Sí que pasó
-Si, estábamos juntos.
Fue Jaejoong el primero en hablar mientras se acercaban a Kumi. Changmin sólo quería gritarle y decirle que lo sabía todo y que no tenía intención alguna de irse...pero prefirió el silencio hasta que lograra calmarse un poco.
-Mmm...-En eso se parecían los dos hermanos: si estaban enojados preferían calmarse un poco en vez de soltarlo todo sin pensar. Claro que no siempre funcionaba, Jae había sido testigo de varias escenas de su ex Novia.
-Lamento no haberlo traído antes -dijo el mayor mientras agarraba a Min por los hombros- Se nos pasó la hora –miró al pequeño y le sonrió.
-Si...-fue todo lo que este pudo decir, agachó la cabeza avergonzado.
Finalmente quedaron frente a frente. Quizás era por lo malo para mentir, o tal vez era por el torrente de emociones que no sería capaz de controlar si miraba a su hermana; pero Changmin no podía levantar la cabeza. Parecía muy concentrado en los zapatos de Kumi, ni siquiera miró cuando Yunho se acercaba a donde estaban los tres.
-Kumi no te enojes tanto -dijo casi sin aliento- sólo se les hizo tarde. No andaban en nada malo.
-Mi amor, ¿puedes llevarte a Changmin? -le contestó Kumi haciendo caso omiso a las palabras de su novio- Prefiero hablar a solas con Jae.
Yunho puso cara de "Lo siento" y le hizo una seña al pequeño para que lo siguiera hacia la casa. Antes de soltarlo, Jae se agachó hasta quedar a su altura, le besó la frente y articuló débilmente un "Te quiero, nos vemos" pero fue suficiente para que Min lo entendiera. Se levantó y esperó a que entraran a la casa para comenzar a hablar. Lo único que le interesaba de tener esa conversación era para entender hasta que punto era definitivo que Min se iba y así prepararse para lo que fuera que tuviese que hacer. Pero cuando abrió la boca para empezar, Kumi se le adelantó algo ofensiva.
-¿Así que ahora te gustan los niños?
-¿¿Perdón??- la miró con una mezcla de enojo y desconcierto.
-Eso, lo que escuchaste...-su voz era difícil de interpretar, parecía fuerte pero se podía entrever la inseguridad.
Jae miró el piso con una sonrisa irónica, plantó su mirada en ella sin cambiar de expresión para luego contestarle.
-Eres a la que menos le debería importar eso...-Kumi actuaba inmutable. Sonó como si estuviera cobrándole sentimientos por lo ocurrido hace casi dos meses, pero sólo lo hacía para ponerla en su lugar y provocarla. Continuó. -Además, Min ya esta grande como para saber qué hace de su vida...
-Pero eso ya no importa... -parecía aliviada de haber encontrado una buena respuesta- En unas semanas me iré con Yunho... y Min vendrá con nosotros.
-Eso aún no está decidido -le contestó inmutable. Dio media vuelta dispuesto a irse.
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Yunho entró a la casa con el pequeño, quién parecía algo decaído y aún no decía nada.
-No te preocupes, Min. No va a pasar nada...Y por lo "otro", estoy seguro que Kumi lo terminará aceptando.
-No es sólo eso... -al pequeño no le sorprendió que Yunho hablara así de lo suyo son Jae- ...es que...-dudó antes de continuar- ...hoy escuché cuando hablaste con Jae, y entenderás que no quiero irme.
Hubo un silencio en el que los dos sólo se miraron. Yunho trataba de formular una frase de aliento para el pequeño, pero no era muy bueno para esas cosas.
-Trataré de ayudarlos en lo que pueda -dijo un poco inseguro finalmente.
Min se limitó a asentir con la cabeza y luego partió a su habitación. El pequeño, a pesar de todo lo que había pasado, en esos meses había logrado conocer al nuevo novio de su hermana. Yunho era de esas personas que no son buenas ni malas, pero que simplemente se dejan llevar por todos sus impulsos, sin pensarlo. Por eso sabía que lo que acababa de escuchar no era para nada algo confiable, por lo que no se enojaría si no pasaba pero tampoco se esperanzaría. Que si luego, de eso dependiera su relación no los ayudaría y hasta podría llegar a llevárselo amarrado si Kumi lo amenazaba.
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Jae caminaba hacia su auto pero Kumi lo detuvo provocándolo con una nueva pregunta.
-¿Cómo que aún no está decidido? En eso tú no tienes voto...
-No me interesa lo que tu digas -le contestó mientras se volteaba- Tu y Yunho no me quitarán nuevamente lo que me hace feliz.
Kumi no contestó nada y Jae partió nuevamente a su auto. Era feliz otra vez, él sentía que nunca lo había sido tanto. No aguantaría que las mismas personas terminaran con todo eso. ¿Acaso ese era su plan? ¿Terminar siempre con su felicidad? ¿Acaso no le bastó con lo que le hizo el verano pasado? Quizás exageraba un poco, todavía quedaba tiempo y lo más seguro es que no se fueran para siempre. Pero el pequeño lo hacía sentir así, ya no podía estar lejos de él. A pesar de los pocos días que habían pasado desde que se encontraron, la conexión había sido instantánea y muy fuerte.
