Darkness Deep cap 15

COR UNUM (Un solo Corazón)

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Xinjiang, China
Linderos de las montañas Tian Shan

ChangMin descansaba en aquella cueva que le protegía de los rayos del sol de mediodía, mientras Kenryu había salido a cazar algo para los dos, si bien no iban a comer como se esperaría de un par de extranjeros en tierra ajena, necesitaban sangre para beber… y eso ambos lo sabían, no podían abastecerse porque su viaje para salir de aquellas regiones estaba siendo mucho más lento de lo que el morocho había esperado…

Casi tenía la impresión de que Kenryu no quería marcharse…

- como si no quisiera volver a la civilización… - murmuró y se recargó contra la rocosa pared tras de sí, sentado en el suelo de tierra y piedra, sus ropas notoriamente gastadas y sucias… a decir verdad, extrañaba las comodidades de su casa… - tengo hambre… - el morocho dijo de pronto al sentir aquel tirón en el estómago y ese gruñir de tripas…

En momentos como aquel deseaba en verdad poder salir y conseguir algo por cuenta propia y no tener que esperar como si fuera un invalido o algo por el estilo a que alguien más le llevara algo de alimento. Pero ni hablar, incluso hasta ese recóndito espacio dentro de aquella cueva, podía sentir el calor del sol quemante del exterior…

- he vuelto, Minnie… - el pelicastaño apareció de pronto entre las sombras de la profundidad de la cueva…

- porqué es que sigues haciendo eso…

- haciendo qué…

- aparecer sigilosamente… - y es que últimamente más se repetía el hecho de ni siquiera sentirle llegar… ChangMin tenía dos teorías y ambas continuaban en ello, o él estaba perdiendo la agudeza de sus sentidos como vampiro, o Kenryu perfeccionaba los suyos como híbrido… la segunda opción le parecía más viable…

- lo siento, ¿te asusté?... – sonrió sin que el morocho pudiera notarlo pero sí percibirlo, y luego extendió entre las penumbras una especie de bolsa que no tenía exactamente buen aroma pero escondía el olor de sangre fresca… - bebe, cuando anochezca saldremos de nuevo…

- por qué no tomamos otro camino, éste parece que solo nos tiene bordeando las montañas y no hemos pasado cerca de un solo poblado desde hace dos noches… - el morocho aceptó sin más remedio la bolsa que le era extendida y bebió del contenido… le sabía a sangre de oso…

- ir por otros caminos solo nos traerá problemas, en tu estado no pienso exponerte de ningún modo… - el pelicastaño respondió con seriedad…

- ¿estado…? Sigues con esa absurda idea de que estoy embarazado… - una fogata se encendió y él pudo ver con claridad la expresión seria de su amante a la luz crepitante de las llamas… pudo entonces notar también que tenía rastros de sangre seca en sus ropas y la piel al descubierto… imaginó la lucha contra un imponente oso y la escena en su mente le hizo sentir calor y deseo…

- no es absurda, poco creíble quizá, pero estoy seguro de lo que vi, ChangMin… - se apartó de la fogata para acercarse al morocho y arrodillarse frente a él… - tampoco es absurdo esto que voy a decirte; fuerzas más poderosas que lo que sea que soy están persiguiéndonos y nos darán alcance muy pronto, intentan separarnos, pero nos quieren a ambos vivos, aquellos que comienzan a crecer en tu interior y son fruto de la unión de tu sangre y la mía importa demasiado a quien está detrás de esto, y es también quien me quiere a mí por motivos que no tengo claros pero sé tienen todo que ver con aquellos recuerdos que bombardean mi mente cada tanto y con mayor frecuencia en los últimos días…

- Kenryu, porqué no me dices todo, porque solo intentas advertirme y quieres cargar con todo el peso de lo que sea que está sucediendo… no soy un tonto, sé luchar y soy fuerte, y también sé muchas cosas…

- lo sé, Min… - sonrió suavemente y terminó por acariciar una de sus mejillas con cariño… - pero mientras menos parezcas saber de mí, tal vez más seguro puedas estar…

