SECRETO DE SANGRE
Ser un licántropo tenía ventajas sobre la raza vampira, porque podían moverse durante el día con la normalidad de un mortal común y corriente… y ello también le significaba mayores oportunidades para planear, para investigar aquí y allá, para indagar en el pasado mientras desarrollan una vida funcionando en la sociedad, que ajena a la naturaleza salvaje de criaturas nocturnas, vive en una cotidianeidad burda y autómata, donde los mayores logros se obtienen cada tanto, pero levantarse al amanecer no le representa otra cosa que rutina y trabajo…
Pero cuando humanos sin mayor habilidad que atender el teléfono en la recepción de una importante empresa, o entrega el periódico a temprana hora del día, o llevar la contabilidad de un Jefe que ni siquiera repara en su persona salvo para exigir lo que por principio de cuentas es responsabilidad suya; tienen la oportunidad de hacer cosas increíbles, de convertirse en el vehículo, la fuente o el enlace para una raza superior como los vampiros… simplemente no se le puede dar una negativa, porque cuando has presenciado con tus propios ojos la magnificencia de su poder, solo puedes doblegarte a su voluntad y servirles… sabiendo que una recompensa vendrá al final…
Y el grupo Sentinella con ellos también tiene que lidiar…
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Seúl, Corea
Distrito Gangseo-Gu
Palacio Sentinella
El Equipo Táctico de Caza es comandado por Marek, sujeto de 30 años que ha estado en el grupo Sentinella desde los 15, es uno de los cazadores de licántropos y vampiros más experimentado, tiene cicatrices por todo el cuerpo que le recuerdan día a día la razón por la que deben ser exterminados. Dirige a cinco muchachos, a saber: Junsu, Gerard, Roxanna, Nínive y Jared, los cinco mejores elementos que él mismo reclutó de los diversos equipos del complejo dos meses atrás… su misión es cazar a Zhang Yiang y a Kim Won Dae, licántropo y vampiro más poderosos en los últimos tiempos, respectivamente… pero para llegar a ellos…
- Yiang es muy inteligente, cuando nosotros hemos dado un paso hacia él, ya nos tomó dos pasos adelante… - Marek tenía a su equipo reunido en una de las salas del enorme palacio, una pantalla les mostraba fotografías tomadas al lycan chino, también observaron videos e imágenes de operaciones que ha llevado a cabo… - siempre llevándonos ventaja; sin embargo, el Equipo de Acecho ha descubierto a uno de sus principales informantes… - una fotografía de un hombre de pelo cano, porte garbo y facciones duras… - el Historiador Gustav Anderson, 50 años, nunca se ha casado ni se le conoce familia alguna, pero tiene un enorme currículo de investigaciones sobre mitos y leyendas alrededor del mundo, naturalmente, con una fascinación especial por los hombres-lobo y vampiros… - la pantalla fue apagada… - el Equipo de Acecho no pudo acercarse a él, está bien custodiado por lycans, así que nosotros iremos en su búsqueda…
Junsu y los otros cuatro se pusieron de pie, tomaron sus equipos, corroboraron el óptimo funcionamiento de sus armas, ajustaron sus chalecos, se colocaron los dispositivos de comunicación y salieron todos rumbo a una furgoneta que los llevaría al Aeropuerto, desde donde saldrían en un jet rumbo a Alemania…
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Frankfurt, Alemania
Marek y su equipo tenían rodeada la Residencia del Dr. Gustav Anderson, había 10 o más licántropos custodiando cada posible entrada… pero el hombre confiaba en sus hombres. Movió su mano indicándoles el inicio de la misión y entonces todos comenzaron a moverse sigilosos por los alrededores…
