El chico Nuevo cap 12

Tal como lo prometió me fue a buscar a las ocho en punto, llegó con un traje tipo smoking negro, con una camisa blanca y una corbata roja, su cabello recogido hacia atrás perfectamente ordenado y yo me sentí como un tonto en jeans.

- No recuerdo que me hayas dicho que era una cena formal –le dije algo molesto.
- Lo lamento, no te lo dije, pero aún tenemos tiempo para que te cambies –me dijo sonriendo.
- No puedo –dije apenado- no tengo ese tipo de trajes.

Mi madre me tomó del hombro y me dijo “Por qué no invitas a pasar a tu amigo”, me dijo. Miré a Yunho y le hice un gesto para que entrara.

- Buenas tardes Señora, soy Yunho –la saludó estirando su mano. Mi madre le sonrió abiertamente.
- Un gusto conocerte también, Jae no me habías dicho lo apuesto que era tu amigo –le dijo tomando la mano de Yunho, yo sonreí solamente- ¿van a algún lado? –preguntó.
- Yunho me invitó a una cena en su casa, pero no tengo traje así que no podré ir -le respondí.
- Es cierto, que lastima hijo, pero nunca antes había sido necesario comprarte uno –miró a Yunho nuevamente sonriéndole, yo me sentí un poco incómodo.
- No se preocupen por eso, yo me encargo de todo, vamos Jae en el camino te explico lo que haremos –dijo tomando mi mano.
- Pero… -intenté protestar.
- No hay peros, hasta luego Señora, a propósito –dijo deteniéndose en la puerta - ¿puede Jae pasar la noche en mi casa? –le preguntó a mi mamá con una sonrisa muy provocadora. Yo casi me lo comí con la mirada.
- Por supuesto, ustedes diviértanse –casi no lo podía creer mi madre había caído en los encantos de Yunho, bueno y quién no?.

Nos subimos al auto, y antes de encender el auto tomó su celular y marcó un número. “Que tal Mark habla Yunho… estoy bien gracias… escucha necesito un favor…. Necesito que abras tu tienda tengo que comprar un traje para una cena… estaré ahí en media hora… que bien, prefiero que me atiendas tú… en efectivo así que no te preocupes por nada… bien nos vemos”

- Yunho, ¿Qué crees que haces? –le pregunté.
- Te compraré un traje, un par de zapatos y si quieres otra cosa bueno sólo tienes que pedirlo –me respondió con tranquilidad.
- Pero yo no quiero que gastes tú dinero en mí –estaba medio molesto ya.
- No te preocupes por mi dinero, soy dueño de un gran negocio, y tengo dinero suficiente para vivir el resto de mi vida cómodamente, y esto no es nada –me respondió tranquilamente.
- El negocio de tú papá querrás decir.
- Nop, el negocio de mi padre y el dinero que él me da es aparte, mi negocio nadie sabe que existe, sólo tú y bueno mi madre –lo miré sorprendido.
- ¿Y de qué es tu negocio?
- Ropa y toda clase de accesorios para hacer deporte, es muy popular tengo tiendas por todo corea y Japón también, en dos meses más abriré otra en China se llama “SportClub” –casi se me cae la cara de la impresión, yo mismo había comprado mucha de mi ropa ahí.
- ¿Es broma?
- No, no lo eso, aunque el nombre del representante legal es un seudónimo mío, así mi padre jamás se enterará de que existe, sólo mi madre lo sabe, es un poco complicado llevar un negocio, pero tengo a muy buenos contadores manejándolo, a demás, tengo invertido ciertas cantidades de dinero en otros negocios como en el de Mark, soy por así decirlo su socio, la ropa de Mark es única y exclusiva, la exportamos a Estados Unidos, se vende muy bien –esta parte de Yunho me sorprendió mucho, era un millonario enamorado de un pobretón sin futuro como yo, me sentí muy pequeño a su lado- he pensado que si algún día vamos a vivir juntos deberías tener tu propia cuenta corriente en el banco.
- ¿Qué me estas diciendo?, ¿Qué me vas a mantener? –le dije enojado- yo voy a trabajar y a ganar mi propio dinero, no quiero ser una carga para nadie.
- No seas tonto amor mío, entiende que no necesitamos trabajar ninguno de los dos, podremos hacer lo que queramos y si quieres trabajar puedes hacerlo, pero sólo porque es algo que quieres. Ya tengo mi departamento, iba a mostrártelo este fin de semana, cuando nos graduemos podremos estar juntos –me tomó la mano, yo me quedé mudo, este hombre en verdad me quería en su futuro, pero yo no estaba seguro de poder cumplir con todas sus expectativas.
- Aún así, no quiero que me mantengas Yunho –dije mirándolo fijamente.
- Lo que tú digas amor, pero hoy es un regalo, ¿de acuerdo?
- Sólo porque no tengo otra opción –le respondí.

Llegamos a una tienda majestuosa, y en la entrada nos esperaba un vendedor.