- no lo entiendes… no hay lugar seguro para ninguno de los dos ahora, mi Clan no nos protegerá porque seguro mi padre ya ha olvidado que existo, y a ti te persiguen todos los clanes tanto de vampiros como de licántropos porque eres único en tu especie y el augurio del poder absoluto para aquel que consiga entender tus genes y sea capaz de unir a su sangre la tuya…

- encontraré un lugar seguro para ti… - fue todo cuanto dijo antes de besarle con necesidad y aprehensión, casi como si temiera que fuese a ser la última vez que bebe de sus labios el elixir de su alma…

ChangMin hubiera querido negarse y continuar con aquella discusión que casi le recordó a una pareja de esas que ve entre los humanos cuando son incapaces de decidir si es blanco o es negro aquello que de obvia tonalidad gris salta a la vista; pero apenas Kenryu le atrajo por la cintura besándole más profundamente, algo en su interior se encendió como la misma llama que arde entre los leños de la fogata que el pelicastaño hiciera. Le abrazó recorriendo la espalda del híbrido con suaves caricias, respondiendo con intensidad cada nuevo beso que le sucedió al anterior sin encontrar el ánimo de separarse, tomando apenas un poco de aire antes de volver a unir sus bocas y saber que era tarde para dar marcha atrás y conformarse con solo aquello.

Kenryu le empujó contra el muro rocoso comenzando a sacarle las gastadas ropas y tirarlas al suelo de tierra y piedras; se dejó hacer cuando ChangMin participó y retiró sus prendas con algo de ansiedad y deseo. Ninguno quiso pensar demasiado en el hecho de que así de fácil les ardiera la piel y les abrasara el deseo de fundirse en uno como quien hace el amor.

Caricias cayeron aquí y allá sin prisas, dedos francos recorrieron lentamente la piel desnuda filtrándose en los recovecos más escondidos con paciencia y devoción. Jadeos comenzaron a sonar y gemidos roncos a hacer eco entre aquellas paredes rocosas, sus siluetas bañadas por la luz del fuego, las sombras reflejadas dibujando curiosas figuras en las murallas como lienzos primitivos que podrían quedar tallados por el fuego de la pasión y el cariño fusionados en ellos.

Kenryu deslizó sus manos por los costados de ChangMin mientras sus labios dejan besos en sus hombros y el calor que les rodea se vuelve más encendido que el mismo fuego del sol en el abierto exterior de la cueva; sus manos se detienen en la cadera para luego perderse detrás acariciando lascivamente los glúteos del morocho, separándolos sinuosamente en tanto mueve sus caderas y produce la fricción de sus erecciones despiertas.

- mhhh, ahh… Ken… mhhh… - el morocho gime y siente cómo su cuerpo tiembla y se le eriza el vello por causa del placer, de las sensaciones que le corren de pies a cabeza y le hacen perder otro poco de cordura…

Se aferra y se entrega sin dudar, y su corazón que palpita con prisas parece luchar contra el calor novedoso que amenaza con hacerle colapsar en un sentimiento que nunca antes había experimentado… porque no es solo la lujuria o el placer, ni las caricias candentes o el obvio deseo de sus cuerpos que continúan friccionándose entre sí… es la sensación de plenitud la que casi le asusta porque nunca antes ha sido tan feliz…

- ChangMin… ahh… yo… mhhh, Min Te… aahhh… - el híbrido sabe que aquella declaración quiere escapar sin trabas de su boca, pero que de algún modo continúa atorada en su garganta y el placer le turbia lo suficiente para perder noción de todo cuanto no sea placer y deseo…

Y parece que estuvieran destinados para satisfacer sus pasiones en la mínima oportunidad sin frenar en pensamientos o raciocinios. ChangMin nunca antes se había sentido tan turbado al intimar con alguien, le volvía un poco loco y mandaba lejos en su mente toda capacidad de reflexión, Kenryu tenía un poder sobre él que colapsaba todo en su interior y le hacía sentir cada día de un modo extraño más especial y unido, casi como si le estuviera entregando las alegrías y el cariño que por decenios de existencia no le han sido ofrecidos.

El pelicastaño rozó la entrada del morocho arrancándole suspiros y jadeos agitados, ChangMin por instinto separó más sus piernas y se apoyó en los hombros de Kenryu en busca de soporte ya que ambos estaban de pie.

