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Arualthings

Soul Fighter Storm cap 25

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Un poco más despejado y con mi toalla encima, entré en el baño a ducharme.

Estaba cubierto de sudor, de suciedad y de.... de... no sé.

Sin mirar a ningún lado me metí de golpe en la ducha, dispuesto a cubrirme de oloroso jabón y suave espuma.

Mientras limpiaba mi piel.....esta misma parecía recordar sensaciones adormecidas en ella....todo el olor se fue..excepto el sabor...en mi boca.


Un sabor....extraño e intenso, que no era alcohol. Un sabor nuevo y a la vez familiar.

Deje que el agua tibia llenara mi boca también. En el interior de mi cabeza....adolorida, retumbando con ecos de ruidos sordos y confusos que el agua no se llevaba, escuchaba también algo.... la voz de Changmin.....quizá ya me estaba volviendo loco.....

“bésame”

Eché mi pelo hacia atrás y lo enjaboné lentamente. Cada vez escuchaba su voz más intensamente...

“bésame”

“bésame....”

“no me puedes dejar así...”

“hazlo...”

“besa......besa.....”

“Hazlo..... por favor...”

"por favor......."

"Jaejoong...."

"hazlo..."

"lo siento..."

Sacudí mi cabeza bajo la ducha, confundido, embriagado por la tibieza del agua, el sonido de la voz de Changmin en mi cabeza....con una sensualidad que jamás había escuchado, me estaba excitando aunque mi cuerpo se encontraba aún agotado.

Aún recordaba este sueño.....después de todo, no había conseguido librarme del efecto de Changmin sobre mi anoche.

"aaaaah...hazlo"

Me apoyé contra la pared de la ducha con un brazo, era de locos, ya no podía levantarme sin pensar en él. Si seguía así no sabía cuánto tiempo más podría esquivarle.

Unos golpes en la puerta me avisaron de que el desayuno se acabaría pronto.

Una vez salí de la ducha, terminándola con agua fría, la cual odiaba, pero no saldría en este estado al desayuno con todos mirando.

Cuando me acerqué a la mesa del salón, tenían puesto en la tv una grabación de uno de los programas anteriores de televisión que habíamos grabado.
Yunho los estaba repasando, y Junsu los comentaba con él. Todos parecían estar concentrados mientras desayunaban, excepto Changmin quien mordisqueaba un melón-pan con un taza de café con leche sin azúcar frente a él, con los hombros encogidos, en un extremo de la mesa, con esa cara de molestia que el pone, cuando ha dormido poco.

Me senté silenciosamente sobre la mesa, terminando de secarme el pelo con la toalla que llevaba sobre los hombros, sin poder evitar mirarle de reojo. Nuestras miradas se encontraron tan solo un instante, hasta que Changmin apartó su vista de mí.

-Has visto eso?- me llamó la atención Yoochun. -Te han pillado -otra vez- rascándote la nariz Junsu.....es que yo me parto....

-¿Y a ti?? mira ya hemos visto 3 planos que te han pillado poniendo una de tus muecas raras cuando ha preguntado el presentador, como sigas así tu popularidad bajará antes de irnos y verás...- Le replicó Junsu muy seguro.

-Bueno pues a mí no me hace gracia. - Concretó Yunho.-Tenemos que hacerlo mejor.

-Si, porque a ti te han pillado en el programa del viernes rascándote DONDE NO DEBIAS EH?- le recordó Yoochun haciendo reír al personal.

A mí se me escapó una de mis sonrisillas malignas.

-Si, recuerdas que fue por mí que sacaron el plano del programa anterior....dios, no puedo estar a todas Yunho, cámbiate de calzoncillos o algo....- todos rieron de nuevo al escuchar mi comentario.- será que no tengas ropa interior... hay que ver....

-Sabes que, la próxima vez que te pillen hurgándote esa nariz de aguilucho que tienes, lo voy a dejar, a ver si nos sorprendes con un chiste cómico mejor que los de Junsu eh?- Me replicó Yunho haciéndome sonreír de medio lado y preparado para el reto. Pero Changmin interrumpió mi réplica antes de que pudiera comenzarla.

- Chicos.....me duele la cabeza...no gritéis ok?- Dijo con voz apagada desde su esquina. Yo le miré a los ojos de nuevo.

Estaba comiendo una de mis gelatinas de fruta favoritas, y acababa de encontrar el pedazo de melocotón, intentaba como siempre quitarle la gelatina de alrededor para poder morderlo después.

Changmin esta vez, no apartó la vista de mí. O no pudo.

Curioso por su cambio de actitud, no pude dejar de mirarle de reojo, mientras intentaba no perder el hilo de conversación con los demás.

No apartaba su vista de mí, me tenía intrigado. Su mirada era cada vez más intensa y estática...cada vez que le miraba de nuevo sus ojos parecían perderse sobre mí, las voces de los demás escucharlas más distantes....

Había dejado de comer por completo, de estar encogido, de mirarme de reojo. Me sostenía la mirada firmemente, cuando noté que no miraba mis ojos.

Detuve el movimiento instintivo y mecánico de la cuchara en mi boca.

Con mi lengua retiré lentamente los restos de gelatina traslúcida y fresca de mis labios, y los apreté para succionarlo.

