Xiahtic! Cap.5. T (te)

5. Té(t)

*Nota: Todos los Super Junior son los bar-tenders o personal en general de Beautiful Extasy. Heechul es el dueño (por si lo habíamos olvidado XD).

Habían pasado algunas semanas. Nada había pasado. Junsu seguía asistiendo a clases y a trabajar por las noches. Yoochun seguía tratándolo de maravilla, enamorado de él sin que éste siquiera lo sospechara; Yunho por su parte ya había superado el rechazo del menor y continuaba con sus estudios, dispuesto a encontrarse un “verdadero amor” que sí le correspondiese. Jaejoong continuaba con su comportamiento de omma y sus clases vespertinas de cocina aunque al resto seguían pareciéndoles innecesarias.

Sólo Changmin estaba más al margen de todos que de costumbre. Hablaba menos, comía menos y procuraba evitar cualquier cercanía de menos de cuatro metros en torno a Junsu. Algo se había revuelto en su interior, no sabía qué. Saber el mayor secreto de Junsu y estar consciente de ser el único que lo sabía no lo hacía sentir tan bien como pensaba. Ni siquiera se sentía con ventaja en contra de Junsu. Y sin embargo, cada vez que Yoochun estaba cerca del castaño, Min no podía evitar sentir celos. El problema era que ya no estaba muy seguro de quién los sentía. Prefería alejarse de esos dos cada vez que los veía juntos y tenía la oportunidad de huir, de lo contrario sacaba un libro, encendía la televisión o hacía cualquier cosa que pudiera distraer su atención de mirar al YooSu. Lo que más le fastidiaba era que Junsu no se hubiera dado cuenta de las intensiones de Yoochun, mismas que cada día eran más y más evidentes. Por fin un día no lo soportó más.

Junsu había ido a la cocina por algo dulce para comer mientras terminaba sus deberes. Era domingo y Jaejoong lo había consentido comprando su helado favorito el día anterior. Yunho se había ido al gimnasio con Jaejoong, Yoochun había salido a caminar y Changmin había ido a comprar unos libros, por tanto el departamento estaba solo. Junsu había aprovechado la ocasión para estar en pants, camiseta de tirantes y pantuflas, y había puesto la música de su lap-top a todo volumen. Gracias a esto último no escuchó la puerta cuando estaba en la cocina. Yoochun había vuelto de su paseo y entraba al departamento, secándose la frente con una toalla, al mismo tiempo que Junsu salía de la cocina, con el plato de helado en una mano, lamiendo la cuchara que sostenía en su otra mano, mientras tarareaba algo. El mayor se relamió al mismo tiempo que él, y no por el helado. Miró el pasillo de las habitaciones y pudo sentir el vacío que la ausencia de los otros tres causaba. Sonriendo se decidió a atacar.

-Ron wey, ron wey, ron wey…(Long way, long way, long way) – tarareaba el menor en su mal inglés. Yoochun caminó detrás de Junsu y se esperó a que el menor tomara con su cuchara un poco más de helado para robársela. Junsu volteó a verlo y sonrió con inocencia.
-Hola, hyung. No te escuché llegar. ¿Me puedes devolver la cuchara, por favor?
-No-oh~.
-Anda~
-Mejor abre la boca. Grande.
-Está bien. Aah~

Junsu abrió la boca y Yoochun introdujo la cuchara. Junsu cerró los ojos, saboreando el helado, momento que aprovechó Yoochun: en cuanto retiró la cuchara de la boca del menor, pegó los labios a los suyos. Junsu abrió los ojos de golpe, se alejó y tragó el bocado de helado, despacio.
-Hyung, ¿qué…?
-No te voy a morder, Junsu. Ven.

