeChul?

¡Pero si apenas y se conocían!

…Aunque hubiera un beso de por medio.

—Si abandono el caso. ¿Por qué tendría que alejarme de él?


Y la verdad es que para ese momento sus palabras salían como autómatas. Bajó la mirada y su jefe de inmediato volvió a arrugar el entrecejo, apoyándose en el escritorio y acercándose amenazadoramente.

—Kim HeeChul no tiene un buen expediente, ni un buen pasado. Sabes perfectamente que las parejas de todos los que pertenecen a la policía o cualquier trabajo relacionado con la seguridad nacional mediante el gobierno no pueden andar con alguien como Kim HeeChul.


Siwon sonrió con dificultad.


—Ellos no te dejaran salir con alguien como él. Y si me permites aconsejarte, alguien como él no te conviene. Alguien como él solo quiere un mundo de lujos y comodidades, que alguien como tú no le puede dar. Por que tienes dinero, pero no el suficiente para su estilo de vida.

Siwon recordó entonces las palabras susurrantes y suplicantes de HeeChul, pidiendo que lo ayudara, que lo liberara, que lo rescatara.  Por supuesto un HeeChul ofuscado por el alcohol, motivo por el cual se había dejado ver tan débil.


—¿No vas a responder?


Siwon tenía en sus manos salvar su carrera y en las otras poder ayudar a HeeChul. De un lado una vida segura y cómoda. Y del otro comenzar desde cero, junto a una persona a la cual no terminaba de conocer.

Objetivamente hablando sería fácil decidir.

Sentimentalmente hablando, bueno… Siwon no es muy sentimental que digamos. Así que solo había que dejarlo en que en realidad Choi Siwon no estaba muy seguro de que camino de tomar.

Y eso era preocupante, por que no debería siquiera dudar entre HeeChul y su trabajo. Pero aún así lo hace, aún así duda, piensa en él. Sin saberlo, Kim HeeChul está desequilibrando su vida por completo.


—¡Siwon! ¿No piensas responderme?


Justo con ese último grito sus ojos se abrieron por completo. Siwon se sentó, miró su torso desnudo y el pequeño sudor en su frente le hizo darse cuenta que se había levantado en una mañana algo calurosa.

Pasó una mano por su rostro y suspiró. Ese había sido el sueño más extraño de toda su vida. Y era decididamente algo que no quería que sucediera, no quería encontrarse en medio de esa encrucijada. No cuando su vida hasta ahora, había sido relativamente normal y tranquila.

Se apoyó sobre sus piernas y suspiró. El día de ayer HeeChul lo había besado. En un beso que había sabido a licor y esperanzas. Por que HeeChul quería apoyarse en él, quería su ayuda. Y Siwon por un momento se había perdido entre esos labios.

Choi Siwon era un hombre que había tenido una vida muy aburrida a los ojos de cualquiera, pero le gustaba su vida así, del trabajo a la casa, correr un poco en las mañanas, ejercitar su cuerpo en el gimnasio de las oficinas de policía.

Practicar defensa o lucha con Rain. Visitar de vez en cuando a su hermano menor, o recibir la visita de MinHo en otro caso. Y eso era todo, en eso podía resumirse su vida, y a él le gustaban las cosas así. Resolver casos era lo único aventurero en su vida. Atrapar criminales era lo único excitante.


No había más.


Nunca había deseado una vida de problemas, nunca había deseado un amor intenso, dramático y pasional. Nunca había ido en contra de las reglas. ¡Es más, le gustaba ir a la iglesia! Si, era un aburrido. Pero le gustaba serlo.

Y ahora de pronto, sin que nada comenzara realmente y aparecía Kim HeeChul, totalmente su opuesto, le desbarajustaba la vida, se la complicaba, lo besa, lo hacía tener pesadillas de perder su cómoda vida.


…Lo hacía desearlo.


Lo hacía sentir ganas de enamorarse, de luchar por él. De poder alejarlo de LeeSang. De poder liberarlo… De poder besarlo una vez más.

La alarma junto a su cama sonó y Siwon no tardó demasiado en apagar la alarma, hoy no iría a correr, no estaba de ánimos. Únicamente se ducharía, iría a trabajar. E intentaría fingir que nada había sucedido.

Intentaría fingir que nunca había probado los labios de HeeChul.

Intentaría fingir… Que no deseaba volver a besarlo.




Pocas veces, desde aquel día cuando Shim ChangMin abrió los ojos y descubrió que sus recuerdos estaban vacíos. Había podido mantenerse despierto durante toda una noche. La primera vez fue cuando estuvo plenamente consiente, sin que las drogas para el dolor lo durmieran.

Se había encontrado dentro de aquel consultorio, mirando el blanco techo del lugar, con sus memorias en cero y sin saber por que estaba ahí, quien era o por que le tenía que pasar eso él.

Ese día había una fuerte lluvia, la ventana junto a su cama le mostraba las gotas caer y deslizarse por el vidrio. Y esa noche MinHo había dormido en una pequeña silla dentro de la habitación.


Changmin no entendía por que se preocupaba tanto por él.


La segunda ocasión había sido cuando MinHo le propuso que viviera en su casa hasta que recordara algo o alguien. Que si lo había salvado, entonces haría las cosas correctamente y lo apoyaría.

Esa no era su casa, no era su lugar. ChangMin no necesitaba recordar para sentirse de esa forma y era normal, era la casa de un completo desconocido, un lugar que probablemente nunca había visto.

Y aunque al principio su relación con MinHo fue por demás lejana. MinHo se encargó con el tiempo de que de alguna manera entre ambos se desarrollara una peculiar amistad.

Y hoy, era esa tercera ocasión. ChangMin permanecía sentado sobre la cama, con la liviana sábana cubriendo sus piernas, su cabeza girada un poco hacía la derecha, observando el hermoso amanecer de ese día.

