Unwritten cap 6

-¡Chaaaaaangmin-ah!




Por Dios, Yunho, si no es el chico de la despensa, juro que te mataré por haberme levantado.


-¡Min-ah! ¡Es tu mamá!



Por Dios. Que alguien me mate a mí.



¿Por favor?

-Mamá... ¿qué haces por aquí?
-¿Debí llamar antes de venir? –dudó.
-No, no –intenté alisarme el cabello, que sabe Dios cómo luciría. El polo que llevaba probablemente era más viejo que el grupo, pues me quedaba sobre el ombligo y tenía agujeros donde no debían haber. ¿Parecería un pordiosero?
-¿Por qué estás en esas fachas, hijo? –preguntó mi madre con una sonrisa burlona.


Claro, búrlate de mí.


-Acabo de despertar, ma’...
-¿Tan tarde? Son pasadas las diez.


Tengo una vida, mamá, ¿sabes?


-Me quedé leyendo hasta tarde.
-¿Leyendo qué? No serán es~
-¡Ma!
-Ya, hijo, bueno, al grano, he venido por algo importante.
-¿Qué ha ocurrido?
-Tu hermana.
-¿Qué tiene?
-Novio.
-¿Eh?
-Que tiene novio, Min-ah.


Ok. Mátenme luego de matar al idiota ése.


-¡¿QUE QUÉ?!
-Vale, Minnie-ah, que ya no es una niña. Está creciendo.
-¿Creciendo? Si hasta ayer tenía que ir a comprarle los pañales..
-Changmin... Tú nunca has comprado pañales.
-¿Quién es? ¿Cómo se llama? ¿Dónde vive? ¡Eh, Yoochun-ah! ¡Dame el número de tu amigo el policía!
-¡ChangMin-ah!
-¡Mamá!
-No debí decirte nada.
-Opino lo mismo –resoplé-. Bueno, ¿y a qué viene que me lo cuentes?
-Pues para ver si captas la indirecta, hijo...

Oh, Dios, no, no, no. Por favor, no. Todo menos eso.
Todo menos el...


-...¿Cuándo me presentarás una novia?




-Debiste haber llamado antes de venir, ma’... –murmuré mientras cerraba los ojos y tiraba la cabeza en el respaldo del sillón.



¿Será coincidencia? ¿El hecho de hablar con Junsu acerca de eso y que luego venga mi madre a presionarme con que quiere una nuera?

No existen las coincidencias. Solo lo inevitable.

Por el Demonio, que esto es todo menos “inevitable”.

¿Qué le voy a decir a mi mamá?


Ma, no te importa que tu “nuera” tenga algo entre las piernas, ¿cierto?


Un poco molesto de la situación, me volví a encerrar en el cuarto. Mi madre ya se había ido, Yunho-hyung también, y si no me equivocaba [miren que es poco probable] el YooSu también había salido pues escuché que tenían planes para el día-tarde-noche-madrugada. Jae tampoco estaba en casa pues debía ensayar/grabar su drama con la tipa esa, y lo más probable era que lo hayan retenido para ensayar la escena del beso unas ochenta veces más. Ojalá que no.


Y así, cavilando, pensando y haciendo cualquier otra cosa, me entró el sueño.
Ése del que mi sacrosanta madre me despertó.

__





No había nadie en el departamento en cuanto salí hacia la cocina.
Claro, olvídense del pobre Min y su pobre estómago. Entré aún descalzo, y las baldosas heladas me despertaron de golpe. Observé la estancia y me di cuenta que había algo raro en todo aquél panorama.
Algo que no encajaba en el compulsivo orden de Jaejoong.

Una nota.

Miserables, cualquiera deja comida.


“Volveremos por la tarde (de mañana o así). Hemos ido a visitar a los padres de Junsu. Cúbrannos con Hyoryul-hyung, ¿sí? ¡Los queremooooos!
YooSu.”


¿Ven? Shim Changmin nunca se equivoca.

Vale, vale, a veces. Tampoco se exalten.



Otra caligrafía se le unía más abajo.

“Regreso. Pasaré por SM y luego por donde TaeHung. No me esperen despiertos.
Yunho.”


¿Y cuándo te hemos esperado despiertos? Caray, hyung, como si necesitáramos tu aprobación para dormir. O para hacer otras cosas, si es que entramos en el tema...