-¿Eh? –el menor siguió retrocediendo, confundido. Sus piernas chocaron con el borde del sillón, se doblaron y perdió el equilibrio. Yoochun lo sostuvo por la cintura con un brazo y lo levantó, acercándolo hacia él. Junsu no cabía en su propia sorpresa, mirando cómo Yoochun lo veía con los ojos entrecerrados mientras acariciaba ligeramente su cintura con sus dedos, uno de ellos colándose debajo de su camisa, su brazo aún pasando por su espalda, rodeando su cintura. Tragó saliva, su respiración pesada por los nervios y el temor mientras Yoochun poco a poco empezó a inclinarse hacia él…


Changmin llegó al departamento y entró a la sala, buscando la fuente de la música tan fuerte para apagarla, justo en el momento en que Yoochun se disponía a besar a Junsu. El moreno dejó caer su mochila, produciendo un golpe seco contra el piso, lo suficientemente fuerte para romper el encanto del momento. Yoochun se detuvo y Junsu aprovechó para zafarse de él, tomando su plato de helado y su cuchara con manos temblorosas para salir corriendo hacia su habitación. Yoochun lo siguió con la mirada hasta que la silueta de Changmin se atravesó en su campo de visión.

-¿Te diviertes?
-¿Disculpa?
-Pregunté que si te diviertes, Yoochun.
-Sí entendí la pregunta. Pero no entiendo a qué te refieres. Y no me hables con ese tono, que a pesar de lo que tuvimos sigo siendo tu hyung.
-Lo que tuvimos. A eso me refiero. Buscas exactamente lo mismo con Junsu, ¿no es así?
Yoochun frunció el ceño.
-¿Lo mismo?
-Sólo te atrae su inocencia. Una vez que se la robes te aburrirás de él. Igual que hiciste conmigo.
-¿Te golpeaste con el marco de la puerta al entrar, Changmin? Yo no te dejé. Tú me dejaste a mí.
-¿Y te preguntaste alguna vez el por qué? Porque sólo me veías como un divertido juguete. Cuando se me acabó la inocencia que me quedaba comprendí que sólo me querías para tener sexo, para divertirte con mi sorpresa cada vez que me tocabas, con mis negaciones cada vez que me masturbabas o me penetrabas…
-¡Changmin!
-¡Dime que no es cierto! No has cambiado en nada Yoochun. Quieres experimentar lo mismo con Junsu.
-Eso no es verdad.
-No mientas. Te enciende ver lo ingenuo que es, pude notarlo justo ahora, morías por hacérselo aprovechando que estaban solos, ¿y sabes por qué? Porque su cara de terror te alborota las horm-

Yoochun le soltó un golpe seco en la boca, con la palma abierta, haciendo que la cabeza del menor se echara hacia atrás. Jadeaba, molesto. Changmin abrió los ojos cuando la sensación caliente del golpe se volvió fría, después de unos segundos.
-Si no fuera cierto – dijo, limpiándose la sangre con el reverso de la mano, - no me habrías golpeado, imbécil. Deja en paz a Junsu…
-¿Ahora lo defiendes? ¡¿Tú?!
-¡No permitiré que le hagas lo mismo que a mí! – gritó, empujándolo con todas sus fuerzas, tirándolo al suelo, - Si descubro que lo violaste como a mí, ¡te juro que te mato, Park Yoochun!
Yoochun se levantó cuando Changmin desapareció detrás de la puerta de su habitación. ¿Estaba loco? No lo había violado. Lo había seducido, sí, pero la primera vez que lo hicieron ambos estaban perfectamente conscientes de lo que hacían, y cuando notó que Min tenía miedo tuvo más cuidado y lo trató con más cariño. ¿Entonces por qué actuaba así? ¿Era un ataque de celos? ¿Rencor? Yoochun no entendía nada. Fue hacia su habitación y luego se metió a bañar con agua fría, dispuesto a olvidar todo lo que acababa de suceder en la sala.

Cuando el YunJae regresó al departamento podían sentir el ambiente pesado. Jaejoong fue a la sala y apagó la laptop de Junsu, fue a su cuarto y tocó la puerta para regresársela pero el menor no abrió, así que la dejó frente a su puerta. Durante la cena Changmin no salió de su habitación y los otros dos se mantuvieron en silencio, ni siquiera alzaban la mirada. Ignoraba que había pasado entre los donsaengs pero Jaejoong podía cortar la tensión del aire con un cuchillo. Terminada la cena los dos donsaeng se fueron a sus respectivas habitaciones. Jaejoong se puso a lavar los platos mientras Yunho le ayudaba a recoger lo que quedaba en la mesa.