Los licántropos pudieron olerlos, puesto que aun cuando no se transformen en aquéllas bestias imponentes, sus sentidos son más agudos que los de un humano normal; pero aquello no era un obstáculo para los centinelas, que moviéndose con agilidad y disparando sin dudar de sus armas con balas de plata, fueron derribando uno a uno a los lycans. No faltaron por supuesto los golpes fuertes de un enfrentamiento, o los ataques con armas de fuego que alcanzaron a herir superficialmente a más de uno; pero al final, Gustav Anderson fue llevado por el Equipo Táctico de Centinelas…
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Londres, Inglaterra
Chae Yun se levantó de la cama de aquél hotel en donde un apuesto hombre dormía profundamente, agotado después de haber cumplido con los deseos de esa hermosa mujer oriental que tan bien sabía brindar placer… la Princesa cubrió su desnudez con una bata blanca de seda y caminó a la ventana de la habitación, desde donde podía ver la luna plateada en el firmamento… sus finos rasgos eran más bellos bañados por la luz de la luna, y su piel blanca como la porcelana resplandecía con un encanto casi mágico, y al abrir la ventana sus largos cabellos oscuros fueron mecidos por el fresco viento de la madrugada…
- demasiado silencioso… aburrido… - por su personalidad seductora, a Chae Yun le encantaba el bullicio banal de la vida nocturna… pero al parecer esa noche toda la gente descansaba… - creo que me he equivocado de lugar, este lado del mundo es muy soso…
Regresó sobre sus pasos y comenzó a vestirse con aquél vestido blanco que poco dejaba a la imaginación y que atraía la mirada de cualquiera, calzado delicado de tacón alto, se retocó el maquillaje, peinó sus lacios cabellos en una coleta dejando algunos mechones caer en su rostro y salió de esa habitación, afuera le esperaban dos vampiros de su guardia personal, otros dos aguardaban en el lobby, y un quinto le abrió la puerta de una limousine que partió rumbo a algún antro de mala muerte como los que a ella tanto le fascinan porque encuentra a los tipos más atractivos y peligrosos, tal como le gustan a ella…
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Hong Kong, China
Yiang salió como todas las mañanas a atender sus negocios, lo que significaba que podía entrar en cualquier empresa, industria o compañía de todo Hong Kong, porque detrás de todo el poderío del Imperio Financiero de Asia bajo los nombres de importantes marcas internacionales o centros económicos de la región solo el suyo pesaba como verdadero dueño y señor…
En uno de los enormes rascacielos se encontraba una compañía nacional de Seguros y Bienes Raíces, y apenas el lycan pasó por el lobby, ya todas las mujeres alrededor se sintieron atraídas por su varonil presencia, perdiéndose en esos ojos profundos ojos oscuros, en esa pícara sonrisa que hizo a todas suspirar y sonreírle sensualmente en espera de ser invitadas por lo menos una vez a su oficina, donde sabían no solo atendía negocios…
Cuando llegó al último piso y entró a la amplia Oficina desde donde podía ver el Puerto Victoria y más allá el azul del mar, Yiang fue abordado por uno de sus lacayos…
- he sido informado de que hemos perdido al Dr. (por su grado como historiador) Gustav Anderson, ésta mañana un grupo de centinelas barrió con nuestra fuerza de defensa matando a los licántropos que tenían su custodia…
- y tienes una buena noticia para mí después de decirme tal estupidez… - siendo firme pero mostrándose sereno, el lycan se sentó en la majestuosa silla, perteneciente a un Emperador de la Dinastía Ming, traída desde la colección privada de un magnate inglés…
- se recuperó toda la información de la investigación de Génesis… - le mostró la pantalla de su computador personal en el escritorio… - logró construir su árbol genealógico por generaciones durante siglos… - en el monitor se veía una cadena de nombres que en momentos nada parecían tener que ver pero que pertenecían a una misma línea de sangre… - encontró al único descendiente de su estirpe…