- ¿Qué tal Yunho? –le saludo amigablemente.
- Muy bien Mark, este es mi novio Jae –se me calló la cara de vergüenza, mientras que Mark lo miraba confundido.
- Que lastima –dijo después de un rato- le eché el ojo a penas se bajó del auto, tienes buen gusto, escogiste un excelente prospecto para cambiarte de bando –dijo estirándome la mano.
- Lo sé, me percaté de eso, así que no lo mires mucho –respondió Yunho. Yo le saludé con una sonrisa más que fingida.

Ingresamos a la tienda, por dentro era aún más hermosa que por fuera. Nos dirigimos inmediatamente a la sección de vestuario de varón. Yunho se paseó en busca del mejor traje para mí.

- Bueno te dejo en tu casa, yo debo ir a revisar algunas cosas al a bodega, cuando estés listo me llamas –le dijo Mark a Junho.
- De acuerdo, gracias de nuevo por tu ayuda –dijo Yunho sonriéndole.
- Te debía una, así que ahora estamos a mano –se dio media vuelta y se fue.

Yunho tomó un par de cosas, pantalones, camisa, chaleco, corbatas incluso calcetines. Me llevó hacia un vestidor y me metió dentro pasándome la avalancha de ropas “voy por unos zapatos” me dijo. Desapareció antes de que pudiera decirle mi número de calzado. Comencé a desvestirme quedando sólo en ropa interior, y sin previo aviso alguien abrió la puerta del vestidor.

- Yunho, ¿Qué haces? –logré decir antes de que me arrinconará contra el espejo del cuarto.

Intenté zafarme, pero no pude Yunho me presionaba con todo el peso de su cuerpo. Sentí la respiración agitada de Yunho sobre mi oído, mientras lamía mi cuello. Con una mano cubrió mi boca mientras que con la otra tomó mi miembro dormido. Masajeo mi pene con movimientos de vaivén y sin que yo pudiera evitarlo, mi miembro se volvió duro y caliente. Gemí en silencio con su mano cubriendo mi boca. “No puedo esperar más”, me susurró, me bajó la única prenda que me cubría y sin saber cuándo y cómo, su miembro ya estaba en mi entrada. Hizo pequeños movimientos alrededor de mi entrada mojándola con su propio líquido. Quitó su mano de mi boca y tomó con fuerzas mi miembro comenzando a masturbarme. Luego lentamente, pero sin dejar de acariciar mi pene, me penetró. Un gemido de dolor se escapó de mis labios, se mantuvo quieto mientras mi cuerpo se acostumbraba a él, sentí que había pasado mucho tiempo desde la última vez. Comenzó a moverse dentro de mí tomando mis caderas para que le dieran mayor movilidad mientras gemía en mi oído, aquello me excitó mucho, sentirlo a él gozar con mi cuerpo me provocó escalofríos y descargas de placer. Sus movimientos aumentaban y con ellos mis gemidos que cada vez eran más fuertes, temí que Mark nos escuchara, pero a Yunho eso no pareció preocuparle, “Eres exquisito”, me susurró, y sin darme cuenta era yo el que se movía para ayudar a que sus envestidas fueran más profundas. Finalmente cuando sentí que el orgasmo invadía mi cuerpo, tomé lo primero que encontré que fue mi camiseta y me cubrí para no manchar nada con mi semen. Yunho terminó a los segundos después dentro de mí dejando su cuerpo apoyado sobre el mío.

- No puedo creer todo lo que me haces sentir –me dijo separándose un poco de mí- a penas estuve dentro de ti creí que terminaría de lo excitado que estaba.
- Espero que tú amigo no nos haya escuchado –dije terminando de limpiarme.
- No te preocupes por Mark, la bodega esta en el tercer piso subterráneo, no hay manera de que nos escuche –sacó una toalla mojada y comenzó a limpiarme.
- ¿De dónde sacaste eso?
- La traje del baño –me dijo sonriendo- cuando te vi aquí y pensé en que te desvestirías para probarte la ropa no pude evitar imaginarte así, me volví loco de excitación.
- Bueno, debiste pensarlo mejor, acabo de perder una camiseta –dije tirándola al suelo.
- No te preocupes, te compraré otra, de todas maneras fue mi culpa.

Comencé a vestirme mientras Yunho iba esta vez por mis zapatos, me puse la camisa, los pantalones, el chaleco luego la chaqueta, para cuando Yunho volvió sólo me faltaba la corbata. Me miré al espejo y casi no me reconocí, en realidad me veía muy atractivo, Yunho me miró con ojos lujuriosos.

- Ni lo pienses –le dije.
- No puedo evitarlo, te ves apetecible, pero no tenemos tiempo, tendré que esperar a la noche –me dijo poniéndome algo de gel en el pelo para peinarme hacia atrás.

Mark volvió cuando Yunho lo llamó desde un anexo, Yunho le pagó una gran suma de dinero, que yo ni en sueños gastaría en ropa, pero no dije nada, en ese sentido no tenía caso discutir con él, además, habían muchos otro billetes de mayor valor en su billetera, supuse que aquello no había sido nada para él.

Nos fuimos a su mansión. Al llegar habían muchos autos lujosos estacionados a lo largo del jardín. Yunho le entregó las llaves al mayordomo y me pidió que lo siguiera, “No tengas miedo, intenta disfrutar de esta cena”, me dijo al ver lo nervioso que estaba.

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