LA VIDA EN LAS PENUMBRAS
Siglo XXI, 2009
Tokyo, Japón
Es una de las principales avenidas de la capital nipona, en el Distrito Shinjaku, un chico que conducía un Audi color rojo intenso tenía movilizada a la policía de tránsito que le perseguía a alta velocidad, esquivando con dificultad autos y motocicletas que transitaban cotidianamente por la carretera. El conductor del auto rojo ese Daijiro Katoh, perteneciente a una de las familias accionistas del Imperio Sony… su motivación para ir manejando con tal imprudencia: el sabor de la adrenalina circulando por sus venas…
El joven de 23 años sonreía divertido en tanto cambiaba la velocidad y pisaba el acelerador hasta el fondo, viendo apenas las luces de los autos que deja atrás al pasarles por un lado zigzagueando en la autopista. El sonido de las sirenas de las patrullas resonando tras de sí, cortando el viento de la medianoche con su ruido ensordecedor y agudo, alertando a los conductores que en su intento por hacerse a un lado terminan por convertirse en un estorbo más. Katoh viró a la derecha, obligando el frenar abrupto de otros automovilistas, los neumáticos dejando la huella humeante sobre el asfalto, retomando la carrera hacia ninguna parte en específico, tan solo por el afán de divertirse sin medir las consecuencias de sus acciones… el color rojo del semáforo en la esquina siguiente se activó, la gente comenzando a cruzar la calle con confianza… Daijiro pisando el freno…
……………………………………
Ogazawara Kenryu iba en la parte trasera de una ambulancia, haciéndose cargo de uno de los desafortunados heridos que resultaron en aquél accidente… un hombre con los costados fracturados, una fuerte contusión en la cabeza y muchos rasguños por todo el cuerpo, la sangre emanando de algunos cortes profundos… líquido rojo que tenía un aroma que comenzaba a trastocar los sentidos del joven paramédico de 24 años… y una extraña sensación le inquieta desde hace un par de días cuando conociera a un apuesto muchacho en un antro del barrio…
……flashback……
Por fin su muy merecido día de descanso, el chico de cabellos desaliñados en tono castaño llegó junto a sus compañeros que le esperaban fuera del que es actualmente el más popular antro de la ciudad…
- creen que nos dejen pasar?... – porque era uno de esos lugares en los que se debía tener mucha suerte para ingresar…
- anda, Ryo, usa tus superinfluencias… - bromeó uno de ellos, el aludido infló el pecho orgulloso e inmediatamente sacó su móvil para llamar a alguien. Eran cinco en total… y no muchos minutos después consiguieron entrar, para gusto del pelicastaño por una muchacha que es amiga de la hija del dueño y que está interesada en su amigo Ryo…
El ambiente era sensacional, con ese toque de misterio propio de los clubs europeos, los láseres plateados parpadeando en la pista, hombres y mujeres bailando al ritmo de la música electrónica con movimientos sensuales, cuerpos muy pegados, algunos unidos en fogosos besos, chicos y chicas no solo divirtiéndose sino buscando ligar. El retumbe de la música era en realidad hipnótico, y las miradas que se cruzaban con la del chico de iris grisáceos le parecían particularmente insinuantes…
- vaya que tienes pegue, amigo… - se burló uno de sus amigos, internándose luego en la pista en un parpadeo, que ni siquiera le dio tiempo de responder a su comentario, bailando sugestivamente con una chica claramente de rasgos occidentales…
- bailas? Guapo… - escuchó una sensual voz femenina en su oído, atrás del ojigris se encontraba una linda japonesa con un conjunto muy provocativo que le sonreía coquetamente…
- no, gracias… - sonrió cortésmente y luego se perdió rumbo al bar. Sentado en uno de los bancos de la barra y con cerveza en mano, Kenryu comenzó a observar todo alrededor…
Hasta que su mirada topó con aquél muchacho de semblante serio, casi enfadado, como si no quisiera estar ahí, sentado en una de las mesas en la zona VIP del antro, rodeado por hermosas mujeres que parecían buscar su atención pero a las que ignoraba. A ojos del pelicastaño, era un chico más o menos de su edad, apuesto, delgado, ojos intensos, facciones varoniles y un aire intelectual que quedaba demarcado por su forma de mirar y el gesto de sus labios…