- Ogazawara Kenryu… - leyó Yiang, sonriendo con suficiencia; el expediente del japonés se encontraba ahora ocupando todo el monitor… - vale más que ya hayas mandado por él y que me lo traigan vivo…
- Darius partió hace poco…
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Tokyo, Japón
Distrito Shinjaku
Departamento de Ogazawara Kenryu
La noche había caído una vez más en la capital nipona, y para el joven paramédico resultaba extraño llevar a ChangMin a su departamento… realmente era la primera vez que él llevaba a un chico a su casa, porque generalmente, y no que haya tenido muchas parejas sexuales, terminaba en una habitación de hotel o el departamento de aquél con quien háyase ligado… pero tratándose de ChangMin todo era simplemente diferente desde el momento en que lo conoció… lo que por cierto fue apenas hace cuatro días…
- quieres tomar algo?... – cuestionó entrando en su cocina, el Príncipe vampiro caminó hasta la estancia observando detenidamente el lugar, los retratos sobre el mueble en el muro lateral en donde aparecía el ojigris con compañeros de trabajo, amigos, amigas… ninguna foto que le pareciera de Familia… todo estaba en su lugar, lo que le decía que es un chico ordenado y limpio, muebles sencillos, una mesa ratonera de centro, una pantalla de plasma, DVD, equipo de sonido, películas de acción, pornos, música de jrock; comedor para cuatro, dos habitaciones a puerta cerrada… un departamento muy de joven soltero despreocupado pero centrado… - no soy nada del otro mundo… - la voz de su anfitrión lo sacó de sus pensamientos… - cerveza?... – cuestionó extendiendo una botella hacia ChangMin…
- gracias… - negó el morocho, sentándose luego en uno de los sofás, el ojigris dejó la cerveza que le ofreciera a su invitado sobre la mesa ratonera, sorbió un trago de la suya y la dejó junto a la otra… - no han cicatrizado… - llevó uno de sus dedos al cuello del ojigris, tentando la zona donde los colmillos de su amigo transformado en vampiro dejaran un rasguño al haber rasgado su piel…
- eso es porque no me los atendí… - sintiendo un escalofrío ante el tacto del morocho, el ojigris no evitó cerrar los ojos por unos segundos para disfrutar mejor de su toque… notando un calor nacer en la boca de su estómago…
- has tenido alguna reacción diferente ante la sangre?... – el morocho notó que el ojigris jadeaba ante su tacto y apartó inmediatamente su mano…
- de qué hablas, ChangMin… - movió la cabeza de un lado a otro espabilando esa repentina sensación de deseo que nació apenas el morocho tocara su piel…
- qué no lo recuerdas, a tu amigo transformado en vampiro…
- creí que había sido solo un sueño tonto que tuve…
- un sueño? Y crees que por un sueño yo estaría aquí, que te cité a esta hora solo porque sí…
- no pensé que había sido solo porque sí… -
- qué carajo estás pensando?... – ofuscado, el morocho se puso de pie… aunque… en realidad, porqué motivo le había buscado? Era acaso el hecho de no haber podido sacarlo de su mente desde hace dos días, de sentir una inexplicable atracción, de presentir que es sumamente importante protegerlo, mostrarle el mundo de las penumbras…
- nada, ChangMin, tienes un carácter complicado, te lo habían dicho?... – un trago más de cerveza… - así que dime, exactamente para qué querías verme y porqué me pediste que fuera en mi departamento y no en algún bar o antro…
- te lo dije ese día, no es seguro para ti que andes por las calles durante las noches, en especial si es luna llena; además, necesitaba saber si te has sentido diferente desde ese día…
- es en serio todo eso de los vampiros? No es una broma tonta que mis amigos se hayan montado, y que vaya a resultar que eres un actor o algo por el estilo?