-Yunho, ¿puedes llevarle su cena a Changmin? Me sorprende que no haya salido a comer, su actividad favorita en el día.
-Está bien.
Yunho sirvió en un plato una generosa ración de sopa, en otro guisado y en otro los tallarines, para llevarlos en una charola a la habitación del menor. Golpeó la puerta tres veces con el pie.
-Soy Yunho hyung. Traje tu cena.

La última era la palabra mágica. Changmin abrió la puerta pocos segundos después. Yunho lo miró y notó su mentón un poco hinchado, una mancha amoratada en su barbilla y algo de sangre seca en la comisura de sus labios.
-¿Qué te pasó?- Yunho entró en la habitación sin hacerse invitar, dejó la charola en el escritorio y se acomodó los lentes para examinar la herida de Changmin. El menor se dejó revisar y posteriormente curar.
-Ya está. Ahora dile a hyung, ¿con quién te peleaste? ¿Con Yoochun?
Changmin guardó silencio, mirando a otra parte.
-¿Si fue con él, verdad? ¿Por qué?
-¿Cómo lo sabes?
-Porque no saliste a comer y Junsu sí, además tu silencio lo dice todo. Ahora dime, ¿por qué pelearon? Dime lo que sea, puedo guardar un secreto mejor de lo que parece.
-Porque…-Changmin tragó saliva, - Porque me siento incómodo cada vez que lo veo cerca de Junsu.
-¿Así que ahora te está gustando Junsu?
-No…lo que estoy diciendo es que…de alguna manera no soporto verlos juntos.
-Hummm…¿son celos hacia Junsu, por estar con tu ex novio?
Changmin lo pensó.
-No estoy seguro – dijo por fin.
-¿Quieres estar cerca de uno de ellos y hablarle como el otro lo hace?
Min asintió, dudoso.
-¿Quisieras tocarlo también?
Changmin tragó saliva y desvió la mirada. Yunho rio.
-Te entiendo. Yo pasé por lo mismo con Junsu al principio.
Changmin lo miró, sorprendido.
-Pensé que no lo iba a superar, pero…pronto olvidé el asunto y ahora estoy feliz siendo su hyung.
“Me sorprende, sin embargo, que no haya rechazado a Yoochun, si es que lo acosa tanto como para despertar esos celos en Min”, pensó Yunho.

-¿Qué debería hacer entonces, hyung?
-Aceptar tus sentimientos.
-¿Eh?
-Acéptalos, ¿o acaso no es propio del orgulloso y egoísta Shim Changmin enamorarse? Si alguien está cortejando a la persona que uno ama, es natural sentir celos, ira, es parte de la naturaleza humana.
Changmin lo consideró unos segundos.
-Luego me cuentas cómo te va con el resultado – sonrió Yunho, dándole palmadas en la espalda a Min antes de levantarse, - cena pronto, que se enfría y Jae se enojará si tiene que calentártelo – añadió antes de salir del cuarto.
Changmin se sentó frente al escritorio y tomó la cuchara, pensativo aún. ¿Aceptar sus sentimientos? ¿Era lo mismo que confesarlos?


***

A la mañana siguiente, lunes, Junsu creyó haber soñado muchas cosas. Una de ellas era que Yoochun lo besaba. Otra que era Changmin quien lo besaba. Pero la peor era que sonaba su despertador. Cuando despertó se dio cuenta de que sí había sonado y que ya era tarde. Se levantó de un salto, medio se vistió y salió al baño a medio peinarse, lavándose los dientes mientras se metía los zapatos a pisotones. Probó el desayuno que estaba en la mesa, dispuesto por Jae hyung, agarró un jugo del refrigerador y salió corriendo hacia la estación de camión. Aunque el camino hacia la escuela tuvo pocos autos en el camino y ningún semáforo en rojo, Junsu llegó casi a la mitad de la clase. Changmin lo vio entrar y negó con la cabeza.

-Señor Kim, ¿se da cuenta que llegó 25 minutos tarde? – lo cuestionó el profesor.
-Sí, profesor. Discúlpeme –Junsu inclinó la cabeza a modo de disculpa.
-Lo dejaría pasar…si fuera la primera o segunda vez, pero ya van más de tres veces.
-Sólo hay una manera de corregir ese mal hábito suyo. Deje sus cosas en su escritorio y pase al frente.

