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Arualthings

Unexpected Love cap 11

Se estaba arreglando cuando el silencio que reinaba en la casa llamó su atención, miró el reloj: 9:15. Junsu tenía escuela, ¿acaso ya se había ido? Con curiosidad bajó las escaleras y miró la cocina, no había nada ni nadie, recorrió el resto de la casa con la mirada y su atención se concentró en el estudio que compartían. Junsu estaba profundamente dormido con la lámpara de escritorio encendida. Junho frunció en entrecejo e hizo una anotación mental de comprarle una computadora portátil a su hermano, en definitiva no le agradaba nada la idea de que se quedara durmiendo sobre el teclado, ya le haría limpiar. Se acercó con toda la intención de regañarle pero su expresión le detuvo. Seguramente no había descansado, después de todo había tenido aquella clase de baile que él había pagado. Tal vez no había sido tan buena idea, después de todo el hacerle ir, al menos no cuando sabía que estaba cerca su entrada a la universidad. Su rostro cansado lo conmovió y decidió buscar una manta, pero justo cuando comenzaba a cubrirle con ella, el menor se removió en su lugar. Dando un brinco escondió la manta, no quería que le viera en ese momento de debilidad.

- ¿Qué hora es?- preguntó Junsu mirándolo adormilado mientras se estiraba.
- La hora de hacer el desayuno- le espetó molesto.

El menor le ignoró y miró el reloj.

- ¿Las 9:30?- prácticamente gritó poniéndose de pie de un salto- es tardísimo, ¿por qué no me levantaste?- miró alrededor tratando de organizarse.
- ¿Y qué crees que intentaba hacer?- respondió sin mirarle- ¿en dónde está el desayuno?- preguntó con aquella voz altanera que tanto molestaba al menor.
- Junho, no seas así, llegaré tarde- suplicó guardando sus cosas.
- Esas eran las reglas- insistió inquebrantable.

Junsu suspiró con desesperación, corrió a la cocina y preparó lo primero que se le ocurrió que fuera rápido, un poco de cereal con leche. Le dejó el plato sobre la mesa y corrió a su habitación para cambiarse. Pocos minutos después salió terminando de abrocharse los botones de la camisa azul mientras bajaba las escaleras.

- Llegaré tarde- informó tomando su mochila.
- Tu desayuno- le llamó al verlo en la puerta.
- Comprare algo, nos vemos- gritó antes de cerrar la puerta y echar a correr.

Junho miró la puerta preocupado, después miró el plato de cereal y rio divertido por las ocurrencias del menor. No tardó en decidirse, no podía ser tan malo. Tomó las llaves y se dirigió apresurado a su auto, no tardó en alcanzarlo.

- Así jamás llegaras- dijo divertido deteniéndose a su lado- sube, te llevare.
- Gracias, Junho- corrió al otro lado para subir realmente agradecido, era su primera semana y ya comenzaba con faltas como esa.
- Toma, tampoco se trata de que te desmayes- le arrojó un paquete que atrapó en el aire. Era una barrita de cereal. Sonrió olvidando que estaba molesto con él, incluso había pensado en su desayuno.- ¿Por qué la cara?- le interrumpió al verle sonreír de esa manera.
- Nada- negó sacudiendo ligeramente la cabeza. Decidió mejor mirar por la ventana, seguramente se le había quedado viendo con cara de tonto, un ligero rubor cubrió sus mejillas.
- Bien, suerte- dijo deteniendo el auto frente al edificio.
- Nos vemos- se despidió tomándose el lujo de verlo alejarse, hasta que recordó que ya iba atrasado. Corriendo fue a buscar su salón.

- Toma, son los apuntes de la mañana- dijo un chico alto y moreno.
- Vaya, gracias- sonrió, era Changmin, el chico que le había ayudado a encontrar el salón el primer día de clases.
- Tenemos que hacer un trabajo en equipo, ¿te importa si trabajo contigo?- preguntó dándole un cuaderno.
- Por supuesto que no, muchas gracias Changmin- guardó sus cosas y ambos salieron en dirección a la cafetería- ¿y de que es el trabajo?
- Tenemos que hacer una comparación entre la música actual y la que se escuchaba hace 30 años- explicó encogiéndose de hombros- exponer las diferencias, si las hay, dar nuestro punto de vista.
- No suena difícil.
- ¿Y en donde lo hacemos, tu casa o la mía?- le miró.
- Si quieres en la mía- propuso sonriente.
- Bien, entonces la próxima vez será en la mía- le devolvió la sonrisa.
- De acuerdo- asintió deteniéndose frente a la biblioteca.
- Entonces te veo mañana, espero que termines pronto.
- Gracias, no parece muy difícil- se despidió mirando su cuaderno.