- te parece que soy un actor de quinta que se prestaría para hacer una estupidez como la que estás diciendo? Y sí, soy un vampiro, mira… - y dejó que su naturaleza vampiresa emergiera, sus ojos se tornaron de azul claro, le crecieron los colmillos… y al parecer de Kenryu, también lucía más atractivo con la piel pálida y los labios mas rojizos… - y ni se te ocurra preguntar si es un truco porque juro que te muerdo… - el ojigris no pudo contener una risa por sus palabras… pero Min ni siquiera sonrió…
- ok, ok, digamos que te creo… también recuerdo que esa noche dijiste que podías ver en mis ojos que yo era especial, de qué estabas hablando? Crees que soy un vampiro, porque puedo perfectamente exponerme al sol y no me reduzco a cenizas, veo sangre pero no tengo deseos de probarla… - el japonés se preguntaba internamente porqué estaba tan tranquilo hablando de aquéllas cosas que solo se ven en las películas de fantasía y ciencia ficción, pero por alguna extraña e inexplicable razón le resultaba algo natural… casi agradable, en especial por el simple hecho de estar con ChangMin, porque sencillamente no podía ignorar su atractivo y el deseo de tomarlo crecía a cada segundo que seguía ahí…
- no sé con exactitud porqué dije eso, pero es verdad… - sintió un ligero estremecimiento cuando el ojigris se puso de pie parándose frente a él, clavando su mirar en sus ojos…
- todavía no me queda claro nada de todo lo que estás diciendo, pero me alegra haberte vuelto a ver… - demasiado atraído por el chico, no podía evitar sentir deseos de acercarse más, de probar sus labios y acariciar su piel… el amor a primera vista no existe, cierto? Pero si el deseo carnal…
- porqué… - murmura el morocho, cediendo su naturaleza vampiresa y volviendo a tener una apariencia mortal…
- realmente me gusta más el color miel de tus ojos, va más contigo… - sus rostros acercándose, desviando su mirar a los labios del otro… deseándose mutuamente…
Y no hicieron nada por evitar el contacto de sus bocas, besándose despacio, tomando con suavidad el otro juego de labios… probándose sin prisa alguna, olvidando totalmente que apenas y se conocen, porque el deseo de sentirse era una fuerza inevitable que los arrastraba a seguir con más besos y otras caricias que poco a poco participaban de ese repentino encuentro íntimo…
ChangMin empujó a Kenryu obligándolo a sentarse en el sofá nuevamente, y luego le siguió el camino sentándose a horcajadas sobre sus caderas, compartiendo besos más apasionados, dejando que sus lenguas se encuentren y hagan una lucha por dominarse mutuamente, sintiendo que les arde el interior mismo, que los besos y caricias dejadas sobre la ropa no son suficientes… deseando ir más allá, sentir palmo a palmo la suavidad y el calor de la piel del otro… el ojigris entonces comenzó a bajar con sus besos por el cuello, lamiendo esa tez clara que se eriza ahí donde deja su estela húmeda de pasión. Las manos de ChangMin se movieron sigilosas por los hombros del japonés, jadeando porque su camisa estaba siendo desabotonada por las hábiles manos de su amante, besando lentamente cada trozo de piel al descubierto, succionando con suavidad. Y una vez que consiguió su objetivo de retirar cada botón, la prenda resbaló por los bien formados brazos del morocho, dejando al descubierto la parte superior de ese cuerpo que el ojigris tanto deseaba poseer hasta saciarse, como de una sed que no puede ser saciada salvo con una eternidad probando de aquél elixir dulce…
Y lleva sus labios a los pezones de ChangMin, depositando un corto beso en cada montecito que endurece al solo contacto con su aliento, el morocho arquea la espalda cuando son succionados uno a uno y lamidos con tal vehemencia que no puede pensar, solo sentir, dejándose llevar por un deseo que nunca antes había experimentado, porque a través de los siglos, él solo conoció mujeres, llegó a sentir atracción carnal por alguna, pero nunca… nunca nada como esto, el placer inmediato de ser tocado y besado por otro hombre, y era como si fuera cosa del destino, porque Kenryu era como una droga, era como la necesidad de beber la sangre… era algo a lo que no podía resistirse, que necesitaba… que le daba una sensación de plenitud que ni siquiera sabía que existía…
Las manos del ojigris vagan entonces por toda su espalda, reconociendo cada trozo de piel, acariciando sinuosamente cada centímetro en tanto su boca sigue concentrada en saborear y marcar cada palmo al frente, dejando que su lengua llene de saliva los pectorales de ese cuerpo delgado que arde ahora bajo su tacto… introduciéndose traviesa en el ombligo, imaginando cuán erótico será hacerlo más tarde con su intimidad y profanar su cavidad estrecha.
