KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Unwritten cap 2

-¡Eran mis canciones favoritas, Chun!
-Pero las puedes volver a pasar, ¿por qué te enojas?
-¡Porque las has borrado! ¡Porque es MI iPod!
-Caray, Junsu, fueron solo dos canciones... Va, va, no me mires así, las pasaré ahora mismo...

Junsu volvió a resoplar con molestia y Yunho y yo solo pudimos sonreír. En serio que Yoochun-hyung se había jugado la vida al hacerle eso a Junsu. Odiaba que le movieran la música, así como cierta persona que conozco odia que le muevan la ropa de sitio.

-¿Saben que hoy tenemos que trabajar? –preguntó Yunho mientras dejaba su vaso de jugo a un lado y atacaba su cuenco de cereales.
-Sí –suspiramos todos de mala gana.

De verdad, trabajar viernes, sábado y probablemente domingo, enervaba a cualquiera. Incluido al adicto al trabajo de Yunho. Habíamos convencido al manager para que nos conceda por lo menos la noche libre para poder asistir a la reunión de Boa, pero no habíamos conseguido la mañana libre. Y cuando digo mañana, en serio lo digo. No pasan de las 7:30.

-¿A qué hora terminamos? –preguntó Yoochun mientras tomaba asiento entre Yunho y Jae, lejos de Junsu quien lo miraba con reproche.
-Cerca del medio día si es que tenemos suerte –respondió nuestro líder mientras se rascaba detrás de la oreja-. Hyoryul-hyung ha dicho que podemos descansar en la tarde para lo de más tarde, pero depende de que tan rápido terminemos.

Todos refunfuñamos bajo nuestras tazas de café pasado [pasado en cafetera, no pasado de vencido] y luego de un corto silencio, Jaejoong se puso de pie.

-Salgamos ya, así terminamos antes. Venga, vamos.

El edificio se encontraba casi vacío. Probablemente porque era sábado y las personas normales no eran obligados a trabajar. Oh, no, nosotros no somos normales. En ningún aspecto posible.

DBSK tiene a su disposición cuatro de los dieciséis estudios en toda SM. Dos para lo que es coreografías, ensayos; y los otros dos son estudios de sonido, para las veces que ensayamos la voz y eso. Lo que significa que no, nunca, podemos cantar y bailar al mismo tiempo. Y eso tiene un solo nombre de dos palabras: “Más trabajo”. Porque luego cuando tenemos que combinar todo, nos hacen trabajar el doble. Del doble. Si la matemática no me falla, es el cuádruplo. El cuádruplo de esfuerzo y de tiempo. Y cansancio, sobre todo cansancio.

“Los gajes del oficio”, decía Yunho. ¿Oficio? Disculpa, Yunho, pero no me he rajado el lomo durante toda mi adolescencia para que lo llames “oficio”. Somos profesionales, como dices cada vez antes de entrar al escenario. “Los profesionales se aguantan todo. Aunque a veces hacen erupción”.

-¿Entonces ya están bien? –pregunta Yoochun en un susurro, apareciendo por mi lado izquierdo.
-Es obvio. ¿No has visto cómo se desnudan con la mirada? –y Yunho fue quien respondió, revelándose por mi lado derecho.
-Mientras no lo hagan delante de mí no me opongo –respondió Yoochun con una sonrisa burlona en los labios.
-Cállense los dos –murmuré antes de entrar al estudio. Sus carcajadas retumbaron en el sitio al entrar tras de mí.
-Entonces, ¿qué hacemos hoy? –preguntó Junsu, desde su lugar en el suelo, apoyando la espalda en el espejo de la pared.
-Intentemos con Purple Line –empezó Yunho mientras manipulaba el estéreo.
-Hyung, no bailo Purple Line hace meses –se quejó otra vez.
-Mejor aún. Si la practicas, no te olvidas. Anda, párate ya.
-Noteolvidas... –remedaba mientras se ponía de pie, y los demás tomábamos nuestras posiciones-. ¿Por qué hemos de bailarla si solo la bailamos en Japón?
-¡¿Entonces qué mierda quieres bailar?! –explotó Yunho-hyung.

A decir verdad, ya me preguntaba cuándo ocurriría. Últimamente él y Junsu chocaban bastante. Nada de qué preocuparse, pero mucho de lo qué aburrirse. Siempre era por pequeñeces.

-¡No me hables así! –gritó Junsu por sobre la mentada Purple Line que ya sonaba estridentemente.

Yoochun se tensó. Jaejoong avanzó un paso en dirección a Yunho. Y yo... me quedé viendo.

-¡Pero no quieres hacer nada!
-¡No es que no quiera, pero no le veo el punt~
-¡Nunca le ves el punto a nada, joder! ¡Madura un poco, ¿quieres?!
-¡OH, OH, OH! ¿QUIERES HABLAR DE MADUREZ? ¡HABLEMOS, ENTONCES!

Ok. Ése tema no se tocaba. La madurez quedaba fuera de discusión. Siempre. Toda la vida. Junsu estaba cruzando la línea. Demasiado joven para querer hacerlo. Aunque Yunho había empezado con todo, pero, ¿es que acaso no recuerda que Junsu es incapaz de quedarse callado?

-Junsu-hyung... –intervine posando una mano en su hombro. Yoochun le tomó por los antebrazos, pues ya avanzaba hacia Yunho.
-¡¿Por qué no te consigues un par de bolas, eh?! ¡Todos sabemos que te faltan! –por Dios, que hay gente que no aprecia la vida.

Y por cierto, yo no sabía “eso”.