Finalmente entró en la biblioteca dispuesto a terminar lo más rápido posible el trabajo que le habían dejado como castigo por llegar tarde y no llevar la tarea. Para su mala suerte no había resultado tan sencillo como se había imaginado y para cuando iba saliendo de la escuela ya iba retrasado para ver a Yoochun. Para aumentar su mala suerte, Junho le había mandado un mensaje diciendo que ese día no llegaría a dormir por una grabación que tenía que hacer, llegaría al día siguiente por la tarde y esperaba ver todo limpio y ordenado. Por pensar en eso casi se baja en la estación equivocada. A paso apresurado se dirigió a la oficina de Yoochun pero buscando en su mochila su celular se dio cuenta de que su mp3 no estaba. Pregunto en ‘Objetos perdidos’ pero no lo tenían. Desanimado fue a la oficina de Yoochun quien lo recibió con su acostumbrada sonrisa aunque no logró animarlo esta vez. Sin decir nada le extendió su trabajo.

- Aun no es lo que busco- suspiró decepcionado, Junsu a penas lo miró, ya se lo esperaba- tienes que creértelo, ¿cómo piensas llegar a los corazones de las personas si ni siquiera te conmueve a ti?, no lo estás sintiendo- le dijo serio.
- Esta bien, volveré a intentarlo- asintió Junsu poniéndose de pie.
- Espera, si te vas con esa cara, ¿crees que yo me sentiré feliz?- le detuvo sorprendido.
- Lo siento, no es por ti- se apresuró a disculpar- ha sido un día difícil y acabo de perder algo importante, un regalo de cumpleaños- explicó- en realidad ese día que fuimos a comer era muy cumpleaños.
- Ya veo, sabes, ya no tengo nada que hacer, ¿qué te parece si escoges algo?- sugirió sonriente- y podrás contarme porque fue un día difícil.
- Bien- accedió aun cabizbajo.

En el camino Junsu le contó su día mientras Yoochun le escuchaba con una suave sonrisa, le encantaba la voz del menor y sus expresiones al explicar algo que le parecía importante. Finalmente llegaron a la sección de electrónica dentro de la plaza y Junsu se dedicó a mirar todos los mostradores hasta que encontró el reproductor.

- Es este- exclamó feliz señalándolo.
- ¿Estás seguro?- preguntó el mayor inclinándose para mirar lo que señalaba Junsu.
- Si, es el mismo- asintió sonriente.
- Bien, señorita nos llevamos este- dijo dirigiéndose a la empleada quien asintió.
- No, está bien, yo lo pagaré- se apresuró a intervenir Junsu apenado.
- Nada de eso, no pude comprarte nada, será mi regalo- le guiñó un ojo.
- Bien- asintió sonrojado pero cuando vio a la señorita guardando el aparato en su caja una sensación de vacío le invadió- disculpe, pero no lo quiero- dijo triste y sin decir más salió de la plaza.
- ¿Qué sucede?- preguntó Yoochun alcanzándolo- ¿no era el mismo?
- Si era, pero el sentimiento no es el mismo- explicó cabizbajo.
- ¿El sentimiento?- le miró sin comprender.
- Es el primer regalo que me da Junho- murmuró- y lo perdí.
- ¿Fue regalo de Junho?- preguntó ahora molesto, el menor asintió.
- Yo…, lamento haberte hecho perder el tiempo- le miró arrepentido haciendo que Yoochun olvidara su enojo.
- No es una pérdida de tiempo si puedo estar contigo- confesó tomando su barbilla haciendo que el menor se sonrojara y le mirara desconcertado- ¿te parece si comemos?, aun me debes esos espaguetis- dijo revolviéndole el cabello para suavizar el ambiente y Junsu pareció despertar y miró su reloj.
- Gracias, pero debo ir a mi clase o Yunho me matará- se disculpó inclinando un poco la cabeza.
- ¿Yunho?- le miró con curiosidad.
- Gracias por todo- volvió a hacer una inclinación con la cabeza.
- Espera, te llevaré- así aprovecharía para ver en dónde trabajaba el dichoso Yunho.
- ¿No es mucha molestia?- le miró inseguro, ya sabía que su presencia no le molestaba al mayor pero aun no se acostumbraba a tanta amabilidad.
- Nada de eso, vamos- le rodeó los hombros y lo guió a su auto.- ¿Cómo está Junho?
- Bien, obsesionado con la limpieza como siempre- entrecerró los ojos inflando sus mejillas y a Yoochun le costó trabajo recordar que estaba manejando y debía mantener la atención al frente- dice que no pasará la noche en casa por el trabajo, será raro llegar y no escuchar sus quejas- se encogió de hombros.
- Que bueno que se llevan bien- comentó divertido ganándose un puchero del menor.
- Aquí es- señaló el edificio donde se encontraba la academia para después mirar su reloj- Vaya llegamos temprano, todavía no termina su clase- suspiró bajando del auto seguido de Yoochun.
- ¿Crees que le moleste si veo su clase?- preguntó interesado mirando la puerta.
- Para nada, al contrario le gusta tener visitas- sonrió animándole a entrar- mientras me iré a cambiar- y con su mochila al hombro se perdió por una puerta.