Solo había ocurrido una cosa el día anterior. Solo uno de los dos había demostrado valentía, y ese había sido MinHo. ChangMin únicamente había agachado la cabeza y murmurado un ‘Lo siento’ antes de salir corriendo.

Suspiró y miró la puerta cerrada de la habitación, MinHo probablemente aún seguía dormido en la sala. Mordió su labio inferior y suspiró, sacudió sus cabellos y cerró los ojos. Estaba demasiado confundido.

ChangMin se sentía acorralado entre su pasado y MinHo, un MinHo que representaba por completo a un nuevo futuro. Pero Changmin ni siquiera sabía si había un buen pasado que recordar.


…Ni siquiera sabía si alguien lo estaba buscando, o cuando menos esperando.


Y tenía miedo, mucho miedo. Llevó una mano sobre sus ojos y la poca fuerza que había acumulado para no llorar, explotó en lágrimas justo en aquel amanecer. Por que odiaba sentirse tan vacío, odiaba no tener lazos.

¿Por qué MinHo lo confundía de estar forma, justo en estos momentos? Cuando ni siquiera sabía quien era, o si en verdad merecía esos sentimientos por parte del menor. Por que ChangMin ni siquiera sabía si era una buena persona o no.

La alarma de un celular empezó a sonar y ChangMin levantó la mirada asustado, por que era la alarma del celular de MinHo. Cuando estás vacío por dentro, cuando no tienes idea de quien eres o como eres. Cuando olvidas momentánea o eternamente, solo huyes cuando estás asustado.


…Es naturaleza humana.


Y así de simple fue, ChangMin secó sus lágrimas, y se acostó en la cama, cubrió su cuerpo casi por completo y fingió que dormía, cuando la puerta se abrió, cerró fuertemente los ojos. Los pasos de MinHo fueron débiles, casi ni se escuchaban, aún así ChangMin no abrió los ojos.

Un rato escuchó el agua caer, supuso que MinHo se estaría duchando, por primera vez MinHo no lo despertó o siquiera se acercó para aunque sea darle los buenos días. Fue muy veloz, MinHo desocupó la habitación en menos de quince minutos, en un casi absoluto silencio.

La puerta se volvió a cerrar y lo único que quedó de MinHo en la habitación fue el aroma del shampoo que utilizaba, así de básico. ChangMin comenzó a extrañarlo. Se sintió el peor de los cobardes, pero no tomó el valor suficiente para salir cuando escuchó ruidos en la cocina, supuso que Choi todavía no se marchaba.

Un ruido de llaves, una puerta cerrarse, y ChangMin finalmente se levantó. Abrió la puerta y el aroma de un desayuno recién preparado lo recibió. ChangMin en estos momentos era como un niño pequeño temeroso de cometer algún error.

Encontró el pequeño desayuno sobre la mesa y una nota.


‘Recuerda que estás tomando medicina, debes alimentarte bien’


Dejó la nota una vez más sobre la mesa y suspiró, se sentó y apoyó los codos sobre la mesa, con el rostro escondido entre sus manos. Sintiendo que debía abandonar sus temores y tomar una decisión.




Tenía una gran sonrisa ese día.

Subió las escaleras con rapidez y cuando llegó al piso adecuado se detuvo un momento, respiró profundo, arreglo un poco su cabello y ajustó el bolso a su cuerpo. Volvió a respirar profundo y plasmó una sonrisa en su rostro. Dos segundos después tocó la puerta de aquella habitación.

Mordió su labio inferior cuando notó que YooChun demoraba en abrir, y estuvo a punto de golpear la puerta una vez más, cuando Park abrió la puerta, con una sonrisa en el rostro y hablando por teléfono.


—Hola, YooChun.
—Oh, JunSu. Llegas puntual. Dame unos minutos.


Asentir en ese momento fue lo adecuado, YooChun abrió un poco más la puerta y JunSu decidió ingresar, cerrándola tras de él. Había un par de documentos por los sillones en la habitación del hotel, había algo de ropa y un desayuno a medio comer en la mesa junto al gran ventanal.


JunSu supuso que esa llamada debía ser muy importante.


—¡Claro que no madre!— La risa fresca de YooChun y aquellas palabras hicieron a JunSu girar hacía el mayor que miraba las calles parisinas aun con el teléfono en la mano. –Los extraño mucho.


Y era extraño, por que según tenía entendido. YooChun no tenía familia.


—Estaba pensando mucho en esa posibilidad, pero no he tenido tiempo.— YooChun sonreía tan ampliamente que era obvio que esa llamada lo hacía feliz. —¿Cómo está padre?… ¿Y Mir?… Oh, me alegra.


JunSu se sentó en uno de los muebles, y decidió dedicarse a observar al mayor.


—¿Yo? Perfectamente. ¿Acaso no es obvio?— YooChun volvió a reír graciosamente. –Madre, tú tranquila. Te sorprenderás al ver el montón de regalos que tengo solo para ustedes.— Hubo un pequeño silencio, y de repente la expresión de YooChun cambió. —¿Cómo va el caso?


JunSu observó curioso, al parecer la señora al otro lado de la línea estaba explicando algo muy delicado, por que YooChun se dedicó solo a escuchar por un buen rato. Por lo mismo JunSu deslizo su mirada por encima de un pequeño estante que había.

Antes no habían fotos en aquella habitación de hotel. Y al parecer, YooChun había comenzado a personalizar su espacio, y aquello le hacía creer a JunSu que YooChun planeaba establecerse un poco más del tiempo previsto.

Esa foto le agradó, se levantó de su lugar y se acercó un poco a ella, no la tocó pero si sonrió al notar las hermosas sonrisa en ese cuadro. Había un sillón negro en el cual había un muchacho castaño, el menor de todos sentados en el centro. Y a su lado derecho una elegante mujer, probablemente su madre y del otro lado un hombre el cual suponía era su padre.