ChangMin se da cuenta entonces de que no ha participado en absoluto de aquél juego erótico de caricias y besos, y buscando la boca del ojigris lleva sus manos al cuerpo de su amante para deshacerse de su playera y deleitarse con sus bien formados músculos, sintiendo un chispazo eléctrico al recorrer con las yemas de sus dedos su pecho, demarcando cada línea de sus pectorales, presionando suavemente con sus dedos los pezones del japonés, sonriendo con lascivia al escuchar esos gemidos que nacen en su garganta, notando que es ahora Kenryu quien se queda quieto solo recibiendo sus atenciones… y se vuelve aún más irresistible y tentador el estar así con él, y poco le importa el hecho de que sea otro chico con quien está sintiendo lo que se supone debiera haber sentido con las varias chicas que poseyó…
Suspira cuando las manos del pelicastaño finalmente viajan a su entrepierna, que semidespierta resalta ya sobre su pantalón, observa el rostro de su amante y descubre en sus ojos el brillo del deseo y en su boca una sensual sonrisa que hace que se le erice por completo el vello de todo su cuerpo. Kenryu desabrocha el cinto e inmediatamente los jeans, aparta la ropa interior y toma entre sus manos la erección del morocho…
- ahh, ahh, Kenryu, mhh, mhh… - se muerde el labio inferior al momento en que la punta de su miembro es apresada por los dedos del ojigris, mientras la otra mano de éste sube y baja por su extensión presionando un poco más fuerte en su base… - aahhh, ahhh, mmhhh…
Ogazawara solo puede sonreír complacido por ver sus facciones llenas de gozo, el sudor comenzando a perlarse en su rostro, las mejillas fuertemente sonrojadas, los labios entreabiertos dejando escapar jadeos y gemidos cada vez más roncos, pasando su lengua por sus labios como quien saborea un rico manjar… Pero ChangMin no quiere ser el único en tal nivel de excitación, por lo que lleva sus propias manos al pantalón del ojigris, desabrochándoselos con algo de ansiedad, apartando la prenda interior de la misma manera que hicieran con él, y toma ese trozo de carne caliente y duro que parece haber estado más necesitado de atención de lo que esperaba…
- mhh, mhh, así Min, aahhh… - nunca sintió tal delicia al sentir otras manos sobre su erección, pero la calidez de esas que masajean con frenesí su palpitante miembro casi lo hacen sentir al borde del orgasmo a pesar de que apenas si ha comenzado… - mmhhh, ahh, Chang…Min ahhh…
Y ahí estaban los dos gimiendo ronco, demasiado excitados como para pensar en que la guardia personal del Príncipe Kim les escuche desde afuera del departamento, como para reparar en el hecho de que es solo sexo… tal vez el mejor de sus vidas, pero sexo al fin y al cabo… pero sentirse así, darle al otro tal placer les ha nublado los sentidos… y Kenryu para de pronto al sentir que no deben estar lejos del éxtasis, obliga a ChangMin a parar también, se funden en un beso más y luego lo hace bajar de sus caderas para caminar entre nuevas caricias y besos hasta su habitación. El morocho cae sobre la cama, e inmediatamente siente cómo sus jeans y ropa interior son casi arrancados de su cuerpo y tirados por ahí en el suelo, y ve cómo el pelicastaño hace lo mismo con sus prendas…
- hubiera querido hacer eso… - suelta el morocho con la voz excitada…
- en la próxima… - y el solo decir eso le hace sentir extraño, porque nunca piensa siquiera en una segunda vez con algún amante, pero siente que con ChangMin pasaría la eternidad teniendo sexo…
Kenryu sube a la cama, recostándose sobre ChangMin besándose una vez más con súbita pasión, sintiendo el roce de sus erecciones arrancarles un gemido ahogado entre sus bocas fundidas en el beso… el morocho se mueve friccionando sus caderas contra las del ojigris, deseando obtener más de ese placer que instantes antes le fuera privado…