Junsu obedeció, dejando su mochila en el escritorio al lado del de Changmin y luego pasó al frente. Apoyó las manos en el pizarrón y se inclinó ligeramente. El profesor tomó el metro de madera y comenzó a azotar su trasero con él. Las chicas protestaban, algunos chicos se burlaban, mientras Junsu apretaba los párpados y los dientes, aguantando el castigo. Changmin observaba, apretando cada vez más los puños. “Tiene un trasero voluminoso”, pensó Changmin. Ya lo había notado mientras bailaba sobre la barra, pero… cerró los ojos con fuerza, intentando apartar la imagen de su mente. Mientras seguía escuchándose el “taz-taz” del metro al impactarse contra el trasero de Junsu. El profesor contó hasta diez y luego lo dejó irse a sentar. Junsu regresó a su escritorio y se sentó, adolorido pero procurando que no se notara. Min lo miró de reojo. Sentía su corazón palpitar y la respiración congelada en la garganta, igual que en el Beautiful Extasy. Tragó saliva y se concentró en el libro que tenía enfrente, intentando borrar la sensación.

Por fin llegó el descanso, seguido de las clases posteriores a éste. Junsu ni se intentó acercar a él, afortunadamente. Por fin sonó la campana que anunciaba el fin del día escolar. Changmin se puso a guardar sus libros en su mochila cuando lo llamó el profesor titular.

-Necesito que le des asesorías a Kim.
-¿Kim? ¿Kim Junsu?
-Precisamente. Se está retrasando y necesito que alguien lo asista de entre los alumnos. Tú eres el más brillante, además entiendo que viven en el mismo departamento, así será más sencillo.
¿Más sencillo? ¿Para quién? No, internamente Changmin se negaba rotundamente.
-Es una orden, Shim. No me obligue a amenazarlo con bajar su calificación si no le ayuda…
-No será necesario, profesor. Le ayudaré a Kim con sus tareas.
-Así se habla. Puede retirarse.

Changmin regresó al salón y tomó su mochila. Vio a Junsu dirigiéndose a la puerta.
-¡Yah, Kim Junsu! –le gritó. El castaño se detuvo y volteo a verlo, -El profesor me pidió que te diera asesoría, así que vamos poniéndonos de acuerdo a qué hora será.
-¿De verdad vas a darme asesoría, Shim? ¿Tú a mi?
-Es orden del profesor, no es por gusto.
-Entonces no me des nada.
-¡Yah!

Changmin caminó hacia él, alcanzándolo en el pasillo.
-El profesor está interesado en que apruebes el año escolar, y yo soy el único que puede ayudarte, así que…
-¿Te amenazó, verdad? Está bien, me ayudarás con mis tareas.
-Bueno, vamos a hacerlas entonces.
-¿Aquí? ¿En la escuela?
-Claro. No tengo ganas de entrar a tu cuarto ni de que tú entres al mío, y el resto del departamento está lleno de ruido de los hyung, así que mejor hagámosla aquí .
Salieron al patio y Changmin se sentó en el piso. Junsu se sentó frente a él y sacó sus libros de los deberes. Changmin había creído que sería difícil, pero Junsu probó ser más inteligente de lo que aparentaba. Pronto terminaron con la tarea de gramática y la de geografía. La de cálculo costó un poco más, pero pronto terminaron.

-Vámonos ya, muero de hambre.
Changmin se levantó y se estiró. Junsu se levantó también y empezaron a caminar hacia la salida. En eso el tirante de la mochila de Junsu se desgarró y la bolsa cayó al suelo. Junsu se agachó a recogerla e intentó cargarla pero sólo hizo más grande el agujero y algunos libros y útiles cayeron al piso también. Changmin ya iba más delante de él y apresuró el paso cuando vio el autobús cerca de la parada.