Sin embargo lo que más llamó su atención es que detrás de ellos, de pie se encontraban ChangMin y YooChun, apoyándose un poco en respaldar y sonriendo a la cámara. JunSu no era de darse cuenta de cosas sencillas o pequeñas. Pero cuando notó la mano de YooChun sobre la de Changmin en aquella foto, su sonrisa divagó un poco.

—…Entiendo.— La voz de YooChun había cambiado un poco, JunSu decidió girar una vez más. –Supongo que es cuestión de tiempo. Te quiero mucho, salúdalos a todos ¿Si?— YooChun sonrió, muy débilmente para el gusto de JunSu. –Estoy bien, y estaré mejor te lo prometo. El tiempo me ayudará a sanar estas heridas. Cuídate mucho, adiós.

Cuando YooChun dejó el teléfono sobre el mesón un suspiro salió de sus labios, JunSu no sabía si acercarse o no.


—¿Todo bien?


YooChun en ese momento pareció recordar que no estaba solo y sonrió.

—Si, no te preocupes. Solo era mi madre preocupada por mí.
—Pensé… Que tu familia…
—Oh, no. Es que no es mi madre de sangre.— YooChun empezó a ponerse un liviano abrigo, con total tranquilidad. –Es la madre de ChangMin.


Y de repente esas palabras sobrepasaron a JunSu.


Había dolido, un dolor en el pecho, que no había podido disimular muy bien, pero que por suerte YooChun no había notado al estar ocupado buscando sus llaves para poder salir de la habitación.


—Te llevas muy bien con la familia de ChangMin.


—Demasiado, son como una familia más para mí.— YooChun al parecer no medía sus palabras en ese momento. Lucía ocupado en buscar las dichosas llaves. –ChangMin no solo trajo alegría y amor a mi vida. También me dio una familia. Se preocupan mucho por mí, así como yo por ellos.

JunSu comprendió que últimamente hablar de ChangMin le estaba afectando.


—Tienes tantos recuerdos con él, que te será muy difícil olvidarlo.


Y fue como si las palabras de JunSu marcaran un silencio inesperado, por que YooChun se enderezó y lo miró fijamente, pero luego sonrió, obviamente sintiéndose un poco incomodo con el tema.

—Nuestras vidas se fusionaron. ¿Sabes?— YooChun regresó a levantar los cojines de los sillones, con una mezcla de nostalgia y alegría en su voz. –Él se volvió mi vida y yo la de él. Pero al mismo tiempo compartíamos nuestras vidas. Era extraño. No lo demostrábamos a menudo, pero nos amábamos demasiado.


—Debe ser lindo amar y ser amado de esa forma.

—En realidad…

YooChun se detuvo, suspiró y sonrió cuando vio las llaves sobre la mesa, justo frente a JunSu, jugó con ellas por un momento y miró a JunSu a los ojos, ambos habían desarrollado una gran confianza y una fabulosa amistad. Sabía que podía hablar con él de cualquier cosa.

–En realidad, creo que nunca podré amar a otra persona como lo amé a él.

JunSu sonrió con un poco de dificultad, así que decidió mejor empezar a salir.

—De acuerdo, ya vámonos por que se hace tarde.
YooChun asintió. —¿Y a donde iremos hoy?
—A expiarte de tus oscuros sentimientos.

—¿Eh?


YooChun se detuvo por un momento, JunSu sonrió y giró para poder mirar aquel rostro confundido, estuvo a punto de sostener su mano y empezar a jalarlo para que caminara, pero mejor decidió agarrarlo por la camisa y jalarlo de ahí.

—Tú solo confía en mi, YooChun.




Si, tenía un horrendo dolor de cabeza.

Si, le dolía demasiado la espalda puesto que había dormido en una mala posición.

Pero aún así, HeeChul abrió los ojos y se estiró sobre su cama con una gran sonrisa en el rostro. Por que se sentía de algún modo feliz, por que había soñado con Siwon, había soñado que se besaban. Había soñado que Siwon lo había sacado de esa discoteca la noche anterior.

Pero en realidad, eso era muy poco probable. Seguramente uno de los guardaespaldas de LeeSang lo había traído. A Siwon no lo veía desde hace unos días, pero no importaba probar sus labios aunque fuera en sueños lo había hecho feliz.

Se levantó de la cama con algo de parsimonia y se empezó a desvestir para poder tomar una ducha. Cerró los ojos pos unos segundos cuando el agua fría recorrió su piel. Pensó en que quería ver a Siwon, pero no tenía la oportunidad.

Pensó en las palabras de SungMin y sus recomendaciones de no meterse en problemas, pensó también en LeeSang y en lo peligroso que podía ser y entonces se le revolvió el estómago. Sacudió su cabeza, y sus cabellos humedecidos por el agua se sacudieron con fuerza.


Era mejor pensar en cosas lindas, como aquel beso que le hubiera gustado darle a Siwon.


Como pensar que algún día podía abrir la puerta de su departamento y recibir a Choi desde ahí. Pensó que algún día podría sentirse libre de caminar y hacer con su vida lo que diera la gana. Pensó, soñó y se llenó una vez más de esperanzas. Volvió a fantasear con su utópica libertad.

Quizá si JaeJoong diera señales de vida todo fuera más fácil. Por que hoy más que nunca, HeeChul quería escapar, desaparecer y olvidar que algún día vivió dentro de una jaula de oro, cristal y papel.



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—¿A que te refieres con que no está en el país?

El muchacho frente a JaeJoong tembló, Kim se veía molesto, realmente molesto, por que había arrugado el entrecejo y se había empezado a acercar con paso lento y amenazante al menor.

—Eso… Lo siento, señor… Pero el señor LeeSang salió de viaje…
—¿Esta con HeeChul, verdad?

El muchacho pareció tragar duro.

—…Si, según tengo entendido viajaron a pedido de él.

JaeJoong golpeó con su puño la pared cercana, el muchacho frente a él se estremeció una vez más, él sabía lo peligroso que podía ser JaeJoong cuando se enojaba.