<<.Algo se me tiene que ocurrir.>>.
Cuando entró a su pieza sonó su celular: mensaje.
"Mañana haremos como que nada pasó, ¿verdad?", era Changmin.
"Si quieres olvidamos lo de tu hermana, pero lo de la plaza... SÍ que pasó. :)" Le contestó.
<<.Te quiero.>>
<<.Te quiero.>>
Ya era pasado media noche pero no era capaz siquiera de cerrar los ojos. Tenía la mirada perdida en el techo mientras pensaba. Sentía como si hubiera transcurrido mucho más que sólo cuatro días desde que todo empezó. Quizás eran demasiado precipitadas las decisiones que había tomado últimamente, pero sentía que hacía lo correcto y eso lo incitaba a continuar. Se sentía lleno de vida nuevamente después de haber dejado de lado casi todos sus sentimientos -aunque le había costado acostumbrarse a sus actitudes románticas y sin sentido racional de los últimos días- y por nada del mundo quería que esa sensación se terminara. No dejó que los pensamientos de pérdida ocuparan su cabeza, en vez de eso comenzó a recordar algunos momentos vividos con Min para así alimentar la plenitud y felicidad que ese pequeño le hacía sentir...sin darse cuenta cayó dormido en el más dulce de los sueños.
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Viernes. Al fin terminaría la semana y podría descansar. Para llevar sólo una semana de clases se sentía agotado: colegio nuevo, gente nueva, Jae, y ahora lo del viaje...
Antes de ponerse a pensar en eso saltó de su cama y se metió a la ducha. Allí dentro pensó en cosas que lo abrumaban menos, como el trabajo que debía entregar el lunes -que ya lo tenía casi listo, como siempre-, el correo que debía enviarle a sus padres para que supieran de su existencia y el almuerzo que tenía que prepararse... Nuevamente Jae a su cabeza. <<.Aquel recreo de almuerzo.>>, rió al recordar esa vez que Jae lo había besado en su sala de clases, era increíble todo lo que había pasado en sólo cuatro días...
Salió de la ducha y preparó sus cosas. Cuando llegó al comedor su hermana ya se había ido, por suerte le dejó dinero para transporte. Se disponía a correr para poder alcanzar el primer bus, pero cuando salió de la casa, alguien lo esperaba sentado a un lado de la puerta...
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¿Se puede morir de un ataque de felicidad? Jae sentía que su corazón no aguantaría mucho tiempo latiendo a ese ritmo y menos con los nervios que le recorrían el estomago cada cierto rato. No pensar en los problemas le había salido muy fácil, y la tarde del día anterior lo traía en las nubes. <<.Estoy hecho un mamón....>>. Hasta se había levantado más temprano, incluso le había dado el tiempo de fumarse su típico cigarro mañanero -el que siempre tenía lugar en la sala de profesores- en la terraza de su casa. Era increíble la cantidad de energía que tenía, se sentía hiperactivo. Prendió la radio y cantó todo el camino al colegio. Pasó por la casa de Yoochun -tenía muchas ganas de contárselo todo, hasta se sentía un poco como él con el exceso de todo - pero ya estaban todas las luces apagadas y las cortinas de la pieza cerradas. <<. Junsu debió haber pasado antes.>>. Se le hizo un segundo hasta que estaba en la puerta de la sala. Abrió y sólo vio un bulto acostado en tres bancos y con la mochila de almohada. Se acercó y era Junsu, ¿quién más dormiría tan acurrucado como un niño y abrazando a un...¿polerón?..? Estaba tan escondido casi que no se podía saber bien qué era, Yoochun alguna vez le había comentado que si no abrazaba algo no había forma de que se durmiera...entonces en un arranque de sana maldad agarró el polerón y se lo quitó. Junsu saltó como un bebé asustado y miró rápido en todas direcciones.
- Aaaah Jae tonto!-le contestó mientras se fregaba los ojos y lo miraba con cara de enojado- quería seguir durmiendo!! Malo.
Le sacó la lengua, gesto que le recordó mucho a Yoochunnie. <<.estos dos son iguales.>>, pensó Jae mientras reía.
-Pensé que te habías venido con Chunnie -le dijo mientras le tiraba el poleron de vuelta.
-Yo creí que me lo traerías tu…-le contestó Junsu aun sin despertarse bien.
-mmmmh...
No quiso preocuparlo, no le dijo que no estaba cuando él pasó.... Miró a Junsu y éste se había vuelto a dormir. De seguro él y su desaparecido novio habían tenido "una noche larga" y simplemente estaba en su casa y se había quedado dormido...<<.¿En qué andaría metido?.>>
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