Yoochun suspiró y después de saludar a la señorita que estaba detrás del escritorio entró al salón donde se estaban impartiendo las clases. Realmente no esperaba lo que ahora estaba mirando, los movimientos de Yunho eran fluidos y precisos. Muy al contrario de lo que esperaba Yunho era excelente, y tenía lo que a muchos que solamente alardeaban…, creatividad, originalidad y sobre todo pasión. Bien, lo tendría en mente si necesitaba un coreógrafo, le gustaba contratar siempre lo mejor de lo mejor para presentar trabajo de calidad. Sonrió complacido pensando que Junsu no podía haber caído en mejores manos tratándose de su carrera artística. Fuera de eso, Junsu sería sólo suyo. Aun sonriendo, se dio la vuelta completamente consciente de que Yunho le había visto.

- ¿Te vas Chunnie?- volteó a ver a Junsu que ya se había cambiado, vistiendo un pants gris y una camiseta sin mangas negra, con una toalla en las manos.
- Si, ya vi suficiente- sonrió revolviéndole el cabello- además, pronto comenzará tu clase- agregó viendo salir a varios chicos.
- De acuerdo, gracias por todo- le sonrió tiernamente.
- Nos vemos después- y con un movimiento de la mano se despidió saliendo del edificio.
- ¿Por qué lo trajiste?- Junsu volteó sobresaltado.
- Quería ver tu trabajo- se encogió de hombros.
- Si, claro- bufó sarcástico- no me agrada.
- Yunnie, nadie lo hace- rió divertido.
- Tú me agradas- aclaró rodeándolo con sus brazos.
- Vamos- sin más se soltó para entrar en el salón.





- ¿Te importa si pasamos antes a mi trabajo?
- ¿También trabajas?- le miró sorprendido.
- En una cafetería, el dueño es el mejor chef que conozco- asintió orgulloso.
- ¿Y crees que le gustaría un poco de ayuda extra?- preguntó dubitativo, llevaba tiempo buscando un trabajo adecuado para él.
- Seguro, si quieres podemos preguntarle ahorita- sonrió señalando el local.
- Mejor otro día, prefiero terminar primero el trabajo- se apresuró a negar un poco nervioso.
- Bien, seré rápido- dijo tranquilizador- ya le había dicho que no podía venir hoy- explicó abriendo la puerta- pero aun así me pidió que viniera después de clases.

Changmin miró alrededor, parecía un lugar agradable y tranquilo. Perfecto para él.

- Hyung, ya llegué- anunció acercándose a la barra- sabía que no podías vivir sin mi- bromeó.
- No te hagas el importante conmigo- le riñó serio saliendo de la cocina con tres platos para volver después de depositarlos en la mesa correspondiente.
- Él es Changmin- presentó a su amigo divertido.
- Mucho gusto, me gustaría platicar pero tengo otras mesas que atender- se disculpó aun serio- toma- le dio unas bolsas que estaba detrás de la barra.
- Espero que comas de todo- dijo con ternura dirigiéndose a Changmin.
- Hyung, no debiste molestarte- le miró conmovido después de ver que se trataba de comida.
- Nada de eso, deben alimentarse bien para estudiar- explicó- además, lo descontaré de tu sueldo- la sonrisa de Junsu se borró- sólo bromeo, fue por estar de presumido- agregó infantilmente sorprendiendo a Changmin.
- Gracias, hyung- le abrazó feliz- intentaré venír el fin de semana.
- Ya, está bien, ahora vayan- dijo Jaejoong haciendo que lo soltara.
- Nos vemos Jae- asintió Junsu sonriente.
- Hasta luego- dijo Changmin haciendo una reverencia de cabeza para salir detrás de su amigo- ¿estará bien solo?- preguntó preocupado, no había visto a nadie más ahí que pudiera ayudar al mayor.
- Descuida, se las arregla bien- se encogió de hombros- es un terco, no quiere contratar mucha gente, le gusta hacer las cosas a su manera por eso prefiere tener a pocos en la cafetería.
- ¿Y entonces…- comenzó a preguntar desanimado.
- No te preocupes, le agradaste- le guiñó un ojo.
- Si tu lo dices- suspiró.
- ¿Y por qué no esperaste un poco antes de pensar en hacer tantas cosas?- preguntó Changmin en el camino.
- ¿De qué hablas?- preguntó despreocupado- No podía dejar a Jae y no me arrepiento, es el mejor jefe- sonrió orgulloso señalando la comida.
- ¿Y el baile?, al menos hubierais esperado a acostumbrarte a la escuela- Junsu le miró pensativo- además, ya tenemos baile en la escuela- añadió.
- No es lo mismo- se apresuró a negar.
- Pero quieres ser compositor, ¿no?- le miró como si fuese obvio- ¿para qué necesitas aprender diferentes estilos?
- Me relaja- respondió después de pensarlo un poco.
- Pues esa vez te veías cansado, te quedaste dormido, ¿no?, por eso llegaste tarde- observó.
- Ah,- recordó- me quedé hasta tarde haciendo un trabajo para Chunnie- recordó.
- ¿Chunnie?- preguntó con curiosidad.
- Si, me está ayudando a ser compositor, trabajo haciendo reseñas y cosas así,- explicó- no es mucho y me aconseja para mejorar lo que escribo.
- ¿Entonces tienes dos trabajos?- le miró sorprendido.
- Pues con Chunnie no creo que sea precisamente un trabajo, es mas lo que él hace por mi de lo que yo hago.
- Ya veo
- Hemos llegado- anunció sonriente abriendo la reja. Changmin miró impresionado la propiedad- vamos- le animó divertido tomando su mano guiándolo hasta la puerta de entrada- adelante- abrió la puerta.
- Vaya, es enorme- comentó asombrado.
- Siéntete en casa, serviré la comida- dijo dirigiéndose a la cocina.
- Y tienen un lago- sin poder creerlo abrió la puerta y salió siendo sorprendido por un perro blanco- Pero que…
- Shaki, aquí estabas pequeño travieso- sonrió Junsu apareciendo detrás suyo- vamos, saluda a Changmin.

