-Si - y le perturbada más que nada el rostro serio de Changmin.
-Y luego se fue…
-Minnie, solo estas repitiendo lo que dije.
- perdón si te sorprende pero aun no me la creo.
-solo fue un beso – ni siquiera uno decente, apenas y había tocado sus labios y se sintió patético al recordar, porque con solo eso él ya había estado alucinando.
-es que es raro ¿no se supone que luego de acostarse con alguien él solo los desecha? esa misma mañana en la cafetería te ignoró totalmente.
-No lo sé, yo también estoy confundido – pegó su cabeza al libro sobre la mesa de madera – creo que es multipolar ¿sabes?
-eso no existe Junsu - y como el nerd que era Changmin acomodó sus lentes en posición para seguir leyendo el libro entre sus manos.
- ¿qué lees?
-Maquiavelo – dijo alzando el rojo texto de cuero a la vista de Junsu
-¿el príncipe? ¿Qué? ¿Estás aprendiendo a ser corrupto?
-estratega
-Aja – Minnie sin lugar a dudas era un completo sabiondo, él solo deseaba que terminara dirigiendo toda esa masa cerebral a algo productivo y sobre todo bueno.
-aparte ¿no se supone que todos los abogados lo somos?
-¿qué? ¿Estrategas?
-corruptos- corrigió anotando algo en su libreta
-Por eso amo mi carrera – sonrió con falsedad aumentando el sarcasmo en la frase
-solo lárgate a lenguas Junsu
- puff… como si en realidad pudiera – y Changmin negó como siempre que se hablaba del tema.
-vámonos de aquí, siento que la bibliotecaria nos matara en cualquier momento. – Junsu miró a la dependienta que parecía en realidad querer atropellarlo con el carrito de libros que paseaba.
***
-Odio contabilidad
-odias jurisprudencia, toda la carrera, no solo contabilidad
-¡falso! Me gusta filosofía…
-pues anda y estudia eso – Minnie parecía no entender, o no querer hacerlo
-Changm…
-Junsu! – una chica delgada corría hacia ellos con urgencia, llevaba una gran bolsa tomate que parece imposible estar siendo cargada por esa pequeña muchacha.
-¿ Kyon?
-Junsu oppa – parecía haber corrido tanto, sus mejillas estaban sonrojadas y respiraba agitada con una mano en su pecho –Changmin oppa – e hizo una tímida reverencia a la que el chico solo asintió en respuesta
-Que haces aquí pequeña
-¡ayer faltaste al trabajo! –le pegó con la pesada bolsa en el antebrazo
-No pude ir
-estaba sufriendo un trauma- Junsu le dio a Changmin un codazo en las costillas – auchh!
- ¿Joo Eun está enojada?
-¡esta histérica! Ayer hubo tanta clientela! Junsu, si no trabajas cómo pretendes mantener el departamento ¿has comido algo? – y tocó su estomago como si así pudiera a comprobar si había comido decentemente– estas tan flaco.
-si comí, no te preocupes, dile a Joo Eun que le repondré el día de ayer, ahora vete, no es bueno que estés aquí, demasiado pervertido – lo dijo mirando a Changmin a lo que el alto solo bufó
-pero… ¿Puedes llevarme a la salida? Siento que si voy sola me terminare perdiendo.
-y como llegaste hasta aquí
-preguntando y chocándome contra muchas personas.
-has lo mismo en ese caso, yo tengo clases ahora – Changmin lo empujó mirándolo con cara de “como si quisiera en realidad entrar a clases”
-por favor Junsu oppa – y se agarró de su saco sin intención alguna de soltarlo, poniendo esa cara que se la sabia de memoria, tan manipuladora desde pequeña.
-está bien – “resignado” le entregó su mochila a Changmin y comenzó su recorrido sin esperar que Kyon lo siguiera.
En la esquina siguiente la muchacha le dio alcance y se colgó de su brazo, parecía emocionada.
-Waaa! Tu universidad es tan grande, el próximo año intentaré entrar aquí.
-Dios quiera que no te acepten – la castaña lo pegó en la cabeza haciendo un puchero
-Junsu, solo admite que sin mí no estarías vivo ahora, si yo no hubiera venido contigo a Seoul para este entonces ya estarías mendigando en la calle.- y no pudo refutar a aquella lógica porque simplemente era cierto.