Ogazawara se sintió estremecer cuando aquéllos ojos se cruzaron con los suyos, hipnotizándole… y de un segundo a otro ya el chico estaba frente a él, en silencio, mirándole con sus pupilas color miel… como quien indaga lo que se esconde en una mirada…
- te conozco?... – cuestionó el chico, su tono inquisitivo peculiarmente agradable a oídos del ojigris… como el encanto hipnótico de la noche…
- no lo creo, tengo buena memoria para los rostros… - sintió otro estremecimiento cuando el chico lo recorrió de pies a cabeza con la mirada… no estaba acostumbrado a ser el observado, solía ser él quien ligara con algún atractivo muchacho… - Kenryu… - se presentó, sonriendo al tiempo que extendía su mano…
- ChangMin… - motivado por una empatía nunca antes sentida hacia un mortal, el chico aceptó el apretón de manos que su interlocutor le diera, sintiendo un peculiar chispazo correr por su cuerpo… - porqué me observabas?... – el ojigris se encogió de hombros…
- tal vez porque eres el único en todo el antro que no parece estar divirtiéndose… - se puso de pie, quedando aún más cerca del chico de cabellos oscuros, quien no se movió ni un ápice ni despegaba su mirada de aquellas pupilas grises… - hay algo que pueda hacer para que sonrías, ChangMin… - cuestionó con un dejo de picardía en su voz…
El morocho le miró dubitativo, definitivamente había algo en ese chico que le inquietaba… le tomó la mano y tiró de él para salir del lugar, pasando entre las decenas de personas que seguían en su propio mundo… Al morocho le siguieron tres hombres de cerca de 30 años, su guardia personal. Y una vez afuera, ChangMin arrastró a Kenryu a un callejón…
- no es seguro que andes ahora por las calles… - porque no tenía dominio alguno sobre los clanes de vampiros de Japón… - deberías volver a tu hogar y no salir por las noches…
- de qué estás hablando?... – cuestionó divertido el ojigris… acaso ese chico cree que habla con un niño, o qué?
- puede ver en tus ojos que eres especial… - aunque no lograra comprender exactamente la sensación de esas pupilas… y algunas sombras comenzaron a moverse por los altos muros de los edificios que conforman ese callejón… La guardia del morocho dándose cuenta de aquéllas presencias…
- príncipe, debemos irnos… - informó uno de ellos, el ojigris vio a los tres hombres desenfundar armas…
- quién eres?... – cuestionó, ahora, sorprendido…
- escúchame, debes irte, Kenryu… - el morocho se dio la vuelta dándole la espalda al ojigris, mostrando entonces sus largos colmillos al tiempo que sus ojos se tornaban de un color azul claro… mirando hacia esas imponentes sombras de las que podía distinguirse claramente el peculiar brillo de los iris caninos en la oscuridad… - vete!... – ordenó, pero el ojigris solo se quedó observando a aquellas criaturas emerger de la oscuridad… - llévatelo… - ordenó entonces el morocho a uno de sus esbirros…
Ogazawara ni siquiera pudo negarse, porque el sujeto lo tomó del brazo con fuerza, tanta que casi sentía que se le cortaba la circulación, y lo llevó casi a rastras fuera del callejón, corriendo por la calle, otras sombras, de menor estatura que las anteriores, pero igual peligrosas para el pelicastaño…
- Príncipe ChangMin, está usted lejos de su territorio vampiro… - un hombre corpulento con largas uñas en los dedos de sus manos y los ojos cubiertos por completo de negro, sonreía amenazante hacia el morocho…
- hasta donde yo sé, tampoco es territorio lycan, así que puedo ir y venir por donde quiera por todo Tokyo… - mostrándose seguro y confiando en su propia destreza, ChangMin no se dejó amedrentar…
- tienes razón… por ahora, pero vale más que se cuide, Príncipe ChangMin, porque cuando el gran Zhang Yiang ruja ni la casta Kim sobrevivirá a su poder…
Entonces ese hombre y los otros tres que le acompañaban se transformaron en bestias de imponente presencia, con una altura superior a los dos metros, pelaje oscuro, hocico canino con filosos colmillos, rugiendo con una fuerza estridente que surca las calles alrededor; un frío viento sopló de pronto y en lo alto podía verse una hermosa luna plateada que podría coronar una bella escena romántica y no ser testigo de una próxima batalla entre licántropos y vampiros… ChangMin y sus dos guardias también gimieron con ese peculiar sonido que nace en sus gargantas cuando su naturaleza vampiresa gobierna sus voluntades; y les crecieron un poco más las uñas de las manos, y sus armas estaban apuntando directamente a sus oponentes…