Lentamente, inseguro de que fuera algo en mi boca lo que atraía de tal manera la atención de Changmin, cuidadosamente dejé salir una vez más la cuchara de entre mis labios, procurando retener el pedazo de melocotón que traía.

Podía observar como la boca de Changmin se había entreabierto imperceptiblemente. Cuando bajó ambos brazos debajo de la mesa. Miró inquieto a los lados y encontró mis ojos.

En ese momento creí darme cuenta de lo que ocurría.....

"no puede ser"

Changmin se levantó bruscamente de la mesa, cosa que no logró distraer la atención de nuestros compañeros en la tv. Y salió disparado hacia las habitaciones, pero aunque caminaba deprisa, había cosas que un pantalón deportivo no podía esconder.....

no podía creer lo que estaba pasando....

-jajaja has visto eso?- Dijo Junsu refiriéndose a Changmin.- Ya te dije yo que al final se les caería la cara de vergüenza.... jajaja

Todos rieron su gracia pero yo cada vez estaba más mosca.

- bueno Jae, espero que no fuera en mi cama.- Dijo Yoochun mirándome.

-Chicos, vale ya.- Regañó Yunho mientras terminaba su desayuno, pero él también reía.

-No sé de que hablas.- Dije a Yoochun bastante serio.

-En serio no finges?- Me preguntó.- Nos reímos porque yo anoche no dormí en mi habitación....jajajajaa

Todos rieron y en un momento no quise entenderlo.

No funcionaban mis neuronas tan deprisa.....

Me levanté de la silla y fui a mi habitación. Abrí mi armario, abrí mi cajón de la ropa interior y busqué mis bóxers negros con reborde color plata........



Oh dios

no estaban.






Fui de inmediato a la habitación de Changmin, pero él no estaba allí.... sólo mis bóxers negros sobre el montón de la ropa sucia.

Estaban arrugados y.....oh dios mío.

En ese momento Changmin entró por la puerta.

-Changmin, dime que no es verdad, dime que anoche no hice lo que creo que hice..- le pedí algo alterado.

Su reacción me lo dijo todo. Miro hacia los lados, incómodo, sin saber qué decir.



“lo siento”


escuché su voz en mi cabeza de nuevo.




¿Todo aquello no había sido un sueño?



De alguna manera intuía, sabía lo que había pasado, pero no quería aceptarlo. No sabía qué hacer y me estaba alterando sin remedio.

- ¿te acuerdas ya, o no?- Me preguntó algo serio.

- ¿Nos acostamos?- Pregunté.

- Se podría decir que si.......- Dijo él sin dejar de mirarme.- De verdad no te acuerdas?

- Dime que no me hiciste hacer ..aquello, dime que no, Changmin.....- le pedí sabiendo la respuesta. Changmin guardó silencio. Creo que anoche ya me dijo que lo sentía. Guardé silencio por unos instantes.- sabes? – Le dije muy molesto, levantando la cabeza.- Estoy harto de que todo el mundo se piense que puede acabar haciendo lo que le dé la gana conmigo en la cama y lo que no es en ella.....iros al infierno.- Le dije con la peor de mis miradas antes de salir de su habitación.

Ya había tenido suficiente con lo que Yunho pretendía obligarme a hacer para que Changmin hiciera algo parecido.


Cuando me dirigía hacia mi habitación andando a grandes pasos por el pasillo, Changmin me llamo desde la puerta de su habitación, haciéndose oír por sobre el sonido de las risas y comentarios del salón.

-Jaejoong....por favor.... no empañes mis recuerdos de lo que ha ocurrido entre nosotros de ese modo.....- me dijo en el tono de voz que ponía cuando era sincero.- No compares....las intenciones de los demás....y las mías....- me volví hacia él.- Pensé que al menos......ya sabías eso.

Yo le dirigí una mirada dolida. Una mirada esquiva, intensa y dolida.
Esquiva porque deseaba ocultarme, intensa porque le deseaba junto a mí a cada instante y dolida porque sus sentimientos me atravesaban como finas y cálidas agujas...invasivas y reconfortantes....

Le vi andar hacia mí con decisión, casi corriendo. Yo retrocedí unos pasos hasta mi habitación sin perder el contacto con su mirada. Antes de que me diera tiempo de avanzar más, con el peso de su cuerpo y la inercia nos metió a ambos en mi habitación en el momento en el que me atrapaba con un beso.

Su mano fue a mi nuca desnuda, me sujetó y me besó.....

y sus labios y su calor...

esa humedad y necesidad en su presión, envolvían mi ambiente como lo hicieran anoche.. en algún momento... en aquel ascensor .....donde todo era confuso... y cálido....

- Changmin...- se me escapó su nombre entre nuestros besos.

Su otra mano alcanzó al fin la piel de mi mejilla, y la acarició lentamente, con una ternura que no conjuntaba con la pasión que ponía en sus besos.

Yo le detuve, me alejé de él unos pasos, sin dejar de mirarle a los ojos. Changmin me miró firmemente sin moverse de donde estaba.

-Jae....- susurró.- Jaejoong...- dijo suavemente de nuevo acercándose a mi muy lentamente.

-Changmin sabes ya hacia dónde vas?- Le dije con voz quebradiza, como si lo que estuviera haciendo me doliera mas a mí que a él.