- ¡Kenryu!... – gimió arqueándose medio adolorido al sentir dos dígitos ocupando su interior…

- lo siento… - jadeó disminuyendo también la velocidad con que sus caderas se habían estado friccionando… es que estaba demasiado excitado y lo único que quería era unirse ya a él…

- solo sigue… - jadeó contra su oído…

Y el híbrido obedeció, sus dedos entraron y salieron con ritmo suave, sintiéndole temblar ligeramente conforme iba tomando algo más de velocidad y su entrada se dilataba otro poco. ChangMin cerró los ojos y sintió el calor perlar sudor en su cuerpo, bajo su tacto el cuerpo ajeno también se sentía caliente y sus dedos resbalaban en la húmeda piel que sudaba también… Kenryu agregó el tercer dígito y ChangMin volvió a arquearse suavemente lanzando un pequeño quejido de incomodidad, pero algo más relajado bajo sus caricias y los cálidos besos que le regalaba…

Kenryu coló una de sus manos entre sus cuerpos, tomó la entrepierna de ChangMin comenzando a masturbarle, sus dedos apretaban la punta de tanto en tanto, masajeaba su extensión y jugaba con sus testículos sintiendo su líbido aumentar por esos gemidos que sonaban en sus oídos, por la forma en que el morocho lamía su cuello y se movía casi inconscientemente ofreciéndose a sí mismo el ritmo de bombeo que le proporcionaba esas deliciosas sensaciones de placer que inyectaban otro poco de sangre a su virilidad.

Pronto le sintió listo, y sacando sus dedos de aquel cálido pasaje, el pelicastaño abrazó su cintura instándole a abrazarle la propia con sus piernas, no tenían demasiadas opciones para la comodidad y no pretendía empotrarlo contra el muro de aquella cueva pues era demasiado áspero e incómodo. Así que simplemente le cargó dejando que las piernas del morocho se cruzaran alrededor de su cintura. ChangMin se irguió levemente, lo suficiente para darle espacio a Kenryu de perfilar su miembro en su entrada, cuando la punta se posicionó adecuadamente, el morocho volvió a descender sintiendo cómo poco a poco aquel trozo de carne duro y caliente se iba perdiendo en su interior…

- mmhhh… - ambos gimieron extasiados por la unión de sus cuerpos…

Se fundieron en un beso apasionado enredando sus lenguas con candor, recorriendo sus bocas cual paraje virgen que debe ser explorado minuciosamente. Kenryu inclinó un poco sus rodillas hacia el frente, como si fuera a sentarse; así fue que comenzó a moverse embistiendo contra ChangMin, quien anclado con sus manos a sus hombros y sus piernas en su cintura, se dejó guiar en cada movimiento facilitándole la poco ortodoxa postura.

Y sin embargo el gozo casi parecía ser mayor. Porque sus paredes dilatadas parecían ampliarse más fácilmente cada que el pelicastaño entra en él, presionándolo deliciosamente al salir pues se contrae ligeramente y aquello les brinda más placer. Así pues, su entrada se contraía y expandía una y otra vez conforme Kenryu entraba o salía arremetiendo cada vez con más fuerza y velocidad en su cavidad anal.

- ahh, mhh, así… más, Ken… mhhh… - el morocho cerró los ojos y se abandonó por completo sintiendo que se va derritiendo lentamente por el fuego que le embarga y el placer que le recorre…

- mhhh, Min, ahh… ¡que apretado!... – gemía y golpeaba más y más fuerte contra el trasero del morocho…

Y por un instante un pensamiento atravesó su mente: ¿Aquello no era demasiado salvaje en su estado?

De pronto las piernas de ChangMin aflojaron el agarre y Kenryu le sintió apartarse obligándole a salir de su interior. Iba a preguntar algo, pero no fue necesario cuando le vio darle la espalda y apoyarse en la pared ofreciéndole de nuevo su entrada…

- es cansado del otro modo… - dijo el morocho, y luego sintió nuevamente la punta de la erección del pelicastaño rozar contra su intimidad…

- lo haremos siempre solo como tú quieras, Min… - el híbrido sonrió y luego le penetró de una sola estocada, profunda y salvaje… - mmhhh…

- mhhh, Ken… - el morocho se movió al instante para que su amante lo hiciera también, estaba demasiado elevada la temperatura de sus cuerpos como lo estaba el interior de la cueva…

Quizá era más intenso el calor de ahí dentro que el del exterior aún con el sol en alto.

