Todo sucede cuando menos lo esperas

Titulo: Todo sucede cuando menos lo esperas
Autor: Kanda_san
Pareja: JaeMin
Género: Slash - Romance
Extensión: Oneshot
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Changmin salió de casa abrigado, pues aunque no hacía viento fuera, el frío se dejaba notar. Llevaba puesto un pantalón vaquero desgastado por el uso, un jersey grueso de lana, su bufanda gris y un gorro que le tapaba las orejas; se puso sus auriculares y comenzó a caminar sin rumbo, calle abajo, escuchando música. Curiosamente, nadie parecía reconocerlo por allí, aunque él evitaba mirar a la gente; metía sus manos en los bolsillos y, cabizbajo, trataba de pasar desapercibido fuera como fuese. Cuando llevaba un buen rato caminando, se dio cuenta de que estaba muy cerca de la orilla del río, así que decidió sentarse sobre el césped cerca de un gran árbol. Apoyó sus brazos sobre las rodillas, entrecruzando sus finas y blancas manos, y su mirada se perdía en algún punto del agua que avanzaba mansamente. Entonces respiró con un vago suspiro, inundándose de aquella paz temporal que reinaba a su alrededor; alejado del mundanal ruido y ajetreo de su vida, del trabajo y las obligaciones, alejándose de sus miedos y temores, y permitiendo a su corazón latir con tranquilidad. Cualquiera que lo hubiese visto, se habría dado cuenta de que aquel joven, allí sentado, parecía estar muy lejos del lugar donde realmente se encontraba. Su piel parecía fina y suave como la seda, sus facciones delicadas y aniñadas le proferían una misteriosa y embriagadora timidez. Al cabo de un rato, sintió unos pasos aproximarse pisando la verde hierba. Se puso algo tenso pensando que alguien lo había reconocido, más pensaba que nadie allí podía verlo, pues el sitio en el que se hallaba estaba escondido; no quería que nada ni nadie perturbara aquel momento; solo él, él y sus pensamientos. Los pasos cesaron, deteniéndose justo a su lado, y aquella persona se sentó junto a él. Max giró su cabeza despacio y no pudo reprimir una tímida y cálida sonrisa al ver allí a Jaejoong.
-Hola –Dijo Hero con su dulce voz.
-Hola, ¿cómo me has encontrado?
-En tu casa me dijeron que habías salido a caminar, así que empecé a buscarte, y al pasar por aquí algo me dijo que bajara –Respondió Jae con un gesto de satisfacción.
-¿Qué haces aquí solo? –Le preguntó.
-Solo quería pasear, buscar un poco de tranquilidad y estar a solas –La voz de Min sonaba suave y armónica.
-¿Quieres que me vaya? –Inquirió Jaejoong. Max lo miró.
-No, no quiero que te vayas… en realidad… me alegro de que estés aquí –Respondió entrecortadamente. A Hero le fascinaba la inocencia e ingenuidad que aún Changmin conservaba; adoraba aquello, adoraba su forma de ser, y eso hacía que su escondido amor por él se desbocara.
-Me alegra mucho oírte decir eso, porque lo cierto es que quería verte.
-¿Y para qué querías verme? ¿A ocurrido algo? –Pregunto Max dubitativo.
-En realidad no, aún no ha ocurrido nada, pero… –Hero bajó la mirada por unos segundos- pero va a ocurrir… –Dijo al fin.
-¿Qué va a ocurrir…? –Y antes de que Changmin pudiera terminar de decir algo más, Jaejoong apoyó sus dos manos sobre el césped, acercándose cuidadosamente a él, se inclinó y besó aquellos finos y tímidos labios.
Max se quedó petrificado, casi sin poder reaccionar, pero su corazón latía aceleradamente y el deseo guardado en su interior comenzó a explotar. Se miraron sin decir nada durante unos instantes.
-Jae… yo… -Balbuceó Min.
-Ssscchhhh, calla… no digas nada por favor… no hace falta que digas nada si sientes lo mismo que yo…
Entonces, Hero lo obligó a recostarse sobre el césped, deshizo el nudo de su bufanda y retiró su gorro despeinándole; Jaejoong comenzó a besarle dulcemente, a cámara lenta, como si quisiera saborear cada instante en que sus labios rozaban los suyos, y comprobó, abrumado, que de los pequeños ojos de Max comenzaron a brotar diminutas lágrimas de felicidad; el corazón de Hero no podía ser más dichoso en aquel momento. De repente, Changmin quitó con cautela la chaqueta que Jaejoong llevaba puesta y desabrochó algunos botones de la camisa que llevaba debajo.
-Hace un poco de frío y está anocheciendo –Le indicó Max a Hero.
-Pues entonces tendremos que darnos mucho calor, te daré todo el calor de mi corazón, Changmin… –Y Jaejoong comenzó a besarlo de nuevo, humedeciendo su boca con el contacto de sus húmedas lenguas.
Max lo abrazó con ternura y vibraba de emoción, sus sentimientos lo desbordaban por completo y estaba completamente dispuesto a rendirse ante aquello, estaba completamente dispuesto a entregarse a él, y a darle todo, absolutamente todo… porque lo amaba, lo amaba sin remedio. Y aquella noche, bajo un cielo poblado de estrellas, con el sonido del agua a orillas de un río, Hero y Changmin hicieron el amor por primera vez, con no más testigos que la pasión desenfrenada que los gobernaba, que el amor tan profundo que los atrapaba… sus esculpidos cuerpos se entrelazaron una y otra vez… Hicieron el amor con tanta pasión que parecía como si quisieran detener el tiempo en aquel instante, como si quisieran no dejar de besarse, de acariciarse y sentirse el uno con el otro, como uno solo... Los suaves y acompasados gemidos de Max convertían a Jaejoong en el mejor de los amantes, y aunque él jamás lloraba delante de nadie, aquella noche, bajo las estrellas, Hero lloró de amor, lloró de amor y de placer, porque era feliz, porque Changmin era feliz… junto a él.

Fin.