Last Vow/Bow cap 10

Los Dioses Nacientes del Este

¿La locura había recién terminado o recién comenzado? Desde hace mucho tiempo que no era feliz en muchos aspectos. Huí de casa, sobreviví a la pobreza y había tenido toda clase de empleos locos para poder mantener mi sueño vivo… No me importaba mucho soportar la humillación o la desidia siempre y cuando mantuviera la esperanza. Pero era feliz de vez en vez en pesar como se acercaba mi sueño. Esa era la diferencia de mi yo antiguo y mi yo reciente quien comenzaba a aborrecer.

“… Pero no me importó comer de aquellas sobras del restaurante” Pensé mientras se humedecían mis ojos. Había llegado tan temprano a la cita que sólo yo estaba en aquella sala de conferencias.


¿No me importó? ¿O quizás había aprendido a cómo suprimir el dolor mientras pasaba el tiempo? Mientras pasan las horas, los días, los meses y los años, las memorias pasadas parecen desgastarse y perder sentido; todo parece doler menos mientras mas tiempo haya pasado, todo excepto… el amor que no es consumado. Mientras más tiempo pasa sin poder saborear un trozo de aquella pequeña gloria todo se torna oscuro.


“Valió la pena, Jaejoong” Me resigné a pensar mientras hundía mi rostro en mis manos. ¿Valió la pena realmente?


- Buenas tardes, Jaejoong-sshi! – Exclamó Changmin en medio de reverencias. Me puse de pié para devolverle el saludo en reverencia. Se veía extremadamente emocionado.


- Buenas tardes, Jaejoong. – Escuché en coro por parte de la directiva y el manager. Todos llegaban en grupo exactamente a la hora pautada. Contesté de igual manera el saludo.


- Buenas tardes… - Dijo él. Tenía una expresión digna de lástima; se veía tan derrotado y perdido. No había en su semblante una pizca del Yunho que todos conocían.


La reunión fue tan aburrida como una transacción en un banco gris. Terminó rápido pero sin embargo logró animarme. Los ejecutivos se marcharon y nuestro nuevo manager se quedó en el lugar para charlar con nosotros sobre nuestros contratos y demás. No podía dejar de ver la sonrisa reprimida de Changmin y me enternecía verle casi llorar de la alegría.


- Bienvenido, Changmin-ah – Dijo Yunho mientras esbozaba una sonrisa débilmente – Felicitaciones!


- Bienvenido, Changmin-ah!- Le dije dándole una palmada en la espalda cálidamente – falta el primer integrante pero estoy seguro de que él también te felicitaría!


- Estoy… tan feliz, hyung – Agregó mientras parecía llorar en silencio con su cálida sonrisa. – Mi padre varias veces me lo había explicado pero jamás lo comprendí en esencia. La felicidad viene a ti como un torrente de energía y cada vez que sucede debes aferrarte a ella como la vida misma y esto que siento es felicidad. Nada borrará éste momento de mi memoria! – No podía comprender como un niño de 14 años podía hablar con tal elocuencia y por eso lo respetaba tanto.


- Yo también, dongseng – Convine poniéndole una mano en el hombro – Así sabrás que todo esto no ha sido en vano, que, como me dijo mi mejor amigo una vez – Miré fugazmente a Yunho – Todo ha rendido fruto porque ha valido la pena. Valió la pena.


Yunho me observaba impenetrablemente con una mirada difícil de descifrar, como si deseara que me callara y guardase mis palabras de una buena vez. Como si mis afirmaciones le hicieran daño.


- Ha valido la pena, Dongseng! – Hice énfasis mientras miraba con una sonrisa a Yunho. Podía notar como mis palabras y mis gestos lo desesperaban.


- Perdóname, Jaejoong – Musitó finalmente Yunho mientras se puso de pié y se acercó a mi – Perdona mi… estupidez y mi orgullo. Perdóname, por favor.


Me abrazó frente a Changmin. Su tono ahogado hizo que se me arrugara el estómago. Me estremecía su tristeza pero al mismo tiempo tenía ganas de reír y saltar de la alegría. Sonreí y respondí a su abrazo.


- Todo está bien ahora porque ahora es que sé que todo ha valido la pena, dongseng – Agregué asintiendo.


En seguida Yunho hizo un gesto de incomodidad, teníamos la misma edad pero en el alma yo sabía que Yunho era aun muy joven, la mía no lo reconocía como alguien del mismo nivel.


- ¡Buenas tardes a todos! – Exclamó Junsu entrando al salón - ¿De qué me he perdido? Muchas felicidades Dongseng! Yunho me puso al tanto esta mañana! ¡Qué felicidad! El día del debut está tan cerca!


Las palabras se le enredaban en la boca. Burbujeante y feliz como siempre, Junsu parecía bailar de la dicha. Se acercó a nosotros abrazando en grupo a Yunho y Changmin. Me estremeció verlos tan contentos. Recordé mi infancia cuando veía a otros niños divertirse sin parar sentado desde el auto de mi padre. Esa clase de algarabía me parecía tan ajena que me entristecía en aquel entonces. Sólo que ahora estaba a un paso de formar parte de ella…


- Hyung, ven! Ven! – Gritó Junsu ahogado en risas.


Me adentré en el círculo colocándome frente a Yunho. Puse mi mano sobre la de ellos y vitoreamos en coro:


Dong- dong- dong Bang Shin Gi!!!!


“A solo un paso” Pensé.

Mientras aplaudíamos observaba a los chicos lentamente como en una película, casi en cámara lenta hasta llegar a Yunho. Sonreí. Él me sonrió también.


Ahora también yo lo entendía en esencia, tal como lo hizo como mi querido Changmin. Aunque fuese solo por unos minutos, aquel pequeño momento de nuestras miradas y sonrisas cruzándose se traducía en felicidad.

La locura apenas está comenzando, Jaejoong.

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