Kenryu le tomó las caderas y embistió fuerte una y otra y otra vez. Era demasiado perfecta la sensación de su estrechez rodeando su virilidad, la forma en que el vaivén se sincronizaba y los gemidos de ambos se acompañaban en una melodía erótica que incentivaba el deseo y aumentaba la excitación a niveles estrepitosos. Nuevamente una mano del pelicastaño viajó hasta el miembro del morocho para proporcionarle una estimulación extra al placer que ya estaba disfrutando. ChangMin sentía cada oleada de gozo sacudirle casi imperceptiblemente, los deliciosos cosquilleos que divergían por su columna vertebral le hacían sudar más y sus sentidos nublarse casi al punto del desvanecimiento…

No sabrían decir si fue algo rápido o lento, pero para cuando alcanzaron el orgasmo, el éxtasis marcado en sus expresiones como los espasmos que sacudían sus cuerpos fue lo único que pudo hacerles conscientes de aquella deliciosa realidad.

Esa en la que eran de un modo extraño, un solo corazón palpitando al unísono…

- Kenryu…

- qué sucede…

- tengo mucha hambre y sueño… - el morocho bostezó al mismo tiempo que sus tripas hicieron un sonido curioso que hizo sonreír al pelicastaño…

- saldré a buscar algo para ti, Min… - le acarició una mejilla e improvisó con prisas una cama para su amante…

- ¡no! No quiero estar solo… - negó de inmediato atrayéndole en un abrazo demasiado cálido que incluso extrañó a ambos… - quiero dormir un poco, luego saldremos juntos en busca de algo para comer cuando ya haya anochecido…

- de acuerdo… - Kenryu accedió… y mientras le acariciaba el cabello arrullándole de aquella manera, el pelicastaño pensó que ChangMin quizá comenzaría a tener síntomas de embarazo…

Aquello le alegró el corazón…

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Distrito Gangseo-Gu
Palacio Sentinella

Yoochun había salido en busca de su amigo JinHyuk, esa vez le sorprendió que Junsu hiciera caso de quedarse a esperarle… apenas hubo salido de aquel lugar, el lycan miró hacia atrás inspeccionando cada aroma en el viento para asegurarse de que ningún peligro acechaba a su novio… el centinela en realidad hubiera querido acompañarle, pero era en serio que le dolía el cuerpo como para salir, y sabía que el único lugar en el que estaría seguro en aquellos momentos, era justo ahí…

Alexander les estaba dando toda la libertad del mundo, no les retenía a la fuerza pero sus argumentos habían sido suficientes para convencerles de establecer una especie de alianza en la que francamente lo que menos parecía relucir entre sus integrantes era la confianza mutua o la disposición al diálogo. Claro está, las obvias razones tenían que ver con celos y pasados que con fuerza pretendían volver para convertirse en presentes.

Junsu cansado de estar encerrado en su habitación decidió salir a una de las tantas salas de entrenamiento que se encontraban en las instalaciones del Palacio. Hubiera querido entrar en aquella donde vio a varios jóvenes practicando artes marciales, seguramente un equipo recién formado pues no conocía a ninguno de ellos aunque sí al instructor… pasó de largo y se asomó por otra de las tantas puertas de metal, Derek, si mal no recordaba su nombre, estaba ahí observando en una pantalla 3D armamento de nueva generación que había llegado según Alexander les comentara en la reunión pasada.

- hola… - el castaño saludó cortésmente no esperando demasiado a cambio del otro…

- tú eres Junsu, ¿verdad?... – su interlocutor no le volteó a ver, pero al menos le había prestado atención…

- sí…

- Alexander me habló mucho de ti, me parece que él tiene un peculiar interés en tu persona… - el gladiador vampiro cambió la imagen en la pantalla y manipuló algunos controles táctiles para simular que cargaba un arma aunque solo fuese ilusión y rayos laser…

- ¿disculpa…? – inquirió claramente confundido ante tales palabras…

- creo que sabes de lo que hablo, pero temes saber más sobre ello… - Derek finalmente le había dirigido la mirada… - todos llegamos a temer del pasado, así no haya sido vivido por nosotros mismos… - Junsu no supo qué decir ante eso… - tal vez si de verdad amas a ese licántropo, debas afrontar el pasado… - volvió a la pantalla de 3D cambiando una tras otra las diversas armas…

El centinela salió sin decir más nada… su cabeza era un lío ahora… Derek tenía razón… él temía su pasado… aquel que refiere específicamente al linaje al que pertenece… teme saber la relación que mantiene su línea de sangre con quien fuera la esposa de Yoochun y todo lo que podría descubrir si escarba mas en ese tema.