El pequeño animal se paró frente al joven moviendo el rabo y mirándole con curiosidad.

- Hola- saludó Changmin acariciando su cabeza.
- Vamos, la comida está servida- dijo dirigiéndose al comedor.
- Huele bien- comentó sentándose.
- Adelante, come cuanto quieras- le animó comenzando a servirse.
- Tenías razón, es realmente bueno- su mirada se iluminó al probar la comida- ¿de verdad todo esto lo hace él?
- Si, no acepta mucha ayuda en la cocina- asintió serio.

Después de comer se dirigieron a la habitación de Junsu para comenzar con el trabajo, a Junsu le sorprendió lo bueno que era Changmin en la materia. Lograron terminar pronto así que decidieron ponerse a jugar, a Junsu le encantó la idea de que Changmin también fuera amante de los videojuegos y sin darse cuenta pasaron las horas.

- Wo, es tarde, será mejor que me vaya- dijo Changmin mirando su reloj, sorprendiéndose de la hora.
- Bien- asintió desilusionado, por fin había encontrado con quien jugar videojuegos.- te acompaño a la puerta.
- Muchas gracias por todo- dijo bajando las escaleras seguido por Junsu, se dirigían a la puerta cuando esta se abrió.
- Hermano- sonrió Junsu corriendo a saludarlo.
- Hola- saludo sorprendido de verle tan alegre recibiéndolo pero a la vez feliz, hasta que reparó en la presencia de un joven alto y moreno.
- El es Changmin- explicó al seguir su mirada- un compañero de la escuela, estábamos haciendo un trabajo de la escuela.
- Ya veo- sonrió- ¿terminaron?- dejó sus cosas en la sala.
- Si, en realidad era muy sencillo, fue rápido- respondió Changmin despreocupado.
- Que bueno- asintió el mayor.
- Bueno, me voy- agregó dirigiéndose a la perta.
- Mucho gusto en conocerte- dijo Junho haciendo un ademan con su mano.
- Al contrario- hizo una inclinación de cabeza.
- Prometo hablar mañana con Jae- dijo Junsu en la puerta.
- Te lo agradecería mucho.
- No te preocupes- movió la mano restándole importancia.
- Entonces nos vemos el lunes.
- Adiós- Junsu permaneció en la puerta hasta que Changmin desapareció- ¿tienes hambre?, te guardamos comida, la preparó Jae- se dirigió a la cocina.
- Si, gracias- se dejó caer en el sofá.
- ¿Cómo estuvo la grabación?- preguntó mientras servía la comida en un plato.
- Trabajamos hasta la madrugada, estoy exhausto- se llevó una mano a la cabeza.
- Anda, come para que puedas dormir- le aminó poniendo el plato sobre la mesa.
- Gracias Junsu- le miró realmente agradecido comenzando a comer.
- No es nada- negó desviando la mira al sentir que se sonrojaba.
- ¿Y de que era el trabajo?- se había prometido interesarse más en su vida y dio paso a una divertida conversación.

1 Comentarios:

  1. ahhhhhhh que lindo me encanta mi lindo junsu ah que cute y micky que caballeroso es y lindo y jae ahhhhhhh sigo diciendo que sexy cafetero bababa jajaja continualo pronto ^_^

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