Desde pequeños Kyon había estado para él, había sido su soporte, aun siendo que Junsu tenía dos años más que ella parecía a veces como si fuera todo lo contrario, tenía tanto por lo que agradecerle y aun así jamás lo había hecho, era como si la cotidianidad entre ellos diera por sentado lo agradecido que él estaba con ella, como si no se necesitaran palabras. Sabía que debía compensarla de algún modo.
- ¿Sabes…? Al entrar aquí…. creí haber visto a… - sonriendo negó con la cabeza
-¿a quién?
-nadie, de seguro estoy equivocada
-dime… - insistió pero la chica se soltó de su brazo y corrió hacia la puerta de salida despidiéndose de él desde lejos. Junsu sonrió y decidió volver a contabilidad a ver si podía entrar aun.
Pero ni cinco pasos dados Kyon le dio alcance de nuevo, parándose enfrente a él, sonriéndole ampliamente.
-ten – extendió la bolsa tomate hacia Junsu ofreciéndosela- es para ti, son algunas verduras y frutas que compré – Junsu la tomó agradecido, Kyon realmente tenía espíritu de madre – casi olvido dártelas
-gracias
-hoy tienes que ir a ver a Junho ¿verdad? – Cabizbajo asintió – llevas una semana atrasado – eso era cierto y se sintió culpable - compré fresas para él, llévaselas, le harán bien – y de nuevo salió corriendo sin despedirse
***
El sonido de la alarma desactivándose lo estresaba, le deprimía, solo por el “simple” hecho de que él también quería un carro.
No, La realidad era que lo necesitaba.
-¿quieres que te lleve?
-Solo si me dejas conducir
-¿Acaso tienes licencia? – negó apenado, no tuvo más tiempo para deprimirse cuando Changmin le lanzó las llaves del auto – le pasa algo a mi carro…
-y me castras, lo sé – apresurado se montó en el carro apurando a Changmin.
Y mientras Minnie se acomodaba de copiloto lanzando su maleta al asiento trasero, no pudo evitar notar por el espejo retrovisor que el auto de Yoochun no estaba en su lugar y se detuvo ahí antes de que su cabeza lo llevara a lugares en lo que no quería meterse a fondo.
Como el hecho de estarse preguntándose que era tan importante para que Yoochun faltara a consultorios y tampoco quería llegar a la conclusión que alguna de sus teorías lo ponían un tanto celoso.
Balanceó su cabeza arrancó el auto como tratando de huir de su absurdo comportamiento mental
-¿vamos a tu departamento?
-no, hoy tengo que ir con Junho – vio por el rabillo del ojo como Changmin parecía más serio
-¿quieres que te espere?
-nah… no es necesario, luego iré al café a ver si puedo rescatar mi trabajo
-¿y la tarea Junsu?
-La haré, lo prometo
Luego de eso el auto se mantuvo en silencio, Minnie volvió a su lectura de “El príncipe” mientras que él mantenía su total atención a la carretera, tampoco iba deprisa, la verdad es que no quería llegar aun allí.
Lastimosamente en algún momento debía pasar y cuando Changmin se cambió de lugar al de conductor y le pasó su mochila despidiéndose preocupado de él, sintió la ya conocida presión en su pecho inundarlo.
El lugar era inmenso, de cuadra a cuadra ocupaba todo el espacio. Aun así a él cada vez que regresaba le parecía más pequeño, tan asfixiante, tan denso. Respirando hondo entró por la puerta del parqueadero, le gustaba pisar las piedras que eran el canido, era relajante, el sonido, la textura, todo. Quizás eso lo habían hecho a propósito o quizás solo era para que el lugar se viera aun más tétrico.
En medio del parqueadero se detuvo en seco. A lo lejos, en la gran puerta de madera, un hombre mediano con gafas negras llamó su atención. No solo era el hecho de que se había aprendido de memoria aquella silueta los pasados meses, sino que también estaba ese aire elegante que salía de ella, al que ya se había acostumbrado.
¿Acaso ese no era Yoochun?
Y mientras se acercaba a ese lujoso auto negro supo que para nada estaba errado, ese definitivamente era Yoochun. Y Sin siquiera notarlo sus pasos se apresuraron y el agarre en su mochila y la bolsa tomate parecía más apretados ahora, quería acercársele y no lo notó hasta casi sentirse correr hacia él.
Pero de nuevo paró en seco preguntándose qué diablos hacía, ¿Por qué… ¿Que si llegaba hasta él? ¿Qué haría? ¿Preguntarle que hacia allí? ¿Y quién era él para interrogarlo?