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Park no pensó escuchar aquello de su amigo JinHyuk… pero ahora entendía más lo que Alexander les dijo en la pasada reunión, todo iba cobrando más sentido y al mismo tiempo se volvía más confuso… así como cuando se conoce un camino de memoria pero resulta confuso cuando la niebla cubre el sendero…

- Gerard Howleth es un licántropo peculiar, su transformación pareció no completarse así que no puede convertirse en bestia, pero tiene muchas de las habilidades licantropías; Alexander le conoció en uno de sus tantos viajes como impulsor del grupo Sentinella y le unió a su causa dejándole como dirigente del principal grupo de caza en la sede americana; pero luego volvió a convocarle trayéndole a Corea… hasta donde sé, Gerard Howleth tiene una ambición oculta que Alexander no ha logrado discernir y por la cual le tiene vigilado de cerca…

- por ti… - el pelinegro señaló con voz ronca sin poder creer todavía que su amigo de vidas enteras haya hecho aquello a sus espaldas… se sentía como una traición…

- debes entender, Yoochun, que fue necesario, lo último que juré ante tus padres en el lecho de su muerte, fue que cuidaría para siempre de ti, humano o lycan, ellos también te amaron; y si para cumplir la promesa que les hice, debo establecer alianza con Alexander o el mismo Yiang, lo haré…

- ¡no menciones nada acerca de unirte a Yiang!... – bramó iracundo, solo escuchar el nombre de su peor enemigo conseguía que su sangre hirviera de rencor y odio…

- una alianza siempre puede ser solo una ilusión, recuerda eso Yoochun; porque es lo que estás haciendo, has permanecido en el Palacio Sentinella solo porque es un lugar seguro para Junsu y un recurso más en tu empresa contra Zhang Yiang…

El pelinegro le miró fríamente durante instantes… los ojos de su amigo no mentían… él tendría que aprender a confiar ciegamente…

- por cierto, ¿sabes que la Reina y la Princesa Yin están en la capital?

- lo sé… - el pelinegro recordó entonces que aún tenía una reunión pendiente con la Princesa Yin… - por ahora le dejaré en paz, pero si la Reina Yin está aquí, significa que Won Dae finalmente perdió poder en el Consejo de Sangre…

- el secreto que guardas, puede cambiar muchas cosas, Yoochun…

- tendré cuidado… - aseguró palmeando el hombro de su amigo… - la Princesa Yin sabrá tarde o temprano la peculiar relación que mantiene con el Adalid del Consejo de Sangre, y el motivo por el cual su Clan fue casi olvidado y dejado a su suerte… pero ahora necesito ocuparme antes de otras cosas…

- y cuidarte también de Gerard Howleth, tengo la impresión de que sea lo que busca, lo obtendrá a cualquier precio…

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Palacio del Este (Changdeokgung)

La Princesa Yin accedió a practicar un poco ante la Princesa Chae Yun; tenía habilidad, aunque la Zhenli pensaba que podría ser mejor si tan solo explotaba del todo su condición vampira… un duelo cuerpo a cuerpo había demostrado a ambas que la otra no bromeaba al atacar, tenían fuerza y agilidad. Pero el combate con armas dejó al descubierto la superioridad de Zhenli, su dominio de las espadas era fino y su conocimiento de las partes del cuerpo vulnerables exacto. Si bien no había herido de verdad a la Princesa Kim, había rasgado en puntos estratégicas sus ropas, eso le había dejado en claro a Chae Yun que de ser un enfrentamiento real, podría estar incluso muerta ya…

- es admirable tu habilidad, Zhenli… - la Princesa Kim sonrió e hizo una ligera reverencia dando por terminado el encuentro…