-Detente.- Me ordenó Changmin de pronto.- No vuelvas a decir que no me amas. No vuelvas a decir eso nunca más.- la pasión de sus palabras no podía medirse.- Yo no te lo he preguntado y no quiero saberlo. Olvídate de todo lo que crees saber sobre ti, sobre mí, sobre el futuro y sobre todo lo demás.... – Le miré a los ojos de nuevo, me sentía nervioso y alterado, acorralado, como un animal en una jaula.- ..soy yo- me dijo suavemente.- déjame que...

-Si me tocas...- le advertí.- no podré detenerte....nunca más.

Se acercó lentamente a mí. Y pasó su mano por mi aún húmedo y lacio pelo. Notar el tacto de sus suaves dedos en mi cabeza me relajaba. Al acercarse a mi nuestras bocas siempre quedaban frente a frente. Su labio inferior a la altura de mi labio superior. Cerré los ojos.

- ¿Crees que me da miedo?- susurró tan cerca que al fin rozó mis labios con los suyos.

Sus manos recorrieron el resto de mi cabello hasta las puntas, hasta encontrarse con la piel de mi nuca, la cual recorrió con sus dedos suavemente, provocando un ligero escalofrío en mi cuerpo. Y una vez más noté esa presión en mi pecho. Esa que hacía que me mordiera los labios deseando notar de nuevo el calor de su boca en ellos.

De llenar mis manos de su tacto otra vez.

Dejándome llevar, levanté lentamente mis brazos hasta posarlos sobre el pecho de Changmin, por encima de esa estúpida camiseta que llevaba, sintiendo la tela que se interponía entre mis manos y su piel.

Podía notar su calidez, la temperatura corporal de Changmin era siempre tan alta...... adoraba esa sensación.
Cuando noté sus labios en mi mejilla. Nunca me había dado uno de esos dulces besos fuera de la cama....abrí un poco los ojos.

No sé si estaba preparado para mirarle en esos momentos, pero lo hice...y descubrí su gesto de deleite mientras rozaba sus labios con la piel de mi mejilla, la comisura de mi boca.

Le sujeté yo esta vez del cuello con una de mis anchas manos con las que casi podría cubrir toda su cara. Le detuve en su recorrido, y abrió sus ojos para encontrarse con los míos.

-De verdad es así lo que sientes por mi?- Le pregunté desesperado.

- Así como?- me preguntó sonriendo dulcemente.-No es lo que crees... Sólo es que... me entretienes...- continuó sin perder la sonrisa.- No hay.....nada mas...- seguía mientras acariciaba mi nuca de nuevo haciéndome estremecer.- Sólo es que estás..... a mano.- Dijo casi riendo haciendo chocar juguetonamente sus labios con los míos.

No sé por qué pero me lancé hacia él y le abracé.

Apoyé mi barbilla en su hombro, acomodé mi cabeza entre su mentón y su cuello, y le apreté contra mi pecho. Pude notar en él un leve temblor de sorpresa al notar el tacto de mi pelo frio y húmedo sobre la piel de su cuello.


Contrariamente a lo que yo esperaba, no me devolvió el abrazo.

Simplemente apoyó su cabeza contra la mía, y cariñosamente restregó su mejilla contra mi pelo. Reía.

Y esa presión en mi pecho se hizo casi insoportable. Subí mis brazos y le apreté más contra mí.

Entonces noté con un estremecimiento como sus largos brazos rodearon mi cintura como un enorme cinturón.

No sabía exactamente por qué pero me costaba respirar y desde luego no era por la presión que ejercía sobre mí. Se me escapó un suspiro. Otro.

Y una de sus manos voló a mi cabeza.

- No hagas eso...-susurró.- por favor no hagas eso...- dijo con esa dulzura tan inusual en él.

Con esa mano me separó un poco de él y sin querer mirarme a los ojos juntó sus labios con los míos. Solo eso. Y presionó. Y supo dulce como la miel.

Y no pude evitar dejar salir mi lengua entre mis labios para poder probar los suyos. Y presionamos hasta que nuestros labios se confundieron unos con otros, se descolocaron....se mezclaron, se encontraron.

Y suspiré de nuevo.

-Puedes quedarte con mis bóxers.- Dije medio riendo. – SI tanto te gustan, y los sabes lavar bien. -Él me respondió muy serio:

- A mi no me entran esos calzones tamaño lagartija que usas....- me dijo.

Le pegué una torta sobre el hombro derecho con la mano abierta.
Me reí y él se giró sobre si mismo bostezando.

-Voy a terminar de desayunar......si me dejas.- Dijo mientras se iba.

-¿Cómo?- le pregunté confuso.

- Deja de chupetear cucharas delante de los hambrientos.....- dijo levantando una ceja antes de desaparecer por el pasillo.



Me ofendí, me reí y decidí preparar lo que me iba a poner aquél día para ir a trabajar, evitando mirarme al espejo que había allí, no sea que fuera a descubrir el rubor que notaba en mis mejillas.

-niño descarado.....- murmuré abriendo las puertas de mi armario.



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Después de desayunar dos veces, fui a mi cuarto donde encontré aquellos bóxers negros con el reborde plateado hecho una bola sobre todo el montón de ropa sucia.

