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Arualthings

Dreams on fire - Capítulo 1

I. La hora solemne.

Su hermosa segunda esposa cubrió sus ancianas piernas con una cobija de la mejor lana tejida en el pueblo. Se sentía cansado, los años no pasaban sin dejar su huella, solían decir. Nunca había sentido el palacio tan vacío. ¿Cuántos años habían pasado ya? No estaba seguro de cuántos, pero estaba seguro de que, hacía más de dos o casi tres décadas, ése mismo día en el que él ahora se encontraba mirando la atracción más resiente, los fuegos artificiales, la peor de las tragedias había ocurrido. Sí. Su mente de anciano le podía jugar muchas bromas, cambiando hechos por otros, o mezclándolos. Pero, al parecer, aquello que había ocurrido hacía tanto con su propia familia, había dejado una marca tan profunda que ni los años habían podido disfrazarlos como a sus demás recuerdos, ya no se diga borrarlos.
- ¡Miren los fuegos! ¡Los fuegos!
Podía escuchar a lo lejos a los sirvientes mirando el espectáculo de luz y color que se desplegaba en el cielo en ese momento. La última vez que había escuchado la palabra “fuego”, el ambiente estaba lleno de todo menos de esa inocente alegría que sentía ahora.
- Mi señor – susurró la mujer al verlo doblarse con su rostro entre sus manos, y se acercó a él, - Las estrellas brillan mucho, no está solo hoy, mi señor.
- Déjame solo – jadeó. Estaba por darle un ataque de tos otra vez. Ella comprendió que lo mejor era dejar solo al viejo rey. Era uno de sus momentos de nostalgia para los que nadie podía ayudarle más que los propios recuerdos.
Su esposa se alejó del balcón. Ojalá se hubiera llevado con ella la pesadilla también. La pesadilla en la que todos sus sueños habían sido cubiertos de fuego y dolor. Era como si sus manos, al mirarlas, perdieran todas esas arrugas y cicatrices; como si su rostro, al tocarlo, volviera a rejuvenecer, a perder pelo y ganar vida, y como si esos ojos, los mismos que presenciaron tanto sin que él pudiera hacer nada, volvieran a llenarse de luz. Como si volviera a ser el Yunho de antes, el que lo tenía todo…