- ahh, ahh, mhhh… - gimen ambos, sus ardientes cuerpos se han cubierto ya de sudor y el cabello ha comenzado a pegárseles al rostro, y sumidos en esa danza erótica de caderas sienten nuevamente que de seguir así en cualquier momento liberarán sus semillas al alcanzar el éxtasis…
Pero Kenryu para otra vez, se levanta lo suficiente para que sus cuerpos no estén pegados, notando un respingo en ChangMin por su acto; le sonríe con lascivia y se acomoda entre sus piernas, tan solo para tomarle la cintura e instarla a que se gire quedando boca abajo, el morocho se extraña pero no se niega, está dispuesto a dejar que lo haga a su antojo, con tal de que le permita tener ya su orgasmo porque la entrepierna ha comenzado a dolerle… y se sabe de un momento a otro a cuatro patas sobre el colchón, la lengua del pelicastaño lame su entrada, y una mano de éste pide permiso a su boca de entrar en ella… comprende el mensaje y toma entre sus labios tres de sus dedos, chupándolos y lamiéndolos con lujuria al sentir nuevas oleadas de placer correr por su cuerpo por esa lengua que insiste en humedecer con su saliva su intimidad…
- ahh, ahh, mhh… - gime más fuerte cuando al haber liberado los dedos de su amante, éstos se dirigen a su intimidad…
Siente uno introducirse en su interior, y aunque duele, le causa demasiado morbo el hecho de sentir todavía aquélla lengua insistente lamiendo su intimidad… y aquél dedo comienza a moverse en su interior, entrando y saliendo con calma, como dándole tiempo de acostumbrarse a su intromisión, y no mucho después le acompaña un segundo intruso… duele un poco más, pero le gusta, siente la otra mano de Kenryu en su cóccix presionando un poco y eso ayuda a que su pasaje se dilate más fácilmente, entonces nota el tercer dedo invadir su cavidad y moverse en círculos en su interior, arrancándole más gemidos… y cuando esos dedos se apartan espera sentir la erección de su amante en su intimidad, pero a cambio vuelve a sentir su lengua entrando y lamiendo su interior, embistiendo contra él de forma tan erótica que le tiemblan las piernas…
Cuando Kenryu siente que está lo suficientemente húmedo, se aparta y se acomoda perfilando su miembro en la entrada de ChangMin, le toma las caderas con fuerza y lo penetra de una sola estocada…
- aahhh… - gime con dolor el morocho, y sus colmillos se revelan casi contra su voluntad al tiempo que arquea la espalda para inmediatamente encorvarla y agachar la cabeza, algunas lágrimas han escapado de sus ojos…
- estás bien?... – asustado por su salvajismo por adentrarse en su amante, el ojigris se recuesta sobre la espalda de éste para acercarse a besar su nuca con ternura…
- ahh… - pero el morocho solo pudo jadear y asentir con la cabeza, el punzante palpitar de su pasaje dolía y tenía que respirar profundo para acostumbrarse a su intromisión…
- lo siento… - llevó un camino de besos por sus hombros, depositándolos con ternura, volviendo a su nuca y pasando luego a sus mejillas, instándolo a girar su rostro para alcanzar sus ojos y besar sus lágrimas… hasta unirse a su boca en un beso más tranquilo y dulce…
- muévete ya… - pidió el morocho unos minutos después de toda esa dulzura, sintiendo todavía un escozor en su cavidad con las primeras estocadas del ojigris… - aahhh, ahh, mmhhh… - comenzando a disfrutar más tarde de su ritmo suave…
- aahhh, Min, ahh… eres demasiado estrecho… mmhhh, mhhh… - gimiendo ronco por esa deliciosa sensación de su miembro entrando y saliendo en aquella estrechez, el japonés no pensó siquiera en que era el primer hombre con que ChangMin hacía aquello…