- la tregua aún es vigente… - se escuchó una voz femenina… una bella mujer pelirroja, de ojos verdes y tez clara emergió de entre las penumbras detrás de los licántropos… - pero no aplica a provocaciones…
- nadie está provocando nada, Lady Lorna… -
- y por ello vamos a tranquilizarnos todos y continuar, la noches es joven aún… - la pelirroja simplemente hizo un gesto con la mano y sus licántropos retrocedieron perdiéndose nuevamente en las penumbras, trepando por los muros mientras aúllan como los lobos… - no se confíe demasiado, Príncipe ChangMin, no todos los clanes lycan respetan la tregua… - dicho lo cual, la mujer dio la vuelta perdiéndose en la oscuridad de la noche…
- hay que irnos… - el morocho escuchó a la distancia disparos, y recordó a Kenryu, por lo que corrió por el camino que antes el ojigris y uno de sus guardias tomaran… a unas cuantas calles vio a Kenryu agachado a lado de una persona tirada en la acera cerca de una callezuela…
El ojigris no había podido evitarlo cuando el guardia personal de ChangMin le dejara solo por ir tras un par de vampiros que habían atacado a uno de los amigos del pelicastaño, mordiendo su cuello… presionaba la herida, pero la hemorragia no paraba, la sirena de la ambulancia ya se escuchaba no muy lejos de ahí; sus manos cubiertas de sangre intentaban en vano evitar lo que venía a continuación…
- descuida amigo, vas a estar bien… - pero entonces el chico comenzó a moverse como si estuviera teniendo convulsiones…
- ya es tarde para él… - reconoció la voz de ChangMin hablarle, parado a su lado…
- tarde?... – el ojigris se colocó a horcajadas sobre su amigo, tratando de controlar los espasmos que sufría… el guardia del Príncipe regresando con ellos…
- fue mordido… infectado, será mejor que te alejes de él… - el ojigris le miró confundido… - ahora!... – el morocho tomó al pelicastaño por el cuello de la chaqueta, tirando de él hacia atrás con una fuerza que Kenryu no creía el morocho tuviera… - que nunca escuchas…
Lo siguiente que Kenryu observó creyó solo pasaba en las películas de ciencia ficción… su amigo que estuviera casi muerto, se levantó de un impulso atacándole directamente en el cuello, donde sus colmillos alcanzaron a rasgar su piel sin llegar a enterrarse en ella, y escuchó una especie de gemido salir de su garganta cuando, literalmente, fue ejecutado por uno de los guardias de ChangMin que disparó en su corazón…
- qué demonios… - murmuró el ojigris, consternado por lo que acababa de ver… - vampiros?....
- será mejor que duermas… - escuchó que le decía el morocho, una nube de humo fue rociado en su rostro, y luego se le nubló la vista…
Y cuando volvió a abrir los ojos ya estaba en la cama de su departamento con los primeros rayos de sol colándose por su ventana… traía puesto el pijama, su ropa estaba desordenada en la silla a lado del computador en su habitación… sus manos limpias…
- que sueño más loco tuve… aunque… ChangMin fue un toque muy atractivo… - sonrió suavemente, deseando que no todo lo que recordaba haya sido solo un sueño… esperando volver a verle…
……flashback……
Y sin embargo no había podido nadie explicar la repentina desaparición de su amigo, pero como no han encontrado rastro alguno de su paradero, ni un cuerpo que demuestre su muerte, aquello continúa en un misterio que el pelicastaño ha tratado de ignorar en vano.
La camilla fue bajada de la ambulancia, el Hospital estaba recibiendo a los heridos del accidente automovilístico que ya había cobrado una vida en el instante que sucediera, no era del todo común tener tan activo el servicio nocturno…
- sus signos vitales se estabilizaron, pero ha perdido demasiada sangre… - Kenryu explicaba a enfermeras y médicos que ahora se encargarían del paciente…
- Ogazawara… - lo llamó un compañero médico que esperaba por otra ambulancia en la entrada de Emergencias…
- Nao… - se sacó los guantes ensangrentados tirándolos en el recipiente correspondiente a disposición… - esperando por acción?