**

- Mi señor…umm…
- Shh…. No podemos dejar que nos escuchen, mi Jaejoong.
Los labios del príncipe heredero se posaron sobre los de su sirviente, acallándolo, mientras sus manos acariciaban insistentemente su miembro y su cadera.
No era la primera vez que le pedía ir a su habitación ya entrada la noche, y menos para hacer eso precisamente: amarlo. Sentía como lo masajeaba mientras sus labios iban descendiendo desde sus labios hasta su pecho.
- Aaah…. Mi señor…- cubrió su boca con su propia mano, no debía hacer ruido.
Pronto sus pezones ya estaban endurecidos y colorados. Le estaba costando mucho no alzar la voz con cada gemido que sus caricias le hacía emitir. Por fin los labios volvieron a su boca y lo besó con ansiedad, mientras él terminaba de desnudarlo.
- Desnúdame, Jaejoong.
Así lo hizo, ansiando no solo verlo, sino sentir su piel, su carne ardiente contra la suya.
Completamente desnudos, Yunho empezó a moverse, frotando su cadera con la de su capitán y por consiguiente su hombría con la de él. Era delicioso sentir ese roce. Sus cuerpos empezaron a cubrirse de sudor. Sus labios estaban devorándose entre sí. Ahora las manos del capitán estaban impacientes y empezaron a masajearlo: aunque no se lo hubiera ordenado, sabía que quería que lo tocara, y sus gemidos de placer contra sus labios sólo se lo confirmaron. Lentamente descendió sus labios por su pecho, proporcionándole el mismo placer que él le había dado antes, hasta llegar a su hombría. Sonriendo lo empezó a lamer.
- Ummm…si…todo, Jae…todo…
- Unng…
Sólo se detuvo cuando sintió la sal en sus labios. Con delicadeza lo sacó de su boca y volteó a verlo a los ojos. Lo sabía, despedían la misma lujuria que él sentía en ese momento. Mordiéndose los labios se acercó a su rostro. Yunho tomó su mano y empezó a lamerla. Los ojos de Jaejoong se pusieron en blanco, imaginándose que no era precisamente su mano la que era humedecida. Cuando se dio cuenta, el castaño ya había bajado su mano hasta su entrepierna. Comprendiendo instantáneamente, empezó a estimularlo. Entre gemidos y mientras se inclinaba a besar a su señor sintió como éste acomodaba sus piernas a cada lado de su cintura, para luego sentir una palmada en su trasero.
- ¡Aaah!
- Mi Joongie, ya sabes qué sigue.
Empezó a amarlo despacio, sin ritmo, invadiéndolo poco a poco, sintiendo como su estreches se dilataba poco a poco a su alrededor. Pronto el príncipe heredero empezó a llenar sus oídos de obscenidades que en ningún otro lado ni con nadie más sería capaz de decir. No hacía falta explicar como ponía al capitán Kim escucharlo. Simplemente el ritmo de su cadera comenzó a aumentar, sujetando las piernas morenas firmemente alrededor de su cuerpo. Buscando más, Yunho se levantó un poco, apoyando su codo en el colchón mientras con su otra mano acariciaba la espalda de su Jae, hasta su trasera. El calor del ambiente era tan espeso que ni se enteraron de cómo una sombra los miraba desde la puerta para luego desaparecer, segundos después.
- Mi señor… ¿q-que va a…? ¡Por los dioses!
- Jae… ¡ah! Ssshhh…- sosteniéndose en su brazo sobre la cama el castaño se levantó más, para besarlo. Tenían que guardar silencio, alguien podría escucharlos y, peor, ir a ver por qué causaban tanto alboroto. Apenas podía contenerse, era demasiado para el rubio sentir no sólo que invadía sino que era invadido. No pasó mucho tiempo antes de que se viniera dentro del castaño, ni tampoco para que éste alcanzara su clímax entre sus abdómenes.

**
Al día siguiente, Yunho se levantó con una gran sonrisa. Se sentía completo, satisfecho. Después de ser bañado por dos de las más hermosas sirvientas, perfumado y vestido, bajó a reunirse con su padre y su hermano menor a desayunar. Al entrar al gran comedor sólo encontró ahí a su hermano.
- Buenos días, Changmin.
El menor asintió. El desayuno ya estaba servido, pero no podían empezar a comer si su padre no se les unía. Su madre había muerto al dar a luz a Changmin, y aunque Yunho la extrañaba mucho, era una pérdida que había podido superar. Siempre la sentía cerca. Y en su defecto, tenía a su capitán para darle amor. Este pensamiento siempre le alegraba el día, sin importar lo que pasara.
Pasaron los minutos y su padre no aparecía. Con un movimiento de mano, llamó a un sirviente.
- El rey se encuentra algo enfermo. Su desayuno ya fue llevado a su habitación. No es nada por lo cual alarmarse – le afirmó el sirviente.
- Gracias.
Empezaron a comer. En silencio, como siempre. Pero Changmin no estaba comiendo como siempre. Comía más despacio, unos segundos quizás, pero parecía distraído.
- Yah.
El menor miró hacia arriba, atendiendo al llamado de su hermano mayor.
- No es nada grave. Nuestro padre estará bien.
- Lo sé, hyung.
- No te preocupes, ¿si? – sonrió. Changmin también sonrió. Terminaron de comer y salieron a entrenar frente a la armería. Primero practicaron solos, luego combatieron ellos juntos contra cuatro soldados, entre ellos el capitán. Yunho siempre combatía contra Jaejoong más que contra los otros tres; excepto ese día. Al parecer Changmin estaba lleno de energía y pronto desplazó no sólo a los dos soldados contra los que le tocaba pelear, sino al otro que luchaba contra su hermano y ya iba contra Jaejoong también.