- mmhhh, más fuerte… - su petición concedida con embestidas más profundas y rápidas… - ahh, ahh, así, Ken…mhh…ryu… aahhh…
Ogazawara se siente delirar envuelto en el placer de ese vaivén cadencioso que él ha impuesto, el chocar de caderas produciendo ese húmedo sonido erótico que los hace gemir más ronco y gritar de gozo. Las manos del ojigris tomando con fuerza la cintura del morocho, subiendo de vez en cuando a su espalda para acariciársela y sentir su piel caliente sudada contra su tacto… luego lleva una de sus manos al miembro de Shim, presionando la base para que no se corra antes que él…
- ahh, Ken, mhh, necesito… mmhhh, venirme ya, ahhh… - porque su erección dolía ante la necesidad de alcanzar su orgasmo con todo ese placer circulando por cada fibra de su cuerpo…
- mhh, espera, ahh, un poco Min… - porque quería venirse primero y poder hacer después lo que en esos momentos pasó por su mente…
Y continuó con su ritmo de embestidas alcanzando un frenético vaivén que lo transportó al orgasmo explotando en el interior de ChangMin, sintiendo cada músculo de su cuerpo tenso temblar con los espasmos de su éxtasis… pero no perdió tiempo, salió de su interior y pasando por entre las piernas del morocho, se recostó boca arriba alcanzando el miembro hinchado y necesitado de su amante, lo metió en su boca y succionó tan solo un par de veces para recibir con gusto su esencia tragándola por completo… entonces el morocho alcanzó su orgasmo y tembló como nunca después de terminar, porque en definitiva este placer nada tenía que ver con las veces en que fue él quien se introdujo en algún cuerpo femenino que poco lograba caldear sus sentidos… en cambio con Kenryu, había sido simplemente sensacional… el mejor sexo de toda su vida…
El japonés se impulsó con sus piernas más hacia arriba en el colchón, quedando a la altura del rostro del morocho, que sostenido apenas en sus manos continuaba en la misma posición en la que lo dejara, alcanzó sus labios dejando un corto beso sobre ellos…
- eres delicioso, sabías?... – pasó sus manos por los costados del morocho abrazándolo por la espalda, instándolo a recostarse sobre su pecho…
- me lo habían dicho, sí… - porque eso era cierto, todas las mujeres de su pasado siempre decían que aquello, y que era el mejor en la cama, entre otras palabras que está seguro debieron ser ciertas… sin afán de ser vanidoso, pero sabe lo que hace…
- no te lastimé demasiado, verdad?... – todavía arrepentido de la forma tan violente en que lo penetró, el japonés llevó su mano al trasero del morocho para acariciar su pasaje, todavía dilatado y mojado por su esencia…
- viviré… - era demasiado agradable estar en esa posición, sentir esos brazos cobijando su cuerpo, esas manos acariciando su desnudo cuerpo…
Unos minutos después ChangMin se puso de pie, buscó sus ropas y se vistió… siendo observado minuciosamente por Kenryu, que sonreía anonadado en su cuerpo, y sentía casi como si hubiera sido un sueño el haberlo hecho suyo hace apenas unos instantes, porque de pronto le parecía tan perfecto que…
- has pensado en vivir en algún otro lugar… - soltó de pronto el morocho, mirándole desde el frente, de pie…
- una noche de pasión y ya quieres llevarme contigo, ChangMin… - cuestionó con una sensualidad que hizo que el morocho sintiera calor otra vez…
- creo que no es seguro para ti quedarte…
- porqué?... – poniéndose de pie, notando cómo el morocho voltea hacia otra parte para no verle desnudo, el japonés también comenzó a vestirse…
- ya te dije que no estoy seguro, pero presiento que no debes quedarte… - dicho lo cual uno de sus guardias entró abruptamente en la habitación…