- la ambulancia debe estar por llegar, ya escucho la sirena… - sacó un sobre del bolsillo de su bata blanca…- me pidieron que te entregara esto…
- quién?... – se inquietó, tomando entre sus dedos un sobre sellado al estilo medieval, con cera roja derretida y un sello que desconoce grabado en la misma…
- no lo conozco, era un muchacho delgado, alto, de ojos claros, color miel tal vez…
- ChangMin… - murmuró sorprendido… y en alguna medida emocionado… no lo había soñado entonces? Pero si es así… - qué diablos es lo que está sucediendo?
Seúl, Corea
Palacio del Este (Changdeokgung)
Pasando por los amplios pasillos, el Adalid del Clan Kim, Won Dae, caminaba molesto a la Sala Principal, las grandes puertas de madera hicieron un ruido seco al ser empujadas con tal fuerza que se estamparon contra los muros laterales…
- cómo es posible que no puedan cumplir una orden tan sencilla como mantener a mis hijos en la ciudad… - espetó con tono fuerte, y hacer enfadar a uno de los vampiros más poderosos no era buen augurio, por lo que su lacayo iba tras él temblando de miedo… - sabes por lo menos dónde están?... – frenó dándose la vuelta para encarar al otro, la fiereza marcada en esas pupilas que ahora lucían un color azul claro intimidaron aún más al sujeto…
- la Princesa Chae Yun está en Londres, el Príncipe ChangMin en Tokyo, y… - carraspeó nervioso, temiendo por su propia vida…
- y Jaejoong?... – cuestionó con tono más severo, tomando por el cuello a su lacayo…
- perdió a su guardia personal, Mi Lord… - sintiendo cómo esa mano presionaba más fuerte en su cuello, el hombre solo esperaba seguir vivo después de esa noche… - aún lo buscamos…
Won Dae masculló un tanto más molesto… porque últimamente su primogénito y heredero al Clan se había vuelto más rebelde, desapareciéndose cada tanto en la búsqueda de algo aún en desconocimiento de su padre…
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Distrito Yongsan-Gu
El apuesto muchacho de tez morena corría velozmente por las calles del barrio, uno de sus objetivos se negaba a ser alcanzado y corría desesperado tratando de dejarle atrás, pero Yunho conocía mejor que nadie toda la ciudad, cada imperfección en las aceras o la cantidad exacta de metros entre calle y calle, los grados que constituían las vueltas de toda esquina… y por supuesto, los posibles atajos a tomar…
Saltó al techo de una de las modestas casas, con una agilidad que ante cualquiera pudiera parecer increíble pero que el moreno poseía por naturaleza… así como su refinada puntería, desenfundó un arma que portaba en la espalda, cañón medio y un cartucho que dispara estacas de metal y no balas… sonrió de medio lado al tener visión desde su posición del sujeto que seguía corriendo a un par de calles hacia el noreste cuesta arriba; Yunho presionó el gatillo, la estaca recorrió a gran velocidad cortando el viento esos cerca de 100 metros, incrustándose desde la espalda en el corazón del vampiro, que en cuestión de instantes quedó reducido a simple ceniza después de haber sido consumido por el fuego de su condición sobrenatural. Volvió a enfundar su arma y saltó de nueva cuenta a la acera, el sonido de sus botas con casquillo de metal hizo eco en el silencio de la madrugada…
- no aprenden… - murmuró con una sonrisa autosuficiente cuando al apenas haber avanzado una calle, tres vampiros más aparecieron frente a él, mostrando sus filosos colmillos y largas uñas que eran como cuchillas finas…
- llevaremos tu cabeza al mejor postor, Diurno… - habló uno de ellos con seguridad, los tres sonriendo confiados…
- nunca faltan los idiotas ignorantes… - el moreno esperó por ellos, permitió que lo rodearan e incrementaran su confianza… - esto será rápido y muy doloroso para ustedes…
Los tres vampiros comenzaron el ataque casi a la vez, dejando apenas espacio para no golpearse entre ellos pero buscando dañar a Yunho, que siendo más hábil que ellos evadía cada uno de sus ataques con facilidad, sin dejar de sonreír, disfrutando de la frustración marcándose en las facciones de los otros. Ni puñetazos ni patadas conseguían impactar contra el moreno, que ya había roto la pierna de uno y dislocado el hombro de otro, en tanto el tercero sacaba una pistola que comenzó a disparar al instante, una de sus balas alcanzó a rozar el brazo izquierdo del Diurno, pero unos segundos después la muñeca del vampiro fue atravesada por una daga, que a su vez fue clavada en un muro, soltando por tanto la pistola…