Pero no estaba solo allí. Yunho rebuscaba ropa limpia entre el montón que tenía sobre su cama. Después de olfatear una camiseta roja, la lanzó sobre el montón de ropa sucia, hasta que dio con una que le agradó y comenzó a ponérsela.

Me miró y sonrió al verme, y luego de reojo observó los bóxers escandalosamente sucios de Jae. Todos sabíamos de quién era esa llamativa prenda de ropa interior, y aquellas manchas no daban mucho lugar a la duda.

Le vi suspirar, y espere a que dijera lo que parecía que iba a decir. Se sentó sobre la cama y echó una mirada hacia la puerta, quizá para asegurarse de que Junsu seguía en el baño y no vendría a interrumpir.

-Changmin..... ¿de verdad lo que sientes por él es....?- Comenzó a decir, yo no le dejé terminar.

- Si, es lo que parece Yunho.- le dije apretando los labios y sentándome frente a él sobre mi propia cama.- Me temo que es así.- hice una pausa y Yunho pareció contrariado.- Podría mentirte, si quieres. Pero así son las cosas.

- No puedo creerlo...- dijo mientras se le escapaba una media sonrisa de incredulidad.- ¿Y qué piensas hacer?- Me preguntó francamente.

- ¿Quieres decir....?- Le pregunté algo confundido.

- Quiero decir ....más adelante. No creerás en serio que Jaejoong seguirá mucho más allá con esto en el futuro. Estoy seguro de que no te mentiría.

- Es cierto Hyung.- Le dije, entendiendo al fin a lo que se refería.- Él nunca me ha mentido.


- Pensé que esta situación era producto de las circunstancias... pero está pasando el tiempo y no veo que esto vaya a cambiar pronto. – Me dijo con preocupación.

- ¿Y tan mal te parece?- le pregunté a la defensiva.

- No es lo que piensas Changmin. No quiero meterme en los asuntos de los demás.....pero vivimos todos juntos y trabajamos juntos...

- ¿Te molesta, Yunho?- Le pregunté mas confundido que otra cosa.

- Me preocupa, Changmin. – me dijo con esa sinceridad imbatible en sus palabras.

- ¿Por qué estás tan seguro de que es a mí a quien necesitas sermonear en esto?- le pregunté incómodo.

- No intento sermonearte, Changmin. Haz lo que quieras con tu vida, ya te lo he dicho. Pero Conozco a Jae mejor que tu, aunque no lo creas.... no me gusta recordártelo pero somos un poco mayores que tu, sólo un poco Changmin, pero sabes que la vida de Jaejoong queda muy lejos de la tuya. Hay muchas cosas que no podrías llegar a entender.... habéis crecido en dos mundos diferentes, lo sabes. A Jaejoong le atrae la gente, y él atrae a todo el mundo, pero deberías darte cuenta de que no podrá verdaderamente corresponder tus sentimientos..

- ¿Y qué?- le ataqué yo. Hablaba con la verdad y sus palabras me dolían.- ¿Acaso he pedido yo...

- Changmin los sentimientos no correspondidos duelen. Te aseguro que duelen. Tu eres un chico inteligente, estoy seguro de que no te crees por encima del resto de los mortales en eso. La manera en la que Jae te quiere....aunque te confunda, no es la tuya, y no lo será nunca.



Después de lo que había ocurrido entre Jae y yo hasta la fecha, después de lo que había ocurrido hacía unos minutos en su cuarto.... no quería escuchar las palabras de Yunho.

Era una verdad que no quería afrontar por pura cabezonería, creía que ni siquiera tenía opción. No quería pensar en ello y menos ahora....ahora que le había tenido entre mis brazos como un pedazo de regaliz perfumado recubierto de algodón. Encerrado entre mis brazos... mío.

No quería escucharle.

Y me arrepentiré toda la vida por ello.

Gracias Yunho.






- ¿Quieres que me rinda? ¿Qué quieres que haga Yunho?- Le pregunté con algo de desdén en mis palabras.

- ¿Intentas decirme que es demasiado tarde? ¿Tan fuerte es lo que sientes por él? Por dios Changmin no puedo creerlo.- Me dijo preocupado, sorprendido aún.

- Bueno, puedes creer lo que quieras Yunho.- dije levantándome de mi cama.- Te agradezco tu preocupación pero no creo que me estés ayudando en nada...

- Solo te pido que...tengas cuidado. Que intentes retroceder si puedes, y esperar que algún día acabe.- me dijo levantándose el también de la cama.

Yo no le contesté y simplemente salí de allí intentando pensar ya en qué ponerme para aquella tarde, y buscando a Jae para que decidiera por mí, como casi siempre.
Y así, alejar rápidamente las palabras de Yunho que me habían dejado mal sabor de boca y una sensación extraña y angustiosa en el pecho.

SI, que sus palabras se las llevara el aire....como la arena....se convirtiera en polvo y cayeran en el olvido....al acercarme a su habitación desde el pasillo, le escuché discutir con Yoochun el color de la camisa que quería que yo llevara aquella tarde.














Unos días después de que la gira de T al fin terminase en Tokio, salimos de Japón por la puerta grande. Teníamos por delante aún el concierto de Tailandia de la gira de O a finales de mes. Y una manta de programas en Seoul que atender. Así que, una vez más, volvimos a casa.

