- ¡Mira eso, Yunho Hyung!
El mayor volteó rápidamente a observar lo que el pequeño Mir le enseñaba tan efusivamente; que resultó ser un pequeño carnaval a las afueras de un restaurante, posiblemente celebrando la victoria de algún partido. Yunho sonrió enternecido ante su actitud, tomándolo del brazo e internándolo a la pequeña fiesta que se iba armando conforme las multitudes llegaban.
Mir se dejó llevar por el agarre del mayor, sintiéndose verdaderamente maravillado ante la increíble efusividad y alegría que desprendía cada persona en aquel local.
- ¿Quieres beber algo, Mir? –inquirió U-know, sin borrar la constante sonrisa que tenía desde que el pequeño aceptó esa pequeña e improvisada salida con él. El menor le sonrió, buscando rápidamente una mesa desocupada y se sentó, esperando a que el castaño hiciera lo mismo – Que impulsivo eres, pequeño. –Mir se sonrojó avergonzado. Lo era, y mucho, eso siempre le había molestado a Lee Joon.
- Perdón… -bajó la cabeza. Yunho se acomodó en su asiento y rió suavemente, tranquilizando al menor.
- Me gusta que seas así.
Por un momento quiso saltarle encima por la repentina alegría que se había instalado en su pecho, pero se contuvo. Hacía demasiado tiempo ya que nadie le decía algo amable sobre sus –al menos él los consideraba así- defectos. Y agradeció con el alma la galanura y encanto con las que el mayor lo trataba.
Le sonrió débilmente, ordenó y esperó en silencio a que su pedido llegara; Se sentía demasiado avergonzado como para siquiera comenzar a hablar.
- ¿Sucede algo? – Negó suavemente, sonriendo después. Yunho devolvió la sonrisa- Estás muy callado.
- No es nada, Yunho Hyung.- murmuró- Es sólo que… hace demasiado tiempo que no lo paso tan bien…
Yunho mordió su labio; aguantándose las ganas de lanzarse sobre la boca del pequeño peli anaranjado y besarlo hasta que el aire escaseara en sus pulmones. Le gustaba tanto, tanto, que incluso el hecho de ver una mirada ligeramente triste en sus preciosos ojos color miel le significaba un profundo dolor; mas unas ganas tremendas de encerrarlo entre sus brazos y protegerlo de cualquier cosa que pudiera causarle daño.
Y no podía creer que aquel sentimiento pudiera crecer tanto en tan poco tiempo. Menos aún conociéndose a sí mismo, que nunca logró sentir algo tan fuerte por nadie que hubiera conocido. Ni siquiera por Jaejoong, su novio de dos años al que amó y cuidó como al más maravilloso de los tesoros.
- Gracias…
Sonrió con ironía; si tan sólo el pequeño supiera que era él quien le agradecía terriblemente por el sólo hecho de haber aceptado acompañarlo en esa improvisada salida. Si tan sólo supiera que mientras sonreía tenía que presionar sus puños con fuerza para evitar saltarle encima y comérselo a besos.
- Por nada.
Chulyong observó detenidamente el perfecto rostro del líder de TVXQ, y se sorprendió al percibir un ligero calorcito posándose en sus mejillas. ¿Se estaba sonrojando?
No supo por qué de pronto su pecho se llenó de emoción. Quizás lo estaba logrando, quizás estaba comenzando a olvidarse de su tortuosa relación con Lee Chang Sun. Quizás, y sólo quizás, pudiera al fin comenzar a enamorarse de aquel maravilloso hombre que con la sola sonrisa lo hacía vibrar de un sentimiento aún desconocido para su inexperto corazón, pero que estaba dispuesto a descubrir.
De pronto su teléfono celular comenzó a sonar insistentemente. Bufó ante el quiebre del maravilloso ambiente que se había formado y sacó el dichoso aparatito del bolsillo de su jeans azul oscuro, contestando sin siquiera molestarse en ver el nombre de quien lo llamaba.
- ¿Diga?
- Mir –el aire escapó de sus pulmones. Su boca se secó y quiso de pronto que la tierra se abriera y lo tragara. ¿Qué hacía él llamándole? – Bang Chulyong.
- ¿Qué… qué quieres? –tartamudeó, notoriamente nervioso. Yunho lo escrutó, demasiado extrañado por el brutal cambio de humor del pequeño- No quiero que me llames…
- Si lo quieres, lo sabes. –Mir tragó saliva y cerró sus ojos- ¿Qué estás haciendo con MI líder?
¿Cómo demonios supo que estaba con el líder de TVXQ? Si se fueron sin avisarle a nadie, sólo a Seungho que los interceptó a la salida del hotel. Y era muy improbable que su cabecilla se hubiera ido de bocazas; sobretodo con el afán que sabía tenía Lee Joon con Jung Yunho.