-¡Apúrate, Junsu! –le gritó Changmin. Al ver que no llegaba volteó hacia él, - ¡Junsu! ¡Aish!
El castaño recogió sus cosas, cargando todo entre sus brazos, contra su pecho, y corrió hacia Changmin. Luego corrieron juntos hacia la parada, pero el camión ya estaba empezando a alejarse de ella.
-¡Espere! –gritó Junsu. Ya era tarde.
-Aish, ahora tendremos que esperar una hora a que pase otro camión y nos lleve a casa.

Junsu miró a otro lado. No era su culpa y sin embargo Min lo hacía sentir culpable. Suspiró y se sentó en la parada, aprovechando para acomodar bien sus útiles y cargarlos más cómodamente. Changmin se sentó también, manteniendo la distancia. Sacó una barrita que siempre traía para las emergencias y empezó a comerla mientras esperaban al próximo camión.


Ya que por fin se encontraron de vuelta en el departamento, Junsu desapareció en su habitación. Changmin iba a hacer lo mismo cuando Jaejoong lo interceptó en el pasillo.
-¿Pasó algo? ¿Por qué llegaron hasta ahora los dos?
-No fue nada, hyung.
Jaejoong lo miró, incrédulo, pero no dijo nada.
-Bueno. La cena es en tres horas. Adelanta tareas o algo mientras tanto – sonrió y fue a la cocina.
-Aja.

Changmin iba ya a entrar a su habitación cuando lo llamó Yunho.
-Changmin-ah….
Ahora qué…
-¿Todo bien? – el mayor se acercó a él.
-¿Por qué no habría de estarlo?
-Pues porque tú y Junsu acaban de llegar de la escuela. ¿Qué les pasó?
Genial, primero el interrogatorio de omma y ahora el de appa.
-Nada, solo que…
-¿Qué?
-Solo que el profesor me obligó a ayudarle a Junsu con sus materias porque se está retrasando.
-Aja… ¿y por eso pelearon y estás tan molesto?
Changmin lo miro, enfadado.
-¿Por qué tengo que enseñarle yo?
- Está bien, viéndolo desde tu punto de vista, ¿qué le falta a Junsu para que te haga pasar tan malos ratos?
-No es mi culpa que sea medio tonto y bastante lento.
-Min, tienes que aprender a soportar las imperfecciones de los demás – Yunho se quitó los lentes y los limpio con la orilla de su manga izquierda, -Bueno, te dejo que lo medites. Nos vemos en la cena – Yunho se fue a su habitación y Changmin por fin logró entrar a la suya.

Cenaron como siempre, excepto que Yoochun se mantenía en silencio. Luego Changmin se fue a ver la tele mientras Yoochun lavaba los platos (era su turno), Yunho estudiaba en su habitación, igual que Junsu y Jaejoong tomaba un baño. Poco después llegó Junsu a la sala. Iba a sentarse pero se detuvo al ver a Changmin.

-Perdona, no sabía que estabas aquí…
Changmin dejó el control de la televisión en la mesa y se levantó, dispuesto a irse como siempre que Junsu llegaba a donde sea que él estuviera del departamento o la escuela.
-Yah, entiendo que no me soportas. Así que no tienes que huir siempre que yo estoy cerca. Puedo alejarme si así lo prefieres, no hace falta que siempre salgas corriendo con tu carota de asco y desprecio. Prefiero irme yo – y Junsu salió de la sala y se fue a su habitación.

Changmin se dejó caer en el sillón, meditabundo, golpeando su muslo ligeramente con el control de la televisión. Encendió la tele pero no le prestó demasiada atención, ocupado en analizar sus pensamientos, sus sentimientos hacia Junsu. Así pasó varias horas, sentado, solo en la sala. Pronto dieron las once y escuchó el ya cotidiano sonido de los calcetines del niño pato deslizarse por el pasillo, seguido por el sutil sonido de la puerta al cerrarse. Miró el televisor unos segundos, fingiendo no haber escuchado. De pronto sonaron en su mente las palabras de Yunho “Deberías de aceptar tus sentimientos…”

-No es que algo le falte a Junsu, - se dijo, en voz baja, apagando el televisor, - sino algo que me falta a mí.
Se levantó, dejando el control sobre el sillón, fue por una chamarra y unos tenis a su habitación y salió corriendo fuera del departamento.