- ¡Changmin ah! ¿No me vas a dejar combatir a mi también? – rió su hyung mientras Jaejoong se defendía de los ataques del joven príncipe. Nunca lo había visto atacar con tanto brío. El capitán estaba impactado. Por fin Yunho entró en la pelea, atacando también a Jaejoong hasta que éste no pudo más y se tiró al piso de espaldas, una posición completamente vulnerable en todos los sentidos, declarando que se rendía.
- Volvimos a ganar – jadeó el mayor de los príncipes.
- Sí. Como siempre – añadió el menor.
Después, como siempre, se retiraron. Mientras Jaejoong se levantaba del suelo, por alguna extraña razón tuvo el estremecimiento de que alguien lo miraba con odio. Al levantar la mirada solo vio a sus señores. Seguramente era una alucinación causada por la adrenalina.

**
Así transcurrió el resto de la semana, con esa alegre monotonía. Sólo era alterada por algunas reuniones de Yunho con los mayores y los sabios, a algunas de las cuales también asistía Changmin. Una semana o dos después, varios médicos empezaron a desfilar por el palacio. Todos decían que su padre se repondría, pero no parecían muy convencidos cuando salían de la gran habitación. El más afectado por esto era Yunho, pero sabía disimularlo muy bien. O eso creía él mismo. Cuando se dio cuenta de que, conforme la enfermedad de su padre avanzaba también aumentaba la distracción de su donsaeng (hermano menor), comenzó a sospechar que estaba siendo aún más difícil para Min de lo que era para él. Después de todo, el ya había visto una muerte y la había superado. Para Changmin era algo nuevo. Intentando hacerle la carga menos dolorosa, Yunho procuraba estar al lado de su hermanito tanto como podía, hacerlo hablar, contarle lo que había hecho en el día. Excepto los detalles nocturnos que compartía con su Joongie, esos eran privados. El menor solo lo escuchaba, sonreía, de vez en cuando asentía. Otras veces ni siquiera lo veía durante el día, quién sabe a dónde iba a solas. Esto último preocupaba mucho a su hyung. El tiempo siguió pasando y se siguió cobrando.

Por fin llegó el día de la hora solemne. El viejo y enfermo rey llamó a Yunho a su lado. El hijo, dócil y fiel, entró en la habitación y se sentó a su lado, tomando y besando las manos de su padre.
- No sé si decirte que me voy o mejor decirte que volveré pronto – susurró el monarca.
- No diga ninguna de las dos, appoji.
- Yunho, no nos engañemos. No sé cuánto tiempo me queda. Míralo por este lado, me reuniré con tu madre.
- ¿Y nosotros? – no pudo contenerse. La idea de perder a su padre era demasiado dolorosa como para aceptarla, aunque ya fuera mayor de edad.
- Estarán bien. Tú estás preparado. Pase lo que pase, sé que conseguirás salir adelante, y sacar también adelante a tu hermano.
- Él es quien más me preocupa. Aún es joven, padre. No sé si esté listo para decir adiós.
- Bueno – sonrió débilmente el rey – dile que no me diga adiós, sino hasta luego.

Al salir, Yunho se topó con su hermano menor.
- Te espera – dijo. El menor asintió. Luego el mayor le dirigió una mirada doliente y se alejó a su habitación.

-¿Quién es?
- Soy yo, padre.
- Ah, Changmin – el rey apenas podía hablar, se sentía demasiado débil, - acércate.
El joven príncipe obedeció, se sentó a su lado y tomó la mano de su padre como su hermano había hecho antes. Intentó que no pareciera demasiado teatral.
- Sabes que me quedan pocos días. Como le dije a Yunho, pronto la responsabilidad del reino pasará al nuevo rey – un ataque de tos lo interrumpió. Changmin le dio ligeras palmadas en la espalda.
- Será un puesto difícil, demasiada responsabilidad – añadió el rey una vez se repuso del ataque, apretando la mano de su hijo, el más pequeño de los dos, - por eso quiero, te ruego, que tú le ayudes. Que vea en ti apoyo incondicional. Que seas su auxiliar en todo. Que seas fuerte por ambos.
- Por supuesto, padre – respondió el joven, sujetando la punta de una almohada con su otra mano – por eso, espero comprendas que no estoy de acuerdo con tu decisión sobre el heredero – apretó la almohada con fuerza.
- ¿A qué te refieres?
- A que – sujetó la almohada con ambas manos – Yunho no es el indicado para ser el rey; y como soy un hijo tan obediente, me encargaré de salvarlo de semejante tormento como lo es ser el gobernante- alzó la almohada sobre el rostro de su padre…