Si podíamos llamarle así a aquél nuevo, resplandeciente, impresionante y esclavo lugar junto a la costa.

Y te perdí de nuevo.


Cuando estábamos en Seoul, eras menos MI Jae, eras menos mío.

Eras más de todos los demás, de tu familia, de tus amigos, de tus fiestas, de ti.

Comenzamos a promocionar haptic y continuar con anycall en korea, brillando como nunca, con las ganas que teníamos todos de volver.

Era consciente de que nuestra movilidad era más reducida en Seúl.

Nuestra popularidad en casa no tenía límites.

Aquella noche, tras el segundo live de purple line, recibí un mensaje tuyo cuando todos nos habíamos ido ya del trabajo. Simplemente me pedías que fuera a tu casa, esa en la que casi nunca dormías, un apartamento con impresionantes vistas de seul, en un 14º piso.

Apenas tenías tiempo de usarla, pero a todos nos habías dado llaves. Para que lo usáramos cuando quisiéramos. Pensé que en su momento lo dijiste por Yunho y su chica.

Pero tu cara se contrajo en una enorme sorpresa, cuando entraste por la puerta con todas aquellas bolsas de ropa y zapatos nuevos, y me viste apoyado en la mesa del salón, tan sólo cinco minutos después de haberme enviado el mensaje para que nos encontráramos aquí.
Entendiste en ese momento que me había adelantado de nuevo a tus pensamientos. Había pensado lo mismo que tú.

Sin dejar de observarme, soltaste las llaves en el cenicero dorado de la entrada y dejaste caer todas las bolsas allí. Dejaste esa luz encendida, pero no encendiste la del salón. Me mirabas a los ojos en la penumbra, acercándote despacio.

Yo aún llevaba la misma ropa de la actuación. Tú siempre te cambiabas, pero yo no había querido quitármela hoy.

Mientras te acercabas a mí lentamente, te fijabas en mí como llevabas haciéndolo toda la noche.

¿Acaso creías que no lo había notado?

¿Qué no sentía como quemabas mi piel, abrasándola con cada una de esas miradas?

MI chaqueta estaba abierta. Debajo llevaba esa camiseta púrpura de seda, completamente transparente. La que dejaba a la vista todo este torso que no habías parado de desear durante las últimas horas.

A unos pasos de mi, te desabrochaste esa camisa negra que llevabas, bastante holgada como para ocultar tu delgadez, delgadez que no empañaba tu perfección.

Siempre que te quitabas una camisa, desabrochabas los dos primeros botones de tu pantalón. Era una costumbre, dejando que el borde de tus pantalones bailara sobre tus caderas, dándole a estas una falsa forma que no tenían.

Pero dios, como me encantaba….. Observar como la línea de mi mirada se perdía desde tu brillante ombligo hacia abajo…esa línea de piel destapada…

Antes de que llegaras a mí ya me había quitado la chaqueta. Mi camiseta no tenía mangas, y apoyé las dos manos tras de mí sobre la mesa, con los brazos estirados, tensando mis músculos, exponiendo ligeramente mi torso para ti.

Te detuviste a centímetros de mi cuerpo. Y al fin, con uno de tus dedos alcanzaste lo que tanto anhelabas…a través de la fina tela acariciaste mi erecto pezón, y luego, suavemente, lo presionaste con tu pulgar.

Apoyabas el resto de tus dedos sobre mí, no perdías detalle de tu operación con los ojos entrecerrados. Y entonces… miraste hacia abajo y descubriste mi erección. Quizá nadie se había dado cuenta, Jae, pero llevaba ahí toda la tarde.

Latiendo por ti. Por quién si no.

Y mirar el borde de las cortas faldas de las bailarinas seguía siendo excitante, pero..nada se comparaba a la forma de tu cintura, a la visión de tu pálida y húmeda piel. Nada, Hyung.

Aunque me seguía pareciendo tan mal como el primer día, cada vez te deseaba más.

¿Cómo era eso posible?

Tu estímulo sobre mi pezón estaba surgiendo efecto: comencé a suspirar. Me miraste a los ojos y te acercaste lentamente a mi pecho.

Retiraste el pulgar y tu lengua tomó su lugar. Humedecías lentamente esa pequeña parte de la camiseta y aquel lugar tan sensible de mi piel. Mis suspiros no dejaban de salir, mientras las yemas de tus dedos escalaban suavemente hasta mi desatendido pecho izquierdo, donde pellizcaste rápidamente la rosada cumbre, arrancándome un quejido de gustosa protesta.

Inmediatamente tu otra mano sujetó mi cadera. La necesitabas contra la tuya tanto como yo. MI erección siempre quedaba un poco encima de la tuya, por eso podías estimular suavemente tu glande contra su base. Cada vez se te daba mejor.

Mojar mi camiseta ya no era suficiente y tironeaste de ella para sacarla. Pero ya lo hice yo por ti.

Mientras la dejaba caer tras de mí, con los brazos aún levantados, tus manos subieron por mi cuerpo, y tu cadera ondeaba expertamente frente a la mía. Te estabas provocando los gemidos que más me gustaban.

Cuando tus manos llegaron a mi cuello, no pude soportar privarme del sabor de tus labios un momento más.

