La enorme casa nos hizo sentir… mal. Calculando, solo el salón debía ser del tamaño de nuestro piso.
-Condenada… Cómo le gusta lucirse… -murmuró Yoochun bajo su sonrisa cuando esperábamos que Boa abriera la puerta. Diez segundos después, la dueña de casa nos abría, sonriendo al vernos-. Caray, que Noviembre pasa la cuenta. Muero de frío. Hazte a un lado –le saludó Yoochun mientras entrábamos en la casa-. Oye, ¿has engordado?
-Cállate, idiota –rió Boa-. ¿Cómo han estado, eh? ¡Ni una llamada, miserables!
-Oye, llamarte hasta otro continente nos sale caro –replicó Jae.
-Ja-ja. Me destornillo de risa, YoungWoong –habló ella con voz seria-. Yah, vengan, la gente está adentro.
-Creí que “esto” era “adentro” –comentó Yunho observando la estancia.
-¿No te digo? Le gusta lucirse a la niña esta –rió Yoochun mientras le abrazaba.
-Noona, ¿no tienes algo de beber? –pregunté cuando ya estábamos dentro. Rain y Chaejoon, uno de los coreógrafos de SM, nos saludaron desde una esquina.
-Ok. Les traeré algo, pónganse cómodos…
-Deja de lucirte… -rió Yoochun mientras se sentaba en un sillón junto con Junsu. Boa le sacó la lengua.
Dana; Kangta; Hyesung y Ji-hoon de Shinwha; Kibum, Heechul, Donghae, Eunhyuk y Shindong de Super Junior también estaban ahí. Obviamente que había más gente aparte de ellos, pero mentiría si digo que sabía quiénes eran. Tres de sus bailarinas más fieles, entre ellas la ex de Yoochun-hyung, también estaban ahí; dos chicas que hasta ahora no tengo ni la menor idea de qué hacían ahí, también. Y ella.
Ella a la que no veía desde la presentación en el Inkigayo.
Y se veía tan… linda.
Mi ex se veía linda.
Kim Yoobin. No mucha historia hubo entre nosotros. Un noviazgo de pocas semanas a decir verdad. Fue gracioso cómo nos conocimos. Podríamos decir que ambos nos sentíamos como peces fuera del agua en aquella fiesta. Mis hyungs habían decidido correr libres por ahí, mientras el pobre Changmin se quedó sentado en su mesa.
Solo.
Y ahí estaba ella. Recuerdo que llevaba un vestido azul, así simple pero elegante. Maquillaje al estilo natural o como sea que las chicas se maquillan pero uno jura que no tienen nada encima, sin embargo se ven hermosas. Sus largos cabellos oscuros estaban atados en una media cola, y aquel rebelde mechón sobre su frente le hacía resoplar. Sus amigas habían optado por “hacer algo más productivo que sentarme a sonreírle a quien sea que pase delante mío” y ella había ido solo con una de las Wonders, con Sunmi, pero al parecer, había “desaparecido” por ahí. Tomamos un par de tragos juntos, actuando lo más naturalmente posible para no levantar rumores, y a partir de aquella noche empezamos a enviarnos mensajes de texto cada vez que podíamos.
Fuimos amigos durante más tiempo del que fuimos novios. Pero nos llevábamos bien, tan bien que aquella noche en que nos acostamos y gemí el nombre de Jaejoong en vez del suyo, no me sacó a patadas como hubiese hecho cualquier otra, sino que luego de “terminar lo que hacíamos”, me alcanzó una taza de café y me hizo sentar en el salón del departamento que compartía con YeEun. “Cuéntamelo” había pedido con una sonrisa tranquila en los labios. Y así como le conté de mi amor no correspondido por Jaejoong… ella me confesó que había estado con otro tío días antes.
¿Por qué no nos pudimos odiar por habernos engañado?
Porque no había nada intenso entre nosotros, me dijo.
Porque ambos sabíamos que no podíamos llegar tan lejos.
Porque no era amor.
Tiene razón. Mucha, debo agregar, sin embargo, luego de aquella noche conversábamos cada vez menos debido a nuestras agendas recargadas y debido a nuestras compañías, que no nos dejaban coincidir en nada, y mucho menos nos daban tiempo libre. Pero existía el móvil y la bendita Internet, así que e-mails iban y venían cada dos o tres noches, contándonos cosas como “Mis hyungs me dan la lata todo el día” y “He peleado con tal porque anda menstrual”. Éramos amigos, ya no como los de antes de ser novios, pero aún nos preocupábamos por el otro.
Y como buen amigo que soy, aquella tarde del Inkigayo, me acerqué a ella para saludarla, y descubrí horribles moretones en sus muñecas y uno ya casi invisible en su pómulo, que las maquilladoras trataban de esconder aún más.
Su rostro se volvió de piedra cuando me vio, y yo rogaba por que la idea que cruzaba mi cerebro no fuera cierta.
Por que me dijera que se había caído mientras se bañaba, o que me dijera que había tenido un pijama party que terminó en pelea de almohadas entre chicas. Ya, incluso que me dijera que se había peleado con una de ellas pero que no era lo que mi cerebro maquinaba.
Todo menos eso.
“No ha sido nada. Está bajo control. No estaba en sus cabales” fue su respuesta, y solo en ese momento la odié. Por mentirse y por mentirme. Nos levantamos la voz el uno al otro, gritando incoherencias y todo terminó con un frío “No es tu problema” de su parte.