—Ahora mismo me vas a escuchar ¿Bien?— JaeJoong agarró por el cuello al menor e incluso lo levantó un poco, golpeándolo fuertemente contra la pared. –No me interesa en lo más mínimo lo que te haya dicho HeeChul. Ahora mismo llamas a LeeSang y le dices que estoy aquí, tal y como habíamos quedado.

—Pe…Pero… Él ha de estar… Sobrevolando el océano en estos momentos…

El muchacho hablaba con dificultad, el agarre que JaeJoong mantenía sobre su cuello era demasiado fuerte.

—¡Me importa un carajo! Lo ubicas y es todo. Yo veré luego como me arreglo con él. ¡Ve, ahora!

El muchacho se alejó corriendo y JaeJoong empujó fuera del escritorio todo lo que había sobre él.

—Maldito HeeChul, sabía que me urgía hablar con LeeSang personalmente y se lo lleva fuera del país. Pero como que me llamo Kim JaeJoong que se te va a acabar el reinado, voy a lograr que LeeSang te deje de lado. Yo no soy el segundo lugar de nadie, y antes de que te des cuenta, serás tú el que esté bajo mi sombra.

Con las manos apoyadas sobre el escritorio, JaeJoong miró fijamente la foto de HeeChul, aquel único objeto que reposaba sobre el escritorio de LeeSang que acababa de desordenar. Lo tomó entre sus manos y sonrió, lanzando el portarretrato contra una de las paredes.

El muchacho que hace un rato había intentando ahorcar, retrocedió cuando escuchó el golpe, pero finalmente respiró profundo y se volvió acercar.

—El celular está ahora fuera de servicio, pero apenas me comunique con él le avisaré.

JaeJoong arregló su vestimenta y miró por encima de hombro al muchacho ese, sonrió de lado y caminó con elegancia fuera de la oficina.

—Manda a arreglar este desorden, es una vergüenza este lugar. Y más te vale que LeeSang me llame enseguida.

Y con el mismo paso confiado y altivo Kim JaeJoong abandonó la oficina.


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Cuando JaeJoong abrió los ojos estaba completamente solo.

Dentro de su pequeña habitación y con el sudor corriendo por su frente. El malestar en su interior se asentó con una fuerza inesperada que no le agradó, por que ahí, en su interior algo le decía que eso no había sido un sueño.

Por que la imagen proyectada había sido demasiado para él, por que ese JaeJoong no mostraba alguna expresión fuera de la indiferencia o el enojo. Por que dentro de ese sueño se sintió tan vacío.

Peinó descuidadamente su cabello y miró el calendario colgado cerca de la cama, había una marca justo en el día de hoy. Otra cita en el hospital con YunHo. Pero en esta ocasión, JaeJoong no estaba muy seguro de querer verlo a los ojos.

Por que esa persona que antes era podía espantar a YunHo.

Por que por primera vez, JaeJoong temió ser ese cruel asesino que todos decían que era.



Mir miró el pequeño premio en sus manos.

La estatuilla recitaba en la parte inferior ‘Premio al ejecutivo joven del año’ sentado en la sala de su hogar, Mir podía recordar aún el día en el que ChangMin ganó ese premio, se había levantado con una discreta sonrisa en sus labios, esa noche.

La orden de guardar todas las cosas de ChangMin en el sótano había sido dada por su padre, pero de inmediato él y su madre se habían negado.

Un tiempo más, por favor’

Es lo único que ellos habían pedido, deseaban aún mantener las cosas, igual que como ChangMin las dejó la última vez, y no es que a su padre le doliera menos pero era obvio que él era capaz de discernir lo que en ese momento era mejor para ellos.


—Joven, Mir.
—¿Si?
—Hay un agente, afuera quiere hablar con la familia.


Fue inmediato, Mir se levantó de su lugar dejando la estatuilla sobre la pequeña mesita que había, indicándole a la mujer que fuera por sus padres. Rain caminó hacía él con un gesto amable y un pequeño asentimiento de su parte.


—Buenos días. ¿Ha ocurrido algo con el caso de mi hermano?
—Quisiera que estuvieran todos presentes.
—Pues no tenemos que esperar.


Sorprendentemente rápido, los padres de Mir y ChangMin estuvieron en la cómoda sala, la mujer abrazó a su hijo menor por los hombros y Rain y el cabeza de la familia Shim estrecharon sus manos antes de sentarse en los muebles.


—Quiero que por favor me escuchen con atención. Este caso es más complicado de lo que parece, nuestro sospechoso al parecer está involucrado con alguien a quien le hemos estado siguiendo la pista desde hace años. Es por eso que les queremos pedir un poco de paciencia.


La mujer de la familia inmediatamente arrugó el entrecejo.


—Defina exactamente. ¿Qué es tener paciencia para usted, agente?
—Estamos haciendo investigaciones, e infiltraciones muy importantes, por eso es que no podemos cerrar el caso con velocidad, tenemos que partir desde nuestro sospechoso para…

—Nos estás queriendo decir…— Mir se adelantó un paso, interrumpiendo las palabras de Rain. –Que mientras ustedes buscan atrapar a sabrá Dios quien. ¡¿Nosotros tenemos que soportar que el asesino de MI hermano esté libre?!

Rain pasó una mano por su rostro y suspiró.

—Kim JaeJoong es sospechoso, aún no hay pruebas suficientes para inculparlo. Y no es como si estuviera libre, lo mantenemos vigilado todo el tiempo, por que el será él único que nos pueda llevar a alguien todavía más peligroso, que ha cobrado más vidas de las necesarias.


Mir empezó a negar con la cabeza mientras su madre apretaba con fuerza su mano.


—¿Y ChangMin, que? ¿Quiere decir que si mi hermano no moría entonces ustedes no sabrían ni donde están parados?— Rain no colocó expresión alguna en su rostro. Por que sabía sobre todo que esto era un golpe muy duro para el menor. –Por mi se puede joder toda su maldita investigación. Pero yo quiero al asesino de mi hermano tras las rejas.