Nadie…
Agachando su cabeza escuchó el sonido del auto arrancando sobre las piedras del camino, aun así se sintió acompañado. Quizás Yoochun sin saberlo lo entendía, quizás vivían la misma experiencia.
Quizás y más que seguro, él simplemente deseaba tener un lazo que lo atara a su compañero de carrera.
***
-no sabía si vendrías, ha pasado una semana, lo sé aunque aquí es difícil saber el tiempo
-perdón, he tenido que trabajar y la carrera tampoco me ha dejado mucho tiempo.
-Pero soy tu hermano.
-lo sé – acomodó las fresas en el plato que había pedido y se las ofreció a Junho – Kyon las compró para ti - Poco o casi nada fue el interés que le puso su hermano a las fresas, empujándolas luego lejos de él.
Sintió un nudo formarse en su garganta, apretándole el pecho, haciendo que sus ojos comenzara a escocer.
- Son tus favoritas ¿no las quieres?
No hubo respuesta y ni siquiera lo miró por un segundo, volteando hacia la gran ventana del cuarto. Al parecer el paisaje frío de afuera parecía ser más interesante que el hecho que Junsu estuviera allí ofreciéndole su fruta favorita.
Mirándolo acostado en esa cama que le parecía tan ajena y con el aspecto de un hombre mayor a lo que debía ser su edad Junsu sintió culpabilidad, aquella persona desgastada no parecía ser más su hermano.
Hace años que había dejado de serlo.
-Quiero salir
-claro, podemos ir al pati…..
-No! Quiero salir de aquí!– el tazón de fresas estrellándose sobre el piso lo asustó haciéndolo encogerse en su silla.
-pero… tu..
-dile a mamá que me saque de aquí… - sus pupilas dilatadas irritaron un poco más los recuerdos de su niñez y dolía, siempre había dolido
-No puedo… -Junho tomó su muñeca de manera brusca, desesperada
-No necesito estar más aquí ¡dile que estoy curado!
-No! Esto es lo mejor para ti…
-¡¡ESTOY ENCERRADO EN UN MALDITO PSIQUIÁTRICO JUNSU!!! ¿¿¡¡COMO PUEDE SER ESTO LO MEJOR PARA MI??!!
-Yo… yo… no…. Ah... Me haces daño Junho – su hermano soltó su muñeca lentamente y de nuevo su mirada se fue hacia la ventana.
-ustedes me encerraron aquí, se supone que son mi familia.
-Tú estás mejorando, si sigues así saldr…..
-… los odio – Y ya sin poder contenerse más comenzó a llorar mientras Junho lo miraba de una manera que recordaba perfectamente – a ti, a papá… y sobre todo a mamá…
-Jun…
-Lárgate – apenas había sido un siseo pero había sonado con tanto odio que le desgarró un poquito más toda aquella protección que había creado para que no doliera tanto
-no, déjame estar contigo – suplicó tomando su mano
-¡¡LÁRGATE!! - gritó empujándolo lejos – ¡TE ODIO!
Y salió de allí, llorando, recordando todos y cada uno de los momentos que había vivido con su hermano y como todos los días se preguntó si eso estaba bien, si todo lo que su hermano decía era cierto, si quizás jamás supo cómo tratarlo y todo era su culpa, así mismo, a su mente llegaban los recuerdos de aquellos golpes y el llanto no paraba.
Y mientras una enfermera corría al cuarto donde su hermano seguía gritando histérico apresuró aun mas su paso. Quería salir de allí, quería poder desaparecer, simplemente esfumarse… Quería dejar de sentir.
Quería llamar a Changmin o quizás a kyon…. No quería estar solo
Pero antes de poder coger su teléfono, delante de él, apoyado en ese ya conocido automóvil con los brazos cruzados y el porte elegante, Yoochun parecía haberlo estado esperando.
-te llevó – ofreció abriendo la puerta del copiloto
Y sin pensar mucho, limpiándose las últimas lágrimas de su rostro, se subió a aquel auto.
Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa yo quiero saber q paxoooooooooooooooooooooooo waaaaaaaa me intrigaaaaa el ficccc amooo el YOOSU XD pobre Junsuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu :( el nu es maloo no lo odien por ser bonitoooo XD next capo capo capo plissssssssssssssssssss
ResponderEliminarooooohhh...este fick crei k ya no lo hiban a saguir...porfa continualo...grax..!!!
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