Y aquella otra caligrafía que tanto me gustaba.
Aunque no la entendía del todo.

“Vuelvo luego. Te amo.”

¿No hay firma? Bueno, ¿quién más me pondría “Te amo”? ¿Mi madre?

Lo que me preocupaba era que… eran pasadas las cinco de la tarde y él aún no llegaba. Hasta entonces nunca le habían retenido tanto en el set.

Cogí una botella de agua de la refri y me la tomé de golpe, repasando mentalmente el día de porquería que había tenido. Mejor dicho, aquella media hora de tortura junto a mi madre.

Aquella conversación con ella no podría traer nada bueno. Nada.
Y Jaejoong aún no lo sabía. ¿Cómo se lo diría? No estoy seguro si una noticia así le caería tan mal [o bien] como a mí me cayó. O sea, mi madre, prácticamente me estaba orillando a enfrentarme con él. Y todo porque la agrandada de mi hermana se había conseguido un novio. ¿Que no podría haber esperado hasta sus treinta? ¿O simplemente esconderlo de mamá?

-Mentada mocosa... –murmuré mientras me tiraba en uno de los sillones.
-¿Quién?

Casi expulso el corazón por la boca. ¡¿Que la gente me quiere matar?!

-Me has infartado, hyung –susurré. Jaejoong sonrió y se recostó en el marco de la puerta.
-Va, qué dramático…

Pero detrás de su sonrisa había algo más. Algo que no supe identificar.
Se tiró en el sillón frente al mío y se cubrió los ojos con el antebrazo, echando la cabeza en el respaldo.

-¿Qué ocurre? –pregunté luego de que resoplara.
-Nada –fue su escueta respuesta.
-Yah, dime, ¿qué ha pasado?

Resopló una vez más y retiró su brazo, dejándome ver su mirada, que vacilaba entre la cólera y el cansancio.

-Dije que no ha ocurrido nada –espetó, y me sorprendí mucho. Mucho-. ¿Tan difícil es de entender?
-Oye, si estás menstrual no te la agarres conmigo, ¿vale? Solo te estoy preguntando.

Sonrió lentamente y asintió.

-¿Qué te ha dicho tu madre, de todos modos? Escuché que vino.
-¿De quién lo escuchaste?
-Yunho me ha llamado. Había salido, pero ha regresado porque olvidó sus llaves, y ha sido ahí cuando llegó tu mamá.
-Ah.

Soltó una leve carcajada y yo rogaba porque no siga preguntando. Pero… estamos hablando de Jaejoong. Jaejoong, señoras y señores. Con él… Nunca se sabe.

-¿Me vas a contar, o no?
-Me ha dicho que quiere que le presente una novia.
-¿Tienes novia? –alzó una ceja y empezó a reír.
-¿De qué te estas riendo? –me apoyé sobre mis codos y me erguí, buscando su mirada.
-De tus ocurrencias –respondió mientras suspiraba.
-¿Mías? De mi madre, querrás decir.
-No, me río de tu expresión…
-¿Te burlas de mí?
-¿Y qué vas a hacer? –preguntó mientras rodaba los ojos.
-¿Cómo que qué voy a hacer? Dirás, qué “vamos” a hacer.

Algo que había estado rondando en mi interior, estrujó mi corazón. Juro que algo me decía “No hables más, calla, calla y huye en cuanto puedas”, pero otra cosa me detenía. Y era él. Él que perecía haberme embrujado... Y no podía pensar con claridad en lo que estaba a punto de ocurrir.

Ya me había imaginado aquello. Hasta había planeado qué decir en dado caso, pero a decir verdad, cuando llega el momento... te quedas en blanco.

Tu mente se cierra y tu corazón se abre para poder ser atacado con facilidad. Porque es eso. Tu corazón será atacado, y lo sabes, dentro de ti, ¡lo sabes! Y aún así... no puedes marcharte, no puedes alejarte y hacer lo que una persona sensata debería hacer: proteger su corazón.

Porque ese es. No hay otro. No habrá otro.

Y mis pulgares empezaron a picar.*














-¿Por qué “vamos”? ¿Acaso soy tu novia?





--Continuará--

[N/A]:*Alusivo la frase de Shakespeare: "Por el cosquilleo de mis pulgares, algo maligno viene hacia mi", aunque lo maligno también se puede entender como "malo" o "aterrador" o "inesperado". (Fte:Mi libro Shakespeareano ^^)

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