- argh!.... maldito!... – porque a pesar de ser un vampiro, el dolor era punzante, intentó sacarse el puñal, pero…
- me han dicho peor… - disparó una segunda estaca que se clavó justo donde el moreno quiso, el vampiro gritó al sentir el fuego consumir su cuerpo… y el mismo destino encontraron los otros dos sujetos, que pretendiendo tomar ventaja de su aparente distracción al matar a su compañero, le atacaron simultáneamente lanzándose sobre él… pero los reflejos de Yunho eran por mucho mejores y su experiencia superior…- es casi aburrido cuando la presa es tan débil… - guardó una vez más su arma y caminó hasta el lugar donde su preciada motocicleta había sido dejada…
Vio las luces encenderse en las casas vecinas de la calla donde las cenizas de los vampiros eran arrastradas por el viento y supo que era hora de partir. Encendió el potente motor de su moto y partió rumbo a su “casa” dejando una estela de humo producto de la velocidad de sus llantas. Condujo a gran velocidad por las solitarias calles del distrito, antes de llegar a las avenidas principales más transitadas, y notar activo el receptor de la señal del sistema de seguridad de su “casa”…
- solo alguien pudo burlar el perímetro… - aceleró un poco más, el fragor del escape de su moto resonaba por la avenida…
Un edificio de fachada descuidada, con la pintura de los muros gastada e inclusive sucia, la cortina de metal se abrió cuando el moreno digitó un código en un pequeño teclado en medio del tablero de su moto. Antiguamente la estructura, de tan solo una planta, había sido destinada para albergar oficinas gubernamentales, pero hace una década un misterioso incendio lo consumió todo y fue abandonado, hasta que Yunho compró el terreno y lo acondicionó internamente con tecnología de punta para le rastreo de vampiros, así como la creación y el mantenimiento de armamento que él mismo diseña o mejora, para cazarlos. Dejó su motocicleta en un garaje casi a la entrada, donde también había un par de autos y una motocicleta más. Entró y notó que todo estaba como lo había dejado, pero era claro que había alguien ahí… porque reconoce esa presencia donde sea, nadie le inspira esa sensación más que…
- Jaejoong… - el muchacho de ojos café oscuro estaba recargado en el filo de una de las mesas de trabajo del moreno…- qué haces aquí?
- el famoso Jung Yunho, Diurno cazador de vampiros, carece de modales… - sonriendo con picardía, el Príncipe Kim caminó hacia el moreno con su característica sensualidad remarcada por su vestimenta, unos pantalones negros de cuero entallados a sus piernas, una camisa de seda y gabardina a la altura de las rodillas, su blanca piel resaltaba con ese atuendo y el color oscuro de sus largos cabellos lacios…
- y lo dices tú, que entraste sin mi autorización en mi casa… - el moreno estaba dejando en el lugar correspondiente sus “herramientas de trabajo”, ya se había desecho del arma de su espalda y las que llevaba en los costados de sus muslos… pero sintió las manos del pelioscuro palpar su cintura desde atrás hasta alcanzar el seguro del cinturón modificado que porta cápsulas de anticoagulante…
- tenía ganas de verte, Yunho… - susurró en su oído en tanto sacaba el cinto de la cintura del moreno y lo dejaba sobre otra de las mesas… - para ser un cazador, estás muy quieto sin representarme una amenaza… - soltó con voz sensual, sus manos acariciando el pecho del moreno por encima de ese peculiar chaleco de piel sintética …
- no disfruto cuando la presa se entrega por sí sola, me gusta cazarla… - clavó su mirada en los ojos del pelioscuro, sin hacer nada por evitar que lo siguiera tocando deslizando sus manos ahora por sus brazos, sacándole el chaleco para colar sus manos por debajo de su playera con estampados dark… - para ser el Príncipe del Clan que más recompensa ofrece por mi cabeza, estás muy entretenido solo tocándome… - el pelioscuro sonrió mirándole con lascivia, dando un paso más cerca del moreno, pegándose a él y llevando sus manos al cuello de Yunho… - sé lo que quieres… y no voy a dártelo…
