Un Lugar en su Corazon cap 5

Ya era bien entrada la mañana cuando Yunho despertó y estiro los brazos para relajar los músculos. Se pregunto cómo sería disfrutar de unas vacaciones como las demás personas.
Como Jae. A él no lo atormentaba cuestiones de estado y al parecer tampoco de corazón.

Se dijo que el estado del corazón de Jae no era de su incumbencia y que Jae tampoco.

Sus pensamientos se sumergieron en aquel ser tan hermoso, cuando de pronto apareció su motivo de vida.

-My delfín precioso, como amaneciste?
-Bien papá, he estado con Jae hasta hace un rato, me conto muchas cosas -dijo emocionado.
-A si? -en tono irónico.
-si papi!... esto...podemos ir al zoo?
-A que vino eso... -soltó sorprendido.
-Es que Jae me dijo que en ese lugar habían diferentes tipos de animales, y yo quiero uno.
-Ya veo el motivo.
-Vamos si?
-Esta bien. -dijo sonriendo
-Podemos ir con Jae? -lo miro con ojos tiernos.
-No puede -repuso en tono seco- Ahora tiene que descansar.
-Entonces vamos cuando mejore, el sabe todo sobre animales bonitos.
-Primero tenemos que saber si quiere venir.
-Vendrá si se lo ordeno -adelanto la barbilla- Por algo soy un príncipe.

Yunho recordó que el día anterior había descubierto a un soldado marchando sin sentido en el patio inferior, solo porque Junsu se lo había ordenado. Luego se dio lugar a una seria conversación de padre a hijo acerca de las responsabilidades de la realeza.

-No te explique la cuestión de dar órdenes?
-Si papá -se movió incomodo-. Solo quiero que Jae nos acompañe al zoo. Me gusta.. A ti no?
-No lo conozco muy bien -repuso evasivamente.
-Si viene, llegaras a conocerlo.

Con ironía pensó que su hijo llegaría a ser un gran negociador.

-Muy bien, puede venir si tú quieres. -daría credibilidad a que Jae trabaja para Junsu. Aun así no supo muy bien porque se le había acelerado el corazón.

-Que te parece si empezamos con las lecciones de natación?
-Esta bien papá!! -asintió emocionado.

Sin querer, Yunho miro a la ventana de la suite de Jae, le pareció ver un movimiento en una de las ventanas. Movió la cabeza. Jae solo era una distracción temporal, nada más.

*Olvídalo* se decía mientras se metía a la piscina para empezar la lección con su hijo.
Sintió como si fuera un atizador al rojo vivo siendo introducido en agua helada.


Jae sintió admiración al observar a Yunho con su hijo. Era un gobernante, pero aun así se daba tiempo de darle clases de natación a Junsu.

Después de levantarse tarde, haber tomado la comida que le llevaron y darse un baño, se sentía renovado. Aun se hallaba cansado, pero al menos tenía la visión despejada.

El día anterior se había preguntado si no habría exagerado el impacto que ese hombre le había causado. En ese instante supo que no. Sabía que se sentía atraído hacia él.

Con un ligero escalofrió recordó que lo había observado como si fuera una presa. No se trataba de temor, sino algo más parecido... Se negó a identificar su reacción como placer. No era probable que Yunho sintiera lo mismo después del modo en que el había interrumpido sus vacaciones. Cuanto antes se marchara de la villa real, mejor.

Le costó creerlo, pero en realidad no deseaba marcharse, reconoció con súbita lucidez.

Una llamada a la puerta lo saco de sus pensamientos.

-Su alteza lo vio en la ventana y ha solicitado que se reúna con él y su hijo en la piscina -transmitió una doncella-. He recibido la orden de traerle una selección de trajes de baño para que elija el que más le guste.

-Dele las gracias de mi parte al príncipe Yunho e infórmele de que bajare en cuanto me haya cambiado -respondió.

Después de su experiencia anterior había pensado que no querría volver a nadar en mucho tiempo, pero hacia demasiado calor y la piscina resultaba demasiado tentadora.

Cuando salió de de la casa, Yunho nadaba unos largos.
Había elegido un traje de baño muy prometedor y llevaba los pies protegidos por unas zapatillas de rafia.

Unas sombrillas enormes proporcionaban sombra, se hecho en una colchoneta junto a la piscina.
Al parecer, la clase de natación ya había terminado, porque no se veía al niño por ninguna parte.

Al ver nadar a Yunho, no le extraño que fuera tan musculoso, ya que debía tener por costumbre ejercitarse habitualmente. Mirar el pataleo sensual de sus piernas largas y el arco de los brazos al nadar hizo que se sintiera sin fuerzas.

-Si aun no se siente bien, quizá tendría que regresar a su habitación y dejar que el médico vuelva a examinarlo -comento al ver su expresión.

-El médico vino a verme hace media hora, indico que podía levantarme pero no hacer mucho esfuerzo.

-Entonces hemos de cerciorarnos de que no se exceda -se paso la toalla por sus anchos hombros-. Quizá resulte mejor el jacuzzi que nadar. Ahora mismo iba allí, de manera que puede unirse a mí.

La idea de compartir una bañera con él le provoco alarma.

-Aquí estoy muy bien -repuso con un movimiento furioso en la cabeza.

El capto el titubeo en la voz y su expresión desafío a la de Jae.

-Me tiene miedo Jaejoong? Antes no lo tenía.
-Antes no sabía quién era.
-Y ahora?
-Ahora sé que es el jefe aquí y desconozco como debería comportarme con usted alteza.
-Me dices alteza, cuando antes querías llamarme solo Yunho. ¿Por qué no empezar ahora?
-De acuerdo, lo llamare Yunho, siempre y cuando no se me arroje a una mazmorra y se me decapite por ello.

-Una cabeza tan hermosa debe permanecer en su lugar. -indico en el acto-. En cualquier caso mi palacio no tiene mazmorras. Para encontrarlas tendría que visitar a mi hermano, el príncipe Yoochun, deberías verlas, como visitante, claro.

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