Y …una vez más, oh si, una vez más me inundó el sabor de tu boca.
Ese que jamás me cansaba de beber, ese que parecía nuevo cada vez que lo probaba. Tan dolorosamente necesario.

Bajé los brazos lentamente por tu espalda, para no perderme un centímetro de tu tacto.

Es imposible haberlo añorado tanto. No es verdad.

De tus labios pasé a tu barbilla, a tu cuello y gemiste más. Maldito. Cómo adoraba esos sonidos.

De ahí llegué a tu clavícula…de allí a tu hombro, ese redondeado hombro que tuve que morder.

¿Por qué estaba sonriendo?

No podía reprimir aquella sonrisa que notaba en mis labios.

Apoyé mi mejilla sobre tu hombro y te abracé más estrechamente contra mí.
Obligándote a sacar tus brazos de entre nosotros.

Me encantaba sentir tus pezones, duros, suaves, clavándose dulcemente sobre mi piel.

Te ayudé en tu exquisito roce contra mi miembro. Con una de tus manos lo colocaste en su sitio. Me quejé de nuevo y eché mi cabeza para atrás, separándome de ti, esperando que lo liberaras y te hicieras con él.




Tócame tan sólo una vez más. Como a ti te guste.

Saca las expresiones que quieras de mí. Usa mi cuerpo a tu antojo, ya que la oscuridad nos cubre.

Ya que no puedo ocultarme únicamente de ti.

Disfruta la parte de mí que tú mismo has desencadenado, que tú mismo creaste. Porque es sólo tuya. Como poco a poco el resto de mí.





Cuando te miraba a los ojos seriamente, mientras me sacabas esos bóxers negros que a veces me robabas, te asusté

¿A que si?

Porque cuando quedó tu boca cerca de mi miembro, ahora expuesto, insultante y erecto, te miré de una manera imposible de ignorar.

Porque tras unos segundos, metí dos de mis dedos en tu boca, recreándome una vez más en la forma de tus labios. Y obscenamente humedecí mi glande con tu saliva. Sin perder el contacto con tus ojos.

Al mirarme sabías, que yo entendía que tú no harías lo que descaradamente te pedía.

Después de todo, si realmente quisiera obligarte, sólo tenía que sujetarte con una mano de la nuca y empujarte hacia mí. Tendrías que ceder. Y tan sólo esa idea hizo que un par de gotas brillantes se escaparan del más estrecho conducto de mi anatomía.

Con tus grandes ojos fijos en los míos, ni siquiera te diste cuenta.

Desde tu posición, agachado, tímidamente, terminaste de desnudarte y te incorporaste. Ya no me daba vergüenza verte así frente a mí.

¿Desde cuándo?

Es más, aprovechaba para observarte. Y notaba en ti una leve expresión de incomodidad al sentir mi mirada fija en tu cuerpo desnudo.

- ¿No te gusta tu cuerpo, Jaejoong?- No pude evitar preguntarte de pronto. NO había usado mi brutal franqueza entre nosotros hasta entonces.

Como si hubieras recibido un increíble golpazo de pudor, apartaste de mi la cara y te alejaste.

De pronto tu desnudez parecía incomodarte y no sabías donde esconderte. Me incorporé rápidamente y fui hacia ti.

Encorvé mi espalda un poco, como solía hacer antes de abrazar a alguien. Estábamos descalzos y nuestra diferencia de altura era mucho más evidente.

Te rodeé torpemente con mis brazos, como siempre que tenía prisa por acortar distancias. Sabes que nunca he sido delicado. No controlo las distancias cortas como tú.

-Jaejoong, te presto mi cuerpo cada vez que lo necesites, y no hace falta que te diga, lo que pienso del tuyo, porque sé que nada de lo que te diga te valdrá.
Y ¿Sabes qué? Tus tonterías me dan igual. Esto…- dije comenzando a acariciar rudamente tu pecho y abdomen con mis manos.- ...es lo que más deseo....
Búscale tú los porqués. Pero úsalo para sentirme....- Dije mientras alcanzaba su miembro semi erecto con mi mano derecha y cerraba el puño sobre él.- ....úsalo para disfrutar lo que te tengo que ofrecer...
...Por eso...- Dije mientras besaba el costado de tu cuello. Eso y mover mis manos sobre ti al mismo tiempo hacían que perdiera la concentración en mis palabras porque.. Gemiste otra vez...- ... ni se te ocurra decir nada malo de tu cuerpo delante de mí. Al menos no me insultes tanto de ese modo...

Para cuando finalicé mi frase, tú ya gemías seguidamente y la sensación de tener tu cuerpo, cálido, moviéndose entre mis brazos me encantó.

Intentaba encorvar un poco más mi espalda para no clavarte mi duro pene contra la tuya. Porque te apretaba con fuerza contra mí, mientras te tocaba.

Te tocaba y te acariciaba un poco precipitadamente, porque sentía que me faltaban extremidades para saciar mis sensaciones.

Mi mano derecha frotaba tu miembro bastante irregular e insegura. Y tú intentaste guiarme con tu mano.

Yo tenía demasiada fuerza y demasiadas ganas y tú tenías que frenarme para que no te hiciera daño, porque presionaba sin medida.