- oh, porqué no, Yunho… - hizo un pucherito muy tierno con mirada inocente, sin que ninguna se moviera de la posición en que se encontraban… - he sido un buen chico… - movió sus caderas frotándose contra el moreno, que parecía no inmutarse pero sin duda reaccionaría esas insinuaciones…
- si tienes ganas de sexo, ve y busca a un idiota con el que puedas hacer lo que te venga en gana… - finalmente el moreno apartó al pelioscuro, tomando las manos que jugaban con el cabello de su nuca para separarlo completamente de su cuerpo…
- no me gusta acostarme con cualquier idiota… me fascina sentirte a ti… - sonriendo con aquélla picardía que enciende bajas pasiones, mirándole con deseo, sacándose sensualmente la gabardina y dejándola suavemente en la misma mesa donde depositara anteriormente el cinto y el chaleco del moreno… - acaso el cazador no quiere probar su presa?... – se recargó en el filo de la mesa, sin apartar el semblante deseoso, abriendo ligeramente sus piernas… tentándolo a ceder, pasando sus propias manos por su cuerpo acariciando seductoramente su pecho por sobre la camisa, deslizando lentamente sus dedos hacia abajo bordeando su entrepierna semidespierta que tan bien resaltaba en su pantalón… - no me deseas ni un poquito, Yunho… - murmuró seductor, mordiendo su labio inferior…
El moreno miraba el espectáculo casi como un témpano… uno que se derretía rápidamente ante el fuego crepitante de un volcán de pasión como lo es Jaejoong. Yunho sabía que el pelioscuro era capaz de autosatisfacerse delante suyo hasta conseguir encenderlo y envolverlo en su seducción… si tan solo no hubiera caído en su red por primera vez hace algunos años, tal vez ahora no se sentiría tan excitado al ver cómo comenzaba a desnudarse desabotonando la camisa de seda sin apartar esa lasciva mirada de él…
El pelioscuro sonrió cuando el Diurno finalmente reaccionó tomándolo con fuerza por el trasero mientras ataca sus labios con un lujurioso beso, Jae enredó entonces sus piernas en las caderas de Yunho… y a los dos segundos sintió cómo era dejado sobre la mesa y un sonido llegaba a sus oídos al tiempo en que sentía el frío metal del cañón de un arma en su sien, y los labios del moreno se apartaban…
- no esta noche, Jae… - murmuró con esa desquiciante sonrisa autosuficiente, y el pelioscuro movía las pestañas como niño bueno…
Era tal vez eso lo que encantaba al Príncipe Kim, uno de los motivos por los que volvía a él, buscando en sus renuencias el empuje para no hacer de sus noches una burda monotonía preparándose para gobernar los linajes de vampiros de todo el país… porque en las negativas que el moreno le mostraba encontraba algo indescriptible que lo motivaba, que le hacía darse cuenta de que más atractivo le resultaba… de que más lo deseaba… y tal vez no era mero deseo carnal, porque a pesar de su faceta sensual y provocativa, el corazón le latía acelerado y temblaba bajo su mirada… le emocionaba saber que Yunho no está dispuesto a ceder a sus encantos, pero que probablemente algo más fuerte crece entre ellos… un lazo invisible que lo hace sentir nervioso y casi vulnerable…
- vete ya, o no pensaré demasiado en presionar el gatillo… - el cañón se deslizó viajando por el contorno de su rostro hasta quedarse en su pecho, ahí donde su corazón late con el ritmo que solo la cercanía con el moreno impone sobre ese músculo vivo que hasta hace algunos años creía era incapaz de sentir…
- soy una presa paciente, Diurno… - se mueve hacia delante para bajar de la mesa, el moreno a su vez retrocede un paso… pero aún siguen cerca… muy cerca…
- y yo un cazador firme… - observa al pelioscuro acomodar sus ropas y colocarse la gabardina sin dejar de sonreírle sensualmente… - vale más que tu padre se cuide, porque mientras más ofrezca por mi cabeza más cerca se pone de la punta de mi espada…
- lo sé…
……………………………………………
Distrito Gangseo-Gu
A límites del Río Han, el distrito se levanta como una de las zonas más tranquilas de la capital coreana. Alberga una de las construcciones más grandes e imponentes por su estructura de fachada antigua, similar a la de los Palacios construidos por la Dinastía Joseon en el siglo XI… sede del grupo Sentinella…