***
Al día siguiente todo el reino se vistió de negro. La semana siguiente, todo el reino fue cubierto por un pesado velo de luto, cuyo extremo más pesado recaía en el palacio, más exactamente en Yunho. Al parecer, durante la noche, su padre había muerto en sueños. Su corazón simplemente se detuvo, no hubo dolor. Su alma se había elevado a los cielos, reuniéndose con la de su ommoni (mamá). Sin embargo, algo no estaba bien. Los sabios habían tenido que reunirse la tarde siguiente a la muerte del monarca. Muy probablemente debían revisar el testamento del señor para luego coronar al nuevo rey, aunque parecía obvio quién era el más indicado. No obstante, la junta de los ancianos llevó más tiempo de lo normal.
Por fin, una semana después, se dio el veredicto. En el balcón real, frente a todo su pueblo, los sabios decretaron quién sería el nuevo gobernante.
- De acuerdo al último deseo de nuestro rey – dijo el más joven de los sabios, profesando como mínimo unos 60 años, - que en el cielo descanse, el nuevo monarca de nuestro reino, quien será coronado hoy, será el joven príncipe Changmin.

La sorpresa azotó como una ola a todo el pueblo, reventando en Yunho. Creía que por ser el mayor él sería el rey. Solo en raras ocasiones, cuando el primogénito no se mostraba capaz de ser rey, por ejemplo, el siguiente hijo varón sustituiría a su hermano en el trono. Entonces, al final de sus días, ¿su padre lo había juzgado incapaz de gobernar? Ante sus ojos incrédulos y contrariados vio como su hermano menor se hincaba frente al anciano para luego recibir sobre su cabeza la corona. La guardia real también estaba sorprendida. Vestido de negro, Jaejoong notó la tristeza invadir el rostro de su príncipe Yunho.
Lo que pasó en los días siguientes bien podría definirse como un tornado incomprensible. Primero, el nuevo rey se instaló en la antigua habitación del rey, luego mandó que exiliaran a todos los cocineros y que contaran niños en su lugar, pues al ser inocentes no atentarían contra su vida envenenando su alimento; los impuestos subieron, las mujeres jóvenes casaderas se llenaron de miedo al saber que el nuevo rey buscaba concubinas, las inversiones en los campos de cultivo crecieron, eso sí, pero el hambre en el pueblo comenzó a aumentar lentamente. En la milicia, varios soldados habían sido encerrados en la cárcel por mostrar contrariedad hacia el nuevo monarca, y los reglamentos se habían vuelto aún más estrictos. Todo esto el capitán podía soportarlo. Lo que fue demasiado fue el clímax de esa semana: Yunho, agobiado y deprimido al parecer tanto por la muerte de su padre como por su negación al trono, se había suicidado una noche. Cuando escuchó la noticia, sintió como su corazón se desplomaba y su mundo se convertía en ceniza. Sintió que se congelaba, aunque el resto del mundo parecía arder en un infierno.

20 Comentarios:

  1. continualo pronto!!!!

    quede traumada!!

    max es malo
    por que?????

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  2. changmin ah!!! XD lo amo como rey malvado *o*!! es demasiado amor ;O;!!!

    sabes q esta historia siempre me ha gustado.. *-* changmin es sexy como rey malo XD *O* woaaa *toda emocionada*

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  3. Mino Park!! congeniamos mucho!!
    changmin de rey malo demasiado sexy! *O*
    yo quiero ser su cuncubina
    jajajaja

    \(*O*)/
    changmin todo sexy de rey!!
    y malo malito malo!! *¬* babeo

    incesto yo quiero leer eso!
    aunque fuera malo estaria perdidamente enamorada de el....