-Junsu, cállate. Vamos –Chunnie empezó a jalarlo hacia la salida pero Junsu pataleaba.
-¡¿Me faltan?! ¡Te las enseño si quieres! –gritó Yunho. Su rostro estaba a pocos minutos de transformarse. Pocos.
-¡Entonces déjame traer una lupa! ¡Ah, no! ¡MEJOR UN MICROSCOPIO!

Y eso fue lo último que Junsu dijo. No piensen mal, es porque Yoochun ya se lo había llevado.

-¡Me lleva el Demonio! –farfulló Yunho mientras se pasaba una mano por el rostro.
-Por mí, que te lleve. Solo dicen tonterías. ¿Y ahora qué tienes? ¿Andas de mal humor?

Las palabras de Jaejoong sonaban tan frías que por un momento pensé que no era él quien hablaba. Honestamente, no quisiera estar en los zapatos de Yunho en un momento así.

De acuerdo. En ningún momento.

-¡¿Y tú no?! Hemos trabaj~
-Me importa un reverendo rábano cuánto trabajo tengamos. Somos un grupo, ¿no te has dado cuenta? No podemos andar descargándonos entre nosotros.
-¿Ah, no? –nos repasó a ambos con la mirada alzando una ceja, y de no haberlo hecho tal vez no nos hubiésemos dado cuenta de por dónde tiraba su tonito.
-Púdrete –espetó Jaejoong, y caminó hacia la puerta del estudio, pero se giró antes de salir-. Aunque tal vez sea eso, ¿no? Como no te has tirado a nadie, andas de mal humor.

Yunho ya estaba abriendo la boca para replicar.

-Ten cuidado con lo que respondes –susurré mientras Jae salía, cerrando el estudio de un portazo-. A Junsu lo detuvieron, pero a mí nadie me va a detener si lo que dices le ofende –me refería a Jaejoong, y claro que lo sabe-. Hyung.
-No me amenaces, ChangMin-ah.
-No lo he hecho.

Yunho relajó un poco su rostro y vi arrepentimiento en sus ojos. Pero, ante todo, veía el motivo de sus constantes arranques de cólera: estrés.

-Hyung...
-Soy una bestia.
-No. Eres un profesional.


Purple Line dejó de sonar.

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Evidentemente... salimos temprano de la SM. Solo diez minutos luego de haber llegado. Contando los 03:11 minutos que dura Purple Line.

Por más sorprendente que sea, Junsu y Yunho se pidieron disculpas al mismo tiempo. Sabe Dios qué le habría dicho (o hecho) Yoochun, pues Junsu andaba de un humor… bueno. Muy bueno. Yunho había intentado hablar con Jae, pero otro terco como Jaejoong no hay, y mi querido líder terminó hablando solo.

-No te preocupes, hyung, ya se le pasará –le dije mientras me dirigía a la habitación, dispuesto a descansar el cuerpo para más tarde.

Entré tarareando una cancioncilla y dejé de hacerlo al ver a Jae sentado en mi cama, apoyando su mentón sobre su palma y el codo sobre su rodilla; con la mirada perdida en el vacío.
Tan vacío que no se dio cuenta que había entrado.

-Jae, ¿te encuentras bien?
-Sí –musitó con la voz perdida.
-Vamos, ¿qué ocurre? –tomé asiento a su lado y lo observé detenidamente.
-No puedo creer lo que le dije a Yunho.
-Jae…
-En serio. Yunho es mi amigo. Uno de los mejores que tengo. No entiendo cómo…
-Te ha pedido disculpas.
-Pero no es él quien debe pedirlas. Soy yo.
-Odio verte así, Jae… -suspiré mientras imitaba su posición-. Cada vez que peleamos eres tú quien se carga con las emociones. Buenas o malas.
-Alguien debe hacerlo –me sonrió con ternura-. Es porque los quiero.
-Pero a mí más, ¿verdad? –dije entornando los ojos. Sus labios se acercaron a lo míos, posándose sobre ellos con suavidad y delicadeza.

Soltó una risita contra mis labios mientras enredaba sus manos en mi cabello, y tomé aquello como un sí.

Llevé mis manos hasta su cintura y empecé a recostarnos con mi peso sobre el colchón, besando cada milímetro de su adictiva boca. Sentí su escurridiza lengua rozar mi labio inferior y, esbozando una sonrisa, la dejé entrar. La mía encontró a la suya… Y la batalla empezó.

Sin embargo... Había algo en aquel beso que me dejó una rara sensación.
Como cuando sientes que va a llover. Que lloverá mucho. Y que tienes que refugiarte.
Refugiarte para no ser lastimado.



3 Comentarios:

  1. más vale que Jae no deje a Min por otro por que entonces me suicido!!!!!

    (sí, como no XDDD)

    en serio, espero que no lo deje XD

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  2. Anónimo8/21/2009

    que no lo deje
    que no lo dejeee!!!

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  3. OMG!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! *0* jaja me gusto esta parte ese yunho xD

    -Me importa un reverendo rábano cuánto trabajo tengamos. Somos un grupo, ¿no te has dado cuenta? No podemos andar descargándonos entre nosotros.
    -¿Ah, no? –nos repasó a ambos con la mirada alzando una ceja, y de no haberlo hecho tal vez no nos hubiésemos dado cuenta de por dónde tiraba su tonito.
    -Púdrete –espetó Jaejoong, y caminó hacia la puerta del estudio, pero se giró antes de salir-. Aunque tal vez sea eso, ¿no? Como no te has tirado a nadie, andas de mal humor.

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