Guarecida por altos muros de piedra y una sola entrada frontal, el Palacio Sentinella es custodiado las 24 horas por vigías en distintos puntos del complejo… es, casi impenetrable…
Un joven de cabellos castaños y ojos color marrón estaba recostado en su cama de una de las habitaciones del ala oeste, las puertas de la enorme ventana abiertas, el fresco viento impregnado de rocío soplando desde el exterior, moviendo suavemente las delgadas cortinas, la recámara bañada tenuemente por los rayos de la luna brillando en el cielo despejado… Kim Junsu escuchó un ruido venir de las sombras en la esquina más allá de la ventana, e inmediatamente tomó la pistola de balas de plata bajo su almohada, se incorporó lentamente, escudriñando con sus ojos humanos las penumbras de su habitación…
La bestia emergió de la oscuridad, pero el castaño titubeó al ver su mirada penetrante, por lo que no reaccionó a tiempo para evitar que su mano fuera apartada…
- soy yo… - volviendo a su forma humana, el licántropo se mostró ante el castaño, sonriéndole con aquella premura que consigue que a Junsu se le erice la piel… sobre todo cuando al transformarse le deja ver su desnudez, porque le resulta una tentación inquebrantable…
- Yoochun… - apenas lo nombra cuando sus labios son tomados ansiosamente por los del joven de cabellos color azabache, alto, de cuerpo atlético y ojos profundos como el negro de una noche sombría…
Uno más de esos tantos besos llenos de pasión que el pelinegro a dejado en su boca desde que iniciaron esa peculiar relación clandestina… porque nadie espera que un centinela se acueste con un licántropo… Que el cazador guste de su presa…
El lycan llevó sus manos al pronunciado trasero de su amante, presionando con un poco de fuerza arrancando un jadeo del castaño, obligándole a romper el beso…
- te necesito… - murmura el pelinegro con voz varonil, subiendo la playera del castaño por su torso…
- aquí es peligroso… - susurra Junsu, pero aún así levanta sus manos para permitir que la prenda sea retirada de su cuerpo…
- me gusta el peligro… - asegura con voz ronca, besándole una vez más con el ahínco de días enteros deseando sentir esa húmeda lengua jugando con la suya, esos labios danzando a su ritmo, esos brazos acariciando su espalda, ese cuerpo pegándose al suyo compartiendo ese ardiente calor que los envuelve…
Y Yoochun no puede evitar volver a él cada tanto desde la primera vez que lo hizo suyo, porque en Junsu ha encontrado ese algo que le hace sentir un poco más humano… porque en su vida como lobo solitario no había otro motivo en sus días más que matar a tantos como pudiera de su especie, buscando ese único objetivo por el que no ha renunciado a su inmortalidad, llegar hasta Zhang Yiang y darle muerte por haberlo convertido en la bestia que se ve obligado a ser sobre todo en noches de luna llena…
El castaño es recostado sobre su cama, su desnudo cuerpo se estremece al sentir la desnuda piel de su amante chocar contra la suya cuando se coloca sobre él besándole con encendida pasión, deslizando sus calientes manos por cada palmo de su cuerpo…
- ahh, Yoochun, ahh, mhh… - gimió un poco más fuerte cuando su erección fue apresada por las diestras manos del pelinegro…
- eres mío, Junsu… - acota con tono posesivo, llevando una de sus manos hacia atrás, introduciendo un dedo en el pasaje íntimo del castaño…
- aahhh… - gimió con un dejo de dolor, pero deseoso de que pronto sea el miembro del lycan el que ocupe su intimidad…
Desliza ese dedo con rapidez dentro y fuera de su entrada, ansioso por sentirse estrechado por sus paredes, de sumirse en la sensación delirante de ser uno con él, por lo que no puede evitar meter un segundo dedo y apenas unos segundos después el tercero. Y Junsu gime ronco cuando percibe las uñas del pelinegro acariciando su entrepierna, mandándole esas corrientes eléctricas que consiguen un nivel de excitación avasallante…
Y un grito es apenas ahogado en medio de un lujurioso beso cuando Yoochun le penetra de una sola estocada certera y profunda, siente que su cuerpo se estremece y las piernas le tiemblan, pero pronto las enreda en su cintura cuando es embestido con un ritmo rápido, y no le extraña que el pelinegro le tome las caderas con fuerza y que su vaivén salvaje le haga sentir que casi lo parte en dos… porque le encanta, le da un placer indescriptible, le fascina que gima su nombre, que le bese con fuego… que entierre suavemente sus dedos en su piel hasta ocasionarle ligeras heridas y su sangre caliente corra en pequeñas gotas por los costados de su cintura…