- en mi Clan todas las mujeres son de destreza admirable, es parte de nuestra identidad… - la Princesa Yin envainó sus espadas pensando que después de todo, incluso podría hacer algún tipo de amistad con su igual… no demasiado, la confianza debía mantenerse aún a cuentagotas y no entregarse a manos llenas…

- sé por mi padre y rumores que el Clan Yin hace tiempo no recibe apoyo alguno del Consejo de Sangre…

- es cierto…

- pero no he entendido aún el motivo por el cual les abandonamos a su suerte…

- el Consejo de Sangre dejó las tierras en China porque Zhang Yiang tomó el poderío y fue incapaz de enfrentarlo…

- pero ustedes han sobrevivido… por qué no volvimos a apoyarlos… - aunque su cuestionamiento lo formuló en voz alta, la expresión pensativa de la chica le hizo saber a la Princesa Yin que no esperaba respuesta de su parte… ciertamente, es algo que ella se ha preguntado por décadas…

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Distrito Gangseo-Gu
Palacio Sentinella

Jaejoong estaba en una conversación privada con Alexander para esos momentos. Yunho no confiaba pero su novio se lo había pedido, a regañadientes y sin estar de acuerdo aún, el Diurno no tuvo más opción que dejarles a solas en aquella oficina. El moreno recorrió entonces las instalaciones del edificio, contaba con un muy buen sistema de seguridad, aunque estaba seguro de que con un poco de análisis y paciencia, podría ser sencillo traspasar las alarmas e internarse en él. De cualquier modo, no pensaba quedarse por demasiado tiempo.

- podría decirse que tiene un escudo invisible, no es tan vulnerable como lo parece… - una voz se escuchó a sus espaldas, y Yunho sintió su sangre hervir al reconocer de quién se trataba…

- tú porqué permaneces aquí… - el Diurno cuestionó sin rodeos… - no creo que haya otros como tú o como yo dispuestos a unirse a quienes nos cazan…

- en dado caso, tú también eres un enemigo para los vampiros, cuál es la diferencia entonces entre ser aliado de Alexander o tuyo… - el gladiador vampiro le sostuvo la mirada y Yunho pensó que era un sujeto duro y decidido…

- lo preguntaré del modo adecuado entonces, ¿qué pretendes apareciendo de nuevo ante Jaejoong?... – el moreno le vio sonreír y tomar una postura casi arrogante al mirarle…

- no fui yo quien concretamente apareció de nuevo en la vida de Jaejoong, pero parece que el destino lo tiene predicho… - sonrió divertido ante los celos tan cristalinos del Diurno… - tal vez debieras preguntarte, ¿en verdad Jaejoong te ama?

- no tengo que hacerme un cuestionamiento tan absurdo…

- porqué absurdo; sabes bien que no fuiste el primero en su vida sentimental, que fui yo quien ocupó un lugar en su corazón sobre el cual solo estás sobrepuesto, Yunho; fui yo quien le enseñó a amar, y te aseguro que aunque lo diga, no me ha olvidado ni lo hará…

- a eso le llamo yo argumento desesperado… - el Diurno sonrió confiado…

- evadir la realidad también lo es… - el gladiador vampiro contravino…

Y sus miradas chocaron en una batalla silenciosa que podría producir el efecto del apocalipsis…

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Oficina de Alexander

- ¿qué es lo que pretende decir con eso? ¿cómo sabe usted sobre ese libro que mi madre nos leyó hace mucho tiempo?

- Príncipe Jaejoong, no existen los secretos dentro del Consejo de Sangre, inclusive lo sucedido al interior de su Palacio, y cuando sabe cómo escuchar, uno descubre interesantes verdades…

- porqué parece que usted sabe demasiado para ser un simple humano mortal…

- nunca subestime a un humano por no tener los dones sobrenaturales de los vampiros o los licántropos, la inteligencia es un don de todos que hay que saber explotar…

- usted da más la impresión de ser un manipulador experto, Alexander…

- eso no significa que mis intenciones no sean sinceras y en pro de la humanidad…

- pretende acabar con nosotros, con las criaturas nocturnas, vampiros y licántropos no tenemos gran ventaja en apoyar su ideología…