Luego de eso, el menor de los hermanos Shim empezó a subir las escaleras, probablemente dispuesto a ingresar a su habitación. Rain volvió a suspirar y miró a los padres del menor que por obviedad parecían no muy conformes con lo que les había venido a comunicar.


—Ese hombre… Al que están buscando a través de Kim, destruyó familias, quebrantó fortalezas igual que lo ha hecho con nosotros ¿Verdad?
—Exactamente, señora. Por todas esas familias les pedimos solo un poco de paciencia.


—Hágalo. Pero no nos pida años, tampoco podremos esperar sentados viendo como en cualquier momento nos podemos encontrar con ese tipo en la calle.— Fue el padre de ChangMin quien se levantó primero. –Y no me responsabilizo por lo que Mir pueda llegar a exigirle en un futuro a la policía.

—Entendemos su posición y la posición de las otras familias. Pero le pedimos que entienda también la nuestra. No voy a permitir que pase demasiado tiempo sin que la policía haga algo con el asesino de mi hijo.


Rain asintió educadamente, que hayan aceptado había sido un gran reto, en especial por lo poderosa que podía llegar a ser la familia Shim y lo mucho que podían influir directamente con sus superiores.




Desde que habían empezado a atravesar toda esa zona verde, YooChun supo que este no era cualquier paseo turístico. Y en todo caso, JunSu le pudo haber avisado con tiempo para llevar una ropa un poco más cómoda.

Colocó el pie sobre una de las pequeñas piedras y se sostuvo como pudo de una de las gigantescas piedras que había. JunSu en cambio parecía caminar como si nada entre tanta dificultad, parado sobre una piedra el menor le sonrió.


—Toma mi mano, YooChun.


Cuando levantó la mirada, el sol lo cegaba un poco y apenas podía ver el rostro de JunSu. Aún así su mente le jugó sucio por que de repente recordó a ChangMin, su voz, su tacto y la manera en la que solía sonreírle.

Sin embargo, YooChun sacudió un poco su cabeza y tomó la mano que JunSu le ofrecía. Se levantó un poco gracias a la ayuda del menor y pudo continuar caminando, esta vez ambos a la misma altura.

Lo que lo tomó por sorpresa, fue el hecho de que a pesar de que JunSu iba primero y él atrás, sus manos inconscientemente no se soltaron en ningún momento. Y el ver sus manos unidas le hizo recordar que hace mucho que no tenía ese tipo de contacto con alguien más.


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—¿Qué sucede?


La voz de ChangMin usualmente nunca es así de pasiva, por eso cuando sintió ese tono de voz, YooChun únicamente agachó un poco más la cabeza, abrazándose a sus piernas y hundiendo el rostro entre sus rodillas. Sentado en el césped de aquel parque.


—YooChun… ¿Te das cuenta que está lloviendo?


En ese momento lo único que se le ocurrió fue asentir, ChangMin se había agachado un poco, junto a él intentaba mirar su rostro, pero YooChun no dejaría que lo viera de esa manera. Por que no le gustaba mostrarse débil ante los demás.


—¿YooChun que sucede?


ChangMin en ese momento puso una mano sobre su hombro, y aunque por un momento mordió su labio inferior, aquel tacto derrumbó todas sus barreras, y contra su decisión un sollozo escapó de sus labios y en ese momento ChangMin se arrodilló junto a él.

Escuchó el paraguas de ChangMin caer y luego pudo ver de reojo como este rodaba por el césped alejándose de ellos. No entendió por que ChangMin había soltado su única protección de la lluvia, pero cuando esos brazos comenzaron a abrazarlo, su cuerpo entero se paralizó.


—ChangMin…
—Eres un idiota, si no te sentías bien me hubieras llamado.
—No deberías estar aquí, Min.
—Tú tampoco, Chun.


El abrazo duró demasiado, pero aún así YooChun nunca se quejó, por que mientras ChangMin lo abrazaba, arrodillado sobre el césped, YooChun de a poco de empezaba a sentir un poco mejor.


—Hoy… Es el aniversario de la muerte de mis padres.


Sus palabras habían salido solas, y ChangMin únicamente había respirado profundamente, la calidez borró el frío de la lluvia y finalmente ChangMin se volvió a levantar. Con una sonrisa conciliadora en los labios, mirándolo de aquella manera que solo ChangMin sabía.


—Toma mi mano, Chun. Prometo que hoy y siempre te daré muchos motivos por los cuales sonreír.


En ese momento no importó que ChangMin fuera dos años menor que él, en ese momento ni siquiera hubo lugar para la duda, YooChun tomó su mano con fuerza y se levantó. Esa tarde, ambos caminaron sosteniéndose de las manos, en medio de la soledad de esas calles.

…Esa fue la primera que Park YooChun compartió su dolor con alguien más, esa fue la primera vez que decidió apoyarse en alguien más. Por que la sonrisa de ChangMin esa tarde le había agitado el corazón.

Y esa misma tarde, YooChun comprobó que se había enamorado de su mejor amigo.


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Soltó la mano de JunSu asustado.

El rostro de Kim le hizo darse cuenta que había sido muy impulsivo con su accionar, por lo que mientras pasaba las manos por su cabello intentaba plasmar unas sonrisa en sus labios. Sentía que esa cercanía le pertenecía únicamente a ChangMin.


—¿Pasó algo?
—No solo… Es que hace un poco de frío.
—Si, es por las cascadas.


Y aunque su excusa del frío había sido muy poco convincente, JunSu pareció creerle, o en realidad al parecer decidió creerle. Siguieron avanzando un poco más y finalmente estuvieron frente a unas hermosas y majestuosas cascadas.

…YooChun ni siquiera sabía que existían esas cascadas.


—¿Hermosas verdad?

—Si, ¿Por qué me has traído? No estaba en el programa.— YooChun observaba maravillado el lugar, pero de inmediato miró a JunSu y levanto los brazos. –No me mal entiendas, quiero decir me encanta haber venido, pero por que de repente.