    changmin los quiere a todos, deberian estar felices

    XD

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  4. ok.. me corrijo
    no los quiere


    los ama XD
    por algo les hace esas cosas jejeje mejor me voy a dormir XD

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  5. WTF!!!! O.O)) ooooooooooooooooo..
    Changmin de malo.. uuu
    y Yunho O.O suisidarse noooooo..>.<

    esta muy bueno el fic..
    buenisimo.. espero la continuacion..
    waaaaaaaaaaaaaaa ta muy genial..
    *0*ó

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  6. Anónimo9/23/2009

    o____o
    WTF?
    OMG
    Quiero saber qué pasará con todos o_o
    Odio a Changmin en éste fic <_<

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  7. porque lo odian? -.-' debrian de amarlo
    es lindo cuando hace el papel de malo
    es sumamente sexy \.>0<./
    i love Demon changmin!!! ♥

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  8. Anónimo9/23/2009

    changmin rulea..aunk oio q intene dejarlo como hijodepta xD pero aun asi.. ien podria odiarlo???

    es sexy *___________*
    yo le perdonaria todo... ya no es la hora de que comienza el minsu, yoomin y no se q mas era..algo de Minho... o.o pero kien seria si yunho se mato xD..asi q alaaa Muerte al yunjae *O* lo mejor fue eso xDDD



    Min rey *w*

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  9. Anónimo9/24/2009

    Omo,omo,omo,omo!!!!
    Quede O.o...
    De veras, dond escondes esa imaginacion?? xD...
    Esta muy pero muy buena...
    Continualo, please...
    Porfita...

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  10. xDDD
    Changmin *¬* me he encantado de malo *muajaja*
    jo tmb kiero ser su concubina *juju* xDDD
    K pena lo del Yunjae (sarcasmo)
    K rulee el Minho *_* (L)
    Quiero conti!!!!

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  11. OMG¡¡¡¡¡
    ya venia siendo hora, creo que a Min le queda mucho mas esa actitud jejejejeje, simplemente me encanta¡¡¡¡¡¡¡¡
    continualo porfis¡¡¡¡¡¡¡

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  12. JAJAJAJA SIIIII lo malo es que yunho se suicidó aunque me parece raro ummm que cosas pasaran... Minho minho jajajaja revivan a yunho jajajaja XD

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  13. Anónimo9/27/2009

    hsfhsafhsfhshs
    Unnie me has dejado en shok xD
    primero ChangMin malvado asesinando a su propio padre para subir al trono...impactante xD
    El yunjae Xd jajaja me gusta xD....
    nya nya O_O....y luego
    lo que me impresiono completamente fue YunHo suicidandose no maaaaaaaaaaaaaaa
    O___O que va a pasar ahora? ...O.
    cheeeeeeeeeee xDD continuale ya xD
    unnie no nos dejes asi xD....aaa
    me gusta mucho como escribes xD lalalaalala

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  14. Lo prometo...lo juro... hoy pondre el segundo cap!! Asi tenga q ir a no se donde para subirlo! LO HARE!!!

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  15. LatinCassiopeia4/20/2010

    nooo ¬.¬ osea WTF!!!! que diablos?!! pk changmin de malo?!!!!!!!!!! ó.ó tenia que ser yunho o micky o cualquier amneos el,que mierda ¬.¬

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  16. Yunho.... Muerto??? Nooooo
    se que algo pasara y finalmente
    el no estara muertooooOOO!!!!!!
    esque esto no puede estar pasando!!!!

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  17. Hay T-T espero Yunho no haya muerto realmente

    Aemin!! Que sexy narración del la escena de amor XD

    Yo realmente ni conozco a los chicos ._. soy otra tipo de fujoshi <.< en realidad me costó trabajo seguir los nombres al comienzo y mucho más pronunciarlos XD

    Y como no conozco a los chicos del slash, los imaginaré como yo quiera -w-

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  18. Que hijo de su asdfasdfad!! O:

    Encerro a Yunho, pobre Yunho como lo han matado TT-TT

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  19. Anónimo12/25/2015

    El nuevo monarca me recuerda demasiado a nuestro estrenado presidente argentino.
    Me dejo muy intrigada la historia. Muy buena redaccion.

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