Su respiración se cortó por demasiados segundos, y ni siquiera sabía qué responderle. No se sentía capaz de formular alguna oración coherente en su cabeza.
Yunho lo notó, y tomó el teléfono de sus manos.
- No sé quién eres, pero deja de llamar –amenazó. Mir quiso quitarle el aparato pero Yunho lo apartó con su brazo -¿Oíste?
- Lo haré si se aleja de ti.
Y cortó. U-know alejó el celular de su oreja y lo observó con profunda rabia, como intentando dañar a quien fuere el sujeto que entristeció tan garrafalmente a su pequeño maknae. Dejó el objeto sobre la mesa y pidió la cuenta, sin lograr calmarse del todo.
- Yunho hyung…
- Si te vuelve a llamar, me avisas. Le romperé la cara a ese patán.
Mir sonrió entre avergonzado, arrepentido y maravillado. Yunho ni siquiera sabía quién era el sujeto que lo llamó, y aún así estaba dispuesto a molerlo a golpes si le daba la oportunidad…
U-know bufó, pagó la cuenta y salió del restaurante seguido por un atolondrado Chulyong. Estaba tan, pero tan molesto con ese maldito esperpento que arruinó su perfecta salida, que llegaba a tener la necesidad de golpear algo. Lo que fuera. Quería, necesitaba descargarse.
Además, ¿quién sería aquel sujeto? Le parecía inconcebible que pudiera existir alguien que con la sola voz pudiera cambiar de tal manera el ánimo del chico. Inconcebible, e imperdonable.
Cuando fuera novio de Mir –porque lo sería- tendría que exigirle al menor que le revelara su identidad. Porque como que se llamaba Jung Yunho, alejaría a ese desgraciado de su pequeño. No permitiría que una nueva mueca de malestar se posara sobre sus bellos labios.
***********
- ¡Maldito!
Jaejoong observó casi asustado el repentino ataque de histeria de su compañero de habitación. Asustado, y muy en su interior; algo divertido y aliviado.
Odiaba con el alma a Lee Joon por todo lo que le había hecho, y como si sufría o no, no le significaba mayor relevancia. Sobre todo si el que provocaba ese “dolor” –aunque dudaba seriamente que pudiera sentir aquello- era su queridísimo ex novio; resultaba aún más satisfactorio para su resentido corazón.
Dejó al desquiciado bailarín de MBLAQ a solas y se dirigió a la habitación que compartían Changmin y Yoochun, sin poder borrar la sonrisa de sus coloridos labios.
Caminó un par de minutos por el lujoso pasillo del hotel hasta vislumbrar la puerta de madera oscura, pero una silueta ya bien conocida por él y por cualquier chica del país al fondo del mismo acaparó su completa atención. ¿Qué demonios hacía él ahí?
Se acercó, hasta que lo tuvo frente a él y pudo por fin notar el semblante brutalmente colérico que emanaba su alto y fornido cuerpo. Parecía una bestia salvaje a punto de destrozar su presa; pero el punto era, y eso lo inquietaba más que su presencia en aquel lugar, ¿quién sería su presa?
La curiosidad le picó. Tocó el hombro de su buen amigo Seung Hyun quien volteó inmediatamente, y casi huye del espanto ante su mirada. Parecía una bestia. Una bestia enjaulada, y muy enfadada.
Sintió pena por el pobre infeliz al que esperaba.
- ¿Top?
- Jaejoong… -le habló, pero podría jurar que ni siquiera lo miró. Sus ojos seguían fijos en el pasillo- ¿Estás de gira con MBLAQ, no?
- Sí, ¿por qué? –preguntó, inocente. De pronto la ira que parecía estar relativamente apagada en él, estalló- ¿Seung Hyun?
- ¡¿DÓNDE ESTÁ LEE JOON?!
En todos los años que llevaba siendo amigo de Choi Seung Hyun, nunca le vio tan sanguinario. Sólo una vez, cuando un lunático “fan” de su novio G-dragon se les acercó en una de sus citas y le besó. Si no fuera por el rubio y por un par de escoltas que hacían guardia aquella noche, el pobre miserable no la contaba.
Entonces lo entendió. Sólo había una cosa que podía dejar así a su amigo T.o.p; La infidelidad. Y como comprendió por sus gritos, una netamente relacionada con el bastardo que ya se había ganado su completo odio.
Lee Chang Sun. El puto de Lee Joon.
“Ahora sí que me las pagas…”
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Oh! Dios! Esto cada vez se pone meejorrrr!!
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