JunSu únicamente sonrió. –Por que tu eres un caso especial.


—¿Un caso especial?
—No traigo aquí a cualquiera, pero tú lo necesitabas.


JunSu se acercó a una de las piedras muy cerca de la cascada y cuando se sentó sobre una de ellas, YooChun le siguió el paso y lo imitó. —¿A que te refieres con que lo necesitaba?


—Estos lugares tan repletos de paz como este, son excepcionales para limpiar el alma. ¿Sabías?— JunSu le regaló una hermosa sonrisa y por un momento YooChun no pudo evitar devolverle la misma sonrisa.


—Creo que es hora de que a pesar de todo, perdones al asesino de ChangMin. Puede llegar a sonar demasiado altruista pero esto es real YooChun, allá afuera hay lugares contaminados y sucios, repletos de cosas que no valen la pena, pero también están estas cascadas.


JunSu respiró profundo y miró hacia donde el agua pretendía terminar.


—Las personas son como los paisajes, tu decides que paisaje tendrás ante tus ojos, puedes llenarte de odio contra el asesino de ChangMin, puedes querer buscar venganza y vivir en medio de la ciudad y su ruido y contaminación. Puedes repletar ti corazón de sentimientos negativos si así lo deseas.

Un suspiro, y YooChun decidió escucharlo hasta el final.

—Pero también puedes escoger ser una mejor persona y vivir en un lugar así, en un paraíso privado al cual solo tú y las personas con buenas intenciones pueden llegar, puedes ser diferente al resto del mundo.


YooChun miró el agua que caía y cerró los ojos. Por un momento las palabras de JunSu lo envolvían.


—Nadie dice que lo que pienso esta bien o mal, pero es lo que pienso, en lo que creo y lo que me funciona. Vivir odiando a alguien no es vivir, yo creo que este mundo podría ser un poco mejor si solo supiéramos que es mejor estar llenos de buenos sentimientos que de sentimientos negativos.


JunSu tenía una sonrisa en sus labios en ese momento, tan sincera que por un momento a YooChun se le hizo imposible volver a cerrar los ojos una vez más.


—No te puedo obligar a que hagas lo que te digo, es tu decisión al final de todo, pero es lo que te recomiendo. Tienes muchos sentimientos negativos en tu corazón por que odias a Jaejoong. Y no está mal que quieras que él pague sus culpas, pero no es bueno que lo odies. Si logras perdonar a JaeJoong y subsanar tu alma, entonces podrás regresar a Corea y hacer lo mismo por esa familia tan hermosa que ChangMin te dejo.


YooChun sintió justo en ese momento que las imágenes de ChangMin pasaban a su alrededor, que su rostro sonriente, o su risa de cuando le jugaba una broma llegaba a sus oídos. Pudo sentir tan real sus brazos cuando lo abrazaba.

Sus ojos se llenaron de lágrima tan rápidamente que le fue imposible ocultarlas o siquiera detenerlas. No las secó, mantuvo las manos sobre sus propias piernas, sintiendo las lágrimas salir y con el suave recuerdo de su voz pronunciando su nombre.


—Tienes razón…


Y pensando en esa juventud que ChangMin ostentaba, en sus promesas, y en las suyas propias, en aquellos momentos que compartieron con Mir y sus padres. En sus labios y en su piel, en ese momento que lo vio por última vez, YooChun cerró los ojos y suspiró.


—Lo perdono, no importa si es JaeJoong o no el culpable. No me importa si nunca se arrepiente. Yo no me quiero convertir en algo que ChangMin odiaría, y no quiero que ChangMin se convierta en un recuerdo triste cada vez que piense en el. Lo perdono… A pesar de todo… Lo perdono…


En el momento en que YooChun definitivamente rompió en llanto, JunSu no dudo en abrazarlo con fuerza, y aunque YooChun en ese momento trataba de tapar su rostro con las manos. JunSu dejó que YooChun se apoyara en él, y que llorara todo lo que debía llorar.




Si había algo que Choi MinHo sabia reconocer, es cuando se equivocaba.

Y lo sabía, lo supo desde el momento en que ChangMin lo miró de esa forma, tan lleno de confusiones y preocupaciones. Lo supo cuando pudo percibir y sentir como Shim dejaba de respirar por unos segundos frente a él.

Se había equivocado, se había apresurado.

No había sido el momento, todavía no. Pero él no podía evitar sentir lo que sentía. Un pequeño suspiro salió de sus labios mientras veía el basto mar frente a sus ojos. Tomó otra piedra pequeña y la lanzó hacía las olas con cuidado.


Los pasos de alguien acercándose lentamente fueron velozmente captado por sus oídos. No necesitaba girar para saber de quien se trataba, incluso podía deducir que llevaba un pantalón de vestir, un buzo y que justo en ese momento ChangMin tenía las manos dentro de su pantalón.


—Me preocupé, no llegabas y ya empezaba anochecer.


Esas palabras algo secas fueron las primeras que Shim pronunció en cuanto encontró a MinHo sobre aquella roca, lanzándole piedras al mar. Y aunque para ese momento ChangMin ya no miraba al menor sino más bien al mar.

MinHo no se inmutó demasiado.

Le costó a ChangMin dar un par de pasos más hacía el menor, por que MinHo parecía no tener ninguna expresión en el rostro y al mismo tiempo parecía no haberlo escuchado mientras continuaba atacando al mar.


—Quiero ser muy claro contigo, MinHo. Por que me importas, mucho.— Entonces en ese momento pareció captar la atención del menor que lo miró, sin emoción alguna solo lo miró. –Yo… No sé si hay alguien esperando por mi, por encontrarme, no se si estaba enamorado antes de perder la memoria.


ChangMin dio un paso más y MinHo no se inmutó.


—No sé nada de mi o de mi vida. Y no quiero que mañana de repente aparezca alguien diciendo que me ama, que se supone que yo amo a esa persona también. ¿Has pensado siquiera en la posibilidad de que puedo tener hijos? No quiero lastimarte. No quiero lastimar a nadie.