Quería llenarme la mano con ella. Me fascinaba su tamaño. Intentaba observarla desde arriba. Tú te diste cuenta y recostaste tu cabeza sobre mí, para dejarme ver mejor.

Y te relajaste, dispuesto a disfrutar de mis caricias.

Cuando aminoré el ritmo de mi muñeca, vi la punta de tu miembro resplandecer. Y sentí el impulso de querer limpiarlo con la lengua.

Demasiado lejos.

Gruñí cerca de tu oído y no pude evitar apretar al fin mi pene contra tu espalda. Ya estaba cubierta de sudor y el contacto me hizo jadear de placer. Y tú gemiste más.

¿Te gustaba eso?

Me pregunté mientras cerraba los ojos y mordía el lóbulo de tu oreja con toda la suavidad de la que era capaz en esos momentos. Mi concentración al masajear tu miembro había desparecido mientras te mordía. Y tu pusiste tu mano sobre la mía para reactivar el movimiento. No podías evitar mover tus caderas contra mi mano. Me encantaba eso.

Toqué la punta con mi dedo índice dibujando círculos...notando la yema resbalar por esa parte húmeda de tan delicada piel. Era la primera vez que probaba contigo algo que me gustaba a mí. Tu cuerpo se estremeció y tu mano se movió más sobre la mía.

Te sujeté con mi brazo izquierdo por la cintura y te arrastré hacia atrás conmigo. Pretendía andar de espaldas hacia la cama, pero di con la pared y mi miembro quedó agradablemente atrapado entre los dos.
No podía desatenderte y comencé a mover mi muñeca rápidamente, aún guiado por ti.
Me excitaba tanto sentir mi mano llena, frotando tu endurecido miembro mientras te escuchaba gemir.

Caí en la cuenta de que no había otra manera en la que me excitara tanto que estando contigo.

Necesitaba tocarme, desesperadamente.

Al intentar moverla, me volví a rozar con tu húmeda espalda, intentando trepar con ella sobre mí, para pegar tu cuerpo más al mío.

Al quedar tu espalda más arriba, la piel de mi pene rozó tus nalgas y jadeé tan fuerte hasta casi gritar. En un reflejo, lo presioné hacia abajo hasta que pasó entre ellas, quedándose atrapado allí.

Tu interrumpiste tus gemidos de la sorpresa, pero yo te monté sobre él levantándote por la cintura con mi brazo. Flexioné mis rodillas, para que la piel de mi pene no se estirara tanto.

La sensación que notaba en mi pene me estimulaba sobremanera, escondido en aquél lugar contra tu piel, ese rincón cálido, húmedo de sudor, rozado a veces por aquella carne, hinchada y suave , que rebotaba contra la punta al ritmo de tus envestidas contra mi mano.

Tu no cerraste del todo tus piernas, pues hubieras perdido el equilibrio, pero igualmente me gustaba esa sensación .
Al excitarme más moví mi mano a toda la velocidad que era capaz, que era mucha.

La sensación de tu miembro palpitando en mi mano, y mi pene frotándose entre tus piernas, me estaba arrancando los más sonoros jadeos que había dejado escapar en mi vida.

No sabía bien que hacía pero me encantaba. Por tus sonidos sabía que estabas cerca.
Te habías recostado por completo sobre mí y tu mano había ya abandonado la mía, mis movimientos con ella eran ahora totalmente firmes y frenéticos, comencé a lamer desesperado tu nuca y tu cuello, al escuchar esa fuerte respiración entre dientes con la que intentabas reprimir en vano ese último y adorado gemido que anunciaba tu orgasmo.

Aquella húmeda calidez inundó mis dedos, pero yo te seguía acariciando. Te sujetaba aún de la cintura con una fuerza que ya no controlaba, quizá te hacía daño. Cuando sujeté esa carne por debajo de tu miembro. Gemiste fuerte y yo mordí tu cuello. Intentaba alcanzar mi propio glande con la punta de mis ahora húmedos dedos y alcanzar mi orgasmo que no tardó en llegar.

Manché tus piernas, la moqueta del suelo, pero no me importaba nada de nada, me dejé escurrir por la pared hasta quedar sentado en el suelo, jadeando aún. Mientras te veía andar hacia el baño, con tus muslos húmedos.

Dios.. qué sexy se veía esa imagen de tu trasero y el interior de tus muslos brillantes y húmedos por obra mía....

Si no me quedara nada de cordura en el cuerpo te hubiera pedido que no te limpiaras aún.

Aún estimulando levemente mi miembro, todavía erecto, te escuchaba entrar en el baño. Sentía que no quería que te alejaras todavía de mí, MI cuerpo me pedía más de todo, mas y mas de ti.

Suspiré profundamente mirando al techo y escuché el agua de la ducha.

Vaya maneras...- Dije para mi, pensando en la manera en la que había acabado ocurriendo todo.

Me dejé caer por completo sobre el suelo enmoquetado. Y esa estúpida sonrisa no se iba de mis labios.

-Ven!- te oí gritar desde la ducha.

¿Cuánto crees que tardé en incorporarme y correr a tu encuentro en el baño?

Cuando llegué ya estabas lavándote el pelo. Al escucharme entrar y cerrar la puerta, me miraste y no pudiste evitar fijarte en mi miembro aún erecto.