- Príncipe Jaejoong, no es mi plan acabar con vampiros y licántropos, solo busco un equilibrio entre todos, y eso no puede, según ha parecido a lo largo de los siglos, efectuarse si Yiang sigue existiendo y las leyes del Consejo de Sangre son tan primitivas…

- no tengo ya ningún poder sobre el Consejo de Sangre, perdí todo derecho a tomar un lugar cuando mi padre me exilió del Clan Kim…

- sin embargo, su hermana aún puede hacerlo… y su prima también…

- ¿prima?... – de entre todas las cosas que habían venido conversando, eso fue lo que realmente hizo eco en el pelioscuro y le confundió de sobremanera…

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Junsu estaba seguro de que Jared no quería verle ni en pintura en aquellos momentos, sin embargo, se sentía con una extraña necesidad de explicarse con el croata acerca de su relación con Yoochun. Tal vez en el fondo sentía que le había fallado como amigo a quien fue su primer enamoramiento… a veces el castaño se preguntaba por qué Jared nunca había notado que le gustaba, y por qué ahora incluso parecía celoso de su relación con Yoochun… el castaño podía verlo en la forma en que brillaban los ojos del croata, porque del mismo modo brillaban los del pelinegro cuando le celaba…

Se preguntaba por qué el destino ponía en su camino aquella clase de pruebas, él estaba seguro de que no sentía aquel mismo tipo de atracción por Jared, pero no quería perderle como amigo… no le gustaba que le mirara con aquel rencor desde que les ayudara en su última misión…

Entró en una de las salas de entrenamiento, era un dojo regular, sin todas las especificaciones de la filosofía japonesa; aunque uno de ellos se encontraba en los jardines posteriores del Palacio, diversas armas de aquella arte marcial se encontraban cuidadosamente montadas en los muros de los costados, y Jared practicaba con un sable al centro del dojo sus movimientos de Kenjutsu, una disciplina del Ninjitsu… el centinela le observó por unos instantes sin querer interrumpir su natural concentración; se fijó en los finos movimientos que realizaba y la forma en que el sudor corría en delgadas gotas por su rostro y cuello, el pantalón flojo le permitía la agilidad y sus pies descalzos parecían casi silenciosos sobre el piso… Junsu pensó un momento que Jared seguía siendo atractivo a sus ojos aunque no causaba efecto en su corazón… ése que pertenecía a Yoochun…

Jared le sintió apenas cruzó la línea de la puerta de entrada, pero no había interrumpido su práctica hasta que culminó su rutina. Un último corte de aire con el filo de su sable y luego una reverencia con el sable en descanso…

- qué quieres… - cuestionó con rudeza, seguía enfadado y no quería hablar con él…

- creo que podemos ser un poco más civilizados y hablar, Jared…

- no tengo nada qué hablar contigo, tomaste tu decisión y yo la mía, tú estás con un licántropo y yo opto por no querer saber más de ti…

- no tienes que ser tan duro conmigo, Yoochun no es como los demás… - el castaño intentó mediar, de verdad que no le gustaba que el croata hablara así con él…

- me importa un comino si piensas que no es como los demás o si te revuelcas todas las noches con él gimiendo como animal…

Una bofetada…
Eso fue lo que Junsu le dio sintiéndose lastimado por sus palabras…

- no me trates como si fuera un cualquiera, Jared… - espetó entre dientes sintiendo también las lágrimas acumularse en sus ojos…

- fue lo que pareciste anoche… - aseguró mirándole directamente sin siquiera tocar la zona en su mejilla que había sido golpeada y en ese momento se encontraba de un tono rojizo… el croata estaba más enojado por saber que Junsu estaba con un licántropo como para detenerse a registrar el impacto en su mejilla…

- eres tan idiota… - el castaño tembló de impotencia y sabiendo que solo perdería su tiempo intentando hablar con el croata, se dio la vuelta… un par de pasos y luego fue tomado por sorpresa por el brazo, Jared lo jaló y empujó luego acorralándolo contra el muro lateral… - ¡suéltame!... Junsu forcejeó pero justo en aquel instante Jared fue más fuerte, en parte también porque el centinela aún estaba resentido de su cuerpo por la actividad nocturna…