Y ese razonamiento llegó hasta MinHo de una forma real y cruel, regresó su mirada al mar, no era culpa de ChangMin, porque estaba siendo honesto, estaba diciendo una verdad que a él le costaba admitir.


—¿Entonces no me quieres?

—Si no te quisiera, te hubiera besado esa noche, me hubiera acostado contigo y hubiera fingido que podemos tener algo, y si mañana aparecía mi vida real me marcharía sin mirar atrás. Me justificaría con que no recordaba nada y tu solo fuiste una confusión.

MinHo bajó la mirada y ChangMin sintió una opresión en su pecho, tan fuerte que le fue inevitable caminar hasta el menor y tomarlo de los hombros para que lo mirara, directamente a los ojos.


—¡Demonios, MinHo! ¿Es que no te das cuenta? Si no me importaras, si no te quisiera. No estaría aquí, mirándote a los ojos y diciéndote que lo que menos quiero es lastimarte. Pero hay algo que me impide… Estar contigo.

—¿Amas a alguien más?

—¡Es que no lo sé! Hay alguien en mi vida, alguien que a veces veo pero que no puedo recordar, no se que tipo de sentimientos tengo por esa persona, pero si estoy contigo y luego me encuentro con esa persona… ¿Quién crees que va a salir peor en medio de todo esto?


La playa proyectaba esa noche, un viento leve, que movía un poco las ropas, pero que no los llenaba de frío. MinHo no hizo demasiados movimientos en ese momento. Solamente levantó sus brazos y tomó entre sus manos el rostro de ChangMin.

Se acercó con una lentitud asombrosa, pero aun así ChangMin no hizo algo por detenerlo. Y cuando sus labios se encontraron, MinHo volvió a sentir su corazón latir apresurado. Por que ChangMin colocó sus manos en su espalda, por que lo apresó contra su cuerpo y MinHo cerró los ojos con fuerza.

¿Cómo podía pedirle que se alejaran?

¿Cómo? Si lo besaba de esa forma.

Su cabeza se hizo un poco hacía atrás, ChangMin jugó con sus labios, como si hubiera deseado hacerlo desde hace mucho, MinHo supo en ese momento que ChangMin sentía lo mismo por él, aunque no se lo haya dicho.


Pero como si la consciencia hubiera regresado al mayor, ChangMin se separó, marcando una prudente distancia con sus brazos y mirando hacia el mar mientras sus manos paseaban por su rostro.

…Había hecho una gran estupidez.


—No, MinHo… Por favor entiéndeme, no puedo hacer esto. Lo siento.


E igual que la noche anterior, ChangMin le había dado la espalda y se había empezado a alejar, MinHo cerró los ojos y suspiró. Por que sus labios aún palpitaban ante el contacto, y manos aún temblaban de excitación.




YunHo se había colocado la bata con rapidez.

ShinDong había llamado hace poco anunciando la llegada de JaeJoong en cualquier momento, YunHo miró la hora en su reloj y se sorprendió, por que se suponía que la cita sería en unas horas.


—¿YunHo?


Le extraño el hecho de que JaeJoong golpeara levemente la puerta y pronunciara su nombre de aquella manera, como si estuviera apoyándose en la puerta, y entonces comprendió que probablemente JaeJoong en ese momento lo que necesitaba era un amigo.


—¿Jae? ¿Qué ha pasado?


Cuando abrió la puerta, Kim entró con algo de temor, mirando de un lado a otro y rascando un poco su nuca, como si en realidad le costara mucho haber llegado hasta ahí, o por lo menos haber tomado esa decisión.


—Yo no soy una buena persona, YunHo. No lo soy.


YunHo arrugó el entrecejo confundido. Y por el momento, Kim optó por sentarse en amplio sillón dentro del consultorio. Las manos de Jung acariciaron su cabello, intentando transmitirle un poco de calma.

JaeJoong suspiró y cerró los ojos.


—¿Por qué dices eso, Jae?

—Tuve un sueño.— Y las palabras parecieron morir en su garganta, sin embargo respiró hondo y continuó. –Lo sentí demasiado real, y yo trataba mal a las personas, estaba vacío por dentro como si nada ni nadie me importara.


—Eso no significa que…

—Odiaba a un tal HeeChul… No se quien era, pero en serio lo odiaba, por que le tenía envidia, por que él tenía la atención que yo creía merecer. Por que él se sentía mejor que yo. Por que LeeSang lo prefería a él. Como si yo no fuera lo suficiente bueno como para que me mirara.


El cuerpo de YunHo se estremeció. JaeJoong acababa de mencionar a las dos personas más importantes dentro del caso. Sintió un frío recorrer su cuerpo, y a cambio de eso, abrazó el cuerpo de JaeJoong con fuerza.


—¿Sabes quienes son?
—No, no lo recuerdo.


La seriedad se implantó en las facciones de Jung, por que al final Jaejoong empezaba a recordarlos y en el fondo. Muy en el fondo, YunHo tenía la esperanza de que en realidad nada de eso pasara en realidad.

En medio de ese abrazo, JaeJoong pareció calmarse, y YunHo prefirió no preguntar más, por que al parecer no había nada más que indagar y por que además, JaeJoong parecía no querer continuar.

…Y para cuando se pudo dar cuenta. JaeJoong se había quedado dormido entre sus brazos.

Aún así, el malestar de saber, no desapareció.



—Fue un buen día.


YooChun habló con tranquilidad, manteniendo las manos dentro de los bolsillos del pantalón y con una pequeña sonrisa en su rostro. JunSu a su lado caminaba a su paso, con una sonrisa también.

—Me alegra que hayas tomado la decisión correcta.
—Supongo que era algo que en verdad tenía que hacer.


De alguna manera, en ese momento podía sentir que entre él y JunSu existía ya un poco más de confianza mutua. Sentía que podía hablar de cualquier cosa con JunSu. Inclusive si se trataba de ChangMin.