Como siempre estaba tan excitado que tardaría en bajar.

No entré en la ducha a lavarme, ni a ayudarte con el jabón. Entré directamente a besarte. Bajo la falsa lluvia tibia. A lavar nuestras lenguas.

A hacerte sentir mi erección hasta que desapareciera. Fue la primera vez que acaricié tu piel enjabonada. Estaba cien veces más suave. Era como tocar la misma brisa.

Pasé las manos sobre ti, para lavarte, lo hice aunque no me gustaba compartir esos momentos con nadie. Sabía que tú querías. Y esa noche quería limpiarte yo.

Con mis manos como esponja, cubiertas de jabón perfumado de lavanda, bajé por tu espalda y colé mis manos entre tus nalgas, entre tus piernas, y te enjaboné por allí. Me sentía responsable...

Te empujé un poco contra la pared de la ducha... dios, me mataba la curiosidad...
Con mis manos masajeé la carne de tu trasero.

Suspiraba cerca de tu boca, salpicando pequeñas gotas de agua. Y pasé mis espumosas manos una y otra vez por el mismo sitio, lentamente. Un escalofrío me recorrió el cuerpo al notar tu suave entrada, cubierta de jabón. Tú lo notaste y clavaste tus dedos en mis tensos bíceps.

Pero yo te seguí acariciando, con mis ojos cerrados, concentrado en aquél atrayente y misterioso lugar.

Quería tocarlo más. Presioné con la yema del anular sobre él. Pensé que entraría pero no fue tan fácil.

Tu te estremeciste un poco, pero eso solo hizo que no pudiera evitar introducir mi lengua en tu boca, llenándola de dulce agua. Si. Desesperado por imitar el hecho con mis manos.

Presioné “allí” una vez más, esta vez con un poco más de firmeza. Tu carne cedió un poco. Y aparté mi mano en seguida. Gemiste levemente entregándote a mi beso aún más.

-Jaejoong...- Dije dejando de explorar tu boca por unos instantes. Tu nombre sonó como una queja, una protesta, como un puchero de niño pequeño.

“Min” respondiste con el más leve susurro, apagado por el sonido del agua al caer.

Mis manos subieron por tu espalda hasta encerrarte de nuevo entre mis brazos. Tu me besaste profundamente, sujetando mi cabeza con ambas manos.

Moría de gusto cuando hacías eso. La fuerza de tus manos sujetándome para inclinar mi cabeza a tu antojo, me hacía temblar.

Y nos besamos como auténticos amantes, bajo la incesante lluvia tibia de la ducha, sintiendo mi cuerpo y mi alma flotar, sin parar.... hasta que olvidamos para qué habíamos entrado allí.



Y qué si tú me lo reprochas, si Yunho me lo reprocha., si yo me lo reprocho o el mundo entero me lo reprocha.....

Ninguno de nosotros mandamos en el corazón, ninguno de nosotros podemos decidir.

Te amo,

y cada segundo que he pasado pegado a ti, lo hace aún más verdadero, cada segundo que pasa, formas más parte de mí.

Puedo seguir el resto de mi vida intentando alejarme de ti, y no haría esta verdad menos cierta.

Este sentimiento es mío, sólo mío, ni tuyo ni de nadie más....

No hay nadie....

Nadie..

Por delante de ti.






¿Qué cielo ha decidido eso?

10 Comentarios:

  1. Midori9/08/2009

    Voy a llorar :') xDDD

    Definitivamente, uno de los mejores fics que he leido *-*

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  2. waaa....ahora jae...y min aceptaron andar...aunk no oficial...kya...mi jae y mi min k genial pareja...genial cap...sigue asii..!!

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  3. wow!...como que de a poco jae va cayendo no? aunque por lo que pensaba min de lo que hablo con yunho me huele como que esto va ir mal,de todos modos creo que jae esta cayendo en los brazos de min sin darse cuenta,y min...ya cayo muy profundo solo espero que no salga muy lastimado...
    una pregunta alguien sabe si va a haber algo de yoosu??parece que no verdad?
    y el proximo cap alguien tiene idea para cuando?de verdad que esta muy bueno este fic!!
    esperare la conti con ansias :D

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  4. Anónimo9/10/2009

    Capituloooo T_T

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  5. Anónimo9/11/2009

    Ya es viernes! *O*
    Habra actualizacion aca? *O*

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  6. Naaa¡¡¡¡¡
    Cada vez que lo leo me quedo con ganas de mas (en todos los aspectos jejejejejejeje)

    Please Yuuki no nos tengas tanto tiempo n suspenso T-T

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  7. Ya fue mucho suspenso no es justooo T_T

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  8. Anónimo1/27/2010

    oh cada vez avanzan más y más ... ojalá que todo acabe bien ...

    gracias por el fic ... a estas alturas es definitivamente el mejor que he leído <3

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  9. Anónimo9/05/2011

    Por dios!! no tengo idea de pork k... estoy leyendolo ahora..mañanan morire o emjor dicho carreño me cortará la cabeza y dije no miercoles tengo que hacer algo pork sino ahorita mismo me tiro de mi balcon y temrine entrando a ver este fico y terminé mas no sedshadsbfa<ngj nkg yumene siempre puede conmigo en serio....EL FIC DE MI VIDA!! T^T

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