Haciendo esfuerzo de memoria llegó de nuevo a la calle del Beutiful Extasy. Se acomodó la chamarra, la cerró bien, acomodó su cabello hacia atrás y respiró profundo. Nuevamente hizo fila para entrar, mostró su identificación esta vez y entró hasta la barra. Junsu estaba ocupado sirviendo bebidas a unos metros de él, Min lo observaba mientras bebía un refresco que le pidió a otro de los bar-tenders. Para entretenerse y calmar los nervios que su decisión le causaban miró a su alrededor. Muchas parejas, heteros y homos, bebían, conversaban, se abrazaban. Otros bailaban en su sitio. Los bar-tenders se afanaban sirviendo bebidas por toda la barra mientras coqueteaban con algunas clientas. En las mesas algunos comían y bebían, otros solo bebían. Al fondo pudo distinguir, sentado en un gabiente, al dueño del lugar, conversando con dos de sus más fieles trabajadores. Casi logra controlar sus nervios de no ser por la voz de Junsu que se escuchaba, no muy lejos. Para colmo estaba tarareando esa canción…

“Puedo enseñarte, pero hay un cobro, di que me quieres, baby, eres mía. Puedo enseñarte pero hay un cobro baby…”

Changmin no se había dado cuenta, pero estaba tarareándola también.
“… ésta, mi fantasy, te sentirás aún mejor, beautiful extasy, tu corazón al compás del de mi corazón, no te resistirás más, it’s magical (es mágico)…”

Lo notó cuando una chica empezó a hacerle coro y le sonrió.
-¿Trabajas aquí?- le preguntó.
Changmin la ignoró y miró a otro lado, dándole un trago a su refresco, rogando ocultar el sonrojo que sentía arderle en las mejillas. Escuchó la risa de Junsu justo cuando estaba dando otro trago y casi se ahoga. Calma, Changmin, ¿por qué te pones tan nervioso? Son sólo unas simples palabras…

Pronto cambiaron las luces y empezó la tonada de la canción de Junsu. Los bar-tenders saltaron sobre la barra y empezaron a bailar. Pronto, según Changmin recordaba, sería el turno de Junsu de aparecer en la barra y bailar también. Recordar esos movimientos, cómo movía su cadera, cómo el pantalón blanco delineaba su trasero de pato y, con algunos movimientos, se podía adivinar la silueta de su hombría… Changmin sintió como una gota de sudor frio le escurría de la frente y caía sobre su mano. Se echó aire con la mano y se empinó el vaso de refresco, dejando que los hielos tocaran sus labios. ¡Calma tu calentura, Changmin, con un demonio!

Cuando volvió a mirar a la barra, Junsu saltó para subirse. Pero justo cuando Junsu puso los pies en el mármol, la luz se fue en todo el local. Junsu miró hacia arriba, helándose, igual que todos los bar-tenders, aunque de pronto se habían quedado ciegos en la total oscuridad. Una ola de gritos sorprendidos recorrió el lugar.

-¿Qué pasó? – se escuchó la voz de alguien.
-¡Nadie se mueva!
-Dicen que es un apagón – mencionó alguien más.
Pronto la gente empezó a moverse, al contrario de lo que se les pidió, un poco alterada. Changmin podía sentir como distintas figuras pasaban rozándole los brazos y la pierna, a empujones pronto.
-¡Alguien abra la puerta! ¡Me ahogo! –gritó una mujer.
-Querida, cálmate, no hagas una escena ahora – la reprendió quien seguramente era su marido.
-HaeBin, ¿dónde estás?
-¿Alguien ha visto a Seunhyun?
-¡Donghae ven acá!
-¿Dónde estás?
-Kangin, ¡abre la puerta!
-¡No veo nada!
-¡Dejen de moverse! ¡Cálmense!-exclamó Changmin entre el alboroto.
- ¿Qué está pasando? ¿Qué está pasando? La electricidad no regresa…
-¡Alguien abra esta maldita puerta!
-¡Kangin!
-¡Mi cartera!
-¡Aquí está!
-¡Yesung, ve por una lámpara!
-Alguien ayúdeme a encontrar a mi novia…
-¡Eunhyuk! ¿Dónde estás que no te veo? Aquí está la lámpara.
-Perdón, pisé a alguien…
-¡Ay!
Unas cuantas lucecitas aparecieron entre el tumulto, en las manos de los bar-tenders.
-¡Aquí ya aplastaron a alguien!
-¡Calma, sólo se le bajó la presión!
-¡Carajo, alguien abra alguna maldita puerta!
-¿Xiah?
-¡YonHyun me dejaste sola! ¡Hijo de…!-empezó a llorar alguien.
-¡Cálmense todos, por favor! –gritó Heechul.
-Aaah, todos gritan, se empujan, qué pánico, qué pánico…
-HaeBin, ahí estás…
-¿Alguien ha visto a Xiah?
-¿Xiah?
-Alguien vaya a cambiar los fusibles…
-¡Dónde está Kyuhyun!
-¡Pásame una lámpara!
-Señor, ayúdeme…
-¡Acá estoy, jefe!
-¿Xiah?
-¡Xiah!
-¡Ya abrí la puerta!
-¡Xiah!
-Ya es tarde y esto no se soluciona…
-¡Jefe!
-¿Dónde estás, Xiah? ¿Junsu?
-¿Cómo que Junsu?
-Junsu yah~