No es mi problema. Pero es mi amiga.
-Solo tengo una pregunta –escuché a Boa. Frunció el cejo mientras me entregaba una lata de cerveza y se sentaba en el posabrazos de un sillón-. ¿Se supone que es secreto lo de ustedes? –envió rápidas miradas al Yoosu y a Jae y a mí. Jaejoong chasqueó la lengua.
-¿Pretendes que lo saque en el periódico, niña?
-Es que no quiero que anden todos neuróticos porque no se pueden coger de las manos. Y sí, me refiero a ti, Yoochun-ah… -sonrió al mencionado.
-Estaremos bien –sonrió Junsu. Jae asintió con una sonrisa y sentí mi corazón estrujarse.
-¿Cómo andan? –los cinco (seis, con Boa), volteamos hacia la voz que escuchamos. Una familiar.
-¡Eh, hola, Heechul! –saludó Yunho. La verdad es que es más amigo de él que cualquiera de nosotros, es el único que logra entender a Heechul-hyung.
La velada empezó normal y se desarrolló igual, por lo menos llegados hasta este punto. Boa nos contaba todo lo que le había ocurrido mientras estaba en EEUU, y aunque me concentraba, por ratos terminaba perdido.
En el rostro de JaeJoong.
Y los ojos de ella.
-Iré por más cerveza –murmuré a Jae luego de ver mi segunda lata vacía.
El asintió sin mirarme, inmerso en la historia de Boa y un desfile de modas en donde vio a Paris Hilton, y él le contaba del nuevo drama que filmaba con la muchachita esa… ¿cómo se llama? Ah, sí… HyoJoo. Maldita chiquilla. Tenía que besarse con él. ¡Ja! Pero yo le besaba más.
Chúpate esa, HyuJun, o como sea que te llames.
En la cocina solo estaba Kibum al momento en el que entré. Tal vez pocos lo sepan, pero Kibum y yo siempre hemos sido muy buenos amigos. Podríamos llamarnos… los incomprendidos del grupo. Nuestra personalidad es casi parecida y por eso siempre nos hemos llevado bien. Para él, mi amor por Jaejoong no era secreto; es más, estoy segurísimo que se dio cuenta antes que yo. “No puedes refutar lo obvio, Changmin-ah”, me decía cada vez que hablábamos de mis sentimientos y yo los negaba.
Sabio, el muchacho, muy sabio.
-Hyung –le saludé-. ¿Todo bien?
-Pues sí a decir verdad –me sonrió-. ¿Cómo va el trabajo?
-Ahhh… Peor no puede ir. Nos sacan la mierda de cabo a rabo. ¿Trabajarán en navidad?
-La navidad es sagrada, Min –bufó-. Por supuesto que sí. Como todos los años. Todas las Units trabajan en navidad. ¿Todo bien con Jae?
-Se hace lo que se puede –sonreí-. ¿Y Donghae-hyung?
-Hemos peleado –se encogió de hombros, dándole un sorbo a su lata-. Por ella.
-¿Jessica?
-Exacto. No entiendo porqué Boa la ha invitado, si la odia.
-No la odia, hyung –sonreí, el resopló-. Y que yo sepa no la ha invitado, ella ha llegado con alguien más. Yoobin también está aquí.
-¿También ha venido? Wow, en serio que Boa se ha propuesto hacernos mala noche hoy, ¿eh? ¿Te ha dicho algo?
-¿Quién? ¿Boa?
-No seas tarado, Minnie-ah, me refiero a Yoobin.
-Ah, pues no. No me ha dicho nada –y era cierto. Solo intercambiábamos miradas de vez en cuando, pero de “decir” algo, pues, no.
-¿Sigue con el otro tío? –Kibum me observó de reojo.
-No lo sé. No quiero saber, tampoco.
-Pero...
-Puede estar con quien quiera, hyung, no es como que si tuviéramos un pacto de no andar con nadie.
-¿No te llega?
-Se podría decir –suspiré-. Me llega el hecho de que el tipo ese la maltrate, hyung, eso es lo que me pone mal. Me llega el tipo en sí.
-Pero es ella quien se deja, Min-ah, es ella quien permite que le falten el respeto –Kibum me miró a los ojos, y aunque sabía que tenía razón, no podía evitar querer destrozarle la cara al “otro”.
-Igual.
-Pero te engañó.
Y... no necesitaba que me lo recuerde.
-¿Y no crees que yo hice lo mismo? Digo, le decía que la quería, cuando en realidad quería a Jaejoong, ¿no crees que también era una forma de engañarla?
-Caray, que no te entiendo, Min. Yo no podría mirarle a la cara luego de saber que me engañó.
-Tu caso es diferente al mío...
-Pues sí... Tienes...
Calló. Y por un momento, deseé que no lo hubiese hecho. Deseé que su expresión no hubiese cambiado de golpe alertando a cada uno de mis sentidos. Deseé estar acurrucado en mi cama y con Jae bajo mi brazo.
Deseé que ella no hubiese entrado en la cocina.
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mnmn...me gusta...pero no entiendo k pasa con ellos...jijij...es decir pork le preokupa esa tipa...jae es lo primordial...jijij...siguelo..porfa...!!!
ResponderEliminarque ahora la tipa se mete entre ellos, molesta a Jae y se va con otro... NOOOooooo!!!
ResponderEliminarcontinuación please
OMOMOMOMOMOM waaaa *3*
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