—¿Sabes? A Min le fascinaba molestarme, esa fue la razón por la que nos hicimos amigos.— JunSu asintió, con una sonrisa incómoda en los labios. –Decía que yo tenía todo el físico para ser un Casanova, pero mis manías con el orden y la limpieza y lo demasiado sensible y educado que era para todo. Arruinaba esa imagen en mí.


—Supongo que él era capaz de ver eso en ti.


—Eso fue lo primero que me dijo cuando nos conocimos. Nunca supe como pero, ChangMin podía deducir todo en mi, como si fuera así de transparente solo ante él.— Una sonrisa y YooChun dio un largo suspiro. –Lo extraño demasiado.

—Es incómodo…— Las palabras de JunSu salieron solas, incluso el mismo JunSu tapó su boca cuando YooChun lo miró. –Yo… Bueno, no…
—¿A que te refieres?

Una sonrisa nerviosa y JunSu terminó por suspirar.

—Es incómodo que siempre hables de ChangMin, quiero decir… No debería molestarme, pero…— Para ese momento JunSu ya había agachado la cabeza. —…Me molesta. Soy egoísta y no sé es que estar contigo me vuelve tan bipolar, todo se vuelve… ¡Confuso!

YooChun no supo exactamente que emoción reflejar en ese momento.


—Mejor me voy…


Cuando JunSu se comenzó a alejar YooChun seguía paralizado, confuso y no sabiendo muy bien que acababa de suceder, lo único que pasaba por su cabeza es que JunSu se marchaba y el se quedaba en medio de la plaza, plantado… Y perdido una vez más en Paris.




JaeJoong abrió los ojos y cuando miró la ventana se percató que había oscurecido demasiado pronto. Se levantó y notó que se encontraba arrimado sobre el cuerpo de YunHo, por lo que se alejó con una sonrisa contrariada en el rostro.


—Dormiste mucho, debes haber estado muy cansado.
—Lo siento. No debí…
—No te preocupes, ¿Quieres que te lleve?


JaeJoong negó levemente y YunHo se levantó estirando un poco su cuerpo. El verlo ahí tan tranquilo pero extrañamente callado lo hizo tomar una decisión, se levantó de su lugar y miró fijamente a los ojos de Jung.


—Nos vemos mañana, YunHo.
—De acuerdo, nos vemos.


JaeJoong se alzó apenas un poco, juntó sus labios con los de YunHo y por un momento el beso que tomó por sorpresa a Jung fue unilateral, pero en cuanto los labios de YunHo comenzaron a responderle para JaeJoong fue inevitable no sentir un cosquilleo dentro del pecho.

Por que de repente su espalda chocó contra la puerta, YunHo ya estaba sobre él, acariciando su cabello y espalda, correspondiendo a su beso y juntando sus cuerpos en un movimiento demasiado lento para el gusto de JaeJoong.

Revolvió los cabellos de YunHo a su gusto, un pequeño gemido salió de sus labios cuando sintió su cuerpo aún más presionado por la puerta y el cuerpo de Jung. Logró hacer su cabeza un poco hacía atrás, por que justo en ese momento YunHo empezaba a besar su cuello.

El aire caliente que salía de sus labios lo hacía sentirse aún más ansioso. Por que de pronto la mano de YunHo estuvo sobre su estómago y una corriente fría lo recorrió. Anunciando que empezaba a perder la conciencia de sus actos.

Por que todo empezó a ocurrir demasiado pronto.

La boca de YunHo buscó la suya una vez más. Y entre el juego de sus lenguas JaeJoong descubrió que YunHo sentía por él, aunque sea un deseo asombroso que lo cegaba, y mientras sus manos se perdían en el cuello de YunHo, el aire ya empezaba a faltarle.

Para cuando recordaron que el aire era vitalicio para vivir y se se separaron lo primero que encontraron fueron sus ojos, directamente observándose. JaeJoong sintió su pecho a punto de estallar en cualquier momento y por lo mismo dejé que su mano viajara hacía el pomo de la puerta y la abrió.


—Yo… Nos vemos mañana…


Y como si su vida dependiera de ello, sin mirar hacía atrás un solo momento, salió corriendo de ahí, con una divertida sonrisa en los labios, y con el sabor de YunHo todavía en ellos.





Estaba justamente en pleno Centro Comercial.


Había comprado un poco de ropa y siendo ya un poco tarde decidió que debía comer un poco antes de retirarse a su departamento. Miró la hora en su reloj y supuso que no debía pagar mucho en el estacionamiento.

Caminaba con tranquilidad hasta que observó a Siwon salir de una de las tiendas departamentales con una pequeña bolsa de compras en las manos. HeeChul se detuvo, miró al muchacho contemplar su celular y luego empezar a caminar.


…Justo en dirección hacía él.


Una sonrisa se plasmó en su rostro de manera improvista e intentó verificar de algún modo que se veía bien, pero no tuvo la oportunidad, pensaba hablarle a como diera lugar, así fuera peligroso como se lo había advertido SungMin o así LeeSang lo descubriera.

Por que sentía una fuerte atracción por él, una que jamás había vivido o sentido en toda su vida, por que no pensaba dejar pasar la oportunidad de estar junto a alguien que despertaba en él lo desconocido.


Pero cuando Siwon estuvo a un metro de distancia de él y HeeChul posó una sonrisa en sus labios, Choi continuó caminando de largo como si nada. El rostro de HeeChul inevitablemente siguió el paso firme de Siwon.

Su espalda empezaba a alejarse y perderse entre la gente, Siwon ni siquiera lo había mirado, simplemente había caminado como si él de pronto no existiera. Y la mirada de HeeChul en ese momento se debatía entre mirarlo a él o girar y fingir que eso no había sucedido.

Por que la frialdad de Siwon lo había atravesado.

Y mientras retomaba el paso hacía el estacionamiento, su sonrisa se fue apagando con cada paso que dio.

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