Changmin se heló cuando alcanzó a escuchar entre el barullo que buscaban a Junsu.

-¡Junsu!
-¡Junsu!
-¡Yo me puedo ir sola, gracias!
-¡Junsu yah!
-¡Ya me voy a mi casa!
-¡Junsu!
-¡Todos guarden silencio!
-¡Espérame!
-¡Sigan las lámparas, despacio!
-¡¡JUNSU!!

Changmin caminó entre la gente hacia donde escuchaba a los bar-tenders hablando de Junsu.
-A ti se te perdió, ¡estaba junto a ti!
-¡No soy su niñero!
-¡No puedo encontrarlo!
-¿Que se perdió Junsu?
-No se perdió, sólo no lo encuentran.
-Búsquenlo en los vestidores. ¡Corran!
-¿Alguno alcanzó a ver a dónde se fue?
-No.
-Ni idea.
-Estaba junto a mí cuando se fue la luz.
-¿Y si se cayó atrás de la barra?
-Ya lo habríamos pisado.
-Alguno de ustedes use el cerebro – gruñó Heechul.
-¡No está en los vestidores, ni en los baños!

En eso volvió la luz. Todos cerraron los ojos, algunos se cubrieron con la mano.

-¡Díganle al idiota que cambió los fusibles que avise! –gritó Heechul.
-¿Quieres que organice un equipo de búsqueda?
-No, Siwonie. Vayan a buscarlo individualmente. No debe estar lejos –respondió el jefe.

Changmin se alejó de ellos en cuanto pudo ver con normalidad en la nueva luz y corrió hacia donde leía que decía “sanitarios”. En efecto, Junsu no estaba en ninguno de los cubículos. ¿Y si se había equivocado en la oscuridad? Entró al baño de chicas. No había nadie ahí tampoco. Se talló la cara con las manos, empezando a frustrarse, y salió de nuevo. El bar ya se estaba vaciando, sólo los bar-tenders seguían adentro, en su bolita pensando dónde estaría el bailarín estrella. Dando grandes zancadas Min llegó hasta donde estaba la puerta bajo el letrero de “Sólo personal autorizado” y entró, importándole poco el anuncio. Buscó en todos los pasillos detrás de esa puerta, en todas las pequeñas habitaciones, todas vacías. Llegó a donde decía vestidores y entró.

-¿Kim Junsu?

No estaba. Salió de los vestidores y fue hacia la última puerta. Esta daba a la calle, era la entrada-salida trasera. Buscó a Junsu por todo ese callejón hasta llegar a la calle por la que había llegado al bar. El castaño no estaba por ningún lado.

-¡¡JUNSU!! –el grito de Changmin se unió al de los bar-tenders que lo buscaban con sus lámparas.

Una disculpota por publicarlo hasta ahorita u.u este fic sufrio una crisis de atascón y no encontraba cómo continuarlo, pero ya por fin tengo toda la idea en mi cabeza, ya podré seguirlo yaaay!!!

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