- lycans, Príncipe ChangMin, debemos irnos…
Afuera ya se escuchaba el rugir de licántropos y los peculiares gemidos de vampiros en combate… ChangMin ni siquiera pensó, solo tiró de Kenryu antes de saltar por la ventana cerca de seis pisos abajo, pero antes de caer de lleno en el suelo, el ojigris sintió cómo el morocho lo abrazaba para tomarlo entre sus brazos y evitar el impacto de su cuerpo humano contra la acera…
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Seúl, Corea
Palacio del Este (Changdeokgung)
Won Dae estaba muy enojado esperando por la llegada de sus hijos, la Sala Principal iluminada por antorchas de fuego crepitante que parecía avivar con la ira del Adalid… la primera en llegar fue su hija…
- cuándo demonios aprenderás a obedecerme!... – bramó con clara molestia…
- cuando dejes de ser tan amargado, papá… - conciente de que a pesar de toda esa furia que su padre pueda mostrar al final le recibirá con los brazos abiertos, la muchacha caminó hasta él sin inmutarse por sus gritos…
- la tregua entre clanes se ha roto, no es seguro que andes por ahí, y menos en otros países donde no puedo protegerte, Chae Yun… - suavizó sus expresiones cuando su hija se hincó ante él besándole el dorso de la mano para luego apoyar su rostro en su regazo…
- lo siento padre, pero me conoces, sabes que me aburro encerrada en éste enorme palacio… - las manos de su progenitor acariciando sus lacios cabellos…
Jaejoong entró por las enormes puertas de madera, caminando también hacia su padre, sabiendo que estaba por venir su explosión verbal acerca de sus responsabilidades como heredero del Clan…
- dónde te metes que nunca es fácil encontrarte, Jaejoong… - cuestionó con severidad, la Princesa solo volteó hacia su hermano para sonreírle, porque ella sabía bien dónde… o más bien con quién, se metía el pelioscuro…
- por ahí padre, pero no te preocupes, me defiendo mejor a solas que con esos tontos que tengo por guardia personal… - tomó asiento a lado de su padre, quien seguí sumiso ante la muchacha, acariciando su fina cabellera… era tal vez por el hecho de ser la viva imagen de su fallecida madre que la amaba tanto, que la protegía por sobre todas las cosas, que la consentía como no ha hecho con los varones…
- y ChangMin?... – preguntó Chae Yun, notando cómo la expresión de su padre cambiaba, tornándose más dura, sus ojos cruzados por un brillo de desprecio hacia el nombre de su hijo menor…
- ese… muchacho, cuándo aprenderá a respetarme… - masculló con la mandíbula fuertemente apretada…
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El menor de los Príncipes del Clan Kim estaba ante tres licántropos, ni uno solo de sus guardias vivo ya… Kenryu a sus espaldas, donde él lo obligara a permanecer contra el muro del Edifico de Departamentos…
- no es su pelea, Príncipe ChangMin, entréguenos al muchacho y le dejaremos vivir… - Darius, un corpulento hombre de tez clara, ojos azules y cabello rubio, permanecía frente a sus tres compañeros transformados ya en aquellas feroces bestias…
- hay muchos humanos más que pueden devorar, yo quiero esta presa para mí…
Por el silencio del hombre, y la determinación en sus ojos, el vampiro comprendió que algo más tenía Kenryu que interesaba a los lycan…
ohhh..no te demores mucho..me quede con las ganas....
ResponderEliminarte quedo super XD
ahiiii,q interesanteeeeeeEE...es q te kedas picada con cada capitulo u.U,xk el papa de minnie se molesto apenas mencionaran su nombree.e ahahaha,,next epi..:)
ResponderEliminaruyyy espero que changmin no sea lastimado.... que buen fan fic.... me tiene re intrigada
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