A ambos les gustaba ese ser uno con que se entregaban cada que se veían, Yoochun aceleró sus embestidas, gimiendo casi como lo haría un lobo salvaje, sintiendo cómo Junsu se aferraba a sus hombros y gemía en su oído… y cuando llegaron juntos al orgasmo, el pelinegro dio una estocada tan profunda que el castaño sintió que se le nublaban los sentidos… pero sonrió complacido al sentir la esencia de su amante en su pasaje, al sentir la lengua del pelinegro lamiendo un poco de su semilla en su torso, para luego desviarse a su cintura donde lamió el hilillo de sangre de esas furtivas heridas que sus uñas ocasionaran…
- tengo que irme… - porque el sol estaba por despuntar… - pero volveré a buscarte, Junsu ah… - un último beso dejado en sus labios…
- ten cuidado… - porque no quiere ni imaginar que sea capturado por los suyos… o peor aún, asesinado… el pelinegro simplemente le sonrió, se apartó de su cuerpo, trepó a la ventana, y ante los ojos del castaño se transformó en el licántropo que es, aullando con fuerza para luego lanzarse desde esa altura, cerca de tres pisos hacia abajo… - idiota… - murmuró preocupado el centinela, apresurándose a vestirse… el alarma resonando en todo el Palacio…
Todos se movilizaron en busca de algún lycan que haya osado intentar entrar, pero después de minutos de búsqueda, nadie encontró nada, ni un solo rastro de licántropos alrededor del perímetro… Junsu estaba junto a su equipo conformado por cerca de seis muchachos de entre 22 y 30 años de edad, reunidos en una de las salas del complejo…
- porqué estás sudado?... – le preguntó uno de ellos, porque a pesar de todo, la movilización no era para tanto, porque Junsu era el único que sudaba ahora… el sujeto, de nombre Gerard Howleth, de nacionalidad canadiense, no congeniaba del todo con el castaño, era alguien que solo trabajaba con ellos como mensajero de la sede americana de Sentinella… alguien que guardaba un importante secreto que podría ocasionar grandes problemas más tarde…
- porque ejercitaba antes de la alarma… - respondió seguro el castaño… además, quién diga que tener sexo no es ejercicio, es porque nunca lo ha hecho…
- parece que solo fue una advertencia, algún clan de lycans nos hace ver que está presente y nos reta… - habló un tercer hombre, líder del equipo…
Hong Kong, China
Gran Imperio Financiero de Asia, la ciudad es el tercer centro comercial internacional, uno de los mejores puertos naturales del planeta, y el segundo aeropuerto mundial en tráfico de mercancías… es por tanto el eje central de los movimientos estratégicos de Yiang, y desde donde comanda los clanes de lycans…
El apuesto hombre de 27 años en apariencia mortal, abandonó la cama de uno de sus departamentos, una hermosa chica de cabellos rubios descansaba envuelta entre las sábanas. Yiang se colocó el bóxer y salió al balcón, ya el manto nocturno comenzaba a levantarse y el astro sol comenzaba a nacer en el horizonte…
- duerman ahora vampiros, porque pronto no tendrán más noches que ver… - sonriendo con seguridad, el licántropo rugió con fuerza al tiempo que la luna se ocultaba y el día daba comienzo…
wooo que interesante me gusta muchooooo!!!!!!!!!!
ResponderEliminarme dejo con la intriga que fuerte los del YunJae y el YooSu durmiendo con el enemigo..si se puede decir asi XD...
animo para los proximos tienes todo mi apoyo^^
G O S H (tosiendo) XDD genialiiisiimo O:
ResponderEliminarwooh..el primer capitulo muy interesanteeee,esto se pone buenisimooo^_^,el yoosu esta vez le gano al yunjae de pornoso...*_*ahahah
ResponderEliminarOMG!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! esta wenícisimo >.<
ResponderEliminarEl Yunjae siempre tan pervert n///n y el Yoosu tan romántico n///n
OMG!!!! quiero seguir leyendo pero es tard tengo q dormir ...u.u xq mis clases son temprano! u.u éro mas tard continuo
ResponderEliminarbye
m encanto!! esta hermozo!!
amando y durmiento con el enemigo xD
Hiroki x Changmin *w*
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