Jared lo apretó aún más contra el muro aprisionándolo con su propio cuerpo… y luego presa de la ira y la impotencia, le besó… Junsu luchó tratando de empujarle lejos y en ningún momento respondió ni permitió que sus labios fueran abiertos así le hubiera mordido el labio inferior haciéndolo sangrar y quejarse antes de sentir cómo repentinamente Jared se alejaba… abrió sus ojos y solo alcanzó a ver el perfil de la silueta de Yoochun pasar frente a él y luego el pelinegro arremetió contra el croata yendo los dos al suelo entre golpes y forcejeos…

- ¡Yoochun!... – el castaño no podía intervenir, pero temía que su novio fuera a matar al croata…

Sin embargo, algo en la pelea no estaba luciendo como lo hubiera imaginado…
Yoochun peleaba con fuerza humana…

Quería demostrarle a Jared que no tomaría ventaja de su condición sobrenatural, pero que nada impediría que dejara de proteger a Junsu por sobre cualquier cosa, porque era su novio, su amante, su razón de seguir adelante… era su TODO.

Golpes fueron y vinieron, sonidos sordos de puñetazos certeros, quejidos de dolor, patadas poderosas, forcejeos… Jared y Yoochun peleaban en serio y Junsu solo podía mirar, ahogar gritos de sorpresa o preocupación cada que veía a su novio recibir un golpe o tambalearse…

- ¡deténganse!... – gritó en vano cuando les vio tomar armas de los muros laterales…

Yoochun tenía una katana y Jared el mismo sable de antes, el filo de las espadas chocó varias veces sacando apenas chispas por sus encuentros…

- puede continuar después con su pelea por Junsu, señores… - la voz de Alexander les hizo detenerse abruptamente, mirando ambos al hombre parado en el umbral del dojo… - nadie debe morir o quedar considerablemente herido hasta que no hayamos alcanzado nuestro principal objetivo, y Zhang Yiang, está en Seúl, señores…

Aquello fue suficiente para que ambos soltaran sus espadas. La mirada dura en los dos continuó destellando en sus pupilas. Yoochun pasó junto a Junsu sin dirigirle la mirada ni decirle nada, luego salió del dojo dirigiendo una mirada dura a Alexander. El castaño le siguió en silencio, temiendo del aura fría que escapaba ahora del cuerpo de su novio…

- Chun… - le llamó, pero el pelinegro no se detuvo… - Chunnie… - sobresaltándose entonces cuando su novio frenó de repente y dio la vuelta encarándolo, podía leer en sus orbes oscuras el enojo y la frustración… - lo siento, intenté apartarle, lo juro, pero…

- no te disculpes… - cortó sin más, su voz sonando más seca de lo que hubiera querido…

- ¿piensas que me ha gustado?...

*****
En algún lugar de Seúl…

La Reina Shen Liu se reunió con el Consejo de Sangre… así los otros seis representantes hubieran querido negarse, la convocatoria respondía a un antiguo mandato…

- así que, finalmente quieres tomar el lugar de tu esposo, Shen Liu… - Mikel dijo con tranquilidad…

- está en mi derecho, sé que hay una vacante ahora que el Adalid fue destituido…

- pretendes tomar el lugar que hace siglos su propio hermano negó en su lecho de muerte…

- así es, y si mal no recuerdo, señores, como su esposa y líder del Clan que una vez fue parte de la casta Kim, sigo teniendo el derecho…

*****

Zhang Yiang arribó a Seúl…

- Gerard Howleth, es una agradable sorpresa que haya acudido tan rápidamente a mi humilde llamado… - Yiang sonreía con clara burla…

- siempre es un placer estar ante su persona, Señor… - el canadiense hizo una reverencia…

- y bien, porqué no has traído a Junsu contigo…

- me temo Señor, que Park Yoochun no deja que nadie se acerque, le tiene celosamente protegido…

- ese tonto… - Yiang sonrió divertido… - será que por eso sigo tan prendado de él, su rudeza y seguridad son dignas de reconocimiento… - el lycan cruzó la pierna y tomó una copa de buen vino sentado en aquel fino sofá de piel en medio de una estancia pulcra en uno de sus edificios en la capital coreana… - Park Yoochun, cuándo será que